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Capitulo 15

Choi HeeJung era reconocida como el rostro principal del noticiero central de CTV durante más de 15 años. A sus casi 60 años, aún conservaba la belleza y elegancia que le habían ganado innumerables admiradores. Aunque disfrutaba el arte de pararse frente a la cámara, encontraba un placer aún mayor en mover los hilos detrás de escena. Sabía exactamente lo que el público deseaba: un rostro atractivo que irradiara sabiduría. Todo lo demás, en su opinión, podía hacerlo cualquiera.

Por ello, creyó ver en SooHee a su sucesora. Su futura nuera tenía la belleza necesaria para llegar tan lejos como ella. Sin embargo, había un gran problema: la odiaba.

Al principio, SooHee parecía encantadora, incluso genuina en su amor por su hijo. Pero, con el tiempo, HeeJung comenzó a notar sus verdaderas intenciones. Detrás de esa sonrisa perfecta, se escondía una oportunista que aspiraba a apoderarse de lo que la familia había construido con tanto esfuerzo. Y HeeJung no estaba dispuesta a ceder.

Por eso la torturaba, haciéndole creer que, si se esforzaba lo suficiente, podría conseguir el puesto que soñaba. Aunque, en el fondo, HeeJung tenía claro que nunca se lo daría y que la echaría de sus vidas apenas su hijo abriera los ojos.

Encargarle tareas relacionadas con los pasantes era parte de esa tortura. Todos detestaban a esos chicos entusiastas y soñadores que llegaban esperando pararse frente a la cámara desde el primer día. Era un trabajo ingrato, agotador y, para SooHee, humillante, pero HeeJung disfrutaba cada segundo.

—Los pasantes están en la sala de espera. Ve por ellos —le ordenó, con una sonrisa gélida.

SooHee bufó entre dientes y se giró con desgana, tomando una lista de otra de las asistentes. Inspiró profundamente, tratando de calmar el nudo de frustración en su pecho, y luego aclaró su garganta antes de hablar.

—Escuchen, por favor —empezó, su tono perfectamente ensayado—. Bienvenidos a CTV. Ustedes fueron seleccionados por ser los mejores de sus clases, pero eso no significa nada. Iniciarán su pasantía, y al final del mes solo contrataremos a los mejores.

Mientras repetía como un mantra aquel discurso vacío, su mente divagaba hacia un lugar más oscuro. ¿Cómo había terminado así?

Cuando el ballet terminó para ella, la desesperación se apoderó de su vida. Había soñado con ese arte desde niña, y perderlo fue como perderse a sí misma. Hubo días en los que deseó simplemente no existir. El mundo se sentía cruel, y su único talento —su belleza— le parecía inútil, vacío.

Entonces, MinHo llegó a su rescate. Él le ofreció una salida: un puesto en el noticiero principal. La promesa de un nuevo propósito hizo que su vida volviera a tener sentido. Pero el camino estaba lleno de obstáculos, y el más grande de todos era su suegra.

HeeJung, quien al principio la había llenado de elogios, de repente se convirtió en su verdugo. La eliminó de la lista de postulantes al noticiero principal y la relegó al tedioso puesto de asistente de reclutamiento. Un trabajo aburrido, diseñado para personas aburridas.

—Diré sus nombres y el área donde desempeñarán sus labores —anunció con desdén, empezando a leer la lista sin siquiera mirar a las personas frente a ella. Para SooHee, no importaban; ninguno de ellos conseguiría un puesto permanente y, si lo hacían, su trabajo sería tan insignificante como el suyo.

—Equipo de redacción —dijo con aburrimiento—. Kim SeeJo, Ju SuJin, Lee Yuri y...

Se detuvo de repente, parpadeando incrédula mientras repasaba el último nombre en la hoja. Su garganta se tensó al leerlo nuevamente. Finalmente, levantó la mirada y sintió un temblor recorrer su cuerpo al encontrarse con los ojos del castaño frente a ella.

—Byun Baekhyun —pronunció en un susurro, su voz temblando ligeramente.

El nombre cayó como una piedra en su estómago, y el peso de los recuerdos que lo acompañaban hizo que el aire en la sala se volviera sofocante.

El chico parecía igual de nervioso que ella; lo podía notar en su postura rígida y la forma en que sus ojos se mantenían fijos en ella, como si estuviera congelado en el tiempo. El silencio que siguió hizo que el ambiente fuera aún más incómodo.

SooHee se aclaró la garganta nuevamente, forzándose a aparentar que nada ocurría.

—Estarán a prueba por tres meses. Cualquier error los perjudicará, así que espero que se tomen esto en serio.

Los pasantes asintieron e hicieron una reverencia antes de abandonar el lugar. SooHee observó al castaño una vez más mientras caminaba ligeramente encorvado, como intentando no llamar la atención. Pero ella no podía ignorarlo.

—Tú... Byun... ¿qué haces aquí? —le preguntó, incapaz de esconder la confusión en su tono.

Baekhyun se detuvo en seco y giró
Baekhyun se detuvo en seco y giró lentamente hacia ella, sus ojos llenos de una mezcla de sorpresa y ansiedad.

—¿Perdón? —respondió en un murmullo, como si no estuviera seguro de haber escuchado bien.

SooHee camino hasta el luciendo imponente en su traje ejecutivo.

—Si alguien se entera que tu y yo conocemos te destruire.—susurró para seguir su camino. 

Dio algunos pasos cuando algo cruzo por su cabeza y se giro para encarar nuevamente a Baekhyun pero este ya no estaba.

El nombre de Chanyeol cruzo por su mente y todo los reccuerdos doloroso se agolparon en su pecho. Suspiro hondo intentado contener sus sentimiento. Habia deseado mas de una vez buscarlo y pedirle perdon, pero entendia que estaba mejor sin ella. Se prometio que no lo contactaria a menos que el destino le diera una señal y empezaba a creer que la presencia de Baekhyun ahi era la señal que habia pedido.

Mientras tanto, Baekhyun caminaba por los pasillos con pasos acelerados, intentando calmar la turbulencia en su interior. Ver a SooHee nuevamente había sido un golpe que no esperaba, un recordatorio de los momentos más oscuros de su vida. Sus manos temblaban ligeramente, y respiró hondo mientras buscaba un lugar donde pudiera estar a solas.

No queria tener un ataque de panico en ese lugar, no podia. Dejaria una pesima primera impresión.

—¿Estás bien? —una voz le llamó la atención.

Alzó sus ojos llorosos hacia el alto hombre frente a él. Su ceño se frunció, sentía que lo conocía de alguna parte, pero no lograba recordar de dónde.

—Ehmm...

—Pensé que te desmayabas. Estás pálido y temblando. ¿Te sientes bien? —volvió a preguntar.

—Sí, se me bajó la presión, es todo.

—¿Fue muy duro tu primer día? —preguntó con una sonrisa.

—Supongo que sí.

—No tengas miedo. Pueden parecer estrictos, pero solo buscan a los mejores, y esa es su forma de conseguirlo.

—¿Trabajas aquí?

—No exactamente —respondió el hombre con una sonrisa tranquilizadora. Su tono era amable, lo suficiente como para hacer que Baekhyun se relajara un poco, aunque seguía sintiéndose algo perdido—. Suelo visitar el lugar seguido. Soy Choi MinHo, mis padres son los dueños del canal.

Baekhyun abrió la boca al reconocer el nombre y los puntos se empezaron a unir en su mente.

Ahora entendía por qué SooHee se sentía tan amenazada con su presencia.

—Ah... —Baekhyun vaciló, buscando algo adecuado que decir, aunque su mente estaba llena de preguntas—. Es un honor conocerlo. Mi nombre es Byun Baekhyun.

—Deja las formalidades. Puedes llamarme solo MinHo.

—C-Claro, MinHo.

—¿Sabes? No muchos logran entrar como pasantes aquí. Debes haber impresionado a alguien en el proceso —dijo MinHo, inclinándose ligeramente hacia Baekhyun, como si tratara de leer más allá de su apariencia nerviosa.

—Fui el mejor de mi clase en Bucheon.

—Ya veo. Lindo e inteligente —rió de forma coqueta.

—Eh... —algo confundido por las palabras del hombre, Baekhyun decidió que debía abandonar ese edificio por el momento—. Debo irme.

—Claro, nos vemos luego.

—Sí, nos vemos.

Una vez fuera del edificio se dirigió sin pensarlo hasta la cafetería en la cual había encontrado a Chanyeol la última vez. No sabía por qué razón estaba haciendo eso, solo sentía que debía ir. Tal vez era el peso de todo lo que habia sucedido esa mañana el que lo llevo hasta alla.

Una vez dentro del lugar se sintió observado por cada persona que sea encontraba en el lugar. Recorrió el lugar con la mirada esperando encontrar a Chanyeol, al no hallarlo se acercó a la barra donde un joven de gran sonrisa lo recibió.

—¿Puedo tomar tu orden? —preguntó el muchacho.

Abrió la boca y luego la volvió a cerrar. Había sido pésima idea venir a buscar a Chanyeol, ni siquiera sabía por qué lo hacía.

Se giró, dispuesto a irse, caminó hacia la puerta, pero la llegada de la persona que buscaba lo inmovilizó.

—¿Baekhyun?

Baekhyun se congeló en el umbral de la puerta, el sonido de su nombre flotando en el aire como una presencia ineludible. Su corazón se aceleró, y la sensación de tener a alguien detrás de él lo hizo girarse lentamente.

Ahora, al tenerlo de frente, estaba arrepentido. Aceleró el paso y trató de huir, pero fue detenido por los brazos del alto.

—Tenemos que hablar.

El tono de Chanyeol, aunque firme, también llevaba una nota de preocupación, como si estuviera buscando algo en él que aún no lograba entender.

Chanyeol cerró la puerta de su departamento luego de que Baekhyun entrara por esta.

El joven miraba todo con detenimiento y curiosidad, causando que el alto soltara una leve carcajada.

—Me mudé —explicó.

El muchacho dejó de observar el lugar y centró su atención en él. Su mirada curiosa se transformó en una dura.

—Dijiste que querías hablar, no lo estás haciendo.

—Baek, lo que pasó el otro día...

—No me interesa nada de eso —lo interrumpió—. No entiendo por qué me lo estás explicando. No pedí que me dieras una explicación.

—Quiero arreglar las cosas.

—Arreglar las cosas... —murmuró, dando un paso atrás como si esa idea no tuviera sentido para él. Sus dedos se entrelazaron, un movimiento inconsciente que reflejaba el caos interno que experimentaba. No sabía si estaba listo para enfrentar lo que venía—. Sólo déjame en paz. No entiendo cuál es tu objetivo con esto.

—Baekhyun, estoy muy arrepentido.

—¿No lo entiendes? No quiero nada contigo.

—No te creo.

—Lo que me hiciste no se olvida así como así —respondió Baekhyun, la ira y el dolor brillando en sus ojos. Su voz era baja, pero firme, como si cada palabra fuera una batalla ganada. Había algo en él que se estaba rompiendo, pero también algo que se estaba reconstruyendo. No podía dejarse atrapar por las mentiras de Chanyeol, no nuevamente. —¿Qué es lo que quieres de mí? ¿No me hiciste suficiente daño ya?

-Solo quiero que todo sea como antes.

Baekhyun suspiró y se acercó a Chanayeol mientras sentía que su corazón latía de prisa.

-Esto no funcionará-susurró antes de lanzarse a los labios del contrario.

Y por mucho que repitiera en su mente una y otra vez que odiaba a PArk Chanyeol que estar cerca de él le causaba repulsión, su cuerpo actuaba de manera distinta.

Rápidamente las manos de Chanyeol se afirmaron de su cuerpo acariciándolo con delicadeza y necesidad, como nunca lo había hecho.

Caminaron de espaldas hasta la habitación de pálido, una vez dentro se forzaron a separarse para desvestirse.

Cada movimiento, cada caricia, parecía marcar una batalla entre sus mentes y cuerpos. Baekhyun sabía que su mente le gritaba que se fuera, que no cayera en las mentiras y promesas rotas de Chanyeol. Pero su cuerpo respondía como si estuviera completamente fuera de su control. La familiaridad de Chanyeol, la presencia que lo había marcado de tantas maneras, lo envolvió una vez más.

Ambos sabían que lo que estaba pasando no era algo saludable, ni lo que ninguno de los dos había planeado, pero la atracción y los recuerdos que compartían se interponían en sus decisiones. Por un momento, el tiempo se detuvo, y sólo existían ellos dos, luchando contra lo que el destino les había impuesto.

Chanyeol se encontraba deshaciéndose de su cinturón cuando las manos de Baekhyun lo detuvieron.

Sus miradas se encontraron y Chanyeol estuvo a punto de desfallecer al admirar esos ojos llenos de lujuria e inocencia a la vez.

Era tan malditamente caliente como inocente, casi lo había olvidado.

Con un suave tirón, Baekhyun acercó a Chanyeol, atrapando sus labios en un beso que era tanto una demanda como una súplica. Las manos de Chanyeol encontraron la piel desnuda de Baekhyun, explorando el terreno familiar con un hambre renovada. La respiración de Baekhyun se detuvo cuando los dedos de Chanyeol trazaron un camino por su columna, sabia que estaba en problemas por que a pesar que su mente lo repudiaba su cuerpo aun reaccionaba a su toque.

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