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XV

SeHun llegó a casa de JunMyeon, pensando que, tal vez, le habría cerrado la puerta. Pero, por fortuna, la encontró abierta. Subió hacia la habitación de JunMyeon, pisando con fuerza sobre la moqueta, preparándose para la pelea que podrían tener. Pero se encontró a JunMyeon vestido y metiendo su ropa frenéticamente en la maleta.

—Conejito...

—No me puedo creer que esos dos no se hayan despertado con todo lo que ha sucedido. —dijo JunMyeon, señalando la pared que separaba su habitación de la de su compañero—. Deben estar en coma. Le tendré que dejar a Taemin una nota.

SeHun lo miró perplejo, sin poderse creer lo que estaba viendo.

—¿Te vienes conmigo? —preguntó con la cara llena de felicidad.

—Me has dicho que si no me iba contigo se acabaría. —respondió JunMyeon suspirando.

—Sí. —aseguró SeHun, regresando a su pose seria para lograr que JunMyeon se vaya a vivir con él.

—Entonces, por supuesto que voy. Durante esas cuatro semanas que no nos vimos, lo pasé muy mal. No soy capaz de pasar del sexo aún. —mintió JunMyeon, pero no estaba listo para admitir abiertamente que amaba a SeHun con locura, no cuando de niño había aprendido a duras penas que el amor en el matrimonio se acaba.

SeHun empezó a sonreír, dispuesto a entender aquello como una broma. Pero el rostro de JunMyeon parecía totalmente calmado, como si lo hubiera dicho en serio. SeHun dudó.

—JunMyeon...

—Venga, SeHun. —JunMyeon sonrió al fin—. Ahora no te lo pienses dos veces. No después de que he arrugado toda la ropa que había planchado tan cuidadosamente. Se supone que tendrías que estar feliz y con aire triunfante.

SeHun esperaba sentirse así, pero no podía. Pensó que era por causa del cansancio.

—Te llevo esto. —le dijo SeHun. La bolsa pesaba, pero no tanto como él había esperado—. ¿Y las cosas del armario?

—Me llevo lo suficiente para la semana. El fin de semana volveré por todo lo demás. —JunMyeon agarró unas cuantas perchas con ropa y se las puso sobre el brazo—. Creo que no necesito nada más de momento.

Ninguno de los dos dijo nada durante el trayecto de vuelta. El llevó la bolsa y parte de la ropa al interior de la casa y JunMyeon llevó el resto. SeHun empujó su ropa hacia un extremo del armario para hacerle sitio a JunMyeon.

Se dio una ducha mientras JunMyeon deshacía el equipaje y, al salir, JunMyeon ya estaba en la cama. Lo lógico era que SeHun se hubiera sentido estupendamente. Ya había conseguido lo que quería. Pero no se sentía bien.

Apagó la luz, se metió en la cama y abrazó a JunMyeon. Como siempre, al tocarlo se excitó y, el modo en que JunMyeon restregó sus glúteos contra SeHun le indicó que JunMyeon sentía lo mismo. Pero, por primera vez en dos años, no quería hacer el amor, sino solamente tenerlo en sus brazos.

SeHun notó que JunMyeon se tensaba al notar su inactividad, pero se limitó a acariciarlo suavemente desde el hombro hasta la cadera. Le encantaba la suavidad y calidez de su piel. Poco a poco, JunMyeon se fue relajando, hasta caer profundamente dormido en sus brazos.

SeHun pensaba que, una vez que estuvieran viviendo juntos, podrían compartir mucho más tiempo. Pero en cuestión de dos semanas se dio cuenta de que su esperanza era vana.

Lo veía más a menudo, pero el tiempo que pasaban el uno con el otro era el mismo que antes, al menos fuera de la cama. No era culpa de JunMyeon, eso SeHun tenía que admitirlo. SeHun era el que tenía que pasar una de cada tres y, a veces, de cada dos noches en el hospital.

Pero las tardes que no estaba ocupado, JunMyeon, si no tenía que trabajar o hacer una presentación a última hora, se pasaba el tiempo en la piscina o en el gimnasio. Cuando volvía a casa estaba tan casado como cuando SeHun había estado de guardia. Así que, el poco tiempo que tenían lo pasaban en la cama.

SeHun sabía que no tenía sentido que se sintiera mal con la situación, pues había sido idea suya. Pero, por absurda que fuera la sensación, no dejaba de ser real.

—¿Podríamos irnos por ahí este fin de semana? — le preguntó SeHun miércoles por la mañana mientras desayunaban —. Podríamos volar hasta Busan el viernes y allí alquilar un coche. El hermano de Tao tiene una casa junto al mar con un bote que podríamos usar. — SeHun había pasado unas vacaciones allí, con Tao, y el día anterior se lo había recordado y le había dicho que podía usar el lugar cuando quisiera—. Sería maravilloso pasar un par de días sin hacer nada. Si tenemos energía podríamos dar alguna que otra vuelta por los campos de vides. ¿Qué te parece?

—Me encantaría. —dijo JunMyeon, pero por el modo en que soltó apresuradamente el tazón en el fregadero y le dio un beso a SeHun, se dio cuenta de que no le «encantaba» lo suficiente—. Pero es que este fin de semana tengo que trabajar. Me voy a Asan el martes, ¿recuerdas? Este fin de semana tengo que prepararme lo que voy a decir.

—Llévate las cosas. —SeHun lo agarró del brazo, para que no se marchara—. Te puedes sentar delante del agua y trabajar. Sería divertido.

—Me encantaría, pero necesito mi ordenador y conectarme a la red. —JunMyeon lo besó de nuevo—. ¿Podríamos hacerlo en otra ocasión?

—Sí, claro... en otra ocasión. —susurro SeHun, teniendo en cuenta el número de horas que tenía que dedicarle a su nuevo trabajo, era absurdo que se resintiera de la cantidad de tiempo que JunMyeon le dedicaba al suyo—. ¿Qué te parece dentro de tres semanas?

—¿Tres semanas? —JunMyeon frunció el ceño—. Eso es demasiado pronto. Tendré que mirar la agenda. Vamos a tener mucho trabajo durante los próximos dos meses. Buscaré un hueco y te diré cuándo puedo.

—De acuerdo. —SeHun lo agarró de la mano y tiró, para tomarlo en sus brazos—. Que no se te olvide. Nos vendría bien a los dos distraernos un poco durante un par de días.

—No hemos tenido mucho tiempo. —afirmó JunMyeon—. Los dos tenemos mucho trabajo en este momento.

—Pensé que el vivir juntos haría que tuviéramos más tiempo para nosotros. Pero no es así. Lo único que tenemos es más sexo. —lamento SeHun con tristeza.

—¡Eh! —JunMyeon se apartó y lo miró con sorna—. ¿Qué estás diciendo? ¿Te estás quejando de que hay demasiado sexo?

—No he dicho que fuera demasiado. —protestó SeHun—. Solo he dicho que creía que iba a haber más... —dudó un momento, buscando la palabra adecuada—. Más intimidad. La intimidad no es lo mismo que el sexo.

—De acuerdo Hunnie. —dijo JunMyeon algo confundido—. Trabajaré en ello. Lo siento, SeHun. Pronto tendremos más tiempo. Mucho más. Para el próximo mes ya me habré librado de Auck y de la convención de Arizona.

—¿Arizona? —SeHun se apartó de JunMyeon—. Espera un momento, Conejito. —era la primera vez que hablaba de que ocurriría algo fuera de Corea —. ¿Arizona?

—Tucson, Arizona. —dijo JunMyeon lentamente, mientras su gesto se tensaba—. SeHun...

—¿Te vas a los Estados Unidos? —cuestiono SeHun y JunMyeon no se lo había dicho hasta ahora—. ¿Cuándo?

—Unos días después de volver de Asan. —le dijo JunMyeon inquieto—. No nos han dado los billetes aún, así que no sé la fecha exacta. Los principales vendedores vamos a ir allí por primera vez. Somos cuatro de Daegu. Va a ser fantástico, SeHun. Es una oportunidad para ponernos al día...

—JunMyeon, no me habías dicho nada de esto. —dijo SeHun con frialdad.

—Nos lo dijeron hace solo un par de semanas. La noche que echaste a Minho de casa veníamos de celebrar también eso. —respondió JunMyeon—. Querría habértelo dicho...

—¿Cuánto tiempo vas a estar fuera? —pregunto SeHun con seriedad.

—La convención dura una semana, pero algunos de nosotros queremos quedarnos un par de semanas más, para poder visitar a algunos representantes de nuestra compañía en América. —contó JunMyeon con entusiasmo—. Todavía estamos esperando a que la empresa nos dé el visto bueno. Pero sería una gran oportunidad de ver el modo en que operan allí, así que he dicho que, si es necesario, utilizarían una de mis semanas de vacaciones. No creo que haya ningún problema.

¡Tres semanas!

—Si incluimos los cinco días que vas a estar en Asan vas a estar fuera un mes. —repitió SeHun con dolor.

—Más o menos. —le dijo JunMyeon lentamente—. ¿Es eso un problema?

—El problema es que no te molestaras en decírmelo. —respondió SeHun. No podía decir nada respecto a las demandas de su trabajo, pero sí podía protestar por no tener en cuenta que él necesitaría saber que JunMyeon se iba del país—. ¿Por qué no me has dicho algo?

Hubo un cambio en el gesto de JunMyeon, una tensión que le dijo a SeHun que no se había tratado sólo de un olvido, sino que le había ocultado sus planes deliberadamente.

—¿Quién más va? —cuestiono SeHun.

—Kang Daniel, Key y Minho.

SeHun apretó los dientes al oír el nombre.

—Creía que Minho se acababa de incorporar. ¿Cómo se las ha arreglado para estar en la lista de los mejores? —grito SeHun perdiendo los papeles.

—Realmente él venía de Asan, ósea fue reasignado a Daegu. Las cifras de ventas que se han tenido en cuenta son las del año pasado. —respondió JunMyeon cerrando los ojos.

—JunMyeon...

—Sabía que reaccionarías mal. —dijo JunMyeon a la defensiva y se apartó de él—. El pobre Minho me dijo que aquella noche le pegaste...

—No lo toqué. —SeHun lo interrumpió—. Pero si, incluso, lo metí en la cama. ¿No te ha contado eso?

—Me dijo que estaba lleno de moratones. —respondió JunMyeon arrugando el entrecejo de desconcierto.

—Puede que se los hiciera mientras lo llevaba a su casa. —admitió SeHun. No lo había tratado con demasiado cariño. Pero, a pesar de la tentación que había sentido, no le había puesto la mano encima.

—SeHun, tú eres mucho más fuerte que él. Solo un puñetazo y...

—Yo no doy puñetazos. Puedo admitir que nunca había tenido tantas ganas de darle uno a alguien. Pero no me rebajé tanto por un idiota. —respondió SeHun con rabia, JunMyeon seguía mirándolo con un gesto defensivo—. Puedes creer lo que quieras.

—Por supuesto, te creo a ti. —dijo JunMyeon después de un silencio—. Minho exagera mucho las cosas, supongo. Creo que se ha estado sintiendo como una especie de héroe, y ha estado contando historias de cómo mi novio lo echó de mi casa.

—Al menos admite ahora que tienes un novio. —rio SeHun de mala gana.

JunMyeon sonrió

—Sí, ahora es consciente de eso.

—Bien. Si se le vuelve a olvidar, se lo recordaré gustoso. —respondió SeHun.

—Siento no habérselo explicado yo.

—Lo que no entiendo es por qué no me has dicho nada de este viaje.

—Porque pensé que querrías impedírmelo. —dijo JunMyeon.

—¿Impedírtelo? —SeHun lo miró perplejo—. ¿De qué estás hablando?

—Me diste un ultimátum para que me viniera aquí. —dijo JunMyeon—. ¿Qué te impide hacerme lo mismo con respecto a mi trabajo?

—No. —grito SeHun, la idea de que JunMyeon le tuviera miedo lo abatía—. ¿Por qué iba a hacer algo así? JunMyeon, nunca haría eso. Jamás esperaría que eligieras entre tu carrera y yo. Sé cuánto significa para ti. —además, sospechaba que, si le diera a elegir, JunMyeon elegiría su trabajo—. Y, ¿por qué demonios piensas que me interpondría en un viaje de trabajo?

—Pensé que, tal vez, no querrías que me fuera. —susurro JunMyeon.

—No me gusta estar solo, pero eso no significa que te vaya a impedir hacer cosas. —declaró SeHun—. JunMyeon, me gusta que disfrutes con tu trabajo. Jamás te sugeriría que hicieras algo que pudiera poner en peligro tu carrera.

—Pero, ¿y Minho? El también estará allí, SeHun. Es uno de los que quiere quedarse dos semanas más. —contó JunMyeon con un jadeo lastimero.

SeHun no pudo evitar apretar los dientes.

—Tengo que admitir que no me gusta la idea de que se vaya contigo a América, porque no me fío de él. Pero me fío de ti. Siempre y cuando no le permitas que se meta en tu cama otra vez. —advirtió SeHun.

—Te lo prometo Hunnie. —dijo JunMyeon suavemente. SeHun lo besó. Un beso cálido y amoroso—. Siento no habértelo dicho antes. Te amo Hunnie.

SeHun lo agarró de la barbilla y le dio un beso.

—Pues cásate conmigo si me amas y tengamos una docena de hijos. —puchereo SeHun.

—¡Una docena! —JunMyeon se apartó con una carcajada—. Ni lo sueñes.

JunMyeon no especificó si su negativa era por lo de la docena, por lo de los niños o por lo del matrimonio.

—Ahora me tengo que ir a toda prisa. Se me ha hecho muy tarde. Esta noche también volveré tarde. No me esperes despierto Hunnie. —rio JunMyeon dándole un último beso apasionado—. Adiós.

La puerta se cerró antes de que SeHun tuviera la oportunidad de responder. 

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hace tiempo les dije que iba hacer un fic donde jun no iba caer como moneda de oro jsjsj spoiler

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