Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12.


↳˗ˏˋ 𝐞𝐥 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐣𝐨𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨𝐫 ˊˎ˗ ↴


—Hay momentos en los que se vuelve irritante —confiesa el español y lo miro sorprendido, no esperaba eso—, ¿silencio, Pedri? venga, mejor charlemos.

Lo miré por unos segundos.

Ambas de sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones deportivos color gris, una camisa blanca sin ningún detalle, como de costumbre, su cabello se encontraba levemente desordenado y un rojo carmesí adornaba sus mejillas. 

Dios mío.

—Quiero pedirte ayuda en algo, ¿puedo? —consulta y no me niego en lo absoluto, con curiosidad le doy leves asentimientos mientras ambos caminamos sin destino alguno.

—Claro que puedes —le es afirmado por mí y la curiosidad se hace presente, estando atento a cada palabra que de su boca iniciaba a salir. Sintiendo ese feo vacío en mi interior al escuchar lo último.

—Quiero pedirle que sea mi novia, por eso necesito tu ayuda —fue como un eco profundo, queriendo analizar varias veces lo que él había dicho. Teniendo en mi rostro una mueca de total confusión.

—¿Qué dijiste? —le vuelvo a preguntar, siendo esto para mí demasiado incomodo y raro, él deja que un suspiro salga de sus labios, sumando que cerró sus ojos por un par de segundos para luego abrirlos con pesadez. Pareciera que no era tanto de su agrado esto, pero de igual manera quería hacerlo.

—Bea, mi novia. Quiero pedirle eso y por lo mismo, necesito tu ayuda —recalca cada palabra provocando que cierre mis ojos un tanto molesto: —¿Aceptas?

—¿Ayudarte en qué? —le pregunto de manera brusca y él lo nota, muerdo mi mejilla interior y respiro hondo: —disculpa, ¿cómo quieres que te ayude? —ahora le digo más calmado, desviando mi mirada de él para posarla en el camino frondoso que hay frente a nosotros. 

—Quiero que sea algo romántico... ¿qué podría ser romántico?

Me quedo callado ante su pregunta, molesto por la charla que estamos teniendo ahora. Ese sentimiento al cual podríamos predominar ¿celos? se está haciendo demasiado presente y me hace no querer responder sus preguntas así mismo como mi desagrado a la americana aumenta de tamaño.

—No sé. ¿Por qué no buscas en internet? —le consultó queriendo no tener que seguir hablando de eso y dando ideas. Fastidioso. 

Gavi suspira y su mirada miel se posa sobre mí, puedo sentirla. Mis pelos de ponen de punta y leves nervios llegan a mí. Se estaba haciendo costumbre que el español con tan solo verme me pusiera nervioso y alborotará más emociones, en el camino; yo buscando una respuesta.

—¡Lo he hecho! —señala con fastidio—, quiero que todo salga bien, que ella se sienta cómoda conmigo, que una sonrisa salga en sus labios, que ella diga que sí... —hace una pausa no tan breve y yo lo único que quiero es ponerme tapones en los oídos para así no tener que escuchar cómo quiere proponerle a Bea que sea su novia.

—Venga. ¿Por qué te diría que no? —me inició a preparar mentalmente para animarlo, me jode demasiado verlo mal—; tienes todo lo que una mujer desea, eres caballeroso, amable, risueño, divertido, tienes un hermoso cabello, una sonrisa de ensueño y un par de ojos que brillan demasiado y los cuales te hacen desear demasiado... —las palabras salieron solas de mi boca, él me miraba expectante con una sonrisa amenazando en salir, reaccioné rápido—, ¡un buen aconsejador! juegas futbol, ¿a quién no le gustan los futbolistas? miles de personas estarían encantadas de estar con vos, ¿por qué ella no? además, si dice que no, venga, no vas a morir —le digo palmeando su hombro derecho, diciendo cada una de las palabras en un murmuro y ahora teniendo mi mirada sobre él, quién hace un puchero y sin previo aviso, me rodea con sus brazos. 

Su cálido aroma inundando mis fosas nasales, no dude en aceptarlo. En ese momento, desee no separarme de su persona, se sentía tan jodidamente bien, su cuerpo transmitiendo calor al mío y ese sentimiento de familia, de cariño, de la hermandad que nosotros teníamos pero que poco a poco se estaba tornando en algo más. Al menos para mí. Él levantó su rostro para enfocar su mirada miel en mis orbes oscuros, fruncí mi ceño al notar que sus ojos estaban lagrimados.

—¿Estás bien? —fue tan inaudible mi pregunta, pero a pesar de eso, él logró escucharla. Quería responder más no podía, tragó saliva y en su mirar un destello pudo verse.

—Lo estoy —afirma con un poco de dificultad en su voz, aferrando sus brazos a mi cuerpo, sin querer alejarnos. 

—¿Seguro, Martín? 

Él asiente y poco a poco se aleja de mí. Esboza una sutil sonrisa: —¿seguimos? hace falta poco para llegar al centro, creo —opina, le respondo con un asentimiento y juntos seguimos con la caminata. 

Minutos después habíamos llegado al centro, dónde se podía admirar un bello jardín de dientes de león, estaba oscureciendo y eso le daba un aura mejor debido a que podía verse un color rojizo que se contrastaba con el blanco.

—¿Te gusta? —pregunta estando en el centro de todo el lugar y me es inevitable no perderme en la escena frente a mí, ignorando su pregunta y centrando toda mi atención en ese bello sevillano.

Sus orbes miel se posaron de nuevo sobre los míos, tan brillante y resplandecientes, sentí una emoción rodearme y arrasar poco a poco conmigo, la sonrisa en su rostro fue una guinda al pastel de emociones, lo ví entre esos dientes de león y el cosquilleo aumento mucho más, me perdí en ese bello resplandor que en sus ojos se podía ver.

Sus orbes miel se posaron de nuevo sobre los míos. No teniendo idea alguna de lo que estaba sucediendo en ese momento, esa sonrisa tan reluciente que a mi corazón estaba iniciando a acelerar, ese mirar brillante y resplandeciente, cosquilleo que trate de ignorar, pero no funcionó porque aumento más, inicié a perderme en ese destello que gritaba mi nombre y pedía a gritos que fuera de él.

Creo que en ese momento comprendí que sentimientos extraños estaban creciendo hacia mi compañero de equipo y mejor amigo, al mismo tiempo que el miedo me consumía por descubrir el final. Respuestas se daban y más preguntas salían, llevando todas su nombre.

¿Me estoy enamorando de ti, Pablo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro