Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18.


↳˗ˏˋ ¿𝐪𝐮é 𝐧𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐦𝐨𝐬? ˊˎ˗ ↴


No sabía cómo sentirme en este momento. Un revoltijo de emociones se estaba haciendo presente en mi interior y las palabras de Bea estaban sonando como eco en mi cabeza. Provocando un ardor en mi nariz que indicaba que en cualquier momento me echaría a llorar y no podía hacerlo, no en la fiesta.

Seguí tomando de la botella que le había quitado a mi mejor amiga, dejando que todo el alcohol recorriera mi garganta e hiciera efecto en mí. No era bueno, pero al menos podría ayudarme a olvidar todo lo que ha pasado en este último lapso de tiempo.

Sonreí viendo como la novia de Jude bailaba sin control alguno y reía escandalosamente, siendo su risa contagiosa para mí. Llevé mis manos a su cadera e iniciamos a balancearnos para ambos lados.

—¿Qué ha pasado con Gavi? —pregunto y maldije al escuchar su nombre en su pregunta, cerré mis ojos haciendo una buena presión y negué. 

—Él... —musite posando mi mirada en el frente y viendo como bailaba con su novia. Fue inconsciente, no lo controlé yo, pero a los segundos me encontraba frente a él. Levantando mi palma derecha para segundos después estrellarla en su rostro con una fuerza que hizo que mi mano doliera; con esa acción, atrayendo las miradas de los demás invitados que se encontraban en la fiesta.

—¡Eres un maldito, Pablo! ¡Lo eres! —exclame viendo desafiante al español, quién tenía en su mejilla su mano, acariciando esa zona y un rojo la adornaba—, ¡Jugaste conmigo! —y era verdad, eso había hecho o al menos yo lo pensaba. En un momento llegaba a tratarme bien y al otro me era indiferente, me besaba y luego andaba con Bea sin saber que nos lastimaba a los dos.

Él frunció el ceño y negó varias veces: —¿Yo jugar contigo? —es lo primero que pregunta y alarga una risa con ironía—, no, Pedro, no. No tienes idea de lo que estás diciendo —se defendió sin elevar mucho la voz, me reí.

—¿Ah, sí? ¡Lo has hecho! 

—A ver, dime como he "jugado contigo" —comento teniendo la mirada alta, di un paso hacia adelante con mis manos echas puño.

—¡Me besas y luego me tratas indiferente!

Silencio.

A ver dicho eso provoco un corto silencio seguido de murmullos que nos miraban con fea cara y con sorpresa, no se esperaban mi declaración y con la misma, había creado un problema mucho más grande del qué ya tenía. 

 —¿Sabes que es lo peor? —continué sin importar lo que la gente fuera a decir, estaba en mi momento de decirle a Pablo todo lo que sentía y no lo desaprovecharía, quizás siendo eso por el alcohol que minutos atrás había tomado. Me miró confundido.

—Que me enamoré de ti.

Y era verdad. Había desarrollado sentimientos únicos y que me hacían sentir jodidamente bien pero que ahora solo me estaban atormentando porque sabía que entre nosotros no podría haber nada. Era iluso por creer que su trato hacia mí era diferente al de los demás, sabiendo que a ella también la trataba así. También era culpable por no ponerle un alto y cerrar mis sentimientos para así no tener que estar hoy llorando frente a más de cien personas mientras le digo lo que realmente siento. 

Ni decir como era su expresión, algo que él deseaba desde mucho tiempo pero que ahora se estaba cuestionando, quizás me había tardado mucho. 

—No digas más estupideces, Pedri.

Decir que eso no me dolió sería mentira, una punzada en mi pecho que continuó con otra, otra y otra; cada una arrepentida de todo. Bajé mi mirada escuchando más fuerte los murmullos de esa gente que solo crearía rumores. 

—Pablo... —musite dando una vuelta sobre mis talones para ver cómo se alejaba del lugar, Thea sostuvo mi mano.

—No, no te humilles más —aclaró, pero ¿qué más daba? esta noche me habían dado la humillación más grande de mi vida, pero algo en mí quería ir detrás de él y así fue. 

En este justo momento me encontraba saliendo de aquella fiesta para ir en busca del sevillano que de alguna manera u otra me estaba atrayendo fuertemente a pesar de la pelea que minutos atrás hemos tenido en la cual lastimaba aún más mis sentimientos. Mis orbes oscuros divisaron al chico a tres metros de mí, con ambas manos metidas en su sudadera y con esa mirada miel perdida en algún punto mientras caminaba hacia el norte queriendo escapar de mi presencia.

«No te acerques» aconsejo mi conciencia, pero costumbre era hacer todo lo contrario que ella dictaba.

Apresuré mi paso al notar como su silueta desaparecía de mi campo de visión, deseando en mi interior que la castaña —la cual no es de mi agrado—, aunque eso ya lo he dejado bastante claro con mi actitud hacia ella, apareciera y arruinará mis planes.

Al estar lo suficiente cerca levanté mi mano a la altura de su cadera para con sutileza tomar su muñeca haciendo que el español parase en su eje volteándose de manera brusca y confundida. Sus orbes se posaron en los míos haciendo que lágrimas se acumularan en mis ojos al notar con esa frialdad y ¿cariño? con la cuál él me veía.

No tengo idea de donde saqué fuerzas, tampoco sé dónde quedo mi cobardía y dignidad porque a los segundos me encontraba rompiendo esa distancia entre ambos, por segunda vez y no podría estar más feliz; aunque antes de cometer tal actividad mis ojos viajaron a los suyos.

—Quédate.

Fue aquello que de mis labios salieron antes de unir nuestros labios en un beso que contenía miles de emociones encontradas en los últimos días; probando su textura, su sabor, sin importar que eso estaba mal, porque por él perdería la cabeza, perdería mi tiempo, perdería todo aquello que he construido en mi vida.

Se separó de mí, negando pequeñas veces con su cabeza y viendo detalladamente esos orbes que joder, amaba admirar.

—¿Por qué hasta ahora? —consultó, su voz saliendo sutil y con una gran tristeza que logró sorprenderme, lo miré confundido y él continuó—, esperé tanto para esto y sucedió, pero tú estando enfadado conmigo y ebrio... 

—¡Pero te lo dije! —exclamé dando un paso hacia adelante y él retrocediendo. 

—Nada me consta que sea verdad, jugué contigo, sí, pero tú también lo hiciste Pedri —lo miré aún más confundido. ¿Yo haber jugado con él? no me veía capaz de hacerlo, pero al parecer así había sido. 

—¿Qué te hice? ... —pregunte y él con delicadeza tomo su rostro entre mis manos, siendo su tacto tan suave que cerré mis ojos; con su pulgar limpiando la lágrima que resbalaba por mi mejilla. Al abrir mis ojos pude notar como los ojos miel del sevillano se encontraban cristalizados, me sentí peor. 

Ver a Gavi llorar era algo que me destrozaba por completo, era como recibir puñetazos fuertemente sin piedad alguna, dolía. E incluso se sentía mucho peor que leer una muerte de mis personajes favoritos, era aterrador.

Pero la pregunta aquí era, ¿qué nos hicimos? todo estaba pasando demasiado rápido que no me dejaba tiempo para procesarlo. Un día estaba divirtiéndome con él y al otro, llorando por tener el corazón roto y al parecer no solo el mío, también el suyo. Nos estábamos dañando y creo que una buena forma de quitar todo ese dolor sería alejándonos y habiendo distancia entre nosotros, pero seguro que tanto él como yo, no queríamos eso.

—Vamos.

Musito soltando mi rostro y entrelazando nuestras manos, confundido note que íbamos caminando hacia su auto. Hizo que entrará al mismo, abrazando mi cuerpo con mis propias manos al sentir la oleada fría recorrerme. Cerró la puerta rodeando el auto y entrando, ambos en un silencio mientras que yo miraba cada acción del español. En ese momento me estaba sintiendo frágil, desanimado, triste, con el corazón roto e incluso decepcionado de él, pero en el fondo, todo lo malo que me había hecho no estaba y eso no era correcto porque así, solo seguiría en una burbuja que, al fin y al cabo, me lastimaría. 

Condujo sin decirme a dónde íbamos, en un silencio total que agradecidamente no fue incómodo para ninguno de los dos. Llegamos a su departamento, me abrió la puerta, sin querer posar sus ojos en los míos, sabíamos que, si eso pasaba, nos derrumbaríamos y no era el momento. Abre el lugar y me hace entrar, cerrando la puerta detrás de mí y tomando mi mano de nuevo para llevarme a su habitación. Estando ahí, seguí confundido; él se quitó sus zapatos y señalo los míos para que hiciera lo mismo, eso hice. 

Se subió a la cama y con lentitud extendió su brazo al mío para atraerme hacia él, quedando ambos acostados de forma que quede sobre su pecho, rodeo mi cintura con su brazo; estando yo más confundido por sus acciones. Se hace el indiferente, se enfada, luego me trata con delicadeza y ahora con cariño. Quisiera entenderlo...

—Ahora descansa, mañana hablaremos ¿vale? —murmuro a mi oído, provocando un cosquilleo en mi espalda. Asentí no tan convencido porque ya lo había dicho una vez y no había sido así—, confía en mí. 

Y eso hice. Confíe en él porque a pesar de todo, podría seguir considerándolo mi lugar seguro. 


↳˗ˏˋ 𝐧𝐨𝐭𝐚 ˊˎ˗ ↴

este capítulo, hermanas. casi me hace llorar, pero me mantuve fuerte. un lío con las actitudes que pablo tiene, yo lo entiendo. 

con un voto o comentario, me haces saber si te ha gustado <3

ahora miremos esto ☺.

AMIGAS, MORÍ. ES QUE #%$%. COMO SE RESPIRA. SEXOOO.


andy 🦋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro