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#O3

Temprano en la mañana, MinHo abría sus ojos, notando los rayos de sol que trataban de atravesar las persianas de su habitación.

Se quitó la cobija de encima, dejando el torso desnudo, y tomó asiento en su cama, buscando sus pantuflas mientras encendía su teléfono para ver la hora.

Estiró un poco su cuello, sus brazos y espalda, para levantarse completamente, y llegar a la cocina, y así prepararse el desayuno.

El cerrar de la puerta lo percató de que ChangBin había entrado a su recinto, como todas las mañanas, por lo que no se alarmó; él era el único que tenía la llave de su casa, luego de sí mismo, claro.

—Buen día, MinHo —dejó su chaqueta en el sofá.

—Sería bueno si pudiese dormir más —se dió la vuelta, suspirando. —¿Quieres café?

—Ya comí, pero sí, por favor —tomó asiento en el desayunador, sacando su teléfono.

Por su parte, el mayor volvió a darse la vuelta, para preparar las dos tazas de café y su desayuno.

Sus mañanas solían ser así, casi ya rutinario.

Se despertaba, hacía café, a veces para él solo, otras para ambos, luego desayunaba, se duchaba y se iba, ya acompañado de su guardaespaldas, que hacía más de mejor amigo que de lo que trabajaba.

Frente a él, dejó la taza de café, y a su lado, la azucarera, que solo ChangBin usaba, ya que él siempre lo tomaba sin azúcar.

También dejó su plato, dos tostadas con algo de fruta y huevos. Ligero, pero sabía que no debía consumir una alta cantidad de calorías si iba a estar parte de su día sentado.

—Anoche que te fuiste me llamó Yamazaki —tomó asiento frente a él, captando la atención del chico. —Dijo que viene este fin de semana, pero no mencionó por cuánto tiempo.

—¿Es rutinario? —preguntó curioso.

No era nada raro que su hermano le diera visitas de rutina a MinHo, que eran casi inútiles, solo las hacía para poder escribir en el acta que llevaba con los datos de la compañía.

Ellos siempre estaban en contacto, así que ya estaba más que sabido lo que se manejaba y no, en las oficinas.

MinHo también viajaba de vez en cuando a Japón, para ese mismo objetivo, en ocasiones se ocupaba de otros asuntos.

—No —tomó un sorbo del café. —Esta vez dice que es por “vacaciones” —formó las comillas.

—¿Cómo es que tu hermano sí tiene vacaciones y tú no? —frunció el ceño.

—Yo soy el CEO.

ChangBin elevó sus hombros, casi obvio, observando hacia varios lados. —¿Y qué?

—Que no —ladeó su cabeza, el musculoso tenía un poco de razón. —Uno de estos meses tendré vacaciones, ahora no porque hay muchas solicitudes, muchas cosas que hacer y no puedo.

—Yo opino —dejó la taza, ya sin café, a un lado. —Que debes de tener vacaciones ahora que viene tu hermano para que pases tiempo con él y tu madre.

—Quizá —mordió la última todasta. —Pero ahora no, no puedo bajar la guardia y tampoco puedo dejar la compañía cuando está en su mayor auge.

El guardaespaldas se acomodó mejor en la silla. —Mínimo un día entero con ellos debes darte.

—Como insistes —hablaba el mayor, entonces rodó los ojos, y suspiró. —Bien, un día, ¿Contento?

—No sabes cuánto —se levantó del asiento, para lavar la taza. —Mereces un día de descanso por lo menos, MinHo.

—¡Y sí lo tendré! —gruñó, siguiéndolo para lavar lo suyo ahora. —Sólo que no pensaba tenerlo ahora.

—Bien, como digas —se apartó para darle campo a su jefe. —¿Quieres que te acompañe a recibirlo cuando llegue?

—No hace falta —abrió el tubo. —Iré con mamá, descuida.

—Bien —escuchó el ringtone del teléfono de MinHo, este mismo le dijo que viera quién le llamaba. —Es JeongIn.

—Contéstale, por favor —pidió cuando se secaba las manos.

—Hola, Innie —acató aquella orden. —No, es ChangBin... Pero aún no está listo, ¿Tiene que ser ahora?... Bien, bien, voy a decirle, gracias, In, adiós.

Expectante, el mayor se cruzó de brazos frente a él, esperando a que le dijera el motivo de la llamada de su secretario.

Mientras, el mismo dejaba el teléfono de nuevo en su lugar, para dirigirse al castaño. —Dijo que tienes que ir a la oficina, que urge porque HyunJin estaba allí.

Ambos se miraron, sin saber qué decir, mas estaban de acuerdo en una sola cosa; y es que si el oficial estaba en su oficina, era porque algo malo había pasado.

JiSung se recostó en la silla, cerrando los ojos para descansar su vista un poco, aunque sean sólo segundos.

Estaba cansado. En toda la mañana, él y su equipo, habían estado tratando de buscar más indicios de lugares o personas en relación al famoso fantasma del caso que llevaban.

Fantasma le decían porque eso parecía, en el sentido de que nadie lo había visto, nadie sabía dónde estaba, y aparecía de vez en cuando, y cuando eso pasaba, no dejaba ningún rastro.

Bueno, al menos eso había deducido el teniente.

—¿Lix, ya te llegaron los resultados de la autopista y la identificación del cuerpo de ayer? —RyuJin, a su lado, le preguntó sin dejar de ver su computador.

El pecoso negó, suspirando. —En la sana teoría, llegaban hoy, pero, hasta ahora no aparecen.

—Iré donde Sana luego —Kim se metió en la conversación. —Todavía faltan de revisar las horas de la madrugada del video de seguridad.

—Dios, qué hambre —se quejó la chica, recostándose en su silla.

El teniente, abrió sus ojos para fijarse en la hora. —¿Quieren ir a almorzar? —les ofreció a todos, levantándose de la silla. —Yo invito y así nos despejamos un poco.

Los tres le siguieron, sin queja alguna ya que él se ofreció a pagar sus almuerzos, además de que tenía razón, necesitaban un ligero respiro de ese día.

Pasaron por el cubículo de HyunJin, Han se extrañó de no verlo ahí, pero tampoco preguntó, quizá le salió algo de urgencia y debía irse.

—¿A dónde quieren ir? —preguntó una vez al frente del elevador, presionando el botón, y esperaban.

—¿Subway? —ofreció la rubia. —A mi novia le gustan mucho los sandwiches de ahí.

—¿Novia? —sorprendido, el australiano preguntó, y luego chilló. —¿Tienes novia?

La misma asintió, con una sonrisa. —Se llama ChaeRyeong.

—Bonito nombre —el mayor halagó, y se introdujeron en el elevador, topándose a HyunJin de frente, quién traía algo de prisa y preocupación, sin embargo, aún los saludó con una sonrisa.

—Ojalá podamos conocerla un día —el oficial Kim, que había estado algo callado, habló finalmente. JiSung presionó el botón del primer piso. —Oh, ¿Por qué no nos reunimos una noche?

—Hemos estado muy metidos en este caso, podemos tomarlo como una manera de despejarnos también —la rubia ofreció. —¿Qué les parece?

—Me suena, yo me apunto —el teniente levantó su mano.

—Yo igual —SeungMin asintió. —¿Y tú, Lix?

—Eh, sí, ¿Por qué no? —se elevó de hombros, y luego rascó su nuca, con timidez. —Así terminamos de conocernos.

—Bien, podemos planearlo luego —rió el mayor. —Ahora, ¿Vamos a Subway o vamos a ir a otro lugar?

—Cierto —salieron del elevador. —A Subway, no es tan lejos y la verdad, un BMT italiano cae muy bien ahora.

Los otros tres concordaron con lo que SeungMin dijo, y detrás de JiSung, caminaron hasta salir del edificio, colocando los gafetes en sus cuellos, así estaban seguros de que no se les quedaría y podrían entrar al establecimiento sin problema al regreso.

Para suerte de todos ellos, el local no estaba lejos, simplemente tenían que caminar unas cuantas cuadras.

Por otro lado, desde el auto de ChangBin, MinHo y el mencionado anteriormente observaban al escuadrón anti tráfico de armas, luego de haber ido a dejar a HyunJin.

—Creéme que de ahí, la chica es la que más cara tiene de teniente de los otros tres —sincero, comentó ChangBin. —De no ser porque ya sé que es él, pensaría que ella es la teniente.

—Lo sé —rió, tenía razón.

El chico aquel tenía todas las de perder, es decir, por lo que pudo ver ayer que se encontraron en la tienda 24hrs, no tenía el físico de ser un teniente, y algo le decía que tampoco la mentalidad; sin embargo, para estar llevando ese caso, debía tenerla, así que excluía y desconocía esa parte.

—Hwang dejó sus perfiles, ¿Verdad?—desvió su mirada.

—Sí, aquí están —observó a su jefe, dándole el sobre que el oficial le había dejado en el asiento trasero. —¿Crees que sea necesario?

—Son su equipo, además de él debo conocerlos a ellos, obviamente lo es, ChangBin —lo observó tomando aquello, esa mirada decía todo. —Vámonos, cuando salga del trabajo me encontraré con él.

Y así, el guardaespaldas arrancó el auto, volviendo a conducir de vuelta al edificio de la compañía, mientras el castaño revisaba los perfiles del Escuadrón Anti Tráfico de Armas.

—Entonces parece que RyuJin es la fuerza —rió irónico. —SeungMin es el inteligente y Felix es el hacker —guardó nuevamente los papeles. —Eso significa que el líder es nuestro JiSunggie.

—¿JiSunggie? —frunció el ceño, con algo de impresión y disgusto por el apodo. —¿Desde cuándo le dices así?

—Desde hoy —rió pensando en el castaño. —Es lindo.

—Y tú loco —dobló en el semáforo. —Muy loco.

—También —suspiró. —Pero de algo me ha servido porque seguimos aquí.

El otro no respondió, tenía razón, así que no manifestó palabra alguna luego de las dichas por su jefe.

—Adelante —pidió el teniente, dejando ver a Sana con una sonrisa asomarse por la puerta, ya en la noche, cerca de la hora de irse.

Sana era médica forense, contratada por la Estación de Policía de Seúl, ella era la encargada de llevar a cabo las autopsias y dar los resultados de las mismas.

—Siento la demora —la pelinegra hizo una leve reverencia. —Aparecieron trescientas cosas a la vez y hasta ahora pude traerles los resultados; iba a mandarlos por correo, pero hay unas cosas que necesito explicarles —sonrió.

—Descuida, lo importante es que ya están aquí —el chico mayor de la sala se levantó, para tomar los papeles y revisarlos, mientras dejaba que la pelinegra hablara.

—Bien, la víctima fue identificada como Kang DongYeon, lo supimos gracias a sus registros dentales, su billetera estaba ahí, solo que sin sus identificaciones, pero tenía dinero, por lo que con eso terminamos de confirmar que no murió en un asalto; quien sea que lo haya hecho, no le convenía que viviera, que lo identificaran, o bueno, esa es mi teoría.

—Si no hubiesen querido eso, ¿Por qué dejar el cuerpo en el lugar? Simplemente pudieron deshacerse de él, tirarlo al mar o incluso al río, es más, pudo haber maquillado su muerte —SeungMin cruzó las piernas, hablando cómodamente desde su silla, con toda razón.

—Cierto... Bueno, el punto aquí del que tenía que hablarles es sobre la bala que se encontró dentro del cadáver y las que recogiste junto con JiSung.

Los cuatro agentes esperaban atentos a la explicación de la médica, quien al parecer tenía noticias que les serían de ayuda para la investigación que llevaban.

—Las balas que encontraron ustedes son de un arma diferente a la que causó el impacto que mató a DongYeon-

—¡¿Qué?! —exclamó el teniente, sin poder creérselo.

—Déjala terminar, hyung —Felix le sobó el brazo, tratando de tranquilizarlo para que la pelinegra continuara con su explicación.

—Bien, lo siento, continúa —fue a tomar asiento en su silla.

—Descuida, yo también tuve la misma reacción —rió. —Como decía, si bien no son las mismas, tienen una cosa en común. Las que encontraron ustedes vienen de una CZ SP-01, en cambio la otra que mató a Kang es de una CZ P-07 Duty-

—Ambas son de las principales armas traficadas en Japón, y son vendidas ilegalmente por pocas bandas —SeungMin sonrió, concordando con lo que la chica decía. —Eso afirma que el homicidio y el tiroteo tienen relación entre sí, asimismo con la persona que buscamos.

—Ahora solo tenemos que terminar de revisar los videos de las cámaras de seguridad —el australiano suspiró. —Quizá podamos identificar a la persona al pasarlo por el reconocimiento facial o con suerte aparezcan más personas.

—Lo único que sera difícil será tratar de identificar la banda a la que Kang pertenecía —puchereó por lo dicho. —Aunque Felix tiene razón, quizá con las cámaras.

—Gracias, Sana —la rubia sonrió a la pelinegra.

—No hay de qué —se dirigió hasta la puerta, para poder irse. —Si logro encontrar más pistas o cosas, no dudaré en venir, igual si necesitan algo, ya saben dónde encontrarme.

Los demás asintieron, y despidieron a la chica con una sonrisa.

Entre todos se miraron a los ojos, sabiendo que ya tenían unas pistas más en el caso, y que en cualquier momento podrían estar cerca de encontrar a la banda que ellos buscaban.

La lista ahora se les acortó, puesto a que ahora sabían que pocas eran las bandas que traficaban ese tipo de armas.

—Vayan a casa —el mayor se levantó. —Mañana seguro haremos trabajo de campo, y recolectaremos más cosas.

SeungMin apagó su computador y se levantó, dispuestos a irse. Tomó su chaqueta y se despidió cuando iba por la puerta.

Ni siquiera lo dudó dos veces.

RyuJin le siguió, y Felix hizo lo mismo cuando el Capitán Bang llegó por él hasta la oficina, despidiéndose del teniente, el cual, a los segundos también abandonó el lugar, dejando las luces apagadas y la puerta cerrada.

Pasó por el cubículo de HyunJin, como todos los días; esta vez él estaba ahí.

—¿No te vas aún? —se acostó en la pared de su “huequito”, como él le decía.

—Pues sí, estaba apagando esto —suspiró con algo de cansancio, levantándose para tomar su saco.

—¿Día largo?

—No tienes idea —elevó sus cejas.

—Vamos, te invito a algo —palmeó su hombro cuando llegó a su lado. —Aunque sea comprarte la cena.

—No es necesario, créeme —le dió media sonrisa para comenzar a caminar juntos. —Realmente hoy lo único que quiero es llegar a casa y dormir.

—Bien —llegaron frente al ascensor. —¿Vas a pie o trajiste tu moto?

—Oh, Dios —palmeó su frente cuando entraron al ascensor. Por todo el apuro de ir a la oficina de MinHo y dejarle el montón de papeles, se olvidó de que dejó su moto. —A pie.

—Entonces te llevaré a casa, solo que tengo que pasar comprando la comida de Bbama —rió. —Al fin terminé haciendo algo por ti.

—Shh, que seguro luego me lo cobras —rió con los ojos cerrados.

—Tal vez —ambos salieron del elevador una vez llegó al primer piso. —Pero esta vez no, me apiado de ti porque comprendo cuando hay días pesados.

—Por cierto, ¿Cómo vas con el caso? —preguntó saliendo del edificio al estacionamiento para dirigirse al auto del chico.

El teniente sabía que cuando de trabajo se trataba, el exponer o dar detalles de los casos que llevaban, debía ser confidencial, así fueran compañeros de trabajo pasados o amigos cercanos, era la regla principal.

—Pues, ¿Qué te diré? —suspiró. —Te lo pongo así, cuando nosotros vamos, él viene de regreso, capaz que dos veces.

Algo dentro de HyunJin sintió un alivio por aquello. —Ya me imagino que debe ser difícil, seguro es de esos que no se les escapa nada.

—Sí, pero aún tenemos cosas por hacer —quitó la alarma a su auto, entrando al asiento del conductor; HyunJin al de copiloto. —Todavía podemos hacer trabajo de campo y eso, realmente creo que mi equipo es capaz de un caso como este.

El castaño arrancó el motor, comenzando a conducir hasta el hogar de su compañero de trabajo, mientras hablaba con él. —Se ve que sí, pareciera que los escogieron para ti.

—Son muy buenos en lo que hacen —asintió frenando en un semáforo. —Me sorprenden cada día más, en serio.

—Me alegro por ti —hizo el asiento hacia atrás, buscando acostarse. —Lo siento, Sung, pero avísame cuando llegues a mi casa, yo dormiré.

—Excelente la calidad de mi copiloto —rió el teniente. —Que bueno que sé dónde vives, anda, duerme.

El conductor lo último que escuchó fue la risita de HyunJin, quién llegó al país de los sueños en menos del tiempo esperado; de verdad estaba cansado.

Mientras, el chico al volante observó por el retrovisor, en el asiento del conductor del auto de atrás, una cara conocida, la misma que vió el día que paró en la tienda de conveniencia 24hrs.

Parecía no haberse dado cuenta que este estaba conduciendo frente suyo, puesto a que tenía los ojos bien puestos en la carretera.

Le apenaba un poco tener que toparlo de nuevo, ya que ayer él no estaba en el mejor estado de ánimo; había tenido un día terrible, pesado, muchas cosas ocurrieron, y se desquitó con lo primero que se le ponía en frente, y él le apareció ahí.

Usualmente él no era así, pero ese día fue la excepción.

Dobló en la siguiente esquina, esperando perderlo y así tan ir a comprar el alimento de su amada mascota, que le esperaba en casa.

Para su suerte, así pareció ser, entonces siguió conduciendo hasta poder llegar a la tienda, y cuando estuvo allí, se estacionó en frente, esperando no hacer tanto ruido al cerrar la puerta.

Cuando entró, el auto de MinHo se estacionó detrás del suyo. Vaya suerte.

Entró luego de que JiSung cerrara la puerta, dirigiéndose al lado de los cafés, y el teniente al de comida para perro.

Él no quería, pero sucedió. —Tú eres el oficial amargado de ayer.

El menor trató de tener su cabeza baja, no quería ni verle. —Mira, ayer no fue un buen día, así que si me ví amargado, fue por eso, ¿Sí? Lo siento.

—MinHo —le extendió su mano, atrayendo su atención, haciendo que le viera a los ojos. —Me llamo MinHo.

El otro la tomó, algo inseguro. —Tú ya sabes mi nombre.

—Sé tu apellido, teniente Han —soltó la mano del otro. —No tu nombre.

El mismo suspiró con algo de intriga en su insistencia. —JiSung.

—Es más lindo de lo que pensé —sonrió dándose la vuelta, dejándolo ahí.

—Ah, ¿Y te vas así nomás? —lo siguió. —¿Quién hace eso?

—No tengo más para decir —se volteó, elevando los hombros.

El chico suspiró, y le rodeó, llegando a la caja, para pagar el alimento de su mascota, decidido a irse.

—Toma —le acercó su tarjeta de presentación. —Ahí está mi nombre.

El otro la tomó con muchísima más duda de la que ya tenía, la ojeó y luego a él de vuelta. —Yo sé, pero, ¿Para qué quiero esto?

—Para que me recuerdes —soltó aún con esa sonrisa en su rostro, terminando de ahora pagar lo suyo.

El otro rió por lo dicho por el joven frente a él, y trató de marcharse.

—Hey —llegó y lo tomó por el hombro. —Escucha, no es para que lo tomes a mal, ¿Okay? Por mi trabajo, tengo pocos conocidos, y a veces me aburre ver las mismas caras, así que, si algún día quieres salir de tu rutina tu también, creo que puedo ayudarte con eso.

—Si estás consciente de que eso es lo más probable que no pase, ¿Verdad?

—Sí —asintió. —Pero, ¿Qué puedo perder con intentarlo?

Antes de irse, observó muy bien los ojos neutros del chico frente a él, quien parecía estar diciendo la verdad.

Ya que por su parte también estaba igual, ¿Qué perdería él saliendo un día de su rutina?

—Lo pensaré —dijo, tratando de darle su mejor sonrisa, logrando su cometido. —Mas no te prometo nada, ¿Bien?

El joven asintió de manera efusiva, haciéndole reír. Al parecer no era tan malo.

Se dió la vuelta, ya para entrar nuevamente a su auto, siendo observado por el mismo, sin quitarle un ojo de encima, hasta que vio a HyunJin en su auto, dormido.

A su vez rió y se sintió un poco incómodo.

—Hey —llamó la atención del teniente. —¿No me vas a dar tu tarjeta? Seguro debes tener una.

El mismo observó las que tenía en el posavasos de su auto, y con la misma duda, asintió y tomó una.

Era un poco más sencilla y policial a comparación de la de MinHo, que daba la impresión de que su negocio era tan puro e impecable como él.

—Ya podré llamarte entonces —rió tomándola.

—Las probabilidades de que te conteste son números negativos —rascó su nuca. —Siempre estoy enfocado en el trabajo, lo siento.

—Descuida, a mí me pasa igual —extendió su mano, para volver a estrecharla con una sonrisa. —Fue un placer, JiSung. Espero verte de nuevo.

El chico la tomó, esta vez con más calma de la que tenía antes. —Ya te dije que no prometo nada.

Y una vez que la soltó, se dió la vuelta, despidiéndose con la mano, para entrar al fin a su auto, y dirigirse hasta el hogar de HyunJin, para dejarlo allí.

MinHo se quedó afuera del establecimiento hasta que el auto de JiSung desapareció.

Vió la tarjeta que sostenía en su mano.

“Teniente del Escuadrón Anti Tráfico de Armas; Han JiSung” era lo que más le llamaba la atención. El resto era un agregado.

Guardó el papel en el bolsillo del saco, y del mismo lugar sacó las llaves de su auto, mientras contestaba el teléfono, que no paraba de sonar.

—No es necesario que me llames todas las noches cuando te das cuenta que no he llegado a mi casa, ChangBin —entró al auto.

¿Acaso mi trabajo no es asegurarme de que estés a salvo? —se quejó el otro desde su línea.

—Sí, pero también sé cuidarme solo, gracias —arrancó el motor. —¿Pasó algo?

Identificaron a Kang —soltó en seco, MinHo se congeló por un momento, porque cayó en cuenta que esa información ya la sabía JiSung.

—¡Estos inútiles no hacen nada bien! —maldijo a los cuatro vientos. —Dime que no fue nada que tenga que ver conmigo.

La gente que lo mató no fue ninguno de nosotros —suspiró. —Tampoco las armas, pero parece que el tiroteo de esa noche quedó grabado en las cámaras de seguridad, y esas cintas ya las tiene la policía como evidencia.

—Bueno, por un lado sabemos que ni tú ni yo estuvimos ahí, pero —arrancó y comenzó a conducir a su hogar. —No quita el hecho de que probablemente se vea la gente de la banda que estuvo allí, aunque espero que no, siempre puede pasar.

Llamé a Yuta, que era de los que estaba ahí, y dijo que el tiroteo fue por una discusión; al parecer los compradores no estaban satisfechos y ellos comenzaron, lo que hicieron fue defenderse, pero Kang no logró protegerse bien y terminó con una bala en el pecho, los únicos que salieron luego fueron los compradores y antes de él, el chófer de su auto, que también iba disparando, pero tienen sólo como dos minutos de diferencia.

—¿Y cuando sacaron a DongYeon? Alguno tuvo que salir y se vió en las cámaras —dobló en la esquina.

Maquillaron un poco la escena, lo sacaron en una bolsa, haciendo parecer que era basura, y luego la abrieron nuevamente —suspiró. —Fue fuerte, pero digamos que no hay peligro.

—Bien, bien, eso no me tranquiliza pero es mejor que nada —suspiró, deteniéndose en un alto. —Gracias, Bin.

No hay de qué —rió. —Por suerte tenemos a Yuta aquí.

—Te creo —se estacionó frente a su hogar.

Oh, um, ¿Al final te reuniste con Han?

—Sí —volvió a ojear la tarjeta. —Me dió su tarjeta de presentación y sé que las probabilidades de que conteste son números negativos.

... ¿Qué?

—No lo entenderías —rió. —Gracias por avisar, Bin, nos vemos mañana.

Descansa, MinHo —fue lo último que escuchó de su parte, para terminar la llamada.

El CEO se quedó en su auto, con aquel pedacito de cartón que el teniente le había dado, e involuntariamente sonrió, por saber que aunque sea estaba la probabilidad de volver a encontrarse con él.

aquí termino de introducir los personajes (creo), para darle paso a entrar en la historia en sí, qué emociónn, ayy

dato que debo dar a reconocer, el tiempo va a pasar en algunas partes, algo rápido, para acelerar el avance de la historia y no se haga tan despacio

espero les vaya gustando, graciass por el apoyo <3

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