Especial ChangLix.

El día de hoy me veo en el honor de presentarles: Un día en la familia Seo.

No por nada en especial, solo que el escritor tiene demasiada pereza de pensar una temática mejor. Ya saben, detalles mínimos.

Pero bueno, ese no es el tema de hoy, aquí vengo a darles su dosis diaria de amor que la pequeña Yuna tiene para todos nosotros.

Quien por cierto, recientemente había empezado a aprender como caminar y la cosa se había vuelto bastante, muy, demasiado caótica.

— Yuna, no te metas eso en la boca, comer tierra no es bueno.

Los niños siempre son curiosos e incontrolables la mayor parte del tiempo, y claro, una niña de un año y tres meses no sería la excepción, menos cuando estaba empezando una etapa de más "libertad".

— Yuna, deja el vaso en la mesa, vas a tirar el jugo.

Y es que claro, ¿Cómo esta niña no iba a ser traviesa? Tenía un hogar enorme en donde correr -realmente no corre, solo que ella cree que si, no le quiten la ilusión- lo que hacía para ocupar su tiempo libre era ir de un lado a otro buscando algo nuevo que llevarse a la boca, o, también buscar algún "accesorio" nuevo para sus peluches.

— YUNA, NO-

Y si, todo el día sonaba "Yuna aquello, Yuna lo otro" pues la pequeña tenía energías para todo el día, que hasta ChangBin quiso investigar si tenía algún botón de apagado.

Hablando de ChangBin, él tampoco ayuda mucho que digamos, es como si fuera su complice, ya saben, el que nunca quiere estar involucrado pero siempre termina metido en los problemas más grandes.

Cuando la niña rompía o perdía algo de la casa, siempre corre a su papá para que le haga de abogado para cuando su papi se diera cuenta.

Como justo ahora...

— ¡Papá papá papá papá papapapa! —gritó la niña corriendo a través del pasillo, y recién este la escuchó salió de la cocina.

— ¿Qué sucede, cariño?

— ¡Ven! —y tan pronto tomo su mano, comenzó a guiarlo hasta la sala.

Y bueno, aquí se puede presenciar una obra de arte realizada por la talentosa artista Seo Yuna, que consta de un mantel tirado y un florero en el suelo.

Y ah, bueno, las flores de plástico que estaban en el objeto que ahora está hecho pedazos, pues nadie en esa casa se veía capaz de cuidar de una planta de verdad.

— Por Dios Yuna... —bufó el mayor, inclinándose a tomar las partes de lo que era un florero. — Papi se dará cuenta y te regañará.

— ¡No, no, no! —interrumpió rápidamente la bebé, dejando ver sus ojos cristalizados y casi a punto de llorar.

— Mira, debes ser más cuidadosa, sé que te gusta ver todos los objetos de la casa, pero hay algunas cosas frágiles, como esto, que se hacía llamar un florero.

— Pero-

— No, no, cero peros, mira, ahora las flores se quedarán sin casa porque se las rompiste.

Y con eso fue suficiente para que la niña se echara a llorar. Puede que ella sea muy "inteligente" pero sigue siendo una niña, una la cual llora cada que Felix corta una piña creyendo que Bob Esponja vive ahí. Así que a partir de ahora, de seguro respetaría de más los floreros creyendo que son el hogar de plantas...

Peor aún, de plantas de plástico.

— ¡No llores, cielo! —ChangBin trató al instante de consolar a la menor, más parecía muy afligida por todo lo que había pasado. — Mira, en un rato más iremos a comprar unas cosas y les traeremos una nueva casa, ¿Si?

— ¡Si!

Bien, eso funcionó.

Ahora solo le quedaba explicárselo a Felix...

— ¿Por qué le dirías a tu hija de apenas un año que un florero es el hogar de una planta, ChangBin?

— ¿Acaso no lo es?

— Recuérdame porque nos casamos, por favor.

— En mi favor, puedo decir que tu fuiste el que me pidió matrimonio.

— Cállate, y ahora busca el florero ese. —ordenó, y ChangBin asintió de inmediato.

Desde el incidente, Yuna había estado bastante incalmada esperando que fueran pronto al centro comercial, pues en su mente creía que esa planta de plástico moriría si es que no le daban un hogar pronto.

Y tan solo vió el pasillo lleno de lo que ella llamaría un "hogar para plantas", sonrió de inmediato.

Aún más cuando ChangBin tomó el que fuera, solo con tal de que la niña volviera a sonreír.

— ¿Feliz? Ahora ya sabes, debes tener cuidado, o quizá le quiebres el hogar a alguna otra persona. —solo con eso la pequeña asintió de inmediato, sintiéndose así más tranquila. — Bien.

— A veces no te comprendo del todo. —murmuró Felix.

— Lo lamento, es que Yuna y yo si nos entendemos muy bien, ¿Verdad, bebé? —la niña rió al sentir cosquillas cuando el mayor tomó sus mejillas.

— Si, claro, luego estás llorando porque no quiere que le des beso de buenas noches.

— Silencio Felix, este es un momento lindo, no hay porque arruinarlo.

— Ah... Ahora entiendo el porque MinHo me advertía de ti antes de ser siquiera pareja. —dijo, con una sonrisa.

— ¿Ese niño te decía algo de mi?

— No solo él, Sung e Innie también, aunque bueno, es comprensible su preocupación. —habló tranquilamente mientras ponía algunas cosas para comprar en la canasta. — ¿Sabes? Vivir junto a alguien como tú tampoco es tan sencillo.

— Lo sé, por eso te valoro mucho. —respondió de inmediato, riendo cuando las mejillas de Felix se pintaron de rojo. — Ah, ¿Verdad que no es sencillo?

— Guarda silencio, Seo, esto es serio.

— Yo también voy en serio.

— Por Dios... —suspiró, para luego mirar al otro chico a la cara. — En fin, terminemos esto antes de que te de un golpe sin querer.