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Últimamente, JiSung no había tenido los mejores días. No por nada en especial, solo que al ser el séptimo mes comenzaba a ser todo un poco más pesado.

Ya había comenzado el tercer - y último - trimestre de aquél embarazo, realmente estaba emocionado por conocer a su pequeño JungWon, pero la espalda comenzaba a dolerle horrores, como ahora, que estaba sentado en el suelo junto a Felix mientras acomodaban algunas cosas en el cuarto del futuro bebé.

MinHo al notar que su lindo esposo se notaba algo decaído comenzó a motivarlo a distintas cosas, como cursos de maternidad, salidas (bastante relajadas), visitar a su familia o amigos, hacer ejercicios especiales y diferentes cosas, por eso mismo estaba pasando tiempo con Felix y la pequeña Yuna, que constantemente quería tocar con curiosidad el hinchado vientre de su "tío" mientras gateaba por todo el cuarto.

— Creo que sentarnos en el suelo no fue la mejor de nuestras ideas. —dijo JiSung abrazando un peluche que su madre Irene le dió para el cuarto del futuro niño.

— ¿Por qué?

— Quiero ir al baño y tardaré tres años en poder levantarme de aquí.

— Me lo hubieras dicho. —Felix se levantó para tomar al chico por los brazos, y haciendo el esfuerzo por levantarlo. — ¡No creí que hubieras subido tanto de peso! ¿Así estuve yo también? ¿Cómo es que Bin me cargaba entonces?

— Sinceramente me cuestiono lo mismo con MinHo. —estiró su cuerpo levemente para salir de la habitación. — Oh, escuché el timbre, debió haber llegado JeongIn,  ¿Podrías bajar para abrirle la puerta, Binnie?

— Bien. —asintió, dándole una última mirada a su pequeña niña, que parecía lo suficientemente entretenida con los juguetes de colores en la esquina del cuarto.

Bajó las escaleras apurado para callar a JeongIn de una vez, recientemente habían colocado un timbre en la casa y el payaso veía muy divertido tocarlo constantemente.

— Aleja tu sucia mano del timbre, o me veré obligado a decirte una mala palabra. —dijo Felix recién abrió la puerta.

— Woah, ni un buenos días me das.

— Ah, ya cállate. JiSung está arriba, vamos.

Al Felix subir nuevamente las escaleras y notar como había un silencio claramente anormal, sintió verdadero terror.

— ¡¿Yuna?! —cuestionó entrando a la habitación, sin encontrar a la pequeña bebé en ella.

— ¿Qué sucede? —cuestionó JeongIn al ver como el rostro de su compañero ahora lucía pálido.

— ¿¡Donde está Yuna!?

— Si, ese sería un muy buen nombre para una película.

— ¡Estoy hablando en serio, animal!

— Ah, ¡Ah! Ya entendí. — JeongIn asintió de lo más tranquilo. — Quizá Sung sepa, hablando de eso, ¿Y JiSung?

— ¡Han JiSung! —gritó el mayor desesperado, sin respuesta.

Este corrió al baño, solo para que no, ya no estaba ahí. darse cuenta

Ahora no solo tenía un problema, eran dos.¿Donde se pudieron haber metido en tan poco tiempo!?

Felix a punto de llorar pensando en que su mejor amigo y su hija habían desaparecido sin contexto, se le ocurrió una idea.

— ¡Llama por teléfono a Sung!

Y así lo hizo JeongIn, más el celular sonó, solo para avisarles que estaba en el cuarto, pero JiSung no estaba ahí.

Buscaron casi corriendo por todos los cuartos -y más de una vez- esperando que en una de esas ocasiones el chico y la niña aparecieran, pero no.

¡Lo peor de todo es que ChangBin y MinHo aparecerían en una media hora más! Y si JiSung y Yuna no aparecían en ese periodo, sin remedio los matarían.

— ¿A donde pudieron haberse ido? ¡Si JiSung camina muy lento! —mencionó el agobiado Felix.

— Sinceramente, no lo sé, ni siquiera escuche que alguna puerta se abriese o algo así, tampoco creo que se fuera a salir por una ventana. —JeongIn también lucía seriamente confundido a ese punto.

— ¡También es sorprendente que Yuna aún no llore ni nada!

— Esa niña no llora cuando se va a algún lado con JiSung. —puchereo el mayor, con ciertos nervios. — ¡Quiero llorar, lo juro! ¿Y si les pasa algo?

— Piensa en positivo, no tardarán en aparecer. —calmó, más el semblante de Felix no parecía mejorar. — No creo que les pase nada solo porque no los cuidamos tres segundos.

— Una vez le deje encargada a Yuna con ChangBin, se le perdió en menos de un minuto, aparte, ¡MinHo está por llegar!

— Oh dios, ¡Entonces si tenemos problemas! —contestó asustado el menor.

Ya habían pasado diez minutos, nada.

¿Veinte? Ni señales de vida.

Realmente Felix si iba a terminar por llorar.

Si no fuera porque a JeongIn se le ocurrió abrir la cortina al patio trasero, hubiesen terminado en un caos.

— Espera, ¡Ahí estuvieron todo el maldito tiempo! —mencionó enojado.

— ¿¡Qué!? ¿¡Donde!? —Felix corrió a lado de su amigo, para ver así juntos la escena.

JiSung estaba en uno de los columpios con Yuna en brazos, el chico parecía contarle algo a la menor mientras sonreía en grande y la niña carcajeaba con él.

La escena en otro contexto hubiese sido de lo más linda, pero ahora no.

¡Les había sacado el susto de su vida! ¡Y el tipo todavía se veía extremadamente feliz e inocente!

— ¡Han JiSung! —gritó enojado Felix tras abrir la puerta y ver a su mejor amigo con la niña en brazos. — ¿¡Quién te dió el maldito derecho a desaparecer así!?

— ¿Ah? Solo salí porque Yuna me pidió venir, ¿Verdad, cariño? —la menor sonrió en grande, y Felix supo que era imposible enojarse con ella.

Pero, con JiSung si podía.

— Es que- ¡Debes avisarme! ¡Casi nos da un paro cardíaco al no verte por ningún lado!

— Lo lamento, lo lamento. —dijo, entregándole a Yuna cuando la menor extendió sus brazos a su padre. — Solamente que ahora me sentía más feliz y quería salir un poco.

— No le digas nada a MinHo de esto, porque nos matará si se entera.

— Ah... ¿Okay?

— Volvamos a entrar, si Min te ve afuera sin la crema solar puesta no estará muy feliz.

— ¡Oh dios es cierto!