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Capítulo 19: "Killer Queen"

Como humanos, solemos estar limitados a nuestra propia perspectiva del mundo, aun cuando hay individuos que son más empáticos y perceptivos que otros, pero lo normal es que sea difícil para la mayoría ponerse en los zapatos de alguien más, y mucho más complicado aún es llegar a mirar la vida a través de ellos, con sus concepciones, pensamientos y sentimientos. Sin embargo, la ficción nos permite hacer justo esto, y dejar las preconcepciones que teníamos de la historia para experimentar un nuevo punto de vista. Como sabemos, John en esencia es un foráneo en el mundo de la alta cocina, un forastero, un polizonte, un extraño, y hemos visto sus batallas y penurias todo con el fin de poder calzar en esta esfera, no obstante, cualquier persona podría fácilmente opinar que el muchacho anda más perdido que el hijo de la llorona, ya que pasar de cocinar hamburguesas a tener que preparar salmón ahumado con caviar en salsa de champán era más que un simple acto de movilidad social, eran universos casi completamente distintos, como pasar de tocar la flauta dulce a la guitarra eléctrica.

En otras palabras, nadie esperaba que el freidor se encontrara en este mundo en primer lugar, por lo que a nadie le sorprendería que resaltara como una espinilla en la cara de Blancanieves, e igual que esta metáfora, eventualmente sería extirpado para no arruinar la belleza presente. Ahora bien, ¿qué pasa si se revierte el caso? ¿qué pasa con alguien que todos piensan que es tan miscible en este mundo como el agua y la sal? Y más importante todavía, ¿qué pasa cuando esta persona realmente no es tan compatible con este mundo como todos asumen? Bueno, lo único que queda para este punto es dejar que esta persona se explique...después que se termine de arreglar.

-Ahhhhh...Finalmente. Hemos esperado tanto tiempo por esto, casi pensamos por un momento que nunca pasaría, pero mírate. Estas aquí, con el uniforme, con la aprobación del instituto, y con la mejor nota de todos los nuevos ingresos. Ahora, ya hasta te llaman la "magnifique prodige"...¡AHHHH! ¡Esto es lo mejor! ¡Ya me imagino cómo le quedó la cara a Yves cuando le lleguen a contar! Ok, ok, respiremos un poco...¡Listo! Hoy nos va a tocar dar un discurso, pero ya me lo memoricé, hasta lo aprendí tanto en inglés como francés por si me dejan decirlo dos veces. Pero bueno, no voy a dar discurso si me veo como que el Cthulhu se adhirió a mi cráneo. Hora de ponerme guapa. ¡Quedarás hecha un primor, Agnes!

En el espejo se veía a una muchacha joven, de piel blanca y ojos grandes, además de pecas distribuidas por toda su piel, pero aunque esta descripción suene como la fisonomía de alguien infantil, tal percepción era casi imposible de tener cuando se veía directamente a los ojos a esta señorita, con unas iris verdes y cristalinas, bellas como gemas pero intimidantes, como las de un felino, estos no eran ojos gentiles, sino los de un depredador, alguien que sabía lo que quiere y lo único que ve en la otras personas es si son obstáculos o aliados para cumplir sus deseos. Esta aura la completaba una melena roja y lacia, totalmente natural y casi parecía como un manto de fuego que salía de ella todo el tiempo. La muchacha sabía muy bien todo esto, así que cuidaba bien su apariencia, para presentarse más amable hacia sus semejantes, pero siempre quedaba la sensación de peligro para aquellos que llegaban a mirar muy de cerca o se ganaban su mal de ojo.

-Ok, no nos pongamos mucho maquillaje hoy, solo el delineador y levantarme las pestañas un poco. Un poco de polvo para taparme las pecas un tanto, labial color salmón, nada muy llamativo, y ahora, a peinarme. Una gran cola al lado de mi cabeza, porque yo hago al lado todo al que se ponga en mi camino, incluso mi pelo (Bueno, todo menos este mechón insoportable que nunca quiere bajar) ...Eso sería una buena línea para algún villano de Red-Ox. ¡Oh, claro! Voy a actualizar el blog antes de irme.

Una computadora con la pantalla de inicio con una imagen donde Red-Ox y una villana, probablemente entropía, bailaban un vals encima de las galaxias, además de una variedad de archivos, muchos con recetas y notas que ella escribía casi compulsivamente, además de otras carpetas donde tenía teorías o ideas que ella tenía para el cómic.

-Ok, escribamos rápido:

"Hola chicos, KQ aquí. Hoy no actualizaré mi reportaje acerca de las diferencias de traducción en las distintas versiones de "esperanza recristalizada" ya que empiezo mi primer día en el ISC. Retomaré a actualizarlo en los días siguientes. ¡Qué los átomos los guíen!".

(Quisiera decir eso al final de mi discurso, pero hay formas más fáciles de acabar con mi vida social) Mira, ya llego un comentario. Es de RedPucca42. "Yo también voy a ir al ISC, tal vez nos encontremos ahí" ¡Eso sería excelente! ...Pero no, no puedo verme como una nerd de los cómics, soy Agnes Brienne, no una administradora del foro de Red-Ox, no queda con mi imagen de magnifique prodige (además, RedPucca tiene opiniones...controversiales. No quiero que me conozcan como una rara y menos, una bolchevique)

Bueno, dejemos esto aquí, no ocuparé la computadora hoy que sólo es la introducción. Vayamos a desayunar para ir directo al instituto, no debo llegar tarde hoy...(Tal vez debería escribirle a ella que hoy es mi primer día...No, ya sabes porque nos alejamos en primer lugar...) No es tiempo para estar desanimada ¡hoy estoy dando mi primer paso para convertirme en la chef más joven en conseguir tres estrellas Michelin! ¡no hay tiempo para sentimentalismos!

Ahora, por último, lo más importante. ¿Qué guantes usaré hoy? No vaya a pasar que me llevo los guantes para dormir de nuevo. Hmmm, un color fuerte como este rojo ciertamente me pondría como una figura de poder, una femme fatale inclusive...pero estos de color pastel pueden quedar mejor, para no asustar a los pobres novatos, jajaja. Sí, me llevaré estos.

Vestida y perfumada, salió de su cuarto y se dirigió al comedor, caminando como si estuviera en una pasarela. Lo había intentado con tacones, pero no se le había dado muy bien, quería parecer como algo de Victoria's Secret, pero termino siendo la torre inclinada de piza al tratar de mantener el equilibrio, así que decidió dejarlo, de todos modos, solo planeaba llevarlos el primer día, Dios guarde usar tacones en una cocina. Se fue a preparar su desayuno, todavía tenía bastante tiempo, pero estaba comiendo ansias como palomitas, si no usara guantes todo el tiempo, seguro que nunca tendría que cortarse las uñas.

Se decidió por algo sencillo pero delicioso, unos huevos fritos con champiñones, espinaca y pan tostado. Tomó unos cuantos portobellos, los limpio con cuidado usando una toalla húmeda, para evitar que las setas absorbieran demasiada agua. Procedió a rebanarlos sin dificultad y los puso en una sartén para evaporarles la humedad que retenían, una vez hecho esto, agrego hojas de espinaca enteras y las dejo cocinar un poco para después agregar los huevos. Mientras se cocinaban los hongos, ya se había puesto a preparar la tostada y valga la aclaración de que ella no usaba el pan cuadrado comercial, sino el mismo pan preparado por ella, si eres lo que comes, ella siempre comía de lo mejor. Uno de los inquilinos la tomó un poco por sorpresa.

-Hmmm, esos huevos se ven excelentes, Colette.

-¡Mer-! Ahem ¡eras tú, papá! Sí, yo también los llamaría excelentes...Y no me llames Colette.

-Jaja, claro, hija. Es una muy buena elección de desayuno, recuerdo que, en mis tiempos de estudiante, una de esas me mantenía atento todo el día, incluso durante las clases de madame Richter. Increíble que siga todavía dando clases.

-Pensionarse parece más una sugerencia que una conclusión natural para algunos, Papá. Y sí, este desayuno es bastante energético y completo, además, lo escogí porque este era el desayuno favorito del físico Albert Einstein, tal vez hayas escuchado de él.

-Mmm, no, hija, en la vida, jajaja. Curiosa trivia acerca de él, no la conocía. Entonces ¿vas a comer igual que los genios ahora?

-Hmm, de vez en cuando, porque huevos con tostada era lo único que desayunaba Einstein al parecer, pero creo que llamarme "genio" no sería tan descabellado (Además, tal vez sea una trivia interesante en mi biografía cuando inevitablemente escriban una sobre mí) Hice huevos y tostadas extra, por si quieres.

-Ah, por supuesto, hija, merci. Hmm, le pusiste mantequilla a las tostadas.

-¿Algún problema?

-Para nada, sabe delicioso, pero ¿no crees que deberías comer un poco más sano a-?

-Jamais! Si no tiene mantequilla, no es francesa. Este mundo sería un mejor lugar si hubiera más mantequilla.

-Si así va a ser, al menos ve a caminar más a menudo para bajar el colesterol. Por cierto ¿sacaste a pasear a Napoleón ayer?

-No pude, llovió muy fuerte durante la tarde ayer y no quería ponerme en peligro de resfriarme antes de la introducción.

-Con razón se ve tan activo, de seguro tiene ganas de ir al baño.

-Déjalo en el jardín, de todos modos, necesitamos más composta para las plantas.

-Asquerosamente pragmática, Colette. Ok, ese fue un desayuno exquisito. Creo que ya es hora de partir.

-Voy a lavarme los dientes y estaré lista para partir.

El padre de Agnes, chef Alphonse Brienne, aunque era difícil de imaginarlo para un chef de su reputación, una persona bastante tranquila y desestresada. Al inicio de su carrera, si fue un poco más intenso, buscando hacerse un nombre en el mundo de la cocina, pero ahora, sus deberes consistían más en ser un chef ejecutivo y dueño de varios restaurantes que tenía alrededor de Francia y el resto de Europa, haciéndolo el chef con más estrellas en toda Francia. Se casó con una gran chef británica, llamada Ema Stewart, con la cual tuvo dos hijos, siendo Agnes la menor. Ambos nacieron en Francia, pero después de que nació Agnes, se pasaron a vivir al Reino Unido. Cuando se divorciaron hace siete años, él y su hija volvieron a la tierra patria, y desde entonces, en fechas especiales visitan Inglaterra, por eso la fluidez y naturalidad de Agnes en ambos idiomas. Se metieron al automóvil del padre, un carro espacioso y con estilo. Durante el viaje, Agnes venía tarareando canciones para despejar su mente un poco.

-¿Dijiste algo, Colette?

-Solo venía cantando, papá, nada más.

-Ya veo. No te detengas por mí, continua.

-No puedo ahora que sé que me estás escuchando -Respondió, con su mirada hacia fuera del vidrio.

-Vamos, hija ¡de seguro cantas hermoso!

-Aún si fuera así; que no lo es, por cierto, mi boca es para degustar mi comida y la de los demás, no para cantar. Solo lo hago para pasar el tiempo.

-Oh, vaya.

Arribaron a las puertas del instituto, donde el guardia inmediatamente los reconoció y les abrió el portón para que pasara el carro. Una vez en la entrada al edificio principal, Agnes bajó del auto, siempre con gracia, como si un paparazzi se fuera a manifestar de la nada y dispararle a quema ropa un cartucho entero de acetatos para venderlas a las revistas. Una vez en las escaleras, se despidió de su papá.

-Au revoir, papá.

-Au revoir, Co -La muchacha le dirigió su mirada asesina- Agnes. ¡Que tengas un buen día¡ y, sobre todo, ¡diviértete!

-Ya tengo diecisiete años, papá, no vengo al instituto a divertirme, vengo a convertirme en una chef, nada más.

-Claro, claro, solo decía que...estos años van a ser muy valiosos para ti, hija. Aprovéchalos.

-Claro. Bueno, ya se deben estar preguntando por qué estás tardando tanto en el restaurante ¿no crees?

-Jajaja, seguro que sí, mi niña. Adiós, Agnes ¡cuídate!

-(...¿Por qué fui tan cruel con papá? Él solo me estaba deseando un buen día. Arghhh, eso debe ser mamá saliendo a relucir...peu importe, él sabe que soy así) Bueno, finalmente, estoy literalmente a un paso de entrar, mi alma máter por los próximos años, todavía se siente como un sueño...¡Pero no lo es! Estoy lista, daré el primer paso. Aquí v-.

-Mademoiselle Brienne, que bueno que ya llegó.

-¡Ah! ¿desde cuándo está ahí, señora...eeehh, Richter era?

-Así es, mademoiselle. La estábamos esperando.

-Ya veo, por el discurso del inicio, me imagino.

-E imagina bien. Su discurso va a estar justo después del de monsieur Le Brun.

-Je vois. En ese caso, yo terminaría el evento con mi subida al ágora.

-Mmm, no precisamente, mademoiselle, quedaría otro discurso para finalizar.

-¿Y de quién sería?

-De la otra estudiante que sacó calificación perfecta en el examen.

-...Excusez-moi? ¿alguien más también consiguió puntaje perfecto?

-Así es. Todavía no ha llegado, pero se la presentaré cuando lo haga.

-Merci, madame Richter (Eso fue inesperado, no pensé que alguien más lo había logrado, otra mujer también, para variar) Ahora, ¿adónde nos dirigimos?

-Sígame, por favor, el evento será en el auditorio.

-Ok, je suis paré, vayamos haciendo camino.

-Claro...Por cierto, me encanta que usted, mademoiselle Agnes, aunque ya muchos ya la consideran lista para empezar a cocinar profesionalmente, muestra tanta emoción como los otros estudiantes de entrar a nuestra institución.

-(Putain! ¡me escuchó en la entrada!) Supongo que sí me siento extasiada por entrar un poco, pero nada pasado de eso, estoy aquí solo porque se necesita para sacar la licencia de cocinera.

-Me lo imaginaba, jaja. Bueno, venga conmigo.

-Por favor, no se ría...

Mientras se dirigían hacia el auditorio, Agnes se había auto condicionado para mostrar tan poco interés como le fuera posible, tratando de solo mirar lo que estuviera en su campo periférico y haciendo tan pocos movimientos del cuello como le fuera posible, acción que, irónicamente, la hacía parecer más sospechosa, como cuando un criminal pone su cuello rígido cuando la policía está cerca...o como cuando una persona inocente pone su cuello rígido cuando la policía está cerca. El auditorio era enorme, y había unos lugares para sentarse y esperar su turno de salir. Justo ahí, se encontraba el director Le Brun, tomando algo de una taza, era difícil de distinguir por la escasez de iluminación. El portentoso señor reconoció a la muchacha en un parpadeo, y se acercó a recibirla.

-Mademoiselle Agnes Colette Brienne, es mi más profundo placer conocerla. Bienvenida al Instituto Superior de las Artes Culinarias.

-(...Sigue siendo increíble, ¡realmente estoy aquí! Ya, ya, ya estuvo bueno. Volvamos al trabajo) El placer es mío, monsieur Le Brun.

-Cuando vi que teníamos una calificación perfecta, no dudé ni un momento que había sido usted, aun considerando sus anteriores intentos.

-Sí, esos todavía existen, por desgracia...

-Eso ya está en el pasado, mademoiselle. Siendo usted hija de monsieur Alphonse, y la hermana de monsieur Yves, no espero nada más que excelencia de su parte, yo y toda la nación.

-Por supuesto, monsieur. Conozco totalmente todas las expectativas colocadas sobre mí y puedo jurarle con absoluta confianza que las superaré con creces.

-Esa es la altanería que se espera de una estudiante estrella. Incluso, en este momento, me recuerda bastante a su madre cuando estudiaba aquí, misma mirada y demás.

-Mucha gente me dice lo mismo.

-Hace tiempo que no la veo, es una lástima. Mándele saludos de mi parte.

-Con gusto (si es que su majestad se digna a mandarlos devuelta).

-De todas maneras, debo atender unos cuantos asuntos antes de que empiece el acto inaugural, así que, si me disculpa, me debo retirar por el momento.

-Bien sûr, monsieur director. Lo veré en el acto. Au revoir.

-Au revoir, mademoiselle.

-Yo también me tengo que retirar, mademoiselle. Si necesitara algo, puede avisarle al profesor Gianluigi sentado en la mesa de allá.

-Comprendo, me quedaré aquí hasta que inicie el acto, madame Richter. Muchas gracias.

-Muy bien, á bientôt.

-...Finalmente, estoy sola de nuevo. Ahora bien ¿qué con eso de que otra estudiante también tuvo nota perfecta? ¿cómo no me di cuenta de esto? Ni siquiera sé su nombre. Hmmm, tal vez Harry sepa algo (no lo he visto todavía aquí en el instituto...en general, no he visto el instituto, en esencia me secuestraron apenas llegué y me trajeron aquí. ¿Qué más da? Será para después) Ok, espero que me responda-¡Oh! Ya lo hizo. Veamos, no se sabe mucho, pero sabe que es de Japón y algunos la llaman "la chef más fría del oeste"...Pffft, qué apodo más estúpido ¿qué es? ¿la llanera solitaria? Como sea, esto no me sirve de mucho, tendré que esperar a que se aparezca para tener un mejor juicio de ella, no hago nada pensando en ello por ahora. Por mientras, debería ver el auditorio un poco, por curiosidad...V-vaya, se ve más grande desde aquí, excepto los estudiantes, ellos sí se ven como hormigas.

Todavía no hay muchos, la verdad, tal vez pueda ver a Harry desde aquí...Creo que ahí-¡¿Huh?! ¿qué es eso a la par de él? ¡¿es...es alguien con una cabeza cónica?! Hmmm, no, ahora que veo mejor, parece pelo. Si puedo verlo desde aquí, esa cosa debe medir no menos de quince centímetros. No pensé que un punk viniera aquí y mucho menos que Harry estuviera sentado casi a la par. Aparte de eso, no hay mucho más que resalte a la vista.

Pasó un gran rato viendo cómo llegaba gente al auditorio, mientras tarareaba más canciones. Pasado un tiempo, revisó la hora para ver en cuanto decía su discurso, ya faltaba muy poco tiempo. Le pasó el ojo una última vez a lo que había escrito para ver si hacía alguna modificación, aunque ya llevaba tres semanas haciéndolo y rehaciéndolo, además de que añadió un poco de francés para hacerlo sonar mejor. Al estar satisfecha con su propio trabajo, se fue a sentar y esperar a que llegara la hora, lo que no espero fue que, en su camino, se abrieron las puertas que daban a la parte de atrás, y lo que salió de ahí no fue nada corto de aterrador, cuando un gólem de casi dos metros de alto y con la contextura de un tronco enorme se presentó ante ella, todavía más impresionante desde su perspectiva por su estatura. Cuando finalmente la figura siniestra recibió un poco de luz, ella pudo discernir que sí se trataba de un humano, uno que ya nosotros hemos conocido.

-¿Es usted Brienne-tan?

-Ehh...sí. ¿Con quién tengo el gusto?

-Mi nombre es Takashi Sakurai, y soy la escolta de la otra estudiante que consiguió la otra calificación perfecta, Yamada Aiko.

-(Aiko, conque ese es su nombre) Hmmm, supuse eso cuando escuché el uso del honorífico, pero no quería decir nada para no parecer descortés.

-No hay ninguna molestia, Brienne-tan. Aiko-sama, ya puede entrar.

La ama del señor Sakurai vino caminando desde la puerta, con lentitud y un poco de timidez, siempre con una expresión inerte. Incluso cuando se puso a hablar, todavía permeaba el silencio.

-Saludos, soy Yamada Aiko, un placer.

-Enchantée, mademoiselle Yamada. Mi nombre es Agnes Brienne, un placer encontrarme con la otra estudiante estrella.

-Un placer...eh, Agnes-senpai.

-Bueno, espero que podamos conocernos mejor durante nuestra estadía en el instituto, todo el mundo espera bastante de nosotras dos, así que hay dar fe a esas expectativas.

-Sí.

-...

-...Un placer.

-Nos vamos a retirar para ajustar unos asuntos con respecto al discurso, Agnes-tan. Nos despedimos, éxitos durante el año.

-Merci beaucoup, Monsieur Sakurai y a usted también, mademoiselle Yamada. Au revoir.

Tan apacible como entraron, se retiraron de la escena. Inmediatamente estaban lejos, Agnes puso su cerebro a procesar la información actual

-(Bueno, esa es la chef más fría del oeste... Conneries! ¡parece una niña de preescolar! ¿y qué con esa escolta que tiene? ¿por qué necesitarías tal tipo de protección en una escuela de cocina? ...¡! ¿no será que pertenece a una familia poderosa de Yakuzas? No, no podría ser...pero mejor le pregunto a Harry para que haga una pequeña investigación. Otra cosa es que utilizó el honorífico "senpai" conmigo. No hablo japonés del todo, pero me parece que tal honorífico solo se usa con gente mayor que uno ¿siquiera cuantos años tiene esta niña? Sí realmente es talentosa y joven, podría llegar a ser un problema en mi meta de ser la más joven en conseguir tres estrellas, debo ponerle cuidado...otra cosa, me pareció tierno cómo pronunció mi nombre: "Agunesu").

Pero preguntarle al confiable Harry tardaría, porque el evento de introducción ya había empezado. Empezó el director Le Brun con su imponente discurso, usando su imponente voz para dar más poder a su imponente figura. Con ese terminado, era el turno de la magnifique prodige.

-Definitivamente, monsieur Le Brun da la impresión de ser un hombre implacable. Estoy detrás del estrado en donde dio su discurso, pero hasta yo sentí cada una de mis células vibrar como gelatina. Ese tipo de actitud me recuerda mucho a Marcos Pierre White ¡Ahhh, es increíble! ¡Argh! ¡deja de ser una fangirl, Agnes!

-Mademoiselle Brienne, es vuestro turno ahora. Dales un discurso digno de la magnifique prodige.

-(A partir de ahora, todo el instituto sabrá quién es Agnes Brienne. No puedo estropear esto. De la Varenne, Carême, no me dejen fallar) Así será, monsieur. Incluso mi prosa es de la más alta calidad, igual que mi comida.

Agnes salió con la frente en alto, con los ojos abiertos y con la espalda erguida, sin ningún papel en mano, ya que todo el discurso lo había memorizado, incluso unas modificaciones que había hecho a último momento para que continuara con el tema del señor Le Brun. Inclusive con toda esa preparación, confianza y aire de grandeza, seguía siendo la primera vez que le dirigía la palabra a un público tan numeroso en un sitio tan amplio como lo era ese auditorio, tanto así que por un momento deseó que sí hubiera venido en tacones, sin embargo, ella tenía confianza en lo que iba a decir, así que se paró orgullosa en el ágora y recitó ante todos su trabajo.

Como ya sabemos cómo fue su discurso, saltaremos de esta parte a cuando lo terminó. Ver al público aplaudir y vitorear era algo espectacular para la joven, que, aunque no lo parezca, nunca fue una figura bastante popular en sus años de estudiante, así que se encontraba extasiada en su mente.

-(Míralos, ¡realmente me adoran! ¡soy la figura más importante del instituto! ¡prácticamente una Diosa! Este es el lugar a donde pertenezco, aquí en verdad tengo al público en mis guantes).

Moviendo su pelo rojo de manera desafiante con un giro de 180 grados, camino galante devuelta a la parte de atrás del escenario, cuando vio que Aiko ya venía ella hacia el estrado, de la misma forma en que entró al cuarto:

-Bonne chance, mademoiselle Yamada.

-...¿Ah?

-(¿acaso...acaso no entendió lo que dije? tal vez en inglés) Buena suerte.

-Oh, gracias.

-De nada...hmmm.

-Así es, Agnes-tan, Aiko-sama no domina todavía el francés, incluso, apenas puede comunicarse en inglés, también.

-(...¿Estaba pensando en voz alta?) Interesante. Yo sí puedo hablar inglés y francés con facilidad por mis padres, y también español, pero ese lo aprendí sola.

-Es una políglota en ese caso, impresionante. Tal vez podría ayudar a Aiko-sama a expresarse mejor en este país.

-Oh, por supuesto...aunque debería aprender un poco de japonés antes de empezar.

-Tal vez no sea necesario, ella aprende rápido, solo con que le hable, ella empezará a mejorar.

-Hmm, supongo...(Este sujeto me da todavía muchas vibras de mafioso, no quisiera hablar mucho con él hasta que Harry me confirme que no son peligrosos).

-Parece que Aiko ya va a empezar su discurso.

-Si todavía no se le da muy bien el inglés, no puedo imaginarme cómo será que lo va a hacer (tal vez lo diga mayoritariamente en japonés y riega unas cuantas oraciones en inglés para darle algo de sazón).

Empezó el discurso de Aiko, con todos los ojos del instituto encima de su persona, pero sin ninguna respuesta por parte de ella. Sin más retraso, empezó:

- Mi nombre es Yamada Aiko, soy la segunda estudiante que logró calificación perfecta en la prueba de admisión. Es un placer conocerlos y espero que seamos buenos compañeros...

-Hmmm, parece que está tardando mucho en seguir. ¿Le habrá dado pánico escénico?

-Ese fue todo el discurso, Agnes-tan.

-...Excusez-moi?

-Ya le había dicho, Aiko-sama todavía no maneja muy bien el inglés, así que no tiene la capacidad de hacer un ensayo muy extenso o embellecido.

-Entonces, era en serio...

-Lo poco que acaba de decir le tomó varias semanas para decirlo con buena pronunciación y fluidez.

-Ya veo, todavía le falta mucho por aprender del idioma. Aún con la diferencia de nuestros discursos, parece que tardamos tiempos similares en hacerlos.

-Me sorprende el esfuerzo que puso en el suyo, debe estar muy contenta de haber ingresado aquí.

-Hmph, parece que todos opinan eso, pero igual como se lo dije a madame Richter, estoy complacida de haber entrado y le pongo punto ahí. Simplemente es algo que debo hacer para llegar a mis metas más lejanas y grandes en escala. Entrar a una institución tan prestigiosa como el Instituto Superior de las artes culinarias dará un impulso en mi carrera, pero no es mi finalidad, perfectamente podría haber entrado a cualquier otra escuela de haute cuisine y no habría hecho la diferencia, pero aceptó que la reputación de aquí es lo que me interesa, nada más.

-Entiendo, no veo como eso ocupaba cien palabras a comparación de diez, pero entiendo.

-Solo necesitaba dejar en claro esto, para que no haya más malinterpretaciones.

-No obstante, y esto solo es un juicio personal, si su elección hubiera sido meramente pragmática y no importaba el lugar, no sé cómo explicaría que ya hubiera intentado entrar aquí dos veces antes y no haber mandado ninguna otra solicitud a otra escuela.

-¡¿Q-q-qué?! ¡¿cómo usted sabe-?!

-Perdone mi impertinencia, excedí el límite de mis deberes y obligaciones como escolta de Aiko-sama. De todos modos, es la simple opinión de un sirviente, no la tome a pecho, Agnes-tan. Aiko-sama ¿está lista para retirarse?

-Sí.

-¡Ahh! (¿en qué momento llegó?).

-Nos volvemos a despedir. Buen día, Agnes-tan.

-Adiós...¡Harry ya me respondió! A ver, al parecer, la familia Yamada es solo un gran emporio de restaurantes e industrias alimentarias asiática sin ningún vínculo directo con el crimen organizado...¿estás seguro? ¡¿incluso el guardaespaldas?! ¿Cómo sabe tanto de mí? ¿habrá hecho una investigación previa? ¿por qué? Ahora que lo pienso, tal vez sea por él que ya Aiko sabía que era mayor que ella apenas nos conocimos...Por cierto, ¿qué tan mayor soy en relación con ella? Preguntemos...¡¿quince años?! ¡¿entró a los quince?!

Agnes ahora se encontraba en un pequeño shock, al ver que esta niña que para nada llamaba la atención al parecer había triunfado en donde ella fracasó, al entrar al instituto a tan temprana edad, y todavía estaba movida por las palabras del guardaespaldas, pero logró tranquilizarse después de ponerse a cantar un poco más. Ahora, ya era hora de ir al paseo de introducción del instituto, la parte que realmente le interesaba de ese día pero que jamás admitiría a alguien más. Afuera del lugar, estaba una mesa donde parecía que habían puesto bocadillos, siendo el verbo importante "habían", pues solo quedaban migajas desperdigadas por las charolas y las sábanas blancas.

Ella pensó "Esa manada de salvajes, no dejaron nada, ¿cómo se puede ser tan glotón? Hubiera querido probar al menos uno...". A partir de aquí, viene la parte en donde el hilo rojo del destino hace su trabajo y de manera inadvertida, ella se convertiría en el dragón que custodia el tesoro, el último obstáculo en el camino de nuestro héroe. Iban caminando junto a la profesora Richter, viendo las instalaciones, cuando un inocente freidor decidió abrir la boca:

-Pregunta, señorita Richter, ¿qué es esa...cosa de vidrio al fondo?

-ah, ¿esto? Esto es-.

-Mon dieu, ¿Nunca habías visto una cámara de ahumado en tu vida?

-¿De ahumado? ¿Ahumado de qué?

-¡De los platillos, crétin! ¡¿Para qué más lo tendríamos en una cocina?!

-P-por supuesto, disculpe...

-Así es, como dijo mademoiselle Brienne, esto es una cámara de ahumado. Esta se cierra al vacío y se agrega humo desde una manguera, y así, cualquier platillo puede tener un sabor ahumado.

-Ughh, la próxima vez, deberías venir preparado para RESPONDER preguntas, en vez de venir preparado para hacer el ridículo (Tremendo connard).

-S-sí, señorita...

Aún con esto, como pueden recordar, la severidad y filo de las palabras de Agnes no pudo detener la curiosidad de John, aunque ahí, no habíamos comprendido tan bien el porqué de su enfado, pero ahora, sí se tiene esa oportunidad. "¿De dónde salió este imbécil con el cuerno en la cabeza? ¡En todo lo que llevamos del tour, ha hecho preguntas de lo más básicas y obvias en una cocina! si hubiera preguntado para que servía la plancha o la freidora ¡juro que intentaría ahogarlo en el Sena ahora mismo! ¡el hecho de que no sepa casi nada de la cocina, pero haya logrado entrar me enoja demasiado! O sea, ¡sólo mira como viene vestido, con corbata y camisa manga larga sin planchar y para rematar, con tenis de andar, el único calzado que ha tenido por años, seguro! ¡incluso la yo de hace dos años sabía infinitamente más que este tipo! ¡Y ELLA NO PASÓ EL EXÁMEN! ¡Y ahora me vienen a decir que esta antena con piernas que no tiene más potencial que de plongeur sí lo logro! ¡bullshit!"

No fue solo por lo que dijo o hizo el muchacho, sino su mera presencia en ese lugar lo que la irritaba, porque tocaba justo en lo que la acomplejaba, más cuando venía sensible por su interacción con el samurái. Poco a poco, se la bajaron los zumos y simplemente la fastidiaba, pero ya no era la gran cosa, y así hubiera quedado por el resto del día, de no haber sido por lo que pasó después.

-Por último, tenemos el salón de simulación.

-(¿Salón de simulación? ¿simulación de qué? ¿cocinar? ¿qué lo hace diferente de las otras cocinas y por qué ese nombre?) Madame Richter ¿Qué es este salón?

-Mademoiselle Brienne, me sorprendió que fuera usted quien preguntara primero, esperaba más bien que fuera el señor Ramírez.

-Je...la verdad es que esta vez SÍ sabía que era el salón de simulación. ¿No era que debíamos venir a responder preguntas en vez de hacerlas?

-(Cómo. Se. Atreve. ¡Este infeliz tarado lleva preguntando todo el maldito tour y después me restriega en la cara la única cosa que parecía saber y yo no! ¡y usando lo que yo le dije en mi contra! VA TA FAIRE FOUTRE! ¡Ayy, pero no puedo decirle eso en público. Solo...respiremos un poco y dejémoslo pasar, ya le pasaremos factura después) S-sí, madame Richter, me causa curiosidad estas instalaciones, así que le agradecería muchísimo me ilustrara.

-Pero acabo de responderle la pregunta, señorita Brienne.

-O-oh, ¿en serio? Entonces olvídelo, jajaja (no podía decirle que no la oí por estar escuchando a las voces en mi cabeza sin que me pida una cita en psicología ¿verdad? Le preguntaré a Harry después).

El día terminó para todos, y la muchacha volvió a casa con sentimientos encontrados. En parte, se había sentido infinitamente plena estando en el instituto, viendo todo lo que este lo ofrecía y como tenía un estatus de celebridad dentro de la institución, pero, por otra parte, ahora estaba inquieta pensando en la señorita Aiko y la amenaza que ella podía representar para sus intereses, además del hecho de que tenía a un guerrero de Terracota como sombra todo el tiempo que, por alguna razón, sabía información que ella deseaba solo el mínimo de personas supieran y, además de esto, seguía molesta con el unicornio estúpido aquel, y estaba pensando en cómo ejecutaría su venganza, no lo consideraba un obstáculo o algo por el estilo, solo quería hacerlo sufrir por rencor.

Pero todo esto tendría que esperar, porque el curso oficialmente empezaba hasta en una semana, por lo que tenía todavía bastante tiempo libre. Durante esta semana, actualizó constantemente su blog, sacó a pasear a Napoleón para que fertilizara otros lugares distintos al jardín, aunque esto sea una mentira, porque ella si era una dueña aseada que recogía siempre las suciedades que dejaba la mascota, una de las ventajas de ser una persona que siempre anda guantes para todas ocasiones.

También estaba confeccionando un cosplay de C312-EZ que esperaba tener listo para la siguiente de Red-Ox con. En su tiempo libre, también le encantaba escuchar y cantar música, en especial, musicales de las películas animadas, tanta era su admiración por estas que una de las principales razones por las que aprendió español fue para cantar algunas canciones en este idioma, ya que había algunas canciones que ella consideraba sonaban mejor en este idioma que en sus dos lenguas maternas. Algo que sí ya no hacía era bailar, no podía hacerlo mucho tiempo antes de sentir una culpa incapacitante que la obligaba a parar. A parte de todo esto, fue una semana normal.

De nuevo, llegó el día, este era el que realmente esperaba Agnes, ya que aquí ya se podría lucir con todos los estudiantes y establecer su hegemonía. Llegó a su aula y se sentó al frente y al centro, una posición a la que el estudiante promedio le hace la cruz, pero para Agnes era su trono de cráneos donde vería al resto caer bajo su yugo. Finalmente, llegó gente a su salón y pudo ver a la cara a sus compañeros:

-(Veamos, ¿quiénes están aquí? Ahí veo a Harry, ¡qué bien! ¡tengo a alguien conocido en la clase! Hmmm, Aiko también está aquí, eso de que nos hayan puesto a ambas en la misma clase no fue coincidencia, nos quieren poner a prueba una con la otra...justo como lo quiero, ¡qué bien! Ahhhh, pero como nunca puedo estar MUY feliz, pusieron al paratonnerre conmigo también. Al menos, podré sacar algo para arruinarle el día a él también y salir del compromi-¡Ah! ¿eh? Qué extraño, vi como una niña pálida de pelo largo con el rabillo del ojo, pero ahora ya no la ubico...Debió ser mi imaginación, no le voy a dar mucha mente).

Y tal como predijo el oráculo, ella sobresalía en todas las clases sin tener que esforzarse, le salía natural y la única otra competencia que ella creía tener no se le daba bien todavía expresarse en el nuevo idioma, además de que naturalmente parecía tímida, pero eso solo era su opinión.

Llegó el almuerzo, así que buscó a Harry, pero este le dijo que se iba a sentar con otras personas ese día. Ella respondió que no había problema, con una sonrisa medio forzada, porque significaba que tenía que volver a sentarse sola, igual que en la secundaria, sin embargo, tuvo una agradable sorpresa, al ver como multitud de otros estudiantes se acercaban a ella para hablarle y comer con ella, mientras le decían multitud de elogios: "¡Eres super inteligente!" "¡yo no sabía eso hasta que lo dijiste!" "¡tu cabello está hermoso!" "¡amo tus guantes!" "¡con razón te llaman prodige!" Era un sueño hecho realidad, más para alguien que se había sentido la mayoría de su pubertad como que el mundo no la apreciaba lo suficiente. Valga la redundancia decir que ella no tenía la madurez suficiente para discernir entre aquellos que realmente querían formar amistad y los esnobs oportunistas que solo se le acercaban a ella atraídos por la promesa de estatus y ayuda gratis, como abejas a la miel o bebés a objetos asfixiantes.

De todos modos, ella de su parte tampoco pensaba mucho de ellos, ella también solo quería la adulación que las masas le daban, así que era una relación tóxica pero mutualista. Subiendo la mirada, pudo ubicar a Harry sentado en una de las mesas, y justo ahí presenció el horror, al verlo sentado junto al molesto granuja de piel canela.

-(¿C-cómo? ¡ese sucio traidor! ¿cómo se lo ocurre sentarse con el cabeza de obelisco? ...Hmph, no lo necesito, ahora, tengo una legión de sirvientes que morirían por mí. Él está en su libertad de ir a juntarse con parias si así él lo desea, a mí no me interesa en lo absoluto...Pero de que se siente con él no significa necesariamente que me haya dado la espalda ¿verdad? Si lo pensamos más analíticamente, es casi imposible que Harry y el idiota ese sean compatibles como amigos...¡! ¡Ya entiendo! Harry siempre es super bueno leyendo mis emociones, de seguro percibió mi antipatía hacia ese hombre y se le ha acercado para sacar información útil de él. Harry sigue siendo mi leal aliado, nunca tuve que dudar de él...parece como que están discutiendo sobre algo, y justo acaba de llegar Aiko, se le acercó a ese sujeto, parece que le está hablando...ahora, se están marchando...Interesante, creo que estoy empezando a tener una idea de que podría estar pasando).

Terminado el día, Agnes exprimió al británico de toda la información pertinente a John, desde su nombre, hasta su edad, pasando por alguna alergia que posea. Los siguientes días, vio que se sentaron en el mismo lugar del primer día, pero ya no se volvieron a marchar de ahí. Fue esto último lo que le permitió a la detective unir las piezas en su cabeza, con esto podría poner a John entre la espada y la pared. Otro dato que no considero importante o válido es que creyó ver a una cuarta persona, que le recordó a aquella mujer que observó en la clase, pero siguió sin darle importancia, como el típico protagonista que ignora las advertencias de la tormenta que se acerca, en este caso, una tormenta roja. Igualmente, ya tenía lo que necesitaba para acorralar al pobre Tintín, y como podemos recordar, justo así fue como lo hizo, hasta que llegó Harry:

-(Estuve muy cerca de romperlo, qué lástima que Harry vino, si no, hubiera sido tan fácil como un alcohólico aprobando una prueba de hepatitis. Bah, ¿qué más da? Ya vi que este tipo es un manojo de nervios, así que no va a ser un problema) Au revoir.

-Espera un momento, Agnes, Ahora yo tengo una pregunta, si no te molestaría.

-(¿Quieres seguir con esto? ¿eres masoquista?) Sólo dila, no me gusta desperdiciar tiempo.

-¿Qué pasaría si, al final si hubiera sido yo el que hubiera tenido que comer en privado porque mi almuerzo era una hamburguesa?

-(Vaya que es terco. Después de que llegará Harry para salvarte cual damisela en apuros, alguien más listo hubiera aprovechado para largarse y no volver a meterse conmigo. Si quiere jugar al valiente, lo voy a convertir en un mártir) Hmm, te hubiera dicho que no te preocuparas por si fallarás hoy o en cualquiera de las próximas prácticas...

-Ya veo, bueno, gracias d-

-No he terminado...(¡Qué hábito más molesto! ¿te imaginas que lo villanos interrumpieran a Red-Ox durante sus discursos? ¡qué poco profesional!).

-Oh...

-De hecho, podrías fallar todas las prácticas, si quieres.

-¿C-cómo así? ¿Cómo podría pasar el curso así?

-Solo necesitas familiarizarte con la cocina, después de todo, eso es lo que necesita un buen conserje. Entonces, si realmente quisieras trabajar en una cocina, bueno...siempre hay más de una opción (Jajaja ¡no va a poder dormir esta noche de seguro! Agnes Brienne prevalece de nuevo encima de los ignorantes y necios.)

Para ser una aficionada de los superhéroes, la señorita Brienne tenía una forma bastante oscura de aplicar su "justicia", aunque en este caso, solo la usó para justificar su rabieta con un desconocido. Con John efectivamente hecho pedazos, ahora podía concentrar todos sus esfuerzos en la verdadera amenaza, que obviamente era Aiko. Debía poner una prueba de poder desde el inicio si quería posicionarse como la estrella superior, así que tenía varios planes para hacerlo, pero justo aquí es cuando también salen a relucir más las inseguridades propias de esta antagonista, que se puso a pensar sobre esto en su hogar hace unos días.

-Bueno, quiero presumir que soy la mejor chef; la pregunta naturalmente es el cómo. Podría lucir más mi conocimiento en clases como lo llevo haciendo, sin embargo, un gusano de biblioteca también podría hacerlo y ser tan bueno cocinando como un desactivador de minas que se graduó saltando clases...(wow, eso fue cruel, que bueno que no dije eso en público) De todos modos, ya vi que a la niña no se le da el discurso en general, no es como que me importe, porque no tiene nada que ver con cocinar...pero estoy muy feliz de ganarle en eso, de igual manera. Como sea, en lo que realmente quiero ganarle es en cocinar, obvio, así que podría hacerlo en una de las prácticas de cocina durante el curso...pero está la posibilidad de que ambas seamos lo suficientemente buenas para sacar la calificación máxima, donde sería imposible decir quién es mejor.

Eso sólo dejaría...argh, un cook-off. ¡Ayyy! ¿seré capaz de hacerlo bien sin terminar desplomada por un shock catatónico? La razón por la que no hecho uno hasta ahora es por el terror que me da perderlo y quedar como una cocinera del montón. Sin embargo, pareciera que, en este caso, es la única opción. Me han dicho que los cook-offs en el instituto son a finales de año, ¡pero no quiero esperar tanto! ¡quiero ganar ya! Hmmm, tal vez pueda pedir uno contra Aiko fuera de temporada...¡Ajá! Podría decir que sería un duelo de exhibición, en forma de preservar este hecho tan atípico como que dos estudiantes ingresen a la institución con calificación perfecta, si llego por ese ángulo, ¡de seguro lo aprueban! ...Pero sí lo logro, ya no podría quitarme del cook-off.

¿Y sí no soy tan buena? ¿y si la niña es un super prodigio y limpia el piso conmigo? ¿realmente valdría ganar el trono del instituto solo para mí con el riesgo de perder mi estatus actual? Podría simplemente quedarme como estoy y todo estaría bien...¡Pero no! ¡soy Agnes Brienne, maldita sea! ¡¿en serio le tengo miedo a perder?! ¡Ja! ¡Ni siquiera sé deletrear la palabra Phrakazo! ¡menos cometer uno! Decidido, le voy a decir al profesor Gianluigi que organicé un cook-off para nosotras y en la cocina, ¡mandaré a Aiko de vuelta al kínder a jugar con vegetales de plástico! (...pero me sigue dando miedo perder).

Volviendo al presente, Agnes estaba buscando al profesor Gianluigi para decirle sobre esto, sin aval alguno, porque no estaba en las cercanías del salón, lo cual era de lo más extraño, viendo que la clase estaba a punto de empezar, y más que todo, ella estaba empezando a dudar y debatirse a sí misma acerca de si pedir el cook-off era la mejor opción.

-(Realmente no quisiera hacer el cook-off, pero entre más lo pienso, más parece la única opción que me queda. ¡Ayúdame, Chef White!) ...¡Oh! Es el profesor Philippe. ¿Qué anda haciendo aquí? Y, además, está hablando con Aiko (¿estará ella tratando de ganarse al profesor? La niña podría ser más insidiosa de lo que pensé, no obstante, hacerlo frente de mí es un error de novato. Es hora de irrumpir en su tertulia, con gracia y elegancia).

-Ni lo menciones. Por cierto, ¿este aquí es el grupo número 1?

-Oui, monsieur Philippe (Ja, la reina siempre llega después de la criada).

-Oh, señorita Brienne, tú también estás en este grupo ¿verdad?

-Exactament, monsieur. El grupo y yo estamos esperando al profesor Alighieri para empezar la primera clase práctica.

-Comprendo. Bueno, siento mucho ser el heraldo de malas noticias, pero el profesor Gianluigi no podrá venir hoy a impartir la clase

-Excusez-moi?

-Al parecer, en su última sesión fotográfica se le pegó un resfriado y se ve a tomar el día libre para recuperarse. Así que yo lo voy a relevar por hoy en sus deberes. Por eso estaba buscando su grupo.

-(¡¿Jean Pierre Philippe va a ser nuestro profesor hoy?!) A-ah, j'ai compris, professeur. Es un privilegio que usted nos vaya a dar una clase en una fase tan...temprana del curso.

-Bueno, no pierdo más el tiempo, voy a empezar la clase. Ya hablaremos en otro momento.

-Oui, monsieur...(Espera, podríamos sacar provecho de esto. Ahora hay dificultad y tensión agregada a la práctica, lo que significa que se va a necesitar más esfuerzo si queremos conseguir la calificación perfecta ¡es justo lo que necesito para medirme contra Aiko!).

Aunque Aiko no estaba al tanto naturalmente, la magnifique prodige había convertido el aula de práctica en tierra de nadie en su mente. Gran parte de la explicación del profesor Philippe ya se la sabía de memoria, solo era de ponerla en práctica y estaba más que segura de sus habilidades para esta prueba autoimpuesta. Mientras ella rebanaba sus vegetales, podía escuchar y ver como los demás estudiantes colapsaban ante la mera presencia y crítica despiadada del profesor, tanto así que ella también se sentía presionada, pensando en que, si le dijeran alguna de esas cosas, tal vez ella también se pondría a llorar, aunque ninguno de los regaños iba dirigido hacia ella. Lo otro que hacía también era darle una mirada rápida al trabajo que llevaba Aiko.

-(Veamos como la va yendo a la "chef más fría del oeste" ...no, sigue siendo un apodo estúpido...Hmmm, ciertamente sus cortes son de calidad, pero la velocidad a los que los está haciendo grita novata con letras de neón y señales de humo. Creo que construí expectativas demasiado altas para una puberta. Mejor vuelvo a lo mío).

Ella siguió rebanando a un ritmo rápido y constante, hasta que llegó a sus últimos cortes, y pensó en pegar una ojeada de nuevo, sin saber que iba arrepentirse de haber hecho esto el resto de lo que quedaba de la tarde.

-Veamos cómo va con sus cortes la creatura. Al ritmo que iba, supongo que la faltarían uno o dos cortes, así que...(Agnes, ya no quedan vegetales enteros en esa mesa...¡¿QUÉ?! ¡¿cómo es eso posible?! ¡yo vi sus cortes al inicio y ella iba mucho más atrás! ¿acaso me distraje tanto viendo su trabajo que ella me alcanzo y superó? Jamás, si apenas fue un segundo que la vi. Entonces, la conclusión lógica es que aceleró el ritmo, pero ¿por qué? Imagino que el profesor le dijo...pero si no fuera así, otra posibilidad sería que, de alguna manera, ella sabía que la estaba viendo y aceleró su trabajo para intimidarme...ok, eso último fue mucha paranoia. Corta vegetales rápido, felicidades, ya puedes trabajar haciendo ensaladas pre empacadas).

Agnes terminó su trabajo sin mayor demora. Al ser calificada recibió una nota de 98, solo fallando una vez uno de sus cortes, seguro cuando la velocidad de Aiko la tomó por sorpresa. Mientras el señor Philippe anotaba su nota en su libreta, ella pudo fisgonear un poco para ver la nota de Aiko, la cual resultó ser la misma que la de ella, la situación que ella había predicho se cumplió, y todavía no había manera de discernir a la mejor, y la joven estaba otra vez atrapada entre sus deseos y sus temores.

-(Otra vez caí en la misma encrucijada, solo puedo medirme contra Aiko a través de un duelo directo si quiero ver cuál de las dos es la mejor...pero ¿para qué? Aunque no me consideren la mejor chef, ya tengo la popularidad más alta aquí, no necesito más, pero aun sabiendo esto, todavía lo quiero y no sé por qué, ¿es solo por ser la mejor? ...No, no sólo es eso. Ella...fue la que más me motivó a participar antes, pero yo siempre fui muy cobarde y cuando le dije que sí lo haría, eso pasó...Tal vez no sea mucho, pero creo que mínimo, le debo intentarlo) ...¡Profesor Philippe!

-Mademoiselle Brienne ¿en qué más le puedo ayudar? ¿tiene algún reclamo?

-No particularmente, profesor. Era acerca de otro tema. Estaba pensando que el hecho de que dos estudiantes entren en el mismo año con calificación perfecta es una situación bastante extraordinaria para dejarla pasar así como así, entonces, me puse a pensar en qué forma se podría aprovechar tal situación al máximo.

-Entiendo ¿y qué se le ocurrió?

-Espere un momento. ¡Mademoiselle Aiko!

-¿Huh?

-Podrías venir un momento, por favor?

-Sí.

-Lo que estaba pensando, monsieur, era realizar una pequeña exhibición entre ambas estudiantes estrellas, un duelo amistoso entre nosotras para los anales de la historia del instituto, ¿qué opinas, mademoiselle? (Por favor, di que sí, no sabes lo difícil que me fue decir esto).

-...Ok

-¡Excelente! Entonces, ¿nos podría ayudar con esto, profesor?

-Mmmm, bien, ciertamente está es una situación bastante atípica, no solemos hacer cook-offs antes de temporada...pero tiene razón al decir que su ingreso también es una situación atípica en sí misma, así que podríamos hacer una excepción. Avisaré al director Le Brun para conseguirles una cocina libre. Estoy seguro de que los estudiantes hablaran del resultado durante las próximas semanas.

-Disculpe, monsieur pero ¿los estudiantes?

-Exacto, todos los cook-offs que se realicen en la institución son accesibles para todos los estudiantes por normativa.

-O-oh, ya veo.

-Si le molesta que haya mucha gente, le digo que los espacios para duelos suelen tener aislantes de ruido. Pero si aun así le molesta, también podemos no publicitarlo.

-(Eso me encantaría, pero no puedo decírselo directo, sería casi como decir que me da pánico pensar que puedo perder ante todos. Debe haber otra manera, hmmm...)

-Yo...no quisiera muy gente.

-¿Usted quisiera que no fuera publicitado, señorita Aiko?

-Sí.

-(Al césar lo que es del césar, la niña merece crédito por decir lo que yo quería) Entonces, está hecho. El duelo será después de clases.

-Así será. Les avisaré en cuál sitio se hará el cook-off. Espero que den un buen espectáculo señoritas.

Este era el punto sin retorno, Agnes y Aiko se verían las caras en búsqueda de sobresalir una sobre la otra. Llegó la hora y empezó el duelo; la incitadora del duelo había usado toda la tarde para pensar en que platillo usaría, al final, se decidió por un clásico francés, relativamente sencillo, pero altamente personalizable y en general, cargado de sabor: el boeuf bourguignon. La chica ya tenía una idea bastante clara de lo que iba a preparar, no había ninguna duda a la hora de prender la estufa, a diferencia de otros duelistas nerviosos.

-(Boeuf bourguignon; no sería exagerado decir que el profesor Philippe ha probado esto mil y una veces, así que puedo esperar un estándar más alto para mi platillo, sin embargo, sé que es un platillo que ya le gusta, por lo que no me debo preocupar que algún ingrediente o técnica no sea su preferida. Veamos que se le ocurrió a la niña...una pancetta, curiosa elección. Ahora, no sólo debo esperar a la decisión del profe cuando pruebe la comida, debo demostrarle durante el cook-off que tengo una mayor comprensión de la estructura de sabores y se me vienen a la cabeza dos maneras de hacerlo: Una sería utilizar técnicas que demuestren susodicho conocimiento, la otra táctica es algo controversial, que sería hacer que Aiko parezca más ignorante en comparación...y tengo justo lo que necesito para hacer ambos) Aiko, ¿vas a usar el aceite de oliva?

-Sí.

-Supongo que es para la pancetta, ¿verdad? Ya veo, ciertamente funciona...

-¿Huh?

-O sea, es lo que se espera para la receta, pero hay una forma en que se puede elevar mucho más el sabor de la proteína.

-Dime.

-Toma un poco del aceite y ponlo en una cacerola, luego, agrega una ramita de romero y ponla a freír durante unos treinta segundos, de esta manera, el aceite quedará aromatizado. Un pequeño truco que uso para darle un poco de factor X a mis recetas, nada más.

-Ok.

-¡Claro! (Esperaba un gracias, pero realmente no me interesa, aunque hice que tu receta sepa mejor ¡lo que gané yo es mucho más importante, porque el profesor Philippe va a ver quién es tu mami!).

Con una risa maquiavélica esculpida en su rostro, la genio del mal prosiguió su labor no con aires, pero una depresión tropical completa de grandeza. Incluso cuando vio a una muchacha tan pequeña como era la japonesa realizar un flambeé a tan corta edad, no era lo suficiente para moverle el piso a Agnes, ya que ella poseía la elegancia mecánica de un cocinero diez años mayor. Pero, igual que el tiempo atmosférico, todo esto es efímero y esa confianza se desvaneció como un tatuaje infantil después de una ducha, cuando una cadena de hechos desafortunados cayó sobre la francesa.

-(No me falta mucho para terminar, la salsa ya casi está lista, solo me faltarían los vegetales, ¡ya tengo este duelo en la bolsa! ...Parece que Aiko va también por los vege-espera un momento, ¿está...está usando la tournée? ¡¿QUEEEÉ?! ¡¿quién le enseño a esta mocosa a hacer esto?! ¡¿y cómo puede estar tan tranquila haciéndola en un duelo contra mí?! ¡¿es su forma de decir que está por encima de mí?! Si esto fuera un hecho aislado, lo dejaría pasar, pero combinado con lo que paso en la práctica hoy, no es coincidencia, ¡está tratando de imponerse sobre mí! ¡Pero voy a recordarle quién tiene la patria potestad en esta relación, porque la superaré en la tournée!).

Entonces, el cook-off realizó una metamorfosis, transformándose en una carrera para ver quién podía hacer más vegetales a la tournée más rápido. Al inicio, parecía parejo, pero como si se tratara de una máquina industrial calentándose, la velocidad de la niña seguía aumentando igual como la velocidad de un objeto en caída libre y a diferencia de estos últimos, la chef más fría del oeste parecía no tener velocidad terminal, mientras que Agnes se sentía como un auto viejo, al cual meter una marcha mayor hacía que la carrocería vibrara más y más, como anunciando que el móvil está a nada de caerse a pedazos.

-(¡E-ella es muy rápida! ¡no sé cuánto más podré seguirle el rit-¡) ¡ay! (N-no puede ser, ¡me corté la mano! ¡esto no me puede estar pasando! Si el profesor me ve, va a detener el duelo ¡n-no puedo dejar que eso pase!).

Aunque todavía estaba en condiciones para usarla, tuvo que restringir su mano dominante, con el fin de no manchar con sangre todo lo que tocara. Ahora, estaba en esencia, incapacitada de una mano, esta era la peor situación posible y Agnes estaba empezando a perder el temple.

-(¡Cálmate, cálmate, cálmate, cálmate! ¡todavía podemos ganar! No, no es eso ¡n-no puedo perder! ¡esto es por mí estatus! ¡esto es por mi orgullo!... ¡E-e-esto...¡es por ella!) ¡Argh!

Aunque para muchos y con justa razón, consideren esto un caso bastante exagerado, para Agnes, ella realmente veía esta situación como una de vida o muerte, y su cuerpo actuó acorde, mandando adrenalina por sus arterias, dilatando sus pupilas y aumentando su pulso cardíaco. Su mente se concentró en los sabores y la estética, ya no podía utilizar técnicas de alta dificultad. Para su buena suerte, ya había acabado con las partes más complejas de su plato, solo era de ordenarlas para que se viera sofisticado. Las agujas del reloj parecían moverse cada vez más rápido, y Agnes sintió por unos momentos que no le alcanzaría el tiempo para siquiera acomodar la comida.

Si le preguntaran a ella cómo logro, imaginando que ella fuera completamente honesta, diría que no fue nada corto de un milagro. El sudor le borboteaba por la frente y se sentía un poco mareada, estaba poniendo un gran esfuerzo para no colapsar. Cuando él anunció que ella había ganado, la muchacha dio el suspiro más profundo de su vida, como si hubiera estado cinco minutos sumergida bajo el agua. Como era tan lista, se puso al lado derecho del profesor, prediciendo que le iba a levantar la mano en son de victoria. Ella, ni lenta ni perezosa, se precipitó a la salida, pero para su desgracia, el señor Philippe se encontraba en su camino.

-Esa fue una excelente exhibición, mademoiselle Agnes. Fue tensa y competitiva hasta el último segundo, pero al final, su conocimiento le permitió crear sabores más interesantes.

-M-muchas gracias, monsieur Philippe. Me encantaría quedarme más tiempo para charlar, pero necesito ir al baño, así que, si me disculpa.

-Por supuesto, yo también debo dirigirme al sanitario ahora...¿Huh? ¡Mademoiselle Agnes!

-¿Qué pasa?

-Tiene manchas rojas al costado de su camisa y en la punta de sus dedos. Es un rojo muy intenso, parecido al de la sangre. ¿Está herida, señorita?

-¡Argh! (¡Por eso quería largarme de aquí! ¡si descubre que me corte, me verá como un fraude! ¡debo decir cualquier cosa! ¡lo que sea!) Y-yo, es que...m-mi...mi ciclo, ¡mi ciclo menstrual!

-¿Disculpe?

-M-m-mi ciclo se adelantó este mes, al parecer y no traía toallas sanitarias, entonces cuando me di cuenta, pues...sí.

-¡Oh! ¡perdone mi impertinencia! ¡no tenía idea!

-N-no se preocupe, monsieur Philippe.

-Si necesita ayuda, tenemos un botiquín con toallas extras.

-N-n-no, yo traigo siempre unas de emergencia conmigo, s-solo que, por el duelo, ya sabe...

-¡No la detengo más, mademoiselle! De nuevo le pido que disculpe mi rudeza e impertinencia.

-No piense mucho de ello, jeje...

Agnes salió disparada al baño como alma que se lleva el diablo, casi dejando un rastro de humo como en las caricaturas. Cuando pudo constatar que estaba completamente sola, cerró la puerta y explotó.

-¡¿Menstruación?! ¡¿eres estúpida?! (¡Fue lo único que se me ocurrió en el momento! ¿qué querías que dijera?) ¡No eso, te lo aseguro! ¿por qué no dijiste algo como que nos manchamos con la carne al prepararla? (No nos hubiera creído, la carne estaba en el sous-vide) ¡¿entonces por qué no dijiste como que nos cortamos?! (¿no era eso lo que queríamos que no supiera?) ¡Arghhhh! (Como sea, no deberíamos avergonzarnos de nuestra propia biología) No sé, yo sí me siento muy avergonzada si me lo preguntas. Lo peor es que también hicimos pasar vergüenza al profe, que nada tenía que ver. Bueno, eso ya pasó, al menos pude ganar, pero apenas. Sé que mucha gente puede salir golpeada mentalmente, pero debo ser una de las pocas personas que también se lastimo físicamente en el proceso...y me encanta este guante. No está tan mal el corte, pero debería quitármelo para no estirarlo más, con el otro, no hay problema, con un poco de agua puedo limpiarlo y la mancha de mi traje la taparé con mi bulto, pero debo largarme ya (otro corte más para la colección...)

Una malhumorada y algo decepcionada Agnes salió trotando del baño, dispuesta a irse a casa y fue justo aquí cuando se encontró con nuestro protagonista, y sí todavía recuerdan como terminó ese encuentro, ahora entienden porque pasó como pasó. Cuando llegó a casa, lo primero que iba a hacer era cambiarse de ropa y poner su traje a lavar, pero antes, iba a separar el guante, solo para encontrarse con otro aciago destino.

-En cierta forma, debería agradecerle a Ramírez haberme dejado desquitarme con él involuntariamente, ahora me siento mucho mejor que en la tarde. Ahora, a poner toda la ropa ensangrentada a lavar...¿Y el guante? ¿lo metí en el bolsillo derecho? ...¿lo metí en mi bulto? ...¡¿Dónde está?! ¡no puede ser! ¡lo perdí! ¡Debo encontrarlo mañana ante de que alguien lo encuentre, pase lo que pase!

Y así fue, ya que, desde primera hora del día hasta el ocaso, la joven se pasó buscando el guante por todos lados, debajo de las piedras del suelo y encima de los pájaros en el cielo, de haber tenido más tiempo, hubiera ido al campo de desechos a donde llega el camión recolector y hubiera peinado cada hectárea del lugar, pero el destino le tenía preparado su recompensa, pero envuelta como un castigo, al ver quién era que la tenía.

-Es un guante, solo vine a devolvértelo.

-¡! ¿viniste a dármelo de vuelta? (¡¿Cómo demonios este cretino consiguió mi guante?! ¡¿lo consiguió ayer cuando chocamos?!).

-Si, eso nada más.

-(No puedo dejar que sepa que el guante es mío. Es una lástima, pero deberé darlo como perdido) Eso es raro.

-¿Hmm? ¿qué es raro?

-Yo no he perdido ningún guante recientemente. Tienes a la persona equivocada, Ramírez (Parece que es muy tonto para darse cuenta del corte. Si fuera inteligente, sabría que solo tendría que buscar a alguien con un corte igual y reciente en el pulgar para encontrar al dueño).

Lo malo es que John estaba también herido en su orgullo, y no quería admitir la derrota y Agnes siempre era orgullosa, cualquier otra persona hubiera dicho que no era suyo y se hubiera marchado, pero ella quería aplastar al joven con su inteligencia y fue esta misma inteligencia la que desprevenidamente guio al héroe hacia la verdad. Agnes le dio dinero, no como disculpas sino como una forma de callarlo, para que no le dijera a nadie sobre esto, y cuando se marchó, tomó su guante y le dio la cachetada, mientras se decía a sí misma "¡Destruiré a este donnadie en los cook-offs! ¡aunque sea lo último que haga!". De vuelta en hogar dulce hogar, pudo desahogar todo lo que sentía.

-¡ARGHHHHHHHHH! ¡ESE PEDAZO DE MIERDA SE DIO CUENTA! ¡¿por qué tenía que ser él de todo el mundo?! ¡y pude ver la cara de idiota que tenía cuando terminó! ¡cómo "juju, conque así se siente pensar, ¿huh?"! ¡prefería al Ramírez que era un imbécil! ¡y lo peor de todo es que ya pude comprobar que realmente Harry me traicionó por ese...¡ese! Ayy, esta semana ha sido de lo más horrible...La verdad es que, por más que me duela tanto como una piedra en el riñón, no puedo negarlo, John Ramírez es más peligroso de lo que imagine originalmente, igual con Aiko. No puedo confiarme ahora, si quiero ser la mejor estudiante del instituto, debo derrotarlos, a Aiko, de una manera absoluta, igual a Ramírez.

Justo aquí, su teléfono empezó a sonar, era Harry al habla.

-¡Vaya que eres valiente para llamarme después de lo que hiciste hoy!

-Era natural que pensaras eso, no te culpo, pero veo que es necesario explicar mi perspectiva en este asunto.

-¡Ja! ¿ahora crees que voy a escucharte parlotear o sermonearme?

-Bueno, contestaste la llamada sabiendo que yo era el que la realizaba.

-¡Yo... No estoy de humor, solo dilo.

-Entiendo que estés bastante enojada y frustrada por todo lo que ha transcurrido durante esta semana. Yo sé muy bien que así no era como la imaginabas cuando entraste.

-¿Algo más, capitán obvio?

-El punto es que, desde mi punto de vista, usaste de manera perversa tu estatus e intelecto contra alguien mucho más vulnerable que tú. Esto no solo se me hace abominable, sino también un acto hipócrita, viniendo de ti. Entiendo completamente porque me podrías considerar un mal amigo o un traidor por lo que he hecho, pero no voy a excusar lo que mi moral me dice, aunque seas una amiga muy querida.

-Y ahí está el sermón ¡alabado sea Harry! ...Solo dime algo ¿por qué ahora solo pasas tiempo con él? Sé que soy...particular, pero nos conocemos desde hace mucho, pensé que seríamos más cercanos ahora que estamos en una misma institución.

-Al igual que cuando te conocí, siento que John tiene muchos problemas a la hora de confiar en sí mismo, y a diferencia de ti, él está ahora muy lejos de casa y de todo el mundo que conoce, y llega aquí para sentirse como un pez fuera del agua. Aquí no puedo justificar enteramente el hecho de no andar más tiempo contigo, en este caso en específico, el hipócrita soy yo y me disculpo.

-Ya veo...-Tomó un respiro y continuó- La verdad, no me molesta, ahora soy finalmente popular, y tengo tanta gente con la que hablar que se me haría dedicar tiempo solo a una.

-Me imagino, sin embargo, si quieres hablar de algo más privado, puedes contar con mi disposición absoluta. Somos como...dedo y uña.

-Jajaja, esas cosas no te van, Harry.

-P-perdona, todavía estoy practicando.

-No te esfuerces tanto, no vayas a dejar de ser tú.

-Claro.

-...Bueno, si no quieres hablar de algo más, la verdad es que sí estoy muy cansada y quisiera irme a dormir ya.

-No te molesto más, Agnes. Y antes de que se me olvide, felicitaciones por el cook-off contra Aiko, es lógico que no haya sido la victoria que esperabas, pero la manera en que lograste mantener tu concentración fue un signo de madurez. La Agnes que yo conocí hubiera tratado de salir corriendo de ahí a la primera señal de problemas. No es una exageración cuando digo que sentí orgullo cuando ganaste.

-Heh, actúas como mi papá, creo que me dijo algo parecido, pero con menos tacto, jajaja.

-Jajaja, eso es bastante cómico. Adiós, Agnes.

-Adiós...Eso estuvo bien, ¿verdad? Hoy, en el duelo, pude imaginar su cara tan nítidamente, como si estuviera ahí. Me imagino que me hubiera dicho, algo como "¡Lo lograste, Queen! ¿ves qué era fácil? Y tú toda tensa ¡toda una drama queen!" mientras me abraza...¿Qué estará haciendo ahora? ¿practicando horas extra sola de nuevo? ¿tal vez se volvió a dormir en el Taco Bell? Con ella, nunca se sabe, es una completa demente, pero seguro que está feliz, como siempre...me siento tan sola sin ella, pero no puedo volver a encontrarla, es por mí que ahora ya no es tan feliz como antes. Tal vez ambas nos sentimos igual por no poder vernos...pero ella no puede saber la verdad, está mejor así, feliz en su ignorancia. Si tengo que cargar con esto toda mi vida, que así sea, aunque este encadenada a esta piedra toda la vida y me coman el hígado los cuervos todos los días, si es por ella, lo haré...Ada.

Agnes se puso sus audífonos, puso música y se durmió, dejando caer ocasionales lágrimas en su sábana, tenía que descansar para volver a ser la magnifique prodige en la mañana, porque los cuervos tenían ganas de Fois-gras.

Ahora, se resignaba a mirar mal encarada a John, como una madre católica viendo a su hijo metalero llegando de un concierto, y por más increíble que parezca, no era una mirada enteramente de odio, sino también algo de celos, porque por más poca gente con la que él andaba, parecía que todos sus vínculos eran más sinceros, al menos, eso sentía ella. Ciertamente tenía amigos con los que hablaba a menudo, pero sentía que siempre tenía una barrera entre ellos, sin saber que ella misma había puesto los ladrillos. Sin embargo, su rencor no iba a desaparecer, así como así, solo necesitaba planear algo para darle una cucharada de su propia medicina. Uno de estos días, Harry se enfermó, así que ella se ofreció para llevarle documentos de la clase. Al salir de la oficina, se encontró con el chico cuerno yendo hacia ahí también, llevando unas medicinas en su mano. La muchacha estaba de nuevo en su faceta de la magnifique prodige, la parte que más odiaba al pobre cocinero.

-(Este tipo me sale hasta en la sopa, es demasiado molesto. ¿Siquiera que hace aquí? Nadie viene nunca al tercer piso además de la escuincla de Aiko. ¡Quisiera decirle de todo! ...Pero no, no es el momento. Si quiero realmente ponerlo en su lugar, debo hacerlo cuando más duela, durante el cook-off, donde todo el mundo vaya a ver el momento en que se ponga a llorar porque se le quemaron sus macarrones o algo igual de idiota).

Después de delatar sus deseos con su mirada a John, siguió su día con normalidad, solo tratando de evitarlo en su visión periférica con el fin de evitar arrugas en su cara por tanto fruncir el ceño. Terminó el día, tomó un taxi y llego a donde el británico. Un toque rítmico y un llamado reminiscente del de Romeo a Julieta llamó la atención del inquilino. Cuando abrió la puerta, pudo ver que él estaba bien, aunque algo macilento, todavía no se había recuperado por completo, por lo que parecía.

-Ça gaze, mon chér Harry? En mi infinita misericordia, he venido a traerte todos estos papeles de lo que te perdiste hoy.

-Vaya que eres sacrificada, mademoiselle. No esperaba visitas hoy, la verdad. Ni siquiera he preparado nada para el almuerzo.

-Peu importe, un "merci beaucoup" sería el cobro por la entrega a domicilio.

-No sabía que ahora hacías servicio express. Vaya súbito cambio de vocación.

-Ja. Como sea ¿Vas a invitarme a entrar o tendré que romper las ventanas?

-Bueno, todavía no te he "pagado". ¿Aceptas cheques?

-Andas super cómico hoy. Espero que no sea que las solitarias te subieron a la cabeza.

-Jajaja. Pasa, por favor. Espera en la sala un momento mientras preparo el té.

El lugar de Harry era un reflejo de su persona: Limpio, ordenado, sobrio, nadie pensaría que este apartamento pertenecía a un estudiante soltero. En poco tiempo, el anfitrión volvió con dos tazas humeantes en una bandeja.

-Darjeeling, East India company y dos terrones, espero no haber olvidado tu favorito.

-Para nada, si algo extraño de Inglaterra es poder tomar té dulce en paz. En parís, todos los toman amargos, como si fuera café, blergh.

-Interesante, considerando que una vez le escupiste café caliente a un mesero porque te dio una taza endulzada

-Al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios, Harry. Si iba a hacer tal sacrilegio contra la bebida, le hubiera escupido también y no dejaba el trabajo a medias.

-Siempre con tus opiniones tan fuertes sobre la comida. Aún recuerdo cuando nos conocimos y me pasaste hablando de cómo el Bucatini era una pasta infinitamente superior al spaghetti.

-Y todavía defiendo esa posición...aunque el fettuccine tampoco está mal, mis gustos han madurado desde entonces.

-Por supuesto...Entonces, me imagino que quieres aprovechar esta visita para que actualizarnos con la vida del otro.

-En esencia. Pero antes de eso, creo que hay que hablar del elefante en la habitación.

-Lo compré en un viaje a la India.

-Figurativamente hablando, claro está...

-Por supuesto, solo quería hacerte una pequeña gresca para liberar tensión.

-¡Oh, te aseguro que voy a liberar mucha, mon chér! ¿Qué se te ha metido para ponerte a andar con John Ramírez? ¡En serio, porque nadie sería tan cercano con alguien más por mera vocación samaritana! (Al menos, yo no).

-Directo al punto, entonces. En ese caso, diría entonces que...él me cae bien.

-...¿Nada más?

-Sí, no es nada más complejo que eso. Fue una grata sorpresa encontrar personas tan sinceras y para nada preocupadas por fingir elegancia ante todos en una escuela de alta cocina. Dayton, Anastasia y en especial, John, ciertamente se sienten tan desubicados en un lugar como este y si hago introspección, yo me siento igual la mayoría del tiempo adonde sea que voy.

-Espera, espera...¿Quién es Anastasia?

-Es la muchacha encorvada y de aura hostil que está con nosotros.

-(¡Entonces sí había una mujer y no solo era una visión provocada por una maldición gitana!) Perdón, pasó desapercibida ante mí...Revenons á nos moutons, estábamos hablando del peigne-cul de Ramírez. ¡No exagero al decir que es el estudiante de cocina más inculto que haya conocido!

-Eso es de esperarse, Agnes, él sí está empezando su carrera como chef desde cero, a diferencia del resto de nosotros, que hemos comido y/o preparado buena cocina. Es alguien totalmente único aquí, aunque sea esta misma originalidad la que lo pone en una posición desventajosa ante nosotros.

-¿Único, dices? Bueno, yo también lo llamaría un sui generis, en el peor sentido de la palabra, eso sí. ¡Es que no se siente bien que alguien así haya entrado!

-No seas cruel, Agnes. Imagínate que después del empeño y sacrificio que pusiste para entrar aquí, una persona con alto poder e influencia llegara a decirte que tu mera presencia en el instituto es un error, ¿cómo estaría eso?

-...

-Pues eso es lo que has estado haciendo, mademoiselle. Por más que digas que sea él la piedra en tu zapato, la beligerante siempre has sido primero tú, él solo defendía su dignidad como persona.

-Hmpf ¿qué va a saber él de defender su dignidad comparado conmigo? Aunque me encanta el título que me dieron, te digo que es uno que requiere constante y alto mantenimiento, y el hecho de que el Tintín marca patito esté retándome constantemente solo hace mi trabajo más difícil, como si se pusiera a meter piedras en el escape de un auto.

-Mmmm, no sé si poner sus problemas en una balanza sea la mejor solución. Entonces, ¿vas a seguir antagonizándolo?

-No realmente, solo lo aplastaré en el cook-off y ta-da, problema resuelto.

-¿No crees que exageras un poco? O como dicen aquí, y de antemano digo que perdones mi pronunciación, en faire tout un fromage? Ya eres considerada por muchos la mejor.

-...Mon chér, "l'habit ne fait pas le moine" y yo solo por haber entrado con bombos y platillos no significa que deba descuidar mi imagen pública. El fin justifica los medios, y derrotarlo es solo eso, un medio, igual que Aiko.

-Considerando la manera en la que ordenaste esa oración, pareciera que él que te causa más miedo es John, no la otra estudiante estrella.

-No malinterpretes, solo es al que más quiero humillar (podría decirse que tengo más miedo de lo que pasaría si pierdo contra él que contra la niña).

-Si ese es el caso, solo te pido algo, como amigo de ambos: Sin importar el resultado, intenta ser más amable con él después del duelo, nada más quiero.

-Eso no suena como algo que yo ha-.

-Prométemelo, Agnes.

-La verdad es-.

-Prométemelo.

-...Ahí veremos.

-Cambiando de tema, ¿ya solucionaste tu problema con aquella muchacha?

-No sé a qué te refieres, ese tema ya quedó resuelto.

-Agnes, no puedes mentirme a mí mejor de lo que te mientes a ti misma. Nada va a cambiar si no lo afrontas directamente.

-Lo dices como si estuviera huyéndole, lo que hago es factualmente la mejor solución posible, ella ni siquiera recuerda lo que pasó, solo haría más mal que bien recordarle el tema.

-Disfrazar tus miedos de altruismo tampoco funciona conmigo.

-¡Mira, yo ya he dejado eso atrás! ¡c'est fini, arrivederci! Ahora, ya puedo concentrarme en vivir plenamente, y ella seguro que también. Nadie sale perdiendo aquí y todo bien con el mundo.

-Colette...

-...No lo tomes a mal, pero esto nada te incumbe. Tengo otros asuntos que atender. Gracias por el té.

-Todavía tengo más preparado para servirte.

-No, gracias, ya tomé suficiente

Agnes se marchó sin voltearse después de decir esto, mientras Harry veía como la taza de ella todavía estaba casi llena. La muchacha se relajó un poco hoy, ya que se puso a escribir su reseña del último volumen de Red-Ox en su blog. Lo consiguió antes de tiempo a punta de una enorme red de contactos, por lo que tuvo más tiempo para digerirlo y poner sus opiniones.

"Hola chicos, KQ de nuevo. Antes de empezar, quiero avisar que el concurso de fanart seguirá activo hasta el fin de semana, y los ganadores serán anunciados el lunes, mientras tanto, quiero recordarles que no se aceptará ningún material con contenidos amorales y pasados de tono en el concurso, esos se publican en el foro adulto.

Ahora, lo que concierne a la reseña, hay que empezar diciendo que este último volumen sigue en el arco de "la dura verdad" por lo que no esperen muchas escenas de acción, sin embargo, vale recalcar que el desarrollo de personaje de Redmond sigue siendo espectacular. Este volumen es muy interesante, ya que Red vuelve a recuperar sus poderes, y estoy segura de que muchos imaginaron, incluyéndome, que esto significaba que aparecería una nueva situación que ameritaba salvar el día, no obstante, en una subversión de expectativas magistral, el mundo sigue siendo igual de monótono y sin acción como era después del reinicio. Esto trae a colación un conflicto que nunca hemos visto antes en la historia del cómic: La futilidad de lo fantástico en un mundo ideal. Sin villanos, sin conflictos, sin riesgos, el mundo se ha vuelto un lugar perfecto, por lo que no se requieren superhéroes, aun así, la vida de algunos sigue siendo miserable, como la de Redmond.

Tiene sus poderes de vuelta, sí, pero ¿de qué le sirven? ¿acaso va a partir a la depresión a la mitad con su espada? ¿o utilizar el catalizador para darle propósito a su vida? El problema no está en que no pueda hacer algo, sino que parece que sus aptitudes son casi inútiles a la hora de solucionar lo que realmente lo afecta, y la verdad es que creo que todos nos sentimos así de vez en cuando, cuando parece que lo único en que somos buenos no nos ayuda en nada a ser felices. Espero que el escritor pueda encontrar una solución creativa y realista a este dilema, en parte, porque quiero ver a Red-Ox de vuelta, pateando culos como es natural, y en parte, porque tal vez esa solución nos sea útil a todos nosotros. En general, le doy 8.2/10.0, la historia es muy buena, pero el ritmo al que va es algo lento y el arte está bastante mudo de color, deliberadamente, lo sé, pero, de todos modos, no tan llamativo como podría ser".

-...Bueno, y ahora es problema del internet. Ya es algo tarde, voy a irme a-¿Huh? ¿alguien ya comentó? Fue RedPucca42, para variar (¿en realidad la habrá leído o solo quiere hablar?) Veamos:

"Otra gran reseña, KQ, yo también quede atónita cuando Red recuperó sus poderes. Con respecto a lo que dijiste al final, yo lo veo como que la gente a veces cree que solo es útil en una cosa, cuando las habilidades que tienen pueden servir en otros lados, si es por una causa mayor, como por ejemplo, un zapatero que hace las botas necesarias para que los revolucionarios atraviesen las selvas, o un poeta, que con sus estrofas inspira al pueblo a unirse contra los opresores o el abogado que pelea contra la ley burguesa para liberar a los líderes sindicales injustamente encarcelados. Es de trabajar con lo que se tenga, pero eso es lo que pienso yo, nada más, ¡Hasta la victoria siempre!".

-Hmmm, quitando la parte donde pareciera que me estaba comentando cómo se puede servir a un movimiento guerrillero ¡ella tiene razón! ¡debo trabajar con lo que tengo y en mi caso, es mi intelecto! He sido muy terca hasta ahora, concentrándome en esperar a derrotar a John en nuestro próximo duelo, pero ¿por qué esperar tanto? Puedo pensar en algo para dejar en claro la diferencia de niveles entre nosotros desde mucho antes, como dijo Sun Tzu, "las guerras se ganan antes de que empiecen". Sin embargo, si quiero pensar en algo siniestro, necesito algo de música que me ayude a maquinar mis planes...¡Ya sé! La danse macabre, está algo trillada, pero sigue siendo bastante efectiva, ¡Ramírez ni siquiera se dará cuenta que ya está besando el suelo por donde camino cuando lo derribe con mi estrategia!

Y ahora, Agnes se encontraba bailando y monologando acerca de que haría para llevar a cabo, tal como si fuera un villano de James Bond, inclusive, en algunos intervalos, soltó la carcajada maligna de manera subconsciente. Ciertamente, ella es una peculiar oponente para un peculiar protagonista. Ya con la estrategia hecha, era hora de ponerse manos a la obra. Ella tendría que hacer confiar a John, lo cual sería bastante fácil con las palabras y expresiones correctas, el verdadero problema sería Harry, pero inclusive, aunque era una mentira, disculparse la hacía sentir una vergüenza no actuada, por lo que pudo escabullirse bajo el radar de él. La bomba ya estaba puesta y no podía estar más feliz. Sin embargo, hubo una interacción interesante en la conversación.

-¡Hey, señorita Agnes!

-¿Hmm?

-Ehh...aquella vez que...ya sabes.

-Te refieres a "esa vez" , ¿supongo?

-Sí, eso.

-Aprecio que todavía mantienes la discreción que te pedí. Hmm, no recuerdo muy bien que fue lo que te dije, eso sí. (Mentira, todavía planeo mantener esa promesa si me traicionas).

-Ajá, sí. Bueno, ese día, tú...eh...

-(Qué lerdo, la daré un empujón) -Pensó, e inmediatamente dijo lo que John quería expresar a punta de ademanes.

-¡Exacto, eso! Y bueno, Harry me dijo que eso antes significaba pedir un duelo. ¿Eso fue lo que querías decir?

-(Milagrosamente, sí lo entendió, más increíble aún es que parece que tiene la voluntad para llevarlo a cabo. Podría decirle la verdad, pero eso sería validar su esfuerzo, lo cual no me interesa hacer) Pffft, ¡jajaja! ¿un duelo? Ni que fuera una mosquetera, jajaja. Fue solo un...lapso en mi juicio, no era para ser interpretado así. Tal vez Harry lo sobre analizó, nada más.

-Entonces...¿nada de cook-off?

-(Aunque te lo hubiera dicho, ya no importa, después de hoy, ya no tendrás oportunidad) Rien, zilch, nada.

Agnes se fue más que satisfecha, con la imagen de un John decepcionado grabada en sus retinas. Después, vio que al muchacho le había tocado con Aiko, pero donde muchos se habrían preocupado, ella lo consideró como un gran golpe de suerte, ya que estaba más que segura que por muy habilidosa que fuera, no tenía el conocimiento necesario para escaparse de la trampa que les había tendido. No obstante, con una idea divina del cabello de antena y el talento inconmensurable de Aiko, pudieron rebelarse contra el destino que la prodige les había asignado. Aunque un poco molesta de que su treta no funciono, tampoco le importaba mucho, al final, fue la suerte lo que salvó a John, no significaba nada para ella, por lo que estaba dispuesta a marcharse sin pensar más del asunto, hasta que el impostor llegó para hacer su declaración de guerra.

-Por eso ¡hoy soy yo el que te reta a un cook-off para el final del curso!

-¡! (Realmente nunca imagine que él tuviera el par necesario para retarme. Pensé que simplemente se había resignado a pelear contra mí para tratar de salvar su pellejo. Muchos otros hubieran aprovechado a irse con la cola entre las patas, pero él volvió a saltar dentro del pozo por su propia volición...Pero como dicen, "Ninguna buena acción queda impune" y tal valentía merece recompensa, aunque le voy a mostrar que tan mal ubicada está)

-¿Ese hecho sí te complace?

-(Si así lo quieres, te voy a dar el "sí" más claro de toda tu vida, estampándolo en tu cara) Ahí está tú hecho, Ramírez.

Ya no había espacio para la malinterpretación, se había formado el reparto, había dejado de ser guerra fría a un bombardeo en las trincheras. No obstante, no fueron las bombas que venían del cielo las que asustaban a la retadora, sino la mina inesperada que explotó a unos pasos frente de ella, metiendo la duda de cuantas más podrían estar esperándola en el camino.

-Con eso, me despido. Mala suerte y buen allegro, Ramírez.

-Igualmente...espera, ¿qué? ¡¿qué dijiste?!

-Oh, perdona, es una expresión mía, casi nadie lo que significa, así que no importa-

-Nonono, ¡sé lo que significa! Es buena suerte, ¿verdad?

-(...Es imposible que él haya descifrado el significado solo) Sí...¿y cómo sabes eso?

-¿estudiaste ballet, Agnes?

-(Al parecer, conoce algún practicante de danza, por eso conoce la frase...o tal vez él sea un bailarín ¡Arghh! ¡acabo de imaginármelo con un tutú! ¡Asco, asco!) Sí, hace un tiempo. Supongo que conoces a alguien que también lo practica, ¿verdad?

-Podría decirse que sí.

-Ya veo...¡Bueno! Parece que París es más pequeña de lo que aparenta.

-Sí, jeje...Oye, no conoces a una chica llamada Adeline Dubois, ¿verdad?

En este momento, la muchacha agradeció al cielo que estaba de espaldas, porque hubiera sido inevitable que John descubriera que algo estaba pasando si le hubiera visto como se le puso la cara traslúcida, como un camaleón viendo la sombra de un ave de rapiña en las cercanías.

-(¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! ¡¿Por qué Ramírez la conoce?! ¡Tranquila, tranquila! No parece realmente que sepa mucho acerca de mí y ella. Podría decirle que no, pero si se va a corroborar la verdad con Ada, ella no va a dudar en decirle la verdad. Digámosle eso, solo no hagamos mucho escándalo acerca de ello y ya) Hmm...Sí, creo que éramos amigas durante el ballet, la recordé porque su apellido me recordó una panadería de ese nombre por la calle de La Marais.

El tema no pasó a mayores, pero inclusive el mejor mentiroso no puede evitar dejar caer la mínima gota de sudor al ver que alguien podría estar en el camino de derribarle el teatro, no obstante, preocuparse de que John fuera a desenmarañar todo era pura paranoia. Terminada la semana, lo que realmente ocupaba su mente era la Red-Ox con, por la cual se había preparado todo el año. Llevaba yendo a las últimas siete ediciones, pero este año se sentía especialmente ambiciosa, ya que había confeccionado un traje de C-312EZ, un enemigo tan grande en el cómic que parece bastante irónico que haya sido su elección, considerando que tan solo hace unos años, para decirlo de una manera más sensible, no la dejaban entrar a algunas atracciones en el parque de diversiones.

Aun así, quería tratar algo difícil, para exhibir su músculo para los cosplays, además que necesitaba algo para que el mundo no le viera la cara, ya no era una chica cualquiera, era Agnes Brienne, no podía andar tan expuesta por ahí ahora que ya era conocida por el público. Obviamente, el traje podía llegar a ser muy caluroso, así que le había puesto entradas de aire, y llevaba una cantidad exagerada de líquidos, lo cual podía convertirse en otro problema que sería el de ir al baño con el traje.

No obstante, la convención terminó siendo muy entretenida, a pesar de todo. Ella llegó a primera hora, y por mera coincidencia, no llegó a ver a John o al resto en el lugar, al menos no directamente, en parte porque no tuvo la suerte de encontrarlos, en parte porque el traje disminuía considerablemente su visión periférica. Pasado el mediodía, llegó uno de los eventos más importantes de esa velada, en donde se estaba realizando el evento con Mr. González. Obviamente, ella se apuró lo más que pudo ya que quería ser la primera en la fila, pero con el disfraz tan engorroso que llevaba, le era demasiado difícil moverse con la más mínima fluidez, porque estaba el riesgo de chocar con alguien, resbalarse y arruinar su trabajo de meses. Al final, aunque no era para nada religiosa, tendría que conformarse con la frase de "los últimos serán los primeros".

Cuando finalmente pudo entrevistar al actor, le pareció que era más alto en las fotos, además de que su voz sonaba un poco ronca, pero esto último lo atribuyó a estar hablando casi sin parar durante todo el día, y vio que el sujeto realmente parecía un sujeto dedicado y amable, digno de representar al campeón de los átomos en la gran pantalla, por lo que sí le regalo la réplica exacta del guante. Para los curiosos, de haber sido un completo patán, o sea, el verdadero Mr. González, simplemente hubiera hecho un concurso en el foro y se lo hubiera regalado al ganador. Además, publicó una pequeña nota en su blog:

"Nota rápida, acabo de volver de Red-Ox con y siento que peso dos kilos menos, pero valió la pena, estuvo bastante divertido y pude hablar con muchos de ustedes. La gran sorpresa del evento para mí fue el mismo Mr. González, que terminó siendo una completa ternura, no diría que era un experto como nosotros, pero demostraba un legítimo interés en la obra. Tal vez es que soy muy cínica, pero en verdad esperaba que solo tuviera unas cuantas líneas del cómic y tratara de dedicarle el más mínimo tiempo a todos, pero no, bastante increíble que no fue así".

Pero aquí es cuando los pecados del pasado empiezan a mostrar su cabeza horrible de nuevo, ya que ni ella ni nadie puede escapar por mucho tiempo de su propia historia y ella todavía no le había dado conclusión a la suya, y cuando ese bendito mensaje llegó, fue como la bala de salva siendo disparada al inicio de la carrera de atletismo. Ella estaba estudiando en completa concentración.

-Hmm, un mensaje...¡¿D-d-de Ada?! ¿por qué un mensaje? Veamos:

"Hey, hola, queen. Hace rato que no nos vemos. No sé si vas a leer esto, pero tengo una presentación de una nueva coreografía este fin de semana, por si quieres venir. Sé que no le necesitas, pero conseguí unas entradas con descuento como regalo"

...N-no sé qué pensar en verdad. Esto prende todas mis alarmas, pero unas son de robo, otras de humo, estas de tornado y aquellas, la trompeta de los jinetes. Yo sé por qué me tuve que alejar y aunque lo hice, no fue porque me gustaba, más porque era necesario...pero tampoco me puedo mentir, en verdad quisiera verla de nuevo. Y-y bueno, tampoco es que ese tema deba salir a colación, podemos hablar de su coreografía o cómo le ha ido en la panadería, solo ponernos al día una con la otra.

Si soy precavida, nada va a salir mal...Ahora que lo pienso, me siento todavía muy mal por la manera que traté a Harry aquel día, todo lo que me dijo es porque realmente me quiere y se preocupa por mí, y yo la traté de forma apática, ni siquiera me tome el té y es justo por eso que me aleje de Ada, porque parece que siempre hiero a los que más quiero...y ella es la persona que más amo. No hay como lo piense, tengo un horrible presentimiento de hacer esto...pero si ella se molestó en mandarme esto, sería descortés no ir.

Y de esta manera se la pasó pensando toda la semana, en donde dejo de ser la estudiante atenta y participativa y parecía más bien como si hubiera puesto una figura de cera hiperrealista para reemplazarla en las clases, estaba ahí pero solo en carne, porque su mente andaba en Tangamandapio. Sus debates no pararon ni siquiera a horas de que empezara el evento, estaba todavía preguntándose de ida y vuelta si era una buena idea, hasta se cuestionaba las cosas más inútiles.

-Ok, podría llevar estos pantalones blancos, camisa y un saco, algo bastante de French girl, o algo más formal, como un vestido beige y con un sombrero, o tal vez, podría ir más casual y llevar una falda corta...¡No, no, no! Terrible idea. Y después está el labial y los guantes...podría ir con algo fuerte esta vez, pero no sé, tal vez dé la idea incorrecta. Principalmente, no sé cómo le voy a hablar cuando finalmente estemos en frente, una de la otra...o simplemente le digo que no pude ir y dejo todo esto morir...No, eso sería imperdonable.

Al final, la muchacha pudo armarse del coraje mínimo para decidir salir de casa, aun temiendo lo peor. De camino, una nueva interrogante le surgió: ¿Qué sería más conveniente? Encontrarse con Ada antes o después de su acto. Por un lado, el nerviosismo que le generaba todo esto era casi incapacitante, como las personas que odian las inyecciones, viendo como la siguiente fecha para el refuerzo se acerca, y muchos lidian con esto, buscando que se acabe lo más pronto posible porque, si saben que es algo inevitable, ¿para qué atrasar la ejecución? Que las cabezas estén rodando para antes del mediodía; en contraste, de encontrarse ya, podría desestabilizar el ánimo de la bailarina, porque Agnes en realidad, aunque sí tuvo valor para venir, le faltó a la hora de avisarle a Ada que vendría, por lo que inevitablemente sería una sorpresa. Todo este vaivén de ideas provocó que se retrasara un poco, pero, aun así, llegó temprano.

Se fue a sentar a su butaca, en completa soledad, a esperar que el espectáculo empezara. Viendo hacia el escenario, vio que alguien salía de los camerinos, pero no podía distinguir quién es, por la falta de luz, pero parecía que la estaba viendo de vuelta. Cuando ya estaba por enfocar su vista, la persona se esfumó en un decir amén, sin dar ninguna pista relevante acerca de su identidad. Poco a poco, las luces se fueron atenuando, lo que indicaba que el show estaba por comenzar. La ansiedad que tenía creció más y más, al ver que la parte de Ada no aparecía, aunque pudo liberar un poco de humo viendo el show de los bailarines de Tango, ya que para ella fue un stand-up comedy más que una coreografía, un buen espectáculo de medio tiempo, se podría decir, pero hasta que al fin, llegó la hora prometida, en los altoparlantes anunciaron que el siguiente grupo en presentarse era la compañía de baile Morpho, después de tanto tiempo, volvería a ver a Ada en carne y hueso. Su corazón estaba haciendo un redoble de tambores en anticipación a este momento que ella tanto se había negado a sí misma, hasta que pudo distinguir a la chica de las demás bailarinas:

-(Ahí está, en verdad parece que no ha cambiado nada, incluso se puso la brillantina y ese dibujo de morfo por arriba de la mejilla. La forma en que está pegada a su compañera parece como una orquídea sosteniéndose con el tronco de un árbol, es increíble lo flexible que es. La obra al parecer se llama "ciclos" me pregunto por qué, habrá que averiguarlo...Ya se pudo despegar de la otra chica, ya la puedo ver mucho mejor...wow. ¡¿Huh?! ¡¿la están desvistiendo?! ¿a qué degenerado se le ocurrió está escena? ¡¿y por qué no puedo parar de ver?! Oh, tenía otro traje abajo, jeje...Esas dos muchachas que están ahora, parecen bastante íntimas y su rutina en verdad tiene contacto, incluso cuando yo bailaba, nunca me gustaban los bailes con pareja, prefería hacerlo yo sola...o con Ada. Parece que ya va a terminar, me encanta que ella siempre logra hacer coreografías tan expresivas, pero sin desestimar los aspectos técnicos de la danza académica, ella en verdad es increíble).

Entre silbidos y aplausos, las muchachas salieron de vuelta a vestidores, por lo que para Agnes era claro que ya no tenía tiempo para cuestionarse lo que iba a hacer, era ir a verla o huir de vuelta a la madriguera y volver a hibernar por el siguiente año. Se dirigió hacia su camerino, pero de la manera más lerda y atrofiada posible, como cuando un niño va a donde su madre a decirle que rompió una de las ventanas. Las ideas de cómo se iba a presentar ante ella eran miles, desde saludos con alta gracia y sofisticación, casi como si fuera una visita diplomática hasta lo más casual y relajado que podía conjugar su mente, porque ya saben, esto no era la gran cosa para ella, no obstante, toda la maquinaria en su mente paró instantáneamente cuando finalmente la encontró, todas esas ideas se convirtieron en sal y se disolvieron en el mar muerto. Ella estaba ahí, viéndola, pero no podía ni siquiera respirar para decir una mísera sílaba, pero solo necesito un abrazo sin mesura de la muchacha para reaccionar.

-¡Queen! ¡Sí viniste!

-A-ajá.

-¡Me alegra tanto verte! Cuando no respondiste a mi mensaje, pensé que no vendrías.

-Solo lo hice porque quería que fuera una sorpresa, no lo tomes a mal (Buena mentira, chica).

-Ya veo, ya veo...Oye, vi que entraste al instituto con calificación perfecta. ¡Felicidades, Agnes!

-Gracias, Ada, perdona si no te lo dije personalmente, pero como apareció en todas las noticias, no lo consideré necesario.

-De todos modos, me alegré mucho por ti cuando lo vi, después de lo tanto que te costó...

-...No te había contado, pero ya realicé mi primer cook-off dentro del instituto.

-¡¿En serio?! ¡Agnes, es maravilloso!

-Incluso lo gané.

-¡Excelente!

La gimnasta abrazó de nuevo a la delgada cocinera con todas sus fuerzas, haciéndole una sesión quiropráctica en cuestión de segundos.

-¡Argh! ¡S-sigues abrazando tan fuerte como aprietas manos, Ada!

-¡Ups, perdón, fue por la emoción! Aun así, que bueno que ya superaste ese temor a los duelos. Después de todo, eres la Magnifique prodige ahora, es natural que seas la mejor en esto.

-Sí, eso se podría decir...Pero, cambiando de tema, creo que hay mucho por ponernos al día una con la otra, después de todo, no hemos hablado casi nada por más de un año.

-¡Claro, claro! ...Pero creo que eso tendrá que esperar un poco.

-¿Por qué? ¿estás ocupada con algo?

-No realmente. Verás, la verdad es que te invité porque realmente necesitaba hablar contigo.

-(Esto no suena bien. Me da miedo preguntar, pero...) ¿Sobre qué? ¿qué necesitabas hablar conmigo?

-Es...es acerca de Louis.

-¿D-de Louis?

-Ya ha pasado un año y...realmente no he visto ni recibido nada sobre él, casi pareciera que se lo comió la tierra, así que quería que me ayudaras con esto, siendo que tú recuerdas mucho mejor la historia. Tal vez así pueda recordar y encontrarme con él de nuevo.

-(¡Maldición! ¡ese maldito problema de nuevo! ¡sabía que no debía venir! No puedo desenterrarlo ahora) No sé si pueda ser de mucha ayuda, mon cherrié. Ya te había contado toda la historia como yo la sabía, y yo tampoco he sabido del sujeto desde entonces, ergo, no sé cómo podríamos arribar a nuevas conclusiones a partir de la misma información.

-N-no lo había pensado así...¡Pero espera! ¡hoy si hay algo nuevo!

-¿Algo nuevo?

-Un amigo. Él también parece estar interesado en ayudarme, incluso hoy mismo quedamos para hablar después del show, para que nos ayudara. Con todos nuestros esfuerzos juntos, estoy segura de que podremos descubrir algo nuevo acerca de esto.

-(No sé quién pueda ser este amigo, pero no puedo dejar que llegué a la verdad. No quisiera, pero parece que tendré que defender la mentira que creé, y hacerla pasar por hecho ante Ada y el tipo ese) Ça va être chaud, no te voy a mentir, Ada, pero haré todo lo posible para ayudarte a ti y a tu amigo en esto.

-Merci beaucoup, Queen! Estoy segura de que él te va a agradar. Él también estudia cocina en el instituto, ¡tal vez lo conozcas!

-(No. Puede. Ser. ¡No él, por favor! ¡todos menos ÉL! ¡Con razón el salaud conocía a Ada!) Es posible, sí. Vaya coincidencia...

Aunque ella jamás admitiría en público que John tenía la capacidad de revelar la verdad de todo esto, en su consciencia sabía que esta era la peor situación en la que podía aterrizar, porque, aunque ella asumía que él no era particularmente listo, eso él lo compensaba con ser bastante terco con el tema. La última vez, ella se descubrió por tratar de lucirse ante él, pero ahora ya se había dado cuenta de su error y no lo volvería a cometer, con la más mínima oportunidad, callaría a John sin dudarlo, porque entre más inconsistencias él llegara a resaltar, más Ada empezaría a dudar de sí misma y de la historia. Ella ya tenía la historia entera que le había creado, solo era cuestión de defenderla, inclusive modificarla si en ciertas partes le beneficiaba, mientras ella nunca fuera vinculada con esto.

Al inicio, todo empezó bastante bien para ella, hubo momentos de duda, pero ella siempre lograba retomar el control, mas, la insistencia del héroe en descubrir la verdad lo llevó a dar el primer golpe que Agnes sintió durante toda esa conversación, que fue cuando John dedujo que el amigo era una mujer, aquí empezó a sudar frío. El otro golpe terrible que recibió fue cuando vio a John sacar el guante que ella le había dado a "Mr. González"; no solo estaba perpleja por lo que significaba para su historia, sino que estaba desconcertada, tratando de imaginar teorías de cómo lo había conseguido él: ¿Se lo había robado? ¿Mr. González lo habrá lanzado a un basurero y él lo cogió de ahí? ¿lo había confundido con algo de él y se lo había llevado? Irónicamente, la opción que nunca considero era la correcta, o séase, que ella misma se lo había dado, aunque obvio, ella no tenía ninguna razón para suponer esto.

Incluso con esto, ella todavía tenía la voluntad para sostener la historia, no dejaría su esfuerzo de todo este tiempo ser en vano, y justo cuando estaba recuperando el aire, recibió otro gancho en el hígado, cuando Cécile trajo esa aciaga carta, el único "testigo" de ese día que ella no podía manipular. Tenía unas ganas infinitas de abalanzarse sobre él para quitarle la carta, comérsela y eliminar todo rastro de ella, pero no podía. Así que, en un intento desesperado por mantener su mentira a flote, puso la condición ridícula de un minuto para que analizará la carta, asumiendo correctamente que ni John sabía qué sacar de ella en el momento. Sin embargo, la treta no funcionó, y con esto, volvemos al punto actual de la historia, y con esta bifurcación, se pudo ampliar nuestra visión acerca de lo que aconteció porque, como sabemos, todos son los héroes de sus propias historias, pero mientras que la de John era mucho más inocente y de buenos sentimientos, la de Agnes, por las mismas acciones de nuestro protagonista, se había vuelto una tragedia, su presente había vuelto a ser consumido por su pasado.

-P-p-pero no comprendo ¿por qué querías herir a Ada? ¡¿por la carta?! ¡¿cómo pudiste ser tan desalmada?!

-(Me estoy ahogando, siento que no me llega el aire, ni siquiera para gritar)...

-¡Responde, Agnes!

-¡Déjala en paz, John! -Vociferó Ada, con enfado.

-¡A-ada! P-p-perdón.

-(Ella me sigue defendiendo, incluso ahora).

-...Perdón por gritarte, pero Agnes...¡ella no hizo nada malo! ¡lo que pasó fue un accidente!

-Ada...por favor no excuses lo que hice, no hubo nada de accidente sobre eso.

-N-no sé qué pensar...Agnes, s-sé que te caigo super mal y sé que nada me incumbe, pero...q-quiero saber la verdad.

-(...Realmente, ya nada me importa) La conocí cuando volví a Francia, todavía no era alguien en el mundo de la cocina, y en general, casi en todos los sitios pasaba desapercibida. Me gustaba bailar, así que me metí a ballet; también con esperanza de hacer nuevas amigas. Al final, realmente nada resultaba, porque seguía siendo igual de imperceptible que siempre...pero siempre estaba esta muchacha que era muy amable con el resto, siempre me decía "buenos días" y "Hasta luego". Después de mucho tiempo, agarré valor para tratar de empezar una conversación con ella. En mi mente, lo consideré un fracaso, y me fui avergonzada a mi casa. Pero, el siguiente día, la muchacha volvió, y recordó lo que le había dicho el otro día, realmente me había puesto atención.

Entonces, volví a hablar con ella, y la muchacha volvía al día siguiente, y al día después de ese, ad infinitum, y un tiempo después, ella venía a hablarme sobre su vida también, finalmente, había conseguido una amiga. Esa muchacha me arrastró del brazo a lugares que jamás hubiera ido: A un club de aficionados del arte, a regatear a un mercado, a jugar en el ascensor de la torre Eiffel, estaba completamente demente...y como un resfrío común, un día solo me desperté y...y la amaba.

No sabía que era esto, hasta donde sabía, las muchachas amaban a los muchachos, entonces ¿por qué la persona que me aceleraba el corazón era ella? Estaba muy confundida y decidí no mostrarle estos sentimientos, con miedo a que el solo hecho que los tuviera la fuera a repugnar y alejar de mí, porque sentía que era la única persona que tenía. Al final, estos sentimientos terminaron siendo bastante fuertes, además de que se acercaba el año para entrar al instituto. Lo había intentado el año anterior, pero tuve un ataque de nervios y no pude terminarlo, reprobé. La muchacha se quedó todo el día consolándome, lo que solo hizo que mis sentimientos crecieran más. Después, ella me contó que sus padres le habían dicho que querían que ella también estudiara en el instituto, así que me pidió ayuda con sus estudios, nunca habíamos estado tan cerca como ahora, y yo sentía que podía pasar cualquier prueba. Como íbamos a entrar al mismo instituto, sentí que finalmente podría expresar cómo me sentía sin ser juzgada, así que hice la carta y se la dejé en su casillero. Para el final del día, le pedí que nos fuéramos juntas. Ella accedió y para ese punto, ya sabía que ella había leído la carta.

Estaba lloviendo, solo yo había traído una sombrilla, lo suficientemente grande para cubrirnos, y nos fuimos caminando, sin decir ninguna palabra, hasta que llegamos a una escalera, y de mera coincidencia, ella me dijo que quería comentarme acerca de algo y yo naturalmente, asumí que era sobre la carta. Entonces, la muchacha habló.

-Lo pensé mucho y la verdad, no voy a hacer el examen de ingreso para el instituto.

Se me hundió el corazón, porque el futuro que había imaginado se desmoronaba frente a mis ojos, y yo solo podía pensar que había sido por la maldita carta que ella ahora no quería entrar, porque ahora me odiaba. Empecé a llorar y a decirle que cómo podía haberme hecho esto, que cómo podía hacerme sentir querida y luego escupir encima de lo que sentía. Ella sacó la carta y empezó a hablar.

-Agnes...¿la carta es tuya?

No estaba pensando racionalmente, ya había supuesto que me iba a decir que no, porque me sentía ofendida por lo que me había dicho antes, y mi tristeza se transformó en enojo, cuando le exigí que me devolviera la carta, y traté de quitársela a la fuerza, pero ella se resistía, y en un arranco de ira, la empujé, arrancando la parte superior de la carta. Ahí, vi como ella caía por las escaleras, apenas escuchando el sonido de los golpes por la lluvia, hasta que llegó al final de ellas. El agua alrededor de ella empezó a ponerse roja, y yo bajé las escaleras lo más rápido que pude, incluso dejé una de mis puntas botadas. Cuando le di la vuelta a su cuerpo, ella estaba desmayada, con un corte enorme a la derecha de la cien, en el momento, yo...pensé que estaba muerta, entré en pánico, no sabía qué hacer, quedé paralizada, mientras mi mente solo decía "¡La mataste! ¡la mataste!".

Cuando salí de mi shock, traté de llamar una ambulancia, pero no tenía batería, así que la levanté con todas mis fuerzas y la llevé arrastrada del hombro, mientras sentía como su sangre me caía por la espalda. Trataba de gritar, pero apenas me salía la voz, así que nadie venía a ayudarme, y con el aguacero, no había nadie en la calle, solo se me ocurrió caminar directo, esperando que alguien me ayudara. Llegué hasta un lugar con una puerta trasera que tenía un pequeño techo, así que la dejé ahí un momento para descansar. Justo en ese momento, alguien salió de la puerta, y mi primer instinto fue el de ocultarme.

Cuando la vieron, la metieron adentro y llamaron a la ambulancia, mientras yo me fui al frente del edificio, tratando de ver como estaba. Cuando se la llevaron, lo único que pensé fue en perseguir a la ambulancia, pero rápidamente, está me dejó atrás. No sabía a qué hospital la llevaron, o hacia donde quedaba el hospital más cercano, así que deambulé por horas, hasta que finalmente la encontré, y vi que seguía con vida. Mi examen de admisión para el instituto era esa semana, pero cuando fui, llevaba una fiebre horrible por la lluvia y todavía solo podía pensar en Ada, que todavía no había despertado, reprobé de nuevo. Cuando ella recuperó la consciencia, ella había olvidado el día anterior y, principalmente, muchas cosas sobre mí, al inicio, apenas reconocía mi cara.

Fue aquí cuando decidí que yo solo era un peligro para ella, una molestia, un ser despreciable y decidí hacerle olvidar todo esto, por eso fabrique la historia de Louis, que serviría para sustituirme en muchas de nuestras memorias juntas, con eso, confiaba yo, eventualmente se olvidaría de mí y seguiría su camino...si tan solo hubiera sido así.

Ahí estaba todo, la grandiosa verdad por la que John había peleado, eso era todo. Ada estaba en el fondo, con todo el maquillaje esparcido por su cara y con los ojos totalmente inflamados. Entonces, ella habló.

-Nunca supe la historia completa, solo recordaba hasta la parte en que estábamos en las escaleras. F-fui una estúpida al hablarte de mi decisión del instituto, antes de responder a tu carta. Ahora-.

-¡No, Ada! ¡por favor! ¡deja de seguir con esto! Y-yo...yo ahora soy feliz, sin ti.

-N-no digas eso, p-por favor.

-Los momentos que pasamos juntas fueron los más felices de mi vida, pero ya eso pasó. Prefiero que preserves esos recuerdos y nada más...(no quiero volver a lastimarte, por favor, lárgate).

Ada se quedó callada unos momentos, y de un pronto a otro, estalló.

-¡ERES DESPRECIABLE, AGNES BRIENNE!

Después de esto, ella salió marchando, furiosa del lugar, empujando a su amiga con el hombro y lanzando la puerta al salir. Esto hubiera destrozado a Agnes de no ser porque ya era un montón de vidrios rotos en el piso, más bien, sentía una especie de alivio de efectivamente haber alejado a Adeline de su vida. John estaba en completo shock, no sabía que decir, qué hacer, en dónde estar, hasta que Agnes finalmente le dirigió la palabra, sin voltearlo a ver.

-John Ramírez, felicidades, finalmente te veo como la escoria más grande de este mundo (después de mí) Aquí y ahora te digo que cuando acabe contigo en el cook-off, nunca tendrás nada cercano a una oportunidad de llegar a ser un cocinero profesional.

-A-agnes...

-No me interesa qué piensen los demás de lo que hago, voy a ser la mejor chef de Francia y del mundo algún día, así que mi deber ahora es filtrar a aquellos que solo vengan a ensuciar el nombre de este arte. El fin justifica los medios, monsieur. Esto no fue un placer.

La magnifique prodige se fue caminando indiferente, pero John no podía dejarlo así, lo único que se le ocurrió fue tratar de disculparse, pero ella hacía caso omiso así que se le acercó y la trató de agarrar de la mano, y ahora fue el turno de Agnes de explotar, porque casi inmediatamente este trató de atrapar su mano izquierda, el nudillo de la derecha se hundió en su pómulo.

-¡NO ME TOQUES LA MANO! ¡sé que eres un imbécil, pero te lo voy a dejar en claro para que entiendas! ¡y en tu idioma, además! ¡VETE A LA MIERDA! (solo quiero que no me veas llorar...es lo único de dignidad que me queda).

Y salió corriendo. Esta vez, fue la primera vez en que John realmente estuvo solo, en un cuarto aislado, en otro país, con ninguno de sus amigos cerca y totalmente confundido en lo que había pasado. Su cook-off contra Agnes sería en tres semanas.

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