III
Después del nombramiento Toumas les dijo a los tres protagonistas que sus ensayos serian a las ocho de la mañana, de lunes a sábado en el escenario principal. Satisfecho Dominic tomo sus cosas retirándose del lugar y de todas esas terribles miradas.
Tres semanas después Dominic ya dominaba todos sus pasos, sin embargo, sentía que algo le faltaba. Los mareos lo frenaban muchas veces y temía que la descoordinación, que recientemente comenzaba a percibir, creciera y le hiciera fallar en una parte importante de sus solos.
Iniciando la cuarta semana Dominic se vio azotado por un malestar estomacal que le hizo abandonar el estudio una vez terminada su parte.
En el camino hacia la salida decidió que el nudo en su estómago se estaba deshaciendo y necesitaba vomitar por lo que hizo una parada en el baño; al llegar se dirigió a un cubículo y se deshizo de toda la ansiedad y nerviosismo que tenía con una descarga potente de líquido caliente que emergió de su estómago hasta su boca, para finalmente terminar en el WC.
- ¡Dominic! ¿Estás bien?
Una voz desconocida retumbo en el baño. Dominic agachado en el retrete se levantó preocupado
- ¿Quién es? - pregunto sin salir del cubículo.
-Soy José. Te vi corriendo al baño ¿Estas bien?
Dominic salió del cubículo y miro a José recargado en los lavamanos.
- ¿Por qué habría de importarte? Eres nuevo y no sabes nada de mí. ¿Acaso me seguías?
-Perdona... eh intentado acercarme a ti, pero... ¡Dios! Has cambiado tanto.
Dominic miro a José y le dedico un gesto de duda y fastidio.
-Dominic... ¿No me recuerdas?
La voz de José comenzaba a parecer angustiada al igual que su mirada.
- ¿De qué hablas? Nunca te he visto.
Dominic comenzaba a tener miedo. Algo dentro de él le decía que si lo conocía. Sus manos comenzaban a sudar y sentía dentro una ansiedad creciente.
Había notado las miradas de José en todas esas semanas. Durante ese lapso Dominic pensó que le veía con envidia, por lo que decidió ignorarlo, pero en su mente un pensamiento se encendía cada vez que sus miradas se cruzaban, y era el de tener cuidado; José podía resultar peligroso.
-Dorbent, Texas. Dominic te conocí en la compañía de Orlando Goolks- José intento acercarse a Dominic, pero este se alejó a tiempo para que no lo agarrase-. Huiste de la cuidad, después de...
-¡No mientas! - lo interrumpió Dominic- No te vuelvas a acercar a mí.
Sin mirar los ojos negros de José, Dominic salió del baño con rapidez, no freno su paso hasta que estuvo afuera del teatro.
Se detuvo antes de cruzar la calle dándose cuenta de que estaba llorando.
- ¿Qué mierda está pasando? - murmuro mientras secaba sus lágrimas bruscamente -. ¿Quién eres Dominic?
«Un asesino». Hablo una voz en la profundidad de los pensamientos de Dominic, pero fue ignorado por el miedo que estaba sintiendo.
Deja de mentirte...
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