Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo único: Solo eres un espectador

Clasificación: Mayores de 18 años
Género: Erótico.
Advertencias: Lemon. Parafilias (No me hago responsable de posibles traumas).

Por: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Era un poco tarde cuando miras tu reloj y te das cuenta que van a dar las ocho de la noche, maldices interna y externamente a tu mejor amiga, quien se tuvo que ir desde las tres. Chasqueas la lengua con fastidio al recordar su expresión de perrito abandonado bajo la lluvia, mientras te pedía el favor del siglo: resulta que te ha encargado todo su trabajo pendiente. ¡Es una puta montaña de expedientes que clasificar y archivar! Lo peor de todo, es que crees que no puedes dejar nada pendiente porque el jefe te lo ha pedido. Aquel hombre alto, guapo e imponente te inspira el respeto suficiente como para quedarte a hacer horas extras y terminar todo lo que tienes sobre tu escritorio.

Claro que después de permanecer más de ocho horas sentada necesitas estirarte, por lo que te recargas en la silla no sabiendo si sentirte aburrida o molesta por hacer algo que no te toca. Lo meditas durante unos instantes antes de sentirte frustrada; comienzas a visualizarte frente al televisor con algo para picar en compañía de tu gato. Oh, tu amado gato, es el único que te extraña en casa, solo por él sales a trabajar... ¡Vaya vida!

Inhalas y exhalas con la clara intención de arrojar el teclado contra la pantalla, (la cual has decidido apagar en un arranque de molestia) pero te contienes por si aun hay alguien igual de loco que tú trabajando horas extras. Simplemente no quieres asustar a nadie, mucho menos que te digan algo por hacer tremendo alboroto en la oficina.

Suspiras pesadamente y en un intento por distraerte te levantas yendo hacia la maquinita de jugos. No tardas ni diez minutos pero, ha sido el tiempo suficiente para darte el valor necesario para volver a tus labores. Estas inspirada, pero un leve portazo te saca de tus pensamientos e instintivamente te escondes tras el ordenador, rogando que no te vean como si estuvieras haciendo algo malo. ¡Todo lo que haces es trabajar! Aun así contienes la respiración cuando vez salir de su oficina a tu jefe, de quien no tenias ni la más mínima idea de que seguía ahí.

Itachi Uchiha, aquel hombre malditamente sexy, peligroso y sensual por el que todas las mujeres de la oficina suspira al verle pasar, pero claro que no es de extrañar, cualquier fémina con un poco de sentido común, babearía por él. Con su metro ochenta de altura; sus intrigantes ojos negros, que te hacen perderte en su enigmática mirada; su cuerpo de dios griego... perfecto, delicioso e intocable. Aunado a su seductora sonrisa ladina que te derrite, haciéndote sonreír como una completa idiota. Todo en conjunto con aquel porte y elegancia que no hace otra cosa más que enamorarte perdidamente, postrándote a sus pies; te derrites y humedeces de solo imaginarlo, cerca, muy cerca de ti.

Claro que a eso hay que sumarle el perfecto traje negro que porta, mismo que has arrancado con un salvajismo que ignorabas poseías, para después despojarlo con tus dientes de aquellos bóxer tan ceñidos a su cuerpo... todo en tus más perversos y ardientes sueños. En donde disfrutas recorrer esa blanca piel con tus manos al momento en que te empotra contra la pared, haciéndote jadear y gemir del más puro placer con cada potente estocada: salvaje, brutal y excitante; te hace llegar al séptimo cielo de Itachi Uchiha, de una forma que no creías posible.

Es más que claro que lo deseas, deseas tenerlo dentro de ti, llenándote por completo, que te diga cosas sucias al oído al momento de llevarte al más exquisito orgasmo... lástima que no te atreves ni a mirarlo de frente cuando está a unos escasos pasos de tu persona. Sin embargo eso no te impide disfrutar de su embriagante aroma cada que llega a pasar a tu lado, y aquella ronca y sensual voz es una caricia a tus sentidos.

Tragas saliva con dificultad, cuando has notado que tu respiración esta por demás agitada por el simple hecho de mirar ese perfecto cuerpo de Dios Griego, y te sientes una acosadora sosteniendo el teléfono con tus temblorosas manos, como toda una buena paparazzi. Una loca idea cruza por tu mente cuando sientes que aquella ráfaga de fotos no fue suficiente, pulsas el botón *grabar* en cuanto le has visto que comienza a estirarse para después aflojar el nudo de su corbata. Lo tienes a escasos tres metros de distancia y das gracias al cielo que has apagado la luz de la pequeña área donde te encuentras, ya que trabajas mejor a obscuras, aunque lo último que harías en estos momentos es ponerte a ordenar papeles. Sabes que necesitas un respiro y que mejor que "obtener una buena toma del perfecto Itachi Uchiha".

Es tan malditamente sexy, que incluso comienzas a fantasear con el momento en que llegas a casa, reproduces el video en tu pantalla de cincuenta pulgas y cierras los ojos comenzando a imaginar toda clase de guarradas con él. Te agradaría ser follada bien duro, no lo niegues, claro que un juego previo no estaría mal. Puedes poner chocolate y fresas sobre su cuerpo desnudo y deslizar tu lengua para limpiarlo. ¡Qué rico!

-Itachi. Creí que ya te habías ido.

Escuchas una gruesa e imponente voz, que por unos momentos te aterroriza y te ínsita a hacerte bolita en tu silla, te sientes pillada pese a que ni siquiera ha notado tu presencia, aun así pretendes mantenerte en tu escondite temporal, mirando cada tres segundos a ver si es que voltean y te incitan a salir, pero no pasa. Suspiras aliviada al saber que sigues a salvo, por lo que te mantienes atenta, ya que un poco de cotilleo nunca está de más, sobre todo si involucra a esos perfectos especímenes de hombre.

-Madara -pronuncia desinteresadamente Itachi y te obligas a recordar ¿Dónde diablos has oído ese nombre? Golpeándote mentalmente la frente al recordar que es el jefe de departamento de Sharingan Corp., algo así como el gerente general.

¡Huy! Eso suena importante... ¿y si Itachi está en problemas?

Los rumores dicen que es alguien de temer y su apariencia te hace creer que no mienten, dudas sobre si debes salir de tu supuesto escondite o permanecer callada un poco más de tiempo, eligiendo la segunda opción en cuanto tienes en la mira al tal Madara.

¡Santo cielo! Que también esta buenísimo. Solo hace falta ponerle una mordaza e ir por el látigo para poder disfrutar a ese perfecto ejemplar de hombre. Te sientes infiel por Itachi, pero nadie lo va a saber, solo tú y aquel sensual moreno, al cual esperas y le vayan bien los juegos de dominación-sumisión, aunque tu fantasía es ponerte un casuit y hacer el papel de dominatrix. Comienzas a fantasear con una escena en donde tienes al hombre desnudo y amarrado en tu cama, dispuesto a que le hagas lo que quieras y como quieras. Claro que al final una buena follada no estaría mal. ¿Te lo imaginas? Ni siquiera sabes cómo te gustaría el sexo con él, pero por su carácter no esperes que sea dulce, ni que te hable al oído para decirte palabras románticas y empalagosas.

Lo más seguro es que te empotre contra lo que tenga más cerca, puede ser una mesa, la pared o... la isleta de la cocina. Suena bien, tal vez luego te desgarre la ropa y te penetre sin preparación, haciéndote gemir sonoramente mientras comienza un fuerte vaivén, aprisionando tus caderas con sus grandes manos. Tranquila, que si te dice cosas sucias, créeme que lo disfrutaras más, aumentara tu libido, y jadearas extasiada, incluso ahora luces un poco agitada, y eso que solo lo estas imaginando.

Comienzas con tu larga lista mental de las posibles cosas que le arias a semejante espécimen, es entonces que te das cuenta que todos los jefes son malditamente sexys, agradeces el poder trabajar en un lugar así. Probablemente pronto des una visita rápida a todas las áreas para poder completar tu álbum de "tíos buenos", lástima que no serán fotos de ellos en bóxer ceñidos (lo cual sería más que genial), pero te conformas con aquellos trajes que portan y que resaltan esos suculentos traseros.

-Veo que aun no es muy tarde, Itachi... lo que me recuerda que he venido a cobrar lo que me debes.

-No sé de qué diablos hablas -responde intentando irse.

Dejas de lado tus sucias fantasías y te concentras en el par que tienes frente, volviendo a tomar tu celular para grabarlos, no es por lo que digan, después de todo no te interesan las cosas de trabajo. Suficiente tienes con el tuyo, y lo único que quieres es una buena toma de esos papacitos. Intrigada buscas un mejor ángulo para observar todo mejor, pero te asustas al ver a Madara tomar bruscamente del cuello de la camisa a Itachi. Crees que le va a golpear (rogando que no sea en la cara), pero contrario a todo lo que has pensado le besa con agresividad; con una pasión contenida que no creías posible.

Sus labios aprisionan fuertemente los de Itachi en un beso rudo, demandante y posesivo, uno que intenta demostrar quien tiene el control de la situación y pese a que el contacto lo inicio Madara, a los pocos segundos es Itachi el que sostiene del cuello al primero, intentando dominarlo, al grado de que ambos chocan contra el escritorio más cercano produciendo un sonido que ha retumbado por toda la oficina. Tus labios se separan al no creer lo que estás viendo, pero tu morbo es tan grande que sigues grabando aquella inusual escena.

Porque no hay nada mejor que dos hombres malditamente guapos besándose con salvajismo. Y es ahí cuando estas a punto de ponerle un altar a tu amiga por dejarte botado su trabajo; es verdad que fantaseas con ellos, pero tu lado fujoshi te dice que estas en el paraíso cuando vez como Madara succiona la lengua de Itachi antes de iniciar un nuevo beso, beso que catalogas como ultraje a su perfecta y sensual boca.

Claro que tu lado racional te desanima diciéndote que solo será un beso fogoso, con lengua y agasajo, pero tú quieres más y rezas para que mínimo se toquen ese lindo paquete que ambos portan entre las piernas. Entonces la duda más grande surge, ¿quién será el dominante en esa relación? Conoces a Itachi, su carácter serio e imponente, y aquella sensual voz te indican que es él quien la mete, después de todo ambos tienen la misma altura, sin embargo Madara se ve que hace más ejercicio, haciéndolo parecer más intimidante, pero como la experta fujoshi que eres, sabes que las apariencias engañan.

Sabemos que en ocasiones el seme puede parecer uke, claro que no hay que olvidar la versatilidad en las relaciones homosexuales, "dar y recibir" es todo un principio básico. Y aquella ronca voz deja en duda todo, por lo cual empiezas a sentir lástima por ese redondo y suculento trasero de Itachi. ¿Pero a quien le importa? ¡Duro contra el muro!

Te cubres la boca con una mano cuando estas a punto de gritar como loca fanática, pero yo te entiendo. ¡Madara le ha metido mano! Y gracias a tu moderno teléfono y al maravilloso zoom, puedes ver que fue dentro del bóxer. Santo cielo, la carita de Itachi es tan erótica mientras lo masturban, que ni siquiera en tus más húmedos sueños imaginaste que se vería así de apetecible, y verlo sonrojado casi logra que tengas un orgasmo sin siquiera haberte puesto un dedo encima, pero quien necesita de eso cuando tienes porno frente a ti, ¡y en vivo!

-Joder... aquí no idiota.

No, no, no ¡No! Aquí sí. ¡Aquí sí! Se te va el aliento y esperas que ese tal Madara sea tan atrevido y pervertido que se le antoje hacerlo ahí. ¡Venga, que es más excitante si crees que te van a pillar en cualquier momento! Solo tienen que imaginar que no estás ahí, de hecho aun no lo han notado, pero entonces tu mente hace clic... ¡Ellos ya lo han hecho en la oficina! No puede ser, y tu queriendo ir a tu casa para picar algo y estar con tu gato. ¡El gato puede esperar!

-Ayer no dijiste lo mismo, Itachi -vale madres... y tu ayer que saliste corriendo mientras gritabas que no te quedarías ni un segundo más-. Así que compórtate como la putita que eres y empieza a mamar.

Oh por Dios, no puede ser, ¡No puede ser! Contienes el grito ahogado mientras intentas que tu maldita mano deje de temblar y así poder gravar como Dios manda aquella escena tan caliente. ¡No zapatees! Sé que pido imposibles, pero ¡Madre mía! Ver a Itachi en plan pasivo tiene su lado morboso y excitante, sobre todo cuando Madara lo toma del cabello para obligarlo a que quede a la altura de su entrepierna y así poder hacer una felación decente, y aunque tenga esa expresión molesta, su mirada lujuriosa lo delata, ¡Quiere chupársela!

-Eres un bastardo.

-Pero soy el bastardo que te la mete y te hace gemir como una ramera.

¡No lo creo! Sé que estas igual que yo, pero por muy pinta de macho dominante que tiene Itachi, resulto ser el sumiso en una relación con Madara, y no puedes evitar formar una sonrisa pervertida en tus labios, mientras contemplas a tu imponente jefe, arrodillado con la entrepierna de Madara frente a su cara. Estas a punto de morir de un paro cardiaco, cuando ha sacado su húmeda lengua para deslizarla sobre la tela del pantalón para haciendo un poco de presión, mordiendo juguetonamente la zona. Claro que sería mejor que fuera directamente en la piel de aquella (según tú y yo) linda polla, que te mueres por ver.

Estas sin aliento, cuando te percatas que no hace falta el zoom para poder apreciar el enorme paquete del jefe de departamento. ¡Es enorme! Y siendo sinceros, mueres de ganas por verlo e incluso imaginas como sería estar en el lugar de Itachi, tocándolo y a punto de meterte aquel miembro a la boca, sin embargo no quieres apresurar la situación, mucho menos arruinar el momento. Así que atentamente te dedicas a observar y grabar a Itachi, quien ha bajado el zipper con sus dientes antes de liberar el tremendo falo de Madara: grande, grueso y con lindas venitas que Itachi recorre gustoso con su lengua, saboreando la punta.

Tragas saliva con dificultad al ver su expresión mientras contempla el falo de Madara. ¡Madre del cielo! Es como si lo admirara, y sientes tu sangre agruparse en tus mejillas mientras le ves complaciente al momento en que el jefe de departamento frota su polla en esa linda carita, dando un par de golpecitos sobre los labios de Itachi para que los abra.

Por primera vez lo notas obediente, incluso sumiso mientras tiene el pene de Madara dentro de su boca, iniciando un mete y saca guiado por el jefe de departamento, quien sostiene con fuerza sus cabellos, imponiéndole un ritmo rápido, frenético y delicioso. Que le hace gemir y soltar una que otra blasfemia al aíre. Y no es nada difícil concluir que Itachi es bueno chupándola, basta con ver la cara de satisfacción en ese tal Madara, mientras siente como sus huevos son masajeados y disfrutados por la caliente lengua de tu sexy jefe, claro que no eres envidiosa, mientras te sigan dando esos espectáculos tan candentes, se lo puedes prestar a Madara sin problemas.

Sientes tu corazón palpitar desenfrenado con cada gemidito de ese par, y la expresión de Madara es el detonante perfecto para activar al máximo tu pervertido ser, claro que Itachi no se queda atrás, mucho menos cuando le ves saborear ese enorme falo, lamiéndolo de arriba abajo, antes de disfrutar la punta con suaves movimientos circulares, y presionar su lengua contra aquel pequeño orificio, que ha logrado sacar un gruño de satisfacción al jefe de departamento. Y por sus expresiones sabes que está a punto de correrse.

Bendito zoom, bendito teléfono y bendito trabajo, lo único que maldices es no saber que ver, si la boca de Itachi, proporcionando una mamada o su entrepierna ya que se está masturbando. ¡Oh, por todos los cielos! En el momento en que le has visto bajar aún más sus pantalones para empezar a prepararse, creo que la duda se te ha esfumado, después de todo: ya tienes más de cinco minutos de una buena felación.

Comienzas a pasar saliva constantemente al enfocar ese perfecto, redondo y suave trasero. Aprietas tus piernas y te fuerzas por no temblar mientras logras captar a Itachi Uchiha, deslizando su dedo índice sobre su entrada, antes de ingresar el primer digito, que le ha hecho gemir y cerrar los ojos de manera adorable.

Lo adentra en su interior, explorando de forma lenta, entrando y saliendo con un ritmo constante antes de que el segundo dedo acompañe al primero. Buscando ensanchar esa apretada y rosada entrada durante unos segundos para finalmente introducir el tercer dedo, comenzando a darse placer, envistiendo su propia mano sin dejar de atender a Madara que le mira como un manjar. No lo puedes culpar, Itachi es sexy, pero verlo así te ha obligado a catalogarlo como sensual y erótico.

Tienes porno en vivo, aun así empiezas fantasear con lo que quieres que ocurra después. Visualizas a Madara levantando bruscamente a Itachi del cabello, antes de empotrarlo contra el escritorio y penetrarlo en un vaivén de caderas, fuerte, rudo y salvaje como aquel imponente hombre de negocios. Sin embargo, tus fantasías se quedan cortas, porque aquel moreno realmente levanto a tu jefe del cabello y lo empotro con violencia en el escritorio, pero no precisamente para penetrarlo. No, claro que no, observas pasmada como se agacha, posando sus manos en esas redondas nalgas, amasándolas y abriéndolas para deslizar su lengua por la entrada de Itachi, sacando un gemido de sorpresa en tu jefe.

¡Por todos los cielos! Que estuviste a nada de que te descubrieran, abriste tus labios con la clara intención de soltar un gritillo de sorpresa, afortunadamente te contuviste justo a tiempo para seguir disfrutando del espectáculo. Mientras tu estas a punto de llegar al orgasmo por ver a tu jefe contraerse en espasmos involuntarios con cada lengüetazo de Madara, quien hundía su rostro entre esos suculentos globos, degustando unos instantes más, antes de ponerse de pie y darle una fuerte nalgada a Itachi, dejando perfectamente marcada la palma de su mano en ese lindo trasero.

-¡Joder! Que no hagas eso~

-Mejor admite que te encanta que te azote el culo -susurro con mofa.

-Vete a la mierda -le miro retador, incluso pareciera que con odio-, o follame de una puta vez que no tengo todo el día.

No te esperabas ese lenguaje de tu siempre correcto jefe, aunque hay que reconocer que te enciende incluso a ti, y estás de acuerdo con él. No es que seas impaciente, claro que no, ¡Pero que lo penetre de una maldita vez! Quieres verlo gemir, jadear y retorcerse ante Madara; aprietas los labios con fuerza, suplicando para que el jefe de departamento lo torture un poquito, obligándolo a pedir por más.

¡Eso, domínalo! ¡Duro contra el muro... o escritorio! Es igual. Tan solo sujetas con fuerza el móvil cuando Madara obligo a tu amado jefe a mantener su mejilla contra la fría superficie, aprisionando con fuerza sus manos tras su espalda para poder penetrarlo.

Incrédula, admiras el grado de dominación y control que mantiene sobre el imponente Itachi Uchiha, quien no pare de gemir y mover el trasero cuando ha sentido como esa enorme polla se desliza por su entrada, haciendo presión, sin llegar a introducirse. Por todos los cielos, ¡Ya métesela hasta el fondo! Y como si te hubiese escuchado, se adentra en el interior de tu jefe con fuerza bruta.

-¡Serás cabrón!

-Sigues jodidamente estrecho.

Venga mujer, que pareces pez fuera del agua, cierra la boca y sigue gravando, porque no todos los días podrás ver a tu jefe y a su superior teniendo sexo sobre un escritorio del área de contabilidad. Lo bueno, es que algo dentro de ti, te obliga a enfocarte en aquella erótica escena, apreciando con deleite como Madara sujeta con fuerza la cadera de Itachi, arremetiendo con ahínco a una velocidad malditamente deliciosa que hace gemir de placer a su amante (y a ti también).

Gozas verlo retorcerse y arquear la espalda con cada potente estocada, mientras te debates mentalmente por quien tiene una expresión más sexy en estos momentos, si tu jefe que contiene el aliento y aprieta los labios para no gemir tan fuerte o Madara, que cierra los ojos mordiéndose el labio inferior, al ver como su polla entra y sale de ese apretado trasero, (¡Que pervertido!) su mirada fija te hace creer que parece hipnotizado.

Sientes una incomodidad un poco más al sur de tu vientre, incluso sopesas la posibilidad de salir de tu escondite y proponer un suculento trió a ese par de machos alfa, en donde la idea de estar entre esos musculosos cuerpos es demasiado tentador y excitante. Claro que en esa situación puede haber dos opciones viables: te complacen para que no digas nada (cosa que sería un milagro digno de telenovela) o terminan por correrte.

Vaya, no hay que pensarlo mucho cuando es obvia la respuesta, así que decides permanecer escondida, esperando el momento justo para poder soltar aquel suspiro y moverte un poco, ya que desde hace varios minutos dejaste de sentir tu pierna derecha. Aunque todo valió la pena al ver como Madara aumenta el ritmo de sus estocadas, elevando el volumen de sus roncos gemidos al Igual que Itachi, quien finalmente tiene sus brazos libres, sujetando con fuerza del escritorio, arrugando algunos papeles.

-Joder.

-Córrete... dentro, M-Madara.

¡Oh, por todos los cielos! Eso sí que no te lo esperabas, mucho menos, ver a Madara sujetar fuertemente del cabello a Itachi para poder robarle un pasional beso, comenzando a masturbarlo al ritmo de sus estocadas, y por la cara del jefe de departamento, sabes que tu lindo jefe le esta clavando con saña las uñas en su brazo, incluso dirías que de estar en un lugar más intimo y privado, ya lo hubiera dejado lleno de arañazos, claro que él no se hubiera salvado de lucir unas visibles marcas de propiedad.

Finalmente ocurre, Itachi suelta un gemido que es atrapado por los labios ajenos, al momento de correrse en la mano de Madara, que le ha llenado con su esencia. En ese momento pasa algo sorprendente, ya que Itachi se da vuelta, rodeando con sus brazos a su amante, dándole tiernos besos que son perfectamente correspondidos con uno que otro mimo sobre su espalda, al mismo tiempo que aquel imponente hombre (que es puro musculo y poder) le ayuda a vestirse con cariño.

Ver a alguien tan dominante (e intimidante) como Madara, tratar con tanto cuidado a Itachi Uchiha después de follárselo con salvajismo: es extraño, aunque si lo piensas bien, todo fue demasiado raro (¡Muy raro! Incluso para ti). Eso no quita tu expresión de ternura al verlos hacerse "arrumacos" mientras terminan de arreglarse. Todo lo que te queda por hacer es esperar a que se vayan, después de todo, el trabajo puede hacerse al día siguiente... y tu gato. Tu gato estará bien... ahora solo mantente silencio un poquito más, aprovechando para guardar tus cosas, y no olvides irte con cuidado a casa. ¿De acuerdo?

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Fin

Hola!! Espero que les haya gustado. Por si no quedo del todo claro, la narración esta dirigida a vos, así que contarme, qué se sintio ver y grabar a ese par?

Por el momento me despido y les deseo un lindo día.

Haruka Eastwood 😄😉

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro