Destapo otra botella de Suju, el favorito de Yoongi. Ya perdí la cuenta de cuantos voy tomando y cada ves que quiero parar los recuerdos me atacan, no puedo, no puedo estar sin el.

Estoy en mi sala, sentada en el sofá. Recuerdo que cuando estaba muy cansado, pedía que le cantara hasta que se quedara dormido.

Ya no tengo mas Suju. Me dirijo hacia la puerta y salgo a la calle con el propósito de comprar mas. Mientras me dirijo al 24hr que hay a la vuelta de mi casa, pienso en como nadie de mis familiares vino a verme luego del funeral de Yoongi. Recuerdo a su madre y en como se preguntaba que hizo mal, yo me hacia la misma pregunta.

Al llegar compro dos botellas mas y salgo, no pienso regresar a casa, así que decido caminar por la dirección opuesta. Inconscientemente me dirigí hacia el mismo puente en donde Yoongi decidió acabar con su vida.

Los recuerdos vuelven, los ojos se me nublan. Lloro.

Me siento apoyando mi espalda a la pared que sirve de protección al borde del puente y destapo una de las botellas, el llanto no a parado aun. Veo el Rolex en mi muñeca, es lo poco que me queda de Yoongi. Recuerdo cuando se lo regale.

—Los recuerdo que dibuje de ti son tristes...— Le digo a la nada. Le digo a Yoongi.

Este dolor me esta consumiendo y no hago nada para evitarlo.