🌹9. Un novio en fase de prueba🌹
—¿Qué pasa contigo? ¿Cómo puedes querer ocultar a los tipos que se atrevieron a lastimarte? Cuando los encuentre...
—Ese no es el problema ahora. —Min Ji lo interrumpió.
«Además me caí por mi cuenta cuando estaba casi en el suelo, no puedo decirle eso. Es muy vergonzoso»—pensó mientras lo tenía en frente.
El principal objetivo de Min Ji era ir por su celular y buscar a Suho, pero encontrarse con Jun Pyo era una buena oportunidad para preguntarle sobre la tarjeta roja que tenía Jandi.
—Te diré como se veían después. Ahora sirve de algo y ayúdame a llegar hasta mi casillero —le pidió Min Ji queriendo llegar a la espalda de Jun Pyo para montarse sobre él y usarlo como un caballo.
—¿Qué crees que haces?
—Necesito hablar contigo, pero primero quiero saber si Suho esta bien, vayamos por mi celular y luego hablamos —le explicó mientras todavía intentaba subirse sobre él.
—No, no ves que estas gravemente herida. Vamos a un hospital —le propuso Jun Pyo tomando las rodillas de Min Ji y luego su espalda la llevo cargada en brazos pese a las quejas que ella le lanzaba.
Min Ji no quería ir a un hospital, necesitaba saber que Suho estaba bien, pero también sabía que le sería difícil escapar de Jun Pyo así que decidió pedirle ir a la enfermería de la escuela en su lugar. Antes que nada planeaba preguntarle sobre la tarjeta roja que le dieron a Jandi, sin embargo una pregunta más invadía su mente. ¿Por qué Jun Pyo apareció en la escuela cuando se suponía que tenía un permiso para faltar?
—Te lo explique en un mensaje ¿No lo leíste? —preguntó Jun Pyo durante el camino.
—No pude, ya te dije que lo deje en mi casillero. Debía haber escuchado a Suho y llevarlo siempre conmigo —suspiro Min Ji por la frustración.
—Espero que con eso te refieras a tu celular y no a tu amigo —replicó Jun Pyo entre serio y queriendo bromear con ella.
—Muy gracioso, bueno ya casi llegamos, es un alivio que no haya estudiantes cerca me moría de vergüenza si me ven contigo —suspiro antes de tiempo.
—Es verdad. Espera. —Jun Pyo volteo y activo una alarma contra incendios para hacer salir a todos de sus aulas y que pudieran verlo junto a Min Ji.
—¿Qué haces? ¿Estás loco?
Min Ji intento bajarse de Jun Pyo, pero no podía hacerlo por el dolor en su tobillo, así que solo se cubrió la cara mientras él seguía hablando. Ella creía que lo hacía solo para avergonzarla, pero cuando lo escuchó pudo cambiar de opinión.
—Tenía planeado hacer esto de otra forma, pero ya no importa. No quiero que algo como esto te vuelva a pasar —susurró ante ella para luego llamar la atención de toda la escuela, que salieron alarmados por el sonido que provocó—. ¡Escuchen! Desde ahora deben tener en claro que esta chica es mía, quien se atreva a hacer algo en su contra se las verá conmigo así que no se los recomiendo.
Jun Pyo terminó de hablar y siguió el camino hacia la enfermería, una vez ahí de nuevo renegó porque la enfermera se había tomado un descanso para almorzar. Mientras tanto ambos tenían tiempo para hablar, esta vez Min Ji le preguntaría sobre la tarjeta roja de los F4 y las razones que tenía para dársela a Jandi. Todo eso era muy confuso para ella, pues al principio creyó que Jun Pyo lo hacía para vengarse porque lo rechazo en su última confesión, la vez que Jun Pyo la invitó a visitar su casa.
—¿Rechazo? Pensé que estábamos saliendo —preguntó Jun Pyo molesto por la idea de haberse enredado confundiendo las cosas y cometiendo varios errores.
—Saliendo en un período de prueba, quizá eso te molesto y quisiste molestarme con mi única amiga en la escuela —replicó Min Ji aunque realmente no lo veía capaz de hacer tal cosa.
—No es mi forma de actuar, ya me conoces.
—Lo sé, es por eso que me pareció tan raro. Pero entonces, ¿cómo sucedió?, ¿no eres tú quien se encarga de las tarjetas? Después de todo eres su líder.
—Estuve algo ocupado. No les pregunte que planteaban hacer, quizá ofendió a uno de nosotros sin que te dieras cuenta —supuso Jun Pyo tratando de encontrar una razón por la que los demás F4 pudieron decidir darle la tarjeta a una estudiante sin haberle por lo menos informado a él.
—Eso es imposible —aseguró Min Ji recostándose en el respaldar de la camilla.
—Pero te digo que no fue mi culpa. —Jun Pyo la ayudó colocándole una almohada en su espalda.
—Ya sé, llama a tus amigos. Solo sabremos si se los preguntas directamente —propuso Min Ji esperando que Jun Pyo sacará su celular, planeaba tomarlo desprevenido para luego hablarle a Suho.
—Eso haré —dijo Jun Pyo.
Él casi cae en la trampa, pero antes de sacar su móvil volvió a dirigir la mirada hacia Min Ji y pensó en imponerle una condición. Ella aún estaba herida, pero le seguía preocupando más la seguridad de otra persona que la suya, eso le molestaba a Jun Pyo que no pudo contenerse para demostrarle que debía cuidar más ella misma primero.
—Los llamaré cuando estemos en el hospital —aseguró queriendo volver a cargarla para sacarla de la enfermería.
—¿Qué? ¡No quiero! —protestó Min Ji alejándose de él de inmediato.
Ella se levantó medio cojeando y se quedo en otro lado de la camilla para que no la alcanzará. Jun Pyo que no quería que ella se lastimara más de lo que ya estaba, no la siguió y en su lugar pensó en decirle directamente lo que quería que ella hiciera.
—Debo llevarte al hospital privado para que vean tu lesión ahora mismo. Desde ahí llamaré a los demás y resolveremos este asunto. Las clases ya casi terminan, seguro que Kang te buscará después de la escuela. Me contactare con él de inmediato y si tanto te preocupa enviaré a alguien a buscarlo ahora mismo por la escuela, pero por ahora vayamos a que te examinen —explicó Jun Pyo a Min Ji rápidamente quedándose a una distancia segura de ella y así impedir que siguiera forzándose a caminar.
—¿Hablas en serio? —Min Ji aún seguía desconfiada, pero empezaba a ceder al acercarse de nuevo hacia él—. De acuerdo, te seguiré, pero esta vez llévame en tu espalda—propuso y de inmediato extendió sus brazos hacia él esperando que la ayudará.
—¿Otra vez con eso?
—Por favor. —Min Ji puso ojos tiernos para que él aceptará.
—Está bien, vamos. —Jun Pyo accedió y se puso de espaldas hacia ella para que pudiera subirse.
Min Ji paso sus brazos por el cuello de Jun Pyo y lo abrazo de ese modo, mientras que Jun Pyo tomó las rodillas de Min Ji con cuidado para sostenerla y recargar el peso del cuerpo de la chica sobre su espalda.
Ambos salieron de la enfermería de la escuela y llegaron al auto de Jun Pyo que lo esperaba fuera de esta. Jun Pyo ordenó ir al hospital privado más cercano que manejará o que tuviera convenios con su familia. Una vez ahí se encargó de que Min Ji recibiera la mejor atención de todo el lugar, con un cuarto privado y seguridad contratada para prevenir cualquier incidente que pudiera producirse. Él seguía algo nervioso por como la encontró y nadie le quitaba la idea de vengarse de quienes la lastimaron de la cabeza. Aun si Min Ji no le había dicho de quienes se trataba, él tenía los medios para averiguarlo y dar con los responsables para hacerlos pagar de la peor manera posible.
—¿En qué piensas? —le preguntó ella, una vez que le pusieron el yeso y ya podía moverse con mayor facilidad por su cuenta usando las muletas.
—Nada importante ¿Y tú qué haces levantada? El doctor te ordenó reposo inmediato —la regaño Jun Pyo enviándola nuevamente a la cama para que por lo menos se sentará y dejará de dar saltos imprudentes por todo el lugar.
—No seas tan rígido. Solo tuve algo parecido a un esguince, dijeron que no era nada y casi no fue necesario el yeso, pero tú insistías en el descanso y en que me lo pusieran esta cosa para que no moviera demasiado el pie —se quejó señalando su pie con la nueva bota blanca que había adquirido.
—Es porque te conozco y sé que no estarás tranquila como dices. Si te dejo sin el yeso es probable que pierdas el pie más adelante —le advirtió en forma de amenaza exagerando considerablemente la situación.
—¿Estás bromeando cierto? —preguntó Min Ji que no sabía si creerle o no. Después de todo si que le había dolido el pie horrores durante el trayecto al hospital.
—Sí, pero quizá no. Hablaré con los chicos. Tú solo vuelve y descansa —le pidió dejándola en la habitación y cerrando la puerta al salir a los pasillo.
Jun Pyo se contacto primero con Ji Jeong y luego con Woo Bin, ambos habían estado con él durante el día para preparar una sorpresa especial con la que planeaba acercarse más al corazón de Min Ji, por lo que sabia que no tenían nada que ver el asunto de la tarjeta roja para Geum Jandi, aun así les preguntó si sabían algo. Cuando ellos se negaron, entre los tres acordaron a buscar al único F4 que permaneció en la escuela ese día y que también podría saber que sucedió en realidad.
Ji Hoo era el más buscado en ese momento, él aun no lo sabía. Todavía estaba pensativo por haber encontrado a Jandi en tal estado, llena de harina y huevos, en las escaleras de emergencia del colegio. Pensó que Jun Pyo le había dado una tarjeta roja porque la consideró peligrosa al acercarse demasiado a Min Ji, que ahora era su novia, pero no entendía porque Jandi pensaba que fue él quien le dio la orden a los F4 de ponerle una tarjeta roja.
—No me pienso disculpar por lo que dije. Si me condenan por decir lo que pienso no me importa. Seguiré fiel a mí misma —le dijo Jandi cuando se encontró con ella después del accidente con la harina.
—No entiendo a qué te refieres —confesó Ji Hoo extendiéndole un pañuelo y ayudándola a limpiarse la cara un poco.
—Lo que ustedes hicieron, me pusieron una de esas cosas rojas esta mañana en mi casillero. ¿No es por lo que grite la vez pasada en este lugar? —le preguntó Jandi más calmada pues estaba confundida por la amabilidad que el chico le demostraba.
—Así que tú eres de quien todos estaban hablando. No se lo que estás pensando, pero lo que dijiste aquella vez nadie más que yo lo sabe.
—Sino es eso ¿Entonces qué es? —se preguntó Jandi confundida.
✿✿✿
Jun Pyo ordenó localizar a Ji Hoo lo antes posible y envió a alguien a la escuela también para averiguar qué fue lo que realidad estaba pasando. Mientras tanto Min Ji se desesperaba por respuestas, después de todo nunca fue buena teniendo paciencia. Ella salió de su habitación con las muletas para buscar a Jun Pyo en los pasillos y preguntarle si ya sabía quien fue el responsable de lo que ocurrió con Jandi.
—¡Jun Pyo! Dijiste que me ayudarías a saber quien fue el culpable cuando estuviéramos aquí. ¿Dónde rayos te metiste? —gritó en medio de los pasillos, pero nadie se atrevía a callarla y menos cuando se la veía tan furiosa.
—¡Boba! Te dije que esperes dentro ¿Por qué estas caminando cuando tu pie está así de mal? —replicó Jun Pyo colgando inmediatamente la llamada que hacia para enviar a más personal a la escuela.
—¡Cállate chico brócoli! Quiero saber que sucederá con mi amiga —exigió Min Ji acercándose cada más a él con las muletas.
—¡Qué necia eres! Ya te dije que lo resolvería ¿o no? Podrías tenerme más confianza. —Jun Pyo se levantó del asiento en donde estaba y se dirigió hasta ella.
—No sé si debo hacerlo... —susurró Min Ji antes de tropezar con las muletas.
—¡Cuidado! —Jun Pyo se apresuró hacia ella.
Min Ji estaba apuntó de caer contra el duro piso de cerámica del hospital en donde se encontraba, cerró los ojos esperando el dolor inminente que sentiría, sin embargo, pasaron varios segundos y nada. Min Ji abrió lentamente los ojos y se encontró con que Jun Pyo amortiguo su caída; de pronto la idea de que él fuera mejor que un arbusto para sostenerla le pareció gracioso y se comenzó a reír.
—Casi te lastimaste de nuevo —quiso regañarla Jun Pyo—. ¿Por qué te estás riendo? ¿Es tan divertido que me preocupe por ti? —le cuestionó.
—No es eso. Solo pensaba que de haber tendido a tu cabezota de brócoli cerca, no me habría hecho daño antes —confesó Min Ji sin darse cuenta, aunque Jun Pyo estaba demasiado ocupado observándola como para notar lo último que dijo.
Jun Pyo que aun la tenía encima no pudo evitar contagiarse de esa risa y de un momento al otro ambos se encontraron riendo juntos. Él la cargo nuevamente y la llevo a su habitación, le pidió que descansará, pero ella era más necia que él. Min Ji le pidió su celular prestado y Jun Pyo accedió en el fondo sabía que no podría ganar en esa discusión. Min Ji tenía demasiada urgencia por saber de Suho y se sabía su número de memoria así que lo llamó de inmediato después de tener el móvil en sus manos.
—Aló —se escuchó al otro lado de la línea la voz del chico y Min Ji por fin puedo suspirar aliviada.
—Suho soy yo ¿cómo estás?, ¿no te paso nada? Jandi fue atacada y como estabas con ella pensé que te habían encerrado igual que a mí —de nuevo Min Ji dijo más de cuenta en medio de su preocupación por él.
—¿Te encerraron? Te dije que me contactarás si algo se veía sospechoso. ¿Dónde estás ahora? ¿Y porqué usas otro número para llamarme? —le interrogó.
—No te preocupes por esos detalles, estoy bien. Mañana nos veremos en la escuela. —Min Ji trato de persuadirlo.
—Estamos en el hospital del centro de la ciudad —gritó Jun Pyo que estaba escuchando todo junto a ella.
—¿Hospital? ¿Qué fue lo que pasó? —Suho volvió a preguntar notablemente preocupado.
—¡Jun Pyo esta me la pagas! —le advirtió Min Ji tapando él auricular con una de sus manos, pero era claro que Suho aun podía oírlos—. No es nada serio, en unos días me podré quitar el yeso y...
—¿Yeso? Olvídalo iré a verte enseguida —propuso pidiendo que le enviará la dirección exacta y el número de su habitación.
—No es necesario, más bien dime que sucedió ¿por qué dejaste sola a Jandi?, los bastardos esos ¿te hicieron algo?
—No es lo que piensas, tuve que salir a una reunión de emergencia del equipo de natación y Jandi prometió que estaría bien sola. Esa chica es testaruda igual que tú, aunque le pedí que mejor regresará a su casa por lo que restaba del día no quiso hacerlo —explicó Suho y, aunque había algo de mentira en sus palabras, para Min Ji todo lo que él decía tenía sentido.
—Entiendo, de todos modos me alegra que estés bien. No te preocupes por mí, mañana estaré en la escuela como siempre. —Min Ji le resto importancia a su lesión y sonaba más animada después de saber que su mejor amigo se encontraba a salvo.
—Claro, entonces nos vemos. Ah, por cierto ¿puedes darme el número de tu habitación? Te enviaré un pastel de lúcuma y algunas galletas rellenas del mismo sabor, apuesto que te recuperas más rápido comiendo algunos dulces.
—En serio, gracias. Estoy en la habitación ciento treinta y seis. No te olvides de enviar una bebida y muchas galletas de distintas formas. No tardes mucho, has el pedido ahora. —Min Ji volvió a nublar su mente por los dulces, aunque de cierta forma ya no tenía que preocuparse de mucho.
—Claro, ahora mismo hago el pedido a tu pastelería favorita. Nos vemos mañana —se despidió Suho primero.
—Sí, hasta mañana. —Min Ji fue la siguiente en cortar la llamada.
Una vez que Suho escuchó el tono de espera aparecer nuevamente después de que Min Ji colgará, volteó a ver a los estudiantes que tenía enfrente. La mirada del chico que desde pequeño fue tan débil era indescriptible, después de haber crecido unos años sé podía decir que no quedaba nada de las debilidades pasadas que tenía de niño. Después de todo su familia y en especial su madre se habían esmerado en convertirlo en el heredero perfecto. Amable y leal con sus amigos, pero inquebrantable y sin piedad contra quienes se oponen a él o dañan a sus seres queridos.
—¿Escucharon? Ella está lastimada. Incluso deberá llevar un yeso. No imaginan lo doloroso que eso puede ser para una chica tan enérgica como ella —habló Suho frente a los culpables de lastimar tanto a Jandi como a Min Ji.
—No fue nuestra culpa, solo la encerramos, pero usted pudo rescatarla y no lo hizo —se excusó uno de ellos ganándose la mirada de frustración de sus demás compañeros arrodillados a su lado.
—¿Eres idiota? ¿Cómo puedes decir algo como eso?
—Imbécil, nos condenaras a todos —susurraban sus cómplices junto a él.
—Tienes razón —respondió Suho finalmente—. Y no sabes como me aborrezco por haber tenido que ver en ello, aunque fue indirectamente también soy culpable —Suho se veía enfadado consigo mismo.
—Eso es, usted también es culpable igual que nosotros, ahora déjenos ir por fa...—pidió uno de ellos y Suho lo calló de un solo golpe a su mandíbula.
—¡Qué tontos! ¿Cómo se les ocurre compararme con ustedes? —cuestionó sin esperar realmente una respuesta—. Ya es suficiente de charla. Deberían saber que si yo me siento mal por lo ocurrido, ustedes deberían sentir cien veces más un dolor mucho peor al mío y ni siquiera con eso expirarían sus pecados, pero bueno podemos intentar ¿no creen?
—No, por favor perdónanos.
—No era nuestra intención hacer daño a la señorita Min Ji.
—Es verdad, todo lo hicimos fue para destruir a Jun Pyo que es a quien odiamos.
Se excusaron y si por un momento Suho dudo en castigarlos, se odio al instante por el solo hecho de pensar en usar a esas personas para atacar a Jun Pyo, porque ese sería un método sucio que él jamás usaría contra un adversario. Suho eliminó ese pensamiento y procedió a darles su merecido castigo a los culpables, para que de esa forma supieran que no solo Jun Pyo protegía a Min Ji y nadie que se metiera con ella podría salir bien librado.
✿✿✿
—Los pasteles llegaron señorita Oh Min Ji —le aviso una de las enfermeras haciendo pasar un carrito con las meriendas que Suho le había enviado.
—Genial, Suho es el mejor pidió de todo. —Min Ji se emocionó al ver todos los dulces de sabor a lúcuma, que su mejor amigo le había enviado.
—Yo también puedo hacerlo. —Jun Pyo chasqueo sus dedos y de inmediato entraron más carritos con postres de distintos sabores para Min Ji.
—Impresionante —reconoció ella—. Pero me quedo con estos —afirmó señalando el carrito con los dulces de Suho.
—¿Qué? ¿Pero por qué? —protestó Jun Pyo—. Conseguí estos dulces de alta calidad para ti, pero prefieres esas baratijas.
—No siempre se trata del dinero, a veces es la persona quien te los da —dijo ella dándole la primera mordida a una de las galletas—. Y también puede ser el sabor que es mi favorito. Amo la lúcuma —añadió pensando en no herir demasiado el ego de Jun Pyo, pues de otro modo no podría seguir con su plan de conquistarlo.
—Ya lo sabía —mintió él y se dirigió a sus carritos rápidamente para buscar un postre de ese sabor entre los que compró—. Estoy seguro de que ordené uno de lúcuma, debe estar por aquí. Será el mejor pastel que hayas comido en tu vida —prometió dispuesto a encontrarlo entre la pila de postres que había ordenado.
—Claro, cómo digas. Solo avísame cuando lo encuentres —sonrió Min Ji sin dejar de comer las galletas y manjares de su mesa.
Mientras tanto, Yi Jeong fue el primero en dar con Ji Hoo en su casa, realmente no es que él se estuviera escondiendo simplemente habían sucedido muchas cosas por las que era difícil ubicarlo. Algunas cómo por ejemplo haber dejado su teléfono celular en la biblioteca de la escuela, en donde se quedo dormido medio día o no haber configurado de manera correcta el buzón de voz del teléfono en su casa. De todos modos Yi Jeong pudo dar con Ji Hoo y preguntarle por todo el alboroto que hubo en la escuela ese mismo día.
—No sé nada sobre la tarjeta roja, ¿acaso no fue Jun Pyo quién estuvo a cargo de eso todo este tiempo? —preguntó realmente confundido por la situación.
—Cómo lo sospechaba, hay alguien más detrás de todo esto —afirmó Yi Jeong armando las piezas del rompecabezas poco a poco.
—¿No es posible qué Jun Pyo se enterará de lo que esa chica Jandi dijo sobre él?
—No le hubiera importado, no es un secreto que muchos odian a Jun Pyo y a nosotros por pertenecer a F4. Pero todos respetan nuestra posición, no es posible que algo tan simple como una chica gritando que nos odia, lo haya enfadado —concluyó rápidamente.
—Además es menos probable porque se trata de una amiga de su novia. Y Jun Pyo está con ella justo ahora tratando de desvanecer cualquier sospecha en su contra. Él no hubiera sonado tan preocupado de haber sido quien le dio la tarjeta roja, sin decirnos nada y como venganza es absurdo que quisiera meterse en líos cuando estaba haciendo lo posible por conquistar a Min Ji —dijo Woo Bin llegando a la escena en casa de Ji Hoo.
—¿Cómo entraste tan rápido? —preguntó Yi Jeong al verlo aparecer de la nada.
—¿Lo olvidaste? Él suele dejar una copia de la llave debajo de la alfombra, lo hace desde que olvido la suya en la escuela secundaria —le recordó Woo Bin lanzándole la copia de la llave en las manos a Ji Hoo.
—Claro, debí suponerlo. En fin, los tres estamos de acuerdo en que Jun Pyo no está involucrado en esto ni por accidente y si ninguno de nosotros le dio esa tarjeta roja a la amiga de Min Ji, entonces solo nos queda una opción —concluyó Yi Jeong sabiendo que los tres pensaban en lo mismo.
Al día siguiente, Min Ji fue dada de alta del hospital y fue inmediatamente a la su casa para prepararse para la escuela. Los sirvientes de su casa se preocuparon al verla entrar con Jun Pyo muy temprano por la mañana, pero ella les explicó lo sucedido pidiendo que guardarán el secreto de su lesión y que había sido Jun Pyo quien había cuidado de ella toda la noche mientras se recuperaba. Fue muy conveniente que sus padres estuvieran de viaje de negocios, así no tenía que darles explicaciones hasta que regresarán.
Al terminar de alistarse ambos salieron a la escuela. Min Ji llevaba ropa nueva, pero Jun Pyo tuvo que conformarse con ir como estaba vestido el día anterior. Él podía haber pedido que sus sirvientes le llevarán un nuevo juego de ropa o ir directamente a su mansión, pero prefirió no perder de vista a Min Ji ni por segundo. Pues él sabía mejor que nadie lo imprudente que podía llegar a ser la chica que le gustaba y más en ese momento con su lesión era peligroso dejarla por su cuenta.
—¿Estás seguro qué no te sientes incómodo con la misma ropa? —le preguntó Min Ji una vez que estuvieron en su auto de camino a la escuela.
—No pasa nada —aseguró Jun Pyo y se recostó sobre el hombro de Min Ji.
—Oye ¿qué haces? —se quejó ella al sentir la cabeza del chico tan cerca.
—Estoy cansado. Te vigile toda la noche, solo déjame dormir por unos minutos en lo que llegamos a la escuela —pidió sin querer moverse de su lado.
—Nadie te pidió que hicieras eso —suspiro Min Ji un poquito incómoda.
«Pero te quedaste despierto por mi culpa»—pensó ella sintiéndose responsable.
—De acuerdo, solo por está vez lo permitiré —aceptó y lo acomodó a su lado de forma que Jun Pyo pudiera usar uno de sus hombros como almohada.
Jun Pyo en realidad no estaba tan cansado, desde pequeño tenía que hacer trabajos hasta muy tarde y desvelarse una noche no era ningún problema para él. De cualquier modo planeaba aprovechar la oportunidad de estar al lado de la chica que le gastaba y cada tanto abría los ojos disimuladamente para observar su expresión por medio del espejo retrovisor del auto.
Cuando llegaron a la escuela los demás F4 los esperaban, ellos habían reunido la información y dado con el paradero de los responsables por el accidente de Min Ji y Jandi, sin embargo había algo más que les llamó la atención.
—¿Todos están detenidos y con condenas en curso? —preguntó Min Ji muy sorprendida de irlo.
—Así es, pero lo más extraño es que todo sucedido anoche. Fueron arrestados y encarcelados en tiempo récord —explicó Yi Jeong entregándole los documentos oficiales con los informes a Jun Pyo.
—Tenían cargos desde pertenecer a bandas criminales callejeras hasta por robar cosas pequeñas a los estudiantes de Shinhwa. Eran unas verdaderas joyitas—dijo Woo Bin antes de que Jun Pyo interviniera.
—¿No quedó ni uno solo de ellos libre? —preguntó para cerciorarse luego de leer algunas páginas y ver las caras de los culpables.
—No ya te lo dije, todos fueron apresados, incluso las dos chicas que los ayudaron. Ya tramitamos sus expulsiones definitivas de la escuela y la restricciones se extendió a sus familiares, así que no hay peligro de que puedan volver o siquiera piensen en vengarse.
—Bien ¿Y qué pasó con Ji Hoo?
—Él está como siempre, después de que nos enteramos que ellos también fueron quienes implantaron una falsa tarjeta roja para molestar a esa chica dejó de interesarse en el tema y volvió a ir por ahí como de costumbre —le contó Yi Jeong en resumen.
—Me alegra que esto este resultó. De este modo Jandi estará a salvo —suspiro Min Ji aliviada de una vez por todas.
—No tan rápido —la frenó Yi Jeong—. La tarjeta puede ser falsa, pero toda la escuela sigue creyendo que es verdadera —le recordó.
—Pero ustedes se encargarán de desmentir todo ese asunto. ¿No es así Jun Pyo? —preguntó poniendo ojos tiernos él nuevamente.
—Por supuesto... —Jun Pyo aceptó a la primera, pero sus amigos lo callaron rápidamente.
—Puede ser, pero ¿No sería justo recibir algo a cambio? ¿Qué opinas Jun Pyo? Después de todo esto sería como hacerle un favor a un desconocido para nosotros. No crees bro —apoyó Woo Bin pensando en pedir algo a cambio de limpiar el nombre de Jandi ante la escuela.
—No es una desconocida, es mi amiga —replicó Min Ji molesta por lo que los F4 estaban tratando de insinuar.
—Por supuesto, pero para nosotros no es más que una desconocida. Puedes tener el voto de Jun Pyo ya ganado, pero si quieres que todos nosotros desmintamos lo de la tarjeta roja deberías hacer algo a cambio —le propuso Yi Jeong.
—No hace falta, con que Jun Pyo este de mi lado es suficiente.
Min Ji sabía que podría pedirle a Jun Pyo que convenciera a sus amigos. Aunque tampoco quería obligarlos hacer algo que no querían cuando se mostraban tan engreídos para ayudarla.
—¡Qué tierna! Pero piénsalo bien, no quieres que se creen más rumores sobre tu amiga no es así ¿no sería mejor tener el apoyo de todo los miembros de los F4? —le cuestionó Woo Bin queriendo provocarla.
—Bien, digamos que aceptó ¿Qué se supone que quieren a cambio? —les preguntó Min Ji sin imaginar lo que pedirían.
Continuará...
🌹Hola,
Muchas gracias por leer.💖
El capítulo de hoy va dedicado especialmente para una lectora, que estuvo leyendo, votando y comentando desde el comienzo de la historia.💖 Muchísimas gracias por leer, espero que te siga gustando la historia en el futuro, tus comentarios me alegran muchísimo💖😘💖
Y también quería dejarles aquí una pequeña encuesta para saber sobre que desearían que tratará el próximo especial que publicaré en abril.💖
Las opciones son:
1) Infancia (La relación de Jun Pyo y Min Ji de niños)
2) Niñez (Jun Pyo y Min Ji de 10-13 años)
3) Adolescencia (Jun Pyo y Min Ji de 14-16 años)
Para votar solo dejen un corazón ❤o el emoji que más les guste. 💖
Esta encuesta también la estoy haciendo por mi Instagram, si desean votar y que sus votos valgan el doble pueden encontrarme como GlendyLinetVC💖 Estaré sumando los votos que hayan tanto por aquí como por Instagram y luego daré los resultados la siguiente semana. Desde ya muchísimas gracias por su participación en esta pequeña dinámica💖
Aclaro que en la historia actual, Min Ji tiene 18 años y Jun Pyo 19 años, esto debido a una investigación que hice sobre la edad que tendrían estudiantes del último año de preparatoria en Corea del Sur.🇰🇷💖
Hasta pronto.💖🌹
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