³ 𝘳𝘦𝘤𝘰𝘳𝘥𝘢𝘳.
DOLLFACE.
JULIO 2017, DOMINGO 9.
━━━━━━━━━━━━
LILIANE WILSON:
—Y eso es lo último que necesita saber para estar ésta semana sin mí. —Finalicé dejando el último expediente de uno de nuestros pacientes sobre el escritorio de mi jefe. Éste me miró incrédulo.
—Sólo voy a asentir para simular que te entendí todo —aclaró su garganta, y asintió con una sonrisa fingida. Reí—. Estás diferente.
Arrugué el entrecejo, sentándome frente a él—. ¿A qué te refieres?
—Estás más femenina. ¡Hasta te maquillaste! ¿Es eso rubor? —se inclinó sobre la mesa para ver mi rostro más de cerca, él rió a lo que lo golpeé para que volviera a sentarse—. Está bien, está bien. ¿Quién es el chico?
—¿El chico? ¿Qué chico, Edward? —él me sonrié pícaro—. En todo el año que llevo trabajando para ti no he tenido jamás un novio, y tampoco planeo hacerlo. El trabajo es lo primero y lo sabes —me excusé, sacando mi teléfono de mi bolso para ver la hora.
—Oh, por favor —dice, recostándose en su silla para verme—. Jamás en la vida creí que te vería así de arreglada.
—¿Por qué dices eso? —puse los ojos en blanco.
—Porque eres muy hermosa y jamás te has dado la oportunidad de darte cuenta de eso —entrecerré los ojos, viéndole sonreír triunfante—. Ahora, dime. ¿Cómo se llama?
Peter Parker.
—Creo que tendré que mandar a alguien para que te revise, Ed —me levanté de mi asiento y rodeé el escritorio para dejar un beso en la mejilla del castaño para después dirigirme a la puerta—. ¡Pórtate bien y no coquetees con las nuevas enfermeras! ¡Te quiero! —hago un ademán con mi mano en forma de despedida.
—¡¿Hay nuevas enfermeras?!
PETER PARKER:
Me volteé a ver a las dos muchachas con media sonrisa. Ambas me miraron con los hombros caídos y una expresión triste.
—Hey, no se pongan así. —Digo, yendo hacia ellas para darles un abrazo a las dos—. Volveré en cinco días, no es casi nada.
—¡¿Casi nada?! ¡Por tu culpa tendré que tomar tu lugar y tomarle la mano a Wade mientras lo hospitalizan! —chilla Wanda, separándose para verme pataleando—. ¡Me la va a destrozar!
—¡Exacto! Y lo peor que es que yo me tomaré turnos con ella —gruñe Jean a su lado, cruzándose de brazos.
—No se amarguen, ¿no entienden lo importante que es esto? —digo, dándome la vuelta un poco al oír un auto acercarse—. Ahí viene Emma, ahora, denme otro abrazo antes de que Wade aparez-
—¿A dónde cree que vas, Benjamin? —Me separé de las dos chicas al escuchar la voz de Wade saliendo por la entrada principar de la mansión de Charles. Al verlo, pude ver al gato de pelaje gris de Raven en sus manos.
—No tienes que usar mi segundo nombre, Winston —digo en un quejido, dando unos pasos hacia él—. Ya me despedí de ti ayer en la noche, ¿por qu-
—¡Porque me niego a que me abandones! —grita entregándole el gato a la castaña, quien lo tomó algo aturdida ante el grito del mercenario. Lo miré con una mueca—. Te prohibo subir a ese au-
—¡Vámonos, Pete! ¡Se nos hace tarde! —La voz de Emma desde el auto lo interrumpió, haciendo que Wade la mirara con la boca abierta. Aproveché su distracción para correr al auto y subirme al asiento del copiloto.
—¡¿Qué?! ¡No! ¡No, no, no! —Grita Wilson corriendo hacia el vehículo, pero Emma le puso el seguro a tiempo—. ¡No puedes abandonarme tú también!
—Lo siento, cariño. Pero ya te lo había comentado hace dos días —dice confundida, a lo que Jean y Wanda rieron atrás del mayor.
—¡Pero no creí que era ahora! ¡No pueden abandonarme! —se arrodilló frente al auto, intentando abrir el vidrio, pero yo ya lo había cerrado casi por completo.
—¡Lo siento, Wadey! ¡Te amamos! —Exclamo mientras la castaña aceleraba, dejando al mercenario refunfuñando en la carretera.
Subí la ventana y lancé mi mochila hacia los asientos traseros de la camioneta que Emma había alquilado para el viaje que haríamos y que pagaríamos entre todos.
—¡Hola! —Chilla ella golpeando mi brazo con una de sus manos, sin despegar la vista del camino. Reí algo confundido ante el acto.
—Hola, Em —digo. Cuando iba a preguntarle cómo estaba, fui interrumpido por ella misma.
—¿Qué sientes por Liliane? —Exclama de golpe, haciendo que diera un brinco en mi asiento.
Una risilla nerviosa salió de mis labios involuntariamente—. ¿Cómo que qué siento por Liliane? A penas la conozco, Em —rasqué mi nuca, buscando qué mas decir—. Qué extraño. ¿Por qué lo preguntas?
—¡Porque no dejas de hablar de ella!
—¿Qué? Emma, estás delirando —rodé los ojos—. Es la primera vez que nos vemos tú y yo desde el cumpleaños de Wade, ¿cómo puedes saber si hablo de ella o no?
—Porque soy tu mejor amiga —me sacó la lengua—, y te conozco como a la palma de mi mano, al igual que a ella.
Oh.
—Ya entendí. —Murmuro, volteándola a ver. Ella me mira con confusión, a lo que negué—. Es normal que desees que tus dos mejores amigos estén juntos, pero casi nunca pasa.
—Cállate, Benjamin. Yo como la mejor amiga de ambos, sé cosas que ustedes no saben —dice, entrecerrando los ojos para mirarme un momento corto.
—¿Qué quieres que te diga? Sí, ella es muy... —solté aire—. Muy linda pero a penas la conozco. Además, siento que la conozco de algún otro lado —la castaña a mi lado se tensó—. ¿Qué ocurre?
—Ya Sebastian te contará.
Moví mi pie contra el suelo con impaciencia, mientras Emma buscaba la llave para abrir la entrada principal de su casa, que es en donde nos quedaríamos para después partir mañana en la mañana a Washington.
—¡Apresúrate! —exclamé, desesperado porque abriera la puerta, sabiendo que Sebastian y Michelle estaba adentro.
Sebastian Rousso era mi mejor amigo en la escuela. Los dos éramos inseparables, y no lo he visto desde la graduación ya que se había ido de vacaciones con su familia a su país natal, ese viaje se alargó un año más, haciendo que no lo viera hasta ahora.
Corrí adentrándome a la casa a penas la puerta fue abierta. Al entrar, vi al moreno hablando con Michelle en las escaleras. Los dos me miraron sonrientes.
—¡Rousso!
—¡Parker! —exclama corriendo escaleras abajo para después darme un gran abrazo. Al separarnos, hicimos el saludo que creamos pocos días después de habernos conocido.
Al terminarlo, nos abrazamos de nuevo entre risas.
—¡Qué bueno verte, amigo! Te extrañé mucho —digo sonriente, tomándolo por los hombros para verlo.
—Oh, yo también, Peter —habla con ironía la morena a mi lado, cruzándose de brazos. Reí yendo hacia Michelle para rodearla con mis brazos y apretarla—. ¡Me vas a hacer explotar, idiota! —dijo con trabajo, a lo que yo reí separándome un poco—. También te extrañé, nerd favorito.
—¡No puedo esperar a pasar estos días nosotros cuatro como en los viejos tiempos! ¡Será increíble! —doy un pequeño salto, mirándolos a los tres con una gran sonrisa.
Ellos se miraron entre sí, confundiéndome.
—Uhm, Peter, ¿recuerdas la chica que me molestaba por ser obseo pero en nuestra graduación se disculpó? ¿Y que también nos molestaba a los cuatro? —asentí luego de hacer memoria.
—¡Sí! Su nombre era... —callé al darme cuenta de quien era, ya que estaba al principio de las escaleras, justo frente a mí—. Liliane Wilson.
✲
[ Dr. Edward Strange es el protagonista de mi historia 'More Like a Hero' de Diana Prince ]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro