2.
↳˗ˏˋ 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 ˊˎ˗ ↴
𝘱𝘦𝘥𝘳𝘪
Bea.
Ese nombre ha estado rondando por mi cabeza durante dos días seguidos; la curiosidad ha entrado a mí para quedarse hasta saber quién es el dueño o dueña de ese nombre. He preguntado varias veces a Ansu y Ferran, ambos se niegan a contarme y está bien, no tienen el derecho de hacerlo.
¿Le he preguntado a Gavi? No, no lo he hecho debido a que no quiero molestarlo o incomodarlo gracias a mi curiosidad.
Mejor me quedo callado, llegará el momento en donde sabré quién es y la curiosidad se irá más rápido de lo que vino o al menos eso espero. Algo en mi dice que saber la persona detrás del nombre no será para nada de mi agrado.
Podría preguntarle a Leah, quizás ella sepa quién, aunque la posibilidad de que me contesté es escaza debido a su trabajo.
Sumando que la pregunta que el español hizo mientras jugábamos a las escondidas en el departamento de mi querido amigo Torres, no me ha dejado descansar, aunque la haya respondido, se exactamente que esa no era la respuesta que él esperaba; hay algo en mí duele al saber que no le puedo dar la verdadera porque aún no lo he descubierto, no del todo.
¿O ni he empezado a hacerlo? Como sea.
—Repito, ¿De qué sabor querrá su helado? —una voz femenina rompe mi burbuja trayéndome a la realidad.
Mi mirada se posa en la joven frente a mí, dedicándole una sonrisa y examinándola de manera cautelosa. Cabello castaño largo y ondulado, piel morena y unos sorprendentes ojos color azul. Me recuerdan a los de Valentin Oliva, con la diferencia de qué son más resplandecientes los de la joven que tengo frente a mí.
«Son lindos, pero no son color miel»
—Chicle —le indico el sabor de helado que me gustaría comer este día luego de ver el menú que ellos poseen.
Es loco ya que afuera del local hace un frío tremendo pero mis ganas de comer helado son desde hace varios días y hasta hoy voy a poder saciar mis deseos alimenticios.
Cada acción realizada por la joven es inspeccionada por mí, de alguna manera u otra me es difícil quitar mi mirada de ella, cabe destacar que parece que la estoy haciendo sentir nerviosa, ya que deja caer los utensilios que está utilizando para preparar mi helado.
—Deja de mirarme —murmura entre dientes levantando con sutileza su mirada y posándola en la mía.
Una pequeña sonrisa de costado se hace visible en mi rostro dejando escapar suaves risas ante sus palabras: —¿Por qué?
Y antes de qué ella pueda responderle soy rodeado con delicadeza por unos suaves brazos que al instante me transmiten paz y algo más. Cuales conozco al instante al mismo tiempo que su aroma llega a mis fosas nasales, cerrando mis ojos por un par de segundos.
—Pepiii —susurra a mi oído con voz suave y dulce, alargando la "i" haciendo que sea mucho más tierno y en ese momento mi atención deja de ser para la chica.
Podría estar así todo el día, ¿Por qué? Porque ser abrazado por él me encanta, me transmite ese sentimiento de amistad, paz y seguridad. Sumando que hace sentirme especial ¿vale? No todos se ganan los abrazos de Gavi.
—Su helado —de nuevo la voz de la chica rompe nuestra burbuja, haciendo que abra mis ojos y tome entre mis manos mi pedido.
Agradezco dándole una sonrisa de boca cerrada, procediendo a pagar el helado y girar sobre mis talones olvidando por completo que tengo detrás al sevillano quedando cerca de Pablo... talvez muy cerca ya que estoy cien por ciento seguro de que estoy sintiendo su respiración chocar con mi rostro.
Hacemos contacto visual, mis orbes oscuros con los miel del español, es ahí cuándo noto que me gustan más sus ojos, más que los de la chica que me ha atendido.
Una pequeña sonrisa aparece en su rostro provocando que tragué saliva de manera inconsciente.
—Vamos a sentarnos —comenta y eso hacemos.
Ambos tomamos asiento en una mesa del fondo para tener tranquilidad y privacidad.
—¿Nervioso por el clásico? —cuestiona arqueando una ceja y esperando con paciencia mi respuesta.
¿Lo estoy? Si y demasiado.
Mi primer partido luego de haber estado ausente casi cuatro debido a una lesión, pero ahora me encuentro mucho mejor y espero poder jugar el domingo. Así ganarle al Madrid.
Río nervioso: —Mucho... estoy emocionado, quiero que llegué ese día y mostrar en el campo que podemos ganar porque lo haremos.
Su mirada viaja a mis manos y utilizando la derecha inicia a dejar pequeñas caricias que me pusieron los pelos de punta e hicieron que mi nerviosismo creciera, sin entender el motivo. Ya lo había hecho antes y nunca me había puesto así.
Supongo que son los nervios por el partido.
—Extraño verte en la cancha, no es lo mismo sin ti —comenta haciendo un puchero, el cual me pareció realmente tierno.
—Volveremos a jugar juntos.
Luego de esas palabras quedamos en silencio y mejor decidí iniciar a comer mi helado de manera lenta y precisa, sin querer derramar alguna gota. El español carraspea y volteo hacia él.
—Hace demasiado frío para que comas eso —comenta intercalando su mirada entre mi helado y yo —Cogerás un resfriado.
Él sonríe.
—Y tú me cuidarás.
—Siempre.
«¿Por qué no lo prometiste»
—Cambiando te tema, ¿Cómo se llamaba aquella canción que dice "So I'm following the map that leads to you" ? —pregunta cantando ese pedazo de una de mis canciones favoritas.
—¡Maps! Esa canción es joya —le indico y él acerca su boca a mi helado para así poder probarlo, lo acerco a él y le da una probadita.
Ojos cerrados, labios manchados, expresión de deleite que me deja atontado por varios segundos.
—¡Delicioso! Aunque me gusta más el de limón —agrega haciendo una mueca y tomando asiento de nuevo en su lugar—. ¿Nos vamos a casa? —pregunta con emoción total—. ¡Podemos tener maratón!
—¡Es una excelente idea! —exclama mi persona esbozando aún más esa sonrisa que en mi rostro estaba presente—. Maratón de una nueva serie...
De nuevo no puedo terminar porque su celular suena, avisando así que le está entrando una llamada y él sin dudarlo contesta, viendo de nuevo aquel brillo en sus ojos al leer el nombre en la pantalla.
—Hablamos luego, Pedri —indica poniéndose de pie y caminando hacia mí, deja un suave beso en mi mejilla y sale del lugar.
Viendo su silueta desparecer y dejando a un lado la idea de pasar la noche con él.
—¿Triste? —reconozco esa voz, es de la chica que me ha atendido minutos atrás, la busco con mi mirada y la encuentro limpiando una mesa, niego ante su mini pregunta.
—¿Por qué lo estaría?
—Porque su amigo se ha ido.
—¿Y eso... qué? —no estoy triste, ni molesto. ¡Al contrario! creo que tendríamos más tiempo otro día y seguro que la pasaríamos mucho mejor que esta noche.
—Digo, yo me pondría triste si mi "mejor amigo" —hace énfasis en eso— me dejará por irse con otra persona... que quizás tenga un puesto mucho más alto del que nosotros creemos.
—¿Mucho más alto?
—Sip, quizás nos dejan por una persona que es más que un "amigo" —de nuevo hace énfasis y ruedo los ojos por lo que está diciendo, aunque tiene un toque de razón.
—¿Más que un amigo?
Ella deja de limpiar la mesa y su mirada se posa en mis orbes: —Ok, deja de repetir lo que digo, me estresa.
Me encojo de hombros y su comentario me ha provocado un poco de risa.
—Como te decía —hace una pausa breve y apunta la silla que hay frente a mí, pidiendo permiso para tomar asiento en ella, afirmo su petición y ahora estamos cara a cara—, se siente feo que por una llamada de alguien "misterioso" nos dejen plantados.
—Él no me dejo plantado —comento y ella asiente.
—Bien lo hizo, te dio planes y luego los cambio.
—¿Estabas escuchando nuestra charla? —pregunto con un tono de burla ligera en mi voz, dejándola al descubierto.
—No jodas, todos estaban escuchándolos, no es que hablen en voz baja... ¡sobre todo él! cuando exclamo lo del maratón.
Ambos reímos un poco: —Se emociona.
—Si, claro.
Y ambos quedamos en un total silencio, solo el sonido de las demás charlas de las pocas personas que quedan en el lugar. El sonido de una notificación entrando rompe el silencio e inmediato veo de quién se trata.
❝Uh, me fui y te deje plantado❞ es el mensaje que puedo leer a través de la pantalla y bufo al recordar que yo dije lo contrario. ❝Tuve que hacer algo de imprevisto (estoy en eso) lo lamento... pero, cuándo tenga el tiempo necesario podremos ver ese maratón que te dije, ¿vale?❞
—Yo le diría que no —sugiere la chica y la miro confundida.
—¿Por qué no?
—Existe algo llamado el "karma" por eso.
Dejo a un lado sus palabras y mis dedos solos teclean la respuesta: ❝primero, no debes disculparte, creo que también hubiese actuado así, segundo; ¡por supuesto! quizás tengamos mucho más tiempo para hacerlo❞
Él responde con un par de emojis tal y como lo suele con casi todos, solo lo leo y me limito a guardar de nuevo mi celular.
—No quiero ser mala, pero ¿Te puedes ir? Estamos por cerrar —comenta poniéndose de pie y caminando hasta mi lado para darme una mirada de pena—, puedes terminar tu helado en la banquita que esta frente del local —sugiere y niego también poniéndome de pie.
—Me voy, sí —hago una pausa y la miro directo a los ojos—. ¿Cómo te llamas?
—Eleanor Walker, señor.
↳˗ˏˋ 𝐍𝐨𝐭𝐚 ˊˎ˗ ↴
¡Ihh, al fin! Espero les guste el capítulo, me consto escribirlo porque me distraje mucho jsjjsndj. ¡Nos leemos el martes!
Hace un par de meses hubo un comentario donde preguntaban si la historia era de pedri con chicas o de pedri con pablo y si, es de ellos dos, pero el hecho de que mencione a más pjs femeninos es esencial para el resto de la trama, espero comprendan, jiji.
🦋—Andy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro