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Choque de Versiones

Espero que les guste~

Nota: Como una respuesta que me hicieron en el cap anterior, les diré que no todos los que mueren quedan vagando por el mundo como espíritus

Nota-2: En todo caso, quería hacer más una especie de relación entre Grace y Dogman más que nada, por eso el fantasma de Knight no apareció xD

Nota-3: Me vi todos los comics de Dogman. Con ello, pude ver las diferencias entre eso y la peli pero creo que esta retrato bastante bien toda la temática, incluso si medio apretaron 7 libros en una sola peli mientras dejaban varias cosas de lado ^_^

Nota-4: ¡Adore los alter egos de Dogman! Tanto "The Bark Knight" como "The Scarlet Shredder" me encantaron, aunque este último se me hace bien llamativo por el tema del color rojo que usa y ame esa larga capa suya. Si alguno tiene una idea respecto para usar a alguno de estas dos versiones, no dude en comentarlo, porque a mi no se me ocurrió nada de momento xD

Nota-5: Las letras de esta manera son del dialogo del Petey Policía

Petey tarareo para si mismo, casi aburrido de estar sentado en el sillón al decir verdad, cambiando de canales de televisión de manera distraída y sin encontrar algo que realmente llamara su atención, bufando para si mismo, sin notar como la punta de su cola se movía con cierta inquietud. Aunque sus orejas estaban más atentas a los ruidos que venían del frente, donde estaba Li'l Petey jugando con 80-HD a la pelota, sonriendo para si mismo al escuchar la impaciencia y emoción en la voz de su hijo, quien estaba esperando con ansias a que Dogman volviera del trabajo. Un día común y corriente para el par de felinos que solo pasaban el tiempo de momento hasta que el perro policía volviera temprano para hacer algo como familia...quizás, demasiado tranquilo.

-¡Papá!- se enderezo ante el ligero pánico en el tono del pequeño gatito, casi tirando el control que había estado sosteniendo y corriendo hacia afuera, justo a tiempo para ver una serie de destellos de luz que se estaban formando en frente de la casa.

-¡Li'l Petey!- se inclino, agarrando con facilidad a su pequeño que no dudo en lanzarse en su dirección, y se enderezo, acunándolo contra su pecho, atento a lo que estaba sucediendo y con su robot preparado para sacarlos de allí en caso de emergencias.

Y en un parpadeo, había alguien más allí.

-¿Eh?- el recién llegado parpadeo, mirado a su alrededor con incredulidad, ignorando a quienes estaban presentes y lo estaban mirando fijamente. -No puede ser- era un felino muy familiar al decir verdad, con el pelaje con rayas negras de un tono naranja oscuro y una larga cola que se movía con emoción apenas contenida pero con la punta notablemente faltante al decir verdad, vistiendo una camisa verde que parecía quedarle algo grande y con las mangas arremangadas, usando un raro reloj en una de sus muñecas. -¡Funciono!- suelta una carcajada llena de felicidad, dando pequeños saltos en su lugar. -¡No puedo creerlo, en serio...!- su voz murió con asombro cuando sus ojos verdes se encontraron con los ajenos, Petey no pudiendo ignorar el simple hecho de que a ese otro gato también le faltaba un bigote en la mejilla izquierda. -Oh- se enderezo, con vergüenza y nerviosismo, su cola sacudiéndose un poco más rápido ahora. -Supongo...que no funciono como quería- soltó una risa nerviosa, bajando apenas las orejas.

-¿Qué intentabas hacer exactamente?- Petey se enderezo, analizando al otro, pudiendo notar las similitudes y diferencias, su mente corriendo con teorías rápidas al mismo tiempo que afirmaba un poco su agarre en su hijo.

-Se supone que era un teletransportador o bueno, esa era la intención- hizo un gesto, haciendo una mueca para si mismo, analizando ese extraño reloj que tenía puesto. -Creo...que de alguna manera, hice una especie de cosa para viajar por dimensiones- pareció jugar con el dispositivo, su propia mente haciendo notas rápidas y planos para poder modificarlo en cuanto volviera a su hogar. -Bueno, detalles a modificar- hizo una especie de puchero. -Él se va a reír mucho de mi cuando se entere de esto- bufo con cierta molestia pero a pesar de ello, había una suave y cariñosa sonrisa dibujándose en su rostro.

Petey no puede evitar tragar en seco ante eso, sin poder ignorar del todo lo que había escuchado.

-¿Eres de otra dimensión?- el miedo de Li'l Petey desapareció, dando paso al encanto y la emoción infantil que tanto lo caracteriza, mirando al otro con ojos brillantes. -¿Eso significa que eres mi papá de otro mundo?- el gatito era tan inteligente que podía unir ciertos hilos con facilidad.

-Exactamente, chico~- los ojos verdes se llenan de calidez al fijarse en el gatito, riendo con diversión ante el asombro infantil en su adorable expresión. -Y supongo que tu eres el Petey de por aquí, ¿no?- se fijo en el felino mayor, quien se enderezo un poco en su lugar, aun un poco desconfiado al decir verdad. -Es un placer conocerte- se acerco con una gran sonrisa, que se convierte en una mueca pensativa después de unos segundos. -¿O es conocerme?-

-Podemos ser Petey pero somos de diferentes mundos- el felino bufo, pudiendo notar su mal habito de sobre pensar las cosas en el otro, y sintiéndose un poco más tranquilo, moviéndose para dejar a su hijo en el suelo, quien ríe ante la rara situación en la que están. -Esto es muy raro- no puede evitar comentar, con miles de preguntas corriendo por su mente.

-Y que lo digas- rio y ahí estaba la mayor diferencia al parecer. El Petey con camisa tiene un aire más juvenil de alguna manera, incluso con las ligeras ojeras que se marcan bajo sus ojos, aun mantiene su animo y la gran sonrisa, luciendo genuino con ese brillo en sus ojos. Petey siente una punzada de envidia ante la pesadez que el otro no parece tener, un detalle que intenta ignorar lo mejor posible. -Me siento un poco tonto de haber creado esto por puro accidente- hizo un gesto hacia su reloj.

-Prueba y error, es parte del método científico- el felino no esta dispuesto a criticarlo por ello pero su hijo es otra historia.

-¡Yo soy un accidente!- Li'l exclama sin ningun tipo de vergüenza, soltando una carcajada llena de diversión ante la expresión de su padre.

-¡N-No lo digas de esa manera!- el pelaje naranja se eriza, mientras él ve al menor con escandalo, frunciendo el ceño con molestia y vergüenza al verlo alejarse entre risas, dispuesto a seguir su juego con el robot al parecer. El gato hunde su rostro entre sus manos, sintiendo sus mejillas arder y sacudiendo apenas la oreja al escuchar a su otra versión bufar con diversión.

-No te juzgo- Petey levanta sus propias patas, en una especie de gesto de inocencia o algo así, la su sonrisa temblando con vergüenza propia. -El mío también fue un accidente- se miraron, haciendo una meuca, entre divertidos y resignados, dándose cuenta de que había ciertos errores que parecían repetirse a pesar de ser de mundos diferentes.

Un ladrido llama la atención y los felinos se voltean, justo a tiempo para ver al perro policía corriendo en su dirección.

-¡Dogman!- Li'l Petey no duda en dejar la pelota con la que habían estado jugando a favor de correr hacia su figura paterna. El policía sonríe enormemente al verlo, alzándolo en cuando tiene la oportunidad y luciendo encantado ante las carcajadas que se gana cuando lame su pequeño rostro en forma de cariño, abrazándolo con fuerza. -¡Algo super sucedió mientras te esperábamos!- el pequeño se aleja lo suficiente para poder mirarlo, sin importarle que su pelaje estuviera hecho un desastre por la baba y los lametones que se había ganado. -¡Hay dos papás ahora!- señala y es cuando el oficial se fija en dicho detalle que había ignorado en su emoción.

Dogman hace un sonido lleno de confusión al ver al par de felinos casi idénticos allí, ladeando la cabeza, sintiéndose perdido.

-Bienvenido- Petey no puede ignora la extraña expresión que cruza por el rostro de su otra versión ante el perro, sintiendo una punzada de ansiedad que es lo que lo guía a adelantarse un par de pasos. Dogman fija su atención en él, dejando al menor en el suelo al sentir que se remueve demasiado, y soltando un ladrido en forma de pregunta, haciendo un gesto hacia el otro gato que los observa en silencio y luciendo casi estático en su lugar. -Tranquilo, no es peligroso- no cree que lo sea al decir verdad. -Es yo pero de otra dimensión- hace una mueca para si mismo cuando eso solo logra que el perro repita ese gemido bajo en señal de que no estaba entendiendo, estrujando su cerebro en busca de una explicación simple. -Básicamente, es otra versión de mi, no te preocupes demasiado por ello- cede a al impulso que lo inunda y quita el sombrero de policía para poder darle una ligera caricia, alisando apenas el pelaje castaño, logrando que el otro se relajara en su lugar y asintiera ante sus palabras, apoyándose en el toque. El pecho de Petey se llena de calidez ante la confianza ciega.

-Oh, cielos...- el felino de otro mundo parece al fin reaccionar, su expresión yendo de la sorpresa a la felicidad que se mezcla con encanto y cariño, su cola moviéndose con animo repentino. Dogman lo mira, pudiendo ver el gran parecido con el felino con el que vivía, dudando solo un segundo antes de sonreír y hacer un ligero gesto con la mano acompañado de un ladrido en forma de saludo que logra dibujar una gran sonrisa en el rostro ajeno. Es llamativo lo expresivo que es esa versión del gato. -¡Eres Greg!- las orejas del perro se levantan, sorprendido por el uso de ese nombre que nadie usa en este punto, sin notar como el Petey de ese universo se endereza con cierta tensión. -¡En serio eres tu!- ríe con emoción apenas contenida mientras acorta la distancia entre ambos, con las patas extendidas que no duda en colocar bajo los brazos del más bajo, ignorando la mala cara del felino de ese universo a favor de alzar al perro sin mucho problema. Dogman suelta una especie de gemido ahogado, lleno de incredulidad y sorpresa, poco acostumbrado a ser tratado de ese forma. -Te vez como mi Greg- el Petey de camisa verde parece ser fuerte, sin temblar mientras sostiene al policía casi como si fuera una especie de niño, con los ojos brillantes de puro encanto y cariño pero un toque de algo triste y suave al mismo tiempo. -Aunque diferente al mismo tiempo. Es asombroso- Dogman lo observa, curioso al decir verdad, aprovechando el extraño acercamiento para ceder al instinto y acunar el rostro ajeno entre sus manos, acortando la pequeña distancia para olfatearlo con descaro. Ignora la risa ajena y las patas que afianzan su agarre en él, concentrado en lo que hace, frunciendo el ceño con ligera confusión.

Ese Petey huele casi como el suyo, pasto y flores que se mezclan con metal y aceite debido a su pasatiempo pero hay mucho más allí, aromas mezclados. De perro, de gato, femenino y masculino, hasta había un ligero olor humano familiar que no lograba ubicar, demasiadas cosas mezcladas que lo confunden y hacen que arrugue la nariz apenas, un poco abrumado y frustrado al mismo tiempo, un gesto que solo logra que el felino de otro mundo ríe con diversión, golpeando apenas su nariz con la ajena ante la cercanía.

El Petey de ese universo los observa en silencio, arrugando apenas la gorra que aun sostiene al apretar los puños con fuerza, sintiendo una punzada de algo que crece y se retuerce en su hombro ante la confianza total que tiene esa versión suya con su propio Dogman, envidioso al decir verdad tanto por la libertad en los toques que parece tener y el uso de ese nombre que nunca se atrevió a pronunciar en voz alta.

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