Capítulo 3
Jennie se había levantado muy temprano para ir a la plaza de comercio, casi no había dormido, pero ahora tenía que comprar ropa a la medida de Lisa para que no ande desnuda por su vivienda. Hubiera sido mucho más fácil si Lisa la acompañara, así sabría sus medidas, pero no quiso salir de la jaula ni mucho menos dejarse medir.
Encontró fina ropa que quizá podría quedarle bien, parecía ser de su tamaño. Un sirviente de Jennie Kim, debe vestir con las mejores ropas, incluso si no lo merece. Su nombre era muy conocido y respetado en el lugar, así que todo debería estar a su altura.
—Quiero estos —Jennie entregó dos pantalones y dos ponchos al vendedor, este los envolvía y los ataba con una soga para que sea mas fácil llevarlos.
—Señorita, Jennie —el anciano que le había vendido a Lisa, pasaba justo por su camino. Él, muy sonriente como siempre, decidió acercarse a saludar— ¿Cómo está? ¿Todo bien con la loba adulta?
El vendedor de ropa se sorprendió un momento al escucharlo. No muchos tenían un lobo adulto en casa, la gran mayoría que compraron a esas bestias siendo ya adultos, habían muerto en manos de sus propios sirvientes. Era muy peligroso.
—Lo tengo todo controlado —Jennie no quería que su reputación caiga— por cierto, ¿los adultos pueden comer lo mismo que los cachorros? Mis dos sirvientas ya están llegando a su edad adulta, también debo saber qué darles ahora.
—En adultos es más complicado, comen demasiado. Le recomiendo que las alimente cada dos horas, así no se volverán locas por la comida.
—¿Cada dos horas? —Jennie recibió su compra, pagó dos cuatro monedas, agradeció con un gesto al vendedor y giró para seguir hablando con el anciano— será un gran gasto en comida. Se van a acabar todo mi rebaño en solo meses.
—Es usted quien desea tener tres lobas adultas en su hogar, normalmente los matan cuando cumplen los dieciséis. Me sorprende que aún quiera criarlas —la miró con duda— ¿se encariñó con ellas?
—¡Por supuesto que no! —Jennie respondió con molestia— son lobos, ¿cómo podría querer a la especie que me acabó con mi familia?
—Usted tendría motivos, ellas crecieron en su hogar. Prácticamente usted tenía siete años y les enseñó a caminar cuando ellas apenas tenían dos años. Se encargó de cuidarlas cuando su padre murió. Creí por un momento que les había tomado aprecio.
—Que haya sido mejor amigo de mi padre, no le da el derecho de indagar en mi vida —advirtió con seriedad— será mi decisión y mi criterio si matarlas o no. Y si no lo hago, no será por las absurdas ideas que tiene en su cabeza.
Pasó con molestia al lado del mayor, este solo suspiró. A pesar de que ella se había alejado de todos al perder al último de su familia, él la seguía cuidando desde lejos, se lo había prometido a su viejo amigo de la infancia.
***
Al despertar, Rosé rezó para que aquella loba sea solo un sueño, pero al ver la marca de dientes en su muñeca, solo se cubrió el rostro, resistiendo las ganas de llorar. Trató de disimular ante su hermana, Soo Hyun, quien comía concentrada en un libro. Al terminar su desayuno, dejó un beso en la frente de Rosé y salió a trabajar.
Cuando Rosé fue a su pequeño granero, encontró a Jisoo dormida entre los animales, una gallina dormía sobre su cabeza. Rosé suspiró, tomó valor y se acercó con temor a ella. Al intentar tocar su brazo, Jisoo la sujetó rápidamente de la muñeca y la jaló a ella, quedando cara a cara.
—No me toques —advirtió la pelinegra.
—Está bien —Rosé asintió asustada.
La gallina bajó de su cabeza y un huevo rodó hasta caer entre ellas. Jisoo lo tomó y lo miró curiosa. Para el asombro de Rosé, Jisoo se lo llevó a la boca y lo masticó así, comiéndolo crudo.
Rosé tapó su boca, aquel huevo recién había salido y estaba lleno de un líquido espeso de la gallina. Estaba a punto de vomitar, lo iba a hacer.
—Llevame al lugar en donde venden lobos —Jisoo ordenó con seriedad, pero recibió de inmediato el vómito de Rosé sobre su ropa, haciendo que se quede en silencio.
Ambas cruzaron miradas, Rosé estaba pálida por el temor, la mandíbula de Jisoo temblaba, como si estuviera reprimiendo su enojo.
—Lo siento...—pronunció Rosé en un hilo de voz.
—Te rompería el cuello ahora mismo si tan solo...—su mano se acercaba a su cuello y se alejaba, divagando en si hacerlo o no— ¡Ash! —se puso de pie— dame otra ropa.
—Por favor...—Rosé se levantó igualmente— ¿podría no comer comida cruda frente a mí? —preguntó con temor— soy...muy asquienta.
—Cierto...—Jisoo se mostró pensativa— ustedes la cocinan, ¿verdad?
—Sí —levantó la mirada a ella, sus colmillos eran notables y sus ojos amarillos eran atrayentes— puedo freír o hervir los huevos para usted, así no tendría que comerlos recién salidos del...—prefirió no decirlo.
—¿Por qué me estás tratando bien?
—Porque así se irá más rápido —fue sincera.
Jisoo suspiró, después de todo, le había prometido dejarla en cuanto encontrara a su hermana.
—Está bien, probaré la comida humana por primera vez, espero sea deliciosa o me enojaré mucho contigo —señaló— ¿entendiste?
Minutos después, Jisoo estaba tirada en el piso, sentía que estaba delirando.
—La comida humana...es horrible —no se sentía para nada bien.
—No es eso...—Rosé estaba sentada a su lado, Jisoo no soltaba su pierna para que no se escape— no debió de comerse cien huevos y cincuenta platos de avena, no está acostumbrada y le iba a afectar, sobre todo si come esa cantidad.
—Dame cinco minutos y vamos...
***
Jennie llegaba a la entrada de el comienzo de su hogar, cuando detuvo su paso al encontrarse con Soo Hyun que venía por el mismo camino. La castaña trató de ignorarla y seguir, pero Hyun observó la ropa que traía en brazos y eso llamó su curiosidad.
—¿Tienes otro lobo? —preguntó Hyun al girar a ella.
—¿Es algo que te interesa? —Jennie giró también— siempre estás pendiente de mi vida, ¿verdad?
—Me sorprende que tengas otro lobo, dices odiarlos pero eres la única de los trata como si fueran humanos, a pesar de lo que le hicieron a tu familia, sobre todo a tu padre.
—¡No menciones a mi padre! —se acercó a ella, quedando cara a cara— no tienes ningún derecho de hacerlo, lo sabes perfectamente.
—No fue mi culpa, Jennie —respondió con tranquilidad— deja de atacarme como si yo lo hubiera hecho. Tienes a sus asesinos en tu hogar, ¿por qué no te desquitas con ellos? En cambio, los tratas como si fueran importantes, ¿al nuevo lobo también los vas a tratar así? Por eso le compras ropa, ¿no?
—No los trató diferente, he matado más lobos que tú y soy quien hace más seguro este lugar, ¡por mí es que los lobos cada vez son menos! ¡deberías de estar agradecida conmigo!
—¿Agradecida? Cada vez cazo más que tú, estás perdiendo tus habilidades Jennie. En solo meses, romperé tu marca, y seré la nueva reina entre los cazadores —sonrió— es mejor que aceptes la idea de una vez y vé a cuidar a la raza que mató a tu familia.
Jennie reprimió sus palabras, sabía que no debía golpearla, era un acuerdo de paz entre cazadores para evitar perder más hombres. Vió a lo lejos a Hyun irse con tranquilidad, seguramente iba a cazar, siempre lo hacía desde muy temprano mientras ella se quedaba a alimentar y bañar a sus sirvientes. Si no lo hacía, serían capaz de comer mucho más y acabarse todo el agua del pozo porque les encanta jugar.
—Imbecil —pronunció Jennie antes de abrir la cerca que rodeaba todo su territorio.
Hyun era tan reconocida como Jennie, ambas siendo hijas de los cazadores más fuertes y adinerados, competían desde años para ver quien era la mejor. El odio venía más por parte de Jennie, ya que el padre de Hyun había sido el compañero de su padre aquel día en el que el pueblo estaba siendo atacado por lobos en plena madrugada. En esos casos, los más habilidosos siempre salían a pelear en parejas para cuidarse las espaldas.
Hyun y Jennie habían sido colocadas de inmediato juntas detrás de unas cajas en el granero. Sus padres habían estado huyendo de un lobo en particular, uno enorme. Ambas se asomaron con temor a observar, sus padres peleaban ágilmente. Habían lastimado el principal punto débil del lobo, que eran sus ojos. Siempre iban primero a ese punto, así era más fácil ganar.
Pero, al intentar atacar su cuello con la espada, el padre de Hyun fue empujado por el brazo del lobo, y al caer al suelo, su pierna estaba a punto de ser sujetado por la enorme bestia. Al perder la tranquilidad y ver a la muerte cerca a él al verse sin espada, se levantó torpemente yendo al lado contrario del lobo, y empujó al padre de Jennie para que se quitara del camino.
La castaña vió asustada a su padre caer de lado, su espada resbaló de sus manos y antes de poder sujetarlo otra vez, el lobo hundió sus garras en su espalda y lo atrajó a él. Jennie miraba paralizada, como el lobo hacía pedazos a su padre. Los gritos resonaban en su cabeza, sus lágrimas caían, estando en shock, aterrada, mientras el padre de Hyun se iba junto con ella lejos del lugar.
Jennie escuchó un ruido que la volvió a la realidad, en la entrada del granero, un pequeño lobo con una flecha en su hombro entraba olfateando. Levantó la mirada a ella, y ambas se quedaron viendo. Los ojos de aquel pequeño lobo eran redondos, de un color caramelo. El lobo sintió su miedo, su pavor, también era su primera vez en ver a una humana pequeña.
Iba a acercarse a Jennie, cuando el fuerte sonido del gran lobo al caer, llamó su atención. La gran bestia estaba muriendo, había dado sus últimas fuerzas al matar a ese humano que había disparado una flecha a su pequeño cachorro.
Jennie escuchó los chillidos del pequeño lobo, parecían llorar al rededor de la enorme bestia, que ya estaba inconsciente. Jennie guío su visión entre temblores, a su padre, lo que vió hizo que su respiración se acelerada, sintiendo ahogarse. En un segundo, comenzó a gritar asustada, llorando.
Los gritos de guerra se escucharon cerca, y a los segundos otra flecha atravesó la pierna del pequeño lobo, quien chilló adolorido y salió huyendo del lugar. Varios hombres y mujeres frenaron frente al granero, viendo la fuerte escena. Escucharon el llanto de Jennie, sintiendo lastimas por ella.
En la espalda de uno de los hombres (el anciano vendedor) estaba puesta una jaula, en ella estaban Momo y Dahyun, quienes veían como su "madre" lloraba. No entendían la razón, solo querían abrazarla.
***
Jennie ingresó con molestia a su hogar, dejó la canasta de comida en la mesa y se acercó a la cocina, allí estaban Dahyun y Momo, esperando con sus platos de comida en mano.
—Hoy no comerán —avisó seriamente, pasando a su lado para poder preparar unos huevos.
—¿Por qué no? —preguntó Dahyun con tristeza.
—¿Nos portamos mal? —Momo se acercó con timidez.
—¡¿Por qué siempre tienen que preguntar?! —Jennie golpeó la sartén con fuerza en la hornilla, asustandolas— ¡No soy su maldita madre para atenderlas siempre¡ ¡Ni siquiera deberían de estar aquí! ¡Vuelvan a la azotea! —giró a ellas.
Dahyun y Momo dejaron su plato al lado de la sartén, y se retiraron con cabezas gachas a su dormitorio. Seguramente se portaron mal o Jennie tuvo un mal día, debían entender y solo obedecer, después de todo, seguramente en la noche comerían, mamá Jennie nunca las deja sin comer todo un día.
***
Lisa se rascaba con los dientes la palma, cuando recibió un objeto en la cabeza. Sintió el aroma de Jennie y bufó, otra vez esa amargada. Tomó el objeto que le había tirado y al romper la soga, era un pantalón.
—Quitate ese trapo apestoso, solo deje que lo siguieras usando para tapar horrible cosa —se sentó frente a la jaula, Lisa olfateaba el pantalón, al instante se lo tiró en la cara, dejando sin expresión a Jennie por un momento — ¡TANTO TE CUESTA OBEDECER!
Lisa pudo jurar que la cara de Jennie creció por el enojo.
—Estás roja —Lisa señaló su cara.
—¡Solo ponte el maldito pantalón! —le tiró la otra prenda— Y esto es un poncho, así no tendrás tanto calor —esperó a que se cambiara, pero Lisa seguía viéndola— ¿Qué tanto me ves?
—Amargada —pronunció sin expresión.
—¿Qué dijiste? —se puso de pie.
—No me agradas —sujetó los barrotes, poniendo su cara entre ellas— eres amargada, fea y tonta.
—¿Creés que vine aquí a agradarte? —estaba perdiendo la paciencia— ponte la ropa ahora, si no quieres que use esto —sacó la pistola de su cintura y apuntó a ella.
—No quiero —Lisa se sentó en el suelo, rascando otra vez su palma con sus dientes. Jennie bufó con impotencia, se acercó a la jaula e iba a abrirla— entra y te rompo el cuello —pronunció con tranquilidad.
—Escuchame bien —Jennie se inclinó frente a la jaula— ¿Quieres que te venda? Porque ya me estoy cansando de esto, si no quieres obedecer, entonces no me sirves, ¿quieres saber lo que te harán si te vendo? —Lisa la observó de reojo— tienes dos opciones, o hacen que te transformes en lobo para matarte y vender tu piel, o te queman en la plaza frente a todos por simple diversión, ¿quieres eso? Porque puedo venderte ahora, y no es una amenaza —pronunció con seriedad— no eres nada para mí, lobita, no me dolerá saber que te mataron. Así que decide ahora, ¿vas a obedecer o no?
Lisa mantenía su mirada a ella, gruñó levemente mostrando sus dientes y bufó. En un solo movimiento rompió la prenda que cubría su miembro y se lo tiró en la cara. El labio de Jennie temblaba por reprimir su enojo, estaba a punto de explotar.
—Tomaré eso como un sí —se quitó la prenda de la cara. Lisa se estaba poniendo el poncho por una pierna. Jennie evitaba ver su cuerpo desnudo, era incómodo— así no se pone —Lisa estaba perdiendo la paciencia también, comenzó a morder el poncho de la rabia para que entrara en su cadera— que así no se pone —un desgarro se escuchó, la vió directamente y suspiró al ver que Lisa traía la prenda como una falda, hasta Lisa creía que se veía ridículo— déjame ayudarte.
Abrió la jaula con duda, pero al ver que Lisa estaba tranquila, le hizo una seña de que saliera. Lisa salió de la jaula y se quedó de pie, sí parecía que estaba usando una falda. Jennie se puso frente a ella, viendo con incomodidad sus senos.
Jennie llevó sus manos al borde de su cintura y metió sus dedos con timidez, Lisa la veía directamente a los ojos, curiosa. Jennie hizo fuerza y levantó la prenda hasta sus senos, le pidió que levanté las manos y así lo hizo, al ser delgada y tener el borde del poncho ya un poco roto, solo tuvo que estirar su cuerpo y sacarlo por sobre la cabeza.
Lisa quedó desnuda frente a ella. Jennie observó la prenda, tendría que cocerlo. Se acercó a la jaula y tomó el pantalón. Quedó frente a ella otra vez y no quiso bajar la mirada. Inclinó solo un poco su cuerpo y mantenía su mirada a un lado, nerviosa.
—Mete uno de tus pies aquí —sostenía el pantalón lo más bajo que podía. Lisa obedeció, pero metió el pie derecho en el lado izquierdo. Jennie suspiró cerrando los ojos, tenía que agacharse más para poder quitárselo— sostén esto —le entregó el poncho— y cubre tus cosas —Lisa cubrió sus senos— ¡Las otras cosas! —cubrió su miembro.
—¿Por qué les avergüenza? —preguntó Lisa.
—¿A qué te refieres? —se puso de cuclillas.
—Se tapan su cuerpo, ¿están feos?
—Tú también te las cubres —le quitó el pantalón— estabas usando un trapo para cubrirte tus senos y tu...eso.
—Por vergüenza no —negó— por protección. Una vez se me clavó una espina allí —ambas cruzaron miradas—me dejó rojo.
—No necesito saber eso —tomó su pierna derecha y le colocaba correctamente el pantalón.
—¿Tú tienes?
—No.
—¿Puedo verlo? —volvieron a cruzar miradas.
—Obedecer no significa tener confianza, ¿sabes? —le subía el pantalón.
—¿Por qué les avergüenza?
—Por qué es algo sexual, ¿ok? —respondió con resignación.
—¿También entran en celo? —miraba como Jennie intentaba cerrar el pantalón mirando al techo.
—¿Puedes dejar de preguntar? —cerró con fuerza el pantalón, haciendo chillar a Lisa. La loba se arrodilló del dolor, sujetando la zona afectada— ya te dije, obedecer no significa tener confianza.
Lisa respiraba agitada.
—Está bien, ama...—sonrió con frialdad. En un movimiento rápido, se lanzó a Jennie, dejándola asustada al sostener su cuello contra el suelo— voy a obedecer —se mantenía sobre ella, rozando su nariz en su mejilla—huele bien.
—Suéltame —Lisa no hacía presión, solo la mantenía allí— suéltame, o si no.
—¿Me va a matar?
—Eso haré —respondió con molestia.
Lisa lamió su mejilla, le gustaba su olor, su sabor. La estaba viendo como una carne exquisita y quería devorarla.
Pero a Jennie, algo extraño le estaba pasando. Los gestos de Lisa, su rudeza, le atraían de manera extraña. No creyó que un lobo le iba a provocar aquello, debía aceptarlo, Jennie comenzaba a excitarse.
Lisa pasó su lengua lentamente por su cuello, haciendo que Jennie cierre los ojos, haciéndola suspirar. Lisa sintió el cambio en su aroma, la miró directamente a los ojos, viendo el deseo en ellos. Acercó su boca a ella, y sacando su lengua, lamió con suavidad sus labios.
—No me agradas y no te acepto —Lisa se puso de pie, haciendo que Jennie vuelva a la realidad— amargada.
Voten ❤️
Saludos a mi chica fanfic ❤️ hermosa e inteligente 👀 ya soy papa casada 😊
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