13
Taehyung se encontraba en la oficina arreglando unos papeles, la televisión se encontraba encendida y justamente estaban dando las noticias.
—"En últimas noticias: la empresa Logic Entertainment, acaba de informar que el famoso integrante del grupo Empire, Jeon Jungkook... —como una estrella fugaz Taehyung dejó todo lo que estaba haciendo para dirigir su mirada a la televisión y prestar total atención—... está en una situación sentimental con Hwang LeeJae, hija del presidente de Maze Company, Hwang LeeHye. ¡Es una impactante noticia que ambos jóvenes sean actualmente pareja!"
Así que a esto se refería Jimin con que llegué en un mal momento —se dijo mentalmente.
Fue un balde de agua fría cayendo sobre su cabeza. No sabía cómo sentirse. No sabía qué decir o cómo actuar. Mucho menos sabía qué hacer después: ¿reprochar a Jungkook o quedarme quieto?
Ni siquiera sabía porqué había apagado la televisión para no seguir escuchando aunque no estaba molesto. Entonces, ¿por qué estaba así?
La puerta estrallándose contra la pared hizo que el de cabellos plateados saliera de su bucle. Observó hacia dónde provenía el ruido, viendo como un Choi Yeonjun estaba ahí, parado, quieto mientras le enseñaba la noticia desde su teléfono.
—No sabía que tu novio es el famoso Jeon Jungkook.
—Pues ahora lo sabes —retomó su oficio en arreglar los papeles.
—¿No te importa lo que tu novio haga? —le preguntó incrédulo. Ante no escuchar ninguna respuesta, agarró los papeles que Taehyung sostenía para que captara total atención en él—. ¡Por amor a Dios, Taehyung, te está metiendo los cuernos en tus narices y ni siquiera haces nada! —soltó una grosería en su idioma natal.
—Es mi problema eso, no es el tuyo. Devuélveme los papeles, por favor —pidió con amabilidad, pero eso no quitaba el hecho de su indiferencia ante él.
—No te lo daré hasta que te des cuenta del problema.
Yeonjun estaba enojado con él. Y lo sabía, sabía que muy dentro de él Jungkook le traía mala espina, pero más se sorprendió cuando se dio cuenta de que Kim Taehyung es un masoquista, hipócrita e indiferente ante la situaciones que ocurre a su alrededor. Le molestaba tan siquiera que fuera tan difícil de leer y tan complicado de domar.
—¿Por qué no quieres darte cuenta de que él no te conviene? Sabía que él era una mala influencia, sabía perfectamente que él era malo para ti. ¡Y mira lo que ocurrió! —señaló la pantalla de su teléfono.
Taehyung soltó un sonoro suspiro pesado. Empezaba a molestarle un poco el carácter que Yeonjun tomaba sobre él, igual que su manera de ver a su novio.
Oh bueno, si es que aún podría considerarlo así.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Qué lo llame y le diga que terminamos sin hablarlo antes? —el mayor estuvo por hablar pero este lo intervino—. No juzgues un libro por su portada, Choi Yeonjun.
Era como si él mismo se regañara, como si regañara una y mil veces a su yo del pasado por tener una mentalidad tan mal de ver el mundo. Había cambiado. Todos sabían que él había cambiado para bien, y ahora que escuchaba a otros hablar como si fueran alguien para juzgar, le irritaba.
Se levantó y con toda la tranquilidad del mundo le quitó los papeles de las manos del mayor. Caminó hacia la salida, dispuesto a irse si no fuera por la mano del pelirosa tocar la suya para detenerlo.
—Esto significa que ni siquiera te importa quién esté a tu lado, Kim Taehyung.
Que mal que dijo eso...
—Es como decir que no me conviene estar a tu lado.
—Nunca dije eso y lo sabes —Tae giró su cabeza hacia él, Yeonjun tenía un semblante serio, queriendo aparentar de que intimidada pero nada podía contra Tae.
—Acabaste de decir hace dos minutos que Jungkook no me conviene. Hablas como si tú me convienes también cuando lo único que haces es hablar mal de los demás sin mirarte a un espejo. Él puede parecer alguien que no piensa en lo que hace, pero al menos no habla tan mal de las personas como tú lo haces —como pudo se zafó de su agarre y salió de la oficina, directo hacia la multitud.
—¡Solo me preocupo por ti! ¿Es tan difícil que entiendas eso? —Yeonjun seguía al menor por los pasillos, queriendo razonar con él, pero no se daba cuenta de que el único que debía razonar era con él mismo.
—Te dije que ese era mi problema, no el tuyo —volvió a repetir sin girar a encararlo—. Si tan bien te preocupas por mi, preocúpate primero en tu carácter antes de dirigirme la palabra con comentarios fuera de lugar.
Y dejó de perseguirlo. Cada vez sentía que hacía las cosas mal para seguir ganándose la confianza de Taehyung y se sentía verdaderamente fatal cuando le respondía con comentarios secos, sin sentimientos, como si fueran espadas atravesándote, haciéndote daño a tal punto de sentirte como un parásito que no debería de existir. Sabía que llegaba a ser frío cuando la situación lo ameritaba, y se acostumbró a eso, pero ahora las cosas eran diferentes.
Lo quería tan mal que no se daba cuenta del daño que provocaba en él.
{...}
Namjoon miraba con algo de temor a Taehyung. Estaba lejos de él, bastante lejos para que no se diera cuenta de su presencia, y aún así no evitaba que su cuerpo provocara pequeñas corrientes eléctricas por su espalda. Giró su cuerpo para encontrarse con Jin y Jimin. El rubio negó en modo de pregunta con una mímica, pero el moreno asintió, haciendo que el menor jadeara por tener ahora que luchar con un Kim Taehyung probablemente enojado.
—Esto será más difícil de lo que pensé —habló Jin—. ¿Y si voy con él?
—Pienso que es mejor que vaya Jungkook. A fin d e cuentas, es con él el problema —opinó Nam.
—Que no se les olvide que nosotros también somos cómplices —añadió Jimin, haciéndoles recordar que ninguno de los seis se atrevía a decirle a Kim Taehyung que desde hace más de tres meses el contrato del noviazgo se venía. Jin suspiró cansado de no poder hacer algo.
—Jungkook debe de estar temblando como un flan mientras forza su mente en buscar palabras apropiadas para explicarle a TaeTae —comentó Jin, asomando más su cabeza para observar al peliplata recogiendo sus cosas.
—Conociendo cómo es con él... —Jimin rascó su nuca raspada, la situación empezaba a ser difícil y mucho más porque Tae se veía tan serio que daba miedo acercarse a él. Puede que incluso el mismo CEO se alejara de él por eso mismo.
Namjoon empujó hacia atrás del muro a Jin y Jimin, casi aplastándolos. El mayor de ellos, Jin, soltó un pequeño jadeo cuando sintió su cuerpo siento apretado por el moreno, inmediatamente este le tapó la boca para evitar que hiciera algún otro sonido.
—Chicos, que no se les olvide que estoy aquí también. Se nota la tensión sexual entre ustedes —susurró Jimin. Su cuerpo estaba debajo de Jin y Namjoon, chocando su espalda contra la pared.
Taehyung pasó frente a ellos sin darse cuenta de sus presencias en dirección al ascensor, y fue entonces cuando justo pidiendo el ascensor se detuvo cuando vio a Jungkook.
Podía jurar ver como su boca se abrió y cerró al segundo. Quería hablar, y probablemente haya hecho mal en ir sin pensarlo bien y sin aclarar su mente. Se encontraba en una situación incómoda porque no sabía qué decirle a Taehyung, pero Tae sí sabía que decirle a Jungkook.
—Nos vemos en casa.
Y eso fue lo último que Tae le dijo hasta unas horas después.
{...}
Las zanahorias fueron cortadas y puestas en una olla hirviendo con agua y varios condimentos más al igual que otros ingredientes, seguido a eso, Taehyung empezó a cortar un tomate después de enjuagarlo bien. No lo iba a negar:
No estaba de humor.
No por el tema de Jungkook porque de una manera u otra sabía que conversando bien con él, podía llegar a entender lo que estaba ocurriendo, más bien, era por Yeonjun. Él llegaba a ser irracional con las personas incluso a ser despiadado por más brillante que fuera, y por eso y muchas cosas más debía siempre arreglar cualquier desastre que su compañero cometía.
Era demasiado irritante cuando decía cosas quizás por alardear o quizás por aconsejar, pero lo único que hacía era meter la pata en todo.
Un sonido de atrás hizo que observara de reojo hacia la puerta que segundos después fue abierta, dejando entrar a un Jungkook cargando su mochila de un hombro y con una bolsa en su mano derecha, dejando todo lo demás en el sillón cuando cerró la puerta. Se paró justo detrás de Tae con cinco pies de distancia. Estaba cómodo estando con él, su aura le brindaba protección al igual que comodidad, solo que podía distinguir algo diferente en él.
"Oh no, está enojado. ¿Qué hago? ¿Qué digo?"
—Tae, yo... Lo siento mucho por no decirte antes —sus manos comenzaron a temblar, temiendo en si su pareja lo dejaba y esperando lo peor—. Pensaba que lo tenía todo bajo control y de un momento a otro, ya no estaba nada sujeto a mi y yo... Yo...
Sentía como el nudo de su garganta iba incrementando. Su voz empezaba a fallar, cortándose hasta el punto de no poder hablar. No quería que Tae lo dejara, no quería terminar con él por algo que admitía perfectamente que era su culpa. Lo amaba tanto que aún no se veía con una vida sin de él.
Porque Kim Taehyung ya es aparte de Jeon Jungkook.
Notando que su voz se entrecortaba, Tae dejó el cuchillo a un lado y limpió sus manos con un paño para después girarse hacia él, llevándose una sorpresa viendo los ojos aguosos del mayor. Jungkook llegaba a ser bastante sentimental con quienes le tenía un enorme aprecio. Le lastimaba que otros se hicieran daño y no lo reflejaba en su rostro para después sufrir en silencio. Con Taehyung es igual, solo que no es capaz de fingirle una cara seria cuando sabe que está realmente mal.
—Lo siento... —susurró.
—Una vez te dije que no te guardaras todo para ti solo —empezó diciendo el menor, recostándose un poco sobre la encimera con los brazos cruzados sobre su pecho—. Te dije que estaría para ti para cualquier cosa aunque la vieras muy mínima, y también te dije que nunca te vería como una carga.
Y eso fue capaz de poder romper aquel frágil vidrio que reinaba en su ser.
Una lagrima traicionera abandonó sus ojos, sorbió su nariz porque en un sentido, se sentía regañado y a la misma vez con miedo. Tenía miedo de todo, veía las posibilidades de cualquier cosa y eso le aterraba.
Odiaba perder y estar perdido.
—Ser tu pareja no sólo implica que nos besemos y nos demos cariño, también es para compartir nuestro dolor y pensamientos —Jungkook siguió lagrimeando sin tomarse las molestias de secar sus lágrimas. No había necesidad cuando seguían cayendo como cataratas—. Quiero que me cuentes tus miedos, deseos, tus inquietudes o incluso lo que más odias. Quiero que me cuentes todo pero a la misma vez nada.
Jungkook sabía perfectamente lo que decía. No quería mantenerlo amarrado como un perro a su lado. No. Quería darle libertad y confianza. No quería ser tóxico y hacerle contar incluso con quien habló. A la nada se refería a la misma toxicidad que ambos tanto detestaban.
Taehyung no pudo aguantar más ver así a su pareja, así que recogió otro paño y caminó hacia él. Limpió las lágrimas de sus mejillas e hizo que sonara su nariz, por último, depositó un suave beso sobre sus esponjosos labios.
—Jeon Jungkook, nunca te vería como el malo de una historia —dicho eso, empezó a repartir pequeños besitos por todo su rostro, mimando un poco a su novio después de un buen rato llorando—. Eres alguien genial y digno de admirar. Eres sincero con tus propios sentimientos y emociones. Nunca le harías daño a nadie aunque todos podrían juzgarte.
Rodeó sus brazos por la delgada cintura del pelinegro, haciendo que este recostara su cabeza sobre su hombro y Tae apoyara la de él contra Jungkook. El mayor lo abrazó por la cintura, apegándolo más a él mientras sorbía su nariz.
—Siento que no te merezco —le susurró en el oído. Apenas y podía hablar bien sin que se notara su hilo de voz.
—Y yo a veces siento que eres demasiado bueno para merecerte.
Después de unos largos minutos en donde Jungkook fue consolado por Taehyung, el menor apagó la estufa y ambos se sentaron en el sofá, con Jungkook teniendo su cabeza sobre los muslos desnudo de su novio y este acariciándole la cabeza.
—El CEO ya tenía todo planeado, y yo, por más que me oponía a su decisión, tuve que acabar sumiéndome a él...
—Tú siendo sumiso... Sería algo difícil de imaginar —comentó el menor con gracia, provocando que Jungkook le jalara varios de los vellos de sus muslos. Con delicadeza tomó su mano que jalaba y la envolvió con la suya con el propósito que de parara de hacer lo que hacía.
—También, me sorprendí muchísimo con quien tendría que fingir un romance. ¡Esa chica apenas tiene dieciocho! ¿Sabes qué es lo peor? Quiere ser actriz y esto le viene genial —escondió su rostro entre los muslos de Tae—. Esto es una pesadilla. Encima de que le llevo seis años.
—Mientras no... ¡Auch!
—¿Decías?
—¿Por qué me muerdes los muslos? —estaba listo para sobar aquella parte que anteriormente había sido mordida si no fuera porque el pelinegro mordió sus dedos—. Jeon Jungkook, no me muerdas.
—Lo dejaré de hacer si me das un besito.
Jungkook se giró para quedar frente a frente con él aún estando sobre sus muslos. Esperaba con ansias poder tocas esos labios que tanto amaba besar, y sin embargo el beso nunca llegó por más que se esforzaba en estirar sus labios.
Justo cuando iba a protestar, Tae chocó sus labios con los del pelinegro, uniéndolos en un suave y delicado beso. Jungkook abrió un poco su boca, permitiéndole la entrada a la lengua inexperta del menor. Admitía que le excitaba que intentara dar lo mejor de él en esos casos.
El mayor acarició las mejillas del menor, provocando que este se alejara de él, no sin antes jalar su labio inferior con sus dientes.
—¡Kim Taehyung, te estás volviendo un atrevido! —rió sobre sus labios.
—Me pregunto gracias a quién será.
Taehyung levantó poco la cabeza de Jungkook para poder levantarse y continuar con la comida. Justo cuando había tocado el cuchillo, Jungkook lo arrastró por la cintura hasta la mesa del comedor en donde sin mucho esfuerzo lo levantó y sentó. El de cabellos plateados no entendía lo que Jungkook trataba de hacer, y llegó a entenderlo cuando besó su cuello con desespero.
Probablemente algunos de esos besos dejen marcas para mañana.
Mordió, lamió y chupó la zona, atrayendo entre sus dientes con delicadeza la piel de su novio. Metió una de sus manos dentro de su camisa y acarició su pecho mientras que la otra sostenía firmemente su espalda. Taehyung arqueó su espalda cuando sintió los dedos fríos del pelinegro recorrer por su pezón, acariciándole y rascando.
—Eres como un niño después de ser regañado: buscando cariño —comentó el menor con dificultad mientras su cuerpo se sentía estimulado por los toques hábiles del mayor.
—Quizás sea porque me consientes mucho. No me juzgues.
—Oh, entonces, ¿me echas toda la culpa a mi cuando eres un adulto muy caprichoso y sentimental?
Jungkook apretó la parte que estaba siendo estimulada por él, ocasionando que de los labios de Taehyung saliera un pequeño gemido. Su cuerpo empezaba a temblar, y Jungkook estaba estimulando más de lo usual a Taehyung.
O quizás sea Taehyung quien lo necesitaba más de lo normal.
—Kim Taehyung, serás el único a quien bese hasta el día que me digas que no.
Lo amaba demasiado. Lo amaba con locura y cada parte de su ser aunque sea reservado. Sus pequeños detalles que Taehyung veía como irrelevantes, su cuerpo aunque el menor pensara que nunca lo había visto desnudo. Amaba todo de él por más que Taehyung le dijera que es absurdo.
Porque el amor es así. Amas tanto a esa persona que sus defectos te parecen lo más hermoso que nunca hayas visto, aunque puede que los critiques.
Te hace sentir irracional y algo estúpido. Actúas a veces con impulso sin siquiera pensarlo cuando se trata de quien te guste.
¿Por qué juzgar algo que es normal sentir?
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