Capítulo 10: "Si el guante te queda..."
La madrugada parisina estaba inundada con un silencio profundo, cuando finalmente todos los cafés y los bares cerraron sus puertas a los clientes, y por un momento infinitesimal, la ciudad de las luces se apaga un poco para dar espacio a los sueños de sus habitantes, aunque siempre había algunos bombillos prendidos que se reflejaban en las ventanas de las casas. Esta vez, una de las luces prendidas era en el apartamento, donde John se había desvelado practicando los cortes que fueron su cruz el día anterior, con el ojo semi atento de Michael encima de él.
-Ok...intento número...ehh, número... -Decía nuestro trasnochado héroe, con bostezos interrumpiendo cada palabra.
-Número doscientos sesenta y tres -Completó Michael.
-Número no siento los pies. Aquí están las brunoise finas...de nuevo
-Hmm, parece que te desviaste un poco en las últimas con el ángulo, por unos cuantos grados, pero más de la mitad quedaron como brunoise finas perfectas.
-AaaaaaaaaAAAAAAAHHHHH ¡CON UN DEMONIO! ¡estuve tan cerca! (Ahora debo empezar de nuevo, y la verdad, mi visión está tan borrosa que mis dedos y los vegetales se están empezando a parecer un montón...)
-Muy bien, creo que es un buen punto para parar por hoy, antes que hagas alguna idiotez por el sueño.
-(La biblioteca pública presenta: John Ramírez en "crónica de una muerte anunciada") N-no se preocupe, señor Mike, todavía puedo seguir jalandoooooooohhhhh...
-Claro que sí, muchacho, pero te digo que como estudiantes tienes que conocer tus límites. Lo digo por experiencia propia, una vez estaba practicando la técnica del confit, y en mi estado de insomnio, tomé a mi hámster y lo cubrí de almíbar, jajaja. Qué bueno que me di cuenta antes de empezar a calentar.
-Sí, hubiera sido una tragedia.
-Totalmente, no creo que la carne de hámster se preste bien al confit, y ni siquiera le había quitado los pelos, no hubiera tenido buen sabor.
-...Si me hago chef, ¿voy a terminar así?
-Jajaja, no, solo estoy jugando contigo.
-Y-ya veo, jeje (Espero que realmente allá sido sólo una broma, o si no, debería empezar a cerrar la puerta con llave antes de que lo encuentre esparciendo especias encima de mi cama).
-Pero lo que quiero decir es que no puedes aprenderte la biblia en una noche, y mucho menos perfeccionar una técnica que solo aprendiste hoy, no eres una máquina.
-P-pero Aiko aprendió a hacer la tournée en unas cuantas horas y-.
-¿Y eso te importa porque...?
-Ehh, Y-yo-.
-Exacto, tú. No eres Aiko, tú aprenderás a tu ritmo y ya.
-Es que...es bastante intimidante ver que alguien pueda perfeccionar una técnica tan rápido.
-¿Perfeccionar? ¿en serio? ¿realmente crees que perfeccionó la tournée en un día?
-¿Huh? ¿qué quiere decir, señor Mike?
-Dime, John, ¿vos has visto un vegetal cortado a la tournée antes de ayer?
-Ehh, no, me parece que no...(¿A dónde quera ir con esto? Hmm...)
-Bueno, entonces, si ese es el caso, no-
-¡Lo tengo!
-Ah, perdona, ¿Qué tienes?
-Lo que quiere decir es que, si no he visto una tournée antes, no podría decir que la que hizo Aiko fue una técnica perfecta, ¿verdad?
-Ehhhh, bueno sí, exacto. Wow, ¡lo captaste bastante rápido!
-Eso parece, jajaja (...Pero ¿cómo lo hice? ¿será que mi cerebro trabaja mejor con sueño o es el resultado de que mis neuronas estén explotando por el desvelo...¿en qué estaba pensando otra vez?).
-La tournée, inclusive si fuera hecha de forma mediocre, sería impresionante para veteranos solo por lo joven que es la chica, entonces trata de bajarlos de los pilares en los que tienes a esas personas, no son dioses en la tierra. Ya sabes lo que dicen, en mundo de ciegos, el tuerto es jefe.
-Eso tiene mucho sentido (realmente, muchas técnicas son totalmente nuevas para mí, y la única garantía que me dan para decir que están bien hechas es su palabra, pero eso no significa nada si yo no puedo comprobar que lo que dicen es verdad).
-Tendrás más tiempo para pensar lo que te dije en la cama, durante las cuatro... no, tal vez tres horas que te quedan para dormir.
-¡Si es cierto! ¡mañana hay clases! (ups, hubiera practicado hasta tarde en mi día libre) ¡Buenas noches, señor Mike! Y perdón por desvelarlo a usted también.
-Para nada, chico. Como no hago nada la mayoría de los días, al menos así puedo gastar esta energía extra, jajaja.
-...Ajá (Vaya vida. Pasó gran parte de su vida rebanando vegetales y ahora se queda haciendo fotosíntesis como uno dentro de la casa...eso me hace pensar, un tragaluz le quedaría bien a este lugar).
Nuestro héroe cayó tumbado a su lugar de reposo al igual que la bella durmiente después de tocar la aguja encantada, pero en sus últimos momentos antes de sumirse en el estado MOR, hubo un pensamiento final que le rondó por la materia gris, "si alguien puede pretender saber más de lo que realmente saben y yo no podría averiguarlo, eso aplicaría al revés, ¿verdad? Yo podría fingir también, como dijo aquel sujeto..." y finalmente, se deslizó dentro de sus cobijas y se durmió. Su placer onírico no duraría mucho, ya que, como una maldición, el sol parecía que salió más rápido que lo normal, o al menos, desde la perspectiva de un John total y perdidamente enamorado con su almohada.
-Ayy...condenado sol...¿debes ser puntual todos los días? ¿podrías tardar en salir unos cinco minutos? Alguien debería bloquearlo de vez en cuando, así todo sería mejor...(¿Hoy no tenía que hacer algo? Eh, no creo que sea tan importante para levantarme...espera) Hoy...hoy hay...(vamos, un poquito más de esfuerzo)...¡Hoy hay clases! ¿qué hora es? (siete y veinte pero las clases son hasta las ocho, entonces todo bien...pero el bus pasa a las-) ¡Siete y media! ¡TENGO DIEZ MINUTOS PARA ALISTARME!
Los estudiantes, al igual que una rata acorralada, empezarán a morder cuando la situación sea crítica, aunque la mayoría del tiempo, no hay nadie que morder más que ellos mismos, y la somnolencia y el cansancio de la mañana se convierte en un mito antiguo cuando hay que apurarse si se quiere llegar a sus clases a tiempo. Este "modo de pánico" se activa cuando la hora de entrada está cerca pero todavía hay un lapso realista para poder llegar a tiempo; más tiempo y no hay preocupación, menos y muchos simplemente se resignan a que ese día no tendrán los puntos de puntualidad. John saltó de la cama con la gracia de una bailarina, tal vez, imitando subconscientemente a Adeline, y se precipitó al baño. Con un rápido movimiento de muñeca, abrió la llave de la ducha y "AAAAAAAAHAHAHHAHAAHHAH", un grito que pondría los nervios de punta si sonara en cualquier sesión de espiritismo salió de su caja toráxica.
-E-e-el a-a-a-agua está h-h-helada -Decía el próximo hombre de las nieves, tiritando a más no poder.
-Huh, parece que tendré que reparar la ducha de nuevo -Se dijo Michael a sí mismo.
Con desesperación en sus ojos, empezó a vestirse con las primeras prendas que encontró, aunque revisó bien de que sí fuera su traje de cocinero, por las dudas, no quisiera ir como un pachuco con los pantalones altos y el saco exageradamente grande. El desayuno había pasado de ser la comida más importante del día a una mera sugerencia, solo esperaba que no hubiera algún acto cívico que requiriera estar parado durante un largo tiempo. Una taza de café sería lo único que lo llevaría durante el día hasta que llegara la hora del almuerzo. Con un poco de azúcar, para al menos conseguir carbohidratos de esta y sin tiempo para esperar a que se enfriara un poco, tomó un profundo suspiro y tragó, no pasaron ni instantes siquiera para que John sufriera las consecuencias de su audaz y negligente decisión.
-¡AAAAAAHHHHHHH!¡MEH 'EHME MA MEMBA! (¡AH! ¡MOMO BE-! Mmph, digo, ¡como duele!).
Las quemaduras de tercer grado eran el menor de sus problemas, la hora de partida ya estaba encima de él, su bus no tardaría en llegar, así que salió en un sprint, pateando la puerta, botando un basurero, chocando con una viejita y pisándole la cola a un gato callejero.
-¡Perdón! ¡lo siento! ¡lo lamento! ¡discúlpenme! (Yo creo que ya no recibiré cartas de navidad de los vecinos este año)
Corriendo sin mirar atrás hacia la parada, su visión solo se ponía más nublada conforme seguía acelerando, y su respiración se agitaba tanto que sería mejor describirla como un perro jadeando en verano. Para su mala suerte, el bus ya estaba ahí, y todavía peor, ya estaba empezando a moverse. John marchó, trotó, corrió, saltó, si su cuerpo tuviera cualidades más aerodinámicas, hubiera agarrado al vuelo, pero su persecución fue en vano, el bus partió y lo dejó mordiendo el polvo, un sabor árido y terroso, apto para un perdedor. En su frustración, estuvo a punto de volver a sus viejas mañas; metió una mano en su mochila, agarró su almuerzo, llevó su brazo hacia atrás y:
-(...No, esto está mal. Conociendo las cosas que me pasan, de seguro no le pego al bus, pero le cae a la peor persona que pudiera imaginar. Además, está es mi única comida de hoy) Mejor lo guardó, antes de que algo-.
Y en un momento de lo que solo podría ser descrito como una broma cruel por parte del cielo, o de algún autor sin corazón, un camión pequeño pasó apresurado frente a él, y la corriente de aire adyacente hurtó su almuerzo de sus manos y lo tiró hacia el asfalto, y con ritmo cómico que dejaría a Mr. Bean literalmente sin palabras, otro automóvil pasó enseguida, mandando a su almuerzo a formar parte de la historia, en forma de una exhibición apropiadamente nombrada "Terribles sucesos que pudieron ser prevenidos".
-(...¿Saben qué? La persona normal lloraría o gritaría justo después de la cadena de cosas horribles que me acaban de pasar, pero yo creo que este tipo de cosas me han pasado tantas veces que he perdido la capacidad de decepcionarme) Ahora, me relajaré, y luego, me iré de manera tranquila a mi casa a ponerme a llorar, pero antes voy a ver el tráfico un poco, sin razón alguna más que es lo único que está en frente mío, (Ahí pasa un carro, ahí se va el carro. Ahí pasa una moto, ahí se va la moto...la moto de vuelta en U, la moto se empieza a devolver, huh...la moto parece que viene hacia mí...la moto se está acercando mucho...oh, Dios mío) ¡AYY! ¡POR FAVOR, NO ME MATÉ! ¡JURO POR MI MADRE QUE NUNCA HE HECHO NADA ILEGAL!
-¡John! ¿de qué estás hablando? ¿o acaso suplicar por tu vida es un saludo en Estados Unidos?
-(Depende del estado) ¡Harry! (Para este punto, estoy empezando a creer que este muchacho es mi ángel de la guardia) ¡Ay, ha sido horrible! ¡apenas salió el sol y mi día solo ha sido una cadena de tragedias que solo se hace más grande! (Y que puede ser o no ser en parte mi culpa).
-Hmmm, me sorprende que tan rudo puede tener alguien un día sin siquiera llevar tanto tiempo despierto.
-A mí también...(y llevo diecisiete años tratando de averiguar por qué).
-Pero puedes contarme todo en el camino. Parece que necesitas un...eh.
-¿Un qué?
-Ehh, bueno, que necesitas un... -Harry tomó el respiro más grande de toda su vida y después de tanta anticipación, dejo todo ese aire salir- ¡un aventón, hermano!
-...(¿Era necesario hacer el ademán también? O mejor pregunta, ¿era necesario decirlo así?)...Jiji.
-¡P-por favor, sólo sube a la motocicleta y júrame por tus hamburguesas que no le vas a mencionar a nadie sobre esto! -Respondió el británico, con tanta sangre en sus mejillas para saciar a cualquier vampiro.
-C-claro, estaré callado como un ratón...ji (nunca he contenido la risa tan fuerte como ahora)
John se puso un casco extra que llevaba Harry, e inmediatamente, comenzó la ignición del motor y las llantas rayaron el pavimento bajo ellos, emitiendo un chillido espantoso, y en poco tiempo, la moto agarró una buena velocidad, surcando como cometa a través de las avenidas Parisinas. Harry, inclusive con su comportamiento sereno, le gustaba correr un poco en su vehículo, más esta vez, para huir de manera simbólica de su propia vergüenza, y para un copiloto común, este viaje sería demasiado exhilarante para su gusto, por decirlo en mejores términos; en peores, sería llevar a la muerte en el volante, pero nuestro John también era un corredor de vez en cuando, cuando realizaba sus entregas de vuelta en Texas, entonces, para él, este viaje, más que emocionante, lo sintió nostálgico, recordando los tiempos más simples en su vida, cuando podía desviarse un poco de su ruta de entrega para subir a una pequeña colina en la carretera, donde podía observar, casi siempre, hermosos crepúsculos. Después de contarle a Harry lo que había de su vida durante esa mañana, el joven prosiguió:
-Tu mañana ha sido abominable, no obstante, especulo que tu suerte va a mejorar el resto del día.
-No digas eso para animarme, por favor. Cuando alguien dice eso, solo se pone peor.
-Me malinterpretas, John. Mi observación no proviene de la empatía por tu aciaga mañana, sino por la observación de datos. Bueno, considerando que tales datos tengan algún valor relacionado con la fortuna.
-¿Hmm? ¿qué quieres decir, Harry?
-El hecho de que te encontrara en esa parada de autobús fácilmente sería catalogado por cualquiera como un suceso de buena fortuna, esto porque yo nunca transito esta calle normalmente. Hoy, tuve que tomar una bifurcación en mi ruta habitual debido a que estaban llevando a cabo reparaciones en la calle que tomo todos los días. De no haber sido por tal suceso, no te hubiera encontrado y es casi una garantía que hubieras llegado retrasado a nuestra lección.
-Entonces, ¿nunca vienes por aquí? En serio fue buena suerte para mí, en ese caso, pero, no se sí sea suficiente para decir que mi día va a mejorar.
-Nada sería suficiente para decir eso, la suerte está totalmente desligada a cualquier patrón matemático en la que pudiéramos encasillarla, pero si piensas como la gente supersticiosa, ellos dirían que ya acabaste toda tu mala suerte al inicio del día. Así que dale tanto valor a lo que dije como quieras.
-Sí, lo voy a tener en cuenta (Pero tendría que decir que para garantizar un mejor día, debemos poner esfuerzo en las cosas que si podemos controlar, para que estas salgan como queremos...y tratar de dormir lo suficiente durante días de clases) Por cierto, ¿qué onda con "eso"?
-¿E-eso? -Respondió el conductor, tratando de mantener su concentración en la carretera
-Sí, eso.
-Bueno, la verdad es que ni yo mismo estoy muy seguro. He notado que mis formas y tratos ante el público pueden ser vistos como un poco...anacrónicos y muchas de las personas con las que habló...bueno, en el mejor de los casos, solo se ponen un poco desconcertados y en el peor, es bastante alienante para muchos.
-¿Y usualmente es el peor caso, verdad?
-...E-entonces, he tratado de adquirir y familiarizarme con los manierismos más coloquiales entre la gente joven y como pudiste ver, mi labor todavía está lejos de terminar.
-Ajá, es comprensible (pobre Harry, inclusive alguien como él puede sentirse incómodo de cómo lo perciben los demás, y tanto es así que parece que él mismo no se considera una "persona joven". Él me ha ayudado bastante, y quisiera motivarlo ahora, pero no se me da tan bien eso...mmm, tal vez si hago algo parecido a lo que hicieron Miguel y Ada ayer.) Bueno, si quisieras una opinión (aunque no sé cuánto valor tenga viniendo de alguien que tampoco es de muchos amigos) tu forma de ser no es lo más...típico, p-pero realmente ¿quién es completamente normal? No ganas nada con tratar de ser más parecido a los demás, no es como que ellos te vayan a pagar los impuestos, o sea, tu estilo...eh, "retro" es algo que no encuentras fácil en cualquier lado, y si ya hay personas a las que realmente les importas tal y como sos ¿por qué tratar de complacer al montón? ...Digo yo (Tremenda hablada que me pegué, y la verdad, no sé muy bien si todo lo que dije está bien).
-...Mmm ¿son tus palabras de corazón, John?
-¡Te lo aseguro! no hay nadie mejor para ser Harry que tú, ¿o no?
-Heh, esa honestidad tuya, a veces es lo único que se necesita. Gracias por tu apoyo. De todos modos, seguiré tratando de aprender a comunicarme con la gente común.
-De nada, y puedes seguir practicando tratar de hablar más común pero...(Pero por favor, no suenes como mi padre tratando de hablar como joven, sentí como si la vergüenza se me subía en el estómago y por la garganta como un reflujo...espera, eso no está bien) Solo no lo fuerces demasiado, amigo (mucho mejor ¡buen trabajo, boca!).
Finalmente, llegaron al instituto y en tiempo récord para John. La cera de calidad que había comprado para su cabello logró mantener su copete recto, inclusive con la presión del casco, pero su vuelta olímpica de la mañana y el viaje en moto agitó un poco su cuero cabelludo, dándole una apariencia más "salvaje" a su estilo normal y hacerlo parecer más a la moda, y como siempre, de manera accidental. Era hora de que la lección de la Sra. Richter. Para John, que era una persona con muy poco interés en la historia, inclusive cuando venía con sus ocho horas de sueño, tenía que cubrir su boca para que los bostezos no llamarán la atención de la profesora, pero esta mañana, con todas las emociones que había pasado, su insomnio había desaparecido, enviado al mismo vacío que su pobre almuerzo.
La señorita Richter no se desviaba en ningún momento de la definición de "clase magistral" y era bastante exigente con sus estudiantes en lo que respectaba a mantener silencio cuando ella explicaba, pero siempre paraba cuantas veces fuera necesario para aclarar dudas, sin ninguna objeción, sin embargo, no le temblaba la voz cuando tenía que llamarle la atención a quién no respetara sus reglas.
-Como vimos en la clase anterior, los grupos humanos primitivos probablemente descubrieron por accidente las propiedades que obtenían los alimentos al poner a estos en contacto con el fuego, y se cree que de este descubrimiento también se desprendió la primera técnica culinaria de la historia, al tener sus alimentos sumergidos en agua y ver que estos adsorbieron el sabor cuando estaban el fuego, y esto es lo que hoy llamamos los caldos.
-Interesante...(Tan interesante como puede ser calentar agua, eso sí).
-Pero, para lo que concierne a nosotros cocineros, sería la formación de verdaderas costumbres gastronómicas. En occidente, las primeras manifestaciones gastronómicas fueron en Grecia, donde sabemos que ya para el siglo IV antes de cristo, ya existían escritos sobre técnicas y recetas de cocina. Aparecen también los tiempos de comida, que se harían costumbre en todo el mundo.
-Me pregunto cómo comían antes de que tuvieran fijo desayuno, almuerzo y cena (aunque hoy creo que solo voy a tener cena...espero).
-Seguro solo hacían la nyam cuando les sonaba las tripas, mon. Igual que me en los fines de semana, jejeje.
-Bueno, eso sí tuvieran algo que comer -Dijo Anastasia- Incluso ahora, muchas familias pobres no pueden seguir los tiempos de comida ¡es completamente inhumano!
-Eso es bastante triste, pero tienes razón, no tiene sentido poner tiempos a la comida si no hay nada que comer...(Y ese almuerzo me quedó tan bien)- Y mientras pensaba esto, un gruñido salió de sus estómago casi como una señal de auxilio.
-¿Escucharon algo? Suena como que alguien tiene hambre. Ja, de seguro se habrá quedado en una fiesta anoche y se desveló, por lo que se levantó tarde y no pudo desayunar.
-(Ni siquiera disfrute lo que hice en mi desvelo) Pobre tipo, que el cielo le ayude -Dijo el muchacho, dejando caer una pequeña lágrima.
-Hmm, qué raro, no pensaba que fueras tan empático con las otras personas.
-Yo tampoco (Y realmente, no creo que cuente como empatía llorar por uno mismo).
Mientras tanto, la señora Richter continuaba con su explicación, sin que ningún dato u oración se perdiera.
-La clase aristocrática griega adquirió un hábito que fue el de dar banquetes lujosos, con buena comida y entretenimiento, y los cocineros se hicieron figuras bastante respetadas por el público.
Anastasia chasqueo con desdén al escuchar esto,
-¿Huh? ¿Qué pasó, Anastasia?
-¿Era necesario preguntar, John? -Contestó Harry con leve decepción en su rostro
-(Por supuesto ¿cómo no lo adivine desde el principio? creo que acabo de pisar una mina de proximidad, como un soldado alemán marchando hacia Stalingrado).
-¡¿Ves lo que pasa?! ¡Desde antes de la invención de la estufa de gas, las clases altas son las que se apoderan de las buenas costumbres de la cocina, mientras que las masas literalmente se quedan solo con las migajas! No solo comen poco porque hace falta comida, sino que también comen mal, porque no tienen acceso a esta información.
-¡La gente rica son harbour sharks, gyal!
-...¿Ah?
-Se refiere que se quieren quedar siempre con todo; Dayton también está de acuerdo contigo.
-Ahhh, g-g-gracias, Dayton.
-¿Huh? Pero no hice nada, mon.
-Creo que lo dice porque es una de las pocas veces en que recibe validación de sus opiniones por otras personas- Figuró Harry.
-Parece que no pasa tan a menudo (Es algo triste que estés tan acostumbrado a que nadie te haga caso, tanto que para cuando sea lo contrario, titubees de la emoción).
-D-de todos modos ¡no necesito que todo el mundo esté de acuerdo conmigo, ya que la mayoría están equivocados!
-Wow...(si tuvieras la razón todo el tiempo, este mundo sería más ilógico que un vegano pidiendo un pastel de carne) ¡Ouch! ¿y el pellizco está vez por qué?
-¡Seguro que me estás insultando en la mente!
-John, tu rostro suele ser la peor evidencia en tu contra. Alguien podría lanzarte una alegación cualquiera por más ilógica que sea que con esa cara, serías el principal sospechoso -Dijo el británico, con una pizca de ironía.
-N-no tenías que ser tan directo (y no sé qué tan irrefutable sea presentar la cara de alguien como evidencia en un juicio).
-El punto es que, el proceso de darle la buena cocina de vuelta al pueblo va a ser uno complicado, ya que ha sido así desde siempre, inclusive antes del establecimiento del sucio orden burgués.
-(Debo empezar a leer un poco de los libros que me mandó si quiero seguirle el ritmo).
Por más tiempo que parecía pasar, la clase aún seguía, como si la profesora fuera inventando la materia conforme seguía la clase y por eso, no se acababa.
-El respeto que recibía la cocina por parte de la sociedad griega clásica era tal que hasta se crearon mitos alrededor de sus cocineros, y el más popular de todos es el de los siete grandes cocineros de Grecia, que muchos los consideran como los padres de la cocina occidental.
-¿Los siete grandes cocineros? Me parece que lo había escuchado antes, pero tengo recuerdos muy vagos sobre el tema -Comentó Harry.
-¡Imagina, bredren! ¡ser tan buen cocinero que te hagan una leyenda!
-Cuando dicen "siete grandes cocineros", la verdad es que suena más como una historia medieval, solo faltaría que tuvieran una plancha redonda y tuvieran que derrotar a un dragón que solo quiere que el mundo coma comida enlatada -Compartió Anastasia.
-No sé, no veo que tan bien le pueda ir a un chef buscando el santo grial (Aunque, si fuera un caballero chef, podría conseguir carne de dragón y preparar un platillo con ella...el problema es que los dragones no existen, y siquiera ¿a qué sabría un dragón? ¿Se podría cocinar su carne? Porque supuestamente son a prueba de fuego, o tal vez se pueda servir en crudo, como el sushi, pero la carne de dragón debe ser más dura que la de un pez, en ese caso, hay que considerar-).
-¡Bredren, regresa a la tierra! ¡La profesora Richter te está preguntando algo!
-¡AH! ¿qué dijiste, Dayton? No estaba poniendo atención.
-Eso se nota a leguas, señor Ramírez.
-Ay, s-s-señorita Richter, perdone (de todas las cosas que pude decir en voz alta, decidí eso) ¿M-me podría repetir la pregunta?
-No, solo era que como lo vi meditando de manera tan seria, pensé que ya conocía a los siete grandes cocineros.
-(Mejor que nadie sepa sobre lo que estaba pensando en verdad...espera, tengo una idea. Ya que he decido poner en práctica aquello de ser un "fraude", tal vez podría usar un poco de eso aquí y recuperar un poco de mi reputación perdida) Ehh, sí, profesora, hacía tiempo que no los escuchaba, por eso fue por lo que me quedé un momento pensando sobre ellos y su obra.
-Ya veo, entonces, ¿le gustaría compartir con nosotros lo que llegó a razonar?
-(¡Ay canijo! ¡No pensé que fuera a preguntar más! pero ya no puedo decir que no porque voy a quedar todavía más como un idiota. No hay de otra, solo me queda decir lo primero que se me venga a la mente y esperar que al menos tenga sentido) B-bueno, tal como usted dijo, ellos son...ehh, considerados los padres de la cocina occidental, pero me parecería que tal vez sus influencias sean difíciles de encontrar en la cocina actual porque...(¿Por qué QUÉ?)...Porque su cocina es demasiado antigua para tener tantas similitudes con la nuestra.
-Hmm, ¿y por qué sería eso?
-Bueno, si lo piensa, ellos no tenían acceso a la tecnología que tenemos y los alimentos que tenían también deben ser diferentes en varios aspectos a los nuestros: los cultivos, el ganado y las demás cosas que comemos ahora, y también es posible que los gustos de la gente del pasado sean diferentes a los nuestros, digo yo.
-Vaya, esa fue una muy buena conclusión a la que llegó, señor Ramírez. Y sí, mucho de los logros que se atribuyen a estos legendarios cocineros ahora son, o técnicas muy escuetas, que son lo básico de cocinar, o llanamente ya no se adecuan al paladar moderno, tal como dijo el compañero.
-¡Wow, mon! ¡no sabía que pensabas tanto sobre esos cocineros! Yo apenas los conocí hoy.
-Sí, ya estaba, eh...familiarizado con ellos (solo empecé a hablar por hablar, pero ahora me doy cuenta de que lo que dije tiene mucho sentido, y parece que todo el mundo se lo creyó).
-¡Eso fue bastante interesante! Deberías enseñarnos más acerca de ellos, camarada.
-(Parece que la furia roja también se lo tragó, pero no podría decirle que no sé nada más y lo que dije me lo inventé en un momento de iluminación) L-la verdad es que estos días estoy algo ocupado en las tardes y-.
-O ¿por qué no te quedas estudiando el tema conmigo hoy después de clases, señorita Petrov? -Cortó Harry de manera oportuna.
-¿Q-qué? ¿Quedarnos después de clases?
-Claro, si no tiene nada agendado para hoy durante esas horas. Podríamos reprogramarlo para una fecha venidera.
-A-a-ah, no, ¡no será necesario, camarada Harry! ¡podremos realizar esa reunión hoy mismo.
-Excelente.
-(Me guiño un ojo...Je, a este sujeto no le puedo mentir, pero eso es algo bueno, porque cuando me esté pasando de la raya con mis bluffeos, él me va a poner un freno. Entre otras cosas, la furia roja se puso un poco colorada en las mejillas cuando Harry le habló, seguro que no es el tipo de chica a la que muchos chicos, especialmente bien parecidos como Harry, le llegan a hablar).
-Espero que no les moleste que me una a eso, mons. ¡Al rato me hago "el legendario cocinero jamaiquino"! ¡Eso atraería clientes como tsunami al restaurante!
-¿Siempre con los ojos en el negocio? (además, creo que puede provocar problemas andar por ahí diciendo que eres un cocinero legendario, porque seguro va a llegar un montón de personas a pelearte el título).
-Jejeje, ¿qué cosas dices, bredren?
-Bueno, ¿alguien conoce los nombres completos de los cocineros? Se lo iba preguntar al señor Ramírez, pero parece que él ya nos dio una muy buena reflexión, así que mejor darle espacio a alguien más para participar.
-(Uff, me esquivé una bala. Pero ahora que la profesora a preguntado por los nombres, eso es como ponerle un rótulo enorme de neón diciendo "RESPONDE" a-)
-Me encantaría responder, madame Richter -Dijo Agnes, con su confianza habitual y tal vez con un poco de ganas de recuperar la atención del grupo.
-(Agnes, Dios nos guardé que el silencio de tu voz nos aplasté los corazones y que la ignorancia se apoderé de nuestras mentes, al no recibir tu conocimiento, o mejor dicho, tu evangelio...Wow, el rencor parece que sirve para hacer poesía).
-Ahem, en orden, son: Egis de Rodas, el que coció el pescado perfecto; Nereo de Chios, el que inventó el caldo de congrio; Chariades de Ateneas, el que nadie superó en la ciencia de los alimentos; Lampria, el que inventó el caldo negro; Apctonete, el que creo los embutidos; Euthyno, el gran cocinero de las legumbres y por último, Aristón, el maestro de maestros, que infundió el amor por la cocina entre los otros seis.
-Muchas gracias por la explicación, señorita Agnes.
-Argh, que exagerada fue con los epítetos -Murmuró Anastasia.
-(Bueno, al menos ya sé más sobre los cocineros. Pero lo que más me sorprende fue lo bien que me resultó fingir conocer sobre ellos. Con un poco más de estudio, puedo dar una todavía mejor imagen de mí mismo al resto...pero aún así, debo prepararme mejor la próxima vez).
La profesora Richter dio por terminada la clase, y de su salón, salió un nuevo John, reivindicado por el nuevo rumbo que había tomado su vida, pero no hay cantidad de confianza que pueda desvanecer el hambre, y nuestro protagonista ya estaba sufriendo las consecuencias de su involuntaria inanición. La visión se le empezaba a oscurecer y sus parpados se sentían más como pequeños yunques cocidos a sus ojos, además que mantenerse de pie empezaba a sentirse más como un trabajo que una acción natural del día a día, la única razón por la que siquiera se obliga a si mismo a no colapsar era para no perder puntos en la reputación que, imaginaba, había adquirido por su pequeño discurso en la clase.
Para cualquier persona de un estado mental promedio, el estatus social y un desmayo aislado tienen tanto que ver como el príncipe de Maquiavelo y el de Saint-Exupéry, no obstante, para el cerebro privado de los nutrientes que le permiten funcionar correctamente y sumando a esto la falta de sueño, bueno, para ponerlo de modo sucinto, John fácilmente podría ser disuadido por cualquier lunático en la calle con sus conspiraciones si las escuchara en este estado, o en su defecto, las de Anastasia.
La hora del almuerzo se aproximaba, aquí sería donde finalmente podría recargar el tanque para poder llegar al final del día, pero también hay que entender algo: Para muchas personas, pedir algo regalado o prestado, en especial si se trata de algo como dinero, suelen tener algo de vergüenza al solicitar el favor, pedir comida también, y uno que otro diría que es peor en este caso, ya que con el dinero, solo es cuestión de devolver el préstamo en una fecha siguiente, con la comida no es tan fácil, porque si pides un poco y en el momento no tienes nada para lo cual intercambiar, no vas a "saldar la cuenta" después a menos que la otra persona ahora sea la que no tiene de comer, entonces, en una definición más cruda, es prácticamente pedir limosna, y es un hecho que la mente de John piensa así. Sin embargo, él no es tan obstinado para no tragarse el orgullo y decirles a sus amigos que le enviden un poco, aunque, de todos modos, lo haría a regañadientes.
-(Arghhh, desearía que hubiera otra manera de salirme de este embrollo, pero sería estúpido morirme de hambre por solo no querer pedir comida. Harry ya sabe lo que me pasó, entonces es seguro que va a ser el primero en ofrecerme, Dayton seguro que no dura ni un segundo en darme un poco del akí y Bacalao de Madda Shipton y Anastasia, después unos uno o dos minutos de reírse de lo que me pasó, también me envidará. Solo falta decirlo...ayy, ¡es que me da cosa!) De todos modos, debería apurarme, porque desde ya hace tres metros no siento las p-¡OUCHH! (¡¿Con qué choqué?! ¡Se sintió duro como concreto! ¿será que venía tan directo que camine directo hacia una pared?).
-Ramírez-dono, debería poner atención a lo que tiene en frente al caminar, o podría tener accidentes mucho más graves -Dijo el señor Takashi, complementado con un insípido "sí" de parte de su señora.
-¡P-perdone, señor Takashi! (¿¡Fue contra él que pegué?! ¡he recibido puñetazos que duelen menos! ...bueno, nunca he estado en una pelea, así que no sería el mejor para juzgar eso).
-¿Estás bien?
-Claro, claro, no se preocupe, señorita Yamada. Solo fue un pequeño choque, nada má-.
-No. Tu apariencia...se ve mal.
-Debo estar de acuerdo con Aiko-sama. Si no hubieras respondido de manera coherente después, no tendría ninguna duda en mi mente de que te habías convertido en un zombie y te hubiera cortado la cabeza en un segundo, jaja.
-E-eso hubiera sido una tragedia (si rebanáramos a la gente por parecer muertos en vida, no habría muchos trabajadores de doble turno o universitarios) N-no se preocupen por mí, solo fue que ayer tuve una noche de perros y estoy un poco cansado, es todo.
-...¿En Francia se juegan con perros de noche?
-Ehh, ¿no? (al menos, que yo sepa. Además, siento que ese "se" está de más).
-Aiko-sama, lo que Ramírez-dono dijo es solo una manera de decir que no durmió bien, no es para ser interpretado literalmente.
-Ah. ¿La razón?
-Me quedé practicando lo que vimos en la práctica hasta la madrugada, y terminé yendo a la cama más tarde de lo usual.
-Si ese es el problema, te recomendaría ir al baño y echarte un poco de agua en la cara para despertarte. También, si quieres, tengo un taser conmigo, así que podría ponerlo a la mínima potencia y darte una pequeña descarga.
-¡Nononono, gracias, pero no creo que será necesario tal cosa! (O sea, tomarme un café tendría el mismo efecto, y todavía mejor, no requiere que me caiga la ira de Zeus para que haga efecto).
-Entendido. En ese caso, proseguimos nuestro camino y te dejamos continuar con el tuyo.
-(Que manera tan poética de decir adiós) Sí, claro, hasta luego, señor Takashi, y a usted también, señorita Aiko.
-Adiós.
-Sí, nos vemos después -Y justo mientras se despedía, un borborigmo de lo más siniestro, casi como si una terrible bestia hubiera rugido desde su estómago, dejó en silencio a los tres- Oh...(Alguien abrió el pico, muchachos, ¿quién fue el soplón?)
-...Ramírez-dono, ¿acaso ese fue tu estómago?
-¡No! -Otro gruñido salió justo aquí también- ...Sí. ¡P-p-pero es porque es la hora del almorzar, por eso me dirigía a las mesas de afuera!
-¿Tu almuerzo? -preguntó la joven.
-(Aquí va la mentira) E-en mi mochila.
-¿Se daño con caída?
-Tal vez un poco, pero no se preocupe debe ser todavía comestible (No es como que el aire tenga mucha estructura para empezar).
-No, no está bien. Espera.
-¿Q-qué? P-pero no es necesario, señorita Aiko (Aunque, si me da un almuerzo de buena gana y sin que se lo haya pedido...) pero si así lo desea, no pondré objeciones.
-Ten.
-Ah, muchísimas...gracias (esto...esto una taza de fideos instantáneos. Parece que una conexión universal se ha formado entre mí y ellos desde que llegué aquí. Hmm, pero estos no parecen los de aquí, no soy un experto, pero eso parecen las letras que usan los japoneses. Qué curioso) No sabía que le gustaran estas cosas, señorita Aiko.
-Sí ¿A usted?
- Ya estoy...bastante familiarizado con estos.
-Aiko-sama disfruta de toda clase de fideos, desde los que venden en restaurantes pequeños hasta los pre-empacados. No es lo típico para alguien de su posición.
-Ya veo (ciertamente es raro, es como si a mí me gustara ir a comer a Mc...a ese lugar del que solo pensar me causa mareos, más con el estómago vacío).
-Adiós -Dijo Aiko, volviéndose a despedir con la misma falta de emotividad de siempre.
-¡Nos vemos! ¡y gracias por los fideos! (esto me servirá para sostenerme unas cuantas horas más, pero creo que debo comer otra vez a escondidas. Le diré al resto para que me acompañen)
De vuelta en el sótano donde por primera vez almorzaron juntos, los muchachos vieron con obvia confusión a John succionando con la fuerza de agujero negro los fideos que le habían sido donados por la bondad de la señorita Aiko, y que, para sorpresa del desafortunado protagonista, poseían mucho más sabor que cualquier otra marca con la que él se hubiera encontrado ahí en Francia, o al menos, con las marcas que traía Mike del supermercado.
-(Hmm, al parecer los japoneses usan muchos más sabores que las marcas de occidente. ¿Será esto a lo que sabe el "umami", la verdadera esencia del sabor? Si ese es el caso, no me molestaría comer unas cuantas de estas de vez en cuando...aunque será muy difícil importarlas para acá).
El ramen fue un éxito y evitó a nuestro héroe una cita prematura con el señor Hades. El resto del día procedió normal, la clase del final del día fue la del señor Gianluigi, que ya se había recuperado de su resfriado. Al parecer, ya se sentía mejor el segundo día, pero como creyó que todavía cargaba con el virus, dijo que tomó el camino del "buen ciudadano" y esperar un par de días más para volver a sus labores. Queda a criterio de nosotros si esto se puede clasificar como un extraño acto altruista o una cuartada perfecta para tomar unas minivacaciones. Terminaban las clases del día, pero todavía no se acababa la jornada para John, ya que tenía todavía otro compromiso por atender, su última prueba por hoy.
-¿No te vas todavía, mon?
-No, Day, tengo algo que hacer antes de irme a casa. No te preocupes por mí, tomaré el siguiente bus de vuelta.
-Ah, 'course, mon, solo pregunté porque tomamos el mismo bus...Hey! ¿me llamaste Day, bredren?
-¿En serio? Ups, lo dije sin querer, lo siento.
-Feel no way, me bredren. De hecho, me gusta que me llames así, porque me recuerda los días de vuelta en Jamrock.
-¡Que coincidencia! (legítimamente no me di cuenta de que lo llamé así en vez de Dayton, qué bueno que no se enfadó, fiu).
-Bueno, likkle me more, John!
-¡Hasta luego, Dayton! (Ok, he estado evitando esto todo el día porque, la verdad, no empecé hoy con las energías necesarias para hacerlo y mucho menos, el ánimo. Pero creo que ya es hora...hora de llevarle este guante de vuelta a la francesilla. No me debería asustar tanto devolver una posesión a alguien, pero conociéndola, ella va a hacerlo una experiencia "interesante", en el peor sentido de la palabra).
John se movió a través de las instalaciones con frenetismo y nervios, nervios que no harían más que acrecentarse una vez encontrara a su objetivo. Por un momento, pensó que ya se había ido a casa, ya que las clases habían acabado hace media hora, pero este no era un pensamiento derivado de su raciocinio, sino una creación de su cerebro pasional producto de la desesperación que le provocaba volverse a ver cara a cara después de lo que pasó ayer. No obstante, esta vez tenía que hacerlo, por más superfluo que pareciera en el exterior, porque si ya había decidido tomar el camino del impostor y engrandecer su imagen, la persona que se encontraba al final de la lista para engañar era Agnes, y este encuentro sería el primer paso en hacerla creer esta ilusión.
-(Ya la vi, se dirige hacia la puerta principal, así que debo pararla en su lugar por un momento. ¿Tal vez con un saludo? No, después de lo que ha pasado, es imposible que lo haga sonar sincero. Debo ser más asertivo si quiero que realmente me respete.) Ahem, ¡Agnes Brienne!
-¿Huh?...¡Oh! ¡eres tú, Ramírez!
-¡Sí!...soy yo (Pensé que se me ocurriría algo más imponente...)
-Bueno, ¿qué haces aquí, Ramírez? ¿viniste a presumir tu infinitesimal momento de lucidez en la clase de la señorita Richter? Sería excelente hablar del tema, para bajarte de tu nube de vuelta al suelo, donde verdaderamente perteneces, junto con los insectos, las colillas de cigarrillos y los chicles masticados.
-...Para este punto, estoy empezando a creer que en tu familia es costumbre saludar a extraños con insultos (Nah, eso es un chiste, solo soy yo).
-No te los tomes como insultos, Ramírez, o tendré que darte una pequeña charla sobre las diferencias entre opiniones y hechos.
-(Tú deberías estar en la primera fila para esa, sister) Como sea. No vine a buscar pelea. Toma esto.
-Hmm, qu'est ce que c'est, monsieur? ¿un trapo maltratado? ¡Ja! ¡veniste a declararme tu amor con un pañuelo como los gentilhombres de antaño! Considerando como te desmantelé ayer a punta de oraciones...bueno, no sabía que tenías fetiches tan raros.
-¡NONONO! ¡no tiene que ver con eso! (Creo que no había sentido un asco tan carnal porque me dijeran que me gusta alguien desde tercero de la escuela. Y también acabo de notar que, cuando se le declaran a Agnes, en lo que respecta a prioridades, el tacto está al final de una fila de banco) Viene doblado porque lo llevaba en mi bulto. Es un guante, solo vine a devolvértelo.
-¡! ¿viniste a dármelo de vuelta?
-Si, eso nada más (que raro, se vio un poco sorprendida).
-Eso es raro.
-¿Hmm? ¿qué es raro?
-Yo no he perdido ningún guante. Tienes a la persona equivocada, Ramírez.
-¿Qué? ¡P-pero tú eres la única persona que conozco que siempre usa guantes!
-¿Y eso qué? ¿acaso conoces a todos los que usan guantes en el instituto?
-Ehh...no.
-Entonces, no entiendo cómo es que yo soy la única en la que piensas que puede pertenecer este guante. Mejor pon un anuncio en la pizarra de anuncios y pregunta si alguien es el dueño y ¡voilá!
-Eso podría servir...(No lo pensé mucho y al parecer me involucré con Agnes en vano. Diantres).
-Deberías tratar de usar el cerebro al menos una vez al año, en vez de basarte en las ingenuidades que te salen de la cabeza. A ese pequeño manojo de neuronas que tienes lo llamaría "un hidrante del que siempre sale jugo estúpido".
-Grrr...(¿Eso es todo? ¿Me molesto en quedarme hasta tarde para devolverle algo y solo recibo más insultos? Realmente, no debí esperar nada diferente...¡Pero no puede aceptar eso toda la vida! Siento que esta vez estoy en lo correcto. Tal vez sea el instinto, o tal vez, un cólico, pero no puedo ignorar esto. Voy a demostrarle que si estoy en lo correcto y "usando el cerebro" para darle una probada de su propio chocolate).
-Bueno, a diferencia tuya, yo no puedo perder el tiempo con suposiciones estúpidas, así que-.
-¡Espera un momento, Agnes! No me dejaste explicar la verdadera razón por la que pensé que este guante era tuyo.
-¿La verdadera razón?
-Bueno, de hecho, son dos. La primera no es tan específica, que es el tamaño, porque estos son obviamente guantes de mujer (...De acuerdo con Ada). Y lo otro es el momento en que yo conseguí este guante. Tú y yo chocamos ayer, ¿verdad? Entonces, yo creo que es posible que tu guante haya terminado en mi persona después de ese choque. Es una conclusión lógica. No, es la única conclusión que tiene sentido, y tendrías que ser un tonto para no pensar eso, ¿estás de acuerdo, señorita Agnes?
-Hmm, entonces, ¿quieres jugar así, huh? Muy bien, J'accepte, voy a participar en tus pequeños experimentos mentales. Será bastante terapéutico desmoronarlos uno por uno.
-Bien por mí (no estoy muy seguro de lo que estoy haciendo, o sí realmente es su guante, pero ya no puedo dejarla salirse con la suya, así que no me queda de otra).
-Entonces, ¿dices que el único momento posible para que ese guante terminara en ti es durante nuestro choque? Yo digo que tienes la cabeza tan alta en las nubes que ya no distingues tus pies del concreto, porque eso es más que imposible.
-¿P-por qué? (Ese insulto de no poder ver mis pies, eso suena como algo que solo dice la gente pequeña...ella está bastante cerca al suelo, de hecho).
-Un guante no es un pañuelo que andas en el bolsillo, Monsieur. Lo andas en la mano, tallado. Un guante a la medida no se "cae" por un pequeño choque y ya.
-O-oh, claro (no pensé en eso).
-C'est fini, monsieur. Pensé que esto iba a durar más, que decepción.
-H-hey, espera, no significa que ya haya acabado (Debo pensar algo rápido para recuperar su atención) Porque yo sí encontré el guante en mi cuerpo, entonces no puedes negar que algo así pudo haber pasado.
-Hmm, ¿y entonces qué?
-No puedo decir solo con eso que este es guante es tuyo, pero si puedo decir algo sobre la persona a la que le pertenece (creo...)
-¿Y cuál sería esa conclusión?
-Bueno, es obvio que...(¡Piensa, John! ¡antes de que note que solo estábamos retrasando la discusión para tener tiempo para pensar) el dueño no tenía el guante puesto cuando lo perdió, por eso terminó conmigo por accidente.
-Eso tiene sentido, pero eso solo afirma que yo no soy dueña del guante, porque yo siempre ando mi par puesto, como tú puedes atestiguar.
-Oh, cierto... (probé su punto tratando de probar el mío, ups...)
-¿Te mordió la lengua el gato, Ramírez? ¿o ya desconfías en lo que tú mismo dices?
-Ehh...(No puedo dejarlo así, pero sí lo que dije es correcto, entonces significa que ella no lo tenía puesto cuando nos encontramos...Creo que tengo una idea) Ahem, e-es obvio que para esto pasara, debías no tenerlo puesto en ese momento, y ahora que recuerdo, hubo algo que me resaltó cuando hablamos ayer.
-Clarifica que fue lo que notaste, Ramírez.
-En la mañana, me señalaste en la cara cuando me dijiste "Faux", lo recuerdo bien porque me impresionó (asustó) pero en la tarde, sucedió lo mismo, pero no me apuntaste, entonces no pude ver tu mano. ¡Perfectamente podías no tener el guante en ese momento!
-O podría tenerlo, ¿quién sabe? Tú mismo dijiste que no me viste la mano.
-E-eso también es una posibilidad, sí...
-¿No te cansas de debilitar tu propio argumento cada vez que abres la boca?
-(Un poquito, pero siento que con cualquier otra persona, ya hubiera ganado. Aunque cualquier otra persona, probablemente hubiera aceptado el guante sin rechistar. Ahora, yo sé que ella no tenía el guante, o eso es lo que creo, pero ¿por qué? ...hmm) Admito que no puedo probar que no tenías el guante.
-Obviamente, nadie puede probar semejante cosa, monsieur.
-Pero, yo creo que si puedo probar por qué no lo tenías puesto.
-Excusez-moi?
-Mira aquí, en el pulgar, no es tan notable con el guante vacío, pero cuando lo estiras es obvio que el guante está cortado en el pulgar, y por eso cualquier persona se lo quitaría, un guante roto no sirve. Por lo tanto, ¡es posible que vos seas la dueña del guante! (¡Tómala!)
-...Félicitations, monsieur.
-Ehh...¿gracias? (No, espera, es Agnes, entonces no es de verdad)
-Al parecer si hay algo que funciona dentro de tu cráneo, Ramírez. Y por eso, te digo bravo, sin embargo, si estás pensando que ganaste, todavía no le daría un valor mayor a tu cerebro que el de un pasaje para el tren.
-¡¿P-p-pero por qué?! (mi cerebro mínimo vale lo mismo que una cena fina. No, no, no, ¡ese no es el problema! ¡pon atención!)
-Otra vez, tu lengua es tu propia cuerda en tu cuello, ya que dijiste que es "posible" que el guante sea mío, pero nada más: posible. Todas tus asunciones son basadas en la preconcepción de que el guante el mío, entonces eso hace todo lo que has dicho circunstancial, pero no hay nada concreto que diga que ese guante es mío.
-¡ARGHHH! (¡Tiene razón! No tengo nada...)
-Jejeje, ciertamente puedo quedarme aquí más tiempo y estoy segura de que se te ocurrirían un montón de ideítas de por qué es mío, pero sin aval alguno. Solo sería un show sobre el perro que sigue a su cola.
-(No, ya quiere irse otra vez, y esta vez no sé cómo detenerla. ¡Rayos y centellas! ¡debe haber algo que no he visto en el guante! ¡vamos, vamos, muestra algo! ...¡! ¿qué es esto? Hay un bordado en la parte del antemano, es casi del mismo color del guante y es muy pequeño y delgado, pero ciertamente dice "A. C. B.". No sé qué significa, pero tal vez sea mi última esperanza) ¡Espera! ¡Tengo una última petición! ¡muéstrame la antemano del guante!
-¿Ahora qué, Ramírez? ¿a qué quieres llegar?
-(¡! ¡También tienen bordado lo mismo!) Mira la antemano del guante que tengo. Dice "A. C. B.", y mira qué curioso, justo cuando me mostraste tus guantes, tenían la misma inscripción.
-Otra vez, debo preguntar: ¿Y qué? Que la dueña de ese guante y yo usemos la misma marca de guantes es sólo una coincidencia. Unas iniciales iguales no prueban nada.
-Oh...(No puede ser, pensé que la tenía con esa, pero parece que Agnes siempre sale con una respuesta para todo, sinceramente no sé qué...espera, espera espera) ¡¿QUÉ DIJISTE?!
-¡AAHHH! ¡¿por qué gritas?! ¡estamos a la par!
-¡Repite lo que dijiste!
-Ahh...¿que la misma marca es una coincidencia?
-Nonono, después de eso (creo que lo tengo) Dijiste "iniciales", ¿verdad?
-Ehh, sí, porque el nombre de la marca es una amalgama de sus iniciales.
-No creo que sea eso, de hecho, no creo que "A. C. B." sea una marca, si lo fuera, sería raro que mencionaras explícitamente iniciales.
-¿Y eso qué tiene que ver con todo?
-(Finalmente, esta vez siento que Agnes todavía no se ha dado cuenta de lo que está pasando, ¡es mi oportunidad! ¡a la carga!) Lo que digo es que las llamaste iniciales, pero no refiriéndote a ellas como una marca, sino como las iniciales de un nombre, ¡El tuyo! ¡Estas son las iniciales de tu nombre!
-¡¿Q-Q-QUÉEE?! ¡¿qué clase de estupidez?! ¡mi nombre es Agnes Brienne y las iniciales son A. C. B.! ¡No puede ser mi nombre!
-(Lo siento, francesilla, pero ya no te puedes escabullir de esta) Los nombres en Francia solo tienen un apellido, ¿verdad? Entonces si la C. fuera la inicial del primer apellido, no se podría explicar la B. después, por lo que la C. es un segundo nombre, ¡Y la A. y la B. son el nombre y el apellido! ¡Son las iniciales de Agnes Brienne!
-¡Arghhh! ¡eso no prueba absolutamente nada! ¡todavía no sabes si tengo segundo nombre y si este empieza con C!
-Tienes razón, pero eso no es problema.
-Excusez-moi?!
-Eres una chica famosa, yo creo que solo una pequeña búsqueda en internet haría falta, ¡y apostaría toda mi beca de este mes a que empieza con C! ¿o me equivoco, madame Brienne?
-...Hmph, parece que después de todo esto sigues sin entender, monsieur Ramírez.
-...¿Dices que se me olvidó algo? (Arghhh, ¿de dónde saca tantas respuestas esta tipa?).
-Como te dije, podemos quedarnos aquí todo el tiempo, pero todas las conclusiones a las que llegas son solo posibilidades, no hechos. Concedo que las iniciales pudieran ser las de mi nombre, pero eso en sí mismo no significa nada.
-¿P-pero por qué no? Acabas de decir que podían ser de tu nombre.
-Sí, no obstante, ¿Qué nos garantiza que esas no sean las iniciales de otro nombre?
-Ehh...oh (creo que cometí otro descuido).
-¿Acaso tienes algo que diga que estas iniciales sean específicamente las de mi nombre?
-¡Por favor! ¿Una mujer que tenga las mismas iniciales y que, además, también tenga un segundo nombre? ¡eso es demasiada coincidencia!
-No necesariamente debe tener un segundo nombre. Tú asumiste eso porque en Francia solo tenemos un apellido, pero solo con este guante no se podría discernir la nacionalidad de su dueño, así que podría pertenecer a alguien de un país en donde se usen dos apellidos: Tal vez sea una española, o una latinoamericana, igual que tú.
-¿C-cómo yo? (¿Ya se le olvidó que le dije que los latinos eran mis padres y no yo?).
-En ese caso, ¿tienes más evidencia que diga que es de una francesa? ¿o podemos enviar esta conversación de vuelta donde pertenece, en el basurero?
-(Eso de buscar si es un guante francés es obvio un camino que lleva a ningún lado, porque seguiría sin probar nada. ¡Ayy! Siento como si estuviera subiendo una gran roca en una montaña y cuando la llevara a la cima, se cayera por el otro lado...Esa es una buena metáfora, pero siento que no se me ocurrió a mí.) ¡E-espera sólo un momento!
-¿Para qué? Toda esta conversación no ha llegado a nada que valga la pena almacenar en mis neuronas. Esto fue tan estimulante como la programación en la televisión pública, pero al menos este último me ayuda a conciliar el sueño.
-Uff...(Rebajado a programa mata-neuronas. Podría seguir encontrando cosas hasta el fin de los tiempos que ella diría que es sólo una posibilidad y me mandaría a cortar cebollas. Es tan absurdo, si este guante fuera de ella ¿por qué no quiere reconocerlo como suyo? ...¡!) ¡LO TENGO!
-¡AHHHH! ¡con un demonio, Ramírez! ¡casi me da un infarto!
-P-perdón, pero tuve una idea espontánea, que esta puede probar que este guante es tuyo.
-¿Ajá? ¿Y cuál sería esta idea de la que me hablas?
-Admito que todo lo que he dicho hasta ahora solo deja en claro que es posible que el guante sea tuyo...
-¡JA! ¡magnifique, Ramírez! Al fin aceptaste la realidad de las cosas y viste que-.
-No he terminado, Agnes.
-¿Huh?
-Pero algo que me acaba de circular por la cabeza es esto: Digamos que el guante sí fuera tuyo, solo por un momento. Entonces, ¿por qué te esmerarías tanto en ocultarlo?
-La respuesta es estúpidamente simple, monsieur: Nadie negaría que le devolvieran algo que es suyo, ergo, el guante no es mío.
-Hmm, yo no creo que sea tan simple, madame Brienne.
-¿Ahora qué fanfarronerías estás diciendo, Ramírez?
-Digo que el guante no es lo que te interesa, sino lo que significaría que este guante fuera tuyo, o sea, hay una verdad oculta tras de él.
-¿A qué te refieres con una "verdad oculta"?
-Me refiero a esto, la cortadura del pulgar. Desde que la vi, tuve la duda sobre qué había pasado, ¿cómo llegó a cortarse? Después, noté que había sangre a su alrededor, entonces, eso significaría que la persona andaba puesto el guante cuando eso pasó y también terminó lastimado.
-Sí, esa es una suposición razonable, pero ¿qué tiene que ver todo esto conmigo?
-Esa sí es una respuesta estúpidamente simple, madame: Tiene que ver todo.
-¡¿Huh?! ¡¿Cómo te atreves a hablarme así?!
-(Para ser alguien que se la pasa lanzando insultos, es bastante sensible a ellos. Pero ni modo, como dice el dicho, no lances piedras si vives en una casa de cristal) ¿Recuerdas lo que me dijiste ayer? Dijiste que "todo había salido de acuerdo con el plan" y que no te preocupaste durante el cook-off, pero también admitiste que tu cara decía lo contrario. ¡Si eso no es raro, entonces la sopa de murciélago sería un favorito de todo el mundo!
-Blergh, ni me recuerdes esa atrocidad de platillo. Ya siento un poco de reflujo en la garganta.
-Entonces...espera, ¿y-ya lo has probado?
-...Eso no es algo que te incumbe, Ramírez.
-Claro...(Se puso un poco verde cuando dijo eso. Debería dar unos cuantos pasos hacia atrás sino quisiera terminar siendo el nuevo lienzo de la "pintura" que me caería encima) D-de todos modos, eso que dije sigue siendo cierto. Y ahora mi punto, aunque eso es raro, tampoco es imposible.
-¿Acabas de debatir el punto que tú mismo expusiste? No sé si en América usan tal truco a menudo, mas te digo que la psicología inversa no funciona en mí.
-Muy bien, porque no era eso lo que quería. Lo que quiero decir es que, si todo te estaba saliendo bien, entonces significaría que otra cosa te preocupó. Y este guante, por decir de alguna manera, es testigo de lo que realmente pasó.
-¿Qué clase de metáfora tan cretina es esa? ¿cómo un guante va a ser testigo de algo?
-Porque él estuvo directamente involucrado.
-¡!
-(¡Lo ví! ¡reaccionó a lo que dije! Sabe que voy por el camino correcto. Es hora de cerrar el telón en esto) Yo creo que tú ya también averiguaste a lo que me refiero, ¿o no, madame Brienne?
-N-no sé de lo que estás hablando.
-En ese caso, déjame decirlo en voz alta: ¡Lo que realmente pasó en el duelo es que tú te cortaste!
-¡¿QUOI?!
-Así es, durante tu cook-off contra Aiko, sufriste una cortadura cuando cocinabas. Si hubieran descubierto que te cortaste, hubieran parado el duelo, pero estoy seguro de que eso era justo la última cosa que quisieras que pasara. A tus ojos, hubiera sido igual que admitir la derrota contra la señorita Yamada.
-¡Tu conclusión es lo más prepotente que he escuchado jamás! ¡he preparado boeuf bourguignon desde antes de aprender el abecedario! ¿cómo explicarías que cometiera un error tan amateur como cortarme el dedo?
-Hmm, aunque me dijiste que todo salió de acuerdo con el plan, eso no es del todo cierto ¿verdad?
-¡¿Huh?!
-Algo sí cambio en el plan y fueron los vegetales. Más específico, la técnica que usaste para cortarlos. Usaste la tournée, que es una técnica muy difícil y si la haces mal, puedes cortarte. Originalmente, no la usabas en esa receta, pero viste que Aiko la estaba usando y pensaste que te estaba retando, así que respondiste a su "ataque" pero en el calor del momento, cometiste un error y eso llevó a tu accidente.
-¡Estoy hasta al hartazgo de todas tus conjeturas, Ramírez! Para ti, que algo sea posible lo hace real, pero ¡así no funcionan las cosas!
-...Esta vez sos vos la que no entiende lo que está pasando, Agnes.
-¿A qué te refieres?
-En ningún momento dije que esto era posible, madame. ¡Todo lo que dije fue tal como paso y puedo probarlo!
-¡Ja! ¡ese es el bluff más viejo del mundo, Ramírez! Ni un miembro de un culto con el cerebro lavado te creería.
-(Houston, la tenemos) Es fácil, la verdad. Para probar que lo que dije es un hecho, solo tengo que ver tu mano derecha. Si tienes un corte en el pulgar, significa que sí te cortaste, lo que significaría...(redoble de tambores, por favor) ¡El guante es tuyo!
-...Co...co..cocococo...CONNARD!!!!!
-(¡Esa palabra si la conozco! Es uno de los insultos que me enseño Steven).
Y con el grito de frustración de la cocinera, la batalla de mentes había llegado a su fin. La victoria milagrosa de John había hecho arrodillar a la magnifique prodige; se había arrodillado ante un freidor de hamburguesas y no tenía idea. Una sonrisa de parábola perfecta iba de lado a lado en la cara inmadura de nuestro héroe, mientras que Agnes, todavía herida en su orgullo y robada de su sentimiento de superioridad, estaba con una rodilla en el suelo. Apenas estaba recuperando la compostura cuando ya quería refutar lo que el muchacho dijo.
-Lo que dijiste...¡es basura! ¡ni siquiera apta para las ratas de alcantarilla! Aunque tuviera una cortada, eso no significaría espárragos, porque si no puedes probar que la cortada me-.
-¿Es en serio, Agnes? Ya déjalo ir, amiga. Esto no es un juzgado, así que no tengo que probar cada cosa hasta el último detalle (Con tu pequeña crisis de ahorita, creo que tendré buenos pensamientos por el resto del mes).
-Jamais! ¡No te voy a dejar ir con semejante-!
-Es suficiente, Agnes. Ya deberías tener la suficiente madurez para admitir la derrota, y en este caso, el señor Ramírez ha probado satisfactoriamente su punto. Seguir con semejante circo solo te va a conseguir humillarte más.
-¡Harry! ¿estuviste aquí todo el tiempo?
-Llevo en un rato aquí, nada más. Buen trabajo descifrando todo, John.
-Jejeje, ¿qué te digo? (al menos sé que si me hubiera quedado sin ideas, tal vez Harry me hubiera lanzado un salvavidas, pero qué bueno que no lo necesité).
-¡N-n-no lo entiendes, Harry! Este papanatas no puede andar ahí suelto difuminando sus teorías imbéciles con toda la prole, más cuando todo eso implica que yo, Agnes Brienne, perdí contra Aiko. Además-.
-Cesa tu parloteo antes de que termines diciendo algo de lo que te vayas a arrepentir después, Colette.
-(¡Colette! ¡ese era su segundo nombre!).
-¡ARGHHH! ¡Harry, vos sabes muy bien que detesto que me llamen así! -Dijo la humillada prodigio, agarrándose unas cuantas greñas.
-Lo sé, no obstante, lo consideré un mal necesario para que "le pararas a tu tren", señorita Brienne. Por cierto, creo que el señor Ramírez tiene merecido recibir una disculpa, ya que el guante sí era tuyo, por lo que le hiciste perder su tiempo.
-(Wow, otra vez Harry logró dejar a la francesilla sin palabras, pero entiendo. Recibir la mirada fría del tipo hace que mis venas se vuelvan bolihelados).
La francesa permaneció un momento en silencio, como detenida por su orgullo, ya que sabía que Harry tenía la razón, y ella era realmente la que había sido una molestia. En un momento, reaccionó, se movió hacia John, agarró su mano de forma brusca y puso algo en ella.
-Esto es...¡Son setenta euros! (esos son como ochenta dólares o más).
-Considéralo una compensación por las "molestias".
-Muy bien (hizo una pequeña reverencia, como si tuviera una falda y una sonrisa que la verdad, parecía de marca patito. Es increíble que alguien sea tan orgulloso que prefiera darme dinero en vez de decir perdón).
-¡Pero no pienses que esto marca el final de nuestro encuentro, Ramírez! ¡No puedes hablar de esto a nadie más dentro del instituto! Si me llegó a enterar que abres el pico, ¡me aseguraré de mandarte al cuarto de fabricación de carnes y te filetearé personalmente! ¿HE SIDO CLARA?
-¡S-s-sí, señora! (Es increíble, no hace poco la derroté en un argumento de manera sólida, pero solo necesito hablarme con firmeza para volver a ponerme en mi lugar...).
-¡Y devuélveme mi guante!
-¡Ja, entonces si era tu-! ¡OUCH! (¡me cacheteó con el guante!).
-Hasta luego, Agnes...Bueno, John, me parece que puedes comprender los eventos que se acaban de poner en movimiento, ¿verdad?
-N-no, no realmente...(Lo dice como si hubiera empezado una guerra o algo así...espera).
-En los tiempos clásicos, cachetear a alguien con un guante era la forma de solicitar un duelo. Agnes no realiza nada sin antes pensarlo, así que te aseguro que eso fue lo que significó el guantazo.
-¡¿O sea que me retó a un cook-off?! (Oh uh, mayday, ¡No puedo ganarle a Agnes en un cook-off! Ella ya es casi una chef y yo apenas aprendí a cortar zanahorias y ni siquiera lo hago tan bien).
-Pero no te preocupes, los cook-offs son hasta finales de año. Tienes bastante tiempo para subir tu nivel y darle competencia a Agnes.
-¿Pero qué tal si pide otro cook-off como ayer?
-Lo dudo, cook-offs fuera de temporada son atípicos, sino que casi inexistentes y solo suceden en circunstancias muy específicas. En el caso de ayer, mi conjetura es que había un interés por los docentes y el director en ver como las dos ingresadas estrellas se medían entre ellas.
-Claro, eso debió ser (De todos modos, la cuenta regresiva ya comenzó, no hay marcha atrás ahora. No quería tener problemas con la francesa, pero si quiero pretender que soy un chef sobresaliente, eventualmente me hubiera tenido que ver las caras de nuevo con ella, así que esto solo era un aviso de eso).
-...¡Ah! Se me olvidaba. ¡Ya puedes salir!
-¿Huh? ¿quién puede saliiiiiiaaaaaAAAAAAAHHHHH (¡pellizco! ¡por encima de la cintura! La fuerza, ¡Se siente tan opresiva como el yugo que carga la clase trabajadora todos los días bajo las oligarquías burguesas! ¡¿QUÉ COSAS ESTOY DICIENDO?! ¡DEBE SER-!) ¡ANASTASIAAAAAAAA!
-¡Eres un demonio, camarada! ¡el demonio americano! ¡derribaste a punta de lógica a la cerda francesa! Ciertamente tienes valor para servir a la causa. ¡Debes enseñarme a argumentar así en público!
-¡Ouch, ok, ok, entiendo! ¿Y qué haces aquí, Anastasia?
-¿No recuerdas? Harry y yo habíamos acordado quedarnos a estudiar, pero salí al baño un momento y los encontré cuando apenas empezaron a discutir, entonces me fui de prisa para llamar a Harry.
-¿En serio? (Espero que no haya aguantado mucho para ir al baño...o que siquiera haya ido a él).
-Tu estrategia fue magistral: La fuiste llevando poco a poco, haciéndola aceptar pequeñas realidades hasta que finalmente la acorralaste en un callejón lógico y le disparaste a quema ropa con tu conclusión. Y en ningún momento, ella se dio cuenta de que estaba cayendo en tu trampa.
-Ah, s-sí, claro, gracias (Esa fue una descripción bastante violenta de ganar un argumento, y la verdad, yo no tenía ninguna estrategia cuando empecé, solo fui descubriendo cosas pequeñas hasta que llegué al final y gané. Pero para un espectador, al parecer, yo siempre tuve todo bajo control. Huh, esto de ser un impostor no se me da mal).
-¿Ya vieron la hora? Es hora de partir, amigos.
-¡Estoy de acuerdo, camarada!
-Wow, ¡qué rápido me pasó el tiempo! Ya es hora de ir a casa (además, ya tengo hambre). ¡Hasta luego, muchachos!
-Mañana nos cuentas más sobre tus trucos, camarada Ramírez.
-A-ahí veremos (si sabes contar, no cuentes conmigo).
De camino a su casa, John ya estaba pensando en ponerse a practicar de nuevo en la cocina, pero cuando su cuerpo y mente ya se pudieron relajar un poco, le agarró un terrible dolor de cabeza, fruto de su insomnio y de sus gimnasias mentales contra Agnes, así que apenas llegó, comió su cena y se desplomó de una manera a su cama en una manera similar a la polilla que se acerca al calor de la lámpara para calentar pollo frito. Por hoy, la práctica tendría que esperar, pero con todo lo que logró ese día, una jaqueca era tan insignificante como un 1% en una prueba de paternidad, así que John durmió sin penas, esperando al inicio de un nuevo día.
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