Estoy en la delegacion, aporreada de preguntas por uno de los dos policías que me están interrogando. Aún no soy capaz de decir palabra alguna. No luego de todo lo que paso.

-Ya dejala.- Dijo el que no había emitido palabra alguna desde que me trajeron- Es duro para ella tambien, ademas, hay varios testigos que afirmaron que el chico estaba hablando por teléfono y no se fijo.- se paro y se dirigió a la salida- ya puede retirarse señorita, no hay cargos en su contra.

Sin emitir palabra alguna salí de ahi. Afuera se encontraban sus padres, su madre lloraba a mas no poder y su padre intentaba consolarla y hacerse el fuerte a la vez.

-Sujin querida,- Dijo su madre con la voz quebrada- se que no fue tu culpa, no te sientas culpable.- pero yo no podia decir lo mismo. El señor Kim me veía con nostalgia, con lastima.

-No. Fue mi culpa...- Y fue cuando me quebre, sabia que era mi culpa- Lo siento...

Corrí hacia mi auto y maneje hacia ningún lugar en especifico, no quería sentirme así.

La gente cambia, ¿por que soy la única así?

Normalmente uno se sentiría fuera de culpas y solo lloraría por la perdida. Yo, por lo contrario, estoy llorando por ambas cosas.

No puedo vivir con la culpa, mucho menos sin Namjoom. Es en lo único que pienso, mientras conduzco por las frías calles de Seúl.