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16

Por un lado, Jimin, Hoseok y Nam estaban sentados en el sofá largo. Por otro, Jin, Yoongi y Jungkook estaban sentados en sofás diferentes, mientras que Taehyung estaba en la cocina preparando un té para todos. Una vez el té fue servido en tazas diferentes al estar listos, Taehyung pasó con una bandeja en cada uno de sus amigos hasta acabar con Jungkook. Taehyung dejó la bandeja en la encimera y dando pequeños sorbos observó a Yoongi quien empezó a hablar.

—Este día es el peor de toda mi vida —sinceró.

—¿Seguro de que es el peor de tu vida?

Era clara la tensión entre Jimin y Yoongi, salvo que Jimin no hacía nada para impedirlo y solo añadía más leña al fuego cuando ya estaba en llamas.

Taehyung no le dio tanta importancia, estaba absorto en su propio mundo. Jungkook se acercó más a él, con su hombro golpeó suavecito el suyo.

—¿Estás bien? —asintió—. ¿De verdad?

El tatuado había corrido uno de sus cabellos detrás de la oreja. No lo iba a admitir abiertamente, pero de verdad que estaba abrumado con la situación. No, había ocurrido demasiadas cosas en tan solo dos horas y sentía un vuelco tanto mental como estomacal.

Con Jungkook era igual, la única diferencia es que él es más expresivo por más que intente ocultar las cosas, mientras que Taehyung es todo lo contrario.

Siempre fue reservado incluso en lo que comía.

—Perdón por no informarte antes, me tenían restringido al teléfono, y...

—Jungkook, entiendo. No te preocupes en darme mucha información cuando sé lo que ocurre.

Jungkook no sabía cómo tomarse ese comentario. Taehyung se veía tranquilo, pero era difícil descifrar el sentimiento de lo que había dicho. No sabía si era un comentario de enojo o qué.

Intentó darle una sonrisa, y ni siquiera pudo hacer el intento porque muy por dentro de Tae sabía que mentiría haciendo tal acción.

¿Celoso? ¿Enfadado? ¿Abrumado?

No sabía lo que estaba sintiendo, jamás lo había sintió. Decir exactamente una cosa, sería otra mentira por su parte, y él no es un mentiroso de primera.

Namjoon decidió encender la televisión, justamente estaban presentando el caso de Taehyung, incluso su red social. No se tomó la molestia de revisar su teléfono que estaba en silencio y verificar sus notificaciones.

Si lo hacía, era como si volviera a entrara en ansiedad.

—¿Qué sigue? ¿Qué revelen el color de nuestra ropa interior, aunque lo hicieron una vez? —preguntó Jin con el ceño fruncido—. Mira nada más esos seguidores. ¡Tienes más de cinco millones de seguidores, Taehyung!

Lo único que quería era no escuchar más sobre el tema. De tanto escuchar y escuchar, su cabeza empezaba a mandarle señales de dolor y eso no le gustaba.

Se sentó en la silla del comedor y dejó su té a un lado, tomó la valentía suficiente de tomar su teléfono y revisar toda la manada de notificaciones que tenía y que seguía recibiendo.

¿Qué es esa situación anormal?

Tan solo era un chico de veintitrés años, graduado de la universidad en la carrera de Bellas Artes, y que no le gustaba para nada sentirse visto por otros y ser el centro de atención. Por lo tanto, era seguro que si salía de casa sin camuflarse, sería el centro de todo el mundo mientras se paseaba por las calles.

Comenzaba a entender poco a poco a Jungkook y su odio hacia la farándula.

—Bueno... Podemos decir que oficialmente los siete estamos en el mismo hoyo, ¿no? —dijo Hoseok, que parecía más nervioso que con su intención de sonar bromista.

—Es un gran problema... Encima porque mañana es el recital —exhaló Jimin con agotamiento.

Taehyung por un momento se golpeó mentalmente porque lo había olvidado por completo.

¿Irán? No tienen que preocuparse mucho en decir un no, lo aceptaré.

La realidad es que Park Jimin no lo aceptaría tan fácilmente. Podía mentir, podía decir que todo estaba bien, pero la realidad de su vida no era así. En verdad, tenía miedo, mucho miedo.

—No podré ir, lo siento.

Asintió pequeñito ante la respuesta de Yoongi. Se lo esperaba, pero tenía una pequeña esperanza de que sí asistiría.

Porque ese recital significaría el futuro y la vida de Park Jimin.

—Mi sobrina se enfermó después de la fiesta y mi hermano me pidió cuidarla... ¡Prometo que después te lo recompensaré!

—Está bien, Jin-hyung, no tienes que preocuparte.

Con Namjoon y Hoseok fue igual. Nam porque tenía que entregar una canción y Hoseok porque tenía ensaños para su próxima presentación. Quedaban Jungkook y Taehyung.

Iré.

Lo sojos de Jimin giraron hacia el menor con mucha ilusión.

—También iré. Sería triste que nadie fuera a apoyarte —comentó Jungkook con una sonrisa.

—¿Está bien para ustedes dos? Hoy tuvieron un fuerte día...

Taehyung observó fugazmente a Jungkook para analizarlo. Si él decía que iría y Taehyung también, entonces no había ningún problema.

—Irémos, Jiminie, no te preocupes.

Aunque Tae le dijera que no se preocupara, no podía hacerlo cuando sabía que las cosas no estaban bien. Conocía a Jungkook por muchos años, sabía que cuando no estaba bien, probablemente intentara disimularlo con una sonrisa como probablemente ande con los ánimos por el piso, pero justo ahora, no sabía si estaba bien o estaba mal. Era igual que Taehyung, pues al parecer, pasar tanto tiempo con él, de una manera disimulada le estaba diciendo cómo debía actuar ante los demás.

Nadie sabía que Kim Taehyung había nacido así. No lo aprendió; nació, creció y sobrevivió con eso.

Al sus amigos irse del apartamento tras despedirse con un abrazo, Jungkook caminó hacia Taehyung quien fregaba las tazas. El tatuado se detuvo a su lado y con un paño fue ayudando a su novio secándolas.

—No estás bien.

—¿Por qué lo dices? —le preguntó Taehyung.

Estás muy callado.

—No es como si fuera la primera vez que estoy callado.

—Pero hoy lo estás más.

Terminando de secar las tazas y ponerlas en los gabinetes, giró hacia el menor.

Gracias.

Taehyung lo miró de reojo tras asentir. ¿Decir algo, actuar? Ni siquiera sabía qué hacer.

Y Jungkook empezaba a entrar en crisis porque Kim Taehyung no le estaba diciendo nada al respecto.

—¿De verdad no estás enojado? Pasaron muchas cosas en menos de tres días, y dudo mucho que puedas procesar todo tan rápido sin siquiera protestarme.

No lo hago porque es absurdo —espetó—. Normalmente veo a las parejas discutir porque no pueden entender al otro o simplemente no son comprensivos, pero, antes fuimos y somos amigos, ¿qué debería de cambiar aparte de nuestra relación?

Muchos podrían llamar a Kim Taehyung apoyador, ¿por qué? No le protestaba a Jungkook de su supuesto noviazgo con una chica que apenas sabía de su existencia, o más bien, cuando ya lleva más de un año con su noviazgo verdadero con Taehyung y ni siquiera le había dicho algo tres meses antes sobre el tema.

¿Debería sentirse dolido? Un sentimiento normal y común sería ese. ¿Qué justificación tiene Jungkook? Muchos dirían que no le costaba nada tener que decirle mientras que otros mantendría su vista a la mira porque tal vez podría hacer lo mismo y Taehyung terminaría aceptándolo.

Si es que Jeon Jungkook tendría otra oportunidad de confianza con Taehyung.

Jungkook abrió la boca para añadirle algo más, y sin embargo, Taehyung lo intervino.

—Nuestra relación ha cambiado, somos pareja, pero no por eso significa que deba reclamarte incluso cuando dejas mi caballete guardado detrás del sofá sin yo pedírtelo.

—En mi defensa, estaba en medio de la sala.

—Y en mi defensa, estaba cerca de la ventana, no en medio de la sala.

Jungkook inclinó su cabeza hacia atrás mientras soltaba un quejido con exasperación.

—A lo que quiero llegar, es que te conozco, sé que no harías tales cosas solo por mi, por nuestra relación. Y además, es ridículo que esté celoso por alguien a quien sé que no amas —se cruzó de brazos.

—¿De verdad no estabas celoso?

—Te lo dije, es ridículo. ¿Por qué sentir celos de algo que puedo tener con mi esfuerzo, o porque mi novio esté en una supuesta relación con alguien cuando sé que no ama a tal persona?

¿Y si demás personas me miran de manera romántica?

Conoces lo que debes de hacer y lo que no. Conoces tu lugar.

Y su lugar era serle fiel a Kim Taehyung, de ser sincero con él. También, de no ser nunca lo que muchos quería de él.

Jungkook lo atrajo hacia su cuerpo, rodeando sus manos por la cintura del menor y este por el cuello del mayor. Ambos se mecían sobre sus propios ejes mientras se miraban directamente a los ojos, muy cerca.

¿Quién más como tú? —Jungkook besó su frente.

Kim Taehyung era el ser más extraño que muchos pueden conocer. No se enojaba fácilmente, de hecho, era muy raro. Sus celos eran nulos, dando a entender de que era imposible ponerlo celoso. Su comprensión era extrema, podías decirle cualquier excusa y te la acepta por más que supiera la verdad. Podrías insultarlo, pero es demasiado inteligente y te devuelve el insulto de manera cortés y herirte los sentimientos.

Era tan raro para su propia especie, que muchos lo admiraban y otros lo odiaban.

Y a él no le importaba las críticas, sin embargo...

¿Podía aguantar hasta el día que las críticas incrementaran?

O mejor explicado: que las críticas hacía él crucen esa línea entre su persona y lo que más ama.

Jeon Jungkook era su escudo y Kim Taehyung era su espada.

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