39
El tiempo iba a un paso tan lento que le causaba dolor en su cuerpo de tanto estar sentado, pero no se movió. Min Yeon también hizo lo mismo por más que sus manos le estaba mandando señales de que debía parar. Taehyung la veía muy concentrada que no pudo evitar dibujarla con trazos muy bien cuidados. Cada vez que la veía podía ver el cansancio en sus ojos, sus pupilas levemente dilatadas y con el mismo brillo desde la primera vez que la conoció. Era alarmante no verla hablar animadamente, sabía que algo le preocupaba, solo que prefirió no hablar hasta que ella lo hiciera.
—Es complicado ser un artista —Taehyung levantó su cabeza, ella seguía escribiendo en su laptop sin mirarlo—. Muchos te exigen sin saber el progreso que hay detrás de cada escrito. ¿Me gusta cuando quieren más? Por supuesto, y estoy ansiosa de darles más, pero a veces es complicado seguir cuando tu mente y tu cuerpo están en otras situaciones.
Pasando la hoja del programador, dio punto final al capítulo que estaba escribiendo. Esta vez, bajó la tapa de su laptop no sin antes asegurarse de que había guardado su progreso. Tomó un pequeño sorbo de su café y miró sus manos.
—Cuando estaba en la escuela, participé en muchos concursos de literatura. Nunca gané. Era frustrante que mientras más progresaba en la escritura, más se me hacía difícil poder llegar a lo que una vez anhelé. Al entrar a la universidad como estudiante de Letras Creativas con un mayor en Literatura Americana, conocí a una persona.
Al parecer Tae no era el único en ser una cajita de sorpresa, Min Yeon también lo era. Nadie podía conocer su pasado si ella no lo decía, nadie podía juzgarla por ser una persona con un delicado y complicado temperamento. Ella no criticaba ni juzgaba a los demás, ¿por qué los demás debían decidir en su vida?
—Para esos tiempos tenía una novia —soltó una risita como si hubiera cometido una pequeña travesura—, no tienes ni idea de lo mucho que la amaba. Y también tuve una de las mejores profesoras de literatura, aunque ella era más de Administración de Empresas, pero estaba dando una charla de estrategias que servían como soporte a nuestros estudios.
Hizo una pausa, parecía ser un recuerdo muy melancólico y doloroso, salvo que eso no le impidió continuar con su relato.
—Mis padres estaban en contra de que yo estudiara Literatura, pensaban que no iba a lograr algo en la vida, y tal vez tuvieron razón si esa profesora no hubiera visitado mi universidad. Probablemente ellos me hubieran llamado durante toda mi vida “El fracaso de la familia Huh” por trabajar en una oficina sirviendo como vil mesera de poca paga. Hasta que finalmente se dieron cuenta de que tenía una novia.
Suspiró con desganas. Había amado muchas cosas y a muchas personas. Sabía que la vida no podía dar todo lo que ella quería que le diera, la vida requería de sacrificios, sacrificios involuntarios como voluntarios.
—Me obligaron a dejarla, no quería, escapé de casa para ir con ella, pero era demasiado tarde porque su familia se la había llevado a Europa. Aprovecharon mi estado más vulnerable para casarme con mi esposo actual. En realidad…—mordió sus labios con notable nerviosismo—, la sigo amado, intenté buscarla por un tiempo y nunca la pude encontrar. No quiero decir que no amo a mi esposo, lo quiero muchísimo, pero mi corazón siempre tuvo un dueño. No puedes engañar el corazón. El corazón te engaña y te das cuenta de eso cuando ya es demasiado tarde.
En todo momento, Taehyung permaneció en un inmutable silencio que con una dulce sonrisa Min Yeon agradeció.
—Debo mucho en esta vida, todavía no me visualizo muerta.
—Es por eso que todos los días escribes, porque no quieres dejar nada pendiente.
Podría parecer atrevido por su parte leer entre líneas, si así era, no le importaba. Ya nada le importaba cuando Min Yeon estaba lista para morir muy pronto.
—Eres muy inteligente —volvió a reír—. Tranquilo, estoy segura de que quedará más de Huh Min Yeon para unos años más, por eso no te preocupes, me aseguraré de que así será. Tengo hijos, un esposo, amigos, fanáticos a quienes le debo mucho. O al menos, si Dios puede concederme un deseo, quiero que me de fortaleza.
¿Qué tan fuerte era la fortaleza?
¿Qué tanta fortaleza podía tener un ser?
¿Por qué creer en las esperanzas cuando solo nos dan falsas esperanzas?
¿Qué hay de tener confianza en nosotros?
¿En dónde quedaba la fe?
El dejar todo, tal vez significaba la misma nada para el mundo. Y la nada para el mundo, significaba algo grande para sus seres queridos. Irónico, ¿no?
Saliendo de la mansión de los Jeon, Taehyung tenía un sabor amargo que le provocaba un intenso malestar estomacal. Llevaba desde ayer así, no sabía si se debía a la pizza que comió ayer a las nueve de la noche con Jungkook, o si era por la charla de Min Yeon. Lo único seguro, es que era el primero en conocer esa faceta de ella.
Pidió un taxi para ir a la empresa, debía entregar un cuadro que Jungkook se había llevado en esa mañana. Específicamente, era un cuadro para el manager de Empire. Desmontándose del taxi en su destino, entró rápidamente para buscar la sala de entrenamiento, que, al entrar, casi salía espantado por una pirueta de Jimin, si es que a eso se le podía llamar pirueta y no un golpe asesino.
—¡Casi te mato, Tae! ¿Estás bien? —Jimin socorrió a un asustado Taehyung que tocaba su pecho, sintiendo su corazón bombear con tanta fuerza que lo escuchaba hasta en su garganta. Jimin jamás dejaría de sorprenderlo por más que fuera intencional.
—Estoy bien…
—¡Pero tu hermoso corazón de pollo no lo está!
Si hablara la verdad, últimamente se está asustando más de lo normal. Quizá no era asustadizo, más bien, se espantaba sin alguna razón. Dormía y su mente lo llevaba a tener que espantarse en medio del mejor sueño de su vida.
Fue entonces cuando llegó a la conclusión de que algo le faltaba, algo muy dentro de su pecho.
Jennie, quien se mantenía al margen de la situación igual que Jisoo, se acercó a los dos chicos colocando sus manos en sus caderas.
—Puede morir de un infarto, así que ten cuidado cuando asustes a alguien.
—Jennie…
—¿Qué? Es la verdad. Un susto muy fuente aumenta la adrenalina y la presión cardiaca, provocando la muerte. Aunque no es muy frecuente los casos, está confirmado de que así podría ser.
Jisoo le golpeó el trasero con una pierna, ni siquiera la ayudó en levantarse del piso cuando estaba jadeando del dolor muscular y más el golpe.
—¡Estás hablando mucho! En vez de asustar a la gente, vamos a practicar que la próxima semana tenemos una presentación.
Su comentario llamó la atención de Tae. Tenía entendido que Jimin no tenía alguna otra actividad en lo que quedaba del mes, o al menos pensaba que buscaba su “propia paz mental” —que técnicamente nunca la tiene ni se esmera en buscarla.
—Esa tonta… —viajó su mirada al menor, al menos se veía más tranquilo—. Cierto, me olvidé decirte. Huh Min Yeon nos invitó a una fiesta que realizará la semana que viene. No es la primera vez que la vería, pero me sorprende que se fije en mi talento.
Miró los ojos de Taehyung que transmitían algo profundo, y temía conocer su significado. Sin embargo, Tae solo podía pensar en una cosa.
《No es así. Min Yeon sabe cuál es el talento de cada uno.》
Porque como la conocía, estaba muy seguro de que ella siempre se había fijado en el talento de Jimin.
—También estoy invitado
—Lo normal —con disimulo se acercó, chocando hombro con hombro—, es tu suegra.
—Pero ella no sabe que salgo con su hijo menor.
Jimin lo miró de arriba abajo. Tampoco le sorprendía tanto que no lo supiera, porque él es el ser más reservado que ha conocido. Es solo que Min Yeon es directa si sabía que algo ocurría a su alrededor o con sus seres queridos, no le gustaba los rodeos. Duela a quien le duela, diría la verdad mil veces.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, ni él ni yo le hemos dicho que somos pareja.
—¿Cuándo pretenden decirle? No, esa no es la pregunta, ¿de dónde conoces a Huh Min Yeon?
—Es mi clienta —comentó como si fuera lo más obvio.
Jimin se cubrió la boca para evitar gritar del asombro, siendo un claro intento fallido.
—¿¡Que ella es tu qué!?
—¿No te sorprendes que no le haya dicho que salgo con su hijo, pero sí que sea mi clienta?
—¡Por supuesto! Es de Min Yeon de quien estamos hablando, la mejor escritora del país que hasta es reconocida en los Récord Guinness —recordando algo, miró hacia sus compañeras de baile que practicaban unos pasos que se les hacía difíciles. Parecía querer pasar desapercibido en lo próximo que diría—. La conozco desde muy joven, pero te puedo decir que si le dicen, ella lo aceptaría.
—Lo sé. Es una persona que aceptaría cualquier cosa con el fin de obtener la felicidad. Desgraciadamente en esta vida no podemos obtener todo lo que queramos, sería cumplir caprichos de un niño.
Su comentario hizo que el rubio se cuestionara su vida. En los años que tenía de vida, solía querer muchas cosas, pero entre ellas, solo buscaba poder sentirse bien. Aunque una cosa llevo a la otra, sus sentimientos fueron correspondidos, pero llegaba a odiarse mientras más tiempo pasaba con la persona que amaba. Todos se aburrían de él, perdían el interés menos el amor. Con su ser fue diferente, Jimin perdió las pocas esperanzas que tenía en su interior y con eso su odio incrementó.
No se amó.
Siempre se odió por ser diferente
Mientras que una sola persona lo vio como alguien interesante, alguien que merecía la pena de conocer y alguien a quien debía reclamarle por lo que hacía mal.
Ese alguien fue y siempre será Kim Taehyung.
—En cualquier caso, no creo que sea tan fea la situación —dice Jimin, dándole un pequeño empujón por el hombro—. La conoces, sabes cómo es, no debes preocuparte.
—Eso no me preocupa, porque tal como es Jungkook, así es ella. Lo que no sé cómo confesarle que soy su novio. Me resulta un poco más complejo que cuando nos hicimos novios.
—No sé si burlarme, reírme o tenerte compasión.
—Admítelo, serías el primero en venir hacia mí para pedirme un consejo si tuvieras una situación similar.
Jimin lo miró con el entrecejo fruncido. No lo negaba, esa sería la verdadera realidad, por más que intentaba engañarse. Al final, ambos terminaron riendo por la situación. Taehyung nunca pensó verse teniendo un debate existencial sobre cómo confesarle al mundo su amor por su novio, o si tan siquiera Jungkook ha pensado en decirle a sus padres. Sentía que le estaba dando muchas vueltas al asunto, así que con un despido, tomó el cuadro que Jungkook había llevado y salió del salón. Debía buscar al manager de Empire antes de que se hiciera más tarde, y es que tendrían que empezar a grabar su próximo álbum, lo cual significaba que Jungkook estaría menos tiempo en casa.
Llegando al salón de grabación, abrió un poco la puerta para saber si había algún ruido, y tocó la puerta para llamar la atención del manager.
—¡Taehyung, es bueno verte! —el nombrado inclinó un poco su cabeza—. ¿Un cuadro nuevo?
—Es el cuadro que usted quería que le hiciera, Choi-ssi
—¿Qué? Pero si fue ayer que te lo pedí. ¡Eres realmente rápido!
Tae quitó la funda que cubría el cuadro para mostrárselo. Últimamente, el manager andaba de bajos ánimos, y le había dicho a Tae que los daños que el anterior CEO había dejado parecían casi irreparables, con un desgaste tanto físico como mental. Así que, como si no fuera ese el trabajo de Tae, le pidió un cuadro. No se aburría que le pidieran cuadros tras cuadros, mientras fueran respetuosos y cumplieran con los protocolos establecidos, no tenía ninguna queja al respecto.
El cuadro hacía alusión a una persona sentada, con sus rodillas chocando su pecho y cabeza reposando en las rodillas. En su alrededor, era un poco más abstracto. Por un lado, había colores brillantes, entre rosado y azul. Por el otro lado, solo eran colores oscuros como el negro y el rojo. Era una clara representación entre la angustia y la claridad, entre cuando nos sentimos confundidos a cuando podemos encontrar la claridad sobre nuestros pensamientos.
Por lo general, Taehyung no dibujaba algo abstracto sin tener algo realista. Si bien lo realista a cualquier artista no le gusta, a él le fascinaba. ¿Por qué no mostrar la realidad de la vida? ¿Por qué no mostrar que lo realista puede verse bonito sin importar que muchos nos identifiquemos, como la vida misma? Muchos artistas tienen su propio estilo, ya sea si interpretan el arte basándose al surrealismo o incluso inspirado del modernismo, cada artista decide qué tipo de estilo adaptar.
—Es realmente hermoso…
Sin embargo, que sea hermoso no significaba que fuese menos doloroso. El dolor seguía, pero una parte de él empezaba a sentirse más cómodo. ¿Libre? ¿Feliz? No lo sabía, ni tampoco esperaba saberlo por un tiempo, solo quería disfrutar aquel sentir que aquella obra le brindaba.
Taehyung dejó de mirar al manager para fijarse en quienes había detrás de la puerta que daba al cuarto de grabaciones. La banda todavía no se había dado cuenta de que Tae estaba ahí, pues parecían muy concentrados en discutir sobre una parte de la canción —pensó Tae al verlos señalar el papel que sostenían.
—Llevan más de una hora sin salir de ahí —dijo el manager—. Les dije que descansaran, pero Jin y Jungkook empezaron a discutir porque hay una parte de la letra que no concuerda con el ritmo.
Típico de Jin y Jungkook.
—Puedo intentar hablar con ellos.
—Por favor. Pensé que me iba a acostumbrar a ellos porque llevo más de un año siendo su manager, y simplemente parece misión imposible.
Con una pequeña sonrisa, abrió la puerta que daba al cuarto de grabaciones. Fue entonces cuando el gallinero le hizo retroceder ub paso por las fuertes voces resonar en sus tímpanos. Namjoon intentaba calmar a Jin y Jungkook, buscándoles opciones que pudieran agradarles. Mientras que Yoongi… Yoongi es solo Min Yoongi, no tenía ni intenciones de querer calmar el ambiente, pues parecía estar muy a gusto sentado sobre el taburete con las piernas cruzadas y mirando sus uñas.
Taehyung se acercó a Yoongi, notando el mayor su presencia al instante.
—Sé lo que vas a decir —se apresuró el pálido—, y no tengo ni la remota idea del porqué estoy perdiendo el tiempo sentado sin grabar mi parte del piano.
—¿Namjoon no pudo hacer nada?
—Sabes que cuando se trata de esos dos idiotas nada ni nadie puede intervenir —pensando por unos segundos, abrió su boca. Lo miró como si fuera la solución del año y que salvaría a millones—. Excepto una personita que está a mi lado.
—No vayas a pensar que soy la solución de todos los problemas.
—No lo eres, pero seguramente hagas más que Namjoon en un estado de pánico.
Negando con la cabeza, caminó hacia la batería de Jungkook, tomó una baqueta y tocó un platillo, provocando el mayor ruido posible y llamando la atención de los tres restantes.
—¿Taehyung? ¿Cuándo entraste? —pregunta Jin.
—Llevo minutos aquí, Yoongi fue el único que se dio cuenta. ¿Por qué discuten?
—Por una parte de letra que… —Nam fue interrumpido por Jungkook, el mayor rodó los ojos cansado del mismo ciclo.
—Jin quería cambiar toda la canción porque no le gustaba como quedaba.
—¿Qué? No exageres cosas que no son —Jin le hizo frente con un gesto de enojo—. Claramente te dije que no me gustaba esta parte de la canción porque no coordina con nuestras voces. Los tiempos se adelantan y nosotros vamos a quedar sobre la instrumental.
—Eso no fue lo que me dijiste. Además, dijiste que la canción no pega con tu tipo de voz, cuando tu voz pega hasta con una instrumental de claxon.
—¿Me estás ofendiendo?
La discusión se estaba volviendo más seria mientras más los dos conversaban, aunque ya no estaba siendo una conversación. Tae se vio obligado a intervenir, poniéndose entre medio de los dos.
—¿No sería más fácil tener que realizar algunas modificaciones para que se ajuste a sus gustos como grupo? No es tan difícil tener que dialogar, ofrecer opciones y buscar la mejor alternativa.
—¡Les he dicho lo mismo, pero es como si no me hicieran caso! —comenta Nam, se notaba cansado de la discusión.
—No mientas, Kim Namjoon —mofa Yoongi desde la otra punta del estudio—. Estabas más preocupado para que no se cayeran a puñetazos que buscando soluciones.
—¿Y por qué tu no hiciste nada? —esta vez fueron Jin y Jungkook en hablar.
—¿Por qué lo haría? No son niños de primaria para tener que pelear por cosas insignificantes. Se supone que dejaron esa faceta hace años, pero demuestran que no son capaces de poder pensar por sus cuentas sin existir un intermediario. Si van a hacer algún cambio, existe el dialogo sin llegar a los insultos. Maduren, que muy grandes están como para que nuestros fanáticos vean lo ridículos que son.
—Creo que esa tendría que ser la idea frente a un escenario —interrumpe Tae—. No siempre hay que mostrar una sonrisa falsa, pero si mostramos nuestros sentimientos verdaderos, dirán que estamos haciéndonos la víctima y que somos débiles. Para los fanáticos, sus ídolos son sus salvadores, pero para nosotros los artistas, los salvadores son aquellos que nos han ayudado.
¿No sería doloroso tener que fingir siempre?
¿Existe alguna razón para idolatrar tanto a alguien?
¿De verdad nuestros salvadores son aquellos que nos han ayudado o simplemente son nuestro impulso?
Al final del día, nosotros somos quienes hacemos el esfuerzo para poder sobrevivir la vida, los demás solo nos ayudan en cómo batallar con nuestros problemas.
Namjoon, con un sentimiento parecido a estar decepcionado de sí mismo, cayó rendido sobre el sillón. No era la primera vez que sucedía lo mismo y nunca sabía cómo debía reaccionar. Pensó que realmente no es el tipo de líder que deseaba ser, que de hecho, no estaba ni cerca de convertirse en su tipo de líder ideal.
No, no era para nada ideal. Se decepcionada y se rendía en su cometido.
Viendo lo abatido que se encontraba Nam, Jin dejó a un lado la discusión para enfocarse en él.
—Kim Namjoon, espero que no te estés lamentando la vida.
Con un bufido, comentó:
—No es justo que sigan llamándome líder después de saber que no estoy lo suficientemente capacitado.
—Sí, bueno… Eres inteligente, pero las crisis siempre te van a perseguir —Yoongi ganó la mirada fulminante de los demás integrantes—. ¿Qué? Sé que nadie pidió mi opinión, y es un caso serio.
—No ayudas en mejorar la situación. Vas a hacer que Namjoon-hyung se sienta más culpable —dice Jungkook.
—No, está bien, realmente agradezco que lo diga de esa forma.
—¿Seguro que estás bien con eso? —interviene Tae—. En la vida nunca puedes llegar a ser tan conformista, el cambio empieza desde adentro, no lamentándote por no ser como deseas. Es normal sentirse así, solo debes aprender a superarte.
Fácil era decir que deseaba cambiar, lo podía hacer, pero, ¿qué tanto podría mantener el cambio?
—Tae, ¿no crees que siempre eres muy positivo en estos casos? —Yoongi parecía querer hacerle una broma, que, al final, se dio cuenta de que lo decía con doble sentido. ¿Caer en su trampa? Fácilmente le siguió el juego.
—Es mejor mantener las esperanzas que perderlas. A todo esto, no he visto mucho a Hoseok.
—Está muy inspirado haciendo una coreo para la fiesta de Min Yeon —contesta Jin—. Díganme que ustedes también están invitados —mira a Tae y Jungkook.
—Jin, ¿estás consciente de que hace unos instantes me mandaste hasta el infierno, y ahora me estás hablando como que nada ocurrió?
—Finjamos que nada ocurrió —dijo, golpeando el hombro de Jungkook como si el asunto fuese algo gracioso. El tatuado solo rio sarcásticamente antes de esquivar su mirada con seriedad.
—Ella nos invitó, así que sí, vamos a ir.
—¡Qué bien, reunión familiar!
Jungkook y Tae quedaron en un increíble silencio después de lo que dijo Jin, es ahí cuando Namjoon tuvo una intuición sobre la situación.
—Oh por Dios, no me digan que no lo sabe.
—Exactamente —afirma Jungkook—. No es que me asuste que lo sepa, pero siento que la va a sorprender mucho.
Taehyung pensó muy, pero muy por dentro:
“Más que mis padres al darse cuenta de que su hijo mayor le gusta un hombre, imposible.”
Porque nunca se lo planteó. Nunca pensó en dejar que una orientación defina su sexualidad. Nunca pensó que experimentaría el amor en todas sus facetas, y en cada una de ellas llegó a odiarla y amarla.
Nunca pensó tener que llegar a la puerta de sus padres para decirles que tenía un novio. La razón es porque pensó que la soledad era su mejor compañía en cualquier momento, sin tomar en cuenta de que esa misma soledad lo consumía de la realidad.
Llegando a casa, Taehyung terminó otro cuadro antes de irse a dormir. Sin embargo, cuando ya estaba tocando el colchón, notó una carpeta verde encima de la mesita de noche de Jungkook. No iba a verificar qué era, pero de reojo pudo ver un título.
“Serotonin”.
Supuso que se trataría de la próxima canción de Empire, pero leyó algo más que le sacó una sonrisa.
정: aquel sentimiento que surge de un vínculo afectivo, amor, amistad, o incluso rivalidad. Una simple palabra que no tiene una traducción con exactitud, y que a los mismos coreanos nativos les cuesta explicar por su profundo significado.
Cuando Jungkook volvió a la habitación, Tae lo miró con una sonrisa.
—Jungkook.
Porque su nombre tenía su carácter. Jung, pronunciado como Jeong, era todo aquello que Taehyung extrañó por mucho tiempo y fue recompensado por la demora. Aunque le pareciera imposible, siempre estuvo esperando el amor.
Jungkook le dio su amor.
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