Sin saberlo había comenzado desde pequeña, ladrillo por ladrillo, persona por persona. Iba construyendo mi muro, pero siempre dejando una puerta, para llegar a ella se debían pasar muchad barreras, eran tangas que ya no recordaba cuál era la última. Estaba fuertemente armada para atacar si lanzaban un ataque que me destrozara, nunca pero nunca alguien me iba a derrumbar.
No podía dejarme, tenía una elección hecha, seria una persona reemplazable, no era por sentirme menos, no. Solo era eso, te sostenía para que no cayeras, te reconstruía cuánto hiciera falta y sabía que un día te ibas alejar. Estarías mejor con alguien más y aunque doliera seguía mi camino también, me encontraba con otra persona destruida, intentaba mantenerla en pié hasta que llegaba alguien más a iluminar su vida.
Toda mi vida había sido así, sí, salí lastimada pero sentía que valía la pena... Aunque también lastime en momento de debilidad, mi última muralla estaba a una palabra de caer, no me podía derrumbar y tan solo optaba por irme, Alguien más llegaría a su vida.
La historia volvió a comenzar, sin notarlo tal era su estado que hasta quité partes de mi para darselas, le estaba dejando pasar a mi interior sin el más mínimo reproche pero me detuve al notar lo seca que estaba de llegar a mí. La detuve y observé en qué estado se encontraba: Igual que al principio... Un reclamo, tan solo un reclamo de su parte me dolía, notaba como los cimientos se agitaban, estaba por derrumbarme y debía atacar... Más no pude hacerlo, la veía frágil. Opté por alejarme sin decirle nada.

"Si lo hago la voy a lastimar y no se lo merece" "no es su culpa que te hayas destruido" "haste responsable"...
Tomé la decisión de reconstruirme lo más rápido y mejor que pude pero aún en mi interior me sentía aterrada...
Si me derrumbo no voy a poder ayudar a nadie...
Si me derrumbo no voy a poder ayudar a nadie...
Si me derrumbo no voy a poder ayudar a nadie...
Tomé pinturas, lápices y pinceles, me miré al espejo y retrate una mentira.
Todo parecía como antes pero enrealidad tenía más barreras.

Dia: No es tu culpa, Yoshiko. Vamos con las demás para animarte un poco. (Sonrei y le ofrecí mi mano)