Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6



↳˗ˏˋ 𝐓𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬 ˊˎ˗ ↴
𝘱𝘦𝘥𝘳𝘪


Me hubiese gustado decir que he despertado gracias a los bellos rayos de sol que entraban por una abertura de la ventana haciendo que abriera mis ojos y me deleitara con su resplandor.

Pero no fue así.

Desperté gracias a unos llamados a la puerta principal de mi departamento, los cuales se hacían contantes y estaban iniciando a frustrarme. Ruedo sobre la cama hacia el lado derecho sin querer levantarme e ir a ver quién es aquella persona que ha decidido romper mi dulce sueño. Con pereza me coloco de pie, mis dedos tocando el frío piso y enviando una corriente a mi cuerpo. Miro a mi lado derecho, esbozando una pequeña sonrisa al notar la bella joven que es cubierta por unas mantas verdes oscuro, me acerco a ella con cautela y mis ojos admiran su rostro.

Respiración suave y lenta que transmite paz a mi cuerpo, parpados cerrados que cubren sus hermosos ojos azules, hebreas oscuras adheridas a su rostro moldeado y perfecto. En este momento se ve tan pacífica.

Dejo un escaso beso en su frente para luego colocarme un suéter y pantuflas. Salgo de mi habitación con el cuidado de no hacer ruido en el acto, bufo ante la insistencia de la persona que se encuentra al otro lado de la puerta acelerando mi paso para saber quién se encuentra detrás.

Podría no abrir, digo, quien sabe y talvez al otro lado se encuentre un ladrón, ¡Un asesino! sociópata, psicópata, que se yo; aunque las probabilidades son pocas debido a que en el condominio donde yo vivo solo dejan entrar a personas que han sido reconocidas previamente por los miembros de la comunidad. 

—¡Pedri! Abre la puerta, pelotudo —al escuchar la voz me relajo un poco al notar que es conocida para mí y con fuerza de voluntad abro la puerta.

Ignoraré el hecho de que me llamo pelotudo. 

Esbozo una sonrisa de lado a lado que delata mi emoción al sentir los brazos del chico español rodearme y ejercer presión, llegando su aroma a mis fosas nasales e inconscientemente cierro mis ojos, sumergiéndome en una pequeña burbuja y volviendo a sentir los cálidos abrazos de Gavi.

—González... —murmura mi apellido a mi oído con un tono que marcaba cautela y algo más.

Carajo.

Por instinto de supervivencia y gracias a aquellos tips que leí hace unas semanas debido a que tenía tiempo de sobra, me separé de él sonriendo y ocultando el nerviosismo que se está haciendo presente en mi sistema y estoy seguro de que él puede notar porque lamentablemente me conoce muy bien. 

—¿Qué te trae por aquí? —cuestioné haciendo ademanes para que juntos vayamos a la cocina y así poder ofrecerle alguna bebida o algún aperitivo.

Ya estando en la cocina, ambos tomamos asiento en la isla color negra, uno frente a otro. Él deja su celular en la misma y una bolsa de papel craft que parece contener algún alimento recién preparado.

Antes de que mi pregunta obtenga respuesta, el sevillano toma entre sus manos los dedos de mi mano derecha e inicia a jugar con ellos. Algo normal para mí ya que no es la primera vez que lo hace; pero sin entender el por qué me pongo más nervioso de lo común.

Gavira parece pensar bien su respuesta, queriendo buscar las palabras correctas para no decir o hacer algo que debe y que arruinaría el momento. 

—Estaba cerca de tu hogar y me pareció buena idea venir a verte —objeta posando sus orbes miel sobre mí.

Agradezco que haya venido, pero por lo menos me hubiera avisado antes ¿No? Me encontraba cómodamente durmiendo en mi cama junto a la chica de ayer. 

—Ah.

Pablo se coloca de pie y toma asiento de nuevo a mi lado para luego volver a abrazarme con la misma presión y calidez de minutos atrás, tomándome desprevenido, no dude en aceptarlo. Segundos más tarde movió su rostro para poder inhalar el aroma que estoy desprendiendo; dudo que se lleve un gran deleite ya que no he tomado una ducha, seguro lo haré en unas horas. Se separa con el ceño fruncido, luce desconcertado y algo ¿molesto?

—¿Quieres algo de tomar? —es mi pregunta para romper el aura incomoda que se ha formado entre nosotros.

Reacciona y sonríe dando suaves asentimientos: —¿Tienes café?

Pregunta tonta. ¡Por supuesto que tengo café!

Me pongo de pie, tomo entre mis manos una taza lo suficiente honda para saciar las ganas de café que tiene acá mi compañero de equipo y futuro pacificador y alborotador de emociones.

—¿Has hablado con Leah?

Cuestiona interesado y me sorprende porque siempre que se toca ese nombre nuestras conversaciones se tornan pesadas y ambos nos quedamos sin que decir, desviando la misma a algún tema del cual si sepamos hablar.

Ahora que lo pienso, no, no he hablado con ella desde hace casi tres meses, desde que se fue a Madrid para poder complacer a ese inglés al cual quiero matar con mis propias manos y hacer que pida piedad de rodillas porque hizo que mi mejor amiga se alejará a mí y que se volviera madridista.

Maldita sea, Leah.

—Noup —le contesto simple terminando de servir el café, hecho eso se lo entrego y él lo acepta tranquilamente y a gusto. 

—¿Y eso? Pasaban hablando casi todo el día, tanto en mensaje como directamente —señala algo confundido.

—Está demasiado ocupada como para que llegue yo y le quite su tiempo, esperaré con paciencia a que ella me hable.

—Bien, aunque supuse que en el partido de hace unos días habían hablado —hace una pausa no tan larga—. No deberías esperar, hazlo, seguro te contesta.

—Lo haré luego, no hablamos porque debía ir a consolar a Jude.

—¿Has hablado con Bea? —pregunto de la misma forma que él lo ha hecho y parece que he tocado un nervio porque rápido inicia a jugar con sus dedos y me ve serio.

—Noup —también responde como yo.

Hace una mueca con sus labios y ríe un poco: —Son muy lindos —vuelve al tema anterior radicalmente.

—¿Quienes?

—Jude y Leah.

Ignoraré eso.

Lame sus labios con lentitud antes de llevar la boquilla a sus labios, sin despegar esa mirada potente sobre mí haciendo que me ponga más nervioso de lo que ya estoy. 

«Y... ¿Si dejas de mirarme?»

—¿Rico?

—Delicioso.

El español deja a un lado la taza que contiene un bello diseño de flores azules y rojas, las cuales me hacen recordar al uniforme del equipo. Recuerdo claramente cuándo la recibí, un buen regalo por parte de la loca que vive en Madrid, su celular vibra y Pablo ve aquella notificación que corta nuestro momento, una sonrisa pequeña sale en sus labios y me voltea a ver, cuándo creo que contestará hace todo lo contrario; coloca su celular en la mesa y se apoya en ella para seguir con su mirada sobre mí. 

—¿Cómo termina la serie? ¿Bien? ¿Mal? ¿Mas o menos? —indaga con curiosidad ya que no la vio conmigo—. Quiero saber.

Niego: —No me gusta dar spoilers —inicio y hago una pausa no tan breve y en ese momento llega a mí una gran idea—. ¡Miremos la serie! Bueno, la veré de nuevo para que descubras el final, ¿Te agrada? 

La sonrisa de Pablo se agranda y asiente como niño emocionado por recibir un dulce de mamá.

—¡Claro que sí! Prometo que la veré completa —indica tomando más de su café—. Una promesa de Pablo Gavi.

—Va, va, creo en tu promesa.

—¿Pedri? —la voz femenina de mi compañera de habitación resuena por todo el lugar, provocando que ambos volteamos hacia ella quien viene recién despertada y algo confundida. 

—¿Quién es ella? —pregunta el sevillano, seguro que más confundido que la joven frente a nosotros, cambiando drásticamente su conducta: —¿No es la de los helados? —pregunta examinándola fuertemente—. Como sea, me debo ir... ¿Irás a la cena que ha preparado Aurora? —pregunta segundos después y me giro hacia él, no tomando tanta atención a la chica.

—No me la perdería.

Me regala una última sonrisa de boca cerrada y camina hacia la entrada, conmigo detrás de él: —Pasaremos más tiempo juntos, Pedri —dicho eso deja un pequeño beso en mi mejilla que coloca mis pelos de punta y hace que mi corazón se aceleré. 

—Encantado estoy.

El español se retira de mi hogar, me giro con velocidad a Eleanor, porque si, así se llama: —¿Desayunamos? 

—¡Claro! Luego buscaremos un buen atuendo para esa cena —comenta y me hace sonreír—. Debes verte bien, eh.

—Siempre, querida.

Ella ríe y toma asiento en la isla: —Verte bien para Pablo.

—¿Por qué debería verme bien para él? —le cuestionó tomando entre mis manos un tazón y verter en él un poco de mezcla para panqueques.

Se encoje de hombros y ríe bajo: —Solo digo —musita recostando su cabeza sobre la palma de su mano: —Tengo hambre, cocinemos rápido.

—Venga, tía, esto estará en menos de veinte minutos. 



↳˗ˏˋ 𝐍𝐨𝐭𝐚 ˊˎ˗ ↴

¡Heey! Perdón por la demora, me hace falta tiempo en esta vida.

Eleanor sabe cosas que ustedes no y quizás nunca sepan, jsjdkd. 

¡Espero les haya gustado! realmente siento que le hizo falta, quizás porque lo hice muy corto, no sé. 

Gracias a pevenstranger por la portada, te quedo perfecta, cielito ♥.


🦋—Andyyy

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro