0.01.Nightmares.

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ELION AÚN SEGUÍA despertando sintiendo como la respiración le fallaba, cuando se sentaba en la cama lograba sentir como rastros de lágrimas dejaban marca en sus mejillas, aún después de ocho años los recuerdos invadía su mente, al comenzar de la noche el pánico comenzaba a surgir, la oscuridad siempre traía consigo recuerdos dolorosos.

En cuanto el rubio despertaba corría a ducharse, sentia como su cuerpo estaba lleno de un líquido escarlata, la agua caía sobre el, y él podía jurar como la vistas que tenia del agua, que desendian se tornaban rojas, aunque en sus ser no tenía ninguna gota de la sustancia rojiza en su cuerpo, día tras día se repetía el patrón, años atrás tenía un escapé del momento, llamaba a la rubiecita que había hecho sus días mejores, está lo ayudaba a distraer su mente y despejar los malos pensamientos, era una ayuda mutua.

Estas llamadas tranquilizadoras terminaron concretamente, el día que Snow se enteró de que sus dos recientes y más populares sex symbols se atraían, el presidente se mostraba reacio a qué ambos mantenieran una relación, y como ultima opción para que ambos cortaron contacto, decidió amenzar a con dañar a las familias de ambos, y sin más opción se alejaron temiendo por el otro.

Actualmente eran entre las 4am y Elion se encontraba pasándose la esponja áspera furiosamente contra su cuerpo sin importar el daño que se infringia, siempre había culpado a su padre por ahogarse en alchol, pero ahora que lo comprendía sabía que era la única manera en que su padre digeria el dolor, sobrellevar los traumas de los juegos, aunque a su vista eso no quitaba lo mal padre que había llegado a ser.

Al salir de la ducha, Elion volteó a verse al espejo con disgusto, no le gustaba lo que veía, cada vez que se miraba a el se veía cubierto de sangre, veía a una persona que había asesinado fríamente a varias personas, su cuerpo tenía un leve rastro de dolor, estaba reaccionando ante la fricción que ejerció en si mismo durante la ducha, de un momento a otro decido dejar de atormentarse, así que se dirigió a su habitación a colocarse un nuevo par de pijama, planeaba volver a la cama y probar suerte para volver a dormir

Cuando estuvo recostado de nuevo en su cama, no logro resistirse ante las ganas de tomar el teléfono y marcar ese ya tan conocido número, ese que se había colado a su cabeza en noches como esa, cuando quiso reaccionar por sus acciones una voz suave y adormilada resono por sus oídos.

-¿Hola? -Elion juro lograr escuchar el rechineo de la cama, podría apostar todo su dinero a que Cashmere se estaba sentando para poder observar el número -¿Elion? ¿Estás bien? -la voz de la rubia cambio de sueño a preocupación en segundos, hacia años que no recibía una llamada de Elion, y la preocupación se adueñó de ella al escuchar bajos sollozos de la otra línea, así que no tardó en darse cuenta de lo que sucedía -¿Lo mismo de siempre?.

El rubio se ojos verdes no lograba que saliera ni una palabra de su garganta.

-Te extraño. -La confesión de parte del ojiverde logró que ha la rubia se le escaparan unas cuantas lágrimas -Extraño tus labios, tus ojos eternamente azules como el cielo, tu sedoso cabello rubio, tus brazos, pero sobretodo te extraño a ti -para este punto ambos lloraban desconsoladamente deseando poder estar juntos abrazandose.

-Yo igual te extraño Elio. -ambos deseaban poder ser libres de amarse, de poder gritar delante de todos el cuanto se amaban, pero eso solo les conseguiria una sentencia segura de muerte. - Solo deseo decirte algo antes del anuncio de mañana. Te amo Elion, pase lo que pase te amaré siempre...- Cashmere iba a continuar de no ser por lo gritos provenientes de la línea del rubio, el cual le colgó enseguida.

Al bajar las escaleras el rubio pudo notar como sus ojos se tornaba rojos, al voltear a su lado pudo ver la cabeza de su padre tirada a un lado del borde de la escalera, al ver eso pudo reconocer que lo que tenía por todo el cuerpo era sangre, sangre de su padre. Eso sólo lo hizo entrar en un terror inmenso, temia del paradero de su hermano y sobrina.

-¡Sam! -la casa se encontraba en silencio, a pesar de que alguien le había decapitado a su padre frente a el, no veía a ningún intruso -¡Clarie! -el sonido de un jarrón impactandose sobre el suelo lo hizo corre hacia la cocina, logrando ver la puerta trasera abierta y huellas llenas de sangre, tres diferentes, al verlas supo lo que pasó.

Sam y Clarie Marshall había logrado escapar dejándolo en el olvido, como su hermano siempre quiso, las huellas en la nieve eran pruebas de eso, esas enormes huellas con unas diminutas a su lado lo hizo entender, la nieve que antes era eternamente blanca ahora tenía motas de color escarlata, las huellas del intruso era completamente rojas, borrando el pasó de ambos Marshall.

Y así mientras veía la nieve el rubio sucumbió ante el enojo y la falla de sus piernas, sintiendo así el frío en todo el cuerpo, pero eso le importó poco, era momento de empezar con la venganza, la caída de Snow se avecinaba y Elion lo haría sufrir por todo.