9
Liam llevaba al niño en brazos, dejando que Zayn se ocupara de la sillita y del regalo para Nicole.
—¿Qué llevas en la caja? -preguntó Zayn—. ¿Plomo?
—Sujetalibros - Liam le sonrió antes de detenerse junto a la puerta.
—¿De hierro? - Zayn jadeó dramáticamente.
—De piedra. De piedra gótica. Son Apolo y Diana. Pesan porque yo quería que realmente sujetaran bien los libros.
Liam apenas había tocado el timbre cuando se abrió la puerta. Apareció una mujer pequeña y alegre con increíbles ojos azules. Abrazó a Liam y al bebé. Al instante, los ojos de Nicole se dirigieron al hombre junto a Liam, mirándole con interés.
—Tenía miedo de que no vinieras -le dijo haciendo un gesto para que entraran.
—Te dije que lo haría.
Nicole sabía lo rápidamente que se olvidaban las promesas, especialmente después de días ajetreados y noches sin dormir.
—Sí, pero sólo han pasado unas semanas desde que nació tu hijo-Nicole aceptó la caja que Zayn le dio—. ¡Oh! ¿Qué hay aquí?
—Por lo que yo pienso, balas de cañón - Zayn sonrió—. Hola, soy Zayn Malik.
Si la sonrisa de Nicole hubiera sido mayor, se le habría salido de la cara. —¿Estás seguro de que querías venir? -le preguntó a Liam—, ya sé que te presioné, pero si no te apetecía...
Liam ignoró la preocupación de su amiga con un gesto de la mano. Desde el vestíbulo, podía ver el salón lleno de gente. Todo estaba recién pintado y arreglado. En un tiempo increíblemente corto, Nicole le había quitado diez años a la casa, y parecía nueva.
—Me encanta lo que le has hecho a la casa, Nicole.
Orgullosa de sus esfuerzos, Nicole sonrió.
—Aún no he terminado.
Su marido, Dennis, se acercó a saludar a los recién llegados. —Lo dice en serio -gruñó fingiendo estar harto. Pero no era ningún secreto que estaba encantado con lo que Nicole había conseguido.
Buscando a Nicole, Marlene se acercó a ellos. —Hola -le ofreció su mano a Zayn—. Creo que nos conocimos en la agencia el día que Liam se puso de parto. Soy Marlene. La hermana de Nicole.
A Marlene le dio un vuelco el corazón al ver al hijo de Liam. Su propio hijo, Robby, tenía más de tres meses y ya tenía su propia personalidad. Parecía mucho
más grande que el bebé de Liam. Después de ver a su sobrino y sobrina, igual que al hijo de Finn, Marlene decidió que le cautivaban los bebés con su olor a polvos de talco. Con suerte, en breve Robby tendría un hermano o una hermana.
—Sally está en la habitación de invitados, controlando al niño -le dijo a Nicole—. Es mi asistente-explicó Marlene al resto—. La verdad es que para nosotras fue más bien una niñera. Prácticamente nos crió a Nicole y a mí y se negó a quedarse en casa a descansar hoy cuando Sullivan y yo vinimos a la fiesta con Robby -sonrió con calor—. Sinceramente pienso que no cree que yo pueda ocuparme sola de Robby.
Apareció un hombre alto de pelo oscuro. Puso una mano sobre el hombro de Marlene, y el gesto al instante identificó su
papel.
—Eso es porque Sally no sabe lo capaz que eres. Hola —sonrió a Liam y a su bebé y estrechó la mano de Zayn—. Soy Sullivan, el marido de Marlene.
—Zayn Malik. El... amigo de Liam -añadió mirando significativamente a Liam, haciendo que se pusiera algo colorado.
—Oh, claro que lo sabe -Nicole corrigió a su cuñado—. Pero Sally se niega a admitir el hecho de que hace mucho que no necesitamos que supervise cada detalle en nuestras vidas.
Marlene se rió. —Eso es porque tú eras una salvaje de pequeña. Tiene miedo que se te caiga uno de los gemelos.
—¿Y entonces cómo explicas que a ti no te deje ni un momento? -replicó Nicole.
Viendo a su esposa y su cuñada en una discusión que tenía pinta de ser muy larga, Dennis miró a Sullivan. Y cada uno empezó a tirar de su pareja hacia el salón.
Pero Marlene se soltó de su marido y se agarró del brazo de Liam.
—Tienes que contármelo todo —le dijo mirando de reojo a Zayn.
—Zayn es sólo un viejo amigo -se apresuró a decir Liam-, como ha dicho él.
—Bueno, «viejo amigo» -dijo Dennis dirigiéndose a Zayn—. ¿Qué tal una copa?
—Me parece muy bien.
Nicole le dio el regalo a Dennis. Ella estaba deseando apartar a Liam y empezar a hacerle preguntas.
—¿Lo pones con los otros regalos, por favor?
Dennis lo tomó, haciendo una mueca al notar el peso.
—Sujetalibros -explicó Zayn.
—Tendré que mantenerlos fuera del alcance de mi mujer. Dennis creía firmemente en la prevención. Ella sólo había perdido el control una vez, pero mejor asegurarse.
—Déjame al niño -le dijo Marlene a Liam—. Ven aquí, precioso -canturreó cuando tuvo al bebé en sus brazos.
Sullivan vio el brillo en los ojos de su mujer. —Creo que seremos una gran familia dentro de poco -observó mirando a los otros hombres—. Marlene se pone radiante cuando está cerca de un bebé. Uno no será suficiente para ella. Ya está quejándose de que Robby crece demasiado deprisa.
Zayn vio que la idea de tener más hijos no sólo agradaba a Marlene, sino también a su marido. Liam miró inseguro a Zayn. Le iba a dejar en una habitación llena de gente que no conocía.
—¿Estarás bien?
—No te preocupes -le aseguró Dennis—. Será mejor que tú te vayas con Nicole antes de que reviente -miró a su esposa-. Procura no ponerla en el potro de tortura.
Nicole le miró insolente, y se giró hacia Liam. —¿Bueno, qué hay de nuevo? -le preguntó cuando estuvieron aparte.
—Han subido los intereses de las hipotecas. Tú y Dennis la habéis hecho justo a tiempo.
Marlene era más suave que su hermana, pero no menos curiosa. —Ya sabes a qué se refiere. Es muy guapo. ¿Quién es?
—¿Guapo? Está como un tren —declaró Finn apareciendo por detrás de Liam—. Si yo no tuviera a Brady, estaría dispuesto a pegarme por él.
Besó a Liam en la mejilla. —Por cierto, tu bebé es precioso -declaró Finn tocándole el puño. Al instante, Dereck le tomó el dedo y se lo llevó a la boca. Finn se rió.
—Y tiene hambre continuamente -suspiró Liam&. Será mejor que vaya a darle de comer.
—Sally puede hacerlo -le dijo Nicole. Quería que Liam se relajara. Si no hubiera sido por él, Nicole, Dennis y los gemelos sin duda seguirían en el pequeño apartamento donde ella vivió antes de casarse con Dennis.
Liam miró inseguro a Nicole.
—¿No le importará?
—¿Importarle? -Marlene sonrió-. Desde que los bebés han entrado en su vida, Sally ha rejuvenecido. Confía en mí, se pelearía contigo por cambiarle y darle de comer.
—Vamos -le dijo Nicole-, vamos a ocuparnos de tu hijo.
—Y luego nos hablarás de tu amigo -le recordó Finn.
Marlene miró hacia Zayn. Estaba entre Dennis y Sullivan. Vio al esposo de Finn, Brady, unirse a ellos. Marlene sonrió. Eran un agradable grupo para una foto. Se fijó en el perfil de Zayn cuando se giró hacia Sullivan. Entonces recordó algo que Liam le dijo sobre un artista melancólico. Miró a Dereck. El niño tenía el mismo pelo como el azabache.
—Zayn es el padre de Dereck, ¿verdad? -preguntó suavemente.
Se quedaron callados, esperando la respuesta de Liam. Liam miró fijamente a Marlene, y luego a Zayn.
—No te preocupes -dijo Marlene—. No ha podido oírme. Y aunque pueda leer los labios, le costaría trabajo dándonos la espalda.
—¿Su padre? —repitió Nicole.
—¿En serio? -preguntó Finn-. ¡Oh, es maravilloso!
—No tanto -dijo Liam.
Al instante, Nicole interpretó sus palabras.
—¿Él no lo sabe?
Liam negó con la cabeza.
—¿Por qué no? -preguntó Finn perplejo. Liam suspiró, preguntándose si las razones les parecerían triviales a sus amigos. Pero para él eran muy importantes.
—No quiero que se quede porque tenga que hacerlo.
Marlene había visto el modo en que Zayn miró a Liam cuando se presentó. Hasta un ciego podría ver que había algo entre ellos. Y que a Zayn le gustaba así.
—Pues no parece un hombre que se quede porque tenga que hacerlo -observó.
Liam no se iba a dejar convencer. Él conocía a Zayn mejor que nadie.
—Eso es porque ahora mismo está libre. Libre para ir y venir -Liam se inclinó y besó la cabeza de su hijo—. Y lo más seguro es que se marche.
Marlene oyó el dolor en la voz de Liam y sufrió por su amigo. Amar a alguien no era algo fácil.
—¿No crees que eso debe elegirlo él? -le preguntó Marlene cuando llegaron a la habitación de los invitados.
La puerta se abrió tras ellos y apareció una mujer baja y rechoncha con pelo gris.
—No hay que dejar que un amante tome una decisión -replicó Sally, que sin presentarse le quitó el bebé a Marlene—. Hay que tomarla por él y dejarle creer que ha sido él el que ha elegido. Es el único modo de tratar con ellos.
Marlene rodeó a la mujer con un brazo. Había apoyado la cabeza en sus hombros incontables veces de niña.
—Nosotros acudimos a Sally con nuestros problemas de amores -le dijo Marlene a Liam guiñándole un ojo.
—Y luego hacemos justo lo contrario -terminó Nicole.
Cuando Sally puso gesto indignado, Nicole le besó la mejilla arrugada, sin hacerle
caso.
—Sally, te presento a Liam Payne. Él nos vendió la casa.
—Encantada. Y ahora todos fuera -dijo Sally sujetando a Dereck con un brazo.
— Dereck tiene hambre -empezó a protestar Liam, dándole a Sally su bolsa.
Sally dejó la bolsa en el suelo. —Ya me lo había figurado -miró a Liam, esperando que se marchara—. ¿Y bien? ¿Parezco débil o que no pueda darle un biberón a un niño?
Liam sonrió.
—No señora.
—Entonces fuera. Y que os divirtáis -dijo mirándolos a todos—. Todos estarán aquí cuando terminéis.
Y con eso, Sally cerró la puerta con firmeza. Liam deseó tener una Sally en su vida, alguien con quien estuviera unido. Cuando vivía su madre se preocupó más de ella misma que de él, y su padre desapareció de su vida cuando él era niño y no volvió a verle. Era agradable tener a alguien así.
—Es bastante autoritaria, ¿no? -le preguntó a Nicole.
—Sí. Y eso no ha sido nada comparado con lo que puede ser.
—Y yo no la cambiaría ni por una docena de niñeras -admitió Marlene—. Vamos -tomó a Liam del brazo—. Vamos con los demás.
[...]
—Me gustan.
Zayn le dio a Liam un vaso con ponche. Le había dado tiempo, dejándolo estar con sus amigos antes de acercarse a él.
Liam bebió y miró a Zayn. —¿Quién?
—Tus amigos.
Hizo un gesto hacia Marlene y Nicole que se habían reunido con sus maridos en el jardín. Finn y Brandy estaban en la puerta de la cocina, charlando agradablemente. Zayn vio a Dennis susurrar algo a su mujer en el oído. Ella se rió y le besó. El quería ese tipo de romance. Quería sentirse así de cómodo con alguien. Miró a Liam.
—No sabía que Dennis era policía. He pensado salir con él alguna vez para que me dé información.
—Entonces imagino que esto no ha sido completamente una pérdida para ti.
—¿Pérdida? ¿De qué estás hablando?
—De venir aquí conmigo. Pensé que te aburriría.
—No, no estoy aburrido. Pero siento curiosidad.
—¿Sobre qué?
—Bueno, estos son todos tus amigos, ¿no?
—Algunos. ¿Por qué?
—Bueno, si son tus amigos, ¿por qué no te ha preguntado nadie por Steven?
Liam se encogió de hombros.
—No le conocen. Steven se muestra tímido con los extraños.
Zayn asintió, fingiendo creerle.
—Ah, sí. Olvidé que era mormón.
Liam le miró indignado. No iba a montar una escena, pero tampoco quería seguir escuchándole.
—No me estropees esta tarde, Zayn.
—¿Cómo? ¿Hablando de Steven? -vio el dolor en sus ojos y se suavizó—. No estoy estropeándola, Liam. Sólo quiero comprender. Me gusta saber cosas -con naturalidad, lo rodeó con un brazo—. Sólo quería saber más cosas sobre mi competidor para poder derribarle. -Liam levantó la cabeza y le miró a los ojos. Él le tocó la mejilla. —Y luego ocupar su lugar -terminó con dulzura.
—¿Por qué?
Zayn le tomó la barbilla. El deseo brillaba en los ojos de Liam. —¿Qué piensas tú?
—Pienso que a lo mejor tú no quieres algo, pero odias la idea de que otra persona lo tenga.
Zayn bajó la mano. —¿Eso lo que realmente piensas?
Liam apartó la mirada, con miedo a pensar otra cosa. —No lo sé.
Zayn asintió, despacio. Imaginó que no podía culparlo.
—Bueno, entonces piensa en ello. Y tómate tu tiempo, Liam. Tómate todo el tiempo que necesites. Mientras que llegues a la conclusión acertada.
—¿Y cuál es?
—Lo sabrás cuando la encuentres. Todo te parecerá correcto. Lo sentirás correcto
—susurró en su oído.
Zayn dejó su vaso en la mesa y lo miró. Entonces, haciendo caso omiso de los demás, se inclinó y lo besó.
—Simplemente así —le prometió.
Ojalá pudiera creerle. Liam tragó saliva.
—Creo que será mejor que vaya a ver cómo está el bebé.
—Iré contigo.
—No —dijo Liam con firmeza. No vendrás conmigo.
«Pero lo haré», pensó Zayn mientras lo veía marcharse. «No te confundas, Liam. Algún día lo haré».
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