Secuestro y Problemas #2
Espero que les guste~
Nota: Me gusta hacer a Petey protector ^_^
Nota-2: No recuerdo en que serie o película era pero había un villano que dejaba como logo en sus inventos como para saber que son suyos y decidí que eso me iba a servir :3
Petey nunca había esperado que en ese día el particular, un auto de policía llegara de repente y un oficial les ordenara tanto a él como su hijo subir, sin explicación alguna, luciendo serio y manejando como todo un loco a gran velocidad por las calles. Esa fue la primer pista de que algo estaba sucediendo.
Cuando logro bajarse de ese vehículo tenía el pelaje erizado y sus patas se aferraban a su hijo, quien reía y parecía haber encontrado aquel viaje tan emocionante como una montaña rusa, removiéndose con emoción apenas contenida ante la vista de la estación de policía en la que estaban entrando. Li'l Petey parecía emocionado y contento de poder ver a Dogman en el trabajo, removiéndose con cierta urgencia mientras lo buscaba con la mirada pero Petey no lo bajo, no se atrevió, porque podía notar que algo no iba nada bien allí. Había tensión allí, aprensión y ansiedad acumulada que solo parecía crecer con cada segundo que pasaba, muchos luciendo rostros extrañamente serios pero todos en movimientos, como si estuvieran en un gran caso que los necesitaba a todos. Esa fue su segunda pista de que algo no andaba bien allí.
-Petey- Sarah también estaba allí, retorciendo apenas sus dedos, luciendo algo desnuda ante la falta de ese bolso suyo en el que siempre llevaba su perro y sin micrófono o siquiera su camarógrafo. El felino frunció el ceño al verla, aprensivo, aferrándose un poco más a su hijo al notar que ella extendía las manos en su dirección. -Me quedare con él- es un ofrecimiento amable pero hay una sonrisa triste en su rostro y preocupación en sus ojos que hacen que el felino mayor trague en seco con ansiedad.
-Bien- entrega al gatito casi a regañadientes, detestando la sensación de confusión y frustración que lo invade, dejando un suave beso en la frente del menor que parece contento con ver a su amiga periodista y avanzando una vez más, adentrándose a la oficina del jefe sin llamar. -Antes de que me acuses de algo, quiero recordarte que soy un buen samaritano ahora- toda la situación grita que algo esta mal y Petey ni tiene idea de que esta sucediendo exactamente pero por las dudas, tiene que defenderse a si mismo. No piensa ir a la cárcel, no si eso significa dejar a su hijo. Ni loco. -No hice nada malo en meses. Changos, cree los robots de limpieza y reconstrucción que andan por toda la ciudad-
-Lo sé- Chief lo interrumpe, sin gritos y sin siquiera levantar la voz, manteniéndose sentado en su lugar y moviéndose solo para cruzar los brazos frente a su escritorio. Luce ansioso, nervioso como todos los demás, pero incluso entonces, el felino puede notar que parece tenso, apretando los dientes con ira. -Sé que no hiciste nada- el felino lo mira fijamente, entrecerrando los ojos con sorpresa.
-Algo sucedió- se acerca y apoya sus manos en el escritorio, al otro lado del hombre, elevándose por encima de este y sintiendo el comienzo de un dolor de cabeza mientras su cerebro analiza toda la situación hasta el momento, llegando a una horrible realización. -¿Dogman?- no lo vio sentado en su lugar de siempre, tampoco escucho sus ladridos ni fue tacleado y babeado con afecto entusiasta. Rayos, ni siquiera había oído el nombre ajeno en las noticias o algo por el estilo y ya era más allá de mediodía.
-Lo secuestraron hace poco más de una hora- admite con una mueca, moviéndose para levantarse. El felino solo puede mirarlo con los ojos bien abiertos, incrédulo ante lo que escucha, sintiendo que su corazón se acelera ante la noticia. Siente angustia ante la idea de que alguien se hubiera llevado a Dogman pero al mismo tiempo, hay una chispa de ira que amenaza con volverse una fogata en cualquier segundo. -Y creo que usaron tus cosas para hacerlo- acorta la distancia entre ambos solo para empujar algo a las patas del felino, quien frunce el ceño con confusión y analiza el objeto, pudiendo notar su logo. El rostro de un felino con bordes naranjas y un P en medio, simple y concreto en su opinión.
-Reconozco esto- lo hace vagamente. -Mini-bombas, las cree como munición de un arma que nunca use- invento muchas cosas que en realidad no uso pero que había acumulado durante mucho tiempo, cosas que habían desaparecido hace meses ahora que lo piensa. Todo había estado en la parte trasera del camión que el viejo maldito conducía a máxima velocidad para alejarse sin mirar atrás como siempre lo hace. -¿Quien...?- alza la vista, enfocándose en las fotos que están en esa pizarra en la pared. No esta muy apegado a las noticias, Li'l Petey es quien más las mira para poder ver a Dogman en acción y ese tipo de cosas, pero el rostro de esos felinos habían llegado a los periódicos incluso, alertando que eran peligrosos y destructivos. Esta más que seguro de que sus robots habían estado en el proceso de reconstrucción de lo que sea que ellos destrozaron durante semanas.
-Fueron ellos- Chief señala, pudiendo ver como la expresión ajena cambia ante eso. Hay realización y comprensión que se convierte en molestia y luego, se transforma en ira que se oculta bajo algo más frío que de repente llega a los ojos verdes que parecen oscurecerse un poco en ese mismo instante.
-Esos malditos...están usando mis cosas- conoce a su maldito padre mejor de lo que le gustaría y sabe que todas sus cosas fueron vendidas en la mínima oportunidad que ese viejo tuvo pero no había tenido oportunidad de pensar en ello, más ocupado en centrarse en su hijo y sus siguientes pasos en ese momento. -Y los usaron para secuestrar a Dogman, ¿eh?- Petey no había dejado que nadie entrara a su corazón desde la muerte de su madre pero Li'l Petey había derrumbado muchos de sus muros con esa inocencia infantil y cariño, con Dogman colándose no mucho después con toda esa amabilidad genuina y afecto puro. Para Petey, Li'l Petey y Dogman no solo se habían convertido en su familia, eran todo su mundo. Y esos tres imbéciles salidos de la nada había tenido no solo el valor de usar sus cosas sin ningún tipo de vergüenza, sino que también se habían atrevido a ir en contra de alguien que consideraba de los suyos. -Alguien va a morir hoy~- aprieta la bomba que tiene en su pata, ignorante de como aprieta sus dientes ahora luciendo afilados y el como sus ojos se iluminan de alguna manera, con ideas ya viniendo a su mente.
-Oh...- el jefe desvió la mirada ante el escalofrió que recorrió su columna, sintiéndose intimidado. El felino siempre le había parecido relativamente inofensivo, incluso con todas sus maquinas y planes locos, nunca le había dado vibras de ser un loco científico ni nada por el estilo pero en ese mismo instante, siente algo, un cierto miedo ante el aura asesina y malvada llena de silenciosas promesas de dolor que rodea al gato. -¿Crees...que puedes ayudarnos a encontrarlo?- el felino no le agrada del todo pero Chief esta dispuesto a pedirle ayuda en su situación, porque conoce los limites que tiene y los odia, sabiendo que tardaría más de lo que le gustaría encontrar al perro por cuenta propia.
-Puedo hacer mucho más que solo eso- su sonrisa es digna de un villano que esta a punto de desatar su ira contra su mayor enemigo. Es en serio algo aterrador de ver, en especial si lo comparas a su época de villano real, hay una enorme diferencia al decir verdad.
-Se supone que eres un civil ahora- es una excusa, porque el jefe de policía teme un poco como podrían a llegar a ser las cosas si Petey se enfrenta cara a cara a ese trio de felino. Tiene la sensación de que sería una especie de masacre.
-¿Quieres que me vaya a casa y espere como tonto una llamada de alguno de los inútiles que esta aquí?- hace un gesto hacia afuera, con los ojos fijos en el hombre que traga en seco, aprensivo de una vez más. -Te diré algo, jefe- escupe la última palabra casi, con algo lleno de molestia apenas reprimida. -Te estoy dando dos opciones aquí. Te ayudo y te llevo hasta esos imbéciles o...- su sonrisa crece, llena de dientes afilados, con aire algo macabro y maligno de cierta manera que logran que el humano se siente intimidado no por primera vez allí, luchando contra el instinto de encogerse en su lugar. -...te puedo asegurar que no quedara nada de esos malditos para poner tras las rejas-
Hay un silencio tenso entre ellos que duran unos segundos, uno luciendo decidido y el otro temeroso.
-Bien, haremos las cosas a tu manera- se siente casi como un policía sucio al aceptar eso pero no va a retroceder, no ahora. Había visto al escena, las manchas de rojo y esta más que seguro de que Dogman no se dejo llevar sin pelear, así que sabe que lo necesitan con urgencia. No tiene mucho tiempo, en especial al no saber las verdaderas intenciones de esos felinos locos. -...no los vas a matar, ¿o si?- hay otro escalofrió recorriendo su espalda, provocando una sensación fría que llega a todo su cuerpo y provoca que su piel se erice.
-No necesito matarlos para que desaparezcan de este mundo~- canturreo con tono burlón, moviendo con cierta elegancia su cola, pero aun mostrando una sonrisa en su rostro y Chief no pudo evitar hacer una ligera mueca ante eso. En ese mismo instante, agradecía al cielo y a quien lo escuchaba que Petey ya no fuera un villano o en serio, todos en la ciudad tendría muchos problemas.
Chief siente pena por los tontos gatos de repente, quienes no tienen idea de lo que les espera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro