6
Taehyung no se despegaba de la computadora ni por un segundo. A cada rato estaba tomando de un té —de lo primero que encontró sin fijarse de qué era— por el tremendo estrés que cargaba encima. Yeonjun tampoco paraba de mandarle mensajes, cosa que molestaba aún más, por lo que no dudó en silenciar su teléfono. Una vez tecleó un par de oraciones en su informe, lo mandó mediante correo electrónico a su jefe, posteriormente enviándoselo a Yeonjun y a un detective oficial quien es el encargado del caso sobre el cuadro robado.
Echó un suspiro pesado, apagando su computadora y tomando hasta la última gota de su té, es ahí cuando escucha como alguien detrás de la puerta intenta entrar hasta que finalmente ve como se abre. Jungkook acababa de llegar a casa.
El mayor había tenido un largo y pesado día, tan cansado y agotador que una vez vio a su novio, aquel cansancio desapareció por completo y con pasos rápidos se dirigió hacia él. Taehyung estuvo listo para levantarse si no fuera porque Jungkook lo sustuvo entre sus mejillas y empezó a devorar sus labios.
Taehyung trataba de seguirle el paso, aún más trataba de hacerlo cuando su caliente lengua se introdució en su cavidad bucal, creando así una guerra entre ambos musculos, provocando también pequeños sonidos de chasquidos.
Jungkook finalmente decidió separarse, pero Taehyung todavía quería más de él; más de esos besos, más de esas caricias, toques, más de él.
—Bienvenido... —dijo un Tae aturdido, sonando más a una pregunta que un diálogo normal.
El mayor rió bajito, luego depositó otro pequeño besito sobre sus labios.
Empezaba a acostumbrarse a vivir de esa manera.
—¿Qué tal te fue hoy? —le preguntó finalmente Jungkook quien dejó su mochila a un lado para empezar a quitarse la chaqueta.
—¿Bien? —oh bueno, no tan bien pero bien—. Ayer en la tarde se robaron un cuadro y el jefe me hizo responsable de traerlo de vuelta junto con otro compañero. Sin darme cuenta le dije que lo traería en una semana —musitó lo último, como si tuviera vergüenza de sí mismo por apresurarse en algo.
Jungkook lo observó de reojo por un momento, veía que estaba muy cansado y que necesitaba aunque sea descansar un poco, pero él no quería y tampoco podía.
—Mi compañero me regañó por eso, porque le puse fecha limite sin pensar bin en la situación. Cuando es un cuadro robado, es muy difícil que encuentren al ladrón y que lo devuelva. Tampoco hay copias —expresó.
—¿Y qué han hecho? —preguntó el mayor quien ahora se había sentado en la silla dle comedor, justo frente a Tae.
—Antes de que vinieras le mandé un informe al detective a cargo de la búsqueda que contiene la información necesaria para encontrarla mejor —el menor mordió sus labios, pensando profundamente en algo—. Pero si yo fuera el ladrón, por obviedad me daría cuenta de que cada cuadro de esa galería tiene un chip de rastreador, con lo cual, se lo quitaría sin pensarlo dos veces.
—Eso significa que dejó el rastreador en cualquier lugar del país siendo de trampa —supuso Jungkook.
—Exacto —luego de unos segundos pensando, decidió cambiar de tema—. ¿Y a ti, qué tal te fue?
—Fue demasiado cansado, ya hasta siento que me estoy quedando afónico de tanto cantar —carraspeó su garganta—. Me pregunto si el CEO sabrá que yo no soy el cantante principal.
—Más bien, al CEO le interesa la producción que pueda sacar de ustedes, no su salud como tal —dicho eso, Taehyung decidió levantarse al fin y estirarse, escuchando así como varios de sus huesos tronaban—. Igualmente, cantas muy bien.
—¿Debería cantarte todas las noches para que puedas dormir como un bebé? —preguntó gracioso.
—Si es una oferta de gratis, no puedo decir que no —respondió con igual tono, tono gracioso que, al momento, desapareció de a poco—. No hice la cena por estar haciendo el informe...
—Oh, no te preocupes, puedo hacerla o si quieres, podemos pedir comida —propuso.
—¿Te conviene comer comida rápida? —Jungkook sonrió con nerviosismo—. Haré la cena mientras te duchas.
Taehyung estuvo dispuesto a caminar hacia la cocina si no fuera porque a medio camino Jungkook lo atrajo hacia él por la cintura. El mayor recostó su cabeza sobre su vientre, abrazándolo más por la cintura para no dejarlo ir.
El de cabellos plateados pensaba que era un comportamiento normal en él a comparación de sí mismo. Jungkook resultaba ser muchísimo más cariñoso con Taehyung que con otra persona, incluso más de lo que una vez pensó ser.
Una mano traviesas recorrió por la espalda del menor y de a poco fue subiendo su camisa blanca hasta dejar expuesto su vientre.
—¿Estuviste haciendo ejercicio? —preguntó el mayor notando su plano abdomen—. Tu hermosa barriguita desapareció —hizo un pequeño puchero, sin embargo, besó con cariño justo en su ombligo.
Por parte de Taehyung, se encontraba más que nervioso por los besos que Jungkook iba dejando en su abdomen. Se sentía extraño, pero cómodo. Incluso sentía como un pequeño cosquilleo recorría la parte baja de su vientre y columna vertebral.
—O si quieres... Podemos comer otra cosa.
Entendía perfectamente lo que quería decir. Específicamente, no iban comer comida ya hecha si no que...
—Entonces no comeremos nada —dijo Taehyung observándolo directamente a los ojos.
Por supuesto que quería, pero todavía no estaba preparado para dar ese paso especial para ambos. Quería también que Jungkook lo entendiera, que pudiera comprender su comodidad y que todavía no era el momento para hacer eso.
—Está bien, esperaré, TaeTae —le sonrió, recargando su mentón en el abdomen.
Taehyung se inclinó un poco hacia delante para besar su frente, también besó aquel piercing prominente en su ceja derecha. Fue bajando a sus labios que sucesivamente besó con cariño.
—Gracias por entender.
{...}
La situación actual era para quedar aborrecido del asunto. Taehyung miraba sin una pizca de emoción a Yeonjun que le explicaba al detective que debía de encontrar ese cuadro mucho antes porque no era un cuadro cualquiera, si no que un cuadro especial. El de cabellos plateados decidió callar a Yeonjun porque daba detalles que en verdad no tenía nada que ver con la situación, diciendo lo siguiente:
—Si el ladrón fuera inteligente, se daría cuenta de que tiene un rastreador, y lo más probable es que lo haya dejado en cierto lugar como señuelo.
—Exactamente eso mismo ocurrió —Tae elevó una ceja con sorpresa—. Ayer en la noche empezamos el operativo de búsqueda por la ciudad, y lo encontramos cerca de la ciudad de Gangnam-gu. Todavía están en búsqueda por la zona.
—¿No encontraron huellas? —preguntó nuevamente.
—No, pero afortunadamente encontramos un cabello. Están haciendo los análisis necesarios para identificar de quién es y así dar a parar con el ladrón —explicó.
—¿Y si no es el cabello del ladrón y de otra persona? —esta vez fue Yeonjun quien preguntó.
—Las probabilidades de que ocurra eso es baja... Pero siempre está la probabilidad de que sí —confesó—. En cualquier caso, me contactaré nuevamente con ustedes si encuentro alguna otra novedad. Muchas gracias por la información.
—No, gracias a usted, detective Lee, por ayudarnos —expresó Tae, haciendo una reverencia ante el inspector en modo de agradecimiento.
Yeonjun pasó sus manos por el rostro mientras suspiraba pesadamente cuando vio al detective irse. Le parecía bastabte sofocante el tema y se preguntaba mil veces el porqué su amigo dio una fecha límite difícil de cumplir.
“Cierto, es Kim Taehyung.” —se repitió dos veces.
—Taehyung, creo que es mejor...
—No me pidas que de un paso hacia atrás porque no lo voy a hacer —le dijo, ya adivinando lo que su amigo diría.
Y era cierto. Taehyung no era de esos que daban un paso atrás cuando veían las cosas feas. Prefería enfrentar los problemas con la cabeza en alto en vez de retroceder. Aunque sí, sabía que nunca debió dar una fecha límite en algo que no se podía asegurar, y verdaderamente se comía las uñas por recibir una respuesta positiva.
—Es que piénsalo, es muy difícil que nos entreguen ese cuadro que vale... ¿Tres mil dólares?
—Cuatro mil dólares —corrigió—. Si quieres retirarte, eres libre de hacerlo. Te cubriré si el jefe pregunta por ti. No necesito que me digas sobre desistir cuando sabes que no lo haré —le comentó decidido en sus acciones y palabras. Su mirada era tan penetrante, que con tan sólo mirarlo de reojo sabía cuanta determinación tenía.
—De verdad que es un caso perdido tener que aconsejarte —volvió a decirle el pelirosa mientras negaba—. Cambiando de tema, ¿quieres ir a comer después?
—Mi novio vendrá a recogerme después —respondió mientras recogía unos documentos—. Pero puedo decirle que me recoja más tarde.
—¡Oh, por favor! Necesito compartir más tiempo con mi Tae —el mayor se acercó al menor para tomarlo de imprevisto y abrazarlo desde atrás, rodeando sus brazos por su cintura y recargando su mentón en el hombro del contrario.
—Me ves casi todos los días, no tienes porqué necesitar compartir más tiempo conmigo —intentó alejarlo lo más que podía para mantener quella línea de privacidad.
—Cielos, eres demasiado seco...
Yeonjun jaló del brazo a Taehyung para sacarlo de la galería; ya su tiempo laboral había acabado. Ambos chicos se dirigieron hacia una cafetería que sorpresivamente Taehyung conocía a la perfección. Se apresuró un poco en entrar esta vez siendo él quien jalaba a Yeonjun, una vez entró su sonrisa no se hizo esperar cuando un señor ya mayor los atendió.
—Es un placer volverlo a ver, señor Jung —dijo Taehyung mientras se acercaba a la recepción.
El señor tardó unos segundos en recordar quien era, no porque iban muchos clientes y le era difícil recordar quien era quien, si no porque Taehyung había cambiado radicalmente de pies a cabeza y por eso no lo reconocía bien.
—¿¡Kim Taehyung?! —el señor Jung salió de donde estaba y con largas zancadas caminó hacia el menor para abrazarlo muy fuerte—. ¡Por Dios, extrañaba a mi cliente favorito! —chilló de emoción—. Hoseok me dijo que ya estabas aquí, y que probablemente me lleve una sorpresa cuando te viera, ¡no pensé que sería tanta! Dime, ¿has estado bien? ¿Cómo estuvo Estados Unidos?
De tal palo, tal astilla, porque Hoseok es su verdadero clon.
—He estado muy bien, gracias por preguntar —le devolvió el abrazo—. Y sobre Estados Unidos... Es un país asombroso.
—Es una alegría que estés de vuelta... ¡Pero siéntense, sus pedidos van por la casa!
—No hace mucha falta...
—Por favor, es una muestra de mi alegría por verte aquí —le mostró una amplia sonrisa, similar a la de Hoseok.
Los chicos sin replicar nada más, se sentaron en unas sillas que daban hacia el ventanal. Ambos pidieron unos sandwiches, un té de manzanilla para Taehyung mientras que un café para Yeonjun, de inmediato el dueño del local se dispuso a hacer las órdenes. Mientras tanto, Taehyung aprovechó el momento para llamar a Jungkook y explicarle la situación.
Unos dos pitidos bastaron para que Jungkook contestara la llamada.
—"¡Taehyungie!"
—Jungkookie... ¿Ya saliste de la empresa?
—"Todavía no. A último momento el CEO nos pidió hacer algo más para después irnos. ¿Y tú, ya saliste de trabajar?"
—Sí, solo que salí con un amigo a la cafetería del señor Jung. Puedes tomarte tu tiempo, no te preocupes en venir tan pronto.
—"Oh... ¿Es así?" —el tatuado quería agregar algo más a su comentario si no fuera por otra persona que a gritos dijo—: "¿¡QUIÉN FUE EL INÚTIL QUE TOCÓ UNA NOTA MALA?!" —debido a eso Taehyung alejó el teléfono del oído—. "TaeTae, cuando esté de camino te llamo, ¿sí?"
—Está bien. No te sobreesfuerces mucho. —era algo que mayormente le decía, y que, conociendo a Jungkook, quien es alguien bastante perfeccionista, le sería difícil poder cumplirlo, es por eso la risa nerviosa de su novio.
—"Te amo" —le confesó.
—Yo también —contestó con una sonrisa el menor hasta que finalmente colgó.
Dirigió su mirada a su acompañante quien de un modo bastante notorio se había tapado la cara con su mano derecha mientras observaba el ventanal. Con el ceño fruncido Taehyung le preguntó:
—¿Qué te pasa?
—Solo quería darles privacidad.
—¿Y eso se supone que existe en tu diccionario, la palabra privacidad?
El señor Jung llegó con una bandeja, repartiendo los pedidos a cada uno y deseándoles un buen provecho. Taehyung le dio un gran mordisco a su sandwich mientras escuchaba los continuos comentarios de Yeonjun.
—Ya no me ofendes con eso —el mayor rodó los ojos—. Tu novio debe de ser alguien bastante especial para tener que soportarte. Eres bastante literal y muy realista por no decir que superficial, al igual que un mata pasiones.
—Al menos él puede soportarme más de lo que tú, en un mundo paralelo con una situación similar, podría —comentó como si no le importara el peso de su comentario.
El peso de ese comentario no era más ni nada menos que la realidad. Yeonjun acabó incomodándose con eso que carraspeó su garganta y se removió del asiento.
—Eso fue incómodo... Creí que habíamos dejado ese tema a un lado —tomó un poco de su café.
—Entonces, ¿por qué dices que mi novio debe de ser alguien especial para soportarme cuando tú en primer lugar no pudiste o ni siquiera puedes?
Cuando Yeonjun conoció a Taehyung, pensaba que él era una persona superficial, que se creía el rey de todo y que lo único que hacía era llamar la atención. La realidad acabó siendo lo contrario porque Kim Taehyung detesta llamar la atención y sobre todo detesta ser alguien superficial. Después de ese momento, empezó a verlo como alguien de quien admirar, lo idolatraba.
—Empezamos con el pie izquierdo, ahora estamos por el buen camino. No empieces a echar en cara lo que en un pasado fue, por favor —pidió Yeonjun, que segundos después le dio un mordisco a su comida.
—No hay comienzos con pies izquierdos o derechos. Simplemente: te cae mal una persona y después empiezan a llevarse bien, o que ese día no era para ti—relamió sus labios al tener restos de comida.
—Tú y tu realismo...
—Solo te duele que te digan la verdad en la cara, Choi Yeonjun.
Una realidad que muchos intentaban evitar, pero como era de esperar: muchos le tienen miedo a la verdad, muchos les enfurece que le digan la verdad, a muchos les entristecen la verdad. No muchos pueden tolerarla, eso incluía a Choi Yeonjun, quien siempre cargaba a su lado como compañero y amigo a Kim Taehyung, alguien que le repetía cada vez que tenía la oportunidad sus verdades tan claras como el agua del mar.
—Si el sandwich me cae mal, vas a tener que cubrirme en el trabajo —advirtió el mayor, dando un último bocado a su comida.
—Desde cuando no... —nuevamente Yeonjun volvió a observarlo, esta vez con un rostro bastante serio.
Ambos tuvieron una batalla de miradas serias, que, por varias y obvias razones, Taehyung acabó ganando y eso provocó una pequeña risilla en Yeonjun.
—Tu nunca pierdes, ¿no?
Por supuesto, había una persona con la que era imposible tener que ganar. Sí: Jeon Jungkook, un chico bastante competitivo que nunca, jamás en su vida "perdía".
Una hora más tarde Jungkook llamó a su novio para avisarle que ya iría de camino, apenas había salido de la empresa. Minutos más tarde de espera, un Mercedes Benz fue parqueado frente al local. Taehyung junto con su amigo salieron, y con pasos rápidos al igual que con una radiante sonrisa que alegraba rápidamente la tarde a Jungkook, se acercó a este para poder abrazarlo.
Algo que muy importante que recalcar: Jungkook estaba usando gafas, gorra y una mascarilla negra que evitaba ver por completo su rostro. Su agencia le exigía cubrir su su identidad por completo.
—¿Todo bien con el trabajo? —le preguntó al corresponder su abrazo, Taehyung afirmó con su garganta.
—Yeonjun, ¿mañana a la una de la tarde? —el menor se giró el nombrado. Al parecer se veía un poco incómodo.
—Sí. Igualmente antes te llamaré para coordinar mejor —respondió—. Ya debería de irme. Nos vemos —ni siquiera pensó mucho cuando hizo una leve reverencia, Jungkook y Tae también hicieron lo mismo.
No mentiría, le preocupaba bastante su amigo. ¿Cómo puede estar con alguien que se viste todo de negro, tiene varios tatuajes en sus manos y sobre todo esos piercing? De tan solo recordarlo le daba una leve mala espina. Conocía a Jungkook por fotos que Tae le enseñaba. Exactamente no sabía quién era, como su personalidad, pero por lo mucho que habla Tae de él, sabe que podría ser una buena persona.
Podría, pero no puede.
Taehyung se veía alguien bastante simple, sencillo, que no quisiera estar rodeado de tantos problemas y Jungkook parecía de esos problemáticos que obligaba al menor estar con él.
“Las apariencias engañan. No juzgues un libro por su propia portada.”
Jungkook se bajó un poco su mascarilla y con sus labios recorrió los del contrario, uniéndolos en un beso suave pero con un toque intenso. El mayor bajó sus manos recorriendo las caderas del menor, acercándolo cada vez más hasta que el pecho de Taehyung tocara con el de Jungkook.
—Te extrañé mucho —Jungkook recostó su cabeza en el hombro de Taehyung, aspirando un poco más su aroma a manzanilla—. La oferta de mantenerme, ¿sigue en pie? La vida adulta no es fácil.
Taehyung soltó una risa sonora aún viendo que Jungkook de verdad la estaba pasando mal. Acarició pequeños mechones de su nuca que sobresalían de la gorra.
—¿Quién dijo que la vida adulta es fácil? —le preguntó con gracia.
—Un inteligente que ni siquiera trabaja y solo estudia.
Un niño desea pronto ser grande para poder hacer cosas que los adultos hacen por el. Un adolescente desea ser adulto para poder hacer cosas que los adultos hacen por el. Sin embargo, un estudiante que estudie y trabaje, es el único que sabe el peso de su deseo porque después desea ser un niño. Incluso un estudiante que ni trabaje desea ser un niño por las responsabilidades que poco a poco le llegarán.
“Niño fuiste. Adulto serás. Y como padre entenderás.”
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro