IV
La mente de Dominic era un caos en esos momentos, un poco de aire le haría bien, por lo que opto por volver a su casa caminando. En el transcurso del camino se fue tranquilizando y su mente se comenzaba a acomodar, fue cuestión de quince minutos con la mente en blanco para que los pensamientos coherentes aparecieran. Dominic sabía que antes de llegar a Crownless había estado en Texas, pero no recordaba que el lugar se llamara Dorbent, ni siquiera recordaba a José-suponiendo que hubiera dicho la verdad-; también sabía que participo con la compañía de Osvaldo Goolks, para ser exactos en el lago de los cisnes ¿pero que había con ello? Todos esos recuerdos eran imágenes en su mente, ni siquiera eran recuerdos con sonido alguno, eran como una película muda.
«Ni siquiera sé si son recuerdos reales». Pensó Dominic respirando aire fresco.
Conforme avanzaba por la acera, su mente se movía rápidamente, era como si intentara rehacer un rompecabezas, una reconstrucción que ocasionaba pulsadas en la mente de Dominic, pulsadas dolorosas que lo hacían cerrar los ojos.
Su apartamento apareció a su vista cuarenta y siete minutos después de que los pensamientos fluyeran, anhelaba llegar a su hogar, beber un café cargado sin azúcar y dormir hasta que el dolor en su cabeza desapareciera. Subió por el elevador con el dolor taladrando más y más, al abrirse las puertas el gato de la vecina se dejó ir hacia él, enredándose entre sus piernas e impidiendo que avanzara con rapidez a su puerta. Dominic intento alejarlo con un pequeño empujón nervioso, pero esto no sirvió de nada, el gato estaba acostumbrado a jugar con Dominic cada que este llegaba del estudio. Pero esta vez Dominic no quería jugar, solo quería encerrarse en su apartamento. Intento caminar levantando los pies mas alto de lo normal para que el gato no lo agarrase, pero tropezó con el cuerpo de este y cayó al piso en un sonido sordo.
«Mata a ese gato».
Dominic se levantó del piso y sin pensarlo tomo al gato de su cuello, este protesto encajando sus garrar en el brazo de su agresor, pero a Dominic no le importo, camino hasta su puerta y la abrió con violencia. Sentía la sangre escurrir por su antebrazo. Sin esperar nada corrió a la cocina, tomo un cuchillo con su mano libre y lo encajo casi inmediatamente en el dorso del gato, haciendo que este le dejara de aruñar. La sangre del gato comenzó a derramarse en el suelo, pero este seguía vivo, por lo que con la mano que tenía sujeta al gato tomo la cabeza y lo azoto en la pared fuertemente hasta que dejo de maullar. Al verlo dejo caer el cadáver de forma indiferente y fue al lavabo del baño a limpiarse, no entendía por qué, pero le ardía, su brazo estaba lleno de sangre al igual que su camisa, era sangre de él y del gato, tenía en su brazo aruños profundos, pero no le importaba.
Observaba sigilosamente como el agua se teñía de rojo, Dominic estaba dormido con los ojos abiertos, después de haber matado al gato una sensación de placer se había apoderado de todo su ser. Fue entonces que recordó algo.
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