2
Si bien Jeon Jungkook deseaba con todo su ser poder estar con la persona que más ama que en este caso es Kim Taehyung, no creía que pudiera verlo tan rápido.
O la menos, no quería que fuera ahora.
Sin embargo, se alegraba de poder volver a verlo, de poder sentir su calor y olor, de poder tocarlo. Así que, tan fuerte lo abrazó que incluso pequeñas lágrimas resbalaban de sus mejillas.
Estaba muy feliz de poder volver a sentir a Kim Taehyung.
—¿¡Kim Taehyung?! ¿Mi Taehyung en carne y huesos? —exclamó Jin de pura alegría y con ojos cristalinos.
—¿No será un fantasma? —preguntó Namjoon sorprendido.
—No bromees con eso —dijo Hoseok en la espalda de Tae—. En verdad, hasta yo me sorprendí cuando lo vi en la recepción, casi creí que estaba soñando despierto, pero no fue así.
Finalmente Jungkook pudo separarse de Taehyung, este lo veía con una sonrisa resplandeciente que le hacía querer llorar aún más fuerte porque nunca imaginó poder verlo tan pronto.
Bueno, la espera desespera.
Sus amigos sugirieron ir hacia una sala más apartada y privada, exclusivamente para ellos. Hosoek jalaba la maleta de Tae, este quería hacerlo por su cuenta pero el pelirrojo se lo negó porque pensaba que de seguro debía estar cansado y más que su maleta pesaba muchísimo.
Y sí que se encontraba agotado.
—Mírate nada más, estás demasiado guapo, Tae —elogió Jin.
—Incluso podría decir que estás muchísimo más alto —comentó Yoongi—. ¿Qué comías para estar así? —dijo en tono de broma.
—¿Hace cuánto estás aquí? —preguntó Namjoon.
—Llegué hace dos horas. El vuelo fue realmente largo porque cogí el primero que había —explicó.
Lo hizo porque no aguantaba más tener que esperar tanto aunque fuera el más paciente del mundo. Lo hizo, porque una vez que le dijeron la noticia, buscó el primer vuelo que había y fue hacia su apartamento para recoger sus cosas y mandar otras en envío. Todo eso lo hizo en menos de un día sin importarle el costo.
—Oh, cierto, me olvidaba de algo importante.
El menor acostó su maleta, se veía bastante cargada. Dentro de aquella maleta habían varias bolsas que en su mayoría, fueron pesadas.
—Taehyung... No me digas que esa maleta pesaba más por esas bolsas —le dijo Hoseok con los ojos muy abiertos.
—No era muy pesada, aún así —empezó a hacer entrega de aquellas bolsas, empezando por Namjoon y terminando con Yoongi, sin darle nada aún a Jungkook—, no quería venir con las manos vacías.
—¡Con tu presencia era más que suficiente! —exclamó Jin.
—Esto pesa muchísimo —los ojos de Hoseok al ver el interior de la bolsa, se llevó una gran sorpresa que no dudó en mostrar.
—Una vez me dijiste que querías ver la Estatua de la Libertad. Pensé que sería bueno regalarte uno en miniatura —sonrió.
Mentalmente todos dijeron: "sigue igual, no ha cambiado nada. Es un alivio." Mientras que físicamente querían abrazarlo porque pensaba en ellos cada segundo de su vida. Aunque fuera un detalle mínimo, era mucho y de más para ellos ya que sabía que estaba presente en su mente.
Porque Kim Taehyung es de aquellos que se preocupa por los demás y en algunos casos, su propia persona llega a quedar en segundo plano.
Los demás cuando abrieron sus regalos, agradecían una y otra vez por lo impresionantes que resultaron.
Menos Jungkook, él era el único que no tenía regalo.
—Por cierto, ¿cómo está Jimin?
La pregunta que no esperaron escuchar, ya estaba suelta. ¿El problema? La respuesta.
—Creí que sabrías algo más de él —dijo Yoongi—. No nos hemos contactado con él desde hace dos semanas.
Taehyung tampoco se había comunicado con él en ese periodo de tiempo. No lo iba a negar, le preocupaba, sobe todo le preocupaba más porque le había dicho que no se sentía bien y que era el único que sabía de su sentir, que nadie más debía saberlo, únicamente él.
—No es la primera vez que hace esto —expuso Namjoon—. Siempre lo hace cuando está depresivo. Sin embargo, no responde cuando llamamos a su apartamento.
El de cabellos plateados apretó su mandíbula, rogando por su bienestar. No se iba a apresurar, por el momento quería pensar positivo, de que todo estaría bien con él.
—Dejando el tema del depresivo de Jimin, Jungkook aún no ha dicho ni una palabra. ¿Tanto te sorprendió la sorpresa de Tae? —le preguntó Jin con su típico tono burlesco—
Jungkook no sabía que decir, mas sin embargo, sus acciones eran más que suficientes para hacerle entender a Tae de que...
Estaba nervioso.
Lo notaba porque no paraba de masajear sus dedos ni de acariciar sus orejas. Lo sentía porque estaba justo al lado de él. Son pequeños detalles, que por muy diminutos que se vean, eran muy significativos.
Muy dentro de él quería decir: "Estoy muy feliz de verlo, pero ahora no era el momento." Esos pensamientos fueron sustituidos cuando las grandes y delicadas manos de Tae se posaron encima de las suyas, acariciándolas.
Al pelinegro observar su rostro, el menor le regalaba su sonrisa cuadrada que amaba tanto ver.
Nuevamente pensó: "¿Por qué tengo que ser tan malagradecido cuando tengo a la persona que más amo frente a mis ojos?" Se sentía mal consigo mismo por pensar cosas tan horribles.
—Solo puedo decir que lo extrañé muchísimo.
Jungkook amasó la mano derecha de Tae, como hace un año acostumbró a hacer y como anteriormente fue apodado "Fetichista de manos" por el menor.
Los demás chicos menos Tae, sabían que aquella situación no era de las mejores si lo pensaban mejor. Omitiendo la llegada de Tae, las cosas no estaban en un buen plano con todos, mayormente con Jungkook que era con quien tenían mucha diferencia de igualdad.
Ahora con Tae en medio, era como si la presión fuera incluso más fuerte en los hombros de Jungkook. Aquel peso de la banda podía manejarlo, y ahora el peso de tener a Tae nuevamente a su lado, hacía las cosas más complejas de lo que era antes.
Y ellos lo entendían, lo comprendían, mas no querían decir nada al respecto.
Al menos aquella preocupación que el tatuado tenía, ahora se había esfumado por completo con sólo ver a su novio.
Era algo mágico y encantador poder tenerlo a su lado.
{...}
Taehyung quería visitar a Jimin, al menos quería escuchar su voz aunque estuvieran a centímetros de distancia con una puerta que los divida. Por lo tanto, Jungkook decidió llevarlo hacia lo que era antes el apartamento de Tae.
Una vez ya en el auto del mayor, este no prendió el motor del auto, y Taehyung no dudó en preguntar:
—¿Quieres decirme algo?
Oh, ¿qué no quería decirle?
Eran tantas las cosas que quería decirle... Tantas, que las palabras no llegaban a su boca por más que estuviera obligándose. Veía a Taehyung que aún mantenía aquella hermosa sonrisa, sonrisa que no borraba ni por un segundo.
¿Estaba bien? No, no lo estaba.
Jungkook fue acercándose lentamente a Taehyung. Acarició su mejilla y el menor no dudó en dejarse acariciar por el pelinegro. Extrañaba aquellos toques cariñosos de su parte. Extrañaba sentir sus dedos pasar por sus labios. Extrañaba su calor, sentir su respiración.
Lo extrañaba tanto que Taehyung lo atrajo para que estuviera más cerca de él, observó sus ojos brillantes hasta que finalmente unió sus labios con los del contrario. Podía sentir la calidez de sus labios, al igual que la suavidad de estos. Como si fuera una adicción tener que estar sobre sus labios carnosos y no querer separarse nunca de ellos.
Por desgracia y por culpa de la falta de oxígeno, ambos tuvieron que separarse. Y aún sin Jungkook poder asimilar aquel beso, comentó:
—No rompí la promesa —relamió sus labios—. No estuve con nadie, solo contigo.
Taehyung observó nuevamente sus ojos, tratanto de descifrar verdad en estos. ¿Creía en lo que decía?
No había el porqué dudar.
—Sé que no romperías una promesa —expresó—. Yo tampoco lo hice.
Su sonrisa ya no estaba situada en su rostro. Jungkook pensó: "Debo confiar en él, fuimos sinceros el uno al otro, no habría el porqué dudar con él."
Pero como bien dicen:
Las relaciones a distancia no funcionan. Podrían pegarte los cuernos y cuando estén de frente podrían decirte que no pasó una aventura con alguien más.
Lo irónico del asunto es que, estando en una relación presencial con alguien, podrían hacerte lo mismo.
Ahora bien, ¿cuál de las dos era peor si ambas llegaban a ser igual de dolorosas?
{...}
Finalmente llegaron al condominio que antes era el hogar de Taehyung, que ahora Jimin se estaba hospedando ahí.
¿Qué ocurrió para que Jimin terminara ahí? Es una historia muy larga.
Jungkook decidió quedarse en el auto mientras esperaba a Tae quién había subido hasta quedar frente a una puerta de madera. Sin embargo, por alguna razón extraña, un pequeño escalofrío recorrió su espina dorsal.
¿Por qué el lugar se sentía tan lúgubre...?
Tocó la puerta unas dos veces. No hubo respuestas. Volvió a tocar otras dos veces hasta que se escuchó un grito detrás de la puerta.
—¡NO ESTOY, DEJA DE TOCAR!
Taehyung pensó: "¿acabas de hablar y dices que no estás?"
—Si soy yo, ¿tampoco me vas a abrir la puerta? —preguntó Taehyung elevando un poco la voz.
En ese momento, Taehyung pudo escuchar fuertes y veloces pasos dirigiéndose a la puerta, quitando varios pestillos de seguridad hasta poder abrirla.
Sus cabellos ahora rubios, su cara medio redonda y ojos pequeños y a la misma vez hinchados, sus labios gruesos de un color rosado... Todas sus fracciones las recordaba perfectamente:
Park Jimin, aquel chico que fue el causante de muchas cosas y que por ende, otros le agradecía, ahora mismo era quien necesitaba de apoyo y ayuda de muchos.
Solo que él quería tomarla pero no sabía cómo. Sus errores eran tantos que a la hora de querer remediarlos, no sabía ni por dónde empezar.
“De los errores se aprenden. El perdonar sirve, pero el olvidar es difícil.”
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