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.Parte Única.

I'm gazing upward, a world I can't embrace 
There's only thorns and splinters, venom in my veins 
It's okay to cry out, when it's driving you insane 
But somehow someday, I'll have to face the pain

My heart's an endless winter filled with rage 
I'm looking forward to forgetting yesterday 🎼🎼🎼


Bucky se quedó observando la masa sanguinolenta en que se había convertido su brazo derecho. Los cortes profundos e irregulares que lo surcaban de forma violenta. La sangre que manaba lenta pero constante de cada una de las heridas, manchando el suelo del baño, creando un pequeño charco alrededor de su miembro torturado.

Recostó la cabeza en la pared, que cada vez le parecía más fría a medida que se desangraba. Cerró los ojos. Tragó con dificultad y se obligó a no pensar en el daño que le haría a otros cuando le encontraran.

Quería a Steve con todo su corazón. Era su mejor amigo, el único que le había apoyado en todo momento. No deseaba verle sufrir. No quería que lamentara su muerte, aunque en el fondo sabía que era inevitable.

Estaba cansado de luchar contra sí mismo, contra los fantasmas que le acosaban cada noche para recordarle sus errores. Estaba agotado de tantas madrugadas sin dormir, pesadilla tras pesadilla, hasta sentir que enloquecería aún más.

La idea del suicidio venía rondándole desde hacía meses. Gestándose en su mente como un embrión podrido que le presentaba la única solución posible a su desesperación. Incluso en su época como prisionero y máquina asesina de HYDRA había pensado en ello. La semilla había germinado, pero al carecer casi totalmente de voluntad propia, el pensamiento de quitarse la vida se había reducido a la nulidad, esperando el momento oportuno para regresar y tomar por asalto su trastornado cerebro.

Mientras el líquido rojo continuaba fluyendo, escapando, Buck recordó los esfuerzos que habían hecho sus amigos por ayudarle a recuperarse de la carga y la locura que lo asfixiaban, en vano. Todo intento por salir adelante parecía una parodia absurda. Alguien como él no merecía seguir existiendo. Se preguntaba cómo era posible que alguno de los Vengadores no hubiera tenido la brillante idea de ponerle una bala en la cabeza y acabar así de una vez con el problema que presentaba para todos.

Ahora, sentado en el suelo del baño, en el apartamento que compartía con Steve y Raven, entendía que esto era lo que siempre había buscado y deseado. Que esta era la única paz que le haría libre.

Una sonrisa irónica se le escapó al recordar las palabras que ella le dijera una vez, cuando lo vio tan devastado que apenas podía comer...

"Si no puedes seguir, entonces suicídate. Ábrete las venas hasta que te desangres a ver si eso te complace, pero si vas a seguir vivo, es para que luches, no para que te lamentes"

—Ya está, Rave —susurró con dificultad.

—He tenido... el valor... de hacerlo al fin.

¿Raven le entendería? ¿Comprendería que era esto lo que necesitaba para escapar de todo el dolor que había causado?

Quizás si, quizás no. A estas alturas no era importante.

Empezó a fallarle la respiración, se le cerraban los ojos sin que pudiese evitarlo. Su mente divagaba, perdida en los recuerdos.

Con un último toque de lucidez aferró el cuchillo con que se había mutilado el brazo. Lo llevó despacio hasta su cuello desprotegido, temblando al sentir el frío de la hoja en la garganta. Presionó tan fuerte como pudo y lentamente comenzó a trazar un surco en su piel. No había llegado a la mitad cuando una mano le aferró con fuerza la muñeca de metal y escuchó la voz como si llegara desde la boca de un pozo en el que estaba sumergido.

—¿¡Qué pueñetas crees que estás haciendo, James!? —Raven estaba horrorizada. Llegar y encontrarse aquella escena la había desconcertado por completo.

—Dijiste... hazlo... —la respuesta era apenas un estertor.

Bucky sintió que se ahogaba con las palabras. Le habría gustado despedirse, ni siquiera se había molestado en escribir una nota.

¿Para qué? ¿Acaso las razones no eran obvias?

—¡No cierres los ojos! ¡Que no se te ocurra dejar de respirar, James Barnes!

En el borde de su conciencia, percibió el revuelo que causaba la llegada de alguien más –Steve– concluyó su abotargada mente. En realidad, no quería que el otro le viera así. Aquella no debía ser una imagen muy agradable para conservar como último recuerdo.

"Ya no hay marcha atrás" pensó antes de permitir que la divina oscuridad se lo tragase.

》》》

Steve no podía dejar de gritar y llorar desesperado ante la escena dantesca que había encontrado. Su mejor amigo de toda la vida, sentado junto a un charco de sangre que cada vez se hacía más y más grande. Desangrándose frente a sus ojos sin que él pudiese evitarlo.

Repetía su nombre una y otra vez como si eso fuese a traerle de vuelta, hasta que Rave lo conminó a callarse o salir de la maldita habitación.

Se acurrucó en una esquina del cuarto, sin poder quitar la vista del cuerpo sin vida de su amigo. El horror detrás de la palabra muerto golpeándolo como un mazo.

》》》

Rave no se permitió más que un segundo para espantarse con la magnitud de aquella tragedia. Agarró lo primero que encontró a su alcance: las toallas del pequeño armario del baño, e intentó cubrir las heridas para contener en lo posible la hemorragia. Sabía que el tiempo no jugaba a su favor y solo tenía una oportunidad para lo que haría a continuación.

Pegó un par de gritos a Rogers para que se calmara o se largara, daba igual porque entendía que en ese estado no le era de utilidad y recuperó el cuchillo que había quedado sobre las piernas de Bucky.

Le acarició el rostro con ternura, maldiciéndose internamente por aquella estupidez que le había dicho.

"Ella y su jodido carácter" pensó con tristeza. Una lágrima rodó por su mejilla y la apartó de un manotazo, ahora no era el momento. Ahora tenía un alma que traer de vuelta.

—Las cosas estúpidas que hago por amor —murmuró antes de apuñalarse en el estómago.

Luego de nuevo en el pecho y otra vez y otra y otra, hasta que perdió la cuenta. Tenía la boca llena de sangre, pero siguió clavando el arma en su cuerpo hasta que se le resbaló de las manos y se vio obligada a tumbarse en el suelo, porque el esfuerzo de permanecer de rodillas era demasiado.

Mentalmente inició una cuenta regresiva. Antes de llegar a cero, dejó de respirar.

Para ir al sitio donde van los espíritus, primero necesitas morir, recordaba que le había comentado cierta vez Constantine.

》》》

Bucky abrió los ojos, se sentía débil, asustado, y su estado no mejoró en nada cuando descubrió que llevaba grilletes en el cuello y los pies. Quiso gritar, mas no encontraba la voz para hacerlo.

"Prisionero una vez más"

"He estado alucinando todo el tiempo"

"Nunca he logrado escapar de HYDRA"

"Steve... Raven... todo fue un sueño"

¡Raven! Una luz minúscula brilló en medio de su tormento. La llamó con sus pensamientos tan alto y fuerte como pudo. En la espera de que si aquello era una nueva pesadilla, ella le despertara de una vez.

Escuchó pasos acercándose. La cadena en su cuello se tensó cuando alguien a quien no podía ver tiró de ella, forzándolo a ponerse en pie.

Caminó como un perro que es arrastrado por su amo durante lo que le parecieron horas y kilómetros, aunque en el fondo intuía que no se habían movido más que de una cámara a otra de aquel grotesco lugar.

Las luces, que no eran luces, sino más parecidas a fuegos fatuos demasiado intensos, se encendieron, cegándolo por un instante y al siguiente permitiéndole ver dónde se encontraba: una amplia caverna, helada y ardiente a la vez. Rodeada de símbolos y criaturas esculpidas en la roca.

El verdadero paraíso de las pesadillas.

Frente a él, un estrado, de donde emergió la imponente voz que no reconocía, pero que fue suficiente para hacerle temblar.

*Humano conocido entre los mortales como James Barnes, tus actos te han traído a este juicio más allá de la muerte*

*Tu alma es ahora reclamada por el Devorador. Los espectros que has enviado al otro mundo niegan su clemencia*

Bucky se abrazó a sí mismo en un esfuerzo por contener los temblores que le sacudían el cuerpo. Murmuraba y gritaba pidiendo perdón, sin embargo aquel jurado ¿Celestial? ¿Infernal? no parecía prestarle oídos a sus palabras.

"Condenado"

"Condenado en la vida. Condenado en la muerte. No había escapatoria a su tormento"

*El Ladrón de Almas reclama la tortura de esta criatura no muerta ni viva*

Otra voz. Igual o más espeluznante que la primera.

James dejó de hablar, de suplicar, de nada servía. Resignación era todo lo que quedaba. Un pago justo por sus crímenes injustos.

*La Dama sin Sombra, la Bestia de Ambos Mundos, reclama el precio de esta alma*

¡Esa voz! Hubiese sido capaz de reconocer esa voz en cualquier lugar: Raven. Había venido por él. Se había negado a rendirse a pesar de que él lo hiciera. Nunca estuvo más feliz de escucharla.

*¿La tortura de este "no–ser" es el precio que pagarás?*

En su mente o a su lado o en algún espacio de aquel lugar que estaba sin estar en la realidad, Bucky la vio asentir solemnemente y avanzar con la frente erguida hasta el altar.

》》》

Raven se sentía capaz de pagar cualquier suplicio para llevar al soldado de regreso al plano de los vivos. Sin importar qué atrocidades le hubiesen obligado a cometer en el pasado, ella sabía que tanto James Barnes como el Soldado de Invierno eran inocentes.

Un arma no puede cargar las culpas de la forma como ha sido empleada.

Las criaturas de aquel no–mundo que tan bien conocía la desnudaron, en un esfuerzo por convertir la tortura en algo aún más aberrante de lo que ya era. La obligaron a arrodillarse.

*Tu dolor por su alma*

—¡Hecho! —ladró al ente hijo de perra que gobernaba aquel circo.

Sonrió, porque sabía que Bucky la estaría viendo y no quería que se sintiese culpable. Era una decisión tomada de la que podía estar orgullosa.

"Te dije que vivieras para luchar, Sargento".

El látigo restalló una primera vez y de nuevo y cien veces más.

》》》

James despertó llorando, perdido. Sin saber si estaba aún sumido en aquella ¿pesadilla? en la que Rave pagaba el precio de sus crímenes o si había vuelto a la realidad.

Unos brazos lo agarraron cuando comenzó a removerse y el tono relajado de Steve enseguida lo tranquilizó.

—Calma, Buck, calma. Ya pasó lo peor.

—¿Está despierto? —era Saori, que se inclinaba sobre él para asegurarse que su pulso y respiración eran normales.

—¿Dónde...? —balbuceó con la garganta seca.

—Estás en el hospital, Buck. Te recuperarás —su amigo le hablaba como si fuese un niño pequeño.

La pelirroja le acercó un vaso de agua a los labios. Bebió con avidez, como si hubiese pasado días en el Sahara.

Abrió del todo los ojos, a pesar de lo mucho que le molestaba la luz y dio una mirada por la habitación, buscándola.

—Rave... ¿dónde...? —cada palabra era un suplicio, pero necesitaba saber.

—Mi hermana está...

—Esperando a que te recuperes del todo para patear ese trasero de súper soldado —le cortó la otra. Estaba recostada al umbral y sonreía.

Bucky hubiera corrido a abrazarla de haber podido. Se le hizo un nudo en la garganta y solo pudo murmurar un "lo siento" que no estaba seguro a quién de todos ellos iba dirigido.

Los tres le restaron importancia, afanándose aún más en el esfuerzo por ayudarle a recuperarse.

La trigueña lo contempló desde la puerta con una de esas sonrisas arrebatadoras que él no podía evitar devolverle. Antes de marcharse, movió los labios en una frase que Buck entendió a la perfección.

"No temas, estoy aquí e iría mil veces al infierno por ti"



"La única forma de seguir adelante, es siguiendo adelante."

                                 Stephen King
                                    (Duma Key)

 

"Lo que se hace por amor, se hace también más allá del bien y del mal."

Friedrich Nietzsche



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Playlist:

➡️ Canción Cold / Intérprete: Five Finger Death Punch

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