1.
𝐈'𝐯𝐞 𝐛𝐞𝐞𝐧 𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐢𝐧' 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐚 𝐥𝐨𝐧𝐠 𝐭𝐢𝐦𝐞
𝘈𝘯𝘥, 𝘵𝘰𝘺𝘪𝘯' 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦𝘮 𝘰𝘭𝘥𝘦𝘳 𝘨𝘶𝘺𝘴
Just playthings for me to use
↳˗ˏˋ ¿𝐐𝐮𝐢é𝐧 𝐞𝐬 𝐁𝐞𝐚? ˊˎ˗ ↴
𝘱𝘦𝘥𝘳𝘪
Mi respiración era lo único que se podía escuchar en la habitación principal al igual que el sonido de mis pies topando con la madera clara del suelo mientras mi mirada oscura busca con determina miento al sevillano, quién debería estar escondido por algún lado.
Un sonido más se agrego al lugar, la suave y melodiosa risa del castaño claro llegando a mis oídos provocando que de manera inconsciente se esbozará en mi rostro una sonrisa ladina sumando que supe dónde estaba escondido.
Con el cuidado de no emitir algún ruido caminé hacia donde una librera se encontraba; al estar cerca pude divisar claramente al español, sin pensarlo dos veces con sutileza alguna toqué su hombro haciendo que se sobresaltase en su lugar llevando su mano derecha a su pecho de manera dramática provocando que pequeñas risas salieran de mis labios mirando de manera divertida a mi compañero de equipo.
—Te encontré, perdiste —aclaré utilizando un tono de voz burlesco con la clara intención de molestar leve al sevillano.
Frunce su entrecejo extendiendo su mano hacia mí para que lo ayudase a ponerse de pie, hecha esa acción coloca ambas manos sobre mis hombros posando su suave mirada miel en mis orbes oscuros y por un segundo me permití admirar ese bello color que poseían.
Y cuándo creí que lograría mi objetivo, una sonrisa fue visible en su rostro y en cierta manera me tranquilizó; luego de varios segundos, risas salieron de él negando varias veces sin querer quitar su mirada de la mía.
—Venga, quiero comer algo —murmuró lo suficiente alto para que lo escuchase rompiendo el contacto visual e iniciando a caminar hacia la cocina conmigo detrás de él: —¡Mierda! Acabo de recordar que Fer fue de compras ya que en la alacena no hay nada... —indico palmeando su frente con una pequeña desesperación volteando hacia mí.
Bien, llevábamos casi dos horas jugando al escondite con el castaño debido a que Ferran nos había invitado a su hogar para almorzar con todo el equipo, pero lamentablemente y para suerte ya que por un momento me pude permitir pasar tiempo con Gavi, ya que ha estado algo distraído gracias a algo que no sé y con lo cual mi curiosidad se eleva; por otro lado, estaba seguro de que moriríamos de hambre.
«Dramático, puedes comer otra cosa» Ignore mi conciencia.
—Bien, podemos esperar —indica el castaño después de segundos donde el silencio nos inundaba.
Y de nuevo una sonrisa apareció en mi rostro, pasaría tiempo con él, tiempo para nosotros. O al menos eso creía mi iluso corazón cuándo las señales anteriores me daban a entender que al menos esa calma que estábamos teniendo terminaría pronto.
—Ven —musité tomando con firmeza su mano, el español no dijo nada solo me mostró una mueca de confusión ante mi acción.
Hace unas semanas el departamento de mi compañero —Torres— había sido modificado con la intención de agregar un cuarto de juegos virtuales para que todos juntos pasáramos tiempo de diversión, sin embargo, nadie lo ha estrenado y me gustaría hacerlo junto a Paéz.
—¿A dónde iremos? —pregunta con curiosidad en su voz elevando una ceja mientras espera con impaciencia mi respuesta.
No respondí porque el sonido de un celular interrumpió nuestro momento.
—¡Espera! —exclama el sevillano soltando mi mano de golpe y llevando su celular —el cuál tenía en los bolsillos de su pantalón deportivo— para llevarlo a su oído y alejarse un poco de mí.
Bufó con cierto enfado ya que la íbamos a pasar bien o al menos eso esperaba. Algo en mí se hizo presente al ver como una sonrisa de costado a costado era visible en su rostro y un brillo que no había visto nunca en sus ojos apareció.
—Bea... —murmuró utilizando un tono de voz dulce el cuál provoco un derrame a mis oídos porque era el mismo que utilizaba al decir mi nombre de vez en cuando.
Aunque eso es lo de menos, ¿Bea? lindo nombre, pero nunca había escuchado a Gavi pronunciarlo o hablar sobre una persona qué se llamase así.
—¡Llegamos!
La voz de Ferran inundo mis oídos, pero le reste importancia ya que el castaño me dedico una sonrisa y desapareció de mi campo de visión aun con el celular en su oído hablando con esa tal "Bea".
—¿Quién es Bea? —cuestioné en el momento que Ferran y Ansu fueron visibles, cruzando al mismo tiempo mis brazos sobre mi pecho; buscando respuestas.
Ambos se miraron mutuamente vacilando entre darme una respuesta verdadera o mentirme de manera descarada. El español sin decir nada inició a colocar las compras que habían hecho en la isla, ignorando mi pregunta.
—No nos corresponde a nosotros —objeta Ansu dándome la espalda.
¿Por qué no? ¿Tan malo puede ser? O bien... es simplemente sorprendente que me dejará con la boca abierta y con más preguntas.
—Quiero saber —musité tomando asiento en uno de los taburetes de la isla.
—No te diremos.
—Pero quiero saber —repetí tornando mi voz con impaciencia e iniciando a jugar con una manzana que Ansu me había dado.
—¡Al fin! Tengo demasiada hambre —dice detrás de mí una voz masculina la cual le pertenece a ese chico que con voz dulce dice "Bea".
Toma asiento a mi lado colocando su celular boca abajo sobre la isla y por un segundo quise preguntarle sobre esa persona, pero no lo hice, me quede callado; tal y como lo haría en un futuro.
—Necesito irme de viaje —fue Torres quién rompió el silencio—, sé que ahora no podemos, pero... me gustaría que fuese en un futuro.
—Acabas de venir de Argentina —objeta el moreno, pinchando un trozo de queso con un tenedor para luego llevarlo a su boca.
Ferran se encoje de hombros y Gavi suelta pequeñas risas: —¿Cómo te fue en el viaje, tío?
Todos dirigimos nuestras miradas al chico español, quien simplemente ríe nervioso y algo en mi dice que pasaron muchas cosas que probablemente no quiera contar frente a todos.
—Me fue bien... me divertí mucho —explica rondando su mirada entre los tres chicos que lo miramos con atención.
—¿Mucho? —cuestiona mi persona, arqueo una ceja con curiosidad y con la intención de fastidiarlo un poco porque se claramente que hay algo detrás o, mejor dicho, alguien.
Ferran traga saliva y me da una mirada fulminante: —Si, mucho.
—¿Demasiado? —vacilo un poco dejando que de mis labios salgan pequeñas risas.
—Demasiado.
Ferran nos da la espalda, fingiendo que busca algo en la alacena, Fati y Gavi se ven confundidos el uno al otro y yo solo puedo reír.
❝Luego te cuento, Pedri❞ es el mensaje que leo a través de la pantalla de mi celular y que claramente fue enviado por el español.
❝Espero sea pronto❞ es mi respuesta, solo lee el mensaje y asiente girándose de nuevo hacia nosotros.
—Niños del diablo, voy a cocinar, fuera —indica haciendo ademanes con sus manos, Fati y Gavi maldicen y salen del lugar.
Me mira, lo miro.
—Vos también salí —ordena tomando entre sus manos un vaso de agua mineral, ignoré por completo sus palabras, apareciendo en mi mente la hermosa escena que había tenido con Pablo minutos atrás: —¿Qué?
—Gavi tiene un lindo color de ojos, lo sabías ¿No? —comente cerrando mis ojos dejando que pudiese disfrutar la escena.
Orbes miel, claros como semillas doradas que son alumbradas por simples rayos de sol, los cuales siempre había tenido la oportunidad de admirar pero que hasta hoy mientras jugábamos las escondidas, me había dado la dicha de hacerlo.
Él ríe tragando el líquido: —Los tiene, aunque me gustan más los de Leah.
Lo miré mal, si bien mi amiga tenía unos ojos impresionantes, los del español lo eran aún más.
—A vos te gustan los ojos de otra —aclaré y casi se atraganta con el agua, no iba a mentir de que he estado viendo a mi amigo algo tonteado y muy distraído, mucho más que Gavi. Niega con postura recta—. ¿Cuándo la voy a conocer? —divaga mi curiosidad—. ¿Será digna de amar al gran Ferran Torres?
Mi compañero ríe negando de nuevo con firmeza: —Te contaré la historia luego, tonto.
—Yo la quiero saber ahora, eso o nada —digo también con la misma firmeza que él ha utilizado segundos atrás.
—Nada.
Y dicho eso, me saca de la cocina y cierra la misma, maldigo con frustración. Paciencia no tengo y saber que debo esperar hasta una semana para que él me cuente la bella historia de amor que ha creado con esa joven es detestable para mí.
Joder, me caes mal, Torres.
—¡Juguemos de nuevo las escondidas! —la voz de cierto español hizo que mi vista se posará en ambos. Venía hacia mí con los brazos abiertos, listo para fundirme en un abrazo profundo que no dude en aceptar con ánimos que venían a mí: —Ansu, vos contas.
Dicho eso, tomo mi mano y ambos iniciamos a correr hacia el segundo nivel dejando escapar pequeñas carcajadas de diversión y felicidad. Al llegar al lugar, Martín ladeo su cabeza, mirando cada lugar y pensando en donde no nos podría encontrar el moreno. Su vista fue enfocada en el baño principal, el cual contenía una gran bañera por lo tanto supuse que ahí nos esconderíamos y así fue.
Los dos intentando encajar dentro de la misma, flexioné mis piernas sin querer despegar mi mirada del español frente a mí, quién se deshizo de su suéter, dejándolo a un lado para luego recostar su cabeza sobre sus rodillas, también mirándome a mí.
—¿Ferran tiene novia? —pregunta con curiosidad marcada en su voz, lo miro algo confundido negando ante pregunta.
—No, al menos eso creo.
Quedamos en silencio unos segundos y el sevillano fue quién decidió romperlo con una pregunta que me sorprendió.
—¿Tú tienes novia?
Consternado niego sutil: —No tengo, ¿Por qué preguntas?
Esquiva mi pregunta: —¿Qué hay de Leah?
—Es solo una amiga, mi mejor amiga.
—¿Sabina?
—Otra amiga.
—¿Maggie?
—Una conocida.
—Todo un rompecorazones mi amigo —comenta con un toque de burla en su voz y aquello que dice quizás no esta tan equivocado—. A veces me pregunto si no te cansas de eso...
—También me pregunto lo mismo, pero creo que ante tantas veces que ha pasado, se vuelve una costumbre.
Se encoje de hombros y su mirada rodea el lugar donde estamos: —Intenta romper la rutina, ponte una meta y ya fue.
—Sabes que me cuesta eso —vacilo entre dientes y Pablo ríe—. Veré si creo una, eh.
Algo sorprendido por su pregunta, sin saber que mi compañero en el fondo estaba sufriendo y deseando que la respuesta lo complaciera.
—Cómo sea, ¿Qué soy yo para ti?
—Mi mejor amigo, Pablo.
—¿Qué? ¿Ese no era Torres?
Me deja pensando un poco en cómo responder, con el mencionando tengo una relación amor-odio, pero con Gavi no es así. Son relaciones totalmente diferentes, creo que no puedo escoger una en concreto.
Antes de que yo pueda responder, la puerta se abre de golpe y un Ansu agitado se hace ver.
—¡Los encontré, malditos! —exclama y ayuda a salir de la bañera a Gavi, este le susurra algo al oído tratando de que yo no escuche y el moreno asiente: —Pedri, tú cuentas.
No dejan que responda porque salen del lugar corriendo, pequeñas risas escapan de mis labios; haciendo mi cabeza hacia atrás aun con una sonrisa.
—Serás más que eso...
↳˗ˏˋ 𝐍𝐨𝐭𝐚 ˊˎ˗ ↴
¡Heey! Al fin me digné a traer el primer capítulo, en fin, espero les haya gustado, eh. Dejen su estrellita.
🦋—Andy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro