40 Fantasías Fatales
"Estas fantasías fatales
ceden ante mi respiración agitada
tomando todo de mí"
Guilty As Sin? – Taylor Swift
Jueves 10 de mayo de 1945
Cuando sus manos tienen contacto con sus pieles ya no hay nada que pueda detenerlos. Incluso en ese beso apasionado, que es medianamente lento, sus respiraciones son agitadas. Cada latir de sus corazones se siente fuerte en sus pechos. Pueden escucharlo. Pueden disfrutarlo. Todo se vuelve tenso en cuestión de segundos, aunque el nerviosismo está ahí y puede que no los abandone, porque esto es como revivir su primera vez.
Esta ocasión harán el amor como ellos lo consideran correcto o de mejor manera. JiMin está nervioso por eso, pero encuentra cierta fascinación en los besos de JungKook y en la forma que acaricia suavemente su espalda por encima de la ropa. Pero sólo es cuestión de segundos para que la toalla caiga al suelo y entonces el mayor es el primero en quedar vulnerable, pero realmente no le importa demasiado. De cualquier forma había estado pensando cosas indecorosas mientras se bañaba.
Ha tenido muchas fantasías que pueden ser fatales, porque algunas ocasiones lo resolvió todo por sí solo. En su mente yacía JiMin sobre una cama completamente abierto de piernas y con su entrada dilatada esperando por ser llenada y estirada. En su mente se hundió muchas veces en su interior y se sintió bien, pero sin duda ahora se sentirá mucho mejor.
El rubio ha compartido tales fantasías, aunque sus pensamientos se han desviado a rumbos más rudos y eso alguna vez lo hizo sentir un poco abochornado. Desde hacía un par de semanas había querido pedírselo, pero la vergüenza era mucha, además, no consideraba que hacerlo durante su viaje fuese demasiado cómodo. Por eso ahora era el lugar perfecto. Qué mejor forma de pasar su primera noche en la casa que será suya para toda la vida.
JiMin supo que JungKook había quedado completamente desnudo, así que no se inmutó de que sus manos viajaran por sus pectorales y sus abdominales. Hizo un delicado recorrido de arriba hacia abajo hasta que se atrevió a acariciar su espalda ancha y musculosa. Había agradecido que ahora fuese más corpulento, incluso lo percibía como más alto y le volvía loco pensar que era más fuerte.
No se equivocaba, porque enseguida el azabache lo tomó de los glúteos para cargarlo sin dejar de besarlo. JiMin enredó sus pies alrededor de las caderas ajenas y se aferró. No quería soltarlo. No quería que esto acabara, pero por fortuna esto apenas empezaba.
Su cuerpo fue recostado en la cama de una manera tan suave y cariñosa que lo hizo suspirar. Vio a JungKook desde donde estaba y le resultó la mejor vista. Lo vio alejarse para pararse al pie de la cama con intenciones obvias y con peticiones tácitas. Estando acostado y sin mucha dificultad, se quitó la camisa y luego su ropa interior. Quedó completamente expuesto ante los ojos oscuros de su mayor y después, como mero instinto, abrió sus piernas para él.
El rubio siendo descarado era la faceta que JungKook disfrutaba de él. Sin duda le encantaba que se mostrara así de sensual, pero sobre todo, así de dispuesto, no importando que por dentro se esté muriendo de los nervios.
— ¿Estuviste esperando mucho para esto? —le preguntó el azabache con una sonrisa ladina.
—Puede ser—JiMin respondió coqueto— ¿Estás esperando algo en particular? ¿Deseas un espectáculo?
—No estaría mal—sonrió y se acercó a la cama—Pero eso lo dejaremos para después. Tenemos una larga vida para descubrir.
JiMin abrió más sus piernas para recibirlo gustoso y correspondió a su sonrisa. En el proceso sus miembros erectos se rozaron, provocando que sus cuerpos temblaran y que sus bocas soltaran unos cuantos gemidos. Se acomodaron sin dejar de mirarse a los ojos y con sus corazones cada vez más acelerados. Estaban seguros de que sólo podían escuchar sus latidos muy cerca el uno del otro y eso sólo aumentaba la tensión, los nervios y la emoción.
Esto era desconocido pese a que ya se han tocado y besado como tanto han querido, pero JungKook piensa que es correcto iniciar desde cero, después de todo, debe darle el mejor placer y estimularlo lo suficiente para que sea más satisfactorio que doloroso.
La necesidad en los ojos de JiMin le da seguridad y coge más valor cuando lo besa y se frota contra él. En seguida a ambos se les escapan gemidos y jadeos pesados, pero sobre todo, sus respiraciones se agitan. Hay morbo dentro de esto y una línea hacia lo obsceno que pronto cruzarán y descubrirán que es muy excitante.
JungKook lo escuchó muchas veces de las palabras de TaeHyung y de SeokJin, pero ellos son brutos y apresurados, la mayor parte del tiempo. A diferencia de ellos, quiere disfrutar el cuerpo de JiMin, tratarlo con cuidado y prolongar la noche cuanto sea posible. Es por eso que, sin dejar de besarlo, incorpora un poco su cuerpo para poder tocar parte de su piel. Desliza su mano desde su torso hasta sus caderas y escucha que suspira. Sabe que le gusta cuando lo toca así, cuando es delicado y cariñoso, porque de esa manera conectan todos sus sentidos y de alguna manera los vuelven uno solo. Al final, decide llevárselo consigo y lo sujeta con fuerza para girarlo sobre la cama. Ahora ha quedado encima suyo y puede verlo sentado a horcajadas en su regazo. Se ve precioso. JiMin es tan etéreo, tan único. Se siente afortunado y completamente embriagado de sus facciones encantadoras, tan cegadoras y encandiladoras.
Disfruta la vista y desliza sus manos por su cuerpo, por sus curvas principalmente, luego las lleva directo a su trasero donde aprieta con deseo, con lujuria. JiMin sonríe encantado y posiciona sus manitos sobre los pectorales del mayor, también aprieta y disfruta de la textura suave que a la vez es dura. Los ha usado de almohada en más de una ocasión y sin duda es un placer único en la vida.
Con esa vista comienza a frotarse sobre él. Su pene quedó entre sus nalgas y eso le hace suspirar... delirar. Muchas veces su imaginación creaba cómo sería tenerlo dentro suyo y estaba seguro de que al inicio será doloroso, porque es de un tamaño privilegiado, de esos que te hacen babear. Sabe que después le hará sentir tan lleno que jamás en su vida deseará tenerlo fuera suyo.
Poco a poco se frota con más rapidez y clava sus ojos en los de él. Se sonríen con coqueteo, con complicidad y suspiran porque su enamoramiento va más allá de cualquier cosa.
JiMin menea únicamente sus caderas y JungKook lo sujeta de ellas, pero al tiempo da pequeños saltitos que ambos les saca gemidos ahogados. El placer que están experimentando es único, es diferente y desconocido. La necesidad de unirse es inmensa, tanta, que sienten que no pueden esperar más, sin embargo, saben y están conscientes de que deben ir despacio. Que lo mejor tarda en llegar.
Antes de que el orgasmo los alcance, JungKook se incorpora para abrazarlo y besarlo, esta vez con pasión real, y mete su lengua sin importar la delicadeza. Necesita sentirlo, saborearlo y saquear todos los rincones de su boca que estén a su alcance. Lo escucha jadear pesado y se traga sus gemidos con gusto, todo sin dejar de apretar sus nalgas y de incluso deslizar un dedo juguetón y peligroso. Aquello le hace sentir necesidad a JiMin y se menea para buscar más que sólo un roce.
—JungKookie, no me hagas sufrir—pide entre jadeos—Tócame, por favor.
—Tienes que ser paciente—le susurró muy cerca de su oído—Tengo una fantasía en mente que me gustaría cumplir. Concédeme el honor.
— ¿Y cuál es? —preguntó sin dejar de moverse.
—Quiero comerte—sentenció con sensualidad—Quiero comer todo de ti.
JiMin no lo entendió del todo, al menos no literalmente, pero sin duda sintió escalofríos cuando, con bastante avidez y rapidez, JungKook lo tumbó en la cama nuevamente para besar las extensiones de su cuerpo, empezando por su cuello, viajando por sus clavículas y disfrutando sus pezones. Ahí el tiempo se prolongaba, porque los gemidos del rubio eran agudos y sonoros. Ahora no había razones para callarse, realmente nunca las hubo, pero al menos tenían la certeza de que su privacidad era total y que podían disfrutarse cuanto quisiera en toda la noche.
Los labios de JungKook se deslizaron por todo el torso de JiMin después de haber chupado e incluso mordido sus pezones. El recorrido fue delicado, cariñoso y repetitivo. Sobre todo en la parte donde se acentuaban sus curvas.
Al azabache le gustaba que JiMin tuviese rasgos andróginos y que esa aura delicada no le abandonara. Le gustaba cuando lo escuchaba gemir agudo, porque sabía que era prueba de que estaba muy vulnerable. Es por eso que rozaba sus labios, a veces con intensidad y otras con delicadeza, porque el simple tacto de su aliento contra su piel ya lo hacía retorcerse debajo de él. Y sin duda suspiró cuando más sintió un contacto contra su miembro erecto. Cerró los ojos con fuerza y sus puños apretaron las mantas de la cama. Deliró cuando la calidez húmeda se paseó por el glande y gimió alto cuando JungKook se lo metió todo a la boca.
No era la primera vez, pero siempre hará que sus piernas tiemblen y que la respiración se le acelere. No puede evitar gemir y jadear sin pudor, sin temor a ser escuchado. No se inmuta cuando toma a su hombre de sus hebras azabaches para incitarlo, para acariciarlo y para incluso clavarle más su pene.
—Oh, Jung... JungKookie—gimió y arqueó la espalda—Lo ha-haces tan bi-bien.
Abrió sus piernas para él y lo dejó saborear de su miembro como tantas veces ha hecho durante este tiempo. No ha tenido la oportunidad de devolverle el gesto, pero sin duda lo hará en poco tiempo. También siente esa curiosidad de llenar su boca con el miembro grande de su mayor. Quiere concederle ese gusto y un orgasmo muy placentero. Quiere descubrir su sabor y todo lo que se siente ser usado de esa manera.
Jadeó pesado cuando su punta tocó la garganta de JungKook, sobre todo cuando aumentó los movimientos de arriba hacia abajo, provocando un sonido muy obsceno de saliva y chapoteo. Pero cuando sentía que estaba alcanzando la gloria todo se detuvo abruptamente y, antes de siquiera quejarse o de atacar a su desconsiderado hombre, fue tomado de las caderas para ser volteado sobre la cama. De un momento a otro su trasero quedó elevado en el aire y un soplo de aliento le hizo gritar.
JungKook estaba jugando duro con su cordura.
—Sí que tienes un buen culo—le dijo el azabache sin vergüenza.
JiMin encontró cierta satisfacción en el modo con que fue halagado y no pudo evitar sonreír. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por un par de nalgadas en cada uno de sus mofletes. Aquello fue como despertar un fuego en su interior, peor cuando una lengua se deslizó por su esfínter de manera inesperada. El roce fue duro al ser algo completamente nuevo y ni siquiera le dio tiempo a preguntar lo que pasaba, porque otro roce se dio y luego otro, así hasta que quedó desarmado por completo y sus restos sólo le daban para gemir alto e incluso gritar el nombre del hombre que tanto placer le estaba dando.
— ¡Dios mío! ¡Dios! ¡Agh! ¡Sí! ¡Agh! ¡Mgh!
Realmente se lo estaba comiendo entero.
Era un caos, todo en su interior era un suceso revolucionario y sentía que había encontrado una nueva adicción. Incluso JungKook sentía mucha satisfacción y gruñía de placer. Había algo en ese acto que le causaba mucha excitación, sobre todo escuchar que JiMin estaba demasiado vulnerable y que nada claro salía de su boca.
Había querido hacer esto, pero nunca encontró el momento. Justo hoy que estaban intentando algo nuevo fue como un aviso de que no existía mejor lugar para hacerlo. Lo tenía completamente empinado en la cama y eso lo llenaba de suficiencia. Su lengua se deslizaba sobre la entrada, llenando de saliva cada parte que alcanzaba, pero poco a poco inhibía los movimientos para introducir la punta de su lengua.
— ¡Agh! ¡Jung...Kook! ¡Agh! ¡¿Qué haces?! ¡Oh, Dios! ¡Sí!
No iba a responderle y JiMin entendió que era mil veces mejor no preguntar por el acto, sólo disfrutar de cómo cada vez más la lengua de su hombre llegaba lejos en su interior. Sólo podía cerrar sus ojos y apretar sus puños sobre la cama, e incluso empujando su trasero hacia atrás para mandar claras señales de que no quería que se detuviera.
Pronto sintió la invasión de algo más; era un dedo de JungKook que buscaba provocarle más placer. No sabía de donde sacaba tanto, y por un momento fugaz se preguntó cómo fue que aprendió todo esto. Pero las sensaciones en su interior no le daban el tiempo suficiente para que pensara en esas cosas, no cuando ya tenía un segundo dedo intentado expandir su entrada. La lengua del azabache fue remplazada por ese mismo, no obstante, el placer seguía siendo igual. Sentía que hacía tijeras en su interior y también cómo repartía besos cariñosos en sus nalgas.
Anteriormente lo ha penetrado con sus dedos cada vez que tenían un encuentro apasionado. Se tocaban, se masturbaban y luego el azabache lo hacía venir con tres dígitos en su interior. Se había acostumbrado a eso y estaba seguro de que lo hizo con ese fin, también el de darle placer y hacerlo sentir bien, tal y como se lo había prometido.
Ese par de dígitos fueron intercambiados nuevamente por la lengua del mayor. Para ese instante, JiMin sentía que estaba más abierto que al inicio. Podía sentir la humedad, sobre todo la vibración que los gruñidos le provocaban.
Al final no pudo más y se corrió sobre las mantas al tiempo que gritaba lleno de placer y satisfacción. Sintió su cuerpo débil, pero una mano aferrada a su cadera le hizo entender que debía permanecer en la misma posición.
— ¿Qué pasa? ¿Ha sido demasiado para ti? —preguntó JungKook con un tono burlón.
—Sí—suspiró y sonrió—Pero me encantó.
—No hemos terminado, ¿sabes? — habló y se incorporó para tomar a JiMin y pegarlo a su cuerpo—La noche recién empieza para los dos. No puedes descansar hasta que yo decida que lo hagas.
JiMin sólo sonrió, aun con su respiración agitada y con sus fantasías más vívidas que nunca. Se dejó abrazar por el mayor y, en el acto, sintió su miembro erecto y húmedo rozando contra sus nalgas. Los simples toques y los besos en su cuello le hacían suspirar, e incluso sentir excitación de nuevo.
Estaba demasiado sensible, pero eso no fue impedimento para que su miembro nuevamente despertara ansioso y renovado. Las manos del azabache viajaron por su torso e incluso pellizcaron sus pezones de manera juguetona. Sentía su respiración cerca de su oído y estaba seguro de que sonreía orgulloso de sus cometidos.
Esas mismas manos decidieron bajar más a donde estaba su miembro y una de ellas lo tomó para masajearlo lentamente. La otra se dirigió a su trasero y al instante fue golpeado. Había encontrado cierto placer por ser maltratado de alguna forma. Aunque JungKook nunca se excedía, pero tenía la impresión de que, después de haberlo hecho esta noche, ya no será de la misma forma. Y estaba bien. Se sentía excitado cuando lo golpea y cuando de pronto remplaza esa agresividad por besos cariñosos en su cuello.
—Apóyate con tus manos sobre la cama—le susurró en su oído.
El rubio hizo caso al instante y su miembro fue soltado, pero las manos del mayor comenzaron a pasearse por su espalda, desde sus hombros hasta la curva que se hacía en la parte baja. Sus hoyuelos de venus eran un deleite, tanto, que acariciaba delicadamente con un dedo e incluso se atrevió a besar con cariño. Sin dejar de hacer eso, metió nuevamente dos de sus dedos previamente ensalivados y empezó lento de nuevo.
JiMin jadeó y apretó los ojos de nueva cuenta. Su entrada estaba sensible y palpitante, pero enseguida se acopló a la invasión, sobre todo si JungKook continuaba besándole la espalda con tanto cariño.
Los dedos entraron y salieron, pero en una de esas ese par se convirtieron en tres que fueron recibidos perfectamente. El mayor abandonó sus tareas para prestar atención a la forma en que el culo de su hombre se tragaba sus dedos. Había visto aquella imagen unas cuantas veces, pero hoy la intensidad era demasiada, sobre todo porque ya podía ver cómo su miembro entraría y saldría de ese lugar de esa misma forma deliciosa. Y aunque se perdió por unos instantes en esa imagen obscena, tuvo que obligarse a recomponerse antes de que JiMin alcanzara nuevamente su orgasmo.
Lo tomó de las caderas y lo giró sobre la cama, esta vez por fin pudo ver el lindo desastre que representaba; sus mejillas rojas hasta el tope, sus ojos brillando e incluso un rastro de lágrimas por las comisuras. Sus labios entre abiertos y un tanto maltratados porque se los mordió a sí mismo. Era precioso, era el ángel de la tentación que en más de una ocasión lo ha llevado directo al pecado.
Ellos era el infierno en ese momento, porque sus cuerpos hervían en calor.
Se miraron a los ojos cuando JungKook se acomodó entre sus piernas, mismas que se abrieron para recibirlo sólo a él. La idea de que no ha estado con nadie más y que jamás lo estará le hace sentir engreído.
Hacía mucho que se consagró con JiMin en el bello acto del amor, pero hoy sería como reafirmarlo de una manera más poderosa.
Podían sentir sus corazones palpitando, sobre todo por la tensión y el deseo en sus miradas. En ese instante se atrajeron como imanes, pero fue JungKook quien descendió hasta sus labios para besarlos mientras se acomodaba. La punta de su miembro rozó la delicada entrada y empujó suavemente un par de veces.
— ¿Estás listo, ángel? —le preguntó con un susurro.
—Para ti, siempre—sonrió y lo atrajo para besarlo nuevamente.
Sus lenguas se tocaron y al tiempo el rubio sintió que su entrada era invadida. No pudo evitar gemir y apretar los ojos por el ligero dolor que le recorrió en el trasero, pero confiaba ciegamente en JungKook, además la forma en que lo besaba le ayudaba demasiado. Incluso le provocaba mariposas en su estómago.
No hubo otro movimiento más que el de sus labios saboreándose encarecidamente, pero al poco rato, el mayor lo tomó de las manos para colocarlas a sus costados y entrelazarlas con anhelo. Había mucho detrás de esta unión, era como reafirmar su pertenencia y su amor el uno por el otro. En ese instante, JungKook hundió un poco más su miembro y empezó a respirar pesado al sentir cómo era apretado y caliente, al tiempo, el rubio gimió agudamente.
—Mierda, JiMin—masculló y lo miró a los ojos—Te sientes tan malditamente bien.
— ¿Ya usas malas palabras? —se burló y sonrió.
—Ahora mismo no quiero usar mi mejor vocabulario—también sonrió—Tú me provocas a este grado.
Quiso responder, pero nuevamente JungKook empujó su pelvis y eso le hizo poner los ojos en blanco. La sensación de ser estirado era extraña y un tanto dolorosa, pero los tiempos que le otorgaba eran perfectos para intentar recuperarse, además, que sus manos estén entrelazadas le causaba seguridad y protección. Sabe que no le hará daño, él es incapaz de hacer algo así, por eso se entrega con los ojos cerrados y con el corazón acelerado.
Faltaba muy poco, pero no querían que terminara. Aunque, sin darse cuenta, quedaron completamente unidos y ambos soltaron gemidos al aire y por todo lo alto. La tensión en la habitación era palpable y muy notoria, Quizá centellaban colores a su alrededor ahora que encontraron la forma de unir sus cuerpos no sólo de manera espiritual.
JungKook estaba completamente dentro del interior de JiMin y estaba seguro de que no había mejor sensación.
— ¿Te duele? —preguntó con cautela.
—Un poco—respondió con los ojos cerrados—Dame un momento.
No tenía que preguntarlo. JungKook respetaba sus límites y jamás los rebasaría ni por equivocación. Sólo se dedicó a observarlo y luego lo besó con cariño. Sus manos permanecían entrelazadas y sin intenciones de soltarse. No ahora. No en este momento.
Los segundos corrieron, pero no más de los necesarios, pues JiMin lo miró y asintió cuando creyó que ya todo estaba bien.
Se sintió descolocado cuando el primer movimiento se dio en su interior. Se había adaptado al gran tamaño, pero ahora era un poco diferente. Sentía cómo se expandía e incluso que le dolía, pero optó por aguantar un poco para no arruinar el momento. Pensó que tal vez sólo era cuestión de un rato. Y no se equivocó.
El poco dolor iba menguando al tiempo que el placer aumentaba. Sus gestos cambiaron a unos llenos de satisfacción y de una súplica tácita que JungKook no iba a acatar en el momento. Éste decidió hacerlo lento, no sólo para no lastimarlo, también para disfrutar de su estadía en su interior.
Su polla era apretada tanto como le habían jurado, pero estaba seguro de que la sensación no podría remplazarla nada, no podría sentirla con nadie. Y no quería hacerlo. JiMin era el único para sus ojos y para su corazón. Sentía que en su interior encajaba perfecto, que había sido hecho sólo para él, para su placer.
Mientras se movía optó por besarlo al ritmo de su pelvis. Sus labios viajaron rápidamente a la zona de su cuello donde pasó su lengua con deseo y se aventuró a dejar una marca que hacía un rato no ejecutaba. La piel de JiMin era tan delicada que al instante se veía afectada y eso le encantaba. Le hacía sentir suficiente que llevara la prueba de lo mucho que lo besó mientras le hacía el amor, no importaba que sólo se quedara entre ellos.
Ante el mundo podían simular ser hermanos, pero aquí y ahora eran mucho más que eso. Se entregaban con cada beso y con cada suspiro que salía de sus bocas. Con cada mirada fugaz que se dedicaban y con cada sonrisa que de pronto se dibujaba en sus rostros.
El calor se disparó cuando JungKook optó por coger un ritmo más acelerado. Fue en ese proceso que se produjo el choque de sus pieles y sus gemidos aumentaron el volumen. Todo se volvió más placentero y aquel dolor que había invadido a JiMin desapareció por completo. Ahora sólo sentía un poderoso calor recorriendo su cuerpo, un deseo por ser arrasado en su totalidad e incluso que dejaran de lado lo cariñoso para pasar a lo rudo, pero aun así se sentía tan bien, tanto, que soltó lágrimas de placer que brillaron por la comisura de sus ojos.
El placer lo golpeó con brutalidad cuando JungKook dio en ese lugar que desconocía, pero que le hacía gemir y sentir cosquillas. La sensibilidad no le permitió aguantar más, no cuando las estocadas fueron más rápidas y certeras. Ese punto fue tocado varias veces y le provocó un orgasmo arrasador, uno que le hizo gemir alto y aferrarse a su hombre de brazos y pies.
El orgasmo hizo que sus paredes anales se contrajeran, apretando la polla que aún entraba y salía de su interior. Eso le hizo que JungKook llegara al suyo, llenando cada espacio que su semen pudo alcanzar.
JiMin tuvo una ligera sensación de calidez en su interior. Se sentía repleto, contento y muy enamorado.
El silencio los envolvió, aunque aún intentaban regular sus respiraciones aceleradas. Aquella fantasía que por varias noches estuvo en sus sueños por fin se había cumplido, y la sensación era mejor de lo que habían imaginado.
JungKook se dejó caer sobre el cuerpo de JiMin y sintió su calor al instante. Aunque ambos aún estaban hirviendo y experimentaban los estragos de ese orgasmo tan distinto y más intenso que los demás. Fue, sin duda, la mejor noche de sus vidas hasta ahora. Y eso que apenas empezaba.
Se estiró una sonrisa en los labios de JiMin mientras se mantenía aferrado al cuerpo del mayor. La satisfacción por tenerlo encima suyo y completamente desnudo era enorme. Era lo único que necesitaba en ese momento.
Ahora el sentimiento de pertenencia se había incrementado.
Los minutos pasaron hasta que sus latidos volvieron a la normalidad y la necesidad de descansar también llegó. JungKook se desplazó hacia un lado para dejar respirar a su hombre, aunque a los pocos segundos lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo en posición de cucharita. No había nada mejor que esto, que sentir su cuerpo y poder protegerlo con sus brazos.
Era suyo. Siempre será suyo.
— ¿Cómo fue para ti? —le preguntó en voz baja—¿Todo estuvo bien? ¿Hice algo que no te gustara? Necesito saber.
JiMin soltó una risita y vaciló un poco antes de responder:
—Fue increíble... fue perfecto.
Aunque en ese momento le asaltó la duda, y es que le sorprendía que JungKook se hubiese desenvuelto tan bien en algo como esto, sobre todo porque era la primera vez que lo hacía. Se giró aun siendo rodeado por sus brazos y lo miró con cierta cautela.
— ¿Cómo fue que aprendiste? Es decir... parece que sabías lo que hacías.
— ¿Qué es lo que tratas de decirme? —se mostró burlón.
—Nunca lo habías hecho pero... no te sentías como un inexperto...
Gradualmente su voz se perdió y también se sintió un tonto por lo que estaba diciendo. Pensó que tal vez había arruinado el momento, pero la sonrisa que vio cuando lo miró de nuevo le hizo sentir paz, aunque también un poco de vergüenza.
—Si te pones celoso me provocas un ataque de ternura—le dijo y acarició una de sus mejillas sonrojadas—Nunca lo había hecho, pero creo que lo practiqué demasiado en mi mente que ahora puedo considerarme un experto—sonrió engreído.
— ¿Qué dices? —inquirió avergonzado y se cubrió el rostro— ¿Por cuánto tiempo has soñado con esto?
JungKook sonrió coqueto y se pegó más a él para besarle la punta de la nariz. Era tan adorable y tan encantador si se mostraba celoso. Consideró que él bien llegaría a creer que no podía ganar tanta experiencia con sólo escuchar, pero desde el inicio supo que quería hacerlo bien y se lo propuso como su meta más importante en la vida. Aunque a veces parecía que no escuchaba, siempre puso mucha atención a las pláticas de Jin y TaeHyung. Cuando los vea de nuevo, sin duda, se los va a agradecer.
—Desde que supe cómo se hacía, no te saqué de mi mente—confesó y mordió su labio inferior—Te imaginé como justo te tuve hacía unos instantes. Incluso en otras posiciones.
— ¿Hay otras posiciones? —inquirió sorprendido.
—Más de las que te imaginas—asintió juguetón—Ya tendremos tiempo suficiente para que te muestre todo lo que sé. Y no pienses siquiera que puedo intentar intimar con alguien más. Eso es imposible. Porque incluso teniéndote frente a mí, en mi mente ya te estoy haciendo el amor en varias posiciones—sonrió y comenzó a acariciar su espalda con intenciones seductoras—Yo siempre te estoy haciendo mío, JiMin. No importa de qué forma.
—Eres muy romántico—coqueteó.
—Sólo contigo, mi ángel—dijo y lo tomó de las caderas para subirlo encima suyo.
Lo besó con deseo y con amor, porque esos sentimientos eran infinitos y no mentía cuando decía que sólo los tenía por él.
Ambos sabían que la noche era larga, pero no tan larga como la vida que les espera.
Juntos.
POR FIN!!!
Sus fantasías también fueron cumplidas jsjsjs
¿Qué les pareció?
Espero haber cumplido sus expectativas, por eso me tomé mi tiempo para escribirlo, porque debía quedar perfecto :)
Hasta el lunes vuelvo a actualizar, mi gente, porque debo terminar pendientes :)
De cualquier forma ya pueden estar tranquilas, porque el trago amargo ya pasó :)
Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!!
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