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Capítulo 7: "La curiosidad mataba al chef"

El bus acababa de dejar a John y a Dayton en la parada. John decidió bajarse con su amigo ya que ahora sí tenía una buena idea de en donde se encontraba su departamento con respecto al hogar de Shipton, además que quería perder un poco el tiempo antes de llegar a la casa, esto porque su mente estaba inundándose con preguntas como si se tratase del Titanic hundiéndose en un mar de confusión e incertidumbre.

Lo que había dicho Anastasia acerca de Michael y como supuestamente la élite lo "borró del mapa" lo tenía intrigado, pero en una manera distinta a la de sus compinches; para empezar, él sí sabe que Michael sigue vivo y está aquí, en París. Entonces, tomando esto en cuenta, ¿por qué el resto del mundo no? O sea, es cierto que cuando John vio por primera vez a Michael, se le ve distinto a como aparece en las fotografías de las revistas y en entrevistas de televisión, pero no completamente distinto a su look anterior, y se supone que él era una celebridad en el mundo de la cocina: Un chef itinerante, ermitaño, que había conocido muchas formas de preparar comida desconocidas para la cocina moderna, una total diferencia con sus contemporáneos, el Marco polo de la gastronomía global.

Entonces, ¿Cómo es que cayó del cielo este ícono mundial? John, que probablemente era el peor fan del mundo, tan despistado que ni siquiera sabía sobre el retiro de su ídolo, tampoco podía ordenar sus pensamientos para llegar a una conclusión que él mismo aceptara, "¿Podría ser que lo denunciaron por acoso, o tal vez encontraron que sus restaurantes y viajes solo eran una fachada para realizar evasión fiscal? No creo, para empezar, nadie parece odiarlo por alguna acción tan nefasta como esas, además, si fuera evasión ¿acaso no viviría en una mansión bien lujosa, con la plata que eso genera? O bueno, quizás no, para empezar, mi única razón para pensar eso son las telenovelas que ven mi padre, Roger y Valerie. Entonces ¿se volvió un adicto a las drogas? Eso suele siempre ser la razón por la que las celebridades muerden el polvo, pero, eso tampoco parece correcto, nunca he olido nada "extraño" en su casa, y también sus sentidos todavía están afinados como cualquier chef, y supuestamente esas cosas te mandan la mente de un patadón al reino cósmico o algo así. ¿Tal vez se cansó de cocinar? Imposible, si ese fuera el caso, solo te harías como dueño del restaurante y ya, y todavía ganarías dinero. Esto parece un laberinto ¿¡Qué fue lo que hizo?! ¡¿robo?! ¡¿estafa?! ¡¿corrupción?! ¡¿traición a la patria?! ¡¿homicidio?! ¡HOMICIDIO! ¡AHHH-!".

-¡Ah! (Una gota me cayó en la cabeza desde el marco de la puerta... ¿Cuándo llegue aquí?) Parece que va a llover, mejor entro de una vez (y a la vez, tal vez voy a pedir respuestas de Mike).

John entra a la casa, y como el deja vú más aburrido de la historia, ahí estaba Mike, viendo otra vez televisión y con otra tasa de fideos instantáneos, recibiendo la misma bienvenida de siempre, hasta el punto en que uno se preguntaría cómo algo se puede volver tan monótono y rutinario en tan poco tiempo. Pero John estaba a decidido a sacarle información, aunque fuera lo más mínimo.

-¿Tuviste un día interesante? ¿Lograste ocultarte para comer tu almuerzo?

-Agradecería que me previniera de vez en cuando acerca de las "reglas invisibles" del lugar, señor Mike. Pero sí, logré salirme con la mía hoy (de todos modos, debo empezar a cocinar más cosas que sólo hamburguesas).

-Tranquilo, chico. Que cometas un error en tu presentación ante otros ciertamente no es lo mejor, sin embargo, decir que va a arruinar por completo tu vida académica y tu estatus en el instituto está un poquito exagerado, ¿no crees?

-Sí, puede ser que sí...(Ok, aquí voy... ¡DESENFUNDA!) Ehh, señor Mike, ¿me permitiría una pregunta?

-Listo, ya lo hice.

-(Steven me ha hecho esa desde hace siglos, vaquero) Pero en serio.

-Dila entonces, muchacho, como puedes ver, estoy EXTREMADAMENTE ocupado, jeje.

-(Sentí un poco de autodesprecio en la forma que lo dijo) Bueno, la verdad es que...me da curiosidad...ya sabe.

-Mmm no, no sé.

-(Obvio que no sabe, genio. Ok, respira y sólo dile "¿por qué ya no trabaja como chef?") Me refiero a...¿Cómo por no chef que trabaja ya?

-Excuse me?

-(Ups, dificultades técnicas) E-eh, decía, Pourqoui tu ne travailles plus comme chef?

-¿Ya hablas francés?

-(¡¿Ya hablamos francés?!) ¡No no no! ¡bueno sí quería preguntarle eso, pero no en ese! ...Usted entiende.

-Sí, ya entiendo. La verdad, lo que me sorprende es que no me hayas preguntado antes. Si mal no recuerdo, tu padre me dijo que eres un aficionado de mi trabajo. Uno imaginaría que levantaría sospechas al ver a alguien como yo, bueno... vivir aquí.

-Sí, es que...(Usemos una clásica) se me olvidó (Grande. Por cierto, ¿no notaste como que su mirada se puso algo rara? Como desinteresada o tal vez, triste).

-Jeje, claro, me imagino. Cuando llegas a una ciudad tan monumental como París, en lo que menos vas a pensar es en cómo un pobre diablo llega a parar aquí.

-¡N-n-no lo tome a mal, señor Mike! Suelo distraerme con facilidad.

-Don't sweat it, kid. Tu meta es convertirte en chef, es lo único que deberías tener en la cabeza al momento...Pero si en verdad quieres saber.

-(¡Lo logré!).

-Te voy a decir. Yo ya era un chef renombrado, con múltiples restaurantes por toda Europa, todos, de dos o tres estrellas, blah, blah, blah, ya sabes esa parte.

-¡P-por supuesto! (Raro que no suene nada orgulloso al decirlo).

-Una noche hubo una gran cena e íbamos a servir un plato que contenía pez fugu que, seguro sabes, es tóxico si no se limpia bien. En mi arrogancia, decidí que ese fuera el plato fuerte para una cena de cincuenta personas. Tal vez fue el sueño, o el ambiente de la fiesta, pero no revise bien varios de los platos que preparé y...el resto es historia. Se me acusó de negligencia criminal, y amenazaron con cerrar todos los restaurantes. No podía permitir que mis cocineros sufrieran por un error que yo cometí, así que, admití toda responsabilidad por las muertes y afectados, vendí mis restaurantes, dejando la mayor parte del dinero a mis compañeros. También logré hacer un trato con la fiscalía para que no se diera a conocer mi sentencia, así que el público general ni siquiera sabe que ya salí de la cárcel.

-Espera ¡¿estuviste en la cárcel?!

-Deberías ver más noticias, John. Fue un total escándalo por todo el mundo de la cocina. Hace ya siete años, para ser exactos.

-(Las vería si la tele no estuviera ocupada a esa hora por la novela que ve mi familia. Además, ya veo porque Anastasia tenía esas teorías raras sobre que habían acabado con él. Nadie sabe que salió de la cárcel, y como no anunciaron su sentencia, se puede dar a entender como que querían que la gente se olvidara de Mike) ¿Y-y-y entonces qué pasó?

Mike sólo se limitó a levantar los hombros y luego señalar todo a su alrededor.

-Entiendo. Perdón por preguntarte algo tan incómodo. Debió ser duro en el momento que todo eso paso.

-Lo fue, chico, pero eso ya son antigüedades, ni siquiera aptos ni para una tienda de cacharros viejos. He tenido mucho tiempo para reflexionar acerca de mi situación, así que no tengo arrepentimientos de lo que ya hice. Más bien, siento que esperabas una historia más interesante, y me disculpó. Al final solo fue la historia de un chef que voló muy cerca del sol y se quemó, nada elegante o dramático.

-Ah, n-no, no importa. Solo era por curiosidad, jeje (vaya, que incómodo). Una última pregunta, señor Mike.

-Dispara.

-¿Piensa algún día en volver a cocinar para un restaurante?

Esta pregunta dejo bastante pensativo a Michael, lo cual era extraño en sí mismo. Lo que se imaginaría uno es que ya la hubieran hecho esa pregunta hace mucho tiempo y muchas veces también, pero tal vez John, por virtud de su valentía, o como consecuencia de su insensatez, había sido el único que siquiera la habría preguntado sobre esto en mucho, mucho, mucho tiempo. Después de un poco de silencio, apareció su respuesta.

-¿Quién sabe?

-Eso fue (anticlimático) una respuesta. Pero gracias por responderme mis dudas, señor Mike.

-De nada. Bueno, si me disculpas, yo seguiré viendo las noticias, si no te importa. Puedes unírteme, si quieres.

-Eh, n-no gracias, tal vez mañana. Voy a ver unos libros para la clase de mañana.

-Claro, claro -Después de decir esto, Michael clavó su mirada de vuelta al televisor.

John se fue a su cuarto con las respuestas que quería, pero de alguna manera, se sentía insatisfecho, tal vez porque, como dijo Mike, él esperaba algo más de la historia, que fuera algo más dramático, pero su cerebro racional respondía que era probable que ese deseo de un mayor conflicto era por ver tantas novelas que trastornaron su visión de la realidad. Pero tal vez, solo tal vez, su sentimiento, su sensación en las tripas era correcta, y faltaba más de la historia de lo que Mike podía y, ¿quién sabe? quería decir. No obstante, mortificarse con historias y datos que no tiene evidencia de que pudieran estar ahí y que, muy probablemente, ni siquiera existen era solo otro clavo para la tumba de su paz mental. Para despejar su mente, el joven decidió llamar por video a sus hermanos:

-Hola, chicos.

-¡JOHN, ERES UN HIJO DE...TU MADRE, QUE ES UNA SANTA! ¿Cómo te atreves a no llamarnos por toda una semana? ¡Debes procurar un espacio para poder hablar con tu familia, por más pequeño que sea! ¿o qué? Ya te volviste un frenchie y vas a rechazar a tu familia ¡¿eso es?!

-...Dice Roger que te extraña, John -Dijo Steven.

-Hi John! -Exclamó Valerie

-Jeje, lo siento, Roger. Se me olvidó (está nunca falla).

-Sí, obvio que eso fue -Respondió el hermano, seguido de un suspiro avergonzado- Sorry buddy, pero cuando un hermano no se contacta con la familia, siempre nos hace pensar en lo peor.

-N-no importa, tranquilo, me imagino que se puede sentir raro sin mí en la casa (Ahora que lo pienso, nunca había estado tanto tiempo afuera de casa, ni siquiera en vacaciones. Siempre estábamos trabajando y no había mucho tiempo para pasear).

-Sí, chico. Todo es muy diferente ahora que no estás aquí, también en la soda. Roger y yo debemos hacer todas las tareas que te tocaban a ti, además, Valerie tomó tu lugar como nuestra repartidora -Dijo Steven, y luego, empezó a susurrar lo siguiente- Y si te digo la verdad, no es muy buena.

-¡Ya los escuché! Y para tu información, solo llegó más lento porque soy una conductora RESPONSABLE y respeto siempre los límites de velocidad.

-Muérdete la lengua, Vale. De seguro que siempre llegas tarde porque andas yendo a la casa de tu novio en la moto.

-Ayy, que injurioso sos, bro. My Darling David no tiene nada que ver con eso, jiji.

-(¿El novio no se llamaba Aaron? ¿o era Tyler?) Bueno, a mí me gustaba correr un poco en la moto, pero nunca hice ninguna imprudencia (o al menos, nunca me alcanzaron, que sería decir que iba peor que rápido).

-¡Ya, ya, ustedes dos! ¡dejen de pelear! Chico, pero ahora dinos, ¿Cómo ha estado Francia? ¿Cómo está tu vida en el instituto?

-Bueno, yo-.

-¿Ya usaste los insultos que te enseñe? ¿los hiciste llorar?

-Creo que una ve-.

-¿Conseguiste una novia francesa? ¿es linda? ¿se la vas a presentar a Dad?

-N-no, nada por el est-.

-¿Ya comiste ancas de rana? ¿saben bien?

-¿Fuiste al Louvre? ¿te robaste algo?

-¿Ya fuiste a la torre Eiffel con tu novia?

-E-e-ehhhh.

En coro, los tres hermanos empezaron a acosarlo por cualquier detalle de sus experiencias en el continente, como si lo picaran con un palo y cada vez que lo tocaba, sonara "¡cuéntanos! ¡cuéntanos! ¡cuéntanos!" desde el interior de la rama.

-¡CALLENSÉ! ¡una pregunta a la vez y orden!

Y después de una serie de preguntas tontas e irrelevantes...

-Yo creo que esas son todas, ¿verdad?

-Sí, eso creo. Bueno, hermanito, no te quitamos más tiempo, ¡hasta lu-!

-De hecho, no -Interrumpió Steven, con un tono inquisidor y una mirada aguileña- Hay una que ha estado evitando específicamente, y esa es acerca de su vida en el instituto.

-¡Hey, Steven tiene razón! ¿Cómo no vas a responder la pregunta más importante?

John tragó profundo con la observación de su hermano, mientras que, en su mente, decía "¡Me jodiste, Steven! Ya pareces Harry, viendo a través de mis mentiras".

-B-b-bueno, la verdad es que ha estado bien, no tengo nada para quejarme

-¿Estás seguro? Porque estabas evitando la pregunta, ¿no serás que estás resaltando sobre la multitud como un daltónico en una convención de cubos Rubik solo por ser de una familia de comida rápida?

-¿Q-qué? Pfft, no, para nada. La gente ha sido muy abierta conmigo, de hecho, y me aceptaron dentro de su grupo bastante rápido. Deberías dejar de ver tantas novelas, Roger, jeje.

-Hmm, aun así, parecía como si querías evitar justo esta pregunta, ¿por qué así?

-Ah, no es nada, en serio, la verdad es que (juju, ¡aquí viene!) se me olvidó.

-Bueno...

-¡Qué bien que te sientas incluido allá tan fácilmente, John! Si te soy sincero, pensé que la gente allá te daría un mal rato por ser de donde eres.

Le respondió con una sonrisa, mientras gritaba desesperado por dentro.

-Pero si eso llegará a pasar, siempre recuerda que todos aquí te queremos y te amamos. ¡Nunca dejes de estar orgulloso de ser un Ramírez!

-Que melodramático que sos, Roger. De todos modos, no dejes que nadie te vea como un cero a la izquierda, chico. Para eso tienes los insultos, para ponerlos en su lugar.

-Y por favor, cuídate, John, ¡no vayas a hacer tonteras! No quisiera ver que vuelves a Texas con un sobrino, o sea, ¿Cómo reaccionaría esta chiquita, que te gustaba mucho? ¿cómo se llamaba? Anita, creo que era.

-Valerie, esa niña fue mi crush como en primero de la escuela y no he sabido nada de ella desde entonces. Bueno, chicos, ya es algo tarde aquí, así que me voy a dormir. Los veo luego, chicos.

-Good bye, Little John.

-Take care.

-Bye bye!

Justo en este momento, un grito lejano pero poderoso sonó en la llamada, que decía "¡Nada de inglés en la casa!" y los hermanos, incluso el que estaba del otro lado del mundo, respondieron al unísono "¡Sí, señora!"

Y con eso, cerró la llamada y se lanzó a la cama, pero todavía tenía esa sensación de ansiedad, de curiosidad y de emoción. Trató de escuchar música para tratar de silenciar sus pensamientos y dormirse, también puso unas canciones reggae que Dayton le había recomendado, así que se puso a ver qué tal. Las canciones le terminaron gustando, pero no había quitado su inquietud, así que se puso a leer un poco de sus libros del instituto, pero la verdad es que todavía no tenía suficiente vocabulario técnico para poder aprovechar completamente el contenido de estos libros, así que también los dejo. Ahora, John se puso a hacer algo que casi nunca hacía de vuelta en casa, y eso era revisar sus redes sociales.

Para el observador externo, John parecería uno de esos conspiranoicos que negaban y renegaban tener alguna forma de interacción en el internet principal por miedo a que el "big brother" vigile todos sus movimientos en línea, pero la verdad es que simplemente no lo importaba, no tenía ni Facebook, ni twitter, solo tenía whatsapp para no tener que pagar por el servicio de mensajería, y este tampoco era que lo usaba mucho, porque como ya sabemos, nuestro protagonista no era lo que se podría decir un "ser social" y las únicas relaciones valiosas que había desarrollado a ese punto era con su familia. Pero ahora, por necesidad o por decisión propia, se había abierto a más personas.

Ahora se puso a tratar de hablar con las únicas tres personas que no eran familiares: Dayton, Harry y Anastasia. Con Dayton tuvo una conversación bastante desorganizada, sin mucha dirección, terminó siendo más Dayton mandándole memes y una que otra recomendación de canciones, lo intentó con Harry, y con este fue una conversación más sobria, acerca de lo que le esperaba el resto de la semana, incluyendo la primera práctica en la cocina, y curiosamente, este también le recomendó música, era de una banda de punk rock británica, parecía algo vieja. Antes de terminar la conversación, Harry le recomendó no usar tanto el celular antes de dormir, ya que podía perturbar su sueño y este consejo fue directo a la repisa más recóndita del cerebro del muchacho, para nunca ser considerado.

Por último, decidió hablar un poco con su nueva conocida, Anastasia, en parte para ir conociendo de poquito a poco con qué clase de persona estaba tratando, en parte porque todavía no conciliaba el sueño. Lo primero que notó fue su foto de perfil, ya que era de una caricatura que él creía haber visto pero no recordaba su nombre. El dibujo era el personaje, que era una niña con rastros asiáticos y una cabeza grande, parecida a una sandía, y detrás de ella, el famoso símbolo del mazo y la oz. Aunque John era totalmente indiferente a la política, el hecho de que nació en el país de las barras y las estrellas, digamos que ya conocía "la marca de la bestia" y aunque la causaba un poco de alerta verla, recordó de quien se trataba, así que todo cobró más sentido.

Inmediatamente, Petrov lo empezó a bombardear con todos sus planes para el instituto luego de la eventual revolución, y por más que John se esforzará en seguirle el ritmo, la niña no tenía velocidad terminal una vez veía a alguien ponerle atención y su lenguaje no era lo más apto para que un desconectado como nuestro protagonista pudiera captar de manera instantánea. Cuando la chica acabó con su seminario, le compartió unas cuantas lecturas a John para que "se fuera politizando". Lo que le causó más curiosidad fueron los títulos: "Veamos...El capital, hmm ¿no sería LA capital? No creo que ya haya olvidado hablar bien español solo por estar aquí, ¿verdad? Aquí hay otro, la fenomenología del espíritu, este suena más como el título de un panfleto de los que te dan para que te metas a un culto, mejor tenerle cuidado y, por último, el manifiesto comunista. Si mi padre me viera leyendo esto, al rato me echa de la casa, pero aquí en Francia, me puedo tomar más libertades".

No obstante, no tenía intención de leer ninguno esta noche, pero aún seguía con su necedad de no querer dormir y de pronto, se vio atraído por la vista de su ventana, como una lámpara eléctrica atrayendo a una palomilla desubicada e ingenua. Aquí es cuando el pensamiento macabro se incrustó en medio de su lóbulo frontal cual bala de francotirador: ¿Qué tal si exploramos un poco el París nocturno? John jamás había tenido el deseo de salir de noche, su casa estaba prácticamente en medio del desierto, lo más que podría encontrar sería un escorpión y una visita de emergencia al hospital. Y lo otro es que nunca lo habían invitado a una fiesta y nunca le interesaron los bailes escolares, pero estos últimos era más porque era tacaño y no quería pagar la cuota de entrada.

Pero ahora era diferente: Era una gran ciudad, y todos saben que las grandes metrópolis tienen caras distintas dependiendo de que si era día o noche. Él se había pasado la semana anterior conociendo París de día; pero esta es conocida como la ciudad de las luces, lo que implica esto entonces que la verdadera París se oculta bajo el ocaso. Por lo tanto, todavía le faltaba conocer la ciudad verdaderamente. Justo en este momento, volvió el sentido común a escena: "mañana hay clases, ¡no podemos trasnochar!", "andar de noche significa peligro", "no vale la pena, ni siquiera sabes adonde irías primero", pero, en un giro inesperado, todos estos legítimos problemas que él mismo trajo a colación no lo amedrentaron en lo absoluto, más bien, por primera vez en su vida, fue hipnotizado por la noción de peligro de su idea. Al haber tenido una vida tan alejada de riesgo alguno hasta ahora, sentía una tentación tan grande para hacer esto, aunque su propia ansiedad le decía que no.

Al final, le ganaron las ganas, así que tomo un abrigo y una bufanda y luego, bajó lentamente por las escaleras, para no despertar a Mike, que había caído encima del sillón, totalmente bajo el hechizo de Morfeo. Salió y dejó otra vez que su instinto lo guiara a donde ir, con la esperanza de encontrar algo que valiera su intrepidez.

-¿Por dónde podría empezar? Podría ir por el camino que lleva a Shipton's Galleon y de ahí, ir adonde el viento me lleve. Recuerdo que había cafés cerca de ahí, tal vez allá algo interesante que ver.

Caminando en la fría noche lo emocionaba de sobremanera solo por ser una experiencia totalmente nueva, y algo había en esa soledad y en esos pequeños ruidos que venían de la ciudad lo relajaba, por lo que se podía decir que el paseo nocturno estaba rindiendo frutos. Llegando a Shipton's Galleon, se puso a buscar con el rabillo del ojo el lugar o cosa que más le llamara la atención, pero la verdad es que solo encontró cafeterías o restaurantes. Parecían que era donde muchas parejas e intelectuales se juntaban para conversar, por lo que no sería una experiencia tan placentera ir solo ahí, pero si encontró algo interesante: una banda tocando en pleno bulevar.

No sabía qué tipo de música tocaban, porque, aunque escuchaba mucha música, no era como muy conocedor en tipos de música alternativa; en Estados, solo escuchaba música de la radio y los discos de rock de Steven y aquí en Francia, solo escuchaba la misma música, no había probado a escuchar la radio francesa, pero ahora, escuchando esta obra callejera, le había levantado el interés, así que se pondría a escuchar un poco de vez en cuando, además de que pensó de que le podía ayudar con el francés. Terminado el espectáculo, vio que todavía era relativamente temprano, solo eran las nueve de la noche, pero la verdad es que ya se sentía satisfecho con lo que había visto ese día, ya sentía que la inquietud había salido de su cuerpo y que podía ir a descansar en paz. La luna llena iluminaba los caminos más oscuros esa noche, haciendo que las calles se vieran más acogedoras, como si se tratará de un aura protectora para los transeúntes, hasta los charcos se veían como unos hermosos y brillantes espejos. Pero, de manera súbita, esta ilusión se rompió cuando vio algo extraño dentro de la panadería Dubois, la que había visitado la semana pasada, ya que la puerta estaba abierta, pero las luces no estaban encendidas, y el rótulo de cerrado seguía al frente. Esto sería normal para un negocio que está recién cerrando, pero en la ventana también tenían el horario de servicio, que era de siete de la mañana a seis de la tarde, lo que significa que el negocio llevaba tres horas cerrado. Otra vez, la curiosidad llevó a John a hacer algo imprudente e ir a ver qué estaba pasando.

-(Voy a ver desde la ventana con mucho cuidado, al rato fue que a alguien solo se le olvidó algo y lo vino a recoger...pero si fuera eso ¿por qué no prender la luz?...¡Ah! ¡Veo a alguien! Espero que no me hayan visto, para no tener problemas. ¡Hey, está tomando los panes! ¡¿Me acabo de encontrar un robo en el acto?! ¡Debo avisarle a alguieeeeee-!)

En un momento de torpeza, John, que tenía su brazo encima de la puerta de vidrio y no se había percatado, resbaló cuando esta se movió por el peso que él ejercía, lo que hizo que sonará una campanilla que, irónicamente, él le había recomendado a la cajera, Adeline, instalar. Paniqueando, John se fue a ocultar en lo primero que pudiera esconderlo al igual que una cucaracha cuando se prende la luz. De lejitos vio a un encapuchado salir, con los baguettes en un bolso y una mochila; el tipo vio a su alrededor, tratando de buscar quién había sido el que abrió la puerta. John pensó "Maullaré para hacer que crea que fue un gato y no yo...pensándolo bien, eso suena bastante estúpido y probablemente resulte en que me descubran, así que mejor no".

Pero ese lapso de raciocinio no duró mucho, al ver que el ladrón simplemente se fue caminando, con toda la tranquilidad del mundo, entonces otro pensamiento llegó a su mente "Parece extraño que un ladrón pueda lograr forzar el cerrojo de un lugar y solo robar pan, uno pensaría que también robaría la caja registradora, pero no. Además, este sujeto simplemente sale caminando como si estuviera de paseo en los jardines de París, cuando deberías salir disparado para evitar que alguien lo vea. Pero, aun así, robar la comida sigue siendo un crimen, y yo también detestaría que robarán mi restaurante ¡así que lo seguiré y lo llevaré a la justicia!" Este pensamiento pseudo altruista solo era una excusa para tener motivación suficiente de ir a saciar su propia curiosidad por un suceso tan extraño, ya que si realmente quería "llevarlo a la justicia" solo tenía que llamar a la policía con su teléfono y ya, pero si ya hiciste una imprudencia esa noche, mejor hacerlas todas de una vez y salir del compromiso, así que emprendió camino para seguir a la figura encapuchada hacia su destino, siendo cuidadoso de no ser detectado y manteniendo una sana distancia.

Poco a poco, se fue dando cuenta de que estaban yendo a Le Marais, pero esta vez, a una parte más profunda del barrio que él no había explorado, y que le daba mucha más mala espina que cualquier otro lugar que hubiera visitado en Francia hasta ahora, al punto que ya estaba arrepintiéndose un poco de seguir a este desconocido por ningún motivo más que andar de metiche, pero no era tiempo para acobardarse, o al menos él se dijo eso a sí mismo, aun sabiendo que ni siquiera sabía para adonde iba a parar esto o si siquiera valdría la pena exponerse a ser asaltado. Finalmente, parecía que el encapuchado llegó a su destino, un edificio como de dos pisos, con una arquitectura bastante común ahí en Francia, pero la puerta era metálica y parecía que tenía una de esas rejillas para ver desde adentro de la puerta. Desde una esquina oscura, vio como el tipo se acercó a la puerta, tocó, y la rejilla se abrió, dejando ver a alguien con anteojos oscuros detrás del portón, este empezó a hablar:

-Ya llegaste...

-Me tardé un poco recogiendo mis cosas, lo siento.

-No importa, mejor apúrate, tu gente te está esperando, ve a decirle a Jamaar que ya llegaste para coordinar.

-Claro, voy.

-(Ok, parece que aquí es donde llevo los baguettes, pero ¿"tu gente"? ¡¿no serán traficantes de drogas y el pan solo es para llevar mercancía sin ser detectados?! Mejor me largó de aquí...aunque por otro lado ¡NO, NO, NO! ¡Mala idea! No debería tratar de entrar porque ¡ACABO DE TOCAR LA PUERTA!)

-Hmm ¿Puedo ayudarte?

-¡Argh! (la voz de este tipo hace que mis huesos vibren como marimba) V-v-venía para encontrarme con un amigo, y la dirección que me dio fue esta, a-así que ¡sí! ¡por eso estoy aquí!

-Ok, dime la contraseña.

-(¿¡CONTRASEÑA?! ¡no le preguntó al tipo anterior! ¡ahora sí me metí en tremendo lío! Si descubre que no la sé, al rato me lanzan al río Sena en un cofre y votarán la llave, ¡¿Por qué vine aquí en primer lugar?!).

El guardia chasqueó los dedos para apurarlo.

-S-sí, claro, estoy en eso, l-la contraseña es...(Ay, Dios mío, ¡llévame ya! Here goes nothing) ¿La olvidé...?

-...Muy bien, pasa.

-...¿Qué? (¡¿la pegué?! ¿la contraseña era "la olvidé"? ¡eso resultaría en que cualquier suertudo como yo entrará de pura chiripa! ¿Sabes qué? Esto fue una idea estúpida, agradezcamos que seguimos vivos y actuemos como si nada) G-gracias.

Ya estando dentro vio que era un edificio muy bonito por dentro, bien iluminado, con un amplio pabellón para una casa, y ahí es donde estaba lo más interesante del lugar, las personas que estaban aquí estaban pintando, recitando poemas, haciendo manualidades y tocando música, entre infinitas otras formas de arte, parecía que se había encontrado con una casa de la cultura secreta dentro de Le Marais. Cuando se dispuso a maravillarse con lo que había encontrado, sintió un agarrón de lo más fuerte detrás de la espalda y se vio arrastrado a una habitación.

-¡PERDONEME LA VIDA, SEÑOR! ¡NO QUISE ENGAÑARLO! ¡BUENO SÍ PERO NO POR MALICIA!

-¡¿Qué haces aquí, bredren?!

-¡Dayton! ¡¿Qué haces TÚ aquí?!

-¡Yo pregunté primero, mon!

-¡Y yo de segundo y estoy más confundido que tú! ¡Eso es un hecho!

-Espera ¿no sabes que es este lugar?

-¡NO! ¡sólo llegue a terminar aquí por...accidente (bastante debatible) y ahora, tú me agarras como si quisieras llevarme directo al otro mundo ¿por qué? ¡casi me matas del susto!

-Ya veo. JAJAJA Eres todo un caso, bredren. Sorry por el jalón, pero era para que no te reconocieran.

-¿Reconocer? ¿quién? (eso parece jerga de Harry).

-Todo el mundo, mon. Nadie debe saber que somos del instituto.

-Ok...pero ¿por qué sabrían que soy de ahí?

-Por el uniforme, mon. En especial el pantalón, que esos solo los usamos los estudiantes del instituto.

-Ahh, ya veo (como no me cambié al llegar a la casa, todavía tenía puesto el uniforme) ¿Qué este lugar de todos modos?

-Esto es "le Manoir de la Lune", mon. Antes, supuestamente era una posada bien hitey-titey, donde mucha gente importante se venía a pasar la noche, pero quebró hace mucho, mucho tiempo, así que una gente lo compró y lo restauró un poco, bredren. Aquí, muchos artistas vienen a convivir entre ellos, además de tener un espacio para pulir sus técnicas. Además, aquí también hacen-.

-Hey, Dayton, is dat bwoi you bredren?

-Oh ¡ese es mi big bro, Jamaar!

-Si cierto, me habías dicho que tenías un hermano. Pero me habías dicho que él vivía solo de vuelta en Jamaica.

-Ahora vino de viaje aquí para hacer trabajo. Va a estar aquí por un tiempo, mon.

-Wah gwaan, bwoi -Respondió el tipo, igualmente alto que su hermano.

-Wua güan, eehh, señor Jamaar.

-Solo llámame Jamaar, mon, jajaja.

-Él es John, Jamaar. Es mi bredren del instituto y mira que llegó a parar aquí por accidente, jajaja.

-Jajaja, que pickney más divertido.

-(¿Por qué siempre termino siendo la diana perfecta para chistes de los demás? Ni que fuera un tablero para dardos).

-Bueno, espero que ambos vean el siguiente show y que se queden para el acto final, bwois. La dawta que hizo la coreografía es muy talentosa.

-Claro, broda, estaremos ahí, solo tengo que vestir a John para que no sepan que es del instituto.

-Sigo sin entender el porqué de eso ¿me podrías explicar al menos?

-No desesperes, mon, todo a su tiempo. Por ahora, hay que pensar como ocultar tus pantalones. Hmm, no puedes andar solo en baggies por aquí, no somos un club nudista.

-Bueno ¿entonces qué sugieres? Porque se me olvidó traer mi par de pantalones de emergencia (¡el cual nunca llevó porque nadie hace tal cosa!).

-...¡! ¡Tengo una idea!

-(Dayton se fue por un momento ¿qué se la habrá ocurrido?) ...¡AHHHH!

-Listo, mon.

-(Ya es la segunda vez que me sale por la espalda hoy, espero que no se convierta en un hábito) Hmm, esto es... ¿una falda larga?

-Así no llamarás la atención, mon. Así que todo bien.

-No sé, ¿no crees que yo andando una falda más bien tenga el efecto opuesto?

-¡Para nada! Si miras a tu alrededor, verás que hay otros bwois que también llevan faldas, así que tranquilo.

-Ok...(lo que me sorprende es mi propia tranquilidad ante esto. No sé si será que soy de mente abierta, o no tenía la energía para resistirme. Al menos el color está lindo).

-Let's go! El show ya va a comenzar, John.

-Jamaar dijo que algo sobre una coreografía y de que lo había hecho una chica, si mal no recuerdo.

-Broda es un cocinero de comida Idul, y también es un aficionado a la danza, entonces de vez en cuando trabaja de cazatalentos allá en Jamrock.

-Hmmm, entonces supones que, si vino aquí, es porque vio un talento que quiere promocionar ¿verdad?

-Yeah. Oh! Cease and seekle bredren! Ya va a comenzar el show.

De pronto, se apagaron las luces y solo quedó un reflector en el centro. De pronto, salieron seis chicas de la parte de atrás, todas con unos trajes bastante peculiares, eran tallados al cuerpo y tenían como un diseño parecido a las alas de una mariposa, además que tenían unas máscaras con la forma de este insecto. Eran de un material reflectivo entonces brillaban mucho con la luz del reflector. El acto empezó con todas moviéndose como si fueran un insecto, arrastrándose de una manera atípica, luego una de ellas se puso en el centro, se arrodilló y luego todas se desplomaron como si se les hubiera ido el alma, y la del centro había quedado en una posición que parecía muy incómoda, se necesitaba una increíble flexibilidad para mantener esa pose por tanto tiempo.

Luego empezó a sonar la música, que era como una melodía tribal, con un coro bastante ominoso, las del círculo se levantaron como si fueran robots al unísono, mientras que la del centro seguía igual. De pronto, una de las del círculo empezó a mover sus manos como si jalara algo, aquí fue cuando John notó que la del centro empezó a moverse, pero no como si lo hiciera con intención, sino como si fuera un títere, y después de esto, todas las otras parecían también jalar, mientras que la "títere" hacía todo tipo de movimientos y contorsiones que se veían innaturales y como si no lo hacía por voluntad, mientras que John solo sentía admiración por la flexibilidad de la artista, además de un poco de dolor ajeno al imaginarse a él tratando de hacer esa coreografía.

De pronto, empezó a notarse como si el títere empezaba a poner resistencia, ya que sus movimientos se hacían más lentos y bruscos, y las del centro simulaban poner más fuerza en sus brazos a la hora de jalar. De manera súbita, pareció que la bailarina que había estado atada todo el acto se liberó, y empezó a bailar algo parecido al ballet, o eso pensó John. Se abalanzaba hacia las del círculo, estas caían al suelo y se levantaban de un salto y empezaban a bailar como el títere. El espectáculo terminó con todas las bailarinas yendo al centro, y amontonándose encima de la que había sido el títere, y el reflector se apagó. Se prendieron las luces de nuevo y empezaron los aplausos.

John ciertamente estaba intrigado por lo que acababa de ver, pero no sabía cómo ponerlo en palabras. En su colegio, solo ponían una canción popular y se ponían a bailar al mismo tiempo, y de vez en cuando, tal vez un poco de teatro, algo que apenas cabía en la definición de "coreografía", pero esto se veía marciano en comparación. Era tan raro, pero a la vez tan salvaje, como una verdadera puesta en escena de los sentimientos de alguien hechos danza. Dayton lo sacó de su shock.

-¿Y qué te pareció el baile de las dawtas?

-Ah, ¿qué? ¿el baile? Estuvo muy cool, la verdad ¡no se parece a cualquier otro tipo de coreografía que yo haya visto!

-Se le llama danza interpretativa, mon.

-Ah, Jamaar, estás de vuelta (Danza interpretativa, huh. Cool stuff). Si, le contaba a Dayton que nunca había visto algo así.

-Yes, bwoi. Esta disciplina no es la más popular pero la verdad es que a mí me encanta. Logra hacer que los bailarines estén más intrínsecamente conectados con su propia obra. Es una expresión tan cruda de los sentimientos, es como un diamante en bruto.­­

-L-lo que usted diga, señor (No entendí muy bien, pero supongo que se refería a que parece más salido del alma. Además, Jamaar parece que es más sofisticado con sus palabras que Dayton...¿o será que Dayton habla así pero no lo hace en frente mío? Eso sería triste).

Entonces, un anunció salió del megáfono, diciendo:

-Agradecemos a la coreógrafa Ada, y a su compañía de danza, Morpho, por el excelente acto de esta noche. En pocos minutos, tendremos el cook-off entre Francois Dupont y Miguel García.

-Espera ¡¿cook-offs?! ¿se refieren a los duelos de cocina, como los de la televisión?

-¡Exacto, bredren! La otra razón de popularidad de este lugar son los duelos entre cocineros, que son los más intensos en toda parís y con un circuito definido, por lo que vengo a veces, mon. Pero el instituto tiene prohibido que participemos en estos, así que vengo sin uniforme para que nadie sepa que soy estudiante y así poder participar.

-¿Ya has participado en uno?

-Varios, de hecho, pero siempre me destrozan, todavía me falta mucho por aprender, mon jeje.

-Entiendo (Pensé que los chefs no solían competir tan a menudo, pero esto se escucha como algo que podría intentar...aunque no todavía, me da demasiado miedo hacer algo horrible en medio duelo, como que se me queme una ensalada o que una carne me quede tan pero tan cruda que, si uno la toca, puede aún sentir pulso).

-El de hoy se ve muy intenso. Estos dos llevan bastantes duelos entre ellos, y creo que van empates, así que es también por el orgullo. Y el español, creo que es un tercer año del instituto.

-Un tercer año, huh (yo creo que, si llegas a ese punto en el instituto, ya eres tan bueno como pueda ser un estudiante excelente) Hey, las bailarinas se están acercando aquí.

-Tienes razón, bwoi. ¡Ada, tú y tus dawtas hicieron un gran acto hoy! Realmente no será difícil encontrar oportunidades para hacer tu espectáculo en cualquier parte.

-¿En serio lo crees, Jamaar? Merci! Y perdón por llegar tarde, perdí la noción del tiempo y además tuve que venirme a pie desde la panadería.

-(...¡Oh!) ¡Un momento!

John no quiso llamar la atención de todo el mundo, pero ahora, tenía los ojos de todos encima, así que ya no se podía echar para atrás.

-(De todos los momentos en que pude hablar fuerte y escogí este. ¿Qué pasa conmigo?) Ahem, p-perdona, pero ¿de casualidad no será la panadería Dubois de la que estás hablando?

-Sí, si esa misma, Monsieur...¿Nos conocemos?

-¡Tú eras el encapuchado que vi salir de ahí, entonces! ¡el que se robó el pan!

-¿Robar pan? Pero yo no podría robar de ahí.

-¿Ehh? ¿Por qué no?

-Porque yo trabajo ahí, Monsieur.

Entonces, la tal Ada se quitó su máscara de Mariposa

-Mi nombre es Adeline Dubois, pero mi nombre artístico es Ada, y esa es la panadería de mis padres.

-¡¿Eras tú?!

-Hey, ¡yo creo que te conozco! ¿acaso no eras de mi clase en secundaria?

-No realmente, yo soy-.

-¿O no te había visto en la banda de la escuela, donde tocabas el trombón?

-Otra vez, no fue ahí porque-

-¡Ah, ya sé! ¡Te vi en la clínica una vez! ¡yo tenía mi rodilla lisiada y tú venías a que te curaran de las hemorroid-!

-Ok, ya párale. Nos encontramos en tu panadería hace como una semana.

-¡Ya capté! ¡Tu fuiste el que me recomendó poner una campanilla y el que se puso a bailar con una baguette!

-¿El que pinto Pablo, el italiano? -añadió una de las bailarinas.

-¡Ese mismo! ¡lo reconocí por el pelo de Tintín que tiene!

-S-sí, creo que ese soy yo, por desgracia...(¿Acaso todos mis momentos vergonzosos pertenecen al dominio popular? Son como la versión humillante de los villancicos) De cualquier manera, ¿por qué te vi actuando de manera tan sospechosa en la panadería?

-¿Me estabas viendo en la panadería?

-No deberías stalkear gyals, bredren -Dijo Dayton, con un tantito de injuria en su cara.

-¡No estaba stalkeando! (Al menos yo no lo llamaría así) Vi que la puerta estaba abierta y había un encapuchado haciendo...algo en la oscuridad.

-Oh, es que fui a recoger los baguettes que me encargaron para el cook-off. Los dejé ahí para que se conservaran mejor durante el día.

-¿Pero por qué no prendiste la luz al entrar?

-No vi la falta, tenía la linterna de mi celular, así era más fácil.

-(Estoy seguro que se le olvidó prender la luz al entrar y en vez de devolverse, uso la linterna) Bueno ¿y la capucha?

-Porque hacía frío.

-...(En retrospectiva, no sé qué respuesta esperaba) Creo que hubo un malentendido.

-Y ese fue el accidente que te llevo a parar aquí, ¿huh, pickney? Perseguir al ladrón -Comentó Jamaar, que parecía ya entender bastante bien todo el asunto.

-¿Y por qué no llamaste a la policía, mon? -Dijo Dayton

-Porque...no lo pensé en el momento, de hecho (Mejor fingir que no sabía a decir la verdadera razón, o sea, que no tenía nada mejor que hacer).

-Bueno, fue mejor así, si las bestias hubieran interferido, Ada no hubiera llegado para bailar, pero al final todo resultó I-rey.

-Ahora que lo pienso, cualquier persona también hubiera malinterpretado lo que vio el Monsieur...

-J-john, John Ramírez.

-Oh, ¿eres de México?

-Casi, más para arriba.

-Ah, ya veo, estadounidense. Bueno, perdón por la confusión que le cause, Monsieur Ramírez.

-¡P-para nada! Fui yo el que por andar de metiche pude haber arruinado tu show, así que no hay nada que disculparse.

-¡Ok!

-(Usualmente, la gente solo sigue diciendo "no, fue mi culpa" o algo así. Ella no se toma mucho tiempo para pensar las cosas) Espera, hay algo que todavía no me queda claro.

-Hmm ¿y qué es?

-Si era tu panadería, y no eras un ladrón, ¿por qué no le pusiste llave a la puerta cuando te fuiste?

-...¡¿Qué no hice QUÉ?!

-Y esa la respuesta (Acabo de pisar una mina de proximidad).

-¡Si mis padres ven que no lo puse llave a la puerta en la mañana, me van a matar! Espero que nadie se haya metido a robar. ¡Gracias, Monsieur!

-C-claro, supongo.

-¡Ya me tengo que ir, chicas! Lo siento que no me voy a poder quedar para el cook-off, Jamaar.

-Easy, gyal. Después te digo cómo terminó.

-G-Gracias, Jamaar. ¡Y gracias de nuevo, Monsieur Ramírez! Por cierto, ¡me encanta tu falda!

-(Es la primera vez que alguien la hace un cumplido a mi forma de vestir y ni siquiera fui yo quien decidió ponerme esto. Eso es algo triste si lo piensas) ¡M-muchas gracias!

-Au revoir!

-Ay, Ada, siempre con la cabeza en los cielos. A cada rato se lo olvida algo -Dijo una de las compañeras.

-No se le olvidan los pies porque siempre los lleva puestos -Respondió otra.

-Sí, es una gyal muy acelerada -Añadió Jamaar.

-Bueno ¿y cuando comienza el cook-off, broda?

-¡Justo ahora!

La cocina se veía de alta calidad, bastante moderna como las del instituto, lo cual no se imaginaría uno viendo la casa desde afuera, sin embargo, era lógico que una cocina en donde dos chefs se van a medir sea la de mejor nivel posible. El anunciador presentó a ambos competidores, primero al tal Francois Dupont, que era un egresado del Cordon Bleu, contra Miguel García, el estudiante de tercer año del instituto superior de las artes culinarias. Al parecer era español, y John juraría que lo había visto de reojo ese día en el instituto. Tenía un pelo largo y negro, unos ojos marrones claros y brillantes, casi como el ámbar y unas buenas facciones en general.

Ambos se dieron la mano en el momento en el que el anunciador dio por iniciada la contienda, un silencio sepulcral cayó en el público, pero al igual que en un juego de Ajedrez, la tensión competitiva se sentía. Aunque no había ruido alguno saliendo de los espectadores, los sonidos de los utensilios en uso, los hornos, las sartenes, los cuchillos, todo parecía formar un tipo de melodía, una con un tempo bastante rápido y hecha mayoritariamente por percusiones. John veía sus caras, y especialmente, la mirada, vio como la concentración se mantenía de manera constante en la comida, había puntos en que parecía que ni siquiera veían en donde estaban sus utensilios, solo los tomaban, todo era mecánico, no había tiempo que perder, porque hay que sacar los escalopes del fuego en veinte segundos. El cook-off aquí, parecido a los programas de cocina, duraba una hora, y para el final, ambos chefs se veían exhaustos. Luego, entraron tres ancianos, que cumplían la función de jueces, de una manera serena, con un pequeño libro para notas a la par, calificaron los platillos.

El chef presentaba su creación y el juez, primero observaba, luego tomaba una parte y saboreaba. En este campo, no solo es importante decir que algo sabe mejor, porque ambos son cocineros talentosos, entonces decir cuál era más rico no era factible. Texturas, armonía entre los sabores, presentación, originalidad, técnica, cómo los sabores se complementaban uno con el otro; estos eran los verdaderos factores decisivos. Al final, los ancianos le dieron en un papel al anunciador su voto. Como eran tres, era imposible que hubiera un empate. Al final, el anunciador, con un poco de silencio, para aumentar la tensión, declaró al ganador, que esta vez había sido por decisión unánime el español, Miguel.

John quedo anonadado, porque desde su perspectiva, ambos habían cocinado a un nivel magistral que nunca había visto antes en vivo, solo en videos. Pero como dicen, el diablo está en los detalles, y las pequeñas diferencias era lo que realmente habían decidido el duelo, y nuestro héroe, al igual que un novato en juegos de pelea, solo había visto a dos personas dándose en la cara. Era una nueva luz que lo motivó a seguir para llegar a ese nivel. Cuando salió con Dayton, se puso a hablar con él.

-Fue una suerte que pude pegar la contraseña a la primera.

-¿Cuál contraseña, mon?

-¿Cómo qué cuál? Pues la contraseña para entrar.

-No tenemos contraseña, bredren...

-¿P-pero y el guardia?

-Él solo revisa que no traigas nada ilegal, mon. Yo creo que solo te estaba jalando el pelo.

-Típico...(Me habrá visto tan nervioso que quiso joderme la vida un poco).

-Le suele hacer bromas así a los nuevos, pero luego los deja pasar.

John llego a su casa como a las once y media e inmediatamente se precipitó a la cama como si hubiera recibido un uno-dos de Mike Tyson. El siguiente día, lo pasó bostezando a cada rato.

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