Monumento de Ladrones
𝐌𝐎𝐍𝐔𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐄
𝐋𝐀𝐃𝐑𝐎𝐍𝐄𝐒 | 𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐎𝐍𝐄
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❝En un día lluvioso de mayo, con las gotas chocando ruidosamente con las ventanas de la humilde casa de dos jóvenes particulares, se encontraban madre e hija disfrutando de la paz tranquilizadora de la tarde.
──Mami, ¿te puedo hacer una pregunta? ──preguntó la menor de ellas, con el cabello negro teñido con pequeños mechones verdes producto de una travesura antetior.
Su madre rió ante el tono serio de su hija curiosa.
──Por supuesto hija, todas las que necesites. ¿Qué deseas saber? ──respondió la madre, dejando de cocer el vestido blanco de encaje que tenía en su regazo, decidiendo prestarle total atención a su pequeña.
La niña tomó el pesado libro entre sus manos, usando un gran esfuerzo para llevarlo hasta el regazo de su madre y después montarse ella. La madre reía ante los esfuerzos de la pequeña, la cual parecía que escalaba una montaña.
Cuando finalmente estuvo cómoda y tuvo su merecido descanso después de inimaginable esfuerzo, preguntó con total seriedad, la curiosidad brillando en sus ojos.
──Si hay tantos personajes en las historias, ¿por qué termina cuando el héroe gana? Y ¿por qué solo se cuenta una versión? ──preguntó la pequeña con el ceño fruncido, abriendo el libro de cuentos y señalando los capítulos, enfatizando su punto.
La madre suspiró, la época de las preguntas le hacían creer que no conocía nada del mundo. Pero, sorprendentemente, en esta ocasión, tenía la respuesta a su pregunta.
──Recuerda, Python, las historias que conocemos, tanto las de humanos como las de Dioses, son contadas por los sobrevivientes y ganadores. Nunca conoceremos la otra cara de la moneda, ya que la otra versión de la historia quedó sepulcrada en el pasado. ──aseguró la madre, a pesar de sus palabras profundas, su tono era gentil y comprensivo, como siempre, el tono de una madre amorosa.
Python meditó las palabras que su madre le dijo, moviendo los engranajes de su pequeño cerebero para comprenderlas a la perfección. Pocos segundos le tomó entender tan profundas pero simples y ciertas palabras.
Y a penas lo hizo, otra duda surcó su mente.
──Entonces, ¿quieres decir que...? ──las palabras de Python fueron repentinamente silenciadas por un estruendo repentino, un trueno demasiado fuerte y un destello muy iluminado, demasiado para ser un rayo...──. Mami, ¿qué fue eso? ¿Mami...?❞
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Pyton's Pov
𝐂𝐎𝐍 𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐏𝐀𝐒𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐃Á𝐁𝐀𝐌𝐎𝐒, 𝐄𝐒𝐓Á𝐁𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐌Á𝐒 𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑 𝐀𝐋 𝐈𝐍𝐅𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐌𝐎𝐍𝐔𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎, una desgracia total por si me preguntan.
Nisiquiera entendía su forma, la había visto unas cuentas veces en los folletos de la estación de gasolina antes de usarlo como leña para el fuego. No era un monumento bonito, por el contrario era antiestético. ¿A quién carajos se le ocurrió hacer un semicirculo todo abstracto? Los hijos de Atenea les falla el cerebero.
──¿Estas segura que ahí estaremos a salvo? ──le preguntó Perseus a Annabeth, expresando la duda que todos teníamos en ese momento. Hasta que hace algo bien el aguas de inodoro Jr.
──¡Por supuesto! ──aseguró Annabeth con aparentemente confianza, pero el sonido de sus pasos la delataban. No sonaban igual de firmes y decididos que siempre, por el contrario, eran flojos y dudosos. Probablemente no creía en su propia declaración de forma inconsiente, como si tratara de engañarse asi misma y su devoción por su madre segara su buen juicio.
Sentí un destello de lastima por ella, uno muuuuuy chiquitico, sería propio decir que más pequeño que el brillo de una luciérnaga al borde de la muerte.
Es triste en cierta forma dudar de la ayuda que te puede brindar tu propia madre. Si mi madre fuese una Diosa y tuviera un monumento ─el cual se merece completamente y que debería ser al menos una cuarta parte de su belleza y gracia, no esa abobinación de arco gris─ y yo tuviera que acudir a ella por ayuda, no dudaría ni un poco, correría con total confianza porque tendría la certeza de que mi madre me apoyaría sin titubear.
Aunque, tal vez la razón por la que tengo tal confianza hacia su apoyo incondicional es, precisamente, porque no es una Diosa.
Tal vez Annabeth no se daba cuenta de ello, de que ella era solo una más en la cabaña de Atenea y que, por cruel que suene, era posible que hasta su nombre olvidara su madre con frecuencia. Contrario a mi, que solo soy yo, no hay otra "Python" u otra "hija de Medusa", solo yo.
Tal vez comienzo a empatizar con ella.
(...)
Me retracto. Es insoportable.
Todo el camino desde la estación del tren hasta el monumento ese, Annabeth ha estado presumiendo la maravilla arquitectónica que era el monumento, el cual, repito, era bastante feo y careciente de estética y yo, sinceramente, me distraje por el olor a chocolate y dejé de prestarle mucha atención cuando comenzó a hablar de sus medidas.
Dioses, se me antojaba un helado de chocolate tanto como a un pez el agua ahora mismo.
──Así es como demuestras tu amor hacia Atanea... ──dijo Annabeth, fascinada completamente por la arquitectura del lugar.
──Si, porque un "te amo" no sería lo suficientemente ostensoso para un dios. ──le interrumpí, comezando a canzarme de su monólogo intensivo.
──¿Cuál es tu problema? Deberìas agradecer que el temblo este aquí, ahí estaremos a salvo. ──aseguró Annabeth y yo tuve que conter mi risa sarcástica.
──Si, porque ningún mostruo puede entrar, ¿cierto? ──dije, dando un paso a su dirección──. Lamento matar tus ilusiones de guía turística pero, yo también soy un monstruo e, incluso si no lo fuera, me niego a entrar a ese o cualquier otro temblo de tu madre; porque refugiarme en su casa sería traicionar a mi madre. Asi es como le muestras tu amor a Medusa.
Brisa y murmullos de humanos externos a la situación, solo eso se escuchaba tras terminar mi palabras.
──Y-yo, lo había...
──¿Olvidado? Si, supongo que estas acostumbra a que los mostruos sean horrorosos a la vista y a matarlos a penas tienes la oportunidad. Ser considerados con ellos te debe retorcer el estómago. ──volví a interrumpirla, sin ánimos de escuchar sus disculpas vacías.
──¿Entonces qué haremos? ──preguntó Grover, como si estuvieran dispuestos a cambiar sus planes por mi. Vaya chiste.
──Ustedes entren, yo estaré por aquí. ──aseguré, aunque en realidad planeaba ir al lugar de donde provenía el delicioso aroma a chocolate.
──¿Qué? No. Si estas afuera pueden herirte, a ti también te busca la bestia ──dijo Perseus, metiéndose en una conversación a la que nadie lo llamó──. Annabeth, ¿no puedes hablar con tu madre, tal vez si...?
──No ──ahora era mi turno de meterme en una conversación ajena──. Solo los buscan a ustedes, a mi nisiquiera me atacó a pesar de tener la oportunidad. Además, yo no tengo olor como ustedes, si me alejo, estaré bien.
En otras palabras, mientras estuviera lejos de Perseus "Problemas Andantes" Jackson y su séquito de blancos fáciles, estaré perfectamente bien.
Creo.
Después de todo, ¿qué puede salir mal?
(...)
Había olvidado lo molesto que son los humanos.
──Señor, hay una larga fila detrás suyo. ¿Podria decidirse? ──le preguntaba el cajero en tono suplicante, temiendo que se formara un levantamiento en su tienda.
10 minutos llevaba el princesito sin poder decidirse por el sabor de helado, ¡10 minutos, por el odio a los dioses!
Tampoco había una infinidad de sabores, tan solo existían 4. ¿Qué tan indeciso podría ser?
Surpiré con fastidio, mirando simbólicamente el reloj en mi muñeca. A veces opino que Tique me ha abandonado.
──¿Me podria dar una muestra del de fresa? Es que no me decido entre ese o el menta...── murmuró el señor frente a mi y, sinceramente no se cómo se ve, pero solo por el estres que me esta causando lo imaginaré feo.
《Ojalá pudirra arrancarle la cabeza al simio este.》pensé con fastidio y odio reprimido, llevando mi mano a mi collar con el dije de mi familia, buscando tranquilizarme. Solo para darme cuenta que no estaba ahí.
La desesperación fue casi inmediata, como el encendido de un explosión de gas tras el encendido de una llama.
Entonces las palabras de Perseus golpearon mi memoria:
"Bueno, es que, encontré esto en el tren y creo que es tuyo..."
──Esa bola de agua podrida.... ──murmurè con frustración.
Genial, no solo me había salvado de morir encerrada en un baño de tren, también tuvo la amable gentileza de recuperar lo que es, probablemente, el único recuerdo que tengo del rostro de mi padre.
Ya mejor postulenlo al noble de la paz.
Y como si de un castigo divino se tratara, recibí una fuerte punzada al corazón, casi como si me hubieta caído direcho de boca y mi pecho hubiera recibido todo el impacto.
Fue tanto el dolor que tuve que salirme de la fila, ¡y justo cuando era mi torno! Los dioses me odiaban, sin duda.
Me agarré del borde de la puerta de la tienda, respirando agitadamente ante el dolor desconocido, sentía algunas miradas curiosas sobre mi. probablemente preguntándose qué carajos me pasaba o si consumía drogas.
Probablemente, considerando mi apariencia, atinarían a la segunda los más conservadores y chismosos.
Me agarré del pecho, como si aquella acción aliviara el dolor, como si pudiera arrancármelo directamente con mis manos. Pero había algo, algo que me decía que ese no era mi dolor, que cargaba con un dolor ajeno y que era imposible tratar de aliviarmelo.
Entonces, con una brisa fresca como el soplido de verano, una frase llegó con un embriagador aroma a rosas recíen cortadas: "Perseus."
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RESUCITÉ DESDE EL INFRAMUNDOOOO 🗣️🗣️🗣️🗣️
Qué tal??? Me extrañaban??
O extrañaban su dosis de odio por los dioses, mejor conocida como Python?
Da igual, yo si los extrañé 💋
Alguien aquí es fan de Alice in the bordeland?? Tengo un fic de eso en borradores y no se si publicarlo otra vez😭
Recuerden pasarse por tiktok (va11e_122) para ver los nuevos edits de este duo dinámico, por favor 😭😭
Para los que no saben, Tique es la diosa y personificación de la buena suerte, el azar y la fortuna.
MEMES DEL CAP❗🗣️──────
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