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-Que noche tan ruidosa.

Nuestro vampiro Mortis aparecía entre la oscuridad. La estación de trenes de Starr Park era donde se dirigía.

Avanza entre la gente, que se agrupa alrededor de la estación, entorpeciendo su camino. Se escuchaban gritos y sirenas.

Con tanta gente, es difícil respirar.

Cuando llega al frente del grupo, encuentra a unos policías y dice, de manera elegante-Con permiso, señores. Necesito pasar.

Los policías lo ignoraron. Tratando de contener a la muchedumbre, no prestaban atención.

Antes de volver a preguntar, otro policía apareció a un costado -Hola, que tal señor? Oficial Hernán. Se le ofrece algo?

-Bien, querido. Vengo por el llamado.

-Oh, bien, el trabajo...-dijo algo tenso. Su cara pasa a ser seria.

El oficial Hernán no parecía amenazante pero el ambiente era tenso.

Apretando los puños, dijo en voz baja-Si, claro. Sígame, por favor.

No sabía mucho sobre el caso. Eso le daba malas sensaciones, y el tono del policía no lo tranquilizaba.

Las cintas amarillas y las luces titilantes se veían entre la multitud. Las camionetas de noticias invaden la zona, tratando de ser los primeros en registrar la escena.

Mortis y Hernán pasan debajo de la cinta y avanzaron poco a poco por la estación. Mientras más avanzaban, más agentes se veían.

-No creo tener el derecho de saber pero si puedo preguntar, que sucedió en este caso?

El policía, incómodo, responde -Es información aún clasificada, pero, según testigos, fue un asesinato.

Sus ojos se abrieron. Bueno, eso es algo poco común. Por suerte, no es algo que suceda a menudo pero esperaba todo menos esto.

-Saben quien fue?

-No, aún está en investigación.

-Quien es la víctima?

-...

Mortis quiso saber más pero había llegado al lugar, así que decidió callar.

Los policías registraban el lugar, buscando pistas, junto a detectives, y las fotografías criminalísticas eran sacadas por montones.

-Aquí. Usted haga lo que tenga que hacer-. Un tono muerto y firme sonó a su costado.

-No te preocupes querido, ya lo sé.

-Bueno, en ese caso, lo dejo. Avisé cuando termine-. Al terminar de decir eso, el policía da media vuelta y se retira.

Mortis suspira. Es un gaje del oficio tratar con personas tensas pero esto se siente diferente.

-Con permiso señores. Debo trabajar-. Los demás se movieron para darle espacio. Finalmente lo vio todo y su mirada se volvió oscura.

El ruido exterior fue reducido, cómo si sonara tras una pared.

A quien se le ocurriría hacer esto?

Cómo fue que pasó?

Tanta sangre...

Tanta ropa desgarrada...

Su pelo.. Oh dios, su pelo.

Tan blanco como un algodón, ahora cubierto de un carmesi siniestro.

Sus brazos.. piernas.. cortadas bruscamente, cómo si hubiera sido hecho por una hacha inexperta. Su garganta hace cosquillas a pesar de estar acostumbrado.

Su rostro. Pálido, sin brillo. Sus cachetes rosados eran cubiertos por una mancha de sangre, que parecía consumirlo. Le quitaba toda ternura a la imagen y los labios azules y secos arruinan la imagen.

Sus ojos violetas parecían vacíos. Ya no tenían el brillo de inocencia.

Pobre chico... Que descanse en paz.

Suspira pesadamente, ahora entendía todo el escándalo que había fuera.

Es morboso. Sabía que a los humanos disfrutaban del morbo hasta que les toca a ellos ser el objetivo de las miradas malintencionadas.

El interés en este caso fue por las circunstancias en las que ocurrió. Eran tan misteriosas como siniestras.

Eso es lo que buscan todos. Ver lo que pasó por puro morbo y no una preocupación genuina. Eso no me incumbe pero es molesto siempre.

-Es hora de trabajar.

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Hola chicos como están? Bueno les traigo este capítulo introductorio.

Ya saben, si les gusta y quieren que continúe, denle estrellita y comenten. Si veo mucho apoyo, consideraré seguirla.

Decidan si quieren que sea un TN o que Colette sea la prota de la historia?

Es más probable que le preste atención ahora que ya terminé las clases FINALMENTE!!

No me llevo nada así que feli :D