Capítulo 3: "Dejando el nido"
-Entonces ¿Me quedaré con este señor mientras estudie en el extranjero? ¿quién es esta persona para empezar y de dónde lo conoces, padre?
-Fue un amigo mío en antaño. Aparte de tu señora madre, es una de las pocas personas que admito pueden igualar e inclusive, superar a mis hamburguesas. Era un cocinero itinerante, y uno de los mejores para variar, pero me parece que ya está retirado. Lo curioso es que, él era más joven que yo, debería tener como cuarenta y pico de años ahora.
-Hmm...(Los chefs talentosos no suelen retirarse jóvenes, sin embargo, en el transcurso de sus carreras pasan a puestos menos exigentes como los chefs ejecutivos, entonces parece raro que si este cocinero era tan bueno como padre dice se retirara tan temprano).
-De todos modos, él te recogerá en el aeropuerto cuando llegues a Francia. Compórtate y no hagas nada que pueda terminar en que te saquen de la casa; si vas a convertirte en un indigente, que al menos sea en tu país.
-Uff, e-entiendo, pa (Sólo padre podría decirme que voy a quedarme en la calle con tanta tranquilidad). Última pregunta ¿Cómo se llama este señor? Todavía no has mencionado su nombre en toda la charla.
-Su nombre era Michael Philippe.
-Ah....¡¿QUÉEEEEEEEEE?! ¡¿EL Michael Philippe?! ¡¿el legendario trotamundos de la cocina?!
-...Fíjate que no sé.
-¡Es uno de mis mayores ídolos! Era descrito como "el Indiana Jones del mundo de la cocina". Él fue uno de los pioneros en archivar y catalogar recetas y técnicas de preparación de culturas exóticas, como las tribus en el Amazonas, o los nómadas del medio oriente, inclusive técnicas para cocinar en temperaturas bajo cero por parte de los inüit. Además, él-.
-SÍ, entendemos, John. Tipo asombroso, viajó a muchos lados, le hizo el brunch a la madre Teresa. De seguro hubiera cocinado en la luna si pudiera -Cortó Steven de forma sardónica.
-El buen Mike -Dijo Don Ramírez, recordando el pasado- Nunca me rechazaba un duelo, incluso aunque la mayoría del tiempo él ganaba por goleada. John, cuando llegues, dale mis saludos, por favor.
-¡Claro, padre! (Mi padre conoce a Michael Philippe, es lo más épico que me ha pasado).
Como si la antelación ya no estuviera acumulándose dentro de John, el hecho que él ahora sabía que iba a quedarse en la casa de uno sus ídolos del mundo de la cocina solo era el Vesubio tratando de liberar toda la fuerza indómita de la tierra.
La fecha de la esperada partida a Francia acosaba todos los pensamientos del joven, hasta el punto en que empezó a tener insomnio. Pero la espera inevitablemente llegó a su final. Como familia, se levantaron, desayunaron y se vistieron para ir a dejar a John. en la plataforma de salida, la señora Ramírez le dijo a su hijo cada sermón, salmo y versículo que se sabía en español y en inglés, soltando lágrimas más amargas que su café matutino; Roger y Valerie, igual de sentimentales que su madre, abrazaron con la fuerza de una prensa hidráulica al flacucho John, llorando y sollozando mares, en especial Roger; que con su fuerza y tamaño podía traer dos tanques de gas con facilidad; Inclusive Steven, que era tan frio, no pudo ocultar la nostalgia y el resto de sentimientos encontrados que le traía ver a su hermano menor partir en busca de su lugar en el mundo y se unió al abrazo grupal para la desdicha del ya sofocado muchacho.
Pero, para alguien que ha vivido todas las alegrías y las tragedias que este mundo puede ofrecer, como Don Ramírez, una ocasión que es tan especial y significativa para su hijo, para él sólo era martes. No por ser del todo insensible; él sabía lo importante de este momento y siempre vio la ambición en los ojos de su hijo desde muy pequeño, así que cuando John le vino a decir sobre la beca, no le produjo la más mínima sorpresa, como al resto. Aunque trató de disuadirlo, él ya sabía que era una causa perdida. Y ahora, John ya estaba en el horizonte eventual que su padre había visto hace eones.
-John, hoy no sólo te hablo como padre, sino como otro cocinero. Desde hace tiempo llegue a la conclusión de que eras un prodigio y que, si seguías en el mismo rumbo que tenías hace unos meses, en menos de un año me quedaría sin nada que enseñarte. Tanto yo, como tu madre sabíamos que estabas encaminado a ser el siguiente dueño del restaurante, y con ayuda de tus hermanos, llevarían hasta lo alto nuestra comida y por eso no podíamos estar más orgullosos...Pero.
-¿Pero...?
-Pero algo que yo sabía, inclusive antes que tú, es que, tarde o temprano, las hamburguesas te quedarían pequeñas, mi niño. En el momento que tu avión despegue, tú te probarás ante mí y ante el mundo que tienes lo necesario para alcanzar tus ambiciones. Allá, estarás sólo y por primera vez se probarán tus límites, como tanto querías. Si logras graduarte, ya serás un hombre a mis ojos, y tendrás libre albedrío sobre tu vida. Pero si no, volverás a Estados Unidos y te entrenaré para que seas el dueño del restaurante. Si mal no pienso, he sido lo suficientemente claro ¿o no, John?
-(Probarme ante todos, eso es lo que realmente quiero ¡y juro por toda la grasa del mundo que lo haré!) Como el cristal.
Con el fuerte apretón de manos de Don Ramírez, John fue a tomar su vuelo sin antes masajearse sus pobres huesos después de la despedida de su familia. Conforme el avión se fue levantando del suelo, la niebla fue cubriendo la ventana de John, hasta que la tierra desapareció de su vista. Cuando las nubes se despejaron, solo se veía el mar azul por debajo. El viaje sería largo, así que John se puso sus audífonos, cerró sus ojos y despegó hacia el mundo onírico, donde ya podía ver el brillo de la ciudad de las luces, hasta que su estómago llamó.
-(¡Qué hambre tengo! ¿cuánto tiempo llevo dormido? Veamos...como cinco horas creo, entonces vamos a la mitad del viaje) Umm, señorita, ¿Me podría decir cuáles son las opciones para el almuerzo?
Y entonces, nuestro protagonista se encontró con su primer gran obstáculo. Como un dodo acercándose a los hambrientos colonos sin saber el peligro que representaban, John acaba de caminar directo y sin discreción en una trampa y estaría a punto de conocer la comida de aviones y el porqué de su reputación.
-Blergh...(Esta es sin lugar a dudas es la peor comida que he probado, la carne estaba hecha de hule u otro material indestructible, la ensalada parecía haber sido hecha de vegetales resecados alrededor del sol, de hecho, he probado carne seca con más humedad y venía con una porción de lo que CREO era arroz pero más parecía una masa aguada que, o se movía o era la intoxicación teniendo efecto y una bebida que probablemente era agua con colorante) Señorita...¿Me podría decir...dónde está el baño? (Necesito sacar todo esto de mi estómago, no me vaya a crecer un bicho que me destruya las entrañas como en Alien).
Y mientras John se arrepentía de sus decisiones de vida, el avión se acercaba cada vez más a su destino. El muchacho sintió mil y una veces que iba a dejar una pintura abstracta en el asiento del frente, y solo se volvió peor cuando la aeronave pasó por una leve turbulencia. Al final, John se autoconvenció de mantener todo adentro y esperar que esos nutrientes saciarán su apetito el resto del camino, todo para no tener que comer aquello de nuevo. Sus sueños se transformaron en pesadillas debido a la indigestión que le produjo el "arroz" que comió. Finalmente, una luz leve lo despertó. La luz venía de su ventana, y aunque era bastante débil, su corazón ya sabía que era lo que estaban viendo. Él se dio cuenta cuando finalmente vio la torre Eiffel a su costado; sabía que su aventura había comenzado.
-Yo creo que ya tengo todas mis maletas, espero (Toda mi vida está empacada aquí...¿Tan poca vida tengo?) Bueno, debería buscar al señor Philippe ¡Me muero por conocerlo!
Pero ya había pasado una hora y el señor Philippe no se aparecía. El hambre y el cansancio ya empezaban a hacer estragos en John.
-Dios mío, si cierro los ojos, voy a dormirme aquí mismo...(Pero si sólo es por un momento...)
-Hey, muchacho.
-¡NO ESTOY DORMIDO! Ah, perdón, señor...Espere un momento. ¿Es usted el señor P-p-p-philippe?
-Ninguno de mis amigos me llama P-p-p-philipe, pero no suena tan mal. Tal vez lo use como mi nuevo apodo.
-¡Es usted!
-¿Quién soy yo?
-¡Michael Philippe!
-¿En serio? O sea, puedes llamarme así, si quieres.
-¿Ah...?
-La mayoría de la gente me llama Mike. Yo creo que es mucho más fácil para todos así.
-Ok, entiendo. ¿No le molesta que le llame señor Mike?
-Para nada. Por cierto, perdón por hacerte esperar, pero el armatoste de mi carro es algo mañoso y tuve que hacer reparaciones.
-¡Claro, claro, no hay problema! Al menos pudo repararlo para venir a recogerme. No sé qué hubiera hecho sí tuviera que ubicarme yo sólo en un país nuevo (Apenas entiendo algo del idioma y más de una vez me he perdido en mi propio pueblo...).
-Jajaja, me imagino. Bueno, no perdamos tiempo, un viaje de diez horas te debe tener cansado y a lo que entiendo, la introducción al instituto es mañana y las clases, una semana después.
-Sí, sí, estoy agotado y la introducción es temprano en la mañana. No quisiera dar una mala primera impresión llegando tarde (Ya me tenían avisado acerca de llegar tarde en la entrevista y no quisiera conocer sus "castigos severos" el primer día).
Inmediatamente, ambos salieron a los estacionamientos y se montaron en el auto ipso facto. Era una noche de lluvia, así que ambos querían llegar rápido a casa. Mike introdujo la llave y puso el carro en ignición, y luego hizo lo mismo otra vez, luego otra y otra vez. Consta decir que el motor no arrancaba y ambos no tenían muchas esperanzas de que lo fuera a hacer en algún momento. Mike llamó a una grúa y se lo llevaron de vuelta al taller.
-¡Maldita sea, tendré que pagar la reparación de nuevo! Ese mecánico nunca me pareció mucho de fiar. ¡Bueno, chico! Creo que haremos un tour no intencional por el París nocturno.
-Sí, eso parece. No era la forma que me imaginaba conocerlo...P-pero al menos servirá como una buena historia.
-¡Esa es la actitud!
Tomaron un taxi y partieron al centro. Desde ahí, tomaron un bus para llegar al apartamento de Mike, mientras que John estaba maravillado al tener a París frente a sus ojos, después de tan larga espera. La torre Eiffel vigilando la ciudad, los bellos edificios, calles y avenidas, todo como lo había visto en las películas, se sentía como una palomilla atraída a las luces, chocando con la ventana del móvil, hasta el punto en que a veces olvidaba parpadear. Cuando llegaron a su parada, Mike le ayudó con algunas de las maletas, sin embargo, la cabeza de John todavía no había aterrizado, y en el momento en que bajaba del bus, resbaló un poco, lo que en sí mismo, no fue la gran cosa, pero para no perder el balance, se tuvo que sostener en una de sus maletas y por eso, la terminó empujando hacia un charco de tal manera que se abrió, y para poner más sal de la herida, era donde había empacado su ropa, que terminó empapada.
-No te preocupes, la ropa que llevas ahora no está mal. Con una buena ducha y algo de desodorante, nadie notará que no te has cambiado en dos días, jajaja.
-Espero...(Si me río ahora, estoy seguro algo peor pasará inmediatamente).
Pero como a la vida real no le interesa las ironías literarias, el bus arrancó y pasó por un charco, mojando a John.
-Bueno, al menos ya está solucionado lo de la ducha, porque la mía no sirve desde hace tres días para empezar, jajaja.
-(¡No es la clase de comentarios que se deberían hacer en este momento! Además, si la ducha no funciona, ¿Para qué mencionarla en primer lugar? Al menos tengo de consuelo que al menos ha tenido una semana tan desafortunada como mi día) ...M-mejor entremos al lugar de una vez ¿sí?
Subieron las escaleras hacia el apartamento y entraron por la puerta del fondo a la derecha. El lugar era obviamente bastante modesto: Una mesa con dos sillas, un mantel sutilmente decorado y una pequeña flor en una vasija encima, una alacena, una cocina, un baño, un televisor CRT, un sillón para uno, una escalera metálica en espiral que llevaba al segundo piso y dos cuartos.
-No es precisamente cinco estrellas, pero es suficiente para dormir y comer; una ganga diría yo. ¡Ven, te enseño tu cuarto!
La habitación era pequeña, la cama era bastante simple, con una sábana gris y una almohada, había un pequeño escritorio y una lámpara encima con bastante polvo.
-Es aquí, no tuve mucho tiempo para limpiar, pero creo que está presentable.
-N-no, está muy bien, en realidad (Iba en serio con que no era cinco estrellas. No me quejo, pero no esperaba que este fuera mi cuarto en París).
-Cualquier cosa que necesites, sólo dímelo.
-Muchas gracias, señor Mike, y quería pedirle dos cosas: La primera es si tiene un poco de ropa seca que me preste porque mis pijamas terminaron empapadas.
-Claro, aquí tengo unas pijamas viejas que te ayudaran con el frío, que es más fuerte aquí que en Texas.
-Gracias y segundo ¿podría tomar unas cuantas cosas de la alacena para hacerme algo de comer? Es que la comida del avión era...algo nuevo.
-Me lo imagino, chico, pero mis suministros también están bastante bajos, iré a comprar comida mañana, pero estoy seguro de que hay una taza de fideos instantáneos.
-Oh...(Este día es una espiral del terror que sigue bajando y bajando. Parece un episodio bastante cruel de un programa de comedia. Probablemente mañana descubra que el instituto fue construido encima de un cementerio Navajo o algo por el estilo).
Para John, la comida instantánea, cualquiera que fuera, era un tabú dentro de su familia, además, si él quería comer algo, simplemente lo preparaba. Cada vez que iba a la casa de alguien y le ofrecían eso, él la tomaba con una sonrisa forzada y una velocidad impresionante pero moderada para no levantar sospechas. No era que la sabían mal, pero la parecía moralmente incorrecto, como comerse a un animal vivo en frente de su familia; en lo que menos pensaba era en el sabor.
-Te lo digo, muchacho, si controlas el impulso de vomitar, un mundo de comidas se abrirá ante ti.
-(¿Acaso es bueno que un chef diga eso?).
Con la taza vacía, John se vistió para dormir, sin no antes quedarse admirando un poco más la ciudad desde su ventana e imaginando como iba a ser el instituto. Finalmente, el cansancio venció su emoción y se fue a dormir, esperando a que ya saliera el sol.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro