Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

De Perdones Y Sentimientos.

Varias horas después...

—No puedes quedarte aquí Johnny ¡Tú también necesitas asistencia! —habla Remy cuando ya la paciencia se le ha agotado.

Se niega a ir a casa o que Remy se quede con Verónica. Ha defendido su punto como lo haría en cualquier juicio. Apeló a todos los recursos como abogado, pero Remy era inflexible. De ninguna manera dejaría a sus niños solos, Verónica podría necesitar ayuda estando en silla de ruedas a él le sería imposible.

—Es mi esposa, mi problema. —responde yendo hacia la habitación.

—¿Tu esposa? Hasta unas horas era tu enfermera ...Johnny —explota al verle entrar en la habitación.

—¡Adiós! —cierra la puerta dejando a Oliver y a Remy por fuera.

Ambos se quedan de brazos cruzados con Xavier a pocos pasos, apoyado en la pared escuchando las disputar quien se queda con la señorita.

—Pienso que es buena idea que él quiera quedarse —retira su cuerpo de la pared y se acerca a la pareja —por dos razones, le importa lo suficiente para querer cuidarla y le obligará a buscar recursos para caminar.

Johnny puede dar pasos y sostenerse en pie, pero el dolor que le produce ambas cosas asegura es insoportable. Quedará con una pierna dos centímetros más pequeña que la otra, cojeará lo que le queda de vida. Eso y la negativa a usar bastón, es lo que a ojos de todos le impide caminar del todo.

En contesto, puede más la vergüenza de que sea visto caminando de esa manera que cualquiera otra cosa. Pasan por el lado de Jeremy, que de momento ha sido un espectador silencioso y se detienen frente a él los tres.

—¡Es la conciencia! ¿Te quedas Jeremy?

El abogado, socio y amigo de su jefe asiente distraído hablando por móvil. Ha tenido que seguir el juicio por móvil, considera es su culpa que Aimme entrara a la oficina. Debió negarse o por lo menos, presentir que su llegada era por segundas intenciones.

—Le dejaré con lo necesario para que no haga estupideces —los tres sonríen saliendo del hospital y Jeremy se queda al teléfono.

—Todo lo que ha pasado es por su culpa ¿Cómo recibe a esa mujer? —estalla Oliver —creer que Salma haría algo así para dañarle, ¡Es un inconsciente!

Johnny se instala al lado de la cama observando a Verónica dormir, la crisis ha cedido, aun así, es necesario que ella se quede unas horas más. Pasa unas manos por su rostro y su nariz se arruga ante su caricia, lo que le hace sonreír.

—No me voy Jeremy—habla al sentir a su amigo detrás.

—He pedido un sillón cómodo para que descanses, puedo dejarte en él Johnny, pero ¿Qué pasa si necesitas algo o ella? — guarda silencio al darse cuenta que tiene razón.

—No quiero que despierte y vea a alguien distinto a mí, necesito que me escuche —siente a su amigo soltar el aire y salir.

Aún hay muchas cosas que no están claras y el necesitaba saberlas antes que cualquiera. Ella no pudo tener esa crisis solo por lo que vio, eran solo amigos que tenían claro lo que los unía, eso fue antes de saber que lo que sentía por ella.

Jeremy regresa una más tarde con tres enfermeros, dos de ellos con el sillón y el otro con un andador ortopédico. Frunce sus cejas oscuras con rabia y mira a su colega quien indica dejar el sillón cerca de Verónica.

—Eso es de ancianos...

—¿Tienes otra brillante idea Johnny? —sale de la habitación sin esperar respuestas dejándolo a él observando el objeto con rabia.

Las siguientes horas son de él observándola dormir, sus largas pestañas, labios rosados y rostro angelical le han entretenido por horas. Los médicos y enfermeras han estado muy al pendiente de ambos e imagino están las manos de su amigo en ello.

No ha dormido nada, le duele el trasero de tanto permanecer en la silla, la única ida al retrete fue en medio de sufrimientos porque no soportaba los calambres en las piernas al sostenerse con ese aparato de los demonios. Solo soportaba todo por ella y por el deseo de ser escuchado y perdonado.

—¿Qué sucedió? —voltea hacia la cama y encuentra a Verónica despierta y observando todo con curiosidad.

Una vez lo ve a él allí se queda en silencio sin decir nada ¿Cómo empezar? Se pregunta sin atreverse a acercarse al notar el enojo en sus ojos. "—Pide perdón y no te justifiques" Le grita una vocecita interior "—Luego le dices lo que fue a buscar esa demente"

—¿Por qué no me dijiste de tu enfermedad? —le pregunta y ella guarda silencio — Estuviste en riesgo Verónica.

—Mi padrino solía decirme que mi vida dependía de que tan feliz era —responde mirando sus manos —si era feliz mi salud mejoraría y había resultado, yo nunca había tenido alguna crisis.

La primera tuvo que ser por su culpa, piensa al verla a los ojos notando en ellos tristeza y soledad. Pasa saliva al no saber por dónde empezar avanza un poco en la silla, pero no se acerca del todo.

—Sé que te debo...

—¿Y Remy, Oliver, Xavier? —le interrumpe y Johnny se muerde la lengua para no enojarse —desearía a cualquiera aquí menos a ti.

—Lo que viste no es lo que parece...

—Se estaban besando—habla en un susurro sentándose en la cama y sosteniendo su cabeza entre sus manos—por eso me enviaste a esconderme, se avergüenzas de mi...

—No es así...

—No te gusta que me maquille, me dijiste payasa, para los particulares soy tu empleada. —empieza a enumerar —odias que, vista con trajes caros porque muy seguramente no me quedan tan perfecto como a esa mujer, te enoja si hablo cuando tú lo hace, me escondes, me evitas....

—¡Porque odio que otro te vea! ¡Lo odio! Y no puedo estar cerca de ti sin desearte —responde en voz alta acercándose a la camilla y ella calla abruptamente viéndolo a los ojos —me enojé cuando te vi vestida y maquillada de esa manera, no eras tu Veca. Detesté a la mujer que vi ese día, no era la chica que bajaba colina abajo, la que veía cada mañana con su risa fuerte... no era la chica que me gusta...

—¡Mientes! —dice señalándolo.

—No puedes enojarte Veca, por favor cálmate —le ruega al ver su respiración agitarse —hablaremos después, es mejor que llame a un doctor.

—Usted no hace más que mentir, estaba besando a esa mujer, no ha iniciado la construcción de la casa del abuelo, no ha cumplido.

Se vuelve a acostar, esta vez le da la espalda y avanza en la silla de ruedas para estar frente a frente. No esperaba que fuera fácil, como todo en su vida, pero su reacción al verle besar a Aimme le hacía dar esperanzas. Tiene los ojos cerrados y los aprieta con fuerza, su comportamiento lo hace reír pasando una mano por su rostro.

—¿Has besado alguna vez? —le pregunta y ella continua en la misma tónica —hay varios tipos de besos, en la mejilla, en la mano, esquimal, en la frente, cuello. —abre los ojos y lo observa atenta —en la mejilla es bastante clásico, usualmente es para saludar, puro convencionalismo social o cultural; en la mano, es formal gesto de respeto, admiración o educación; el esquimal, es un beso en que los labios no llegan a tocarse —inclina su rostro al de ella y ubica la nariz en la suya rozándose entre ellas —es así, se cree que es de origen esquimal, porque según aseguran no suelen besarse en la boca por miedo al frío o que sus labios queden sellados.

—No lo sabía —le responde y él sonríe sin despejar su rostro del de ella y besa su frente haciéndola cerrar los ojos.

—El de la frente significa protección y ternura, brindas sentimientos positivos; el famoso pico o beso fugaz —sonríe al dárselo y ella aleja la cabeza molesta —los labios entran en contacto, pero no usas lengua...

—No entiendo a dónde quiere llegar. —reprocha y el alza su dedo índice.

—Tengo un punto su señoría, —sus ojos brillan divertidos al verle decir aquello y aprieta los labios para no reír —se da en una clara muestra de atracción física que suele terminar en un beso de lenguas, pero que esta vez no fue posible porque mi esposa es una cobarde.

—No soy cobarde, solo alérgica a los mentirosos como tú —se defiende y el prosigue ignorándola.

—Mis preferidos son aquellos besos de zonas erógenas, cuello, oreja, vientre, ombligo —el tono de voz empieza a cambiar a uno más ronco y Verónica pasa saliva al verle acercarse a su cuerpo a ella —Esta el francés, asociado a la pasión y romanticismo, las dos lenguas interactúan, es la mejor expresión de amor. Hay una manera que lo conozcas todos, mucha teoría es mala.

Esta tan hipnotizada en sus palabras y ojos oscuros que no puede alejarse. Lo siente acercarse, con los sus ojos negros puesto en sus labios. Sonríe antes de besarla dejándola a ella sin saber cómo responder, debió decirle que nunca ha besado a nadie de esa manera.

El beso empieza lento, Johnny solo desea explorar ese territorio desconocido, los labios de ella tienen un sabor dulce a fresas, tiernos y peligrosos. Es tímida permaneciendo quieta un instante, pero no se desanima, solo es el temor a lo desconocido. Se pierde en ellos, también la noción del tiempo y la realidad.

Es la primera vez que le sucede le gusta alguien mucho antes de besarla, que ella nunca halla besado a alguien y sea el primero en todo lejos de desalentarlo le anima. "—ES su primer beso ¡No la asustes!" Han sido tantos los días pensando en ese momento o fantaseando con ella cabalgado encima de suyo que le resulta difícil alejarse.

—Johnny.

La mención de su nombre activa una parte de él que le hace buscar más su cercanía. Johnny arropa su rostro entre sus manos impidiéndole alejarse de él, en caso que acabe asustándola. Algo que parece no va a ocurrir, pues lo siguiente que escucha es un jadeo que sale de la garganta de Verónica, viene de la mano de un gruñido de desesperación de parte de Johnny que entiende debe parar. Una fuerza le impide hacerlo e ingresa su lengua al sentirla nombrarlo una vez.

La danza de ellas aumenta y las sensaciones que recorren el cuerpo de ambos es indescriptible. Verónica solo desea que no acabe imita la conducta de Johnny esta vez pasando sus manos por su cuello, hasta que un carraspeo los obliga a separarse.

—Vine a preguntar si necesitaban algo... pero veo que no —sonríe a ambos verónica apenada y Johnny lanzando fuego por ser interrumpido —¿Te encuentras bien?

—Si ... yo —la vergüenza se refleja en sus mejillas sonrojadas y Johnny le pide entre señas a su amigo que se vaya.

—Que descansen entonces y recuerda que ella no puede recibir emociones fuertes y que hasta hace unas horas estaba en crisis —le reta y Johnny alza una ceja molesta.

Cierra la puerta tras de él y Johnny se queda viéndola por largos tiempo antes de animarse a hablar sobre lo que ella vio. Aimme no significa nada para él, desde que lo dejó tirado en esa silla de ruedas no había vuelto a verla. Llegó con la excusa que necesitaba su consentimiento para que Jeremy le ayudara.

—Ahora sé que solo vino a atormentarte —confiesa —no niego que su presencia me confundió inicialmente... descubrí todo en ese beso Veca. Lamento que me vieras así, pero no me arrepiento —solo entonces la enfrenta, en silencio lo observa detrás de esas pestañas largas, labios rosados entreabiertos y pasa saliva—No he querido aceptarlo, pero es una realidad, me gustas mucho... por eso no he querido usar ese bastón o arreglar la casa de tu abuelo. No quiero que te vayas....

Verónica no se repone de ese beso y ahora le cae esa confesión, su rostro luce solemne al decirle aquello y su mirada se clava en ella en espera de una respuesta. Antes de responderle le comenta su encuentro con George y cada uno de las cosas que le dijo, el hombre se había ido dejándola en medio del miedo que le producía no tener a donde ir.

—La señorita es hermosa, se veían tan bien juntos, ya puedes dar pasos y no me necesitarías...

—Te equivocas —le interrumpe —te necesito más de lo que llegué a imaginar ¿Podemos empezar de nuevo? El doctor recomendó reposo... ¿Quieres ir a la casona?

—¡La besaste Johnny!

—Está el beso con mordisco... —explica y ella se queda viéndolo con las cejas juntas. —pasionales afrodisiacos, se conecta con nuestro lado salvaje.

—No quiero saber de besos...

—Tampoco hablar de nosotros, debes escoger preciosa —le dice acercándose a ella —Hay la lluvia de besos...

—Está bien Johnny, iré contigo a la casona —sonríe victorioso y ella respira aliviada viéndolo acodarse en la silla.

Su visita a las tierras de su abuela, tiene como único objetivo saber porque ese hombre sabe tanto sobre él y Verónica.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro