18
Normalmente Jungkook solía ser reservado en cuanto a su trabajo. Los únicos testigos eran sus amigos: integrantes de la banda, pero Kim Taehyung no sabía nada.
Sus nudillos picaron y con ellos existía el color rojizo. Aguas saladas se aposaron en sus ojos, aún sin derramar ninguna gota.
Estaba tan harto que juraba a los siete rayos del sol romper ese contrato que lo único que le generaba era dolor de cabeza.
Taehyung había llegado pocos minutos después del ensayo, era extraño verlo ahí a esa hora cuando normalmente estaba en la galería. Se veía sofocado.
—¿Quién de los siete me va a explicar lo que pasó? —el CEO mantenía su expresión enojada, con los brazos cruzados sobre su pecho—. No se hagan los estúpidos, les conviene hablar antes de que sea peor.
No entendían cómo pudo darse cuenta, y no fue hasta que Taehyung recapituló todo: el edificio tenía cámaras de seguridad en el exterior, probablemente alguien de seguridad le haya dicho, tomó el tiempo, analizó las vestimentas y dio a parar a ellos.
Era eso o perder a Jungkook.
El CEO tomó del cabello de Jungkook, luego también tomó su mano derecha. Jalaba de su cabello de una forma dolorosa, como si de verdad quisiera arrancarle los cabellos. Estuvo dispuesto a lastimar su mano derecha, porque, con una mano lastimada, ¿podría tocar bien la batería sin serle incómodo? Por supuesto, no era tonto, con Jeon Jungkook a fuera, tendría una baja complicada.
Taehyung se puso a la defensiva al ver que los demás de sus amigos se quedaron estáticos. No era la primera vez que Jungkook era agredido de tal manera, pero la primera vez que se metieron, al igual que segunda y tercera, acababan incluso peor que Jungkook.
—Señor, ¿de verdad piensa que con la violencia puede llegar a una solución?
La mano de Taehyung presionó la del señor, ejerciendo fuerza en él, para que se detuviera en lo que estaba haciendo. Y, por si fuera poco, sus amigos creían que se iban a desmayar en plena sala porque Kim Taehyung no sabía lo que estaba haciendo.
Kim Taehyung sí sabía lo que estaba haciendo. No era un busca problemas porque detestaba los problemas sobre cualquier cosa. Sin embargo, una vez Jeon Jungkook lo protegió de una posible conmoción cerebral con una botella de cristal, siendo él el afectado.
No tenía la obligación de devolverle el favor, pero esa no sería la última vez que lo hiciera.
—Kim Taehyung, ¿te atreves a meterte?
—Entre usted y yo, sabemos que lo está haciendo mal y que él no sería el único perjudicado.
Desde el principio que tuvo que hablar con Taehyung, se dio cuenta de que debía utilizar la lógica, actuando con la cabeza y no con el cuerpo. Porque según su lógica e intuición, Taehyung era un ser muy inteligente que analizaba sus acciones y palabras, para luego utilizarlo todo en su contra porque él mismo había cometido el error. Un error tan grande como es el abuso, y un error tan grande como meterse con la persona equivocada.
No le convenía tener que discutir con alguien cuya inteligencia era de tal tamaño y que le iba a perjudicar por cualquier contraataque que hiciera.
Por lo tanto, tuvo que alejarse de Jungkook y mandarle una mirada amenazante a los otros integrantes de esa sala, incluyendo a Tae.
—Se quedarán encerrados en esta sala hasta que yo diga.
—Señor, pero nosotros debemos... —cuando Namjoon intervino, ya Taehyung se había llevado la demanda.
—No puede hacerlo.
—¿Disculpa? ¿Me estás poniendo restricciones en mi empresa y en mis acciones?
—Usted mismo se está poniendo restricciones. No puede hacerlo porque en mi contrato en ningún momento dice que tiene posesiones de mis acciones y palabras. Solo soy un empleado parcial y no de tiempo completo. Tampoco puede hacerlo con ellos porque también me leí el contrato y no dice en ningún momento sobre tal acción.
Cuando el tigre caza un ciervo, solo queda un cuerpo sin vida, con la sangre desbordándose y viéndose los huesos.
El tigre era Taehyung.
El ciervo era todo aquel ser que quería bloquear los derechos de los demás.
Porque aprendió que, sin importar qué cosa, sus derechos iban primero.
El CEO no tuvo más que salir con las orejas rojas por la ira contenida. Taehyung le estaba haciendo la vida imposible, pero él mismo es quien estaba haciendo su vida imposible por actuar como si estuvieran en prisión.
La vida de un artista valía más que aquel trato de miseria.
Taehyung giró sobre sus talones, encontrándose con Jungkook sosteniendo su cabeza y cerrando fuertemente sus ojos.
—¿Duele? —asintió.
—Mucho.
Más le dolía la cabeza porque estaba despierto desde muy temprano, practicando y practicando. Su voz sonaba gastada y adolorida por el tiempo que llevaba cantando con Jin. En sus manos salían cayos con pequeños rastros de cortaduras, y su cuerpo empezaba a pedirle un descanso.
—Taehyung... —el nombrado giró hacia Jimin— ya te lo he dicho antes, pero esos gringos tuvieron que hacerte algo. ¡No vengas con el pretexto de que aprendiste que no a todos puedes alabar! ¿Tienes valentía de hierro o qué?
—¿Prefieres vivir con restricciones falsas o libre sin temer a las restricciones porque no existen?
—Muy buena pregunta —Yoongi asintió varias veces, parecía estar pensando en algo, pensamiento que jamás fue revelado en ese entonces—. Por cierto, ¿cómo sabes que en el contrato no dice eso?
—Una vez Jungkook me mandó una foto del contrato —acarició la nuca de su novio, proporcionándole un masaje para aliviar el dolor y el estrés.
—¿De verdad lo leíste? —trató de no mostrar una pequeña risita porque de verdad le dolía la cabeza a gritar.
—En mi defensa, me dijiste: "léelo, ¿debería aceptarlo?" Si me pides mi opinión, lo justo y necesario es que entienda lo que está pasando.
—Pero no de manera literal para que leyeras las diez hojas.
Tomando mucha importancia el cómo Jungkook movía su cuerpo, se dio cuenta de que estaba riendo. La tensión del ambiente había bajado y con eso, Jin casi cae desplomado en el piso. Su semblante no era bueno.
—¡Jin! —Namjoon fue el primero en socorrerlo, tocando su frente y verificando su temperatura.
—Kim Namjoon —se sostuvo de su hombro antes de levantarse, apoyándose en él y luego lo señaló—. Si tú no cancelas este estúpido contrato, yo mismo lo voy a hacer. No estoy de bromas. Me siento cansado, no he descansado desde hace un año. ¿Crees que todo esto es justo?
"Empire" significaba «Imperio», pero, ¿imperio de qué si debutaron, sacaron un álbum, y desde entonces, más nunca han sacado nueva música? Escribían algo, el CEO lo leía, no le gustaba y acababa con sus borradores en el aire hechos pedazos.
Ya estaban cansados.
Querían un respiro.
Sus fanáticos pensaban que ellos estaban bien.
Pero ellos no estaban bien.
Muchas veces dormían en el salón de ensayos. Otras no comían por dos largos días en donde las pasaban en infinitas jornadas de trabajo. Y otras sus labios estaban tan secos porque no habían probado ni una gota de agua por todo el día.
Jeon Jungkook tenía cayos en sus dedos. Kim Namjoon comenzaba a sangrar en sus dedos. Min Yoongi llevaba curitas en sus dedos. Kim Seokjin tomaba té de jengibre para desinflamar su garganta, y estaba teniendo ataques de pánicos.
Todo era un caos.
Jung Hoseok tampoco se quedaba atrás, pese a su aura divertida, poco a poco aquel sol iba apagándose, justo como ahora. En sus pies se podían ver unos cuantos parchos y curitas en sus grandes heridas. Park Jimin estaba peor; sus moretones eran visibles y sus huesos por igual, se veía desnutrido.
Mientras que Kim Taehyung, pensaba en hacer varias cosas para poder evitar más esos daños. ¿Cómo podría ayudar a sus amigos sin que se vean involucrados en graves problemas? Sabía cómo, pero probablemente la forma de hacerlo no les guste a los demás.
¿Y si el CEO se va...?
Habría un gran problema: las acciones de Empire y de otros artistas irían cayendo al no tener una cabecilla, ya que no tendrían la firma. Y de tan solo seguir pensando, Taehyung veía peor el caos porque no tenía a alguien en mente para que sustituya ese puesto lo más rápido posible.
No hay remedio...
Suerte para ellos que ese día no tuvieron que volver a ver la cara del CEO, porque sino, el problema incrementaría a tal punto que sería muy incómodo, frustrante, agobiante y agotador.
—Se supone que estés en la galería, ¿por qué estás aquí? —le preguntó Jungkook a Tae, ya finalmente levantándose y estirar su cuerpo.
—Me llamaron diciendo que debía venir rápido. Una compañera cubrió mi turno.
Detestaba que otros tomaran su trabajo, aún más detestaba que lo molestaran para algo que no era tan importante, porque sí, le parecía infantil la actitud del CEO.
No, más que infantil, absurda y patética.
Estaba acostumbrado a trabajar con personas difíciles, trabajar con ese jefe, había sido su peor pesadilla que sabía manejar.
No lo comprendía por más que lo sabía. No comprendía el porqué las personas querían hacerle la vida imposible a otros, tampoco comprendía el porqué no solo toman y dejan, o simplemente dejan. Era como si el típico imán estuviera ahí; el imán de que aquellas personas fueran a tu vida para hacerte pasar un mal rato y que al final, sepas como también no, lo que debes hacer.
Era lo mismo para Kim Taehyung, solo que en este caso, sabía lo que debía de hacer mientras que no podía porque conocía las consecuencias.
Y entonces, al día siguiente, volvió al trabajo para continuar con lo que había dejado a medias. Esa tarde debía salir más temprano porque tenía una junta con el CEO de la empresa, justamente también era con Yeonjun, quien lo estaba esperando en la salida.
—Taehyung...
Detuvo sus pasos justo a su lado, giró hacia él, y aún sosteniendo su mochila en su mano derecha, le brindó total atención.
Yeonjun resultaba ser demasiado orgulloso, por lo que, sabiendo cómo es, no pediría disculpas por más que sus disculpas estuvieran en la punta de la lengua. Sin embargo, con Taehyung no podía simplemente decir:
—Sabes lo que pienso.
Porque sin duda alguna respondería:
—Aún sabiendo lo que piensas, puede no ser eso como también sí. Si quieres decir algo, solo dílo.
Y también agregaría que deben apurarse si quieren llegar temprano, porque debían ir a la reunión lo más rápido posible, mas decidió tragarse las palabras.
Viendo sus movimientos nerviosos, colocó su mochila en el hombro y esperó con paciencia lo que diría.
—Perdón por hacer lo que hice.
—¿Por qué pides disculpas?
—Fue muy inmaduro y tóxico de mi parte decir y hacer lo que dije e hice. Mi intención no era actuar de esa manera —hizo una pequeña reverencia ante él.
Taehyung lo analizó por un momento, no sabía porqué, pero presentía que algo después, quizás no bueno, llegaría.
—Sabes que no tienes más oportunidades conmigo. Puedo aceptarte que yo sea el que arregle tus desastres, pero lo que tenga que ver con mi vida personal, no puedes meterte.
Y tras terminar esas palabras, caminó hacia el auto de Yeonjun. Le hizo una señal para que fuera hacia él y sin dudarlo mucho corrió hacia el auto donde se subió de piloto.
El trayecto era bastante incómodo. Taehyung podía notar que Yeonjun movía sus dedos de arriba hacia abajo contra el volante, sin soltarlo. Y que en cada parada en semáforo rojo, revisaba su teléfono o el paisaje con tanto esmero que parecía anormal.
—¿Es grave lo que me quieres decir?
Como siempre, Taehyung era un experto en adivinar los persamientos de los demás.
—Nuestros puestos están intercambiados.
No entendiendo lo que quiso decir por lo rápido y confuso que habló, frunció sus cejas y giró su cabeza hacia él.
—Había un problema de personal y asistencia borrada en la galería Soul on the Moon, un poco después de que tú lo conocieses, el señor Levarne se vio involucrado. Sabes que él trabaja con cosas turbias, y...
—No mezcles una cosa con la otra. Ve al punto —demandó, sabiendo perfectamente lo que estaría a punto de decir.
—Ese es el tema, el señor Levarne no fue la causa de lo que ocurrió, pero sí de lo que está pasando.
En ese punto, Taehyung ya había perdido el hilo del asunto. No, no lo había perdido, estaba demasiado confundido como para saber lo que estaba pasando.
¿Qué tiene que ver el señor Levarne con la galería de Estados Unidos y con nosotros a parte de ser nuestro fiel consumidor? —se preguntó.
—Él le comentó a la galería Soul on the Moon un ascenso de puestos, pero decidieron llevarle la contraria en un puesto en específico. Lo que te diré ahora, me enteré hace poco.
Sabiendo más o menos lo que diría, un dolor invadió su cabeza, y en vez de disminuir, incrementaba más y más.
—Me dieron a elegir entre supervisor o seguir siendo ayudante, pero bajo el mandato de otro puesto. Y —de reojo observó al mayor, sus ojos estaban concentrados en la carretera pero el volante lo aparentaba más—, elegí ser supervisor.
—Lo que tú me quieres dejar a decir es...
—Que tú ibas a ser el supervisor y yo tu ayudante.
Asintió con lentitud. Le parecía extraña una parte, porque si bien el señor Levarne podía estar involucrado en cualquier tema que muchos lo llamarían turbias, sabía que si había algo involucrado con Taehyung, se lo diría tan pronto como pudiera.
Había hablado con él por el cuadro perdido, tenía oportunidades para decirle. O, ¿realmente todo había sido así?
—¿Me estás mintiendo?
—Tú y tus problemas de confianza...
—Te hice una pregunta que cualquier ser humano se le pasaría por la cabeza por lo lógica que es. ¿Me estás mintiendo? —volvió a repetirle.
—No, no te estoy mintiendo.
—Bien, porque esta es tu última oportunidad. No te voy a dar una tercera.
¿Choi Yeonjun temió por su vida en en entonces? No, temió por Kim Taehyung. Porque cuando él decía la palabra "última oportunidad", nadie podía hacerlo cambiar de opinión.
¿Qué significaba una última oportunidad? Un fin como también un comienzo. Finalizar una era y empezar otra. Traían consecuencias como era la felicidad o tristeza, pero en este caso, la primera oportunidad que Taehyung le dio al mundo, fue cuando sus supuestos amigos empezaron a utilizarlo por su bien y lo manipulaba a su merced, desde ese entonces, decidió aislarse.
Ahora, la última oportunidad estaba en Yeonjun.
—¿Vas a hacer algo?
—Probablemente mañana hable con el jefe al respecto.
Su cuerpo se tensó aún más, y llegando finalmente a la empresa, tras ambos bajarse y el mayor seguir los pasos de su ayudante, el menor no detuvo su caminata para girarse a él mientras hablaba.
—No puedo hacer nada ya que la decisión está tomada y no pasó ni cuatro meses del ascenso, solo tengo que aceptarlo.
—Taehyung, puedo hablar con él y decirle que cambiemos de puestos si tanto te disgusta.
Una vez pensó que Yeonjun era un hipócrita arrogante, incluso se preguntaba si estaba bien llamarlo "amigo" aún sabiendo cómo es él, su comportamiento y esas actitudes que lo dejaban dudando. Sin embargo, apretó fuertemente sus puños porque no quería pensar más en eso.
—¿Alguna vez te importé?
Dijo en un susurro, retomando su caminata hasta el ascensor. Yeonjun se paralizó por un momento, había escuchado a la perfección lo que él había dicho, y le molestaba aquel pensamiento. Así que, entrando al ascensor y Tae marcando el piso, ambos quedaron en un tenso silencio.
—¿Por qué dijiste eso? —le preguntó con un tono crudo.
—Siempre haces las cosas por tu cuenta.
—Te recuerdo que cuando buscamos el cuadro, tú actuaste por tu cuenta. ¿Vas a reclamarme por algo estúpido?
—Es mi trabajo el que está en juego. Actúas así porque ya tienes uno superior y pensaste solo en ti. ¿Piensas que no vale la pena tener que reclamar por algo que se supone que no era tuyo?
—¿Disculpa? —bufó ofendido—. Me ofrecieron el puesto, ¿qué querías? ¿Qué te llamara y te preguntara: "Taehyung, me están ofreciendo ser supervisor, ¿acepto?"? —el menor abrió su boca para reclamarle, pero Yeonjun lo detuvo—. No quiero que hablemos más del tema.
—¿Y se supone que ahora utilizas tu rol de superior?
Sabía que cuando Yeonjun hacía eso, era porque se sentía acorralado, y como Taehyung era menor e inferior a él, ¿por qué no usarlo?
Una estrategia sucia.
Una estrategia que, siendo en Corea del Sur, era normal de ver.
Y aún así, Kim Taehyung lo aborrecía.
—Te dije que no quiero hablar más del tema.
—Si sigues huyendo, no vas a llegar a mucho, Choi Yeonjun.
Llegando frente a la puerta del despacho del CEO, Yeonjun agarró el brazo de Taehyung y bruscamente lo giró. Podía ver a través de sus ojos la ira acomulada, tratando de transmitirle que no volviera a hacer eso otra vez, que le molestaba e irritaba.
Taehyung viajó su vista hasta su brazo que estaba siendo agarrado, cada vez ejercía más fuerza en este. Deseaba admitir a puro pulmón que Yeonjun había cambiado bastante de la noche a la mañana, no tan solo eso, creía que era su amigo y resultó ser igual que las demás personas que solo quieren su bien venir.
¿En quién confiar si todos se aprovechan de tu confianza?
—¿Tanto miedo tienes de perderte a ti mismo que necesitas utilizar la fuerza bruta? La otra vez te dije que arregles primero tu carácter antes de dirigirme la palabra con comentarios fuera de lugar —con su mano libre presionó la mano de Yeonjun para quitarla de su encima—. Y segundo: eres mi superior, pero eso no te da el derecho de lastimarme y hablarme como te dé la gana.
Era paciente. Su paciencia parecía no tener límite, contrario a eso, el límite deja de existir cuando aquel tipo de conducta en donde, si no paras desde el principio, continuará. Puede que peor o puede que igual, pero seguirá.
Cuando ambos entraron al despacho del CEO que segundos antes les permitió la entrada, Yeonjun se escondió detrás de Taehyung, pero el menor se hizo a un lado para que Yeonjun se viera. Le cansaba el comportamiento inmaduro y arrogante que su compañero tenía.
—Buenas tardes. Mi nombre es Daniel Choi, supervisor de la galería Sky Blue—hizo una reverencia ante él.
Fue ahí cuando Taehyung se preguntó: "¿En qué clase de problema te metiste?". Porque reconocía que, cuando Yeonjun decía su nombre inglés, era porque había un problema en donde su nombre en coreano se veía involucrado.
Pero bueno, él siempre ha tenido problemas con todo el mundo, no le sorprendía que con el CEO también.
El señor miró de pies a cabeza a Yeonjun, y este, por su parte, se sentía incómodo y un poco intimidado por tal mirada penetrante. ¿Me está analizando? —se preguntó.
—¿Choi? Me recuerda a una familia que quiso robar mi puesto, pero acabaron en la miseria siendo músicos.
Taehyung abrió sus ojos en demasía, no porque eso le recordaba al CEO, sino porque exactamente la familia de Yeonjun son músicos y actualmente no estaban en buena situación económica.
—En fin... Usted vino aquí por una razón en específico, y siendo supervisor, creo que es más que obvio que es para supervisar el lugar en donde su ayudante trabaja. ¿Me equivoco?
—Para nada —mostró una sonrisa fingida—. Entiendo que Kim Taehyung es profesional en lo que hace, sin embargo, nuestra galería requiere una especie de verificación del lugar. Y si me lo permite, me gustaría conversar con usted de algunas cosas.
Si de algo estaba segura la situación, Kim Taehyung detestaba esa actuación.
Porque ser amigo de alguien, no significa que te aproveches de su confianza y actúes como la víctima que no eres.
Porque ser amigo, significa respetarlo y siempre dar la cara.
Y porque ser amigo, significa una palabra tan grande que debería de ser desvalorizada.
Igual que el arte de un supuesto artista que solo esconde su mano cuando hay problemas con su arte. Porque un verdadero artista siempre defiende lo que hace con su arte y habla la verdad al respecto.
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