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12

Taehyung llevaba su mochila sobre el hombro derecho, su turno laboral en la empresa había terminado y justamente iba dirigiéndose a la salida para quedar con Jimin en la universidad. Deseaba poder visitar a todos sus profesores y poder agradecerles por tanto.

Una vez las puertas del ascensor se abrieron, una chica de cabellos castaños salió disparada como una bala hacia la salida, chocando con el hombro de Tae.

—¡Oh por Dios, lo siento, lo siento mucho! —la chica se inclinó más de diez veces frente a él, y no fue hasta que Tae le dijo que no se preocupe que dejó de hacerlo—. Si no me daba prisa, el CEO probablemente... —inclinó un poco su cabeza hacia la izquierda cuando observó el rostro de Taehyung. Soltó un chillido—. ¡Eres él, eres Vante!

—Y tú eres... —no lo iba a negar, su rostro le sonaba mucho y un pequeño "click" sonó en su cabeza—. Ahora recuerdo. Eres la chica que nos pidió un autógrafo a mi y a mi musa el año pasado.

—¡Exacto! —dio pequeños saltitos de emoción—. Es un honor que me recuerde. Lo sigo desde que se fue a Estados Unidos, ¡sus obras son las mejores! —elogió, ocasionando una pequeña sonrisa en Tae—. ¿Trabaja para la empresa?

—Así es. Empecé hace dos semanas.

—¡También seremos compañeros de trabajo! —volvió a chillar—. Lo siento mucho si lo asusté con mi comportamiento, pero de verdad, ¡soy una gran fanática de usted!

Por alguna razón extraña le recordaba mucho a Jimin.

—Por favor, llámame Taehyung o como gustes. Como "usted" es un poco raro —sinceró.

—Claro, claro. Siento no presentarme antes, mi nombre es Hwang LeeJae —hizo una reverencia.

—Kim Taehyung —imitó su acción.

Y en eso llega Jungkook, observando a la chica para luego dirigir su mirada hacia su novio. Por un momento sintió como su corazón latía tan fuerte hasta el punto de poder sentir los latidos en su garganta.

Estar bien no era una opción, pero no estarlo, tampoco lo era.

—¡Jungkook-oppa! —la chica, notando la presencia del tatuado, corrió hacia él y lo abrazó por la cintura, enterrando su cabeza en su pecho—. ¿Sabes las veces que te llamé? Debías mandarme aunque sea un mensaje.

—No tenía tanto tiempo, Jae —respondió mientras intentaba alejarse de ella.

No tenía tanto tiempo, Jae —imitó su gruesa voz—. Nunca tienes tiempo para nada. ¿Tendré que hablar con el CEO para que sea más flexible contigo? Últimamente con el tema del contrato y todo eso, está siendo muy duro.

—No necesito que hagas nada de eso, estoy bien. Creo que deberías de ir con él si no quieres que su enojo incremente más.

—¡Rayos, tienes razón! —fue entonces cuando milagrosamente soltó al mayor y se dirigió hacia Taehyung para inclinarse ante él—. Vante-nim, es un placer volver a verlo. Espero que trabajemos bien juntos —le sonrió y volvió a retomar su caminata con pasos acelerados.

Taehyung pudo notar un aura en ella bastante... ¿Cautivadora? No podía explicar correctamente lo que era estar con ella, pero era cómodo y sentía que podría pasar horas sin tener que aburrirse hablando con ella. Aunque, sería ella quien hablaría más, porque Tae apenas opinaría.

Jungkook viajó su vista a Taehyung, temiendo por la inteligencia de este al observar sus acciones, por lo que prefería cambiar de tema antes de que notara algo extraño en él.

—Vas a la universidad, ¿no?

—Sí, Jimin me está esperando ya.

No podía descifrar los pensamientos de Tae, a veces le resultaba fácil y otras sumamente difícil. Y Jin tenía razón al decir que es una pequeña cajita de sorpresas, porque, si bien podrías pensar una cosa de él, probablemente no sea eso lo que él piensa.

¿Estará celoso?

Jungkook se acercó a él y tomó su mano izquierda para darle un pequeño beso en el dorso, seguido a eso, se acercó peligrosamente a su cuello y empezó a repartir varios besos mojados.

—Después no te quejes por si alguien de aquí nos ve —susurró sobre el oído del mayor.

—Tú fuiste el primero que dijo que no te importaba si alguien nos veía —lo tomó de la cintura, acercándolo más a su cuerpo.

—Y tú fuiste el primero que dijo que debíamos ser discretos.

—Quizás, y sólo quizás...

Su aliento caliente chocaba con su cuello, creando una sensación de electricidad recorrer por el cuerpo de Taehyung. El mayor se acercó más a los hermosos labios del menor, observándolo con una mirada pícara y de querer besarlos y morderlos.

Pero Taehyung se le apresuró y plantó un pequeño besito en sus labios antes de separarse de él y llamar al ascensor que prontamente llegó.

—Kim Taehyung, no me puedes hacer esto —arrugó su nariz viendo la acción de su novio.

Entre juegos y juegos se me va a ir el tiempo —mostró su sonrisa cuadrada, y con sus dedos de la mano izquierda hizo un pequeño corazón antes de que las puertas del ascensor cerrasen.

Solamente él le hacía así: ansioso de poder verlo otra vez, de estar con él todo el tiempo. No se cansaría de mirarlo a los ojos durante horas, porque lo amaba con locura. Amaba cada parte de él, su terrible sentido del humor, su inteligencia y comprensión, sus sabios consejos y sobre todo...

Que estuviera siempre a su lado, que lo escuchara y que le permitiera abrir más su corazón. Incluso amaba que no se expresara tan bien con sus sentimientos amorosos.

Lo amaba tal y como era.

{...}

—Escucha, Tae... Debes prepararte mentalmente, porque el señor Han es un verdadero fanático tuyo. Da hasta repelús pensar que siempre habla de tus obras en sus clases —Jimin frotó sus brazos sintiendo como si su piel se ponía de gallina—. Ya eres famoso en esta universidad sin siquiera quererlo.

—No creo que sea tan...

Ni siquiera bastó cuatro segundos de Jimin tocar la puerta abierta, cuando el profesor Han había gritado tan fuerte que hasta probablemente en la recepción se escuchó. Los alumnos fijaron su mirada en la entrada y se sorprendieron cuando vieron a Taehyung.

—¡¡El legendario Kim Taehyung ha vuelto!! —el profesor se le había tirado encima, abrazándolo con tanta fuerza que casi creía el de cabellos plateados quedarse sin aire.

Le era bastante extraño ser abrazado por un profesor que prácticamente no era afectivo con nada ni con nadie, mucho menos con su propia esposa que según Jimin, había dado a luz hace un par de meses su segundo hijo. Que sea tan afectivo ahora con él... De verdad que le causaba incluso más repelús que el mismo Jimin.

—Profesor Han, usted ha hablado tanto de él que hasta me recuerdo su fecha de nacimiento por más loco que suene —Taehyung dirigió su mirada hacia el alumno. En cierto sentido, lo decía de burla.

—Por favor, ni siquiera hablo tanto sobre su vida íntima... —el de cabellos plateados de reojo lo observó. Casi y hasta olvidaba por completo las miradas que podrían desnudarte de él—. Quizás un poco sí.

Podía ver un poco más arriba de los asientos como un par de chicos molestaban a otro. Lo reconocía, mas no sabía exactamente de donde. Jimin observó justo hacia donde estaba viendo y dio un paso hacia delante para intervenir, pero ya era demasiado tarde porque Tae se le había adelantado.

—Tú, el que tiene cabellos rojos —el molestado viajó su mirada a él. Podía ver el miedo y la incomodidad, acompañada también de un pequeño pánico. Su mirada era confusa, incluso intrigante para él—. ¿Qué piensas del arte?

Por un momento sintió la sangre bajar y ponerse nervioso. Estaba demasiado nervioso para tener que contestar, y por el como lo miraba, no era la primera vez que lo hacía. Por un lado le transmitía confianza y eso le daba más ánimos de contestar, pero por el otro temía de que su respuesta fuera errónea y que todos se rieran de él.

Era un punto medio bastante desagradable.

—Yo... Yo... —sus manos temblaban debajo del escritorio, incluso sentía como una gota gorda bajaba de su frente, empezaba a sudar frío y eso no significaba nada bueno.

Era obvio su timidez. El aire se ponía nervioso por él y Taehyung podía sentirlo aún estando a metros de distancia. Le recordaba a él en su primer año de universidad. No temía de sus decisiones, pero el hecho de tener la mira de todos encima de él y ser el centro de atención, lograba incomodarlo hasta ponerlo nervioso.

Sentimientos normales que muchos llaman anormal.

No perdería las esperanzas en que él dijera algo, al menos, no lo haría hasta que mostrara indicios de que no hablaría.

—Pienso que el arte nos sirve como un medio más para expresarnos —poco a poco su voz fue elevándose—. Nos crea sentimientos encontrados con alguien más o incluso con nosotros mismos. Conocemos de algo que le tenemos miedo, y al final, ese miedo llega a ser inevitable por lo desconocido. El arte simplemente es algo que puede llevarnos al borde de la perdición o ser nuestra salvación.

Pocas cosas llegaban a intrigarle a Tae, pero si se trataba del arte, todo le intrigaba. Por lo tanto, le interesaba la manera del cómo el joven veía el arte: algo que muchos llaman inconcluso o algo que otros llaman temeroso. Muchos dicen que es su salvación pero otros dicen que es lo que más detestan. Aman y odian. Quieren y dejan.

Ese era el verdadero arte: amar lo que es y odiar lo que será.

Habló el homosexual —se burló uno de los chicos que lo estaba molestando.

—Tú, el que acabó de hablar —el chico que anteriormente se reía, detuvo su risa cuando Taehyung lo señaló—. ¿Qué piensas sobre lo que dijo él?

—Pienso que... —de reojo observó al chico que anteriormente fue molestado, ganándose una mala mirada de su parte—. Pienso que tiene razón en todo lo que dijo.

—Entonces, ¿también estás de acuerdo de que del arte viven y del arte critican?

Claramente eso fue una gran indirecta que sólo tres personas entendieron a lo que se refería. Jimin dio un paso hacia atrás, demostrando que: "el escenario es todo tuyo. Mis respetos."

—Siento que es un poco contradictoria esa pregunta...

—La vida es contradictoria. Tus mismas decisiones y opiniones son contradictorias al igual que las personas. El arte también es contradictorio. Puedes identificar un cuadro, ya sea abstracto o figurativo, de qué trata la obra sin el autor mencionarlo, pero es contradictorio el tan solo decir lo que es sin el autor especificar. Porque podría ser falso como también podría ser cierto.

La suposición era algo que siempre iba a estar, y que, por más que a Taehyung no le gustara suponer, es un ser humano que le es casi incapaz de no hacer tal suposición. ¿Estaba mal? Sí, ¿y por qué? Es asumir algo de alguien o de cualquier cosa, adivinar, pensar en sus acciones, una posible teoría, pero nada sería cierto o falso si la verdadera persona involucrada, objeto o ser, demuestre lo contrario.

Estaba de más mencionar que el profesor quería aplaudirle con euforia por ver el fruto de su trabajo. Taehyung había crecido bien, con profesores estrictos que alguna vez casi llegaban a sacarle canas por el estrés que le causaban, pero valió la pena todo el sufrimiento.

Y estaba agradecido por ello.

—Por eso, haz las cosas solo porque crees que es necesario, no para causarle un gran impacto al público. Si te gusta, hazlo, teniendo en cuenta las consecuencias de un después.

Una pequeña sonrisita se posó en sus labios. Muchos podrían llamarlo hipócrita por sonreír de tal manera después de tremendo regaño indirecto. Más bien, era un consejo que probablemente recuerde hasta el fin de sus días. Jimin estuvo dispuesto a ponerle un altar y arrodillarse ante él diciendo: "¡Alabado sea usted, Kim Taehyung!" Prácticamente había un letrero en su frente que decía: "Kim Taehyung mi religión."

Bastante exagerado, quizás.

El chico se encogió en su asiento, prontamente sintiéndose pequeñito y avergonzado. Había perdido total postura frente a él y su orgullo también se había visto pisoteado y arrastrado por todo el salón. Era algo muy vergonzoso, pero le había dado una muy buena lección aunque no fuera su intención.

Solo para recordar, Kim Taehyung hacía las cosas de una manera inocente, sin malas intenciones detrás de sus acciones. Al parecer, junto a su arte, él moriría junto a eso.

{...}

Taehyung y Jimin estaban en el comedor, el mayor devoraba su comida como si nunca hubiera comido. El menor se quedó paralizado por un momento cuando vio cómo se llevó un gran muslo de pollo a la boca, temiendo por si de verdad pudiera comerse las dos bandejas que él había traído.

—¿Qué? —habló con la boca llena. Por un momento estaba por atragantarse si no fuera porque Tae le dio un vaso de agua. Con urgencia lo aceptó y tragó todo el líquido—. Tengo hambre, no me mires así. Pasé más de siete horas sin comer y no me importa si después tendré que rebajar para poder hacer el recital, porque el hambre es primero.

—No he dicho lo contrario, solo procura no ahogarte —Jimin le brindó una sonrisa falsa que al instante borró.

De la espalda de Jimin iba llegando un chico pelirrojo, el mismo chico que había sido molestado minutos antes. Se paró frente a la mesa e hizo una reverencia para los dos. Jimin observó a Tae que miraba hacia la derecha, con curiosidad también hizo lo mismo, aún teniendo el muslo de pollo en su boca. Instantáneamente dejó el muslo en la bandeja y se limpió los labios al igual que dedos.

—Yoohan... —nombró el rubio—. ¿No tenías historia del arte ahora?

—El profesor faltó —contestó—. Por cierto, muchas gracias por lo de antes, Kim-nim —volvió a hacer una reverencia, esta vez hacia él.

—No lo hacía con la intención de...

—¿¡Verdad que es genial?! —le intervino Jimin—. Deberías darme más clases para ser así.

—No sabía que se necesitaba tomar clases para actuar de una manera que el mundo discretamente te enseña —el mayor rodó los ojos.

—Profesor Park —el nombrado giró hacia él, de su mochila sacó un libro y se lo entregó—. Muchas gracias por las lecciones de ayer y por el libro.

Jimin era una persona bastante evidente por más que tratara de cubrir lo que sentía o lo que hacía. Sus mejillas se tornaron de un rosado pastel y tomó el libro para guardarlo en su maletín, le brindó una tímida sonrisa antes de decir:

—No hay de qué. Espero que hayas aprendido mucho porque después te haré un examen de recuperación —el chico rio con nerviosismo, rascándose la nuca.

—Creo que... Ya debería de irme y estudiar un poco más. Kim-nim, fue un gusto volver a verlo otra vez —inclinó su cabeza hacia él y luego hacia Jimin. Taehyung asintió con una pequeña sonrisa—. Nos vemos mañana, profesor Park.

Con eso fue suficiente para Tae sacar todas sus dudas al respecto. Conocía al chico. Fue justamente cuando quería darle una sorpresa a Jungkook y a sus demás amigos, cuando había ido al estudio al que solían ir pero sorpresivamente encontró a otro grupo.

Una vez se fue, Taehyung le dedicó una mirada a Jimin. Observaba directamente sus ojos con una seriedad que el mayor comprendió de inmediato lo que quería. Se removió en su asiento, buscando las palabras claves para expresar lo que ocurría.

—Es el estudiante que te hablé —susurró, pero fue lo suficientemente alto para que solamente Tae lo escuchara.

—Parece un buen chico.

—Lo es... Por cierto, ¿de dónde lo conoces?

—Lo conocí el día que llegué a Corea. Justo en el estudio donde ellos solían tocar —respondió al tomar de su té templado.

El mayor asintió varias veces procesando la información. Sí que es cierto de que sabía que su estudiante tocaba música, era muy bueno con los instrumentos y más con la guitarra. Por un lado, se sentía orgulloso de él.

—Entonces... ¿Tú y Jungkook ya lo hicieron? —preguntó con una sonrisa pícara, golpeando suavemente los pies del menor.

Se imaginaba cualquier respuesta, pero no su negación con la cabeza. Jimin estaba confundido por eso porque llevaban mucho tiempo siendo novios, no físicamente, pero incluso vivían juntos. No entendía el porqué no llegaban a esa clase de intimidad.

Pero bueno... Él no era quien para juzgar su situación sexual.

—Quiero que sea en un momento especial para los dos. Además, últimamente no hemos tenido mucho tiempo. Jungkook con la empresa y yo con mis dos trabajo... Apenas y podemos dormir bien.

Muchos podrían decir que tener una relación con alguien, significaba algo más que esa simple charla, la respuesta es un: no. No porque tuvieran tan solo una interacción, significaba que debían sobrepasar esa línea. Eso aplicaba para Taehyung y Jungkook. Ambos se amaban y ambos se daban el cariño que necesitaban, pero ambos no estaban listos para dar ese paso porque el tiempo para llegar a la intimidad era nulo.

También porque la primera vez que lo querían intentar, había sido un caso terriblemente fallido, más por las dudas internas de Taehyung que una duda sobre la situación que implicaba a Jungkook. Los problemas internos siempre iban a estar, te atacaban a ti, a tu pareja y también a tu alrededor. Eso era algo que Kim Taehyung no podía controlar por más que lo intentara.

Y mucho más cuando ahora las verdaderas decisiones cruciales estaban por llegar.

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