Capítulo 14: "La mejor forma de ganar es no jugar el juego"
Las tensiones empezaban a solidificarse como el granizo en las nubes, el peligro se sentía cercano, y el día en que nuestro héroe se encuentre con su destino ya no está tan lejos como parecía. John sin lugar a duda estaba madurando, pero decir que si estaba listo para afrontar un verdadero cook-off contra la mejor novata de toda Francia y, tal vez, del mundo, sería insincero. Sin embargo, con su primera participación en un duelo culinario, finalmente estaban empezando intentos directos para prepararse ante tal encuentro. No obstante, el destino solía ser caprichoso con el pobre freidor, porque él había nacido con una maldición impuesta por un hada madrina y un total de sesenta y seis personas y dos tercios de una le habían hecho el mal de ojo cuando salió del hospital, siendo esta la explicación más razonable por sus frecuentes infortunios, y en este caso, sus numerosos esfuerzos parecían que iban a ser tirados por el abismo eterno, o eso es lo que podría parecer en el exterior para cualquiera.
-(Hoy hay otro trabajo en la cocina, conducido por la señorita Richter. Al parecer, es un entrenamiento para construir recetas. Estoy un poco nervioso, siendo que la profesora Richter es más quisquillosa que el profesor Gianluigi, pero creo que debería irme bien...espero, porque descubrí que se necesita un promedio de notas de 8,5 o más para participar en los cook-offs y perder esta práctica, aunque no me reprobaría, me dejaría sin posibilidades de competir contra Agnes o contra cualquier otro estudiante).
-Buen día, John.
-Hola, Harry. ¡Qué bueno que ya te recuperaste! ¿qué fue lo que te dio la semana pasada?
-¿Recuerdas el hambre que terminé pasando aquel día en el galleon?
-Ajá, sí me acuerdo...(Directamente orquestada por Ada e indirectamente, por mí).
-Bueno, no había realmente mucho en mi alacena ese domingo, así que fui a hacer unas compras rápidas, pero una de las cosas que compré estaba vencida y tuve una bochornosa irritación intestinal.
-Ish, qué mala suerte. Y no es por criticón, pero ¿no viste cuándo vencía? (Harry da el aura de ser alguien que no deja que nada entra a su boca sin antes darle una inspección aduanera primero)
-No desesperes, John, la segunda parte es justo acerca de esa misma observación tuya. Ciertamente, vi la fecha de caducidad indicada en el paquete, y pude ver que el producto todavía era apto para el consumo humano hasta un mes después de la fecha en que lo compré, pero cuando finalmente lo comí, ciertamente fue el causante de mi ligera intoxicación. Por eso, pude hacer una denuncia con la defensoría del consumidor y recibir una indemnización monetaria por los daños causados a mi persona.
-¿En serio? ¿la comida te enfermó, los demandaste y te dieron plata? ¿¡cuánto!?
-No voy a decir montos, pero digamos que...ahora puedo mirar a la jacket que adquirí con plena paz mental.
-¡Wow, increíble! (Ahora yo también me siento aliviado por ello. La verdad, se hubiera sentido peor si además de dejarlo pasando hambre, le hubiera dado un dolor de estómago).
-Esto parece como aquel día en que te traje al instituto, donde después de tantas desgracias que te habían pasado ese día, tu suerte rebotó.
-Algo así pasó de seguro, pero creo que estos días me ha ido bastante bien, entonces no ha vuelto a pasar algo así. (Espera...pero ¿qué tal si pasa a la forma contraria? En ese caso, ¡una piedra grandísima de mala suerte debería estar rodando por la colina dirigida hacia mí! ...Nah, es pura paranoia mía, la suerte no es tan predecible).
-Bueno, tal vez uno de estos días, también puedas ganar un poco de dinero por la negligencia de una compañía.
-Prefiero ganar dinero sin ser intoxicado, por favor (¿o quizás...?)
-Creo que yo tampoco, jajaja.
-Jajaja
-Monsieur Ramírez.
-Por cierto ¿cómo crees que este la práctica de hoy?
-Ramírez.
-He escuchado que resulta algo compleja al inicio, pero que no es lo peor del mundo.
-¿Siquiera me estás escuchando?
-Ya veo (al parecer, la práctica ya tiene una "buena" reputación. Tengo que concentrarme).
-¡JOHN RAMÍREZ!
-¡AAHHH! ¡p-presente!
-No soy madame Richter, Ramírez.
-¡A-a-agnes Br-!
-Brienne, sí, soy yo.
-Ehhh...¿Por qué me cortaste?
-Mejor me adelanto a esa parte antes de escuchar como masacras mi apellido de nuevo.
-Oh, p-perdón por eso, me cuesta decirlo a veces...(o eso es lo que espero que creas).
-Peu importe, no es a lo que venía a discutir de todos modos, algo que nos incumbe solo a los dos.
-Oh, ya veo, ¿de qué querías...Harry, ¿adónde vas?
-Mademoiselle Brienne acaba de pedir que me fuera.
-No recuerdo que ella haya dicho-.
-No lo tomes a mal, Harry. Para lo que quiero decir, entre menos oídos escuchen, mejor.
-¡¿Entonces sí le pediste que se largara?! (la indirecta me pasó por encima como un avión).
-Descuida, Agnes, te ayudaré a que el único fisgón por aquí sea nuestro propio John.
-¡Hey! ¿a quién le dices (A ver, ¡atrévete a decirle que no eres un metiche! ¡te reto!) ...Te veo en el aula, Harry (Ja, eso pensé).
-Por supuesto, John. Te veo más tarde.
-Con él vigilando, creo que podré hablar con seguridad -Dijo Agnes, respirando con un poco de confianza.
-(Vaya suspiro más fuerte. Una de dos: o me va a recitar una piedra de Rosetta entera y va a necesitar el aire o va a decir algo que le cuesta bastante. Hmm, algo que le cuesta a Agnes Brienne...¿pedirme dinero?).
-Supongo que ya tienes una idea sobre de qué vine a hablarte.
-Ah, ¡sí, claro! (¿pero por qué me pediría dinero? ¿no eres rica? ¿Tal vez me pida que le compré algo que ella no pueda por su imagen, como una cajita feliz o pastillas para la indigestión?).
-Ok, bueno, aquí va...venía a decirte, monsieur Ramírez, que...
-...pues.
-¡Bon sang, Ramírez! ¡Esto es muy duro! Sólo...dame un momento.
-O-ok, tómate tu tiempo (pero no mucho. La tensión parece tanta que pareciera que me fueras a decir que me quedan tres días de vida).
-...Quería decir que me disculpo por la manera que me he comportado contigo todo este tiempo. Fue muy...eh, desconsiderado intimidarte de esa manera, siendo yo alguien de mucha reputación y tú, viniendo de muy lejos para hacerte un mejor cocinero.
-(¿Cómo ignoré la respuesta más obvia? ¿qué la va a costar más a la francesilla que decir que se equivocó?) ¿Lo dice en serio, señorita Agnes?
-¿Acaso me hubiera molestado con todo esto si no fuera en serio? Mira que lo que estoy haciendo es algo excepcional, siendo que rara vez ofendo a los demás.
-Por supuesto (o rara vez, son lo suficientemente valientes para decirte lo contrario) Bueno, gracias, señorita Agnes. Espero que ahora podamos llevarnos mejor, y sin tantos...debates.
-Por supuesto, no obstante, la disculpa no es todo, no me permitiría irme de aquí dejando una disculpa a medias. Quisiera que empecemos desde cero, y nos hagamos verdaderos compañeros, y para crear confianza entre ambos, siéntete libre de pedirme consejos acerca de cocina, estoy más que capacitada para responder a cualquiera.
-Ahh...está bien, ¿creo? (¿qué mosco le picó? ¿la visitó el fantasma de la navidad pasada? Espero que yo no sea el pequeño Timmy...) Aunque, no sé acerca de qué te podría preguntar, no tenía una preparada para empezar.
-Pude escuchar un poco de tu conversación con Harry mientras, ya sabes, ignoraban completamente mi existencia.
-O-oh, lo siento (...¿ella estuvo aquí? Pensé que solo me grito en la espalda de un solo) Entonces, ya sabes acerca de la práctica. La verdad, no tengo ni idea de qué crear. Me imagino que haré una sopa o alguna pasta, son fáciles de hacer y saben bien casi con cualquier cosa.
-Justo como hace todo el mundo, blergh. ¿Vas a llegar a ser chef a punta de sopas?
-Ehh-.
-¡Faux, Monsieur!
-¡Pero no he dicho nada!
-Tardar en responder es evidencia de duda. La respuesta tuvo que ser un NO claro e instantáneo.
-Iba a decir no, de hecho...solo necesitaba unos segundos para pensarlo.
-No me interesa, además, si haces lo mismo que el resto, es posible que las recetas "nuevas" se repitan. El secreto es que realmente no exigen que tu receta sea totalmente original, porque probar que algo es original en la cocina es casi imposible y la verdad es que es más difícil crear algo totalmente nuevo en nuestros días.
-Ya veo, tiene sentido que no sea del todo original, sino sería casi imposible para la mayoría de los estudiantes pasar esto, o hacer algo que sepa bien (además, no tengo idea como tratarías derechos de autor para una comida, ¿Cómo impides que alguien cocine algo? ¿podrías demandar a alguien por cocinar una receta parecida a la de tu abuela?) En ese caso, ¿qué esperan de nosotros los profesores si no es algo nuevo?
-Algo que parezca que es "nuevo" para nosotros, una buena estructura de sabor y una que otra técnica no tan común. Realmente, no puedes crear una receta en tan poco tiempo y directamente cocinarla. Considéralo más un ejercicio para incentivar un planeamiento de recetas más creativo.
-Ajá (está información es bastante útil. Pareciera que, ante todo pronóstico, Agnes legítimamente está arrepentida por lo que hizo. Tal vez pueda pedirle más consejos) Y bueno...¿no crees que me podrías decir una buena receta que parezca algo original?
-Ya te dije los principios básicos de la práctica. Si te digo más, sería darte la respuesta del examen...
-P-perdón, creo que me excedí con lo que estaba-.
-Pero si insistes, puedo darte una receta que vaya a impresionar a los profesores, más viniendo de ti.
-(Eso no sonó para nada halagador pero lo tomo) ¡Trato hecho! ¿y cuál sería la receta?
-Es una receta que lleva una famosa salsa francesa, pero como no eres de aquí, no creo que los haga sospechar, la salsa la llamamos "supreme". La puedes añadir a muchas recetas, depende de lo que quieras, pero la salsa tiene un sabor bastante fuerte, así que, si vas a añadir una proteína, no debes sazonarla demasiado.
-Hmm, ¿qué tal algo hervido, como pollo?
-Queda bien. Puedes complementarlo con una guarnición de arroz.
-Claro, queda mejor como plato fuerte.
-Exactament.
-Antes de que se me olvide, ¿cómo se hace la salsa supreme?
-Bien sûr...
Agnes le contó relativamente rápido como hacer la salsa, ya que no había mucho tiempo, lo realmente curioso es que la base era un roux, o en otras palabras, una grasa combinada con harina, este base también se usaba en el gumbo. Justo antes de que fuera a empezar la clase, Agnes terminó de detallar la salsa.
-Wow, eso es mucha mantequilla...(Digamos que está tantito pasada de la porción recomendada por el doctor).
-Si no hay mantequilla, no es francesa.
-Eso no suena muy sano, ¿cómo los franceses no tienen todos problemas con el colesterol?
-Le dice el estadounidense al francés -Contestó con ironía.
-...Ok, tú ganas. De todos modos, muchas gracias por los consejos, Agnes.
-De rien, monsieur. Me retiro.
-(...¡Hey! Si Agnes ahora no nos odia, ¡¿qué pasa con el cook-off?!) ¡Hey, señorita Agnes!
-¿Hmm?
-Ehh...aquella vez que...ya sabes.
-Te refieres a "esa vez" , ¿supongo?
-Sí, eso.
-Aprecio que todavía mantienes la discreción que te pedí. Hmm, no recuerdo muy bien que fue lo que te dije, eso sí.
-(Que me filetearías como res si abría el pico...en ese caso, sería más como una gallina o un ganso, ¿no crees?) Ajá, sí. Bueno, ese día, tú...eh...
El muchacho estaba tardando demasiado en llegar al punto, entonces Agnes dejó salir un suspiro exasperado e hizo un ademán de cachetear a alguien.
-¡Exacto, eso! Y bueno, Harry me dijo que eso antes significaba pedir un duelo. ¿Eso fue lo que querías decir?
-Pffft, ¡jajaja! ¿un duelo? Ni que fuera una mosquetera, jajaja. Fue solo un...lapso en mi juicio, no era para ser interpretado así. Tal vez Harry lo sobre analizó, nada más.
-Entonces...¿nada de cook-off?
-Rien, zilch, nada.
-Ok, ok, entiendo (Bueno, ahí van todos mis esfuerzos durante casi tres meses, y también, mi camino de impostor. Creo que me imagine que todo esto era algo más dramático que lo que era en realidad...aun así, me siento decepcionado, es como sí todo lo que haya aprendido aquí en París no valiera nada.) Bueno, gracias por aclarar eso. Nos vemos después.
-Au revoir, monsieur...- y mientras John se daba la vuelta, una sonrisa sigilosa apareció de lado a lado en la boca de la francesa, porque su plan había tenido éxito.
-Saludos de nuevo, John.
-Hola, Harry...
-¿Qué hizo Agnes esta vez? Te ves cariacontecido.
-No, nada esta vez, por más increíble que suene. Se vino a disculpar por haber sido tan Agnes antes y hasta me dio unos cuantos consejos para la práctica de hoy.
-Entonces ¿de dónde viene la pena?
-El cook-off...al parecer, ella nunca me retó.
-Oh, eso fue. Mmm, qué curioso que haya sido eso...
-¿Hmm? ¿por qué?
-El John de hace unos meses estaría respirando con absoluta felicidad si le hubieran dicho que ya no había duelo. En cambio, tú estás aquí, resintiendo el hecho de que haya sido así. Si la situación es constante, la variable eres tú, tú fuiste el que cambió ¿por qué? ¿por qué te interesa ahora?
-Aah...mmm (buena pregunta: ¿por qué me importa? Esto solo hace mi vida más fácil, entonces ¿dónde está la gracia?) No lo sé. Creo que es la primera vez que he hecho un esfuerzo para tratar de igualarme con alguien, y después del cook-off de la manoir...como que hice click con la idea de competir en algo, por más miedo que me daba antes.
-En ese caso, no deberías apenarte por lo mucho que has avanzado. Aunque ya no haya duelo en el horizonte, no significa que tu camino debe terminar por ello y que lo que ya haz recorrido ahora haya sido en vano, debes sentirte orgulloso de lo que has logrado, John. Ya vendrá la oportunidad para probarte.
-...¿Sabes cuánto me ahorras en terapia?
-Jajaja, bueno, tal vez deba a empezar a cobrar tarifa.
-Ehh, ¿q-qué te parece hacerlo Ad-honorem?
-Jaja, está bien, John.
-Gracias por calmarme de nuevo, Harry. Tal vez la próxima vez me toque a mí darte la charla motivacional.
-Creo que nos vamos turnando.
Después de su charla, finalmente la señorita Richter abrió el aula para que todos pasaran. John, inclusive después de la sesión improvisada de coaching personal de Harry, seguía con sus dudas, como cualquier persona cuando se enfrenta con algo que no calzaba en sus planes, y mucho más para él, que hasta duda de lo que sabe bastante bien que es verdad.
-(Es que se siente como que algo no calza, ¿realmente nunca hubo una declaración de guerra? ¿ni una pequeña insinuación? Argh, ¡qué frustrante!) -Al pensar esto, le sonaron las tripas de manera extraña- (¿Qué fue eso? Ni siquiera tengo hambre... "hay más impostores a tú alrededor de lo que crees" de la nada se me vino esa frase de Miguel a la cabeza, justo después del cólico. Por alguna razón, siento que todavía no puedo descuidarme...o que mi mente y mis intestinos todavía no confían en Agnes).
-Silencio, por favor -Dijo la profesora Richter- La práctica de hoy consiste en tratar de crear una receta nueva, no deben crear algo totalmente novedoso de la nada, pero sí tratar de usar técnicas o sabores que no hayan usado antes durante el curso. Para hoy, van a estar divididos en grupos de tres, los cuales ya fueron hechos por mí, así que los iré dictando. Cuando mencione sus nombres, se juntan con las personas que les toco. El primer grupo es...John Ramírez, Dayton Shipton y Aiko Yamada.
-Otra vez nos toca juntos, Day. ¿No crees que es demasiada coincidencia?
-So-so, mon. La mayoría del tiempo, solo imagino que Harry hizo algo ahí para juntarnos, pero esta vez, ni idea.
-¡¿Tú también lo notaste?! (si se hubiera presentado con su apellido primero, en vez de su nombre, yo creo que no me quedarían muchas dudas).
-Pero tal vez sí sea solo una coincidencia. Así lo quiere Jah y listo.
-Quizás...
-Ramírez-san.
-Oh, hola, señorita Yamada. ¡Qué curioso que hoy nos va a tocar trabajar juntos! Por cierto, después de la práctica le entrego el cómic que le conseguí.
-Gracias.
-¿Entonces si te vas a hacer repartidor, mon? Pensé que no te había gustado la vez que llevaste la orden a tu casa.
-¡Esa vez no me gustó y tampoco me hice repartidor! Solo fue un recado que le hice a la señorita Yamada como un FAVOR, sin ninguna forma de pago.
-Ya veo, entonces, ¿aquella vez si te pagaron, bredren?
-Sí...(¿te refieres a las tazas de fideos? "Esa clase de paga amerita un levantamiento obrero" diría Ana) pero no voy a darte los detalles por...asuntos del contrato.
-Eh, ¿Ramírez-san?
-Diga, señorita.
-Escuchó lo que dijeron...
-...¡Ah, claro! Es "escuché". Continúe.
-Claro. Dicen en Japón, que algunas personas están unidas.
-Yo creo que no sólo en Japón, señorita Aiko (en otros países, inclusive, puedes estar "unido" a bastantes personas siempre y cuando quepan en tu cuenta bancaria, por decirlo así).
-No, no, están unidas por un hilo rojo.
-¿Un hilo rojo? ¿y eso?
-¡Oh, yo creo que había visto eso en T.V, mon! Era como un hilo que se amarraba en el pulgar y unía a dos personas.
-No era en el pulgar sino en él... -La muchacha no sabía el nombre de lo que quería decir, así que le empezó a hacer señas a John.
-(¿Qué me querrá decir? Pareciera como si quisiera hacer una promesa con...oh, por supuesto) Se llama meñique.
-Ya veo, menique.
-Entonces es un hilo rojo que está atado al meñique que une a dos personas.
-Dicen que se estrecha, estira, pero nunca se rompe. Tal vez sea eso.
-Tiene mucho sentido lo que dice la dawta, mon. Imagínate que la única razón por la que siquiera nos encontramos aquí es porque logramos conseguir la beca para entrar. Si tú o yo no hubiéramos pasado, o si mi familia no se hubiera mudado a Francia.
-O si yo nunca hubiera visto el anuncio en la biblioteca. Ciertamente, hay muchas coincidencias que resultaron en que nos encontráramos (y la mayoría no incluyen a Harry...creo) ¡Es una idea muy cool, señorita Yamada!
-Hay una historia, pero no hay tiempo.
-Tienes razón, ya hay que empezar a cocinar.
-¿Tienes algo en mente, bredren?
-De hecho, sí tengo algo planeado. Es un platillo con una salsa bastante especial.
Una explicación todavía más apresurada e imprecisa después, John asignó labores a cada uno para que se repartieran las labores entre los tres. Aiko se encargaría del pollo hervido y del caldo de pollo concentrado, Dayton, del arroz y los champiñones, y, por último, el joven de peinado punzocortante se llenaría las manos para hacer la supreme.
Como última gran coincidencia, Harry y Anastasia, en lo que se podría explicar como obra de estos inescapables hilos rojos del destino, acabaron con Agnes, y como es de esperarse, ella dirigió al grupo con mano de hierro, como un pequeño y más pelirrojo Napoleón...O tal vez, solo un pelirrojo Napoleón, dependiendo a quien le preguntes. Esto obviamente no afectó en nada al estoico Harry, más que este era muy cercano a la prodige, en cambio, Anastasia estaba conteniendo arcadas como si estuvieran exprimiendo espinillas en frente de ella solo para trabajar con la francesa; para motivarse, trató de imaginar su situación como si fueran los aliados contra las fuerzas del eje, y que la verdad, quedaba bastante bien la analogía, con un británico, una francesa y una rusa, con John, hubiera quedado exacta, pero esta vez, el objetivo era un poco más mundano en comparación a destruir el fascismo.
La profesora Richter dispuso de no más de una hora y media para terminar las recetas, así que además de una práctica para fomentar el pensamiento creativo, también era una prueba de una situación bajo presión, algo con lo que el chef convive a regañadientes, como una solitaria o compañero de cuarto desconsiderado.
Las sartenes empezaron a encandecer, y los caldos, a reducirse. John empezó formando la base de la salsa, el roux. Como su grasa, usaría un bloque entero de mantequilla sin sal, aunque lo echó con un poco de culpa, como sintiéndose responsable del pobre comensal que va a dar paso a todo eso en sus arterias y que tal vez, sea lo último que a lo que den paso, pero no se mortificó mucho tiempo con eso, había que seguir trabajando. Hay que seguir mezclando y calentando, para que la consistencia del roux vaya cambiando, pasando a algo más viscoso, y para que la salsa no sepa a harina. Dayton, que ya había puesto a cocer el arroz y los champiñones, se pasó un poco por donde estaba John para ver su trabajo.
-Muy bonito roux, mon.
-¿En serio?
-Bueno, madda hace gumbo bastante seguido, entonces siempre veo cuando empieza a hacer la base.
-Ya veo. ¿y qué opinas del mío?
-Se ve bien, bredren.
-... ¿Y qué más?
-Ehhh, no tengo mucho que decir, mon. Es madda la que lo hace, yo solo de vez en cuando, jejeje.
-Oh (bueno, sigamos cocinando a oscuras. Si el roux no se hace sólido o empieza a incendiar mi estación, supondré que está bien) ¿y cómo vas con el arroz?
-Ya casi está listo. Solo le voy a agregar un poco más de mantequilla y quedará excelente.
-¡¿Al arroz también?! (¿Acaso la cocina francesa se llama "la pandilla de mantequilla? Realmente los chefs somos unos monstruos).
-Ramírez-san, el pollo es, digo, está listo, el caldo también.
-Ok, pero hay que esperar un poco, porque Aaaah (¿no crees que decir que la receta es de Agnes pueda causar un poco de roce con Aiko? Porque yo sí. Mejor no digo nada) A-así se evita que se rompa la consistencia de la roux.
-Ya veo.
Pasado el tiempo, el roux perdió la mayor parte del calor, lo que indicaba que ya era hora de agregar el caldo de pollo a la cocción. El truco de esta salsa estaba en reducir la salsa lo suficiente para que esta adquiriera un sabor a pollo bastante delicioso, entonces era un constante trabajo de probarla una y otra vez hasta que se notara el sabor. Pero con una reducción, no daría mucho trabajo, pensó John. Poco sabía él que estas serían sus famosas últimas palabras antes de descubrir el horro cósmico en el que se había metido.
-Ok, empecemos a reducir la salsa (Agnes me dijo que lo hiciera a fuego medio-bajo, así que empezaré por ahí, tal vez le suba un poco más).
-¡Listo, mon! Ya los champiñones están listos.
-Excelente, pásame el caldo para combinarlo con la salsa.
-Ok.
-Hmmm, lleva mucho umami -Dijo la asiática.
-Sí cierto, el sabor "sabroso" (sigue siendo una descripción muy confusa) que los hongos lo tenían.
-Ajá. El ramen tiene umami.
-Ya veo, ¿y por eso te gustan tanto? Inclusive los -susurró lo siguiente- Fideos instantáneos.
-Sí.
-Vieras que pude conseguir más de esos a punta de...un favor que le hice alguien (¿Puede llamarse un favor algo que no acepté?).
-Oh.
-Por supuesto... "oh".
Con unos quince minutos, John tomó una cucharada de la salsa, junto con sus compañeros, para determinar si ya tenía el sabor deseado. Después de un profundo silencio y un intercambio de miradas como si estuvieran pasando una papa caliente con la mente, el hielo que ya se había formado era una placa antártica y se rompió cuando Aiko dijo que "no sabe a pollo". Ni modo, había que dejarlo más tiempo. Mientras tanto, John continuó tertuliando y mezclando.
-Hilo rojo del destino...
-¿Todavía sigues pensando en eso? Yo también, mon. Es algo tan curioso.
-Sí, pero lo que estaba pensando es...¿sólo existe un hilo por persona? ¿sólo hay una conexión con tanto poder para cada uno de nosotros? No sé, pero creo que debería haber más.
-Yo también creo eso. Pero quien sabe, tal vez el destino no ponga tantos hilos en el menique para no cortarle la circulación del dedo a la gente.
-No creo que ese sea el problema, Day...
-You right, me bredren, porque tenemos dos manos con cinco dedos.
-No me estás entendiendo. (Pero eso es un pensamiento divertido, la verdad. Imagina el caos que habría si hubiera un montón de hilos por todos lados, y la gente quedándose amarrada y atorada en las cuerdas, tu persona del destino ni siquiera debería estar lejos para que fuera difícil encontrarla, entre tanto hilo, sería una tarea brutal encontrar donde termina el tuyo y empieza el de los demás. Por el lado bueno, los gatos se divertirían con tanto estambre por todos lados, como cuando el gato de Steven se puso a arañar las sábanas de mi cama...que frío hizo esa semana).
Pasó otro cuarto de hora, todos con cucharas desenvainadas para probar de nuevo, solo para tener que poner la otra mejilla para un nuevo golpe de realidad, porque la bendita crema no sabía a pollo todavía, o al menos, solo sabría un poco a pollo si te autosugestionabas para creer eso, algo que ningún comensal realistamente haría. Otra ronda de reducción era lo que recetó el doctor. Ahora tocaba conversar con Aiko un poco.
-Por cierto, ya una amiga mía me dio un resumen...bastante completo (bastante osado llamarlo un resumen, más bien) sobre Red-Ox.
Oh, ¿y qué va a hacer?
-Voy a leerme el cómic (si quiero mantener mis esperanzas de algún día entenderlo) Por cierto, te traje el último volumen, para que no tuvieras que leer una historia vieja.
-Oh, es que...no voy ahí...
-...
-...Pregunta.
-Es "no voy por ahí" y ¿¡cómo que nos vas por ahí?!
-Los cómics tardan más en Japón por traducción.
-Oh, claro (tiene sentido que el cómic tarde si hay que traducirlo para un país y cultura distinto. No es como que los japoneses vieron el chavo del ocho a la misma hora y en el mismo canal que nosotros) L-lo siento, señorita Yamada. Si quiere, me puede decir en que punto de la historia va y puedo darme una vuelta otra vez para conseguírselo.
-No, gracias por el cómic. La historia la seguiré en japonés, pero leeré los comics en inglés para aprender.
-Ya veo, muy bien en ese caso, le traeré algunos volúmenes viejos para que practique, se los pediré prestados a mi amiga (pero no debo dejarla hablar con Ana sobre Red-ox, porque siento que se va a comer un buffet de spoilers a la francesa).
Quince minutos se fueron con la primavera y llegó la hora de degustar de nuevo la supreme. Todos se llevaron el cucharon a la boca, y al unísono dijeron "¡Sabe a pollo! ...un poco"
-¿¡Cómo puede ser?! ¡Llevamos un super buen rato reduciendo! ¿por qué el sabor es tan débil?
-¿No le abras echado mucha crema, mon?
-¡Espero que no! Porque fueron solo dos cucharadas.
-Mmm, una salsa muy difícil.
-Tienes razón, no esperaba que tardara tanto (a como lo explicó Agnes, el paso importante era la reducción, pero solo era una vez, no debió haber durado tanto, ¿habré hecho algo mal?).
Y en ese momento, al igual que una de las inmortales obras de Édgar Allan Poe, un ominoso y terrorífico mensaje vino desde la pared para torturar la paz mental de porcelana del pobre cocinero, pero en vez de los latidos de un corazón, era el sonar de las agujas del reloj, al ver que les quedaba menos de veinte minutos. Empezó la hora del pánico.
-¡AAAHHHH! ¡veinte minutos! ¿¡cómo se supone que hagamos que esto tenga sabor en veinte minutos!?
-¿No podemos enviarlo así, bredren?
-Es pollo hervido, arroz y unos vegetales, el sabor del platillo depende de la salsa.
-Damn!
-Si fuera Red-Ox, concentraría más la salsa.
-Pero no somos super héroes, por desgracia...Argh, esto es un desastre, vamos a reprobar esta práctica (si todavía tuviera un cook-off con Agnes, ya ni siquiera podría hacerlo, porque si pierdo esta práctica, tendré menos de 85 en la nota y no permitirían participar) Lo siento, chicos, en serio pensé que serviría.
-No te eches toda la culpa, mon. Todos aceptamos hacer la receta.
-El error es de todos.
-¡Es que no tiene sentido! ¡nada debería tardar tanto en concentrarse!
-Sí, es raro.
-Totally, bredren.
-¡Legítimamente, solo un super héroe puede concentrar eso!
Y en estos instantes, una voz empezó a sonar en su mente, pero había algo extraño. Para todo el mundo, la voz de la conciencia suele ser la misma de uno, esto era igual para John, pero esta vez, sonaba diferente, no la podía identificar, pero sabía que era conocida. La voz le dijo:
-(...¿En serio? ¿sólo un superhéroe puede? Si ese es el caso, ¿qué puedes hacer tú? Si no podemos concentrar eso, ¿qué si podemos?).
-(Que si podemos concentrar...¡!) ¡AIKO!
-¡Ah! ¿Ramírez-san?
-¡¿Cuánto caldo de pollo nos queda?!
-Media olla.
-Ponlo de nuevo a fuego alto.
-¿Por qué?
-Si no podemos hacer que la salsa supreme sepa a pollo con el caldo que ya tiene, le daremos una intravenosa directa de pollo con caldo super concentrado.
-¡Oh!
-¡Excelente idea, mon!
Y ahora, el equipo estaba expectante del caldo, que había pasado de un simple saborizante y bloque constructor a ser el ave maría del equipo. El líquido burbujeaba cual magma, y el vapor parecía como si formara un hongo atómico, pero el reloj seguía corriendo. Independientemente de si salía o no la idea del caldo, sería un final de fotografía, y no les quedaría mucho tiempo para poder acomodar el plato. Mientras se hacía el caldo, Aiko iba cortando unos vegetales en su ya famoso estilo tournée y Dayton, despellejando el pollo. A diez minutos de tiempo, el caldo se había concentrado a aproximadamente un cucharón de esencia de pollo, era bastante marrón y sabía a pollo a la millonésima, además de extremadamente salado. Se la añadieron a la salsa y John revolvió con la fuerza de un molino. Usualmente, esperarías un momento a que se reduzca un poco la salsa para que se adhiera mejor el sabor, pero ya todos estaban hartos de reducir, y no tenían el tiempo para. Agregaron los champiñones, hasta que estuvieran enteramente cubiertos en salsa. Con esto, solo quedaba poner el plato. No quedaba casi nada de tiempo.
-Ramírez-san.
-S-s-sí, Aiko.
-Yo hago esto. Sola.
-¿En serio? Pero, ya nos queda muy poco tiempo y-.
-Yo puedo. Déjame.
-(¡Esa mirada! Con lo poco que nos queda de tiempo, su cara no tiene nada de duda, de miedo o de desconfianza. Esto...esto es la esencia de determinación) Usted manda, señorita.
Y así dijo Yamada Aiko. Tomó el afilador, y pasó el cuchillo por él a una velocidad pavorosa, a la que muchos terminarían cortados o soltando el utensilio. Inmediatamente, empezó a cortar el pollo, más vegetales y acomodar el arroz, mientras que, para el espectador pasajero, parecía un video acelerado en post producción. La cuenta regresiva empezó, y justo antes de que llegará al cero, el acto había sido consumado. El plato estaba listo. Aunque ya era típico de Aiko no ser expresiva, John y Dayton pudieron ver que respiraba algo fuerte, por lo que creían que la señorita se había excedido de su capacidad normal.
¡Gyal, nos salvaste el pellejo!
-¡Absolutamente! ¡muchísimas gracias, Aiko!
-Mmm, claro. Pero fuiste tú, Ramírez-san.
-¿Yo qué?
-La receta iba mal, tú la corregiste. Yo solo acomodé el plato.
-(Una de las chef estrella me halagó...jiji)¡V-vamos! Fue un trabajo de todos. Creo que todos merecemos un respiro después de esto.
-...Claro.
-(Un poco de sonrisa se coló ahí, más que con el taco).
La señorita Richter llegó para calificar el platillo. La nota que dio fue de 84.7, que redondeada daba 85, justo para seguir encima de la nota. Luego, explicó el porqué de la nota.
-Les quedó bastante bien, a pesar de las dificultades que vi que tuvieron.
-Sí, fueron bastantes, la verdad.
-Fue una buena idea añadir la esencia concentrada, pero tuvieron que pensarlo mucho más temprano. En general, los puntos que perdieron son por el control del tiempo.
-Meh, sigue siendo la mejor nota que he tenido en el curso, teach.
-Siento haberle causado tantos problemas, señorita Aiko.
-No importa. La receta es más importante.
-Aunque, en serio, jóvenes, que elección más rara de técnica para usar en esta práctica -Dijo la señora Richter con un rostro exaltado.
-¿A qué se refiere, profesora?
-Lo que ustedes hicieron es una salsa supreme. Es una salsa bastante complicada, pero principalmente, requiere demasiado tiempo para que salga perfecta. La de ustedes está bien, pero tiene unos cuantos grumos y todavía le falta sabor. Y más que vino de usted, señor Ramírez. Aunque bastante eficiente como cocinero...
-B-bueno, jeje (Dos halagos hoy, estoy en racha)
-Su conocimiento todavía está limitado por su grado, y la supreme es bastante, bastante, BASTANTE basada en técnica. No lo tome a mal, pero Aiko-sama fue la que evitó una posible tragedia.
-(Entonces, esta receta...no era para esto...el cólico no fue por nada) Profesora, una última pregunta: Si yo le hubiera dicho antes de empezar la práctica que quería hacer esto ¿qué me hubiera respondido?
-Que cambiara su receta, ya que era casi un suicidio en esta práctica.
John volvió a tragar amargo, igual como si una bala le hubiera rosada la oreja.
-(Entonces, es verdad. Esto no fue un "hacer las paces" y ahora es obvio: Me tendieron una trampa, diseñada para fallar esta práctica).
Ya saliendo del salón, Aiko se acercó un poco a John.
-Ramírez-san...
-¿S-sí, señorita Yamada?
-...¿Era de Agnes, verdad?
-Mmmmmm s-sí ¡perdón, no te quise decir justo por eso! ¡perdón! ¡y por eso casi arruino esta práctica para todos, perdón! ¡y es todavía peor porque le pedí una receta a alguien, perdón! y ¿por qué perdón voy?
-Gracias.
-...¿Los japoneses siempre dicen gracias después de una disculpa?
-No. Gracias por la receta.
-Oh...(¿la receta?) ¿p-pero por qué?
-La he aprendido.
-¿Y qué hará con ella?
-...La haré mejor.
Solo con eso, Aiko se fue junto con Takashi, que la esperaba afuera. Y justo detrás, porque los opuestos se atraen, salió de improvisto Agnes.
-¡A-agnes! ¡hablar tenemos que! ¡demonios!
-Hola, Monsieur. Parece que tuviste...un éxito accidental hoy. ¿Te sirvieron mis consejos?
-¡Aconséjame frijoles! ¡ese consejo fue casi un desastre!
-Bueno, tú fuiste el que lo tomaste, la responsabilidad recae en ti.
-¡Lo sé, y ahora veo mi error!
-No fue como que le pusiste mucha mente al inicio. Fingir vergüenza al disculparme salió bastante convincente ¿no crees? Aquí, entre nos, no pensé que fuera tan fácil, imaginé que verías la treta mucho más rápido, pero te sobreestime demasiado.
-(Totalmente, fui engañado por una genio malvada) Confiar en ti fue mi error. Y ya entiendo porque lo hiciste.
-Excusez-moi?
-Estuve un rato pensando en porque me diste una receta que duraba tanto como El regreso del rey, pero cuando vi mi nota, pude unir los puntos.
-¿Y qué puntos son esos, Ramírez?
-Tú no me perjudicarías de esta manera por nada, había un propósito además de hacerme sacar una mala nota.
-Interesante...
-Más específico, hubiera afectado mi nota de manera significativa, en el hecho de que ya no podría competir en los cook-offs de final de año.
-¿Y el punto es?
-¡Eso mismo! ¡la declaración de duelo de hace unos meses si fue real! ¡Lo que decidiste fue hacerme caer antes de siquiera vernos las caras! (...O eso me dicen mis cólicos, realmente no tengo como muchas cosas para decir que eso fue lo que pasó)
-...Ayyy, monsieur Ramírez ¡como desearía tener la vida como tú! que, aunque fallara como cocinero, podría dedicarme a la literatura de ficción. Se nota desde el mar negro que lo que dices te salió del hígado.
-Uff...(Sip, se dio cuenta).
-Si quieres, te presto el guante de la vez pasada, para ver cuantas conjeturas sacas de él esta vez. Ya lo remendé, pero, todavía te puede servir para imaginar algo, jajaja.
-Argh...(Tiene razón, no tengo ningún hecho concreto a mi favor...) -Y en este momento, la extraña voz de su conciencia volvió a hablar- (y si ese es el caso, creemos el hecho, crea tú mismo la realidad que quieres) La verdad es que...¡hoy si tengo un hecho para ti, Agnes!
-¿Quoi?
-El hecho de que, aunque tú niegues y reniegues que me retaste, yo no. Por eso ¡hoy soy yo el que te reta a un cook-off para el final del curso!
-¡!
-¿Ese hecho sí te complace?
Agnes se acercó lentamente hacia él, con la cabeza un poco baja, pero, de pronto, con la velocidad de un carnívoro atacando a un antílope, un destellazo apareció en frente de John. Cuando volvió su visión, vio a Agnes parada en frente de él, con un brazo en arco y en la mano, el guante que empezó todo, y sus ojos verdes brillando casi como los de un gato en la oscuridad.
-¡Ahí está tú hecho, Ramírez!
-(¡Me cacheteó con el guante de nuevo!) ¡Si lo tenías! ¡No era broma! Entonces-.
-Irónico ¿no? Hoy fui yo quién te dio la pieza decisiva. Vos puedes interpretar todo lo que quieras, pero hay algo que no está abierto a la interpretación ¡y es que Agnes Brienne nunca rechaza un reto! Así que de hoy en...¿Qué es hoy?
-¿Setiembre?
-No me refería a...olvídalo. De hoy en dos meses, tú y yo tendremos un cook-off. Y te aseguro, ¡ni el guante ni Harry ni Aiko y ni Dios te van a salvar esta vez!
-(Estaré solo ahí...no lo pediría de ninguna otra manera) ¡Entendido!
-Con eso, me despido. Mala suerte y buen allegro, Ramírez.
-Igualmente...espera, ¿qué? ¡¿qué dijiste?!
-Oh, perdona, es una expresión mía, casi nadie sabe lo que significa, así que no importa-.
-¡No, no, no! ¡sé lo que significa! Es buena suerte, ¿verdad?
-...Sí...¿y cómo sabes eso?
-(Esto es una coincidencia...¿verdad?) ¿estudiaste ballet, Agnes?
-Sí, hace un tiempo. Supongo que conoces a alguien que también lo practica, ¿verdad?
-Podría decirse que sí.
-Ya veo...¡Bueno! Parece que París es más pequeña de lo que aparenta.
-Sí, jeje...(Espera, tal vez...si ella estudió ballet, tal vez ella conozca a Ada, y todavía más, tal vez sepa la historia entre ella y su amigo) Oye, no conoces a una chica llamada Adeline Dubois, ¿verdad?
-Hmm... -Agnes quedó pensativa por un momento con sus espaldas hacia John.
-(La respuesta está tardando un poco. Tal vez sí la conoció, pero hace mucho tiempo y no recuerda bien).
-Sí, creo que éramos amigas durante el ballet, la recordé porque su apellido me recordó una panadería de ese nombre por la calle de Le Marais.
-Ah, ya veo. De hecho, ella trabaja ahí.
-Interesante, nunca la he visto ahí.
-Sí, la mayoría del tiempo está en la parte de atrás (Aunque ahora, también hace de cajera, un trabajo que absolutamente no se le da).
-Peu importe, no creo que eso nos concierne a nosotros. Á bientôt, monsieur Ramírez. Lo que resta del curso, te voy a dejar en paz, pero procura que tu ponderado sea el suficiente para que puedas competir en la temporada de cook-offs. Pfft, o al menos, para que no repruebes, jajaja.
-Gracioso.
-Ni te imaginas cuánto. Chao!
-(Bueno, parece que ya no tendré que preocuparme por más trampas de parte de la francesilla...a menos que eso que me dijo ella sido otra mentira, y sabiendo ahora lo buena que es mintiendo, sinceramente me siento en total pánico. De todo lo que me dijo, ¿qué es verdad? ¿qué es una farsa? ¿Y qué hay de lo que dijo Miguel? ¿será ella de alguna manera una impostora? Y ahora, también tengo más curiosidad sobre lo que pasó con Ada y su amigo. Sé que no debería meterme en esto...pero siento en mis entrañas que debo descubrir que pasó ahí...tal vez necesito comprarme un AlkaSeltzer).
Los viejos hábitos se arraigan, la aciaga curiosidad innata de John parecía que lo estaba arrastrando de nuevo a meterse en un problema. Durante la mayoría de su trayecto, las consecuencias de meter su nariz donde no lo llaman han sido bastante leves, más tragicómicas que cualquier otra cosa, no obstante, solo faltaba poner su pie en el lugar incorrecto para explotar una mina de proximidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro