Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌸 O9 ─ ᴇɴᴛᴇɴᴅᴇʀ ᴀ ᴜɴ ʙᴇʙᴇ́ ˚᳝᳝ ⸱

A veces no lograba entender a los adultos.

Es decir, está bien, de todas formas es un niño, y lo que no sabe lo irá aprendiendo con el tiempo. Al menos, su papi le ha explicado que eso será lo que pasará cuando esté descubriendo el mundo siendo pequeño, y tampoco lo hará solo, su papi y Soobin lo van a estar ayudando.

Pero sí hay cosas que le gustaría entender de los adultos.

Como cuando no pueden saber qué es lo que quiere un bebé, o cuando están dos personas, muy juntas y escondidas.

Como su tío Kai y su tío Jisung, quienes a menudo se esconden en la bodega y cuando los encuentra se ponen demasiado nerviosos y le dan algún dulce o helado para que escondiera el secreto.

O también ahora, cuando su papi estaba incluso más nervioso, en el suelo, sobre Soobin y una manta enredándolos.

La situación llegó a ese punto cuando se despertó en medio de la noche, ya que tenía mucha sed. Lo pensó un poco antes de si hacer algo al respecto o sólo dormirse nuevamente, aunque sabía que iba a despertar otra vez.

Pensó en que llamar a su papi y pedirle un vaso con agua era la mejor opción, ya que le tenía miedo a la oscuridad, y la casa a oscuras también le parecía algo peligrosa. Quién sabe, tal vez venga algún monstruo que quiera comérselo o venga el Capitán Garfio y se lo lleve a Nunca Jamás tal y como se llevó a Jane, la hija de Wendy.

Pensar en eso le erizaba la piel del miedo, pero luego se forzó a esfumar esos pensamientos de su cabeza y se levantó de su cama, caminando desde un extremo del cuarto hasta el otro, donde se encontraba la puerta que conectaba con el pasillo y esta, a su vez, conectaba con el resto de la casa.

Su mente se decía que podía hacerlo, que no era un niño llorón tal y como lo decía Sunghoon, que en realidad era valiente. Luego, se dijo que no tardará mucho, sólo es tomar uno de los vasos de plástico que su papi compró para él, llenarlo con agua y volver a su cuarto con tranquilidad.

Asintió a sí mismo, listo para comenzar su travesía en la casa oscura hasta la cocina. Pero antes de ir, caminó hasta su cama y tomó a un gatito de felpa, diciéndose que llevar un amigo también era válido como valiente, luego abrió la puerta y salió de su cuarto, comenzando el camino hasta la sala, pero extrañado de ver que la luz en la sala estaba prendida, aunque, más bien, lucía que tal vez su papi o Soobin dejaron la lámpara de la sala prendida.

Llegó hasta que el muro del pasillo acabó para dar límite al gran espacio de la sala de estar, viendo a su padre tirado en el suelo con Soobin debajo suyo y con la manta, algo que no esperaba ver, ya que creía que ambos tenían un buen equilibrio.

— ¿Papi, estás bien?

Preguntó con curiosidad, entonces, su papi se intentó levantar, pero su pie pisó en la manta y de nuevo resbaló, siendo sostenido en parte por las manos de Soobin.

— ¡Nini, yo...! No es lo que crees, te lo juro —habló rápidamente el pelinegro mientras intentaba levantarse, luego siendo ayudado por Soobin cuando este movió de lugar la manta — ¿Q-qué haces despierto? Mañana tienes clases.

—Tenía sed... —contestó mientras su papi estaba acercándose e intentaba hacerlo darse la vuelta hacia el pasillo.

—Vamos, a la cama.

—Pero quiero agua —musitó el niño.

—No te preocupes, ya te llevaré un vaso con agua, pero ve a dormir.

Y sólo así, consiguió que el pequeño comience a caminar a la par de su papi para volver a la cama.

Entonces, las preguntas llenaron la cabeza del pequeño.

No lo entendía, ¿por qué los adultos se ponían tan nerviosos si los encontraba tan apegados? No es como si estuvieran haciendo algo malo, ¿no?

Podía comprender a la perfección que su papi y Soobin pudieron resbalar por la manta, de hecho, presenció cómo ocurría cuando su papi estaba ya en el piso. Pero no entendía que eso sea motivo justo para ponerse tan nervioso.

Quiso creer que esa situación se dió porque a su papi le daba vergüenza haber caído o haber empujado a Soobin por accidente, aún creyendo en su hipótesis de que sólo se cayeron.

Pero al día siguiente, su papi estaba tan apenado con él que incluso le pidió disculpas por dejarlo ver algo tan inapropiado.

— ¿Inapropiado...?

Soobin ladeó la cabeza, coincidiendo en la confusión que tanto invadía la cabeza del pequeño, haciendo que las mejillas del pelinegro se tornaran rojizas hasta las orejas poco antes de volver la mirada a su hijo.

— ¿Qué fue lo que viste?

El niño hizo un gesto pensativo, preguntándose lo mismo, si acaso en realidad de verdad vió algo que no debería y no se dió cuenta.

—A Soobin y tú en el suelo, luego te resbalaste cuando querías levantarte y me llevaste otra vez a la cama —contestó mientras hacía memoria.

— ¿Y no nos viste...?

—Sí, los ví —contestó aún más confundido —Estaban en el suelo.

Yeonjun tragó saliva antes de suspirar de alivio.

—Está bien, está bien.

Sí, todo estaba bien, menos su cabeza. Rondaban miles de preguntas respecto a lo que pasó con su papi y Soobin, quienes no le dijeron nada más al respecto, porque después de sus clases, le preguntó al rubio, pero este se negó y le dijo que se quedará sellado como una tumba.

Y bueno, preguntarle a su papi sería el mismo cuento e incluso peor.

También volvió a suceder, fue hasta la bodega para tratar de encontrar a su tío Gyu, pero en cambio se encontró a su tío Kai y su tío Jisung muy abrazados. Se separaron al momento en el que Jisung notó su presencia, sorprendiendo a su pareja y ambos pidiéndole de nuevo que no le diga nada a su papi.

¿Cómo iba a decir que vio algo si no vio nada?

Suspiró y se fue de la bodega, ahora encontrándose sentado en el borde del mesón donde se encontraba la caja registradora, y por ende, su tío Tyun.

— ¿Pasa algo, Nini?

El niño se volteó para ver al mayor, quien manejaba un tono de cabello distinto a la última vez.

El rosado le quedaba bien.

—Supongo...

—Vamos, ¿qué quieres contarle a tu asombroso tío Tyun?

El niño miró a sus lados antes de pedirle a su tío que guardara el secreto y contarle lo ocurrido con sus tíos y su papi, ya tuvo suficiente al meterse en problemas al escapar de la escuela, no es una situación que le gustaría repetir.

—Y... Siento que no entiendo a los adultos.

Taehyun tenía los labios fruncidos en un salvaje intento de no reír, precisamente porque no quería que el niño creyera que se estaba burlando de él o algo por el estilo. Luego cuando se dio cuenta que ya había terminado el contexto, fue que tomó aire antes de comenzar a explicarle bien las cosas a Ni-Ki.

—Ay, Nini —volvió a inspirar hondo, intentando enfocarse en decirle las palabras correctas al pequeño —. Mira, no te preocupes porque no puedes entender a los adultos, ¡Ni siquiera entre nosotros nos entendemos! Actuamos de manera extraña, consideramos extraño lo que para otros es normal, y así es una viceversa con todo lo que nos rodea.

El pequeño ladeó la cabeza.

— ¿Y entonces?

—Te lo digo yo, que soy un adulto así como tu papá y tus tíos —acarició el cabello de su sobrino con una sonrisa —. La verdad, es que a veces es más fácil entender a un bebé.

Esa frase se quedó en su cabeza, aún dejándolo con dudas en su cabeza, pero a su vez dándole unas respuestas.

Y es que, si los mismos adultos no se entienden, ¿por qué lo debería hacer él?

Soobin, al igual que Ni-Ki, tenía sus propias dudas sobre el comportamiento de los adultos.

Es decir, convivió con bastantes niños para saber cómo se comportan, a veces es tan difícil para los adultos qué es lo que los niños necesitan, incluso cuando ellos ya saben hablar.

Y bueno, el problema no sería saber qué le pasa a su dueño si su Junnie siguiera siendo un niño, cosas como el pudor en frente de su hijo con gestos que siempre han sido muestras de cariño lo dejaban confundido.

Los adultos sabían muchas cosas, algunos sabían dirigir un país entero -o, en palabras de su Junnie, sabotearlo-, otros hacían ejercicios de matemáticas de verdad difíciles de desarrollar, e incluso uno era tan genial como para visitar la luna; siempre los ha visto orgullosos de ello.

Pero así como sabían muchas cosas, habían otras que sabían pero que les avergonzaba, cosas tan básicas que de hecho, cuando son niños, eran importante o signo de buena educación saberlas.

— ¿Te pasa algo?

Alzó la mirada cuando Beomgyu estaba en frente suyo y portando una caja con ciertos repuestos, algo intrigado por ver la duda plantada en el rostro del rubio.

—Estoy bien, gracias —contestó mientras le sonreía —. Pero, en realidad tengo una gran confusión sobre los adultos.

—Mm, bueno, no soy tan filósofo como Kai o Yeonjun, pero tal vez te puedo ayudar.

Guardó silencio cuando el castaño le dijo eso, pero, en lugar de negarse, aceptó a decirle su duda al chico.

No es como si Beomgyu no supiera el secreto que el mismo rubio vocifera cada que se presenta ante otra persona que Yeonjun conoce y se entera de su existencia.

"Me llamo Soobin, soy el juguete de Junnie".

Un buen sorbo de su gaseosa acabó convirtiendo a Beomgyu en un dispersor de agua cuando escuchó las palabras del rubio, recibiendo la explicación más lógica por parte de su sobrino. Y confundidamente siendo corroborado por Yeonjun y cada persona que trabaja en la casa de antigüedades.

Y bueno, aún trata de entender que un juguete se convirtió en humano, el cual necesita ir aprendiendo sobre cómo debe actuar un adulto más allá de ser el chicle de su hermano.

Aunque ahora entendía por qué el rostro del rubio se le hacía conocido.

—Pues... Ocurre que no entiendo cómo es que ciertas cosas que hacen, sean tan vergonzosas de hacer enfrente de otro.

— ¿En general?

—Mm, no. Cosas como dar un beso. Si Junnie le da un beso a Ni-Ki, entonces no está haciendo nada malo, pero, si un adulto se da un beso con otro, es embarazoso.

Beomgyu parpadeó un par de veces al escuchar aquello, pero no mucho después le estaba dando la razón al rubio mientras dejaba la caja en la mesa del taller.

—Pues... Eso es el pudor —explicó —A la mayoría nos enseñan que hacer cosas como dar besos son cosas que debemos hacer con alguien especial, y en un momento de privacidad. Y bueno, creo que todos pueden corroborar que Yeonjun es un pudoroso del demonio.

Soobin ladeó la cabeza, intentando comprender las palabras de Beomgyu.

— ¿Alguien especial?

— ¿Has visto lo pegotes que son Kai y Jisung? —el rubio asintió —Bien, ellos son ese alguien especial del otro.

—Pero no lo demuestran en un momento de privacidad...

—Es que ellos son desvergonzados.

Lo pensó un poco, entonces asintió y le sonrió a Beomgyu.

—Entiendo, gracias~

Beomgyu alzó sus hombros como si no hubiera hecho mayor cosa y tomó la caja, volviendo a su labor, pero no fue que sólo se había dado la vuelta para pensar un poco y volvió a fijar su mirada al rubio.

— ¿Besaste a Yeonjun?

Soobin parpadeó ante la pregunta del chico y la cara de entre sorpresa e intriga.

—Yo, uhm...

— ¡Tío Gyu, Soobin! —los dos se voltearon cuando escucharon la voz de Ni-Ki, quien corrió desde la puerta mientras se aferraba a los tirantes de su mochila y luego estaba abrazando las piernas de los dos.

— ¡Nini! —saludó el rubio mientras se agachaba al pequeño y le daba un tierno abrazo.

—Hola, mocoso —saludó Beomgyu mientras volvía a dejar la caja con los repuestos en la mesa y sacudía el cabello del niño, entonces se volteó a su tío.

—Tío, ¡Sunoo dijo que quiere conocerlo!

— ¿Sunoo...?

—Un amigo de Nini —contestó Yeonjun, apoyado en el marco de la puerta y luego de eso se les acercó y posó una mano en el hombro de su hermano e hijo —. También, quería preguntarte si podrías ayudar a Ni-Ki con una tarea suya.

— ¡Cierto! —el pequeño tomó la mano de su tío, cohibiendo un poco al chico — ¿me ayudaría con mi tarea de inglés? Ayer lo vi viendo algo en inglés y lo entiende muy bien.

—U-uhm —Beomgyu miró a Yeonjun, mientras este alzó los hombros.

¿Cómo le explicaba a un niño que no era bueno en inglés, que el japonés no era lo mismo que el inglés y que estaba viendo Boku no Hero subtitulado?

— ¡Yo puedo ayudarte! —se ofreció Soobin, entonces el niño miró a su papi, el cual intervino.

—Ne-necesito que me ayudes con algo, Soo —comentó mientras tomaba su mano y ambos salían del lugar, dejando a Ni-Ki y a Beomgyu en el taller, ambos mirando al par desaparecer.

—No tienes tarea en inglés, ¿cierto?

—De hecho es en matemáticas.

El chico suspiró mientras tomaba la mano del niño y entonces se encaminaron al mostrador de la tienda, donde Beomgyu podría ayudar al niño con la tarea que debía cumplir para la próxima semana.

Miró a su dueño aplicarse unas cremas en las manos poco antes de acostarse a su lado, entonces lo siguió hasta que estuvo a su lado.

Ni Yeonjun ni Soobin decían palabra alguna, a pesar de que lo que hacían siempre era hablar hasta por los codos todas y cada una de las noches cuando dormían juntos, ya sea de cómo será el próximo día, las cosas que ha ido aprendiendo Soobin o incluso algunas cosas sobre Yeonjun o Ni-Ki.

Es por eso que nunca había estado envuelto en una situación donde no sabía qué pasaría al siguiente momento. Tal vez era la temida ansiedad, porque no era preciso decir que sentía miedo.

O tal vez sí, y sólo le quedaba la opción de empezar él la conversación con dos palabras para averiguar en qué acabaría la situación.

—Lo siento.

Yeonjun estaba quitándose sus lentes, pero al escuchar la voz del rubio se detuvo y se volteó para mirarlo.

— ¿Uh?

—Por haberte besado en frente de todos.

Los ojos del pelinegro se abrieron de par en par al escuchar eso y de forma automática la temperatura de su cara aumentó al punto de empañar un poco sus lentes.

—Y por haber malinterpretado las palabras de Beomgyu.

— ¿Palabras de Beomgyu?

El rubio asintió ante lo dicho, luego procedió a contarle toda la charla que tuvo con el hermano de su dueño sobre el pudor y los besos, haciendo énfasis en lo del alguien especial y entonces Yeonjun entendió el origen del problema.

Pues, aquello del alguien especial quedó rondando en la cabeza de Soobin desde que el castaño se lo mencionó, teniendo de ejemplo a Kai y a Jisung.

Lo pensó un poco, y le hizo sentido al de cabellos rubios, puesto que estaban abrazados siempre, dándose mimos y los famosos besos en la boca que a todos los adultos les causaba vergüenza, obviando el detalle de que ellos eran pareja.

Así que mientras Yeonjun lo jalaba dentro de la bodega, se cuestionó si acaso su dueño tenía un alguien especial, hasta que se recordó a sí mismo.

Es decir, ahora tenía una vida, apariencia y estaba aprendiendo las actitudes naturales de un humano gracias a que Yeonjun deseó tenerlo a su lado. Gracias a él pudo descubrir el verdadero sabor del helado de chocolate y menta - que no le gustó-, o podía contarle los cuentos que quisiera a su dueño de vez en cuando.

E incluso tuvo la oportunidad de convivir con un descendiente de su primera dueña de una forma distinta, sabiendo que podrá jugar con Ni-Ki y no pasará la mayor parte de sus años encerrado en una caja mientras espera hasta la primera infancia de un niño o niña que quiera jugar con él. O correr el riesgo de ser vendido en una venta de garaje a cualquier persona que quién sabe de las intenciones que pueda tener con él.

Para Soobin, Yeonjun es alguien muy especial, y creía que era lo mismo por parte del pelinegro, sin entender lo que realmente Beomgyu quiso decirle cuando mencionó lo de ese alguien especial.

Así que, sin percatarse de que estaban ya en la tienda y en frente de todos, le preguntó a Yeonjun que si estaba bien con demostrarle cariño, este lo miró confundido y asintió -no es como si la relación de ellos tenía como factor bonito los mimos que le daba el rubio-.

Y pasó.

Se preguntó cómo era besar, hasta que recordó cuando pasó sus primeros días viendo cómo Jisung le daba salvajes besos en los labios a Kai, y entonces tomando enseñanza de ello fue que rodeó sus brazos como si fuera un abrazo proveniente de la costumbre con la cual solía tratar a su dueño, cambiando todo contexto con haber lanzado sus labios para estamparlos sobre los de su dueño, sellando el acto en un torpe beso.

El beso tuvo fin unos pocos segundos después cuando Yeonjun separó sus labios, luego sólo se dedicó a mirarlo con los ojos abiertos de par en par mientras se tapaba la boca; su cara parecía enrojecer a medida que miraba al chico y sus lentes se empañaron por la temperatura en su rostro.

Bueno, tras tanta confusión fue que se volteó, puesto que podía pedirle disculpas a su dueño y decirle que nadie sabría lo que hizo, sólo para darse cuenta de que todos estaban mirándolo junto a Yeonjun y, al menos Kai, estaba tapando los ojos del pequeño Ni-Ki.

Desde ese momento no se dijeron nada, y a las malas pudo descubrir el verdadero sentimiento de pudor del cual tanto Beomgyu decía que tenía su dueño.

Pasaron toda la tarde sin dirigirse la mirada, si llegaban a hacerlo, rápidamente guiaban su vista al lado contrario, mientras que en la camioneta sólo se escucharon las canciones que la radio comenzaba a transmitir y a veces los tarareo del niño.

Fue una mala experiencia, no podía negarlo.

Y es que, aunque es más fácil entender a un bebé, para Soobin fue fácil entender que el mundo de los adultos se rige por muchas otras reglas que, y muy probablemente, fueron creadas por otros adultos mucho tiempo atrás. Pero no entendía para qué, si no servían para otra cosa más que reprimirse.

—Oh...

—No quise hacerte sentir incómodo, lo siento.

Un puchero involuntario se formó en sus labios, los cual hizo que su dueño sólo sonriera y le acariciaba su mejilla.

—Soo. No es que me haya incomodado —aún con la mano en su mejilla, miró a su dueño con sus ojitos brillosos, prestando total atención a las palabras que pudiera decirle —, sólo me tomaste por sorpresa, y en consecuencia, me dió mucha vergüenza.

— ¿Vergüenza? —el pelinegro asintió.

—No estoy acostumbrado a tener ese tipo de cercanía con nadie.

— ¿Ese alguien especial no te trata bien?

Yeonjun guardó silencio mientras su rostro se volvía algo serio y pareció pensar un poco antes de volver a abrir la boca para hablar.

—No tengo un alguien especial, Soobin.

— ¿No?

Ladeó la cabeza con confusión, preguntándose cómo fue que eso llegó a pasar.

Entonces, la imagen de que una chica le estuviera dando ese tipo de cariños a Yeonjun se plantó en su mente.

La idea de que la madre de Ni-Ki haya sido así de cariñosa tal vez es algo que no debió llegar a su cabeza, no cuando no sabe nada sobre ella y mucho menos si sabe que no todas las parejas estaban tan unidas.

Sólo le bastaba recordar cómo es que las peleas entre el señor Minho y su esposa Seohyun se llevaban a cabo, y ellos tenían tres hijos.

Podía entender que tal vez, aquella chica era ese alguien especial de su dueño, y que ahora, por su ausencia, sea totalmente reacio o no le sea común tener ese tipo de cercanía con nadie más. Y eso se le hizo un hecho demasiado triste.

Pensó en que en el fondo, su Junnie extrañaba a la madre de Ni-Ki.

—Ocurre que... No me había dado la chance de pensar o ir en busca de eso, Soo —levantó la mirada a su dueño, quien le sonrió de nuevo —. En realidad, siempre me he enfocado en cuidar de Ni-Ki y en mi trabajo, y al menos en estos momentos, no estoy desesperado ni en busca de mi alguien especial. No es mi prioridad.

—Oh —sonrió un poco, pero entonces pensó un poco en aquellas palabras —. Espera, ¿entonces no soy tu alguien especial?

Las mejillas de su dueño se tiñeron de un fuerte rubor, mientras que Soobin se acomodaba en la cama para cruzar sus brazos y está vez hacer un puchero por su cuenta.

Pero luego, el joven padre le negó con la cabeza y le acarició su cabello.

—No. El tipo de alguien especial que Beomgyu se refiere, es uno que no necesariamente sea alguien de tu infancia. Es un tipo de relación que sólo se maneja de a dos personas, las cuales se quieren de una forma en la que ni tú ni yo nos sentimos respecto al otro —alzó las cejas al escuchar aquello —. Tú eres mi compañero, y en mi opinión, ese lugar para mí es más importante que un alguien especial.

— ¿Y los compañeros se dan ese tipo de cariños? ¿Pueden tener más compañeros?

Yeonjun lo pensó, y luego le alzó los hombros.

—Tal vez, no todos los compañeros tienen el mismo tipo de relación.

Soobin lo pensó. Luego llegó a la conclusión de que tal vez estaba yendo muy profundo en un tema que apenas y sabía que existe en la mañana.

Pero no le pareció algo tonto, más bien, le dió la satisfacción de saber que su dueño lo quería de una forma especial.

— ¿Sabes? Creo que también eres mi compañero, Junnie.

Y luego, le dejó un pequeño beso en la frente, poco después le sonrió y se acomodó entre las sábanas, finalmente dispuesto a dormir.

Tal vez no terminaba de entender los temas de adultos, pero estaba agradecido de que alguien sí pueda entenderlo, y ese es el cual cree que pueda ser su único compañero.

Su querido dueño.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro