Capítulo 4
Cassie se despertó sobre la manta de picnic, en aquel verde jardín. Miró hacia su lado y vió a un Grant respirando profundo mientras aún dormía, sonrió sin darse cuenta. Dió un respingo al percatarse de donde estaba, no había regresado a casa en toda la noche.
-Hey gigantito levanta vamos, es de día.- La rubia mecía al chico en un vano intento de hacerle despertar.
-¡Grant! ¡Muevete ya!- La chica gritó en su oído, provocando que el ojiverde se despertara de golpe tomándola por los brazos. Su cercanía calentaba el ambiente.
-Es...hora de irse.- Susurró ella, completamente avergonzada.
Ambos pusieron rumbo a sus casas y no tardaron demasiado en llegar.
-Nos vemos pronto, chica buena.- Vociferó el moreno desde la puerta de su casa. La chica le respondió con una enorme sonrisa, giró el pomo de la puerta y entró en la casa, tratando de no hacer ruido para que Cece no supiera que había dormido fuera. Sus intentos fueron estúpidos.
-Evans. Estoy aquí.- La pelirroja echaba humo por cada poro de su cuerpo. -Estoy esperando una explicación.- Se cruzó de brazos.
Desde la puerta todavía, Cassie le mostró una sonrisa en forma de disculpa para después soltar un "es una larga historia" a la que su amiga dió una mirada hacia ella para después mirar al sofá. Ambas sabían lo que eso significaba.
-No sé si estar enfadada u orgullosa...- Cece puso una mano en su barbilla, haciendo como si pensara. -¿Sabes quién está aquí? ¡Casi lo olvidaba!- La chica comenzó a saltar sobre su asiento.
-A ver... ¿Quién?- Respondió secamente su amiga.
-Pero así no...- La pelirroja hizo un puchero.
-Está bien.- Sonrió. -¿Quién está aquí, enanita?- Puso sus manos en los hombros de su amiga.
-¡Josh!- Gritó entusiasmada, pero no obtuvo más respuesta que una mirada sin expresión.
-Mi primo, Cass, mi primo Josh.- Gesticuló con sus manos, esperando una respuesta.
-¡Oh dios! ¿Dónde está?- La rubia por fin recordó ese nombre y comenzó a correr como loca. Josh y ella eran buenos amigos desde hacia varios años pero llevaban meses sin verse.
-Vendrá en un rat...- Pero el timbre de la puerta sonó, interrumpiéndola.
Ambas chicas corrieron hacia la puerta para encontrarse con un entusiasmado Josh que las abrazó con suma fuerza.
-Bueno chicos, voy ha hacer la compra, nos vemos amores.- La ojiverde lanzó besos al aire para después abrir la puerta y marcharse de allí.
-Bueno... ¿Y qué tal va todo, caperucita?-La chica se rió del estúpido mote que le había puesto el moreno algunos años atrás.
-¿Qué decirte? Mis padres como siempre están ocupados con sus grandes empresas como para darse cuenta que me he mudado a otro país. Así que ahora vivimos aquí, felices y juntas.- Suspiró profundamente para continuar. -¿Y tú?- Sonrió dulcemente.
-Estoy de vacaciones, estaré algunos meses aquí o quizás no. ¿Quién sabe? Ya me conoces.- El moreno rió, era todo un aventurero.
Los jóvenes decidieron salir a tomar un café, al llegar hasta el umbral, Cassie miró hacia la izquierda, esperando encontrar unos ojos verdes y una hermosa sonrisa allí, al no ver nada la chica bajó la cabeza, decepcionada.
-¿Estas bien, Cass?- Preguntó el chico
-Claro.- Mostró una falsa sonrisa. A pesar de que conocía a Grant desde hacía solo unos días, la chica se había acostumbrado a él, a su molesta presencia.
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