Junhui se tropezó por tercera vez con una rama cualquiera, el frio les estaba congelando las extremidades y sus narices ya estaban rojas. Mingyu no se estaba quejando a pesar de resbalarse en cada momento, ni siquiera tenían perros para orientarse, con lo único que contaban era ese sexto sentido que debían poseer. Árboles, animales, bichos, no había más, al avanzar solo se encontraban con una repetición de lo que ya habían visto antes y eso era bastante malo, si cuando quisieran dar la vuelta se encontraban con lo mismo sería un verdadero problema.

—¿Qué eres? ¿gretel?—m preguntó Mingyu cunando notó que el agente chino marcaba los arboles con una vieja navaja, eran números. Jun lo ignoró gravando el doceavo árbol. —Si no nos damos prisa oscurecerá— recordó con el fin de apresurar el paso, pero sus piernas estaban tan entumecidas que ni siquiera él podría hacerlo.

—Esto deberían hacerlo policías— Habló Junhui tomando con fuerza la rama de un árbol para impulsarse por esta, Mingyu no respondió.

Si, policías deberían hacerlo y lo hicieron como trecientas veces en los primeros días, pero simplemente el lugar era peligroso y el clima empeoraba con cada día que pasaba, así que todo se volvía a detener por la propia seguridad de los trabajadores. Contaría como un trabajo extra para ellos, pero sin duda algo que debía hacerse y arriesgarse, porque no sabían muy bien lo que buscaban ¿una cabaña? Tal vez, un lugar donde se pudiera mantener cautiva a una persona.

Junhui no dejaba de revisar su celular, se aseguraba de tener señal y tomaba fotos al paisaje con frecuencia, si alguien lo viera juraría que era un turista en vez de un agente de policía. Las fotografías iban a dar con Wonwoo quien estaba atento a todo lo que le llegaba, buscaba algo que ayudase desde el laboratorio y despues enviaba la información.

A pesar de sus esfuerzos tuvieron que regresar, no encontraron nada que les ayudase y Jun había conseguido una ampolla en su pie derecho junto con una picazón causa de la flora del lugar.