Sábado en la noche, donde el mayor evento de mi vida sucede.

El estar en mi cama, comiendo palomitas y mirando televisión hasta tarde mientras que mis padres salen a su cena de cada fin de semana para mantener su amor de pareja aun vivo como antes... Es muy lindo de su parte que hagan eso, pero más lindo que me dejen la casa para mi sola. No hago demasiado, aunque el tiempo conmigo misma es lo que más aprecio, sobre todo que ahora lo ando necesitando mucho más que antes por los "problemas de estrés."

Ni siquiera se los he dicho a mis padres, no quiero preocuparlos demás cuando ellos ya tienen lo suyo. La idea de seguir siendo una carga para ellos con mis problemas adolescentes no es una opción ahora, sé que puedo manejarlo bien a mi manera y sola, no necesito que nadie más lo sepa.

Un poco egoísta de mi parte pero de verdad no quiero gente tratando de hacerme sentir bien, creo que eso me estresaría aun más sabiendo todo lo que sé sobre mi vida familiar y escolar.

Hago zapping con rapidez buscando algo entretenido para ver porque la película que estaba viendo terminó, en ese momento mi celular suena. Lo tomo y veo el nombre de "Layla" en la pantalla, frunzo el ceño porque se me hace extraño, abro la pantalla contesta enseguida.

—Hola amiga, ¿Qué pasó?— Llevo un par de palomitas a mi boca en lo que espero que conteste.

—Tara, ven a la casa de Will.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?— Dejo el bol de palomitas sobre mi cama enderezando mi postura, confundida por sus palabras.— ¿Pasó algo? ¿Está en peligro?

—Peor, hizo una fiesta y no nos ha invitado, a ninguno.— Contesta ella y puedo sentir el dolor en sus palabras.— Están todos los chicos populares, estoy viendo todo desde la ventana, ven aquí, yo no me animo a entrar sola.

—Ya mismo voy, no te muevas.

—No planeo hacerlo, nos vemos.

Y adiós a mi intento de relajarme durante el fin de semana, porque sobre todo están los amigos pero me parece que no todos tienen claro eso.

Cambio mi pijama a toda velocidad para salir de mi casa acomodando mi chaqueta mientras camino por el camino hasta la vereda en donde acelero mis pasos queriendo llegar enseguida y darle unos buenos golpes a Will... Tal vez no literalmente ya que soy una persona que es muy inestable últimamente y como dijo la enfermera de la escuela, tengo que buscar formas de relajarme y digamos que esto no funciona demasiado.

Llegando, noto a Layla esperando sentada en el escalón de la entrada de la casa de Will, cuando me ve se levanta enseguida y me abraza con fuerza a lo que respondo sin dudar.

—Ahora si, vamos a entrar.— Digo y subo un escalón pero la pelirroja me sostiene de la muñeca.

—¿Qué planeas hacer? No lo asesines, Tara.— Dice como si estuviera cansada de todo, sin embargo mi complejo de héroe está bien latente en mi.

—No lo asesinaré, sólo haremos un poco de escandalo. 

Una pequeña sonrisa aparece en mis labios, Layla acepta a regañadientes y las dos entramos por la puerta, siendo lo primero que atraviesan mis oídos es la música fuerte y las voces atropelladas al escuchar a todos hablar al mismo tiempo.

Nuestra presencia allí no tardó demasiado en llamar la atención de los héroes engreídos que tengo de compañeros y los cuales me he pasado todas estas semanas ignorando, lo cual hice bien en hacer ya que sus miradas despectivas a Layla y yo son demasiadas. Giro mi cabeza para buscar a la persona dueña de la fiesta, mis ojos caen viéndolo salir de la oficina de su padre... Junto con mi persona favorita en este mundo, Gwen. Quien por supuesto ni siquiera finge felicidad al vernos a nosotras, y con esa expresión me doy cuenta de que debo prepararme para lo que sea que traiga consigo.

Gwen le dice algo a Will que no puedo escuchar, odiando mis super oídos una vez más, para comenzar a caminar en nuestra dirección, pero su amiga la que se duplica se les adelanta y se pone en frente de nosotras.

—¿Quién invitó a una asistente? ¿Qué están haciendo ustedes aquí?— Hablan al mismo tiempo y es una molestia para mi.

Layla es quien más demuestra que esas palabras la afectaron, sin embargo yo no me dejo intimidad y mucho menos voy a dejar que la ataquen de esa manera.

—¿Ya se van?— Gwen se cola entre medio de ellas cruzada de brazos y poniendo una mirada intensa en sus labios, que por lo menos a mi, me dan ganas de sacar.

—Para nada, no nos llegó la invitación así que quisimos venir de sorpresa.— Tomo la misma posición que ella forzando una sonrisas.

—¿Dónde está Will?— Pregunta Layla a mi costado dejando de sentirse intimidada por "las populares."

—¿Honestamente? Evitándote... — Contesta de mala manera, luego me da una mirada de arriba hasta abajo con intensión de hacerme sentir mal, lo que ella no sabe es que soy una persona muy segura de misma.— Evitando a ambas, y todo su grupito de asistentes. Y tu Tara, podrías haber elegido mejor compañía pero no, es una pena.

—Créeme, no he cometido ningún error, sin embargo tu si al meterte con mis amigos.— Doy un paso en su dirección lo que hace que Gwen se coloque firme enseguida.— Dime, ¿Dónde está Will?

—Él está dando una fiesta, y no las invitó. Lo están avergonzando, se avergüenzan a ustedes mismos.— Empieza a decir con tanto desprecio y todas esas palabras hirientes, una tras otra sintiendo cierta presión en el pecho. Gwen ahora mira a Layla.— Él sabe que estás enamorado de él, ¿No crees que si le importara hubiera dicho algo ya? ¡Linda! Iré yo con él al baile, no contigo.

Cierro mis ojos con fuerza, como si estuviera sintiendo todas las palabras atravesar con un cuchillo mi cuerpo, más bien el cuerpo de Layla.

—De acuerdo, ya entendí.— La voz de la pelirroja se escucha quebrada, luchando porque sonara firme.— La próxima vez que veas a Will, ¿Le puedes decir que no quiero hablar con él nunca más?

—Yo le daré el mensaje.

Voy a asesinar a esa chica.

—Layla, no la escuches, está mintiendo, él no pensaría eso de ti, es imposible.— Giro enseguida a mirarla y la tomo de los hombros, pero ella se aleja de mi negando con la cabeza forzando una sonrisa al mismo tiempo que sus ojos brillan conteniendo las lágrimas.

—No tiene caso Tara, no debí haber venido.

—¡Layla!— Y el encargado de todo este desastre aparece en la escena con una gran sonrisa, una genuina que desaparece cuando ve nuestras expresiones.— ¿Qué sucede?

—Diviértete con Gwen, ustedes dos se merecen.

Eso es lo último que dice la pelirroja antes de irse y perdiéndose entre la gente de la fiesta, no me había dado cuenta que todo el mundo nos estaba mirando a este punto de la conversación. Hasta el momento había logrado mantener mi furia bastante controlada, sin embargo al escuchar a las tres chicas riéndose de la reacción de Layla, hizo que todo mi autocontrol fuera para nada.

Giro para mirarlas con el ceño fruncido, sus expresiones cambian cuando me ven y a puesto a que mis ojos ya se volvieron de color violeta, extiendo mi mano en dirección a Gwen, y a pesar de los gritos de Will con que me detenga, le disparo con un gran rayo que la hace retroceder y vuela para atrás hasta chocar con una pared, todo ese alboroto hace detener la música de repente y en la casa se instala el silencio.

—¡Tara! ¿Qué has hecho?— Will se coloca al frente de mi y lo miro elevando una de mis cejas.— Pudiste lastimarla, algo muy grave.— Me regaña y ruedo los ojos.

—Se está moviendo, está bien.— Digo con sarcasmo.—

—¡Te arrepentirás de esto, maldita!— Escucho que grita Gwen desde la distancia, extiendo mi cabeza para verla viendo como se levantaba, sus amigas la quieren ayudar, pero aun así las empuja para que la dejen sola.

Yo siempre supe que había algo raro con esa chica, y no me he equivocado. Es una egoísta sin remedio.

—¡Voy estar esperando paciente ese día!— Vuelvo mi atención a Will quien sigue esperando una respuesta de mi parte.— Fíjate bien a quienes elijes, porque a nosotros ya nos has perdido por si no ha quedado claro.

Le doy una última mirada antes de caminar entre la gente, empujando a uno que otro en el enojo que siento en este momento.

Es gracioso, todos dicen que Warren es el chico más malo de toda la escuela, pero acabo de descubrir que hay gente aun peor que ellos y no quería creer que mi amigo fuera parte de ese grupo.

Ahora debo de buscar a Layla, sea donde sea que esté, intento llamarla varias veces en el proceso pero no me contesta ninguna de ellas, es obvio que no va a querer hablar con nadie, tampoco quiero dejarla sola después de lo que pasó, ella terminó siendo la más afectada y yo con una chica que está planeando su venganza hacía mi persona.

La primera idea que se me ocurre, es el lugar en el que puede estar, en su restaurante de comida china favorito. A veces quisiera que uno de mis poderes sea volar o la súper velocidad pero no todo se puede, así que cuando llego al restaurante tomo asiento enseguida en lo que espero que ella llegue, si es que lo hace.

—¿Qué haces aquí? Se está haciendo costumbre.— Levanto la mirada cuando esa voz conocida resuena en mis oídos, sonrío un poco.

Warren está con una bandeja llena de vasos en sus manos y un repasador sobre su hombro.

—Ha habido mucho drama en menos de una hora.— Contesto para luego soltar un suspiro.— Las populares son el problema esta vez, han sido muy crueles con nosotras, más con Layla y estoy tratando de encontrarla pero no contesta mis llamadas ni mensajes.

—Si te deja tranquila, no ha aparecido por aquí.

—No la verdad que no.— Río un poco y Warren sonríe.— ¿Quieres tomar asiento? Me vendría bien una distracción.

—Quisiera, no sabes cuanto, pero el lugar está lleno y ms jefes me regañaran si me quedo sentada con una extraña de pelo violeta.— Comenta y ruedo los ojos.— Salgo dentro de una hora.

—Te esperé entonces.

—¿Estás segura?— Asiento con la cabeza.

—Ordenaré algo de comida mientras tanto.

Warren asiente con la cabeza mientras sus ojos me miran con atención, sonrío un poco y eso le contagia, reacciona unos segundos después para alejarse de mi mesa.

Suelto un largo suspiro llevando mi mano a mi cabello mirando el mechón violeta en el, definitivamente necesito distracción, y confío que estar con Warren va a terminar siendo lo mejor de mi noche.

Recuerden:

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