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Horas más tarde, Baji había llegado a la residencia de Kazutora, esta vez quería presentarlo con sus demás amigos, les había pedido que esperaran un rato afuera mientras el traía al mayor, Draken estaba algo emocionado de conocerlo luego de todas las historias que contaba Baji, el como siendo omega ganaba grandes peleas sin miedo, Mitsuya también estaba interesado en ver el tatuaje que tenia el mayor, mientras que Mikey repetía que no era nada de que estar impresionado, recalcando que si peleaban iba a salir ganando.
El pelinegro estuvo tocando varias veces la puerta pero nadie respondía por lo que no tuvo más que poner la contraseña y entrar, al ingresar en toda la residencia había una mezcla de feromonas, el aroma era fuerte, agrio, no era como la dulce fragancia de Kazutora, este quemaba haciendo doler la garganta, no queria pensar lo peor.
—¿Kazutora-san?— Habló mientras caminaba hacia su habitación, mientras daba sus pasos veía como todo estaba desordenado, como si hubiera pasado una pelea o algo así, la mesa estaba tirada al igual que las sillas, habían algunas gotas rojas en el suelo, eso lo tensó. —¿¡Kazutora-san, donde está?!
La puerta de la habitación de Kazutora estaba cerrada, tomó la perilla y la giró para abrirla, vio como las sábanas estaban en el piso y el colchón roto, destrozado al igual que las almohadas, en el techo seguía ese aroma, era el de un alfa, mientras analizaba todo su vista se centró en las sábanas que estaban manchadas de sangre, toda la habitación estaba un desastre y Kazutora estaba en una esquina cubierto con otras mantas.
Estaba asustado por lo que sea que haya pasado, caminó hacia el mayor e intentó tocar su rostro, pero apenas sus dedos rozaron su piel, Kazutora abrió sus parpados mostrando el fuerte color de sus orbes dorados, rechazó su tacto abofeteando su mano.
—No me toques.
La voz del mayor estaba ronca, se escuchaba agrietada y frágil, como si hubiera estado gritando hasta gastarla, algo le había pasado a Kazutora y el no estuvo para defenderlo, sus ojos comenzaban a cristalizarse, queria llorar pero no era momento para eso.
—Yo... ¿Qué sucedió?— Se atrevió a preguntar, se sentía inútil por no poder hacer nada e impotente solo apretaba sus manos en forma de puño.
Kazutora no respondía, solo se mantenía viendo un punto fijo sin siquiera parpadear, ya no recordaba que había hecho horas antes, antes de regresar a su habitación y cubrirse con mantas su cuerpo estuvo en el baño, en la tina lavando su cuerpo e intentó ahogarse con el agua pero su omega no se lo permitía, luego quedó dormido y despertó porque su omega estaba intranquilo, después de eso solo fue manipulado por su lobo que hacía lo que quería, no le tomo importancia, después de todo eran dos y éste queria desquitarse con lo que encontraba, tirando la mesa de la cocina, las sillas, rompiendo el colchón con sus uñas hasta el punto de quebrarlas y sangrar, romper las almohadas y caer al suelo sintiéndose pequeño volviendo a chancar su frente contra el suelo, realmente no estaba teniendo control de su cuerpo, su omega podría cometer alguna locura de la cual arrepentirse.
Y la voz insistente de Baji no ayudaba en nada, solo lo irritaba aún más, su omega no queria ser tocado por lo que golpeó su tacto, tampoco tenía ganas de ver a otro alfa frente suyo, estuvo reteniéndose bastante tiempo.
—Vete.— Estaba en un dilema con su cuerpo y conciencia, veía al menor y solo queria seguir desquitándose, pero no queria hacerle algún daño.
—Pero... te ves herido.— Siendo terco, volvió acercarse y quitarle las mantas, sus manos estaban heridas, sus uñas estaban sangrando y necesitaban ser curadas.
—¡Dije que no me toques!
Kazutora no queria hacerlo, pero su omega no se encontraba para nada bien, terminó empujándolo y tomando su tobillo.
—Siempre fuiste una molestia.
Su omega perdió la paciencia y torció el tobillo del azabache, cuando Kazutora escuchó sus gritos lo soltó y se golpeó a si mismo, no quería hacerlo pero ya era tarde para arrepentirse, sin poder creer lo que había hecho vio al menor, estaba llorando mientras intentaba cubrir su tobillo herido.
—Y-yo no quise...— Tartamudeando, intentó acercarse, trató de resolver lo que había hecho, pero no se sentia capaz de ser perdonado. —Baji.
El mencionado solo lloraba sin poder asimilarlo, el dolor era insoportable que no podía dejar de llorar y gritar.
"Esto es lo correcto" Fue un pensamiento fugaz que tuvo Kazutora, después de todo era un peligro al lado de Baji, tenía que alejarlo de alguna forma, sus manos estaban manchadas de sangre y nada le aseguraba que no podría hacerle daño a Baji, como ahora. Mordió sus labios por la idiotez que estaba por decir, realmente no queria hacerlo pero no había otra opción.
—Eres un niño estúpido.— Se mordió la lengua, el estúpido era el. —¿Realmente crees en esa porquería de destinados? ¿Creías que no me daba cuenta de tus miradas?— "Kazutora, cierra la boca". —Eres desagradable, nunca en mi vida aceptaría a un ridículo niño a mi lado.
Baji seguía llorando, no sabia si era por el dolor o por esas palabras, no quería creer que Kazutora, la persona a la cual siempre queria seguir estaba diciéndole esas cosas.
—Kazutora-san...
El mayor queria golpearse, verlo con tantas lagrimas en su rostro era una tortura, queria abrazarlo pero sentia que si lo hacia iba a perder el control y terminando por hacerle otro daño, sin que el menor lo viera, se pillizco su pierna.
—Me das asco.
Iba a dejarlo ahí, iba a ignorar sus gritos que repetían que no se fuera, iba alejarse para siempre de él para que no saliera lastimado, después de todo ya era una mala persona.
—¡Baji!— Gritó uno de sus amigos, aquel rubio cenizo de orbes obsidiana. —¡Tú!
No tenia ganas de lidiar con esto, Mikey corrió hacia el e intentó darle un patada, pero Kazutora cubrió su rostro con sus brazos, mientras el mayor lidiaba con el rubio cenizo, los demás fueron para ayudar al azabache.
—¡Suficiente, Mikey!— Gritó Baji. —¡Ahg!— Volvió a gritar pero esta vez por el dolor cuando los demás intentaron levantarlo, su tobillo estaba roto.
—Sabía que eras una mala persona.— Furioso por la forma en como dejo a Baji, volvió a intentar patearlo, pero no lo logró y fue empujado chocando contra la pared.
—No te metas conmigo, niño.
Ya no importaba, después de todo no lo volvería a ver, lo agarró de su cuello y golpeó su rostro hasta que este perdiera fuerzas, lo soltó cuando los demás menores comenzaron acercarse para auxiliar al rubio, ya no tenia nada más que hacer ahí, antes de salir por la puerta vio al pelinegro, seguía llorando con un rostro lastimero, aún seguía llamando a su nombre mientras estiraba su mano como si quisiera alcanzarlo, lo mejor era que nunca debieron de conocerse.
Kazutora se fue sintiendo un gran dolor en su pecho y Baji fue llevado al hospital para que su fractura fuera tratada.
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Que no se note mi rencor hacia Mikey por el spoiler q salió JKAJSDA, nimodo se le quiere al wn.
Respecto al capítulo:
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