Capítulo 20: "Pagando los platos rotos"
París seguía siendo la misma ciudad de siempre, con sus luces y su gente, pero para John, todo se sentía solitario y en penumbras. Su curiosidad había llegado demasiado lejos esta vez y sacó a colación una horrenda verdad que hubiera sido mejor para todos que permaneciera enterrada cinco metros bajo tierra. Sentía un coctel de emociones totalmente saturado de diversos y horrendos sabores: Vergüenza por haberse metido en un asunto privado, tristeza por romper indirectamente el corazón de Ada, lástima por la historia que había contado Agnes y enojo por haber sido tan necio y no haber parado con este acto y la peor de todas estas emociones, aquella que va a ser la que más vaya a acosar sus sueños y sus jornadas de ahora en adelante: Incertidumbre.
-(Actué como un tonto, no solo hice que ahora Agnes tenga una razón legítima y más pesada para odiarme, sino que también creo que esto hará que Ada se aleje de mí. Quisiera disculparme con ella, pero no sé con qué cara lo haría y ahora, tengo que pensar en el cook-off, porque si me humillan ahí, no solo perderé totalmente el respeto de todo el instituto, sino que es más que posible que llegué a evitar que pueda ser un chef en el futuro. No tengo la menor idea de qué hacer...Arghhh, ¡si tan solo no hubiera sido un maldito metiche por querer saber sobre la vida de los demás esto no hubiera-!).
Lo malo de ir absorto en tus pensamientos, es que no vez al frente, y digno de un chiste de caricatura, su tez quedó estampada en un poste de luz, mientras los demás transeúntes miraban confundidos, tratando de imaginar a qué grado de distracción deberías estar para no haber visto el obstáculo, y ahora, le dolía la frente además de la mejilla. Cuando trató de recuperarse del suelo, pudo sentir que alguien le agarró la mano para ayudarlo, pero todavía estaba medio aturdido por el golpe, así que no podía enfocar su cara.
-P-pardonnez-moi! (¿Cómo le explico que fue un accidente en francés? ¡Todavía no sé decir eso!).
-¿Perdón por qué, mon? Si tú fuiste el que chocaste con el poste.
-Uff, pensé que lo había hecho con alguien más...
-...
-(...¿No lo conocemos?) ¡Dayton!
-¿Ya despertaste, bredren? ¿te sientes bien?
-¿Q-qué? ¿acaso quede desmayado después de chocar con el poste? (No recuerdo haber quedado noqueado...aunque eso suele ser el punto de quedar noqueado).
-No, mon, pero parecías un zombie, mon. Andabas con la cabeza totalmente hacia abajo, y tras de todo, cuando te vi, te empecé a llamar y pegarte gritos, pero no respondías, era como si no estuvieras aquí.
-Oh, ahora entiendo...
-En general, no te ves nada bien, bredren.
-L-la verdad es que...¡No me siento nada bien! -Dijo John, rompiendo en llanto.
-¿Tan duro fue el golpe, mon? No pensé que fuera tan grave, hasta diría que la Ana te ha golpeado más fuerte.
-No fue por el golpe, de hecho...
Dayton lo ayudó a levantarse, y como una beata en un confesionario, el joven empezó a decirle entre gemidos de arrepentimiento todo lo que había acontecido después de que se fue a juntar con Adeline, desde la inesperada aparición de Agnes, el debate que tuvieron en busca de la verdad y la trágica revelación que sucedió al final. Para cuando terminó la historia, ya habían hecho suficiente trayecto y habían vuelto a la manoir. Devolvieron la ropa que habían tomado prestada y siguieron hablando en la mesa.
-Vaya, bredren, no sé qué decirte. Esto es una historia increíble...que tal vez estaba mejor sin decirse.
-Sí, ahora lo sé...
-Pero ¿en serio crees que todo fue malo, mon?
-¿A qué te refieres?
-O sea, sí, seguro que fue muy triste para las gyals tener que volver a hablar de eso, pero parece que era algo que iba a pasar tarde o temprano, como una bomba de tiempo, tú solo la hiciste explotar más rápido.
-...¿Y eso es bueno o malo?
-No deberías explotar bombas, mon.
-No, no ¡lo del asunto entre ellas!
-Oh, claro, claro...En realidad no sé, mon. Pero no creo que lo hayas hecho con mala intención, hasta le dijiste a Ada que la ibas a ayudar.
-Eso creo, pero también estoy confundido con eso, no sé si la ayude porque realmente me importaba ella como amiga o solo para saciar mi propia curiosidad, y solo de pensar en eso último, me hace sentir como la basura del mundo...Por cierto, ¿tú no estabas en una fiesta con las morpho?
-Sí, mon, pero ya terminó hace rato.
-(Pero, no fue sí hasta hace poco que Cécile vino a darnos la carta, y después ella se devolvió, entonces ¡¿Cuánto tiempo llevó deambulando?!).
-Pero volviendo al punto, solo diciendo la verdad es que la gente puede mantenerse unida con aquellos que aman. De hecho, esto me recuerda una historia que me pasó con mi broda cuando nos vinimos a París.
-(Eso me causa curiosidad, porque Jamaar parece que es el único miembro de la familia que no se vino a mudar aquí) Cuéntame, por favor.
-Bueno, al inicio, el plan era que todos vendríamos a Francia y la verdad es que yo sí estaba muy emocionado de venir aquí, y yo pensé que Jamaar estaba igual, hasta el día en qué nos fuimos, vi que él no llevaba una maleta, pero no le di mucha importancia, hasta que llegamos a la zona de abordaje y él se quedó afuera.
-Entonces, él no iba con ustedes.
-Pensé que se iba a ir en un vuelo distinto o algo así, pero él me dijo la verdad ahí, que se iba a quedar en Jamaica para aprender cocina Ital y tanto él como Dada y Madda lo sabían. Empecé a decirles un montón de blood clots a todos, tuvieron que agarrarme entre ambos para meterme al avión.
-No tenía la menor idea de que esa fuera la razón por la que Jamaar no viviera aquí con ustedes.
-Pasaron unos cuantos meses para poder perdonarlos, pero al final, no puedo tenerle mucho rencor a me family, mon. Y por eso creo que entiendo bien a la dawta, Ada. Lo que realmente le duele no es la verdad, como piensa Agnes, es más bien que le mintiera, que ella pensó que no era tan madura para soportarlo.
-Puede que sea eso, ahora que lo dices (E inclusive cuando revelamos todo, Agnes seguía firme en negar la verdad) Y tú, Day ¿qué crees que se podría hacer ahora?
-Ya que la verdad está afuera, bredren, no queda más que enfrentarla, ellas ya no pueden negar que existe, eso solo las dañara más.
-No queda de otra, ¿verdad? Supongo que debería dejar que ellas trataran eso.
-Cho! ¿las vas a dejar solas después de esto, mon?
-¿Huh? Pero creo que quedo claro que esto realmente no me incumbe.
-¡Pero ya te metiste, mon! ¡debes responsabilizarte por eso que hiciste, entonces!
-¿Y-yo? (Sé que tiene razón, pero me da miedo volver a empeorarlo si me sigo involucrando) ¿E-entonces qué hago?
-Primero, tu duelo con la gyal Agnes será tu oportunidad de enfrentar a sus sentimientos. De seguro está bastante furiosa.
-Tal como mi mejilla puede atestiguar...ouch.
-Pero no debe ser lo único que siente, porque muy, muy, muy, muy...
-(Lo entendí con el quinto "muy", solo sigue).
-Muy en el fondo, ella debe pensar que hubo algo bueno en haber revelado la verdad.
-Ahí si no te creo, amigo, ella hizo todo lo posible para evitar que esto se llegará a saber, incluso manipular las memorias de la persona que amaba.
-¡Pero imagina, mon! Si tú dijiste que no sabías si habías hecho lo que hiciste por curiosidad o por Ada, tal vez con ella fue igual. Tal vez ella se dijo a sí misma que era por el bien de la gyal, pero en realidad era porque tenía miedo de decirle, aunque fuera lo mejor.
-Mmm...(¿será posible que Agnes pueda sentir la más mínima mancha de gratitud hacia mí? Y mucho más importante, aunque la tuviera, ¿siquiera me la mostraría?) ¿Y cómo se supone que enfrente sus sentimientos en el duelo?
-Hmmm...eso tampoco lo sé, jajaja.
-Increíble...(hubiera preguntado en Yahoo respuestas mejor).
-Pero lo que sí no puedes hacer es no tomártelo en serio, mon, porque ella ve este cook-off como una revancha contra ti.
-Sí, yo también estoy seguro de eso (Ni ella ni yo queremos dejar nada fuera del asador...pero siento que ahora hay mucha más tensión entre nosotros y no sé cómo eso afectará el duelo).
-Y con la otra dawta, puede ser, o más difícil o fácil, porque debes decirle tú la verdad.
-¿La verdad? Pero si ella estuvo presente durante todo el proceso.
-No esa verdad, sino tu verdad, mon. ¿Por qué lo hiciste? ¿fue solo por querer entrometerte o hubo otra razón?
-...Debería hacerlo, sí. (De todos modos, se podría decir que yo forcé a Agnes a confesar su verdad, sería super hipócrita no hacer lo mismo) Gracias por escucharme y por los consejos, Day.
-¡Cuando quieras, bredren! Hey, pero ¿ya te vas?
-Sí, estoy bastante cansado por todo lo de hoy.
-¿Ni siquiera te vas a quedar a comer?
-...¿Qué hay hoy en el menú?
Y luego de una deliciosa cena jamaiquina, John volvió a su apartamento, pensativo y cauteloso de lo que esta historia todavía le deparaba. Michael esta vez, si se encontraba despierto, viendo televisión. El joven no venía con mucho afán de hablar, así que se fue en silencio hacia el cuarto, o ese era el plan, ya que fue detenido.
-John.
-¡Ah! ¿s-sí, señor Mike?
-Al parecer, sí fuiste a una fiesta, viendo que llegaste tan tarde.
-No, no, no fui a ninguna fiesta, sólo se me hizo tarde, porque me quedé hablando con mis amigos.
-Entiendo. Ahora tiene sentido.
-Disculpe, ¿qué tiene sentido?
-Que, si hubieras venido de una fiesta, te verías levemente animado, lo cual no es el caso. Supongo que lo que hablaste no fue un mero ponerse al día con los demás...
-(No estoy en condiciones de ocultar lo mal que me siento) L-la verdad-.
-No es mi problema, John. No tengo nada que interferir en eso, a menos que tú explícitamente me pidas lo contrario. Solo lo noté extraño verte así.
-Ya veo, en ese caso, sí quisiera conservar esto como privado, si no le importa.
-Para nada. Por cierto, si no me equivoco, los cook-offs del instituto empiezan en dos o tres semanas, me parece.
-Ajá, así es...
-¿Te vas a meter en alguno?
-Ehhh, sí, voy a inscribirme en uno.
-Muy bien, a mí me encantaban en mis tiempos de estudiante.
-¿En serio?
-Ajá, usualmente me gustaban los duelos amistosos, nada muy serio y con amigos como jueces.
-Suena bastante relajado.
-Aunque si te soy sincero, las contiendas serias, en las que había algo que perder, ya sea orgullo o estatus son las que más tengo clavadas en mi mente. No muchas veces en la vida profesional de un chef nos encontramos en situaciones en donde la victoria y la derrota puedan esfumarse en un parpadeo; es una inyección de adrenalina.
-Me imagino que así debe ser.
-¡Pero no lo vayas a tomar muy a pecho! Esos duelos son emocionantes, de eso no hay duda, pero no deberías buscar tenerlos si no te sientes capaz, no te estoy diciendo que vayas a pedirle un cook-off a alguien super conocido y habilidoso, como esta muchachita de la que hablan todos, Agnes Brienne, sería super insensato, jajaja.
John tragó obeso, y después, trató de no parecer sospechoso -S-sí, jeje...-
-Aunque, si quisieras hacer algo así, te diría que debes buscar tus mejores recetas, no tratar de aprender nuevas.
-¿Y por qué?
-La respuesta es...¿Cuál es la diferencia entre un cocinero y un chef?
-...¿El gorro?
-No.
-¿El salario?
-No.
-¿La habilidad?
-Nope, la diferencia es ¿Cómo usamos las recetas?
-¿Igual? Estoy más perdido que Colón buscando las indias, señor Mike.
-Jajaja, el punto es este. Le damos una receta al cocinero y al chef, ambos recibieron la misma receta, y tienen los mismos ingredientes para prepararla, ¿qué pasa después?
-...¿El chef la hace mejor?
-No, a ambos les salió un desastre.
-Eso no lo vi venir (¿eso les pasa a los chefs en la vida real?).
-Con esto que pasó, ambos vuelven a intentar la receta, ¿qué pasa ahora? El cocinero volvió a fallar la receta, y se siente frustrado, porque hizo todo como pedía la receta, sin desviarse lo más mínimo de las instrucciones, pero el chef, el chef logró hacer algo delicioso, ¿por qué?
-Ehhh, ¿por qué el chef es mejor cocinando?
-"¿Por qué el chef lo cocinó mejor? Porque el chef cocina mejor, duh" Eso se puede decir de cualquier cosa, lo que quiero es la razón específica.
-(La razón...¿qué diferencia a un cocinero de un chef? El cocinero siguió la receta a la perfección, pero, aun así, le salió mal, pero al chef le salió bien...creo que tengo algo) Señor Mike, ¿el chef siguió la receta punto por punto, sin desviarse?
-Hmm, ¿qué crees tú?
-Pues creo que, si el cocinero siguió a la perfección la receta dos veces y ambas le salió mal, tal vez el problema es la receta.
-¡Exacto! Ahora ¿cuál es el problema con la receta?
-Pero ¿cómo voy a saber cuál es, si no me dijo cuál estaban usando ambos?
-No es necesario, piensa las cosas en términos más generales.
-(Esto parece jugar a las adivinanzas con el Riddler. ¿Cómo puedo decir cuál es el problema de una receta si ni siquiera sé que trae o cómo se prepara? Hmm...probemos esto) ¿Tal vez, toda la receta está mal?
-Es una posibilidad, ajá. Ahora, la última pregunta, si la receta tiene un récord de salir bien en otros lugares ¿por qué el chef decidió desviarse de la receta?
-(Ok, esta es la última. La razón obvia es que vio que la receta tenía algo mal pero, eso no tiene sentido, porque el señor Mike dijo que la receta si salía bien en otros lados, entonces, ¿qué cambio?...¡OH!) ¡Lo tengo! ¡porque la receta no era buena en el lugar que lo estaba haciendo! ...No, espera, eso fue tonto, una receta no empeora por el-.
-Exactamente, John, el problema es el lugar donde lo hizo.
-Espere ¡¿cómo?! ¿acaso la comida sabe mejor dependiendo de donde la hagas? (¿será por eso que la comida en Francia sabe bien? ¡¿porque está hecha en Francia?!).
-No solo es el lugar, sino las condiciones, la situación en la que cocinamos un platillo la mayoría del tiempo difiere bastante de las condiciones en donde crearon la receta. Tal vez los ingredientes de la receta original eran de mejor o menor calidad, o el lugar donde se hizo tenía más humedad en el aire, o menos, o estaba a una altitud distinta, inclusive puede ser que los instrumentos eran distintos, por ejemplo, si estaba haciendo repostería y tenía un horno con un voltaje distinto. Rara vez, las recetas y los cocineros toman estas variables en cuanta, pero como chefs, analizar estas situaciones y solucionarlas conforme se presenten es parte de nuestro trabajo. No se siguen las recetas al pie de la letra, se usan como guías.
-¡Wow, ya comprendo! (¡Por eso fue que la receta de la salsa supreme salió mal! Agnes la dijo perfecta, pero sabía que sus condiciones eran distintas a las del instituto y como yo no las analicé, la receta era casi seguro que iba a salir mal) ¡Muchísimas gracias por el consejo, señor Mike!
-Tenlo siempre en cuenta al aprender nuevas recetas, más de una vez salen mal a la primera. Por cierto ¿vas a tener algún duelo completo?
-¿Cómo que un duelo completo?
-En donde se compite con entrada, plato fuerte y postre, porque usualmente, los cook-offs entre estudiantes son de solo un plato.
-(Ese último me convence más, pero siento que ese no es la clase de duelo que Agnes desea, ella va a querer dejar en claro que es una mejor chef en general) Creo que voy a tener uno completo.
-Entonces, vas bastante en serio. En ese caso, me da curiosidad saber qué planeas hacer como postre, porque es lo que menos te he visto cocinar.
-Hmm, no había considerado eso, la verdad (De vuelta en casa, lo único que había dulce eran las cebollas caramelizadas y los jugos naturales).
-Si es así, busca a alguien con experiencia ahí y que te ayude con algunas recetas. Si quieres una recomendación, un patissier sería una buena elección, a los jueces les gustan las pastas de hojaldres.
-Un chef de repostería, entonces.
-No necesariamente un chef, pero alguien con bastante experiencia en el campo.
-...Creo que tengo una idea (lo malo, es que no puedo ir a preguntar así como así, porque todavía tengo que disculparme. Ni modo, tendré que dar la cara más temprano de lo que creía) Por cierto, señor Mike, todavía no conozco todas las especializaciones entre los chefs, ¿en cuál de todas cree que calzo yo?
-Ningún chef calza en solo una clasificación, pero hay algo en lo que usualmente destacan. En tu caso, creo que tienes pinta de friturier, es una especialización que rara vez se encuentra aquí.
-¡Oh! No sabía que era un tipo de cocinero tan único. (Tal vez eso me ayude a conseguir trabajo).
-Y también, tienes muy buenas habilidades como Grillardin.
-(No entendí muy bien, pero tenía grill al inicio, debe ser trabajo en la parrilla) Bueno, iré a buscar a este "patiser".
-Patissier, John.
-Ajá, eso...Pero ahora, lo más importante es ir a dormir, porque la planta de mis pies se siente como si hubiera caminado con zapatos de cemento.
-¿No te habrás metido con gente peligrosa o sí, John?
-N-no lo dije en ese sentido (aunque hoy por un momento me sentí como que me estaba hundiendo al fondo del río).
-Ok, no te distraigo más. De todos modos, todavía tienes buen tiempo para decidir el menú con el que vas a pelear. Buenas noches.
-Igual, señor Mike.
Acabada la conversación, John se fue a su cuarto a tratar de conciliar el sueño, pero no podía, por más cansado que estaba, todavía sus neuronas estaban a máxima potencia, creando los escenarios más terribles en su cabeza, como que al tratar de disculparse con Ada, esta le escupiera, le pateara la entrepierna, le dijera que no quería verlo nunca más y le hiciera una cirugía estética gratis en la cara al remachársela contra la puerta, o también imaginaba cómo sería si la francesa terminara humillándole frente a todo el mundo en el cook-off, tanto que hasta sus amigos tuvieran que ignorarlo para guardar las apariencias y que le terminaran quitando la beca y lo devolvieran de puntitas a Texas, a cocinar hamburguesas hasta que la última vaca del mundo haya caído. No había nada remotamente positivo más que todavía tenía tiempo para hacer que estas visiones no se hicieran realidad.
Trató de relajarse leyendo varias de las lecturas que tenía desperdigadas en su cuarto, desde uno de los cómics de Red-Ox hasta los principios del comunismo, por lo que se puso a ojearlos para tratar de apaciguar su insomnio, pero terminó más bien metiéndose en ambas lecturas, aprendiendo cómo Red-Ox derrotó al robot del que se había disfrazado KillerQueen, ya que este se podía teletransportar entre dos puntos tan rápido que parecía que había dos robots distintos, pero descubrió que siempre lo hacían en paralelo, rodeando un punto en el centro de las dos posiciones, por lo que, cuando consiguió acercarlo al centro, el robot no podía escapar de posición ya que no se teletransportaba lejos del peligro, y hablando de maquinaria, también aprendió las diferencias entre asalariado, esclavo, siervo y obrero artesanal, viendo como estos últimos eran los que más se parecían a su profesión y que fueron lentamente enviados a las factorías con la introducción de maquinarias que hacían el trabajo más rápido y barato, por lo que no pudo evitar imaginar que las máquinas llegaran a reemplazar a los chefs, y en su estado de agotamiento, imagino al C-312EZ tomando su trabajo en la cocina, una manera bastante curiosa de unir los temas que había estudiado.
Al menos, este curioso sincretismo fue lo que finalmente lo puso a dormir, ya cuando los gatos callejeros empezaban a pelearse entre ellos, pero eso no irrumpió en su cita con Morfeo.
Al siguiente día, fue a la manoir, a ver si tal vez ahí estaba Ada, o ese era el plan, ya que apenas llegaba a la puerta, pasaba de largo como si nada por la vergüenza de tener que ver cara a cara a la muchacha y lo que podía llegar a pasar, y en este va y viene se pasó aproximadamente veinte minutos afuera del portón, hasta que medio pudo darse coraje para entrar al edificio, tocando la puerta con los ojos cerrados con la infantil creencia de que uno se desliga de responsabilidad de sus actos si no los ve. Marcos lo recibió como siempre, con esa cara seria y amenazante que ocultaba a un arlequín de primera categoría. Él entró, estrechándose contra las paredes en un intento desesperado para no ser visto por Ada si ella estaba ahí, aun cuando sabía que tarde o temprano tenía que encontrarse si quería resolver este embrollo.
El lugar no estaba vacío, pero si con un bajo volumen de personas por la hora, pero más notable aún es que no había rastro de las jóvenes de Morpho, ni sonido de pasos sobre la madera del piso ni la música que usaban para practicar los tiempos. John las buscó por todos los cuartos sin afán alguno, parecía que hoy no practicaban, así que, con un poco de frustración por no haberla encontrado y mucha felicidad por creer haberse quitado el tiro hoy, se marcharía de vuelta a casa de nuevo y lo intentaría después, muy probablemente, tratando de prorrogar esa fecha lo más posible, pero cuando iba bajando por las escaleras y se dirigía hacia la salida, alguien le saludo con una voz que reconocía pero que confundió al inicio por el pánico que aún tenía.
-Bonjour, Tintin!
-¡AH! ¡SÍ ESTABAS AQUÍ! (Solo dilo y ya, y prepara la otra mejilla por si acaso) ¡S-s-solo quería decir que lo siento por lo que pasó ayer, por favor, perdóname! -Dijo John, en una posición de penitente.
-Oh, claro, ¡disculpa aceptada! ¿y por qué?
-¿Ah? ¿Cómo que por qué? ¿Acaso tú...eres Charlotte?
-¿No sabías?
-Ehh, ¡no, no, perdona, me confundí! pensé que eras alguien más, jeje...¿Y por qué aceptaste mi disculpa ni sabías de que se trataba?
-No sé, solo me pareció que estabas demasiado desesperado por recibir perdón, como si fuera un confesionario, así que lo dije sin pensar. Hasta me dio un poco de gracia, jajaja.
-Ugh...(no sé qué pensar: Si sentir vergüenza por haber hecho tremendo papel frente a ella y las otras personas que estaban aquí o tranquilidad porque no era Ada y ahora en teoría podría dar una mejor disculpa) P-perdona que tuvieras que ver eso, de todos modos.
-Para nada, no importa. Ahora, Tintín, ¿con quién te ibas a disculpar exactamente? O sea, si me confundiste con esa persona, supongo que es con una mujer ¿o no?
-Bueno-.
-¡Ah! ¡ya sé! ¡de seguro es Ada!
-¡Hey, espera! ¿cómo-?
-¿Y por qué? ¿se pelearon?
-No exactam-.
-¿Acaso fue por el beso que te dio Olivia?
-¿Qué? No, no tiene nada que-.
-¿O fue algo peor? ¡te encontraron con las manos en la masa con otra muchacha! ¡Ah! Fue con Cécile, ¿verdad? ¿cómo pudiste? ¡¿con su mejor amiga?!
-¡Eso no fue lo que pasó! No es nada amoroso, bueno sí, pero no como imaginas, ¡y no tiene que ver conmigo! ...¡Bueno, sí tiene que ver, pero no de esa manera!
-Hmmm, ya veo. Tal vez sea que estado viendo muchos dramas coreanos, pero de algo estoy segura, que la Ada que vi ayer después de que salimos del club estaba sufriendo de mal de amores.
-¿Y-y por qué crees que es eso?
-Andaba en su modo asesino, caminaba como marchando, hablaba en oraciones cortas, super sensible y en general, bastante tosca y con cara de pocos amigos.
-Ya veo (más que deprimida, está super furiosa...espero que no sea conmigo o mejor dicho, que no sea SOLO conmigo).
-Entonces ¿qué fue lo que paso? ¿quién le rompió el corazón?
-(Ya causé muchos problemas por metomentodo, mejor no crear nuevos por lengua floja) Mira, la verdad es que eso es muy personal de Ada, si quieres saber, mejor pregúntale directamente a ella.
-¿Y tú que tienes que ver?
-Ehhh...digamos que quise ayudar...
-...¿En qué?
-(¡Ay! ¡casi se me sale "ayudarlas"! ¡Eso si hubiera sido un problemón!) A-ayudar en algo, ajá, pero creo que solo terminé empeorando todo, así que quiero disculparme, y ya que estás aquí ¿sabes si va a venir Ada hoy a la manoir?
-¡No, hombre! Quedamos en darnos un descanso de las coreografías por una semana, con lo estresante y exigente que fue esta, si seguimos así nos vamos a reventar. Yo solo vine a recoger unas cosas y me largo.
-(Conque no van a estar toda la semana aquí. Podría esperar, pero siento que, si me quedo sin decir nada por mucho tiempo, esto se pondrá peor...pero ¿no podríamos esperarnos un poco?) Bueno ¿sabes dónde puedo encontrarla?
-Bueno, podías ir directo a su casa, yo conozco la dirección.
-Eso estaría excelente, entonces-.
-Aunque de seguro no está en casa a esta hora, apuesto el tutú de Kya a que está en la panadería de sus padres.
-(Si estás tan segura, ¿por qué apuestas el de tu hermana y no el tuyo?) Claro, la panadería Dubois.
-¿Sí sabes dónde queda?
-Bien sûr, queda bastante cerca de mi casa.
-Ya veo, en ese caso, te persigno, porque lidiar con Adeline furiosa es una prueba de espíritu que ni siquiera haría un monje budista, para nada recomendado.
-G-gracias, supongo -Dijo John después de pegar un trago tan gordo como una cantante de ópera.
Ahora, ya tenía seguridad de que Ada se iba a encontrar en la panadería, y proporcionalmente a esta seguridad, sentía un terror de lo que le esperaba una vez llegara ahí y se la encontrara, ¿realmente sería tan terrible como decía Charlotte? Debía estar exagerando, tal vez en comparación con Ada normal, que era, sin afán de broma, un pan de Dios. Parecía ilógico que llegara a ser algo remotamente intimidante, tal vez había sido algo seria con las chicas durante la práctica de la coreografía, y lo asustó un momento cuando lo confundió con uno de los tipos del Tango, pero hasta ahí, era un caso aislado. Sin embargo, era su propia mente la que le impedía descartar la posibilidad por completo, así que se puso a pensar en que podía hacer para calmar sus ánimos, si llegaba a tener. Lo que se le ocurrió fue un regalo, algo tierno que tal vez le mejorara el humor, y mientras iba por el boulevard, vio una tienta de venta de flores, así que se le ocurrió que una de estas plantas serviría como buena ofrenda
-(No sé qué flores le vayan a gustar. ¿Tal vez las rosas? ¿o las Hortensias? Inclusive las margaritas, ni siquiera sabía que se llamaban así. No vaya a ser que ella es alérgica a las flores, eso solo la pondría peor...Bah, no seamos tan negativos, solo llevemos un ramo con varios tipos de flores y ¿siquiera cuánto cuestan? ...Tal vez solo una flor le guste más).
Y con una única rosa puesta sobre su pecho, igual que los difuntos, como una forma de decir que estaba próximo a convertirse en uno, así fue caminando hacia la panadería. Cuando estaba a unos metros de ella, vio a través de la ventana algo que descuidadamente no había considerado y eso era que Adeline no estaba siempre como cajera, porque desde donde estaba viendo podía reconocer bastante bien a un hombre adulto, corpulento y con frondoso bigote frente a la caja registradora, y no faltaba ser un maestro de la deducción para saber que ese era el padre de Adeline y justo aquí, aparece una revelación.
-Estoy entrando a la panadería, con una rosa en la mano, a preguntarle el señor dónde está su hija...¿podría ser esto malinterpretado? (Mejor pregunta: ¿qué otra interpretación podría tener esto?) ...Esta fue una horrible idea.
Y como las viejas mañas nunca se pierden, el muchacho tomó posición de lanzador de beisbol y arrojó la rosa hacia donde el viento le dijo, para su suerte, tal imprudencia no golpeo a nadie cercano, además de que el día estaba ventoso, así que la flor se fue con la brisa. Con el "problema" del rosa solucionado, ahora solo tenía que entrar al lugar, y preguntar por ella; este sin duda era el plan de dos pasos más complicado que había realizado. Tomó un respiro como si fuera a sumergirse al trecho de las Marianas, abrió la puerta, se asustó con la campanilla y entró a la panadería.
-...Ehh, bonjour.
-Bonjour, monsieur. Qu'est-ce que vous désirez?
-Ahhh, j-je ne parle pas francais t-trés bien (Dios, espero haberlo dicho bien).
-Muy bien ¿qué desea?
-Oh, claro...
-¿Quiere pan?
-Oh, no, no es eso...(qué difícil se siente hablarle a este señor).
-¿Entonces?
-Yo quisiera...¿está Adeline Dubois?
-Sí, está en la parte de atrás, ¿para qué la necesita?
-¿No estará muy ocupada para hablar un momentito conmigo?
-No, está bien. ¡Adeline!
Durante unos momentos, se pusieron a hablar en francés de lo más común y silvestre, del cual John solo entendía que le estaban avisando que un extranjero estaba ahí, y Adeline respondiendo desde la parte de atrás con un acento que John consideraba "agresivo" pero empezó a pensar que tal vez solo era que así sonaba todo el mundo para él cuando no entendía nada, hasta que Ada empezó a hablar de nuevo en inglés.
-Si es el señor de los trajes, yo misma los fui a devolver hoy en la mañana y ya la cuota quedó pagada, así que no tiene ningún derecho de venir a molestarme a mí y a mi familia durante horas de trabajo ¡así que puede irse al infierno y no hacerme el día más difícil!
-¡Jesucristo! (¿Esa es Ada? ¿la misma Ada? Acaba de desear la condena eterna sobre mí como si fuera lo peor de la escoria, hasta un pelo en la comida lo tratan con más respeto).
-No creo que sea él, hija.
-Entonces ¿quién?
-¿Cuál es su nombre, monsieur?
-S-soy John Ramírez.
-Un tal John Ramírez.
-...Entre.
John solo se quedó congelado en el lugar, como cuando los animales fingen estar muertos en presencia de un depredador.
-...¿No le va a hacer caso a mi hija?
-¡¿E-era para mí?! D-discúlpeme, creí que se refería a usted.
-No importa. Y disculpe a mi hija, ella no es tan abrasiva, solo que hoy está algo malhumorada. Por favor, pase.
-G-gracias (pero si soy sincero, después de escuchar eso, me da mucho miedo entrar...)
Mientras John se acercaba a la parte de atrás, solo se escuchaban ruidos de golpes bastante fuertes, desde los "pums" hasta los "bams", como si estuvieran zarandeando a alguien y el pobre pecador solo se puso a imaginar que era a Agnes a la que estaban dándole una despedida alemana, y que por eso el padre lo había dejado entrar, ya que era el siguiente en la fila para la paliza, pero sus exageradas desilusiones se difumaron cuando vio que solo era que Ada estaba amasando la masa y estirándola, golpeándola fuerte como si le debiera dinero. John entró al lugar, tomó otro gran respiro y habló.
-H-hola, Ada.
La muchacha levantó un poco la mirada y asintió con la cabeza.
-Ehh...¿cómo estás?
-Bien.
-Oh, muy bien, muy bien...
-¿Y qué?
-¿Q-qué de qué?
-¿Viniste a saludar? Eso lo podemos a hacer por teléfono o cuando termine mi turno.
-E-eso creo.
-¿Pues, entonces? Si fue para eso, por favor, retírate.
-N-no, no fue para eso, es para...es para algo más importante.
-¡Dilo, entonces!-Le respondió la ruda repostera, chasqueando los dedos.
-(Ok, está Ada no está para tolerarme ninguna tontería, debo ser honesto, si quiero que mi disculpa sea auténtica, debo decirle todo lo que he pensado. Bueno, desenfunda) Ada, yo vine a disculparme por lo que pasó ayer. Sé...sé que te dije que lo que iba a hacer era ayudarte, pero, si te soy honesto...
-Continua.
-Si te soy honesto, gran parte por lo que hice todo esto fue para satisfacer mi propia curiosidad, aun cuando sabía que esto no me incumbía, engañándote, y fue por eso por lo que terminé hiriéndolas, tanto a ti como a Agnes. Yo no tenía ningún derecho de hacer lo que hice y por eso es que te digo lo siento...
Inmediatamente la muchacha paró lo que estaba haciendo, se acercó con un largo paso y en un instante, casi imperceptible, le "mató a un mosquito" en el cachete izquierdo.
-¡AHHHH! (¡Dios mío! ¡¿cómo es que su cachetada dolió más que el puñetazo de ayer?!).
Y mientras el joven se recuperaba del golpe y se quitaba un poco de la harina de la cara, Ada le respondió.
-...Lo pensaré.
-O-ok, entiendo (creo que esto es lo mejor que podía esperar. Al menos lo está considerando) Bueno, yo solo venía para eso, así que creo que ahora me voy.
Pero justo antes de irse, Ada abrió la boca.
-John ¿podrías quedarte un momento?
-¿Huh? Si tú lo dices, todo bien, pero ¿por qué?
Ada dio un suspiro de lo más profundo y se dio la vuelta, conectando su visión con la del joven.
-Quiero dejar algo en claro: Estoy enojada contigo, más cuando me dices que te metiste en mis problemas en parte por curiosidad...
-P-perdón (Más que decirlo, me da mucha más vergüenza lo que hice cuando ella lo menciona).
-Pero no creo que un metiche cualquiera hubiera peleado tanto solo por un chisme como lo hiciste tú, el resto se hubieran quedado con la historia de...ella. Y nadie que hubiera venido solo para meter la nariz tendría la responsabilidad de venir a decírmelo en cara y tratar de disculparse en un día después.
-S-supongo que sí (todavía me siento confundido en que parte lo hice por curiosidad y en que parte lo hice por ella) Aun así, no quiero tomar crédito por ello. Además, solo llegué a la verdad por la carta que trajo Cécile y por el guante.
-Por cierto ¿cómo lo conseguiste? ¿lo robaste?
-N-no, no, no. Aunque no lo creas, ella misma me lo dio...pero eso es una historia para otro día.
-Volviendo al tema, también estoy enojada con Cécile.
-¿Por qué? Si fue por ella que conseguimos la carta.
-Justo por eso, ella también me ocultó esto. Dos de las personas que más quería me crearon un mundo de mentira, y eso es lo peor de todo.
-(Dayton tenía razón, es la mentira lo que más duele) Eso lo entiendo completamente.
-Cécile también se vino a disculpar, y también tengo mis dudas con aceptársela...John, yo sé que lo que hiciste fue incorrecto, y no creo poder dejarlo pasar todavía, pero la verdad es que gracias a ti ahora sé la verdad, y eso no puedo recriminártelo.
-S-supongo que fue así, pero no sé, tal vez la verdad se hubiera revelado sola y de una forma menos dolorosa de no haber sido por mí...
-Tal vez pudo ser así, pero ya pasó lo que pasó, no hay nada más que hacer...
-Bueno, creo que ya dejé en claro lo que quería decir, no te interrumpo más en tu trabajo.
-Claro...Otra cosa es que me hace sentir un poco tranquila que hayas venido a dar la cara tan pronto, porque con eso sé que nuestra amistad significa algo para ti al menos.
John dejo una pequeña risa, con sus manos en los bolsillos y dijo- Es lo menos que podía hacer. Solo espero no volver a traicionar esa amistad de nuevo.
Y justo cuando estaba a punto de salir por la puerta, su ojo notó una de las masas que resaltaba entre todas y le preguntó a Ada:
-Oye ¿esas de ahí son pastas de hojaldre?
-Sí, eso son, unos croissants, de hecho.
-Claro, claro, vieras que yo estoy tratando de aprender a prepararlas, porque planeo usarlas en un cook-off.
-¿En serio? ¿en la manoir?
-Podría, pero ese no era mi plan, sino que quería usarlos en un cook-off en el instituto (quisiera pedirle ayuda, pero sonaría como un interesado ahora si lo dijera).
-Oh, ya veo. Espero que te vaya bien con esos postres.
-Espero que sí. Bueno, adiós.
Y el joven se dispuso a salir del establecimiento, con un peso menos en su alma, pero todavía con la amenaza del cook-off en el horizonte, así que iba volver a casa a ponerse a estudiar las pastas y pedirle ayuda a Michael, pero justo mientras pensaba en todo esto, sintió como de la nada, su camiseta se estrechó y empezó a estriparle el cuello, jalándolo para atrás como si se lo estuviera llevando la mano peluda, y el terror empezó a invadir de nuevo cada célula, mitocondria, nervio y bacteria intestinal en su cuerpo. La puerta al frente se cerró ante él, y para cuando él estaba a todos los santos católicos, hindúes y sintoístas, Ada se puso en frente de él.
-¡¿Eres estúpido?!
-¡N-no creo, señora! (¡¿Qué hice mal?! ¿acaso la manera en que me despedí la ofendió? ¡¿acaso lo que le respondí a su papá cuando hablé en francés sí fue una ofensa?! Y la verdad, debería estar aterrorizado, con la cara de Ada tan cerca, pero siento...no eso).
-¡¿Vas a usar postres de hojaldre contra Agnes?!
-S-sí. Espera, ¿cómo sabes eso? Apenas lo planee ayer.
-¡Ella es la mujer más rencorosa que existe! ¡es imposible que ella no te haya retado a un cook-off!
-(Técnicamente, la que la retó fui yo) Sí, me voy a enfrentar contra ella ¿pero qué tiene que ver con esto?
-John, si la retas en patisserie, ella te va a destruir. ¡Agnes práctico un sinfín de veces conmigo! Además, ella me dijo cuando aún hablábamos que cuando entrara al instituto, llevaría a la vez un curso para patissier y estoy segura de que mantuvo esa promesa.
-¡¿Q-q-qué?! ¡Ahora tengo que pensar en otra cosa como postre!
-¿Por qué escogiste estos en primer lugar?
-Porque un amigo me dijo que las pastas de hojaldre impresionan a los jueces...
-...Ok.
Ada tomó el brazo de John y lo usó como una palanca para mover al joven de su lugar, tal como decía Arquímedes. Sacó un delantal, que decía "¡Que buenas masas, señora!". Inmediatamente, la chica le habló:
-Es de mi mamá, póntelo.
-O-ok (no necesitaba saber de quién era, solo bastaba decir "póntela" y ya).
-Si quieres alguna oportunidad de siquiera poder seguirle el ritmo, debes aprender de alguien bueno. No soy la mejor repostera del mundo, pero llevó haciendo esto desde niña, así que conozco todo acerca del tema.
-M-muy bien. Muchas gra-.
-Todavía no te he enseñado nada, menos perdonarte y si hago esto es porque, aunque estoy enfadada contigo, no quiero que fracases y te largues de aquí. Así que, no me agradezcas hasta que sobrevivas ese duelo, ¡a trabajar!
-¡E-e-entendido, señora! (Ahora, me va a tocar lidiar con esta versión de Ada, la misma que sufrieron las chicas. Espero que no ponga a bailar encima de carbón encendido...)
-Ya tengo todo listo para empezar. Primero ¿Qué es lo más importante para una buena pasta de hojaldre?
-Hmmm, supongo que la masa es-.
-Mal.
-¿C-cómo así?
-Lo que decide realmente qué tan bien vaya a saber un croissant es la mantequilla-.
-Porque obvio que lo es, Francia -Se dijo John así mismo en voz muy baja-
-¿Qué murmuras, Ramírez?
-N-nada, nada, continua (¿En qué momento doña Ramírez compró boletos a Francia y se vino a jalarme las orejas?).
-Más vale. Bueno, la mantequilla debe ser de la mejor calidad posible, no se puede escatimar en gastos. Si el cook-off es en el instituto, estoy segura de que tendrán muy buena mantequilla para usar, ¡pero no vayas a tomar la mantequilla blanca, no es tan buena para esto! ¿entendido?
-Comprendo, lo voy a recordar (de haber sabido que me daría una clase hoy, hubiera traído una libreta para notas o algo así). Voy a tomar algunas notas en mi cel-.
-Ni lo pienses.
-¿Y por qué no?
-No se saca el celular cuando se hace una pasta de hojaldre, no vas a querer que se le meta harina. Podrás apuntar cuando terminemos, ahora ¡pon atención!
-¡S-sí, madame! (¿Por qué tenía que pasar de ser la maestra Miel a la señorita Tronchatoros?).
-Primero, combinamos todo lo seco: Harina, sal, levadura y azúcar, ¡así que nada de manos sudorosas!
-Claro...(¿qué estará insinuando?).
-Cuando practicaba con Agnes, al inicio pensé que sería un desastre con sus guantes, pero ella traía un par hecho de un material especial en que no se adhería la masa a la tela.
-Curiosa solución ¿no hubiera sido más fácil para ella trabajar sin guantes?
-No.
-¿Por qué?
-¿Qué te importa?
-(Usted siga amasando, papito).
John sintió un escalofrío terrible porque, además de lo obvio que era el resentimiento de la bailarina contra él, ahora también suponía que ella pensaba de él como un chismoso, y con justa razón, así que dejó el tema y siguió con la lección.
-Si ella puede hacerlo así y sin tener problemas en la calidad, por mí está bien...Aunque la verdad ¡detesto como siempre hace las cosas a su manera y sin consultar! ¡todo este problema pudo haberse solucionado si ella hubiera querido hablar conmigo! ¡JOHN!
-¡Ahhh! ¿D-diga?
-¡Concéntrate, mec! Ahora, vamos a agregar los ingredientes mojados; agua y mantequilla. Mézclalo hasta que toda la masa sea uniforme y no le agregues más de una taza de agua, la grasa de la mantequilla basta.
-Ok, entonces no más de una taza, entiendo...espera, ¿mézclalo no es segunda persona?
-Ajá, tú lo vas a hacer, ¿o acaso me ves con traje de sirvienta?
-P-para nada, pero ¿no me ibas a mostrar primero cómo hacerlo?
-¿No sabes cómo mezclar masa?
-No, pero decía-.
-¡Qué listo! Entonces, puedes hacerlo bien, además, hoy es día de trabajo, también debo seguir con lo mío, cuando termines, me avisas.
-Por supu-.
-¡En francés!
-Bien sûr, madame...
-Mucho mejor.
-(Regaños, enojo y sarcasmo de Ada para mí. Ahora puedo ver claramente que metí la pata hasta el centro de la tierra).
El muchacho siguió mezclando con las manos, hasta que estas estaban tan cubiertas de masa que parecían bolas, como los dibujos infantiles. Ada le prestó una paleta de plástico, con la que podía quitarse la masa y devolver al tazón de la mezcla. Mientras esto pasó, él pudo escuchar que su instructora estaba hablando entre dientes, y naturalmente en su mente, esto solo podía ser un escarmiento esperando a pasar, como que su masa más bien parecía arena para gatos o una flema recién sacada, como si su instinto de autopreservación estuviera confundiendo a Ada con Agnes, la cual no era una comparación tan descabellada en esos momentos. No obstante, John todavía tenía confianza suficiente en ella para preguntarle y salir de la duda.
-Hey, Ada, ¿lo estoy haciendo bien? Es que no sé cómo voy, en realidad.
-...¿Ah? ¡Ah, claro, la masa! ...Hmm, está decente, ya creo que puedes ponerte a estirarla.
-Es que parecía como que me estabas diciendo algo.
-Claro, perdona, solo estaba hablando conmigo misma, no es nada contigo, no te preocupes.
-Oh, ya veo, Gracias por de-.
-¡Pero es que todavía estoy furiosa con Agnes! ¡no entiendo cómo puede ser tan desconsiderada!
-Oh...
-¡Es que en serio! ¡imagínate el esfuerzo que hice para mandarle un mensaje para que viniera y no sé molesta en contestarlo! ¡y después, se aparece de la nada el día de la presentación, sin avisar! ¡casi me da un infarto! ¡me puse extra nerviosa, más de lo que ya estaba!
-(Entonces, fue por eso que le agarró la vomitadera, no eran los nervios del show, sino los de que la francesa estaba ahí) C-claro, claro ¡eso es bastante maleducado!
-¡Sí, exacto! ¡pero ponte a estirar la masa ya para que no se empiece a fermentar antes de tiempo! ¡chismear puede esperar!
-P-por supuesto, voy (¿tanto bajó su imagen de mí, de un simple metiche a una señora en misa de domingo?)
Nuestro protagonista no era un repostero, como bien sabemos, pero tenía experiencia usando las manos para mezclar con fuerza, haciendo las tortas y también, con las tortillas para tacos, que le había enseñado su madre. Aun así, él trataba a la masa con relativo cuidado; en contraste, Ada le daba y estiraba la masa con fuerza y velocidad mecánica, pero era imposible no notar que había más emoción de la necesaria, tanto que más que estirar, parecía que estaba aterrizando a golpes a la masa, mientras John presenciaba con pánico y deseando que no fuera que su maestra estaba imaginando su cara y tráquea en la masa
-Mira, John. La masa debes estirarla más o menos unos diez minutos -Dijo Ada, mientras agarraba la masa y la traía devuelta hacia la mesa con el arco entero de su brazo con la fuerza de Thor.
-E-entendido.
-Debe quedar lo más lisa que se pueda, así que pon todo tu peso en la palma cuando estiras. Y algo muy muy MUY importante, que es asegurarte que la temperatura de la masa no pase de los veinticinco grados centígrados, porque si lo hace, el proceso de fermentación empieza más rápido, ¿quede clara?
-C-como el cristal, señora.
-Bien...
-(Parece que ya se calmó un poco, ahora ya puedo trabajar un poco más tranquilo).
-¡Pero es que no lo puedo superar!
-(¿Saben? Ada está hablando mucho para algo que "ni tiene que ver conmigo").
-¡Si me hubiera dicho que venía, hubiera traído ropa y dinero para ir a hablar a un lado más decente! ¡pero no! ¡apenas tenía para el taxi de vuelta a casa! ¡y ella ni siquiera se molestó en traerme un postre o algo así, aun siendo una chef! ¡me estaba muriendo de hambre!
-(¿Estás segura que eso fue culpa de Agnes o de que vaciaste la tripa más de lo necesario? Seguro que para el final ni mariposas quedaban en tu estómago, menos comida).
-Pero bueno, eso ya está, solo queda ponerla en un frasco con poca entrada de aire y dejar que se expanda la masa. Por mientras, toca hacer la tabla de mantequilla. Tomamos las barras, las ponemos en medio de papel para cocinar y las aplanamos con el rodillo de madera, luego estiramos con el mismo mientras está en el papel, cerramos un poco el papel y lo metemos a congelar. ¡Ah! Y que no se me olvide: la tabla es de 15x15 centímetros.
-Muy bien, 15x15 y al congelador.
-Eso me recuerda, que Agnes tenía una maña de meterle un dedo a la tabla y probar un poco antes de meterla a congelar, jaja...
-Se nota que es una aficionada de la mantequilla pero...¿No estabas enojada con ella?
-...¡Claro! ¡era algo de super mala educación! ¡y siempre lo hacía como de espaldas para que no la viera! ¡ella nunca es honesta conmigo!
-¿Con lo de la mantequilla?
-¡Con todo! ¡es que me trata como si fuera una niña, aun cuando yo soy mayor que ella!
-Eso es curioso, porque como tú eres mucho más alta que ella, la mayoría de la gente también supone eso (pero hasta un chiquito de kínder podría ver quién es la más madura de las dos, aunque si no quiero terminar junto a los croissants, metido en un horno, mejor me abstengo de comentar eso. En otras cosas, hablando de madurez, me preguntó a cuál de las dos algún chiquito le diría "madame" primero...)
-¡Sí, acepto que creía en Santa hasta los trece, pero eso fue porque mis papás eran muy buenos para poner regalos! ¡además...¿John, estás aquí?
-(La francesa se ve más joven, pero estoy seguro que no trataría a un niño con mucho tacto, pero Ada talvez si lo traté como igual, y también sería curioso pensar si alguna de ellas se enojaría si les dijeran señora; Agnes no, lo tomaría como una muestra de superioridad, pero Ada, probablemente creería que se ve como una señora mayor y llegaría trastornada a su casa).
-¡John, pon atención!
-¡Ahh! P-p-perdón, madame, estaba pensando acerca de la masa y esas cosas, jeje...(llevaba rato sin perderme pensando en tonteras, y justo ahora, de seguro cree que me aburrí tanto de escucharla que quedé absorto en lo mío).
-Piensa sobre ello en tu descanso, por favor -Dijo Ada, pero luego, prosiguió a hablar con una voz más baja- Aunque a mí también me pasa de vez en cuando, me quedo pensando en la coreografía y se me olvida que tengo la masa en el horno. Más de una vez tuve que pagar con mi mesada algunas cosas que se me quemaron.
-(Esta clase de cosas me tranquiliza porque me recuerda que sigue siendo Ada, solo que hoy su lado dulce pidió una incapacidad y entró la que trae la camisa "en serio quisiera estar en otro lugar ahora mismo") Te entiendo, una vez se me pasaron las tortas del fuego por estar viendo caricaturas en un tele que había puesto mi padre en la cocina. Tuvo que pasarlo al frente para que no lo viéramos en hora de trabajo, pero yo le subía siempre el volumen para escuchar, jajaja.
-Jaja...Ahem, pero bueno, tal vez nuestros padres nos perdonen comida quemada, pero en un cook-off contra Agnes, el último en perdonarse va a ser uno mismo por la humillación que va a pasar, así que dejemos la habladera y concentrémonos.
-¡A la orden, madame! La masa parece que ya casi llega al límite del frasco.
-Bien. Toma la masa, expándela un poco y ponla en una bandeja para hornear, métela en el congelador unos veinte minutos, la sacas, le das la vuelta y la dejas otros veinte minutos. Cuando hagas esto, ve a sacar la mantequilla del refri y déjala como unos veinte minutos afuera, para que se ensuavice un poco.
-¿En serio? ¿no quisiéramos que esté más bien dura para poder usarla con la masa?
-No realmente, si está muy dura, cuando empecemos a pasar el rodillo o hacer los pliegues se puede empezar a romper y eso cambiaría completamente la textura del croissant.
-Ya veo, ya veo.
Con todos estos pasos hechos, la siguiente parte sí la estaría supervisando Ada, ya que era la parte más importante en las pastas de hojaldre: El laminado.
-Ok, ahora, estira la masa para que sea un poco más del doble de la tabla de mantequilla y luego, la cubres con la masa y empiezas a aplanar con el rodillo.
-Bueno, lo intentaré (esto es lo más importante, debo ponerle para que no se me estropee la masa) ¿Y cuánto expando la masa?
-Unos setenta centímetros suele estar bien, depende de cuánta masa usaste. Mmm, déjalo ahí, ahora viene la parte para laminar, aquí en Francia lo llamamos el "tour double" en donde imaginas como si la masa estuviera dividida en tercios. Así que doblas el primer tercio hacia el segundo y el tercer tercio lo doblas en el espacio que queda. Unes los pliegos y luego doblas todo a la mitad como un libro y ¡voilá! El primer pliegue está listo, ahora la ponemos en el congelador para que repose la masa un poco.
-Entiendo ¡ya lo tengo grabado en mi memoria! ¿y ahora qué?
-Mezcla unas cuatro yemas de huevo para que con el líquido pintes la masa.
-¿Pintarla?
-Ya sabes, con una brocha, le pasas la yema por todos lados para que agarre color cuando llegue la hora de meterlo al horno, duh.
-Ah, p-por supuesto (me confundí y pensé en algo más parecido a los lienzos de Pablo).
Por mientras terminaban los preparativos de la pasta de John, la muchacha seguía con sus labores cotidianas y al mismo tiempo, seguía despotricando contra la memoria de Agnes.
-¡Además, era demasiado grosera contigo! ¡aunque no era tu problema y no debías estar ahí, estabas tratando de ayudar y ella a cada rato te insultaba y mentía! ¡no sé qué mosco la picó!
-Yo también me lo pregunto... (me pregunto cómo es que parece que crees que esa forma de ser de ella es la excepción, porque siempre ha sido la regla conmigo).
-Yo creo que tu masa está lista para el siguiente doble. En este es lo mismo, pero aquí doblas el tercer tercio encima de los otros dos, no en lo que queda de espacio. Aplanas y lo metemos otro rato en el refri. Después de eso, lo expandes para que quede como un rectángulo de 23x70 centímetros, pintamos con yema, cortamos en triángulos, los enrollamos, volvemos a pintar, al horno y listo, nos ganamos el salario del día.
-¡Espectacular! Déjame intentar esta parte...(Wow, pasarle el rodillo para aplanarla ahora que está más firme es más difícil de lo que parece)
-Con fuerza, hombre...listo, mira aquí. ¿Ves que hermoso se ve un laminado bien hecho?
-Oh, sí, lo veo (aunque parece más como piel con tantas fibras...¿A Hannibal Lecter le gustaran sus pastas de hojaldre? Aunque no quiero ni imaginar el "relleno", qué asco).
Los croissants salieron perfectos, con una suculenta textura tan hipnotizante que ni requerían de un relleno para ser disfrutados.
-Muchísimas gracias, Ada.
-De nada, pero no creas que hemos acabado.
-¿Qué dices?
-Si quieres hacerle competencia, tienes que realmente ponerte a practicar las pastas todos los días, así que decidí que es mejor que trabajes aquí por estas semanas.
-¿Lo dices en serio? Pero todavía tengo que ir al instituto.
-No importa, el tiempo que tengas libre aprovéchalo aquí.
-¿Siquiera le consultaste a tus padres para "contratarme"?
-No es necesario, porque no te vamos a pagar. El conocimiento que te estoy dando va a ser tu paga, ¿no creíste que te lo daría de gratis o sí?
-Oh...(Todos los trabajos que me han dado en Francia se sienten como que me exploto por realmente nada, incluso en el de la Red-ox Con me pagaron mucho menos de lo que merecía por lo que soporté. En este caso, tampoco tengo opción, porque no tengo los medios para hacer buena repostería en casa...aunque, si pudiera conseguir los medios, yo podría establecer mis tiempos y recibir enteramente la remuneración de mi trabajo sin intermediarios, entonces...¡Anastasia, deja esta línea!) Bueno, trataré de venir tantas veces como pueda.
-Eso espero, porque necesitas más que croissants para ser un buen patissier.
-Bien sûr! Por cierto, ya te vez mucho más tranquila que cuando llegué en la mañana.
-Pues claro, suelo hacer postres cuando me enojo, amasar es una buena forma para liberarse.
-Y-ya veo (Entonces sí veía a Agnes y a mí en la masa que lanzaba como si fuera un trompo).
-Y en cierta parte, también hablar contigo. Uno se relaja cuando alguien más lo escucha y como no tuve oportunidad de hablarle a las chicas sobre esto y mucho menos que quería decirles a mis padres, así que...gracias por escuchar.
-¡Oh, claro, claro! No fue nada, al final solo venía a disculparme, pero me quedé porque dijiste lo de las lecciones, así que no me des mucho crédito, jeje.
-Hmm, entiendo...
-(Siento que debo decir algo más, pero de nuevo, no sé si estaría excediendo los límites de nuevo...Mejor me reservo comentar).
-...Oye, John.
-¡D-diga!
-¿Crees que debería perdonar a Agnes? -Dijo Ada, con la mirada hacia abajo y con una voz bastante apagada.
-(Ahora cambia la cosa, porque es ella la que quiere que opine...¡¿pero qué le digo?! Si digo algo estúpido, se podría enojar todavía más, y justo cuando apenas empezaba a bajarle las llamas. Voy a tratar de ser tan ambiguo como pueda) B-bueno, yo creo que esa decisión es solo tuya, Ada. Tú sabes lo que hizo y porqué lo hizo, así que queda para ti dejarlo pasar o no (con eso, nos desligamos completamente).
-Ajá... ¿y qué harías tú en mi lugar?
-(¡Demonios! ¡justo esto quería evitar! No quiero meter más la cuchara en este asunto, mucho menos influenciar una decisión, pero no puedo decirle que apelo a la quinta y ya, eso sería peor, ¡argh! Ni siquiera sé qué haría yo, porque, aunque le tengo un poco de pena a la francesilla, tampoco me cae bien...pero parece que hay que intentar. Condenado impostor...) E-este...Mira, la cosa es que ella te mintió, y creo una nueva realidad para ti, p-pero lo raro es que ella, en vez de exaltar su imagen y crear un montón de recuerdos maravillosos, lo que hizo fue tratar de borrarse de tu historia, y después, se alejó, solo para evitar lidiar con esa mentira, en vez de usarla a su favor. No sé si deberías perdonarla o no pero creo que algo más importante es...(¡Se varó el tren del pensamiento! ¡hay que pensar algo, no podemos dejarla en ese suspenso!)
-Si ella quiere perdonarse a sí misma ¿verdad?
-(Parece que solo cambió de rieles) ¡S-sí, algo así!
-Sí, justo he pensado en eso. Curioso que hayamos pensado en lo mismo.
-P-pues sí, ¿qué te digo? Jeje (seguro que pensamos parecido porque yo me robe lo que tú pensaste).
-Bueno, creo que con eso acabamos.
-Me parece, señorita. De nuevo, gracias por las clases de paticeri. (Ja, cada vez me sale mejor el francés)
-Claro. Á plus tard.
-Adiós, Ada (no sé qué estaba pensando, esta sigue siendo la misma Ada gentil que conozco. Incluso con lo molesta y frustrada que debe estar, se dignó a ayudarme con esto, aun cuando no se lo pedí).
Esta iba a ser la última lección de John antes del cook-off, debería usar la mayoría de lo que sabía y todo lo que no sabía si quería estar siquiera al mismo punto de inicio contra Agnes, pero él sabía que este sería no sólo otro de duelo de cocina y ya, sino que estaba cargado emocionalmente por ambos lados. Mientras iba hacia su casa, se empezó a preguntar si Ada lo estaba ayudando por mera bondad o si lo estaba haciendo tal vez como una revancha contra Agnes, y bajando por este laberinto, llego a una conclusión tan ridícula como ridículo es que sea posible:
-¿Qué pasaría...si por obra de todos los santos y hasta por el universo mismo, yo llegara de alguna manera a ganar ese cook-off? ¿qué sigue? Agnes ya me odiaba, y ahora, con justa razón, pero más importante, creo que ya entiendo porque, cuando me habló después de que descubrimos todo, ella me dijo que yo era como una mancha para la alta cocina, alguien que no es digno siquiera de estar aquí aprendiendo. Si yo le llegara a ganar, aunque fuera por poco, eso sería algo catastrófico para ella. Si soy sincero, eso me hubiera alegrado más bien, para alguien que me ha hecho tan pesada mi cruz de cada día, pero ahora, siento que estoy endeudado con ella. Sé que hizo algo malo pero sus razones no me parecen malas del todo, y tanto yo como Ada pensamos que la que se siente peor acerca de esto es ella, entonces imagínate llegar a perder contra el último lugar de la cadena alimenticia, el daño que la haría a su reputación...y a su orgullo.
No sé si es que estoy empezando a sentir empatía por ella o es que me asusta causar muchos más problemas entre nosotros, pero, si se me presentara la oportunidad para ganar ese cook-off, no sé si tendría el corazón para hacerlo...Bah, estoy pensando mucho todo esto, como si realmente tuviera posibilidad de ganar, es más probable Harry sea un es...que Harry sea una mara salvatrucha que yo ganándole a la magnific prodij.
No obstante, solo por haberlo pensado, este pensamiento lo seguiría hostigando hasta que tuviera su confrontación, ahí finalmente se aclararían los nublados del día, y declaran al ganador absoluto.
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