Querido Jimin.

Me he guardado demasiadas palabras durante todo este tiempo, desde tu partida no he podido detenerme para siquiera observar las estrellas. No me he atrevido a observarte allá arriba. Porque aun me negaba a creer que estas muy lejos, lejos de este plano y más allá de las estrellas, muchas veces, me hice creer que te habían llevado lejos y que te habían escondido de mi, de nuestros sueños y nuestras promesas. Aunque haya observado tu cuerpo lleno de flores paseándose por el reino en tu fino ataúd, ni siquiera pude asimilarlo.

Pero ya lo he asimilado, despues de luchar con tanto sufrimiento, se que estas en algún jardín descansando de la tormenta que viviste en tus últimos días.

Siendote sincero, aún lloro por las noches recordando lo que alguna vez fuimos, aún me duele todo lo que pasaste en aquel castillo, aún me lamento no haberte podido sacar mucho más antes, tal vez hubiésemos vivido felices si es que hubiésemos tenido un arrebato de amor al escapar muchísimo más antes. Pero no sirve de nada lamentarse, pues nada de eso te trajo de vuelta a mi, solo me causó más y más dolor.

El dolor nunca acabará, de todas formas. Pero uno aprende a vivir con él ¿no?

Creo que he dicho demasiadas cosas sin sentido, el propósito de mi carta era informarte todo lo que pasó desde que te fuiste, así que aquí vamos.

El día en el que te arrebataron la vida, te usurparon lo último que te quedaba: tu cuerpo, pues aquel hombre con el que estabas casado, había ordenado que te enterraran junto a los de su familia, haciéndote pasar como uno más de ellos. Tu muerte se anunció como una enfermedad, ellos dijeron que habías enfermado y no pudiste vencer la enfermedad. Le doliste a todo tu pueblo, las calles se llenaron de flores en cuanto se supo de tu perdida, eras muy amado, sobre todo por las grandes que hiciste en tus últimos días. El día de tu funeral una vez más las calles se llenaron de flores, te pasearon por la nación como un verdadero santo, eso era lo que eras después de todo, las personas le lloraron a tu cuerpo inmóvil, te lanzaban flores y pétalos mientras lloraban arrodillados. Estuve presente en el desfile por tu muerte, pude ver como te habían preparado para enterrarte bajo tierra, estabas rodeado de flores, lucias como un verdadero angel; al cual le habían arrancado las alas. Ciertamente, me llene de mucho coraje al ver al hombre que te quito la vida desfilando al lado de tu ataúd, como si fuera el gran mártir al perderte. Y todo para que dos días después se volviera a casar con su prometido original.

Hubo una semana de luto, todos la respetaron porque tu perdida había sido algo shockeante para muchos y ciertamente, yo no me pude componer de inmediatamente, me costó mucho siquiera salir de la cama. Sentía que mi alma se había roto y que no tenía un corazón.

Pero reuní mucho coraje, mucha fuerza y mucho enojo, no me quisiera llevar el crédito de todo, pero tengo que admitir que mi dolor al perderte fue lo que hizo que la guerra civil se adelantara. Cada vez éramos más los que estábamos en contra del régimen que te mato así que fue fácil comenzarla. Fue el fin de ellos, sus bastillas cayeron más rápido de lo que creímos y los tuvimos escondiéndose como ratas de un lugar a otro. Mi dolor y mi rabia fueron los que me controlaron e hicieron que ellos creyeran que podrían salvarse de su juicio, los tuvimos en una de sus mansiones encerrados, aún con sus muchos lujos, hasta que una noche irrumpimos en la casona y nos los llevamos a todos. Seokjin, Naeun, Eunwoo y aquella princesa la cual no recuerdo el nombre, cada uno de ellos tuvo un juicio público, y todos ellos tuvieron la misma condena, tener la muerte más dolorosa y lenta, los que te quitaron la vida murieron de forma lenta en la horca.

Después de la muerte de los Kim, se tomó muchos de los congresos, cortes y ministerios, Sangwoo fue elegido como el nuevo líder que llevaría a la nación a una elección justa, al día de hoy todos eligieron a su nuevo gobernante y a sus representantes por distritos, el país que te lloro pudo unirse a los otros que abrazaron al progreso dejando de lado a sus tiranos.

Se logró mucho gracias a ti, nada hubiese sido posible sin tu ayuda y dolió a todos haberte perdido, porque eras el que menos merecía tener la misma suerte que los Kim.

Mi ángel, no ha habido ni un día en el que no te vaya a dejar flores a tu tumba, no hubo ni un día en el que no hable a niños sobre tu gran hazaña y tu cruento final. Mi ángel, alguna vez pensé que mi dolor podría parar y que algún día podría resignarme a tu perdida, pero en serio que no puedo.

En cada sueño te veo, en cada pesadilla te veo, no he encontrado paz desde tu partida, porque en aquel fuerte me condenaron a mi también, tras verte morir en mis brazos y tras ver tu cuerpo siendo paseado como un gran monarca, mi alma no tuvo paz. Porque aunque no haya sido el que disparo en tu contra, fui el responsable de todo. Fui yo quien te condenó.

Irónico ¿no? me jure salvar tu vida del destino que ya te habían escrito y al no salvarte me condene a mi también. Aunque, ambos ya estábamos condenados.

Y aquella condena es la que pesa en mi espalda, haciéndome extrañarte en cada suspiro que doy y en cada sueño que tengo, mi amor, no hay un día en el que alguna de mis lágrimas lleve tu nombre. La soledad me abrazo y ya nunca le soltó, la pena es una gran amiga mía y la depresión se volvió la hermana que no pude tener.

Cada día en este maldito mundo es una condena.

Pude cumplir con la mayoría de mis deseos, pude ser parte de la mayor revolución que este país pudo ver y fui yo quien condenó a los que te mataron, pero no pude salvarte y eso es lo que siempre me pesará en la nuca.

He leído mucho, una vez creí que los libros tal vez me darían la respuesta para que el dolor pare, en su lugar, siento que aumento. Ya que hay cosas que pasarán porque tienen que pasar, tal vez nunca pude salvarte y de una u otra forma terminarias como terminaste, me da mucha pena pensar en eso, que no tenias oportunidad.

Pero un libro extraño impuso una esperanza en mi, que como tú y yo sucedimos pero tuvimos un final trágico, es posible que en otro universo tu y yo sucedieramos de forma triunfante. En otro universo tu y yo tendríamos a nuestro hijo y viviríamos en la casa de tus padres, me gusta pensar en eso, limpia las lágrimas que llevan tu nombre.

Pero esa esperanza no me mantiene vivo, me siento morir con cada respiración.

Mi madre creía en la paz después de la muerte, yo también la creo, se que en el jardín que estas eres alguien con paz, se que te paseas por tus tulipanes con una sonrisa. Y, Jimin, yo necesito ir a donde sea que estés, porque no es vida si no estas conmigo.

Dios me perdone, pero quiero encontrarte como lo hice en este mundo y universo, quiero ir a encontrarte en el jardín de estrellas en el que te encuentras.

Después de todo, todos moriremos ¿no? ¿qué más da que me adelante?

Yo quiero volver a estar contigo, ser felices donde sea que vayan las almas rotas.

Siempre tuyo, Jungkook.

Jungkook murió tras terminar la carta, dejandola en la tumba de Jimin, fue hacía el río que guardaba tantos recuerdos ocultos entre los sauces llorones y se unio a las pequeñas olas que se formaban en el enorme río, a la misma hora en la que Jimin murió desaparecio en el horizonte del río. Para qué así, pudiesen encontrarse e ir a donde sea que fuesen las almas.

Juntos.

fin.

amigas ya el final de esta trágica historia :') muchas gracias por su apoyo mientras la historia fue emitida, sus votos y comentarios siempre son muy bien apreciados por mi, les quiero mucho 💕

(todos sabíamos como terminaría dollie, no se hagan 😑)

y como es mi tradición, acá promociono mi nueva historia jojo owo

dicho esto, nos vemos en otra historia, les quiero <3333