XV
Me mentiste, dijo Dominic. Mentiroso.
La cabeza de Dominic ardía cruelmente. Todo era como vidrios rompiéndose ahí adentro, una vida entera intentaba rearmarse en su mente. Por un momento creyó que podía sentir el tumor en su cerebro moverse y quejarse por perturbarlo, pero esa idea le resulto estúpida.
(La maleta, Dimi...)
Los recuerdos ahora estaban un poco más completos, conocía quien era en su otra vida, que papel jugo realmente José en esos tiempos, y de lo terrible que había actuado al ser infiel. Pero incluso con ello el rompecabezas estaba incompleto, todavía quedaba una parte vital en las mareas de la memoria quebrada de Dominic, el asesinato de Humberto y su familia.
(La maleta, Dimi...)
Quería recordarlo, pero su mente estaba demasiado cansada y adolorida. Era hora de descasar, dormir un poco y tal vez soñar que su vida no era esta, si no una mejor. Una donde recordara todo, una donde no se sintiera tan solo. Camino rumbo a la alcoba, se desvistió estando allí; pensó en masturbarse e incluso comenzó a tocar su pene, pero estaba demasiado cansado para hacerlo.
(La maleta, Dimi...)
Miro el techo por largo rato, imaginaba extrañamente a Humberto, lo imaginaba sonriéndole desde el balcón en los ensayos... Lo recordaba tocándolo.... Respirando en su nuca. Inconscientemente Dominic estaba frotando su pene, lo subía y bajaba suavemente imaginando sus recuerdos. Su cuerpo comenzaba a erizarse, sus testículos se habían pegado a su cuerpo, su movimiento era más rápido y su respiración entre cortada. Dominic sintió un espasmo recorrer su columna, a su vez un largo y abundante chorro de semen inundo su pecho. Una sensación de deshago lo lleno por completo, abriendo paso a la somnolencia.
Dominic pensó en limpiarse antes de que el semen se volviera líquido y comenzara a derramarse, pero el sueño era tan embriagador que lo dejo pasar. Giro su cabeza hacia la derecha, algo en el armario llamo su atención. Era una maleta de soldado color rojo, Dominic ignoro la imagen de la maleta, le pareció absurdo enfocar su ya abrumada mente en una simple maleta de viaje.
La maleta, Dimi, hablo una voz en su cabeza, mira la maleta.
Como una corriente eléctrica aquella voz entro profundamente en Dominic. Este se levantó de golpe y volvió a observar la maleta de soldado oculta en el armario. ¿Qué tenia de especial esa maleta? Se pregunto Dominic.
Mira dentro, volvió a hablar la voz.
Camino hasta el armario, quitando con su palma izquierda los restos del ya casi seco semen de su pecho. Estiro la mano para tomar la maleta de su agarre, jalo con fuerza y la extrajo de entre todas esas cosas que no recordaba tener. Al verla, una imagen de él subiendo al autobús le vino a la mente, esa era la maleta con la que había llegado hasta Crownless. Dudando en lo que encontraría dentro ingreso con cuidado su mano, dentro había una sudadera de los Rangers de Texas.
La sudadera era azul marino con una T en el medio, estaba manchada de sangre por la parte frontal. Dominic hurgo en la bolsa con miedo, no sintió nada hasta que llego a la otra esquina, ahí había una bola de papel. La saco con rapidez, era una bola hecha con una nota adhesiva color rosa. Al desdoblarla pudo notar que había un mensaje escrito en ella.
Decía:
AHORA YA NO RESPIRA.
Dominic sintió un calor apoderarse de su cuerpo. Las pulsaciones en su cabeza comenzaron a ser más fuertes. La pieza final del rompecabezas se estaba colocando... era doloroso.
Terriblemente doloroso.
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