⁴ 𝘪𝘯𝘤𝘦𝘯𝘥𝘪𝘰.
DOLLFACE.
JULIO 2017, DOMINGO 9.
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PETER PARKER:
Me dejé caer en la cama boca abajo, soltando un quejido, pero éste no se escuchó por estar pegado a la cama.
—¿Cómo ninguno de ustedes me dijo que ella era Liliane? —me levanté de la cama para ver a Sebastian, quien estaba recostado en el colchón inflable, al lado de mi cama mirando su celular. Al ver que no me estaba prestando atención, le lancé una almohada—. ¡Oye!
—Primero, yo no sabía que la habías visto hace unos días, y segundo, ¡pensé que ya sabías que era ella! ¿Cómo puedes olvidar a alguien que tuvo mucho que ver en tu vida por varios años?
—Ella no-
—Peter, claro que sí —me interrumpe, poniendo los ojos en blanco—. Ella nos molestaba todos los días en la escuela, así que sí tuvo que ver. Igual Flash —se cruzó de brazos—. Y a Flash lo perdonaste e hizo cosas peores, ¿por qué a ella no?
—No digo que no la he perdonado. Se disculpó conmigo y Gwen en la graduación pero —me quejé—, es sólo que es extraño porque me gus-
El moreno abrió la boca con sorpresa, comenzando a reír—. ¿Te qué?
—Me gustaría que fuera otra persona. He escuchado cosas de ella y no es buena —comencé a jugar con mis manos. Según Wade me había contado, ella era mercenaria igual a como él era, pero peor. Era mucho mejor en el asunto según tenía entendido.
—Pete, las personas cambian —se sentó en su cama para verme, con una mueca—. Hace cinco años pesaba casi cien kilos, y mírame —solté una risa al verle alzar su camisa para después palmear sus abdominales—. ¡Y tú no te quedas atrás! ¡Antes parecías un fideo y ahora mírate! —se abalanzó hacia mí, intentando hacerme cosquillas.
—¡No! ¡Aléjate de mí! —grito lanzándolo a su cama de nuevo, entre carcajadas.
—Bien, Peter. Voy a ir con Emma a visitar a nuestra prima Savannah, ya que no la vemos desde hace unas semanas desde que se fue de vacaciones con su novio —asentí, sonriendo.
—Mándales saludos a ambos —el moreno asintió, para después despedirse e irse.
Solté un gran suspiro de frustración, dejándome caer en la cama.
Qué interesante. Me gusta la chica que me molestaba diariamente a mí y a mis amigos en la escuela, y que también es una de las mejores asesinas. Qué gustos tienes, Parker pensé en voz alta mientras me levantaba de la cama y me quitaba la camisa para ponerme otra más cómoda y bajar para hablar un rato con Michelle.
Mi sentido arácnido se activó. Fui hasta la ventana, que es por donde me había dado cuenta que sucedía algo, y me asomé por ella sin abrirla para no llamar la atención. Ya era bastante tarde.
Pude ver cómo en el banco que estaba en la esquina, habían aproximadamente cuatro hombres entrando con armas en sus manos. Yo no dudé en ponerme el traje del Hombre Araña e ir para allá.
LILIANE WILSON:
—Sabes que puedo en éste momento ir a castrarlo, MJ. —Le digo a la morena, quien secaba sus lágrimas sentada junto a mí.
—No quiero eso —susurra, suspirando para calmar el llanto—. Alex y yo tuvimos una hermosa historia, pero siempre estuvo destinada a terminar, ¿sabes? —asentí, acariciando su hombro—. Espero que sea feliz con esa pelirroja. No logré verle el rostro pero se veía bastante bonita de espaldas —reí—. ¿Y tú? ¿Cómo te van con los chicos? —hice una mueca.
—No ha venido uno bueno, y tampoco creo que venga uno o que yo lo quiera así.
—Yo creo que tienes el billete ganador de la lotería —señaló hacia arriba, refiriéndose al chico que estaba en la habitación de huéspedes. Puse los ojos en blanco, levantándome para caminar por el lugar y evitar mover las piernas con inquietud, ya que a Emma le molestaba y estaba intentando perder esa mala costumbre—. ¡Tienes el billete ganador de todas las malditas loterías del mundo, Liliane!
—¿De verdad pareciera que me gusta?
—Oh, no —se acomodó en su asiento, aclarando su garganta—. Enserio pareciera que se gustan. ¡Es increíble!
—Tú —la señalé— estás delirando, Michelle Jones. Y yo voy a animarte para que pienses mejor lo que dices —fui hasta ella y tomé mi suéter, el cuál estaba tirado en el sofá junto a la morena—. ¿Quieres pizza? Puedo pedir en éste instante.
—Sí, quiero pizza. Pero que esté triste, no significa que esté loca, Liliane Wilson —le hice burla sacando la lengua, y simulando hablar como ella—. ¡Cállate!
—No tengo efectivo —murmuro revisando en mi cartera. La miré—. ¿Tú tienes? —ella negó—. Bien, iré al banco que está aquí en la esquina mientras tú pides la comida. Pide tres porque esos dos sé que son unas vacas, por no decir Emma —le lancé la pequeña libreta en donde teníamos anotados los números de restaurantes.
—Ya es algo tarde, apresúrate —asiento, tomando mis llaves y caminando hacia la puerta.
—¡Sé cuidarme sola! —exclamé antes de salir de la casa.
Y de verdad que sí sabía. Haberte criado en las calles más peligrosas de Queens te dejaba grandes experiencia, y toda experiencia siempre te deja marcado de alguna u otra forma.
Al llegar a la avenida, pude notar que no había ningún vehículo en las calles. Ya iban a ser las diez de la noche y a pesar de que no era tan tarde, todo se sentía tranquilo.
Miré a ambos lados antes de cruzar y caminé rápido por precaución. Mi teléfono comenzó a sonar, por lo que lo sacó de mi bolsillo y caminé sin mirar la calle hacia el banco, sabiendo ya el camino de memoria.
—¿Hola? —Contesté, acomodando mi sueter para cubrirme bien, pues era una noche nublada y había bastante viento.
—Lils, hola —escuché a Emma al otro lado de la línea—. Era para avisarte que ya Seb y yo vamos en camino. Debo colgar, estoy conduciendo. Te adoro, adiós —y sin dejarme contestar, colgó.
Guardé el teléfono en mi bolsillo de nuevo mientras abría la puerta de vidrio del banco, al subir la cabeza para dirigirme a los cajeros, mi boca se abrió con sorpresa, viendo al Idiota Araña luchar contra unos hombres que poseían unas armas bastante extrañas, pero que reconocí al instante. Había quedado con los vendedores para reunirme en unos días para comprar de esa tecnología, que me vendría de mucha ayuda para los encargos.
Los ladrones, por alguna extraña razón, tenían puesto máscaras de Los Vengadores.
Yo iba a salir del lugar para no entrometerme, pero una de las armas disparó en mi dirección, creando un aura azul que me rodeaba y hacía que me moviera junto al aparato.
—¡Déjenme ir! —Grité con furia, haciendo que el arácnido se percatara de mi presencia.
—¿Li- ¡Señorita Gruñona! —Exclama con sorpresa, lanzando una telaraña contra el hombre que estaba detrás de mí y haciéndole chocar contra la pared. El hombre que sostenía el arma que me tenía inmóvil en el aire, me soltó e hizo lo mismo ésta vez con el arácnido—. ¡No puedo moverme! ¿Qué es esa cosa? —dice con dificultad siendo golpeado contra el techo y el suelo.
—¡Malditos idiotas! —Gruñí corriendo al hombre para después patear su estómago, haciendo que cayera contra la pared. Otro de los ladrones tomó un arma con resplandor púrpura, apuntando en nuestra dirección. El Hombre Araña se puso frente a mí y lanzó una red hacia el arma, y debido a que el hombre se resistió, el arma lanzó un rayo que terminó afectando a parte de la pared del banco y también la tienda del Sr. Dumm al otro lado de la calle, en la esquina antes de mi casa.
Mi mirada fue al local del Sr. Diamond, a quien todos conocíamos ya que era una de las mejores tiendas en Queens, y todos aquí lo conocíamos, y en mi caso, desde pequeña Wade y yo fuimos grandes amigos de él.
Me zafé de los brazos del arácnido —quien sin darme cuenta me estaba sosteniendo para cubrirme, casi en un abrazo— y salté el espacio en donde estaba antes el vidrio del banco para correr hacia el local, que estaba ya en llamas.
Sentí como el Hombre Araña también corría junto a mí, y a pesar de que sabía que él podría sacarlos a todos, entré yo también a buscar al Sr. Diamond.
—¡Sr. Dumm! —Gritamos ambos en busca de alguien. Me sorprendió que lo llamara por su apodo. Eso me hizo saber que él también debe de ser de Queens.
—¡¿Hay alguien aquí?! ¡Respondan! —grita el arácnido en constantes tosidos, debido al humo.
Mi vista se fue al piso al sentir algo suave chocar contra mi pierna, encontrándome con el viejo gato que tenía el dueño del lugar, desde que yo tenía memoria. Salí corriendo del lugar con el felino en mis manos, y me apoyé en el poste que había en la acera, intentando recuperar aire.
Segundos después, apareció el de traje rojo y azul con el Sr. Diamond, en un estado similar al mío.
Vi como el Hombre Araña miraba el banco, tosiendo un poco más calmado.
—Se fueron. —Le dije con dificultad. Él volteó a verme, y se quedó mirándome por algunos segundos—. Gracias.
—De nada —lo escuchamos murmurar. Sonidos de sirenas se escucharon a lo lejos, haciéndome suponer que alguien había llamado a emergencias. El arácnido se despidió de manera corta y desapareció de nuestra vista gracias a sus telarañas.
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[ Savannah (Thompson) es la protagonista de mi historia 'Eternity' de Bucky Barnes ]
[ Alex (Alexander Jones) es el protagonista de mi historia 'Fetish' de Natasha Romanoff ]
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