💜Capitulo 12🤍
Jungkook
Luego de haber dejado a Eun-Jin en su hogar, encendí el motor de mi auto, para así comenzar a conducir hacia mi hogar, me sentía cansado y la verdad es que quería dormir hasta el próximo lunes.
En eso escucho el sonido de un teléfono, revise mi celular y no era este.
En eso, dirijo mi mirada hacia el asiento junto a mí, me sorprendí al ver un bolso sobre el ya mencionado.
"Se le quedo el bolso a Eun-Jin" pensé en mis adentros.
Comencé a retroceder en mi camino, puesto de que debía devolverle el bolso a su dueña; Por suerte, no me encontraba muy lejos de su hogar, por lo que solo me tomaría unos cinco minutos en llegar.
En eso, nuevamente escucho como el celular de Eun-Jin comienza a sonar...
La verdad es que tenía curiosidad por saber quién era esa persona que llamaba a Eun-Jin con tanta insistencia, por lo que decidí tomar su celular.
"Eres un chismoso" expreso esa pequeña voz en mi cabeza.
"No soy un chismoso" pensé en mis adentros.
Al ver la pantalla de su celular, pude visualizar una foto de fondo de pantalla; en esta foto en la cual se encontraba Eun-Jin junto a el chico y la chica que estaban con ella en la hora del almuerzo.
En eso pude visualizar como tenía dos llamadas perdidas de una persona, la cual ella tenía agendada como "Mi lindo Mochi"
"¿Quién es Mi lindo Mochi?" me pregunte en mis adentros.
Nuevamente este contacto estaba realizando una llamada para Eun-Jin; la verdad es que me entro la curiosidad, por lo que decidí tomar la llamada...
—Hasta que al fin contestas... ¿En dónde estabas? ¿Por qué no contestabas mis llamadas?
Ya había descubierto quien era: "Mi lindo Mochi"
—¿Por qué no dices nada? —pregunto. —, ¿Se le daño el parlante al disparate de celular que tienes?
La verdad es que me sorprendió esa pregunta, por lo que me despegue el celular de mi oreja para así comprobar si era un disparate como él le decía...
Y sí que lo era...
—Eun-Jin... ¿Me estas escuchando?
Decidí responderle: —Si, pero no soy Eun-Jin...
Hubo un pequeño lapso de segundos en el que el chico no dijo nada: —¿Hola?
—!¿QUIEN ERES Y POR QUE TIENES EL TELEFONO DE EUN-JIN?¡
La verdad es que me dio gracia con el tono en que me hizo esa pregunta... Se nota que quiere y cuida mucho de su... Novia...
—Bueno, respondiendo a su pregunta, soy Jeon Jungkook, un placer. —respondí. —; Y, tengo el teléfono de Eun-Jin porque después del trabajo la lleve a su hogar y pues a ella se le quedo su bolso en mi auto.
—!Oh Dios mío!, perdone mi falta de respeto, señor. —se disculpó.
—No pasa nada, es normal que se preocupe por su chica. —exprese un tanto desanimado.
—Oh, no señor, Eun-Jin no es mi...
—Voy de camino hacia el hogar de Eun-Jin para devolverle sus pertenencias, espero que no le incomode.
—No, no hay ningún problema, señor.
—Bien, fue un placer escucharlo.
—El placer fue mío, señor. —dijo, para luego colgar la llamada.
Al llegar al conjunto de departamentos en el que vivía Eun-Jin, note que esta seguía fuera del ya mencionado, junto a un tipo, —el cual no se veía muy contento— teniendo una charla, la cual a simple vista se veía que no era muy entretenida.
Decidí desmontarme del auto, para así saber si podría ayudar en algo.
En eso escuche como el señor le dice a Eun-Jin que deben desalojar su departamento si no le pagan para mañana.
La verdad, es que no podía quedarme de brazos cruzados, más sabiendo de que Eun-Jin tiene un problema de gravedad como este, por lo que, tanto mi subconsciente como yo estuvimos de acuerdo con lo que decidí hacer...
—¿Cuánto se le debe? —pregunte mientras me acercaba hacia ellos.
En cuanto Eun-Jin noto mi presencia en el lugar, esta se quedó en una especie de shock; parecía sorprendida y avergonzada al mismo tiempo.
—Señor Jeon, no es necesario...
—Quinientos mil wones. —dijo el señor Lee —, ¿Qué? ¿Me va a pagar?
—¿Qué no se nota? —pregunte con sarcasmo para luego soltar un largo suspiro. —Dígame su número de cuenta, le depositare.
El hombre no tardo más de dos segundos en tomar su celular. Este me mostro el aparato con el número de cuenta.
—Es este.
Sin pensarlo, tome mi celular e ingrese a mi cuenta de banco para iniciar un proceso de transferencia hacia el número de cuenta del señor; a los pocos minutos, escuche como el celular del desconocido comenzó a sonar, indicándome que la transferencia había llegado.
—Bien... Muchas felicidades, señorita Park, su deuda ha sido saldada.
—Espero no volver a verlo por aquí, señor Lee —le dije en forma de una advertencia. —, Cada mes se le pagara mediante depósitos. —exprese mientras me cruzaba de brazos.
—Si que te conseguiste un buen Sugar. —expreso para luego irse.
"Espera... ¿Qué?"
En eso, pude notar como Eun-Jin dirigía su mirada hacia el suelo, parecía muy avergonzada.
—Muchas gracias, señor Jeon. —expreso mientras hacia una reverencia.
Un pequeño impulso hizo que yo posara mis manos sobre los hombros de Eun-Jin, para luego hacer que ella dejara de hacer esa reverencia.
—No tienes por qué agradecerme, Eun-Jin. —dije, con una sonrisa de labios cerrados.
Ella asintió. —Por favor, en mi próximo pago...
—No me descontare nada, Eun-Jin.
Ella dirigió su mirada hacia mí, evidentemente, esta expresaba sorpresa —, Pero, señor...
—No pasa nada, Eun-Jin... tómalo como un regalo de mi parte.
—¿U-Un Regalo? —pregunto, yo asentí.
En eso me recordé el motivo por el cual me había regresado nuevamente a su hogar; me dirigí hacia la puerta del copiloto de mi auto, abrí esta para de la misma forma sacar su bolso de el ya mencionado. Me comencé a encaminar hacia ella.
—Se te quedo esto en el auto. —dije, para luego entregármelo.
—M-M-Muchas gracias, señor.
La verdad, es que deseaba acercarme más a Eun-Jin y.... creo que este es el momento indicado:
—¿Sabes? Agradecería mucho que no me llames más señor Jeon. —exprese mientras me cruzaba de brazos.
—¿Que?
—Me gustaría que me llamaras por mi nombre... Jungkook.
—Pero... le llamo así por respeto. —respondió un tanto extrañada.
—Me sentiría más cómodo si me llama por mi nombre. —dije —, Otra cosa... dejemos las formalidades. No me gustan las formalidades con personas que tienen la misma edad que yo... Especialmente contigo, Eun-Jin
—¿P-P-Por qué?
"Porque eres mi mejor amiga de la infancia"
—Porque eres... —me detuve al instante al darme cuenta de que estaba pensando en voz alta.
"Eso, díselo"
"Cállate, subconsciente"
—Porque me gustaría tener una relación de A-Amigos... contigo.
"No seas mentiroso, sabes muy bien que no es eso lo que quieres..."
Eun-Jin parecía un tanto confundida y al mismo tiempo sorprendida por lo que le acababa de decir.
—Está bien Señ... Jungkook. —expreso con una sonrisa nerviosa.
Al escuchar como mi nombre salía de sus labios, sentí al instante como una corriente eléctrica paso por todo mi cuerpo, haciendo que de alguna extraña manera me comenzara a sentir nervioso.
—Bien, Eun-Jin. —sonreí.
En eso sentí como dentro de mi bolsillo comenzó a vibrar mi teléfono, por lo que saqué este para así visualizar el nombre de mi madre en la pantalla del ya mencionado.
—Bueno Eun-Jin, creo que ya es momento de irme, mi madre me anda llamando. —dije, esperando alguna respuesta de Eun-Jin.
—Oh, no se preocupe —dijo con una sonrisa.
Asentí. —Bien, que tengas una linda noche.
—Igualmente, vaya con cuidado.
Ambos nos quedamos viendo por unos segundos; en su mirada se podía apreciar ese brillo, el cual, ante mis ojos era único.
—Que tengas una linda noche, Eun-Jin.
Ella hizo una pequeña reverencia; —Igualmente, Jungkook. —sonrió.
Para mí fue inevitable no quitar mi mirada de la suya; algo tiene que me atrae cada vez más...
"Es muy parecida a la de mi conejita" me dije en mis adentros.
"Ya deja de verla como un idiota desquiciado, y ya mejor vete" hablo mi subconsciente, provocando que yo desviara mi mirada de la suya para así comenzar a caminar hacia mi auto con una sonrisa en mis labios.
Tiempo después...
10:30 AM
Hora del recreo...
—Al fin, ya es recreo. —exclamo mientras se levantaba de su pupitre para así comenzar a dar pequeños saltitos.
—¿Qué quieres desayunar? —pregunte.
—Me gustaría comer un sándwich de pollo con un jugo de fresa. —expreso. —; ¿Que desayunaras? —le pregunte a mi linda amiga.
—lo mismo, pero con una leche de banana. —respondí su pregunta, para luego levantarme de mi pupitre y así comenzar a caminar hacia la cafetería.
—¿En dónde desayunaremos hoy? ¿Bajo el árbol o en la cafetería? —Eun-Jin pregunto.
—No sé, ¿Dónde quieres desayunar?
Eun-Jin señaló con sus pequeños dedos el lugar donde quería desayunar; estos apuntaban hacia el gran árbol que había en el patio del colegio.
—Pues allí será. —dije, para posar mi mano derecha sobre su cabeza, provocando que este se desordene un poco.
Odia que le desordenen su lindo y sedoso cabello...
Ella se detuvo en seco, provocando así que yo también lo hiciera: —¿Que paso? —pregunte.
—¡JEON JUNGKOOK!
Hay Dios mío.
—Cuantas veces te he dicho que no me gusta que me desordenen mi cabello... ¿¡Sabes cuanto le costó a mi mami peinarlo!? —exclamo enojada.
—Pero... Así te vez bonita. —dije con una sonrisa nerviosa.
Eun-Jin se cruzó de brazos mientras hacia un puchero con sus labios. —No digas mentiras, que no es bueno.
—No miento, Eun-Jin. —dije.
Ella soltó un pesado suspiro: —Ve y busca nuestro desayuno, iré a ver si la maestra me ayuda a arreglar mis colitas. —dijo para luego irse corriendo.
"Creo que se enojó conmigo" pensé en mis adentros, cosa que provoco que me entristeciera un poco.
Traté de no tomarle mucha importancia, por lo que comencé a encaminarme hacia la cafetería.
10 minutos después...
Me encontraba sentado justo debajo del gran árbol que había en la parte trasera del patio de la escuela; El cual, era el lugar favorito de Eun-Jin, porque era un lugar solitario y tranquilo.
Por lo menos, eso me había dicho.
Eun-Jin es una niña muy tímida, no tiene amigos, a excepción de mí, pero eso no significaba que no tuviera un gran corazón. Siempre tiene una sonrisa en su rostro.
A Eun-Jin le encantaba jugar juegos de roles, y a pesar de ser tímida, siempre era muy creativa de la manera en que inventaba las tramas para los juegos. Era muy imaginativa y siempre estaba pensando en una nueva aventura para realizar juntos.
Eun-Jin es increíble.
En eso, escucho como una niña lanza un grito, por lo que por inercia dirijo mi mirada hacia el lugar donde provenía este; provenía de un viejo establo de caballos que había en la escuela; un lugar muy oscuro y sombrío.
Nuevamente escucho como de ese lugar provenía otro grito, pero esta vez más fuerte, por lo que decido dirigirme hacia allí; Al llegar, ingrese a este cuidadosamente, no quería que me escuchara.
Noté que había unos cuantos niños rodeando a una niña —la cual estaba tirada en el suelo—; decidí acercarme más.
En eso, veo como un niño pone sus pies en cuclillas y se acerca hacia la niña para decirle:
—¿No aceptaras mi propuesta?
—No —respondió la niña; en su voz se escuchaba el temor.
—Bien, ya saben que tienen que hacer, muchachos. —expreso, para luego alejarse de la niña.
Cuando vi que Yun-ho se levantó, pude visualizar a la niña.
En ese mismo instante, mi enojo se incrementó de una manera sobrenatural; no lo pensé dos veces para salir de mi escondite e ir hacia ellos
—¿QUE CREN QUE ESTAN HACIENDO? ¿COMO SE LES OCURRE HACER ESTO?! —exclame enojado.
—Pero miren a quien tenemos aquí, a nuestro querido Jungkook. —dijo con sarcasmo.
—¿Qué crees que estás haciendo, Yun-ho? —me dirigí hacia el con enojo.
—¿Cuantas veces te he dicho que no me llames así? Te he dicho que me llames JaeHyun. —exclamo con enojo.
yo rodé mis ojos. —Te hice una pregunta.
—Que no es claro lo que hago?
—¿¡QUE LE HICISTE A EUN-JIN?! —espete con enojo.
—Nada que te importe, Jeon. —dijo sin importancia.
Me dirigí hacia mi amiga. —¿Te encuentras bien? —indagué preocupado, ella asintió; pude ver como una lagrima salía de sus ojos.
—No te vuelvas a acercar a ella, Yun-ho.
—¿Y que si lo vuelvo a hacer?
Nuevamente me volví a acercar a él, esta vez desafiante. —Te las vas a ver conmigo. —dije, para luego darme la vuelta y así tomar a mi amiga de las manos, para ya irnos de ahí.
—¡Me las vas a pagar, Jungkook!. —escuche como me grito.
Mientras caminábamos por la escuela, no podía parar de escuchar los sollozos de mi amiga; No lo pensé dos veces para darme la vuelta hacia ella, esta se encontraba cabiz baja.
—Eun... —le hablé, ella dirigió su mirada hacia mí; claramente pude notar sus ojos rojos de tanto llorar.
Verla así, me partía el alma en mil pedacitos.
La acerque hacia mí, haciendo que ella quedara envuelta entre mis brazos, ella no tardo en aceptar mi abrazo, cosa que hizo que su llanto fuera más fuerte; yo por mi parte solo me permití posar mis manos sobre su cabello y de la misma forma acariciar este como forma de consuelo.
—Eun...
—L-lo siento, Jungkook. —hablo, su voz estaba entrecortada.
—No... no tienes por qué disculparte...
—Si la tengo... —hizo una pausa mientras se alejaba de mi: —Por mi culpa... te peleaste con tu primo. —dijo, con su cabeza baja.
—No, Eun-Jin, no es tu culpa. —exprese, mientras me acercaba a ella: —No es tu culpa que Jaehyun y yo hayamos peleado.
Eun-Jin solo permaneció en silencio, mientras unas lágrimas escurridizas salían de sus ojos; con mi dedo pulgar, quite esta de sus ojos, para de esa misma forma acariciar su lindo rostro.
—No llores... Sabes que no me gusta verte llorar. —exprese con tristeza.
Aunque su mirada expresaba tristeza, aun podía percibir ese brillo en sus ojos tan lindo y a la vez único, el cual solo Eun-jin poseía.
"¿Como podría animarla?" me pregunte a mí mismo.
En eso, se me acaba de ocurrir una grandísima idea...
Decidí acercarme hacia a ella —específicamente, hacia su oído—
—¿Quieres ir a ver conejitos? —le susurre en su oído; al instante, pude notar como su rostro se iluminaba otra vez, haciendo que ella asintiera rápidamente.
"Esa es la Eun-Jin que yo conozco" pensé en mis adentros.
En eso, comienzo a escuchar una voz muy familiar para mí...
—Jungkook...
Hay no... Otra vez no.
—Jungkook...
—Mmh... —conteste algo adormilado.
—Ya, es hora de levantarse.
—Cinco minutos más. —exprese un tanto adormilado, para luego, colocar una de mis almohadas sobre mi cabeza.
—Nada de cinco minutos más. —expreso para luego quitarme la almohada que traía puesta enzima de mi cabeza. —A levantarse, que ya es hora de ir a trabajar.
La luz que entraba por una de las ventanas de mi habitación hizo que mis ojos comenzaran a doler, por lo que me comencé a estrujar estos.
—Ma, solo cinco minutos más...
—Nada, a levantarse de la cama, Jeon. —dijo, esta vez cruzándose de brazos.
—Dios, ¿porque tengo que trabajar un sábado? —me queje mientras me sentaba sobre mi cama.
—No lo sé, tu dime por qué; además, creo que tienes mucho que contarme, así que levántate de la cama y baja a desayunar, ¿me oíste? —pregunto.
—Si... Señora Jeon. —la mire con desagrado.
—Bien, espero no tener que volver a llamarte. —advirtió, para luego irse de mi habitación.
"Maldito sábado" maldije en mis adentros para luego levantarme de la cama para así comenzar a hacer mi aseo.
20 minutos después...
Me encontraba peinando mi cabello; opte por hacer algo sencillo, podría decir que al estilo "librito". Esta vez quise vestir un traje más casual: este constaba de unos pantalones finos negros, una chaqueta negra y una camisa blanca, la cual, estaba adornada de una corbata negra con unas flores blancas y verdes bordadas sobre esta.
Una vez listo, salí de mi closet para luego dirigirme hacia una de mis mesitas de noche para así tomar mi celular; al encender este, pude visualizar que el reloj marcaba las nueve y treinta de la mañana.
Sali de mi habitación, para así dirigirme hacia la cocina; sabía perfectamente que mi madre se encontraba allí, puesto de que ella ama cocinar
—Buenos días! —salude mientras me acercaba hacia mi madre, para así depositarle un beso en su mejilla
—Hasta que al fin llegas, —exclamo mientras se daba la vuelta para verme. —; ¿Que tanto fue lo que te tardaste? —indago.
Yo le guiñe un ojo a mi madre, esta solo negó mientras sonreía. —Hay Jungkook, tú nunca cambias. —dijo para luego seguir en lo suyo.
— ¿Que hay para desayunar? —indague mientras abría el refrigerador; me atoje de una leche de banana.
—Estoy haciendo panqueques. —respondió.
—Oye, Ma. —la llame, esta me respondió con un pequeño "Mmh" — ¿Hay leche de banana?
—Si, esta al fondo. —expreso mientras servía el desayuno.
Busque por donde ella me había dicho y justo allí estaba; lo destape y comencé a tomar de esta.
—Deja de tomarte eso, después se te quita el apetito.
—De igual forma comeré. —exprese para luego sentarme sobre una de las banquetas que había sobre la isla que había en la cocina.
—Y bien... Ayer llegaste tarde y solo hiciste llegar a casa para luego irte hacia tu habitación para dormirte hasta hoy en la mañana. —dijo, yo solo asentí mientras comía de mi desayuno. —Te gustaría contarme, ¿cómo te fue ayer? —pregunto, yo solo asentí para así contarle todo.
Todo, menos la parte que tiene que ver con mi secretaria, Eun-Jin.
Narra Eun-Jin...
Justo me encontraba saliendo de mi habitación; me dirigía hacia la cocina, puesto de que tenía hambre y tenía que comer algo antes de irme a trabajar.
Abrí el refrigerador, para ver si encontraba algo para comer; por desgracia, no fue así, puesto de que esta estaba vacía, únicamente solo tenía una manzana, por lo que la tomé para así comenzar a comer de esta.
"Ya es momento de hacer las compras" pensé en mis adentros.
Al darme la vuelta, casi se me va el alma al ver a Jimin justo detrás de mí...
—Mierda, me vas a matar de un susto. —dije, mientras posaba mi mano sobre mi pecho.
—Necesito explicaciones. —solicito, aun permaneciendo con sus brazos cruzados.
—¿Sobre qué?
—¿Por qué el señor Jeon te trajo a casa? ¿Qué hacia el con tu teléfono? —indago.
—Primero: El señor Jeon me trajo a casa por cortesía. —Jimin solo cerro un poco sus ojos a modo de no creer lo que le decía. —, Segundo: Se me olvido el bolso en su auto.
—Por cierto, el señor Lee me envió un mensaje diciéndome que ya nuestra deuda estaba saldada, ¿Como la pagaste?
—Eh... sobre eso te quería decir que...
Este se colocó sus manos sobre sus caderas: —¿Que paso?
Coloque la manzana sobre la encimera, para así comenzar a hablar. —El señor Lee me llamo cuando estaba en el trabajo ayer, este estaba muy desesperado y a la vez enojado, el señor Jeon se ofreció a traerme para que llegara más rápido, por ende, se me olvido mi bolso sobre su auto, el señor Jeon se devolvió para traerme el bolso; al parecer, el escucho nuestra "pequeña discusión"—hice una pausa para tomar algo de aire, Jimin permanecía atento a lo que le decía, mientras que se acercaba al refrigerador para tomar un vaso con agua. —: El señor Jeon se acero y pues... El pago nuestra deuda y también le dijo que cada mes la casa será pagada mediante depósitos. —Concluí. Por el asombro, Jimin escupió toda el agua que este tenía en la boca.
—¿QUE?!
—Si.
Este no dijo nada, simplemente dejo el vaso sobre la pequeña encimera que había en nuestra cocina, para luego dirigirse hacia la sala y, así, sentarse sobre el sofá que había sobre la ya mencionada.
—¿Jimin?
—Hay que pagarle este favor al señor Jeon. —expreso este.
—Si, le dije que lo descontara de mi sueldo y él me dijo que no.
—Como qué no?
Yo asentí. —Dijo que era un regalo. —comente extrañada, puesto de que aún no me creía lo que había pasado.
—Bueno, supongo que solo será por esta vez. —dijo Jimin.
—Por cierto, ¿Como te fue con tu madre ayer?
—Ambos pasamos una tarde tranquila. —comento.
Tome mi teléfono para ver la hora, eran las nueve y treinta de la mañana...
—Bueno, Ya es hora de irme. —exprese para luego caminar hacia mi habitación.
Jimin fue detrás de mí. —Por cierto, Eun-Jin.
—¿Dime?
—¿Aun sigues soñando con ese niño? —pregunto.
Yo asentí. —Si, de hecho, anoche me soñé con aquel niño. —comente mientras acomodaba mis cosas.
El asintió un tanto preocupado. —¿De casualidad, no recuerdas a ese niño? —Pregunto.
Me quede pensando; algo en mi interior me decía que, si lo conocía, pero cuando intento recordar, su reflejo no aparece en mi memoria.
Yo, simplemente, negué hacia la pregunta de Jimin.
—Realmente no recuerdo nada sobre este niño.
El asintió. —Trata de no llegar tarde a casa, no quiero ir a buscarte al trabajo. —expreso.
Yo negué. —Tranquilo, estaré aquí para la cena. —dije, mientras me colocaba mi pequeña mochila sobre mi espalda, para así comenzar a caminar hacia la entrada.
—Bien, nos vemos luego, Eun. —se despidió de mí.
Al salir de mi departamento, me coloque mis audífonos, al instante se comenzó a reproducir la canción "Remember That Ningth" de Sara Kais.
30 minutos después...
Me encontraba justo a las afueras de la empresa, me quite mis audífonos para así comenzar a caminar hacia dentro de esta.
Tome el ascensor, este abrió sus puertas de inmediato hacia mí; ingrese en este y le presione al número de piso al cual me dirigía. Una vez el ascensor llego hacia aquel piso, salí de este; al instante, personas que trabajaban aquí, comenzaron a saludarme y a darme las felicitaciones por el nuevo puesto.
Una vez llegué a mi puesto, recibí una llamada, por lo que decidí contestar...
—Buenos días, habla con una representante del grupo de telecomunicaciones Jeon, ¿En qué podemos servirle?
Escuche como una pequeña risa provenía de la llamada.
—Eun-Jin, Soy yo, Jungkook, —al escuchar su voz, sentí como mi sangre se helo al instante.
—Señor... ¿Necesita algo?
—Si, ¿podrías venir a mi oficina, por favor?
Asentí. —Allí estaré. —cerré la llamada para así dirigirme hacia su oficina.
Toque dos veces la puerta, en eso, veo como el señor Jeon aparece detrás de la puerta, por lo que al instante hice una reverencia como forma de saludo.
—Pasa, por favor. —asentí, para luego ingresar a la oficina.
—¿En qué puedo ayudarle, señor Jeon?
—¿En qué quedamos con lo de las formalidades? —pregunto, mientras se posicionaba frente a mí.
—Discúlpeme, no volverá a pasar. —reverencia como forma de disculpa.
—Lo repetiré otra vez: Nada de reverencias, nada de señor, me hace sentir viejo. —expreso mientras hacia una mueca de desagrado.
—Está bien, Jungkook.
—Así me gusta más. —expreso, para luego dirigirse hacia su silla de escritorito.
—¿Y bien, para que soy buena?
—Quisiera que organicemos una lista de cosas pendientes para esta semana.
Yo asentí. —Dígame. —tome mi tableta para comenzar a apuntar lo que el señor Jeon me decía.
En eso, escuché como la puerta fue abierta, por lo que por inercia me di la vuelta para ver quien era.
Por la puerta acababa de entrar un chico alto, diría que, de algunos 180 metros, sus rasgos faciales eran marcados, su cabello era de un color marrón claro, sus labios eran de un color rosa intenso.
Debía de admitir que realmente era apuesto.
Este no tardó mucho en acercarse, por lo que de inmediato hice una reverencia como forma de saludo.
—Mucho tiempo sin verte, Jungkook.
El señor Jeon se levantó de su asiento, y la verdad, es que no se veía muy contento que digamos.
—Mucho tiempo sin verte, Yun-ho.
En ese preciso momento, comenzó a dolerme la parte trasera de mi cuello.
"Dios, justo ahora no "pensé en mis adentros.
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